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Tema 3: El campo magnético terrestre y el magnetismo de las rocas

- Magnetismo

El magnetismo es el conjunto de fenómenos físicos mediados por campos magnéticos.


Estos pueden ser generados por las corrientes eléctricas o por los momentos magnéticos de
las partículas constituyentes de los materiales. Este fenómeno físico hace que los objetos
ejerzan fuerzas de atracción o repulsión sobre otros materiales. El único imán natural
conocido es un mineral llamado magnetita, sin embargo, todos los materiales son influidos,
en mayor o menor forma, por la presencia de un campo magnético. En algunos de ellos es
más fácil detectar estas propiedades magnéticas, como por ejemplo el níquel, el hierro o el
cobalto.

Existen, así, materiales diamagnéticos (débilmente magnéticos), paramagnéticos


(medianamente magnéticos) o ferromagnéticos (altamente magnéticos).

- Que pasa cuando se acerca un imán a una aguja

Cuando frotamos la aguja con uno de los polos de un imán, esta se magnetiza y
comienza a repeler a los polos con distintos signos al suyo y atraer a los del mismo. Es por
esto que, mientras no haya ninguna interferencia, la aguja siempre apuntara al norte de la
tierra.

Un ejemplo de ello lo podemos ver en la brújula cuando se acerca un imán potente


podemos observar que el polo norte de la aguja de la brújula es atraído por el polo sur del
imán. Si se cambia la orientación del imán respecto a la brújula se puede observar que
ahora el polo norte del imán repele al polo norte de la aguja y atrae a su polo sur. Esto se
debe a que la atracción del imán es más fuerte que la que ejerce la Tierra sobre la brújula.

- El campo magnético
Un campo magnético es la representación matemática del modo en que las fuerzas
magnéticas se distribuyen en el espacio que circunda a una fuente magnética. Esta fuente
puede ser un imán, una carga en movimiento o una corriente eléctrica (muchas cargas en
movimiento). Siempre que exista alguno de estos elementos, habrá un campo magnético a
su alrededor, es decir, un campo de fuerzas magnéticas. Fuera de este campo no hay efectos
magnéticos.

Una característica fundamental de los campos magnéticos es que son dipolares: poseen


un polo Norte y un polo Sur, a los que también se les dice polo positivo y polo negativo.
Los campos magnéticos siempre tienen asociados dos polos. Como consecuencia, las líneas
del campo magnético son siempre cerradas, como en el caso del imán: salen del polo norte
y llegan al polo sur.

- El campo magnético terrestre

Nuestro planeta posee un campo magnético natural, también llamado campo


geomagnético. En el centro de la Tierra hay hierro fundido (por las altas temperaturas).
Debido a la rotación terrestre, este líquido metálico está en constante movimiento,
formando una corriente eléctrica (al moverse el metal, se mueven los electrones que lo
componen). Esta corriente es la que produce el campo magnético terrestre que a su vez se
extiende desde el núcleo interno de la Tierra hasta el límite en el que se encuentra con el
viento solar; una corriente de partículas energéticas que emana del Sol. El campo
magnético terrestre se puede aproximar con el campo creado por un dipolo magnético
(como un imán de barra) inclinado un ángulo de 15 grados con respecto al eje de rotación
terrestre.

El campo de la Tierra cambia con el tiempo en intensidad y orientación porque se genera


por el movimiento de aleaciones de hierro fundido en el núcleo externo del planeta Tierra.

- Magnetización de las rocas

El magnetismo de rocas (rock magnetism) es el estudio del comportamiento y


propiedades magnéticas de los distintos tipos de rocas y de los minerales que las
constituyen, tal y como se encuentran en la naturaleza. La caracterización magnética de una
muestra requiere la medición de diversos parámetros

Las rocas contienen un monto relativamente pequeño de minerales ferromagnéticos


(aproximadamente 1-10% del volumen de la roca). Estos minerales tienen la capacidad de
registrar, bajo ciertas condiciones, la dirección del campo magnético terrestre existente en
el momento de la formación de la roca. Como consecuencia, la información acerca de las
características y cambios del campo geomagnético puede ser obtenida mediante el estudio
de la magnetización de las rocas.

La magnetización de las rocas se lleva a cabo de dos maneras principales. La primera se


llama magnetización termorremanente (MTR) y es adquirida por las rocas ígneas al pasar
por la temperatura de Curie mientras se enfrían. Entre la temperatura de Curie y unos 30° C
más abajo de ella, los dominios del material ferromagnético de la roca se alinean con el
campo magnético ambiente; al bajar más la temperatura el campo magnético de la roca se
vuelve (más o menos) permanente ya que se mantendrá casi indefinidamente a menos que
sea cambiado por recalentamiento (arriba de su temperatura de Curie) o por cambios
químicos que destruyan o cambien los dominios magnéticos.

El segundo tipo de magnetización se llama magnetización remanente deposicional


(MRD), y es típico de rocas sedimentarias compuestas de partículas producto de la erosión
de rocas originalmente ígneas. Mientras se depositan, usualmente en agua, las partículas o
pequeños granos de roca con materiales ferromagnéticos tienden a alinearse con el campo
magnético ambiente, pero por otro lado son movidas en forma aleatoria por corrientes
turbulentas en el agua o por su propio paso a través de ella. Las partículas más grandes, que
componen por lo general los aluviones, conglomerados, areniscas, etc., no alcanzan a
alinearse, pero las más pequeñas (menores de unos 0.06 mm de diámetro) que constituyen
las lutitas y limolitas sí se alinean. Una vez depositadas, todavía pueden orientarse un poco
más hasta que el peso de nuevo material depositado sobre ellas las compacta y fija en su
posición final.

- Anomalías en el campo magnético terrestre


El campo magnético nos protege, actuando como un escudo contra el viento solar
--corriente de partículas cargadas y radiación-- que fluye desde el Sol. La protección de este
campo también se extiende para incluir satélites que orbitan cerca de la Tierra.

Los movimientos del núcleo externo del planeta son variables, lo que provoca
fluctuaciones en el campo magnético y los polos magnéticos se inclinan y migran. Juntos,
estos factores han contribuido a crear la Anomalía del Atlántico Sur.

"El campo magnético es en realidad una superposición de campos de muchas fuentes


actuales", dijo Terry Sabaka, geofísico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA
en Greenbelt, Maryland, en un comunicado.

Un área débil en el campo magnético es más susceptible a encuentros cercanos con el


viento solar, así como a eyecciones de masa coronal, que son nubes masivas de plasma
calentado y radiación expulsada por el Sol.

Los cinturones de radiación de Van Allen, que rodean la Tierra, están llenos de
partículas cargadas y plasma. Estos cinturones, con forma de rosquilla, generalmente
pueden atrapar y mantener las partículas y la radiación en su lugar, por lo que
esencialmente rebotan en el campo magnético de la Tierra.

Los cinturones son parte de la magnetosfera de la Tierra, o la región del espacio donde
el campo magnético de la Tierra interactúa con el viento solar.

Pero la Anomalía del Atlántico Sur está permitiendo que las partículas solares se
acerquen más que antes. La radiación solar podría tener un efecto negativo a medida que
los satélites atraviesen esta área, destruyendo sus computadoras e interfiriendo con la
recopilación de datos, según la NASA.

La Anomalía del Atlántico Sur, según también han demostrado nuevos datos, se está
debilitando y expandiéndose hacia el oeste. Además, se está dividiendo en dos lóbulos en
lugar de uno grande, lo que causará más dolores de cabeza a la hora de gestionar misiones
satelitales.
- Historia del campo magnético de la tierra

La Tierra posee campo magnético desde hace unos 3 400 millones de años. Desde hace
unos 2 000 millones de años aproximadamente, el campo magnético se debe al efecto
dinamo del núcleo externo −cuyos componentes son el hierro y níquel principalmente− que
posee movimientos de convección. Sin embargo, en la Tierra primitiva la estructura interna
era muy diferente a la actual.

Científicos de la Universidad de California, Universidad del College de Londres y los


Laboratorios Nacionales Sandia de Estados Unidos, han llegado a la conclusión que en las
primeras fases de formación, el núcleo de la Tierra habría estado rodeado de silicatos
fundidos, a modo de océano de magma. Estos silicatos fundidos, por las condiciones de
muy alta temperatura y presión a las que estarían sometidas, tendrían la suficiente
conductividad eléctrica para generar un campo magnético. Cuya una intensidad estimada se
corresponde con los registros geológicos terrestres observados para esa época.

Los investigadores han utilizado simulaciones de dinámica molecular en las que se ha


usado un conjunto de 1129 átomos de siete elementos diferentes, con proporciones
similares a los existentes en los silicatos fundidos de la Tierra primitiva. Según las pruebas
realizadas, tales componentes no habrían estado sometidos a presiones ambiente ya que no
podrían haber tenido la suficiente conductividad eléctrica para generar un campo
magnético. En cambio, para temperaturas de altas de entre 6000 y 4000 grados, y presiones
de 100 a 400 gigapascales, que se considera serían las condiciones del océano de silicatos
que rodearía al primitivo núcleo, se da la suficiente conductividad eléctrica para producir
un campo magnético.

Según la investigación, el campo magnético terrestre habría pasado de ser producido por
el océano de silicatos a ser generado por el núcleo cerca del final del eón Arcaico. A
medida que el océano de silicatos se fuese enfriando, el flujo de calor hacia el núcleo
aumentaría provocando la convección del núcleo y su efecto dinamo. Actualmente, se
tienen ciertas evidencias en la generación de campos magnéticos por capas de silicatos en
planetas como Urano y Neptuno. En el artículo, publicado en la revista Nature
Communications, se estima que este campo magnético primitivo podría haber tenido una
forma diferente al actual, lo cual sería posible comprobarlo mediante registros geológicos.

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