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GUIA Practica Sobre Pautas de Crianza y
GUIA Practica Sobre Pautas de Crianza y
y Relaciones Familiares
Autora y compiladora
Patricia Lozano Méndez
Psicóloga
Revisión texto
Johon Heyver Gutiérrez Serna
Psicólogo
Gobernador de Risaralda
Carlos Alberto Botero
Médico
INTRODUCCIÓN.
Cuando los hijos son todavía pequeños, la indicación de las pautas ha de ser
directiva, porque en este periodo la moral es básicamente externa. Inicialmente
el niño cumple la norma, no porque la vea razonable, sino porque es impuesta.
Aprende que es algo que hay que hacer si quiere conseguir su objetivo
(alabanzas, sonrisas…) pero lo hace porque se lo mandan, no porque lo
considere conveniente. Sin embargo, es aconsejable comenzar desde edades
tempranas a explicar “el porqué” de cada norma, para que progresivamente
comprendan su significado social.
A medida que los hijos van creciendo se debe tratar de llegar a un acuerdo
sobre las normas, que satisfaga tanto a padres como a hijos, pero en el caso
de que no sea posible alcanzar un acuerdo, es fundamental señalar que
siempre prevalecerá el criterio adoptado por los padres.
I. CONCEPTUALIZACIÓN.
Familia punalúa: Tiene lugar en la época del salvajismo. El matrimonio era por
grupos, las relaciones sexuales eran limitadas a los miembros de la tribu,
existía además un compañero íntimo.
• Familia sindiásmica: Existe una pareja, aunque débil que permite tanto al
hombre como a la mujer tener relaciones con otros miembros de la comunidad.
1
La familia. Una mirada desde la Psicología. Anay Marta Valladares González; Raúl Dorticós Torrado”.
Cienfuegos. Revista Electrónica de las Ciencias Médicas en Cienfuegos ISSN:1727-897X Medisur 2008;
La familia es la más antigua de las instituciones sociales humanas, es el grado
primario de vinculación. Es un sistema abierto, es decir un conjunto de
elementos ligados entre sí por reglas de comportamiento y por funciones
dinámicas en constante interacción interna y con el exterior.
Familia Homoparentales: hijos que viven con una pareja del mismo sexo.
Subsistemas familiares.
Considerada como sistema, la familia relaciona a sus integrantes de una forma
continua y complementaria, a manera de circuitos de retroalimentación, ‘Feed
back’, de tal forma que el comportamiento de cada uno de sus miembros es
determinado y determinante del comportamiento de los otros.
Subsistema fraterno: está dado por la relación entre los hermanos, quienes
pueden ser de edades similares o llevarse algunos o bastantes años. Por
medio de este subsistema se amplía el mundo social del niño y le facilita
aprender a relacionarse con otras personas cuando salga de su ámbito familiar.
“Estas relaciones o acoplamientos, por lo general, son simétricas (entre
iguales). Cuando existen diferencias marcadas se pueden constituir en
relaciones complementarias”2.
Funciones de la Familia.
Desde que nacemos, la familia se constituye como el principal grupo de apoyo
y de sostenimiento. Se comienza con la conducta de apego, nada más nacer, y
se termina con la posibilidad que nos brinda la familia de acceder a los
recursos que nos ofrece la sociedad. En razón a lo anterior se puede decir que
el grupo familiar cumple una serie de funciones con respecto a sus hijos/as,
que serían las siguientes:
2
Cadavid de G. Irene, Oquendo, Asceneth. “La familia Humana”. Op. Cit., p 65
3
Familia y transmisión de valores. Ortega Ruiz, Pedro y Minguez Vallejos, Ramón. Ediciones Universidad
de Salamanca, 2009 España.
Mirando al interior de las familias, encontramos que en todas ellas hay siempre
unas funciones que cumplir y aunque varíe la forma cómo se cumplan, en
esencia éstas siempre conllevan al mismo fin.
El cumplimiento adecuado de estas funciones ayuda para que las familias sean
funcionales y tengan un positivo desenvolvimiento.4
Etapa 1. El noviazgo.
En el área social:
• Identificación de valores, creencias y costumbres afines.
• Definición del rito o contrato (forma de la unión).
• Concertar las diferencias.
En el área económico-laboral:
• Conocimiento mutuo del origen de sus ingresos y lugares donde laboran.
Es una etapa de mucha tensión por todos los cambios en el estilo de vida y
porque se evitan las discusiones o los disgustos generados por los
desacuerdos, dado que se está haciendo una conjunción de los gustos, las
expectativas y las costumbres de las familias de origen hasta lograr que la
nueva familia tenga su propia identidad. En esta etapa es conveniente tener
presente:
En el área social:
• Definir límites de familias de origen.
• Determinar relaciones con nuevos vecinos.
• En la pareja es necesario establecer horarios, salidas y diversiones.
En el área económico-laboral:
• Organizar un presupuesto de ingresos y egresos.
• Repartir responsabilidades económicas (pagos de vivienda, servicios, etc.)
• Dialogar sobre el tipo de trabajo que cada uno desempeña y la apreciación
que cada uno tiene de éste.
En el área de la casa:
• Dialogar sobre todo lo relacionado con la dotación y el lugar de vivienda.
• Llegar a acuerdos en lo relacionado con las tareas y los oficios de la casa
(quién hace qué).
En el área sexual:
• Disfrute de la sexualidad respetando valores y costumbres.
• Definir métodos de planificación.
En el área social:
• Establecer límites claros con las familias de origen (abuelos, tíos) para que
permitan que la nueva familia se asuma como tal.
En el área económico-laboral:
• Garantizar espacios suficientes para la crianza y cuidado del hijo, teniendo en
cuenta el aspecto laboral.
• Dialogar sobre la continuidad, o no, de la madre en su trabajo.
• Dialogar sobre los ajustes económicos que plantea la nueva situación.
En el área de la casa:
• Acordar el espacio del nuevo hijo.
• Asignar entre los padres el desempeño de tareas y oficios de la crianza.
En el área sexual:
• Que la pareja acuerde los espacios que permitan la intimidad.
• Dialogar sobre los cambios que se presentan al madurar la pareja cada vez
más en el área sexual.
Etapa 4. La escolaridad.
En esta etapa es importante resaltar el proceso de enseñanza formal que se
inicia en el hijo al ingresar a la institución educativa, permitiéndose la
transmisión de creencias, costumbres y conductas culturales por intermedio de
los adultos en especial padres y maestros.
En el área social:
• Identificar la institución donde va a estudiar el hijo.
• Favorecer la relación del hijo con otros niños y familiares.
• Establecer normas claras en el juego, la relación con los amigos y los
permisos otorgados.
En el área de la casa:
• Acondicionar los espacios adecuados para el estudio.
• Acordar horarios de estudio.
• Asignar algunas tareas y responsabilidades en la casa.
En el área sexual:
• Lograr espacios de intimidad en la pareja.
• Tener en cuenta su papel formativo y preventivo para el/la hijo/a en la
sexualidad.
• Acordar cómo debe manejarse el ejercicio de la autoridad
Etapa 5. La adolescencia
Es una etapa trascendental en la vida de la persona, porque se pasa de ser un
niño para paulatinamente convertirse en un adulto joven. Es el momento en el
cual la mente se llena de dudas por los múltiples cambios que atraviesa a nivel
físico, psíquico, sexual, social y espiritual.
Tales dudas, en la mayoría de las veces, están acompañadas de falta de
información, de desatención por parte de la familia o de tabúes que pertenecen
a gran parte de la sociedad.
Por lo general, este período coincide con la mitad del matrimonio, dado que los
padres están en la mitad de su ciclo evolutivo (edad adulta, algunos ya más
avanzados en la madurez).
Para solucionar las crisis producidas por las perturbaciones antes anunciadas,
los padres deben llegar a acuerdos. Por tanto, en esta etapa es conveniente
tener presente:
En el área social:
• Los padres deben ampliar el rango de los permisos, manejo de dineros,
salidas y amigos.
• Concertar y dialogar con los hijos las normas a seguir.
En el área económico-laboral:
• Cubrir las demandas de estudio de bachillerato y educación superior.
• Propiciar en el hijo el manejo responsable de dineros.
• Dialogar sobre las eventuales actividades que los hijos puedan desarrollar y
que generen ingresos.
En el área de la casa:
• Redistribuir tareas.
• Hacerlos partícipes gradualmente de algunas responsabilidades.
• Respetar los espacios y objetos personales.
En el área de los hijos:
• Favorecer una comunicación constante para establecer una relación más
amigable
Hacer claridad en por qué la autoridad no es la misma para los hijos en la etapa
escolar que para los adolescentes.
En el área sexual:
• Reforzar el proceso de orientación de los hijos entorno a la sexualidad.
• Dialogar sobre su intimidad en pareja, analizando cómo los cambios son
signos de madurez y no de desamor.
Se caracteriza como una etapa que coincide con la del noviazgo. En la familia
los hijos mayores ya han establecido sus relaciones y comienzan a vivir su
propio ciclo vital, en la mayoría de las ocasiones, porque deciden formalizar su
relación, porque inician su vida laboral o sus estudios superiores fuera de la
cuidad.
Otro rasgo es que la relación dada con sus padres es de adulto a adulto. Al
quedar solos los padres, estos deben reestructurar su relación de pareja,
haciendo ajustes, adaptaciones y desarrollando intereses que les permitan vivir
más plenamente este reencuentro en su ciclo vital familiar.
“La familia debe tener presente que la salida de los hijos es un proceso
inevitable, gradual e individual”.
En el área social:
• Establecer unos claros acuerdos en las relaciones con yernos, nueras, nietos
y familias políticas.
En el área económico-laboral:
• Renegociar el manejo del presupuesto.
• Prever que la jubilación se avecina y crear las estrategias para garantizar
estabilidad económica.
En el área de la casa:
• Tener presente que en ocasiones es conveniente el cambio de casa por una
más pequeña y adecuada.
• Si se va a convivir con hijos se deben renegociar espacios y límites.
• Llegar a nuevos acuerdos sobre los quehaceres y responsabilidades en el
hogar.
En el área sexual:
• Dialogar en pareja cuáles son en este momento de la vida sus expectativas
frente al tema.
• Buscar disfrutar en pareja de las actividades afines, pueden ser conciertos,
lecturas, paseos, artes, entre otros.
Cuando una pareja logra liberar a sus hijos de manera que estén menos
involucrados con ella, suelen alcanzar un período de relativa armonía y pueden
llegar hasta la jubilación del esposo.
Algunas veces, sin embargo, el retiro de éste de la vida activa puede complicar
la situación, pues se hallan frente a frente las veinticuatro horas del día. Con el
tiempo, por supuesto, uno de los cónyuges muere y el otro queda solo y
buscando la manera de involucrarse en la familia.
Otra característica muy común en esta etapa, es que se supone que el nido
(hogar) queda vacío. Pero la tendencia de las familias a ser sobreprotectoras
hace que los hijos cuando se casen no digan adiós, sino hasta luego. Por eso
no es raro que se presenten familias de abuelos ayudando en la crianza de los
nietos y aún conviviendo con sus hijos separados. Esto hace parecer que la
tarea nunca se acaba. Por tanto, es conveniente tener presente:
En el área social:
• Buscar una estabilidad que permita un retiro digno del campo laboral en
materia de vivienda, salud y economía.
• Establecer un nuevo círculo de amigos y nuevas actividades.
En el área económico-laboral:
• Ser previsivos en todo lo relacionado con gastos.
• Buscar desempeñarse en los oficios de mayor agrado.
En el área sexual:
• Disfrutar en pareja de gustos y aficiones.
El ciclo vital es un proceso natural por el cual todo ser humano atraviesa. Al
pensar en el camino que se espera recorrer, debe existir una preparación e
incluir en el ‘equipaje’ implementos como: amor, comprensión, comunicación,
diálogo, empatía, tolerancia y paciencia, entre otros.
Crisis de la familia.
Es importante no olvidar que las crisis son oportunidades y que dependen del
manejo que se les dé que se alcanza a transformarlas en algo positivo. Cuando
se presenta una crisis debe darse una mirada al interior, tanto de las áreas de
funcionamiento familiar, como de la etapa por la cual se atraviesa. De esta
manera se podrá ser más asertivo en el manejo que debe darse a la situación.
Hay que recordar que no basta solamente con saber cuáles son la áreas de
funcionamiento familiar y cuáles las etapas por las que se va a atravesar, hay
que mantenerse atentos y asumir una actitud preventiva, de modo que cuando
se presenten las crisis se puedan sortear de la mejor manera y a tiempo.
Crisis normativas.
Las crisis que se esperan sucedan en la familia al pasar por las diferentes
etapas son llamadas normativas, vitales o de desarrollo. Se dan
obligatoriamente y que no se presenten puede ser tan estresante como su
ocurrencia.
Pautas de crianza.
La crianza es un proceso secuencial que los padres inician desde su formación
como hijos en sus propias familias. Es un proceso aparentemente natural, por
lo que se cree que por el hecho de hacerse padres desde lo biológico se está
preparado para afrontar con éxito el ejercicio de la paternidad. Pero, los
avances tecnológicos y los rápidos cambios sociales dificultan el desarrollo de
este proceso en forma armónica y natural, por lo cual es necesario que los
padres se preparen para desarrollar eficazmente su tarea.
6
María Eugenia Villegas Peña. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia
En la crianza de los hijos contribuyen los elementos que como hijos los padres
recogieron en sus propias familias; es de esperar que padres que poseen una
autoestima adecuada ofrezcan el ambiente que igualmente la propicie en sus
hijos, y los que carecen de ella les restarán posibilidades, sin con esto querer
decir que no lo puedan lograr, pues con esfuerzo y compromiso se puede
conseguir lo que con ellos no se logró.
Cabrera, Guevara & Barrera (2006) expresan que la red familiar se reorganiza
y las relaciones se redefinen permanentemente; en las interacciones negativas
en la familia pueden crearse desajustes psicológicos en los hijos, lo cual de
penderá del grado de satisfacción que se tenga por ser padre. De igual
manera, los conflictos que enfrentan los padres diariamente y el estrés
experimentado, debido a funciones relacionadas con la crianza, pueden influir
sobre las características de los hijos y su ajuste emocional.
Algunos estudios como los de Schwebel, Brezausek, Ramey & Ramey (2004)
coinciden en que los niños temperamentalmente difíciles necesitan una mayor
cantidad de tiempo y de recursos para alcanzar un adecuado desarrollo social.
También Ato, Galián & Huéscar (2007) analizaron las relaciones entre estilos
de crianza, temperamento y ajuste socioemocional en la infancia y proponen
los modelos interactivos que los estilos de crianza influyen diferencialmente en
el ajuste en función del temperamento de los niños y niñas.
Además, es importante tener en cuenta otras variables como la etapa evolutiva,
el género del niño, los recursos económicos, las características de la
personalidad de los padres, entre otros.
7
Enrique Dulanto Gutiérrez. La Autoestima, México, 2000
Si un niño/a considera que tiene un potencial en un área en particular, tratará
de desarrollar su habilidad en ese campo. No impida que su hijo/a o su
alumno/a renuncie a su objetivo, si no está de acuerdo con ello dele
alternativas, vigílelo, dele apoyo y canalice el interés del niño/a o joven hacia
alternativas positivas, pero no lo reprima.
Acreciente la personalidad de hijos/as y alumnos/as singularizando,
personalizando el trato con ellos, porque cada cual es único y diferente,
otorgue tiempo “particular” a cada uno de los/as hijos/as y de alumnos/as
aquellos que sienta que están más necesitados de apoyo y comprensión. Trate
al hijo/a como si fuera el hijo de su mejor amigo y trate de la misma manera a
los/as alumnos/as. Enséñeles lo que es ser único y ayúdele a que desarrolle
sus intereses.
8. Escúchelos.
Esto significa dedicarles su atención completa cuando establecen dialogo; por
muy difícil que sea para el mundo de los adultos, es importante para lograr esto
que en todo dialogo o discusión los adultos pongan en segundo o tercer
término sus creencias, opiniones, conceptos y sentimientos, de manera tal que
deje un gran espacio mental para tratar de entender y comprender el punto de
vista de sus hijos y alumnos. Cuando no esté de acuerdo manifiéstelo, pero
afirme el afecto que siente y tienen por ellos a pesar de no compartir sus
opiniones, actitudes y actuaciones.
9. Promueva la independencia.
Permita gradualmente que los niños y adolescentes gocen de mayor libertar y
control sobre sus vidas. Vigile y haga comentarios favorables y brinde apoyo
cuando estos intentan hacer algo que les permite generar autoconfianza y
crecer; de la misma manera, sugiera y si es necesario opine y ayúdelos a
corregir cuando los intentos de independencia les hacen ir por caminos
equivocados. Recuerde si durante la infancia los padres llenan al igual que los
maestros una gran parte del escenario existencial durante la adolescencia se
invierten los papeles, los estrellas son los adolescentes y padres y docentes
sabios permanecen en un segundo lugar, pero lo suficientemente cercanos
para que puedan ser de utilidad a los adolescentes cuando lo necesiten.
Sea realista. Este dispuesto a reconocer sus errores, porque como humanos
padres y docentes los cometemos.
Este consciente de que las influencias externas, como la presión de los
compañeros aumentarán conforme vayan madurando niños/as y adolescentes.
No espere que las cosas vayan siempre bien o idealice sus propuestas y
propósitos. La educación de los hijos y alumnos nunca ha sido fácil. Tiene sus
penas y sufrimientos, pero también tienen recompensas y alegrías
Siempre se debe razonar antes de cumplir una orden, así esta no me guste, si
la razono, al menos entiendo en medida y porque lo hago.
Durante la infancia y la adolescencia también se hacen enormes esfuerzos por
mantener relaciones equilibradas con los compañeros escolares y aún de
trabajo, especialmente con aquellos que se ostentan como lideres apoyados o
no por otros adultos pero que tratan de someter a los demás a sus caprichos y
necedades, de esto son conscientes muchos profesores y autoridades
escolares, pero aun siendo conscientes de los posibles daños que algunos
alumnos que ejercen poder causan sobre otros, no intervienen impidiéndolo por
las ganancias secundarias que muchas veces estas pandillas o sujetos
agresores les proporcionan con sus actitudes.
Conductas prosociales.
También, Mestre, Samper, Tur & Diez (2001) en sus investigaciones respecto a
la relación de estilos de crianza y desarrollo prosocial de los hijos, concluyen la
importancia de la dimensión afectiva en las relaciones familiares, incluyendo
evaluaciones positivas del hijo, interés, apoyo emocional y la coherencia en la
aplicación de normas. Destacan también que las relaciones con los hijos deben
ser adecuadas a su edad o nivel de desarrollo.
Mestre et al. (2007) encontraron que cuando la madre es quien evalúa los
estilos de crianza, los hijos alcanzan menor poder predictor en el
comportamiento prosocial. La evaluación positiva del hijo/a, el apoyo emocional
(junto con la coherencia en la aplicación de las normas) es el estilo de crianza
más relacionado positivamente con la empatía y con el comportamiento
prosocial. Así pues, la convivencia familiar que percibe el adolescente,
caracterizada por el afecto y apoyo emocional especialmente por parte de su
madre y junto con la estimulación de la autonomía del hijo, alcanza un poder
predictor del comportamiento prosocial.
Ramírez (2002) plantea que las prácticas de crianza que utilizan los padres se
relacionan con los problemas de conducta de los hijos; como prácticas de
crianza inadecuadas: afecto negativo, castigos no físicos, control autoritario y
énfasis en el logro, los hijos tienen mayor probabilidad de presentar problemas
de conducta tanto externos como in-ternos. Concretamente, el afecto negativo
predice conducta agresiva, problemas de atención y de comportamiento.
“La familia como grupo no es ya un sistema de normas sociales, sino una serie
de personas que interactúan en la vida cotidiana, su foco de estudio orienta
hacia su funcionamiento interno que hacia las relaciones normativas con el
exterior” (Estupiñán, 2009) Por tanto en la actualidad es necesario que la
familia reaprenda formas diferentes de interacción que les permita: identificar,
mantener y resolver dinámicas internas favorables para la sana connivencia y
modelo de aprendizaje social valido con mayores elementos potenciales para
el crecimiento personal de los niños, niñas y adolescentes.
La toma de decisiones.
Son los padres, desde su intimidad familiar, los que construyen y dirigen los
guiones de crianza para sus hijos; son los padres privilegiados para establecer
las pautas de crianza que creen que facilitarán el desarrollo armónico de sus
hijos con autonomía e independencia.
Ejercicio de la autoridad.
Como afirma el filósofo español Fernando Savater, la autoridad que los padres
ejercen sobre sus hijos debe ser firme y afectiva para que genere espacios de
confianza y de autonomía; estos dos elementos son los ejes que contribuyen al
desarrollo de una personalidad sana, lo que a su vez, facilita el desarrollo de
seres humanos autónomos e independientes. El ejercicio de la autoridad por
parte de los padres exige unidad de criterios al respecto. En este ejercicio es
significativa la concordancia entre el ejemplo y la palabra.
8
Cadavid Garcia, Irene y POSADA CORREA, Felix. Padres exitosos en el ejercicio de la autoridad.
Medellín: UPB, 1999. p 4
Son los padres los que con sus comportamientos refrendan las orientaciones
que ofrecen a sus hijos en lo que se refiere a valores, creencias, pautas
relacionales y en general a todos los elementos que favorecen una convivencia
social que parta del respeto y la tolerancia con los otros ciudadanos.
La autoridad de los padres es una relación diferenciada, en la que ellos no son
simplemente amigos de sus hijos, sino que desde una posición jerárquica
superior los dirigen y los acompañan con afectividad, firmeza y seguridad.
Padres o amigos.
La amistad implica una igualdad en la relación, que confundiría la
diferenciación entre los padres y los hijos y además, debilitaría el ejercicio de la
autoridad con firmeza. Es primordial sedimentar primero la autoridad y la
superioridad como padres, para luego, cultivar y hacer que prospere la amistad.
El ejercicio de ser padres o madres implica la elaboración de pautas de crianza
claras, que sean producto del trabajo reflexivo y flexible que los padres unidos
construyan, con la posibilidad de generar espacios de seguridad, aceptación y
autonomía para sus hijos.
La seguridad la proveen los padres que están preparados para hacerlo, los que
como hijos recibieron una orientación firme y afectuosa, o los que durante su
preparación para ser padres superan las debilidades de su crianza
Hay ilusión y se encuentran todos los miembros unidos y queridos, dando como
resultado seguridad, estabilidad y confianza.
Cuando los niños/as crecen como han tenido metas y no solo las han
conseguido sino que han sido apoyado y llenos de afecto, se convierten en
adultos independientes y sin ningún problema a la hora de expresar sus
necesidades o de mostrar afecto.
Hay otro tipo de familia que se caracteriza por que los progenitores siempre
meten a los hijos de por medio, algo así como que los hijos son la pieza clave
de la familia, se centran en ellos/as, y ni siquiera hablan de la pareja, siempre
lo sustituyen por los niños/as y esto es debido a que lo utilizan como un método
de defensa, es decir, como no saben enfrentarse a sus propios conflictos
utilizan y sacan temas sobre sus hijos/as, como si ese fuera su único tema de
conversación. En este tipo de familia centrada en los hijos/as lo que se busca
es la compañía de los hijos/as, de esto depende su satisfacción personal. Viven
exclusivamente para sus hijos/as.
Dentro de la familia Inestable se puede analizar que no llega a ser una familia
unida, los padres no tienen metas comunes y eso les lleva al problema de no
saber escoger cómo y cuáles son los principios que quieren inculcar a sus
hijos/as, cuál es el tipo de mundo que quieren que aprendan sus hijos/as, se
presenta una ambiente de inestabilidad que hace que los hijos/as crezcan en
un ambiente con una personalidad marcada por la inseguridad, la
desconfianza, con una imposibilidad afectiva que cuando crecen los/las forma
como adultos incapaces de comunicar sus necesidades, frustrados/as, con
grandes sentimientos de culpa por no ser capaces de exteriorizar sus
sentimientos.
• Asumir el dialogo en el hogar como un valor que intenta fortalecer los vínculos
de sus integrantes, permitiéndoles una convivencia familiar armónica.
Tipos de comunicación.
Afectividad.
Emociones.
Las reacciones de los padres ante las emociones de los hijos juegan un papel
importante en el desarrollo socioemocional. O’neal & Magai (2005) observaron
la socialización parental y la relación con emocionalidad negativa en la infancia.
Desarrollo socioafectivo.
El desarrollo socioafectivo y la socialización en la infancia está relacionado con
la participación, la crianza y la estimulación en la familia, como se destaca en
los lineamientos de La UNICEF al resaltar la participación del padre y la familia
en la crianza y desarrollo infantil y en la importancia de identificar y optimizar
las fortalezas de la familia en la crianza de los niños y niñas9.
El desarrollo psicosocial en la infancia influirá significativamente en las
oportunidades de aprendizaje y sociales que pueda tener en el futuro.
Las familias con estilos democráticos o asertivos promueven un adecuado
desarrollo socioafectivo.
En sus investigaciones Richard de Minzi (2005) encontró que las familias
democráticas promueven afrontamientos adaptativos y protectores ante la
depresión y la soledad, mientras que las familias autoritarias generan
inseguridad, evitación de los problemas, afrontamientos desadaptativos,
depresión, además, la soledad está asociada al rechazo y al desinterés de los
padres.
Normas.
Pautas que determinan el comportamiento de un sujeto frente a diferentes
circunstancias que se le presentan y que le exigen una posición. Las normas
definen qué está permitido y qué prohibido, señalando correctivos cuando no
sean acatadas. Las normas pueden ser explícitas e implícitas.
9
Cuervo Martínez, Ángela. (2009). Pautas de crianza y desarrollo socioafectivo en la infancia Fundación
Universitaria Los Libertadores. Bogotá.
Normas explícitas: son claras, mediadas por la palabra y por la escucha.
Implican un intercambio funcional de información en que la comunicación es
directa, hay acuerdos y coherencia entre la comunicación verbal y no verbal.
Las interacciones son de forma circular y se establecen relaciones simétricas y
complementarias.
Roles.
De acuerdo con Edison y Arias10, antes de abordar el concepto de rol es
importante mencionar el término estatus, el cual lo definen ordinariamente
como el nivel o posición de una persona en grupo, o de un grupo con relación a
otros.
Los roles traen consigo una medición cultural que condiciona a un sujeto para
comportarse de una u otra manera en una sociedad. De acuerdo con esto,
existen diferencias en la forma cómo la cultura enseña a un hombre y a una
mujer un modelo de comportamiento.
Límites.
Los límites hacen posible la confrontación con fronteras que exigen respeto y
aceptación al interior de la familia.
10
Viveros, Edison y ARIAS, Luz Mery. Dinámicas internas de las familias con jefatura femenina y menores
de edad en conflicto con la ley penal: características interaccionales. Ciudad: Fundación Universitaria
Luis Amigó, 2006. p 32
Límites difusos: se presentan cuando la familia no ejercita la palabra y la
escucha para no aglutinarse o desligarse, es decir, cuando las fronteras no se
han practicado mediante la reflexión y la interpelación.
“Las tareas que ha de cumplir la familia, la manera cómo se definen los roles,
los patrones de comunicación considerados aceptables, los grados de
implicación afectiva y los mecanismos de control utilizados, están moldeados
por las normas y valores procedentes parcialmente de las influencias de la
familia de origen de los padres y, por otra parte, de los demás elementos
culturales como los subgrupos a los cuales la familia pertenece: étnicos,
socioeconómicos y etarios”11.
Familia rígida: se trata de un grupo familiar que una vez ha trazado sus normas
y valores, no permite la adaptación de nuevos criterios, mantienen los mismos
modelos de interacción, lo cual dificulta el desarrollo, crecimiento e
independencia de sus miembros.
11
Ibid. p 34.
idea pesimista con la evolución normal, es decir, dan por hecho que sus
hijos/as no saben defenderse por si solos.
Familia centrada: en este grupo, la atención a los conflictos se deriva hacia uno
de sus miembros, de modo que la estabilidad del sistema familiar depende del
integrante hacia el cual se desvía toda la atención. Genera grandes montos de
culpa, ansiedad y dificultad de independencia.
Familia evitadora: son grupos con baja tolerancia al conflicto, que se maneja
evitando su enfrentamiento.
Tienen tendencia a no aceptar la crítica, a no tolerar situaciones de crisis y a no
aceptar la existencia de situaciones problema. En la familia evitadora, los
miembros tienen deficiencia en el aprendizaje de negociación de conflictos y en
adecuados métodos de comunicación.
Desde una mirada sistémica, se considera que la familia es una unidad que
permite a los integrantes desarrollar sus capacidades, potenciales, destrezas,
habilidades para lograr la autonomía.
Los factores de riesgo interpersonales tienen que ver con el ámbito escolar,
con el grupo de amigos y con el ámbito familiar.
14
Muñoz, R. M Graña, J. Factores familiares de riesgo y de protección para el Consumo de Drogas en
Adolescentes. Universidad Complutense de Madrid. www.psicotema.com. 2001. Vol. 13. No. 1. Pp 87 –
94
• Historia de alcoholismo y abuso de drogas en la familia.
• Conflictos y problemas de relación entre madres, madres, hijos, hijas, otros
familiares.
• Dificultad para escuchar o responder adecuadamente a hijos e hijas.
• Falta de interés por la educación y mundo emocional de hijos e hijas.
• Ausencia de normas claras de funcionamiento familiar.
• Falta de vínculo afectivo con hijos e hijas.
• Dificultad para fijar límites.
Factores protectores:
Son todos aquellos recursos, condiciones o situaciones internas y externas de
las personas y de las familias, que hacen menos probable o inhiben la
respuesta violenta, que los fortalece. Como ejemplo están cualidades,
destrezas y capacidades en diferentes campos de los miembros de la familia; el
afecto y el amor entre ellos; la solidaridad y los vínculos con otras personas; las
cosas que poseen; y el medio social y cultural en que viven.
Factores protectores:
Los factores protectores que poseen las familias y los individuos pueden
contrarrestar o disminuir el peso y efecto de los factores de riesgo. Estos son:
Vínculos afectivos: son los lazos de afecto que se tienen con familia, amigos,
vecinos, asociaciones a las que se pertenece, organizaciones cívicas, y
relaciones con compañeros de trabajo o empleadores, lugares o animales.
Estos vínculos son protectores y se generan a partir de la pertenencia a algo.
Cuando dichos vínculos afectivos son positivos, cálidos, ofrecen seguridad y
soporte emocional o material y hacen sentir a la persona amada, aceptada,
necesaria, estimada y respetada. Competencias y destrezas de protección: son
aquellas capacidades que se tienen o se han desarrollado, las cuales permiten
reconocer el riesgo, evitarlo, manejarlo, así como al conflicto y la tensión. Estas
competencias incluyen las habilidades para relacionarse de manera positiva
con otras personas. Otras destrezas de protección son la autoestima, la
confianza en sí mismo, la capacidad de pedir ayuda o el autocontrol.
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