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En tal virtud, monseñor Guevara y Lira consideraba que este último vivía en
concubinato y en la ocasión del Jueves Santo de 1868, durante las ceremonias de
la catedral de Caracas, se colocó ostensiblemente al cuello la llave del templo en
vez de entregársela, como era la costumbre, a Urbaneja quien, como gobernador
del Distrito Federal, representaba allí al gobierno del entonces presidente Falcón.
El gesto de monseñor Guevara y Lira provocó un escándalo cuyas consecuencias
se pudieron medir, a mediados de 1870, cuando Urbaneja, ministro de Relaciones
Interiores del recién instaurado gobierno de Antonio Guzmán Blanco, le solicitó a
Guevara y Lira, bajo instrucciones del propio presidente, la celebración de un
tedéum conmemorativo de la batalla de Guama, uno de los hechos de armas de la
Revolución Liberal. El prelado, quien había sido simpatizante del derrocado
gobierno de los “azules” y a quien probablemente indisponía el hecho de tener que
obedecerle a Urbaneja, condicionó la realización del acto a la concesión de una
“franca y perfecta amnistía”, iniciando así una crisis entre la Iglesia y el Estado
venezolano.
Guevara y Lira fue expulsado del país (28.9.1870) y entre 1870 y 1873, Guzmán
Blanco llevó a cabo un proceso de sometimiento de la Iglesia Católica al poder
civil, uno de cuyos aspectos fue el Decreto-Ley sobre el Matrimonio Civil, expedido
el 1 de enero de 1873. Según las disposiciones del decreto, los matrimonios civiles
precederían a los religiosos y se celebrarían por ante los presidentes de los
concejos municipales y en los salones de sesiones de estos, salvo en el caso de
que uno de los contrayentes estuviese in artículo mortis, circunstancia por la cual
se podría celebrar la ceremonia en casas particulares. Al mismo tiempo, se
preveía la figura jurídica de la separación de cuerpos sin llegar, sin embargo, a
sancionar el establecimiento del divorcio. La ley comenzó a cumplirse en Caracas
el 16 de enero de 1873, día en que contrajeron matrimonio civil Manuel María
Martínez con la viuda de Germán Paz Castillo, José Ignacio Cardozo con Carmen
Núñez de Cáceres y el general Aníbal Marott con Ramona España, la viuda del
general Manuel Ezequiel Bruzual. El 14 de febrero, el propio presidente Guzmán
Blanco legalizó civilmente su matrimonio eclesiástico con Ana Teresa Ibarra
Urbaneja. Se comentó entonces que el matrimonio civil de Guzmán Blanco y de su
esposa obedecía al propósito de disimular el que necesariamente deberían
contraer Urbaneja y su cónyuge para regularizar su situación. La Ley de
Matrimonio Civil fue objeto de protesta por parte del clero, particularmente en la
voz de monseñor Juan Hilario Bosset, obispo de Mérida, quien, en una pastoral
del 27 de febrero de 1873, explicaba que, al acatar la nueva ley, los curas
párrocos debían instruir “a los fieles en la necesidad de elevar ese contrato a
sacramento, celebrándolo a presencia de la Iglesia por medio de la asistencia del
propio párroco y de dos o tres testigos” El 19 de marzo de 1873, monseñor
Bosset, quien en 1828 había sido el oficiante del matrimonio eclesiástico entre
Antonio Leocadio Guzmán y Carlota Blanco, los padres del propio presidente
Guzmán Blanco, era a su vez, expulsado de Venezuela, falleciendo en el trayecto
entre Mérida y la ciudad colombiana de Cúcuta. Cabe señalar, finalmente, que el
Decreto-Ley sobre Matrimonio Civil se expidió simultáneamente con el decreto
sobre la organización de los registros civiles. Venezuela, en ese sentido, fue uno
de los primeros países del continente iberoamericano en contar con ambas
instituciones.
Era típico de la época que los caudillos regionales, muchos de ellos antiguos
héroes de la guerra independentista, torcieran la mano a los gobiernos
democráticamente electos. De esa manera tiraban de los hilos de la política o
directamente se hacían elegir presidentes, cargo que luego ocupaban de manera
vitalicia.
Sin embargo, lo que distingue al caudillismo de otros tipos de dictadura, es que el
caudillo solía ser inmensamente popular entre la población, que le otorgaba de
entrada la mayor suma de poderes políticos bajo la promesa de que los ejerciera
con mano firme pero amorosa.
La identificación entre el caudillo y el padre en este sentido era plena. Por otro
lado, era también característico el desengaño masivo una vez instaurado el
gobierno caudillista, por lo que el pueblo seguía a otro caudillo que derrocaba al
primero y así sucesivamente.
14) Investiga sobre cuales eran los principales caudillos venezolanos y Explica 3.
Julián Castro
José Tadeo Monagas
Ezequiel Zamora
Juan Crisóstomo Falcón
Antonio Guzmán Blanco
Joaquín Crespo
Cipriano Castro
Carlos Rangel Garbiras
José Tomás Boves (1782-1814). Militar y caudillo de origen español,
conocido en la Venezuela del siglo XIX como “el León de los Llanos”, “el
Urogallo”, “la Bestia a Caballo” o el “Taita”, fue comandante del Ejército
Real de Barlovento, apodado la “Legión Infernal”, en el transcurso de la
independencia venezolana (1813-1814). Fue un caudillo popular, que se
valió del enorme resentimiento de las clases sociales más bajas contra las
élites de la época, para alzarse en armas contra la Segunda República
venezolana.
José Antonio Yáñez fue un caudillo realista que participó de la Guerra de
Independencia de Venezuela.
José Cipriano Castro Ruizfue un militar y político venezolano que se
convirtió en jefe de estado entre 1899 y 1908, primer presidente de
facto tras el triunfo de una guerra civil y desde 1901 como presidente
constitucional de Venezuela.