Está en la página 1de 1

MUSHI MUSHI

No era época de medias tintas. No señor. Los chicos de Séptimo “C” ya habíamos
demostrado compromiso cuando nos invitaron a debatir sobre el hambre. Y qué decir
cuando a la maestra se le ocurrió representar un juicio a Inglaterra por su ocupación
de Malvinas. Abogado defensor, fiscal, juez y jurado. El acusado tuvo todas las
garantías, pero igualmente la condena fue unánime.
Pero la demostración del espíritu de la época que reinaba en ese grupo, llegó cuando
nos enteramos que planeaban despedir a Mushi-Mushi. El portero que cada mañana
mientras entrábamos acompañados por la marcha de San Lorenzo nos tocaba
graciosamente la cabeza repitiendo esas palabras.
Abandonamos el aula invitando al resto a copiarnos. Incluso los de cuarto llegaron a
participar. Las chicas, rápido, subieron a la terraza. Los varones con tiza escribíamos
las paredes. La eme mayúscula suplantaba la pé sobre la ve corta.
En la terraza, una coordinadora crispada intentaba infructuosamente ordenar a
decenas de nenas que en ronda clamaban el nombre: Mushi-Mushi.
La toma siguió hasta el mediodía. En el comedor y asesorados por la maestra de
quinto, escribimos el petitorio que fue entregado a las autoridades.
La tarde se desarrolló normalmente. Las maestras de hebreo se enteraron de los
hechos por sus colegas de castellano. A la mañana siguiente, la propia directora
transmitió la noticia: “Don Escalante” esperaría un tiempo más para jubilarse”.
Festejo general. Los recreos serían usados para limpiar las paredes.

También podría gustarte