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1 • Dori Fantasmagori

AbhyHanlon
flustraclones de la autora

Dori es la más pequeña de su casa y,


como cualquíer hermana menor, lo que
más desea es que sus hermanos jueguen
con ella. Aunque hace todo por Uamar
su atención, ellos no la íncluyen en sus
juegos porque dicen que aún es una bebé.
Pero Dori nunca se aburre, gracias a su
gran �aginadón y a su inagotable
energía siempre tiene algo que hacer:
engañar a los monstruos que viven en
su casa, vengarse de la muil.eca favorita
de su hermana y escapar de los dientes
afilados de la seftora Crujilda Crocante,
una roba bebés de 507 años.

Abby
Ha11Lon
SANTILLANA Q SANTILLANA Q
lnfantll ._. Infantil-
CAPÍTULO 1

e; V��(>���

FAílTASMAGOl2ÍA1 " Me llamo Dori, pero todo el mundo me 7

\ (.)StcK\o c\(l �<;or\oCl<ÍP donde LO r(>Ol.


y Lo 1rnag1rClf10 c;p cort-c!f'di?r'
dice Pulga. Ésta es mi familia. Yo soy la
más pequeña.
Mi hermana se llama Violeta y mi herma­ Pues no, no pienso irme. Pero no sé qité
no se llama Lucas. Violeta es la mayor. Violeta decir, así que les hago preguntas. Todas las
y Lucas nunca quieren jugar conmigo. Dicen que se me ocurren.
que soy una bebé.
-¡Ma, la Pulga nos está molestando! -
protestan.
8 -¿Qué está haciendo? -pregunta mi 9
man1á.

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i d\1i
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Cada vez q ue he intentado jugar con Lu­


cas y Violeta este verano, ellos me dicen:
"Vete, por favor. ¡Déjanos en paz!".
-¡Ya quiero volver a la escuela para poder -¡Porque hablas sola! -dice Violeta.
descansar de la Pulga! -dice Violeta. -¡Y haces berrinches! -agrega Lucas.
-¡Yo también! -gruñe Lucas. -¡Y juegas con monstruos! -dice Violeta.
-¡No hablen de la escuela! -me tapo los ¿Hablo sola? No sé por qué lo dicen. NUNCA
oídos. No quiero que el verano se termine. hablo sola. Hablo con mi amiga Mari. Nadie
Me gusta quedarme en casa, en pijama, en puede verla, sólo yo.
10 vez de vestirme para ir a la escuela. 11
-Es un camisón de invierno -dice Violeta.
-Y está al revés -comenta Lucas.
-Sí, está todo al revés. Te lo pusiste con la
etiqueta hacia el frente -dice Violeta.
-¿Y qué? -pregunto.
-¡Que ahora que
ya cumpliste seis
años debes dejar de
comportarte como
una bebé!
-¿Por qué siempre
me dicen bebé?
-me quejo.
Mari siempre quiere En el día, Mari me sigue a todas partes.
jugar conmigo. Quiere hacer todo lo que yo hago. Por lo ge-
Piensa que soy neral no me molesta, pero a veces tengo que
genial.

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decirle que no.

V,oteto >e '

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A.4
12 1

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.
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I ~ ~\ I '\
En la noche, Mari
duerme debajo de
mi cama.

- Está bien, Mari. ¿A qué quieres jugar?


.- -le pregunto.
A Mari le gusta hacer varias cosas:

cernerse Las
goLLetas
de Lo olocerio

14 1.5

tnitar de..roborse? Cherr1,


Lo rnurieca de V10Leta~

y or.goíllZor eL Club de t?jE>rCiClo


Le gusta q,ue La arrastre por toda L<1 casa
(:)n eL Canasto de La ropa suoa

17

y b1..1scar tnOf'\S+Nos.
IV\Of' Stn.¡o
Morc;tr1,10
det. \tétchvp e
d(:lt tlj<X' Qot-o

19
---
Mari es mi favorita. De hecho, mi casa También están el Mons-
está llena de monstruos. Está el Monstruo truo de la Lavadora, el
del Excusado, que aparece en el baño si te Monstruo del Cajón Roto,
quedas ahí sentado
el Monstruo de la Aspi-

r:~··-~~1
por mucho tiempo.
radora, el Monstruo del
Está el Monstruo
Pasillo de Arriba y el
del Kétchup, que hace
Monstruo de la Sala, (
ruidos extraños cuan-
do aprietas la botella.
1 t}
- c::J -- ~
1
entre otros.

Morc;h 1.40 cl{IL


MOflc;tf\.lo d<? Lo Lavador'll f).:ic,ltLO d(.) A1 r iba
Cuando veo alguno, trato de advertir a
Lucas y a Violeta.

20

'íClltdado\ 1E.stá detrós de tl\''

•·1COQQAíl\, iAHÍ VIE.ílE EL


MOílSTQUO DE LA ASPIQADOQA\"

Pero Lucas y Violeta nunca me lo agradecen.


\A v{)r CJ.,4é ,
S(? í'OS 0(4rre para \
'{,40 de¡P de aCh.lar /

-
corno bebE'.>1 •
Después de cenar, Violeta y Lucas anun- Muy despacio, Violeta me pregunta:
cian que tienen algo importante que decirme. -Pulga, ¿alguna vez has oído hablar de...
Los sigo escaleras arriba, saltándome al- alguien llamado... señora Crujilda Crocante?
gunos escalones. Estoy muy emocionada. Niego con la cabeza.
¿Qué podrá ser? Violeta deja que me siente - Bueno, la señora Crujilda Crocante
en su cama. A lo mejor me va a dejar jugar es una ladrona y se roba a las bebés -dice
24 con su muñeca Cherry. Violeta.
-¡Tiene 507 años y dientes muy afilados!
-agrega Lucas.
-Y te vas a sorprender mucho cuando te
diga esto... -continúa Violeta.
- ¿Qué? -pregunto. Muero por saber.
- Te está buscando -dice rápidamente.
-¿En serio? - pregunto.
-Muy en serio - responde.
- ¿La señora Crujilda Crocante me está
buscando? ¿A míííí? - pregunto maravillada.
- Shhh -dice Lucas- . Es tan terrorífi-
ca que debes decir su nombre en voz baja:
.,
señora Crujilda Crocante ...
-Y si fuera tú, dejaría de comportarme Antes de que contesten, ya tengo más
como una bebé... para que no venga por ti preguntas:
-dice Violeta. - ¿Es escurridiza? ¿Tendré que luchar
Por un momento me quedo callada. Esto contra ella? ¿Usa una larga capa negra?
es algo que hay que pensar bien. Lucas y ¿Está hecha de piel?, ¿es piel de verdad o piel
Violeta me miran como si estuvieran espe- falsa? ¿Tiene los dientes podridos?, ¿se los
26 rando que me eche a llorar. cepilla? ¿Su nariz se ve realmente horripi- 27
-¿Cómo entrará en la casa? ¿Lo hará por }ante? ¿Tiene un gato? ¿Vive en una cueva?
la puerta principal? ¿Tocará el timbre? -les ¿Tiene los huesos muy largos?
pregunto. - ¡NO SABEMOS! ¡DÉJANOS EN PAZ!
-gritan, sacudiendo la cabeza y alejándose
a toda velocidad.
Sigo a Lucas y a Violeta por toda la casa.
- ¡Ay, no! ¿Qué hicimos? -se queja Lu-
cas, tapándose las orejas.
-Ésta es la peor idea que hemos tenido
- dice Violeta, tratando de alejarse ele mf.
- La peor -gruñe Lucas- . La peor de
las peores.
- No quiero saber qué pasará - dice
Violeta.
28
CAPÍTULO a

''¿(~cucharon
í
\
eL timbre7''
1

30 Ala mañana siguiente, le advierto a Mari: 31


- La señora Crujilda Crocante tiene 507
años de edad. También tiene los dientes
negros y puntiagudos como agujas,
y sus bolsillos están llenos de
pafiuelos sucios y... podría
estar en camino hacia ,
acá, así que no te
comportes como
una bebé.
Nunca había vis-
to a un monstruo
tan asustado.
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_t-¡¡ !
(j:i\¡
Cuando
. escucho
e1 t1mb re, corro es-
ca1eras abajo.
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-¡Está bie n, yo abrol. - ¿·1go.


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'NA E.STA,
AGU1\ ¡;::¡¡¡¡¡
Corro a esconderme debajo de la cama de - ¿Viste mi capa? -susurro.

l mis papás. Al llegar, me encuentro con algo


tibio y peludo. Alguien más está escondido
Mari busca detrás de ella y me alcanza la
capa, que está echa bola y arrugada. Siempre
aquí. Es Mari. toma mis cosas y luego no me las devuelve.
-Voy a enfrentarme a la señora Crujilda
·t e...,ll'<lo n;l?ro'; <;(' IJJ Crocante -le digo a Mari mientras me pon-
pc,pere, s.tcr(> dP"' go la capa.
<;QLto y 1u o9.6ton'>. 37
-¿Puedo ayudarte?
ºº -~·
...--......
( no. (s rn~y
- •cr•

prugroc;o. 1
~. ~

-- \1 <..,. <..
Luego corro, tan rápido
como puedo, al cuarto de
Lucas para buscar sus dar-
dos. Pero cuando escucho

i que alguien se acerca, me


rneto en el clóset para es-
l conderme.
...
t
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'•, •. I' .... " ....
\/ " ...
• , 1 .. ,

t-- ,.," 1 1
El clóset está oscuro y tibio, y un poco ,.....1-
apestoso. La verdad, estoy muy contenta en
él, así que decido quedarme aquí. Tal vez pa-
san días y más días.
Puedo oír a mi familia preguntando:
¿Dónde estará la Pulga? ¡Alguien se acerca!
- ¡Jiii, jiiil ¡Nunca me encontrarán! ¡OH, NO! ¡ME DESCUBRIRÁ!
-me río.
- -¡DÉJAME EN PAZ! - grito.
Estoy enojadísima porque echó a perder
mi escondite.
f - ¡NO ME ENCUENTRES! -le grito.

40 • 41

La puerta del clóset se abre.


¡Es el aburrido de mi hermano Lucas!
-Pulga, ¿qué diablos haces aquí? -me
pregunta.
Pataleo y doy manotazos y aviento algu- Después de llorar me siento mucho mejor.
nas cosas. Me pongo a llorar tan fuerte, que -¿Me prestas un dardo? -le pregunto a
el cuarto se ve borroso y de cabeza. Lucas, secándome las lágrimas.
-Estás chiflada - dice, y se va. Creo que
eso significa que sí.
Tomo el dardo y corro. En el pasillo me
42 encuentro a Mari, que 43
está dando brincos
y señalando hacia
• 1
abajo .
• ¡:
-¡La señora
.é ~ Crujilda Crocante
''. ~ bajó por las esca-
. - leras! ¡Está en la
sala! ¿Qué harás?
-grita.
- Voy a dispa-
rarle con este dardo especial adormecedor.
la pondrá a dormir por cien años.
-¡Guau! -dice Mari-. ¡Qué buena
idea!
-No me sigas - le advierto.
Por <;I
o(a<;o..,
.... ~

' l

44 45

..
.-
47

íAhí está! íSentada como si nada! - Yo soy la mamá y tú eres el papá -dice
Sostengo el dardo, lista para dispararlo Violeta.
hacia el otro lado de la habitación. ¿Lista? ¿Están jugando a la casita?
Uno, dos ... Espera un momento. ¿Qué acaba Suelto el dardo. Quiero jugar a la casita.
de decir Violeta? - Ahora, sólo necesitamos un bebé -dice
Violeta.
/
' i\/0 PUE.DO , 1

¿Bebé? \ SE.Q E.l BE.BE.~ I -Mmmmm... -dice Lucas.


¿Alguien dijo bebé? '-...._ - Pueeees ... -dice Violeta.
Mi hermana y mi her- -~ \1 ,¡ - Mmmmm ... -vuelve a decir Lucas.
"\ \ i
mano me observan con } \ .,_~ 'v -Tengo una idea mejor - dice Violeta, y
cuidado, intentando de- 1. ~ • carga a Cherry- . ¡Cherry puede ser el bebé!
cidir. Hago mi cara de ,\ - ¡Qué buena idea! - comenta Lucas. 49
bebé más tierna. · - Ella es más tranquila - afirma Lucas.
-Gu -digo- . ¿A gugu bu, -Y tierna - dice Violeta.
gugu tata? "Tonta y apestosa bebé Cherry", pienso.
Apretando los dientes y con
tni voz más amenazante,
le advierto:
•.,J r_ - Ya verás. Un
.,- I ~F

día de estos
"'-· - -- ~ "'-
'f'.... 'r.4
# "!' ( ¡
,ne las vas a
- - -t pagar...
.' f, º;·
~~:¿~( ~
f ,(r

.. ~ . ]¡
'0-GI
Mientras me alejo con la cabeza en alto,
recuerdo que de todas maneras no tengo
tiempo para jugar. Estoy muy ocupada.
¿Pero en qué estaba tan ocupada? No me
acuerdo. Sólo sé que estaba en medio de algo.

so

(á<;Caro
de pt.átoro

-
Cuando regreso a mi habitación, me acu- - Tres, dos, uno... -susurro.
rruco en la cama con mi conejo. En ese mo-
mento llega Mari con mi dardo. r-
:.
---- - ..
.... ~

t, r-----.
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52 ~
1 t> 53
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-¡Ah, sí! - digo- . Estaba a punto de


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1

dispararle a la señora... esteee... shhh ...


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¿Oíste eso?
Escucho unos crujidos que provienen de
'! ~ '(

las escaleras. Incluso el Monstruo del Pa-


sillo de Arriba está asustado y quiere es-
1 f~
~ •
conderse en mi cuarto. Echamos un vista-
zo y vemos a la señora Crujilda Crocante,
que parece más enojada que antes. Llegó
la hora de ser valiente.
. Entonces
rn1 dardo. salgo dando un salto y arrojo

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La señora Crujilda Crocante empieza a ¡Debo decirle a Lucas y a Violeta! Tienen
tambalearse. Va derecho hacia la pared. Se que saber que yo le disparé a la señora Cru-
le doblan las rodillas, se le cierran los ojos ... j ilda Crocante, porque fui muy veloz y muy
¡y cae! lista y tengo muy buena puntería. Tienen
-Encontraré a esa niña cuando despier- que saber que ningún bebé podría haber he-
te - murmura. Luego se queda profunda- cho lo que yo hice. ¡Tienen que saberlo!
56 mente dormida. 57

\ ./
G
Corro a la sala y salto al regazo de Viole- -¡Ma, la Pulga nos está molestando! -
ta. Hago una casita con mis manos alrede- grita Violeta, alejándome de un empujón.
dor de su oreja y le susurro mi secreto: - ¿Qué está haciendo? - pregunta rn1
mamá desde la cocina.
- ¡Me está escupiendo en la oreja!
-¡No es cierto! ¡Te estoy contando un se-
58 creto! -grito. 59
Pero antes de que mi mamá entre en la
habitación, salgo corriendo tan rápido como
puedo. Mientras subo las escaleras a toda
velocidad, oigo que mi mamá pregunta:
-¿De dónde sacó la Pulga ese loco juego
de la señora Crujilda Crocante?
Me detengo a escuchar.
-No tengo idea -responde Violeta.
-¿Quién sabe? -dice Lucas.
- ¡La señora Crujilda Crocante está pro- Luego corro por el pasillo hasta mi ha-
fundamente dormida en el pasillo de arriba! bitación, con cuidado de no tropezar con el
¡Le disparé con un dardo adormecedor! ¡En cuerpo que está en el piso.
serio!
')
•, · , : 'lil • CAPÍTULO 1

Al pasar por encima de la señora Crujilda 61


Crocante para bajar a desayunar, empiezo a
preocuparme. Cíen años suena a que es mu-
cho tiempo, pero, ¿qué tal si cien años pasan

- muy rápido? Decido disfrazarme para andar


así por la casa, por si la señora Crujilda Cro-
cante despierta. Sólo por si acaso.
f ' -¿No tienes calor con ese disfraz?
•..,.. .
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.
:~ (---=---·- - pregunta Lucas.
-No... sí... Es que no quiero que la seño-
ra Crujilda Crocante me reconozca.
-¡Ya deja de hablar de la señora Crujilda Intento que Lucas y Violeta se rían de mí.
Crocante! -grita Violeta. Ya descubrí que la hora del desayuno es la
- ¡Ya deja de hablar de la señora Crujilda mejor para reír. Ellos siempre se ríen cuan-
Crocante! - la imito. do la leche se me sale por la nariz. Y si mis
papás duermen hasta tarde, puedo hacerlos
reír diciendo palabrotas.

---

Ahora que la señora Crujilda Crocante


está dormida, por fin tengo tiempo para ju-
gar con Lucas y Violeta.
Pero después del desayuno tengo que es- Sigo a Violeta y a Lucas por toda la casa
forzarme mucho más para atraer su aten- pensando qué hacer para impresionarlos.
ción. Mari me sigue a mí.
-Si quieres, puedes ordeñarme -le pro- -¿Puedo pintarle bigotes a la señora
pongo a Violeta. Crujilda Crocante mientras duerme? - pre-
gunta Mari .
-¡No, es muy arriesgado! 65
-digo.
-¡Pero está roncan-
do muy fuerte! -dice
Mari. - Estoy ocu-
pada - le digo, aleján-
dola con un gesto.

-¡Guácala! ¡Qué asco! -dice Violeta.


- Bueno, me ordeñaré sola y te daré un
vaso de leche -le ofrezco.
- ¡Aléjate de mí! -grita Violeta.
- Ey, chicos, ¿quieren ver un truco de
magia? ¿Ven la varita que tengo en esta
mano? - pregunto.
Luego escondo las manos tras la espalda.
- ¡Tarán! ¡Ahora está en la otra mano! -
-
digo.
66

- Ése es el peor truco que he visto en Ni siquiera les interesa verme comer una
toda mi vida -dice Lucas. servilleta.
-Ey, chicos, ¿saben que puedo cantar sin -¿Por qué siempre te portas como si fue-
abrir la boca? En serio. ¡Escuchen! ras una bebé? -pregunta Violeta.

68

eshlrnos o 1B grados.
\G~ íh.lte ese disfraz. ;'
-¿Te puedes ir a tararear a otro lado, por
er este tnisrno
favor? -dice Lucas.
-No estoy tarareando, ¡estoy cantando!
... inshlnte~ ~ -
-le respondo.
-Espera un momento ... ¿eso es sudor?
-dice Violeta, levantando la mirada-.
¿Estás sudando? -pregunta-. ¡Quítate
esa cosa!
-No -respondo, y me cruzo de bra-
zos-. No lo haré.
¡Estoy furiosa! Al terminar,
-¡Estaba cantando y tú ,ne pongo mi
me interrumpiste! Lraje de baño y
Me tiro en el piso de la salgo al jardín.
cocina. Siento la frescura
del azulejo en mi cara ca-
70 liente. Mis lágrimas caen
' sobre el diseño de rombos
del azulejo. Lo conozco muy
bien porque he hecho mu-
chos berrinches en el piso
de la cocina. Mientras grito,
pataleo y lloro, me quito el
disfraz de vaca y me quedo
en ropa interior no porque
me lo hayan ordenado, sino
porque me acalora muchísi-
mo hacer berrinche cuando
me disfrazo de vaca.
. .

- /
Encuentro a Mari dormida bajo un árbol.
-¿Estás durmiendo de verdad o estás
fingiendo que duermes? - le pregunto.
-Durmiendo de verdad -responde sin
abrir los ojos.
Ahora ni siquiera Mari quiere jugar
72 conmigo.
Me acuesto en la hamaca yo sola y pien-
so que tal vez Lucas y Violeta tienen razón.
A lo mejor soy una bebé. Me pongo a pen-
sar en todas las cosas de bebé que sigo ha-
ciendo: todavía huelo mi conejo y me chu-
po los dedos mientras me quedo dormida.
Todavía me pongo la ropa al revés. Todavía
no puedo silbar. Todavía derramo todo lo
.
que sirvo. Todavía quiero traer puesto mi
camisón todo el día.
A través de las lágrimas, miro hacia los -Soy tu hada madrina -responde un
árboles y descubro que alguien me observa. hombrecito, mientras baja del árbol como si
-¿Quién eres? -pregunto, frotándome fuera un koala.
los ojos y entrecerrándolos por el sol.
-¿Estás seguro? - pregunto-. No pa- El señor Nuggy me observa con mucho
reces un hada madrina.
cuidado. Me olfatea. Me pincha con un dedo.
-Sí, estoy muy seguro - dice, pero a mí Luego, con tristeza, niega con la cabeza.
me parece que está un poco confundido- . Pero luego se me ocurre una idea.
Bueno, lo importante es que estoy aquí para
ayudarte.
74 Dice que es el señor Nuggy y que vive en
el bosque.
-¡Vaya que necesito ayuda! - le digo- .
¿Puedes convertinne en otra cosa? Tengo
muchos problemas como persona.
- ¡Claro! ¿Qué te parece una piña? -
pregunta.


-Mmmm... Está bien - respondo, enco- ~.. · . ~r
giéndome de hombros- . ¿Por qué no?
Saca su varita mágica. -¿Y qué tal un cachorro? - le digo-.
-¡Uno, dos, tres! ¡TA- ¿Puedes convertirme en un cachorro?
RÁN ! Miro mi cuerpo. - Por supuesto -dice, saltando de emo-
-No n1e siento como una ción- . ¡Sin ningún problema!
piña -le digo-. ¿Parezco Tiene suerte de que sea buenísima para
una piña? convertirme en cachorro.

")
V
- ¡Uno, dos, tres! -agita su varita.
Me apoyo sobre las rodillas y las manos.
-¡Guau, guau, guau! - ladro y sacudo
mi cola.
El señor Nuggy se ve muy contento. e
77

\..

--,
•,::;, ~

Me convertí en perro justo a tiempo, por-


que miren quién despertó.
- ¿Adónde se fue esa niñita? ¡Hace un -Sé que estás tramando algo, Nuggy -
momento estaba aquí afuera! ¿Y de dónde dice ella-. Tus truquitos tontos jamás han
salió este perro tonto? - le pregunta la se- funcionado conmigo.
ñora Crujilda Crocante al señor Nuggy. - Cuidado -le advierte el señor Nu-
- Debe estar imaginado cosas -dice el ggy-. El perro muerde.
señor Nuggy-. Aquí no hay ninguna niña. Empiezo a }adrarle a la señora Crujilda
Crocante con todas mis fuerzas. 79
- ¡Que alguien calle a este
perro! -dice la señora Cru-
jilda Crocante.
¡No tiene ni idea de que
soy yo!
-¡Guau, guau! -¡Tengo muy buenas noticias! - les
- ladro, lo que sig- digo- . La señora Crujilda Crocante ya no
nifica: "se acabaron me quiere.
mis días como huma- -¿En serio? ¿Decidiste dejar de portarte
na". Y vaya que lo digo como bebé? -pregunta Violeta.
en serio. - No, decidí dejar de portarme como hu-
El señor Nuggy dice: mana - le respondo. 81
- Ya me tengo que ir. Mi -¡Oh, cielos! -exclama Violeta-. No
esposa 1ne espera para cenar. me digas. No quiero saber.
Empieza a trepar por el árbol del que - No hay problema; de todas maneras,
bajó. no puedo hablar. ¡Guau, guau, guau, guau!
- ¡Guau, guau, guau! -le ladro al - ladro, persiguiendo el disco volador.
pie del árbol, lo que significa: "¡espe-
ra!, ¿cuál es tu teléfono?".
- Puedes llamarme desde cual-
quier plátano - me grita desde arri-
ba-. Sin números.
Luego desaparece entre las ramas.
/"*¡
Violeta y Lucas salen a jugar con el
f
. I ; 'I/
L\,,,,
-- ,
1 ~-

disco volador y yo corro a contarles


las novedades. /-
e;. ••
~)
1 /
l,.
-¡Basta! - grita Violeta. Por fin ...
Pero Lucas dice: Digo mi nombre sin abrir realmente la
- ¡Ven aquí, perrito! - y me da unas pa1- boca, porque los perritos no hablan:
maditas-. ¿Cómo te llamas, perrito? - Huesodepollo.
Tengo que pensar en un nombre muy - ¿Te llamas Huesodepollo?
bueno para que Lucas se entusiasme y quie- Afirmo con la cabeza y ladro:
82 ra jugar conmigo. Me concentro muchísimo. - ¡Guau, guau, guau!
Lucas parece contento.
,..., ,
I - ¿Tienes dueño? - pregunta.
l. Niego con la cabeza y hago la cara de pe-
Ar.. rrito triste, el más triste del mundo.
10-,(> bv('~u . .n.
lw.m.J(ul •J
- Bueno -dice, dándome unas palma-
ditas- . Yo puedo ser tu dueño. Pero debes
,. portarte bien.
• - ¡Guau, guau, guau! -brinco a su alre-

dedor, sacudo la cola y doy algunas voltere-
) Las para mostrarle lo contenta que estoy.
Resulta que Lucas de verdad quiere tener
un perro. No lo sabía.
I

85

Mi pelo es largo y greñudo, blanco con


manchas cafés; uso un moño rosa con luna-
res, tengo la nariz húmeda, soy muy salta-
rina y por lo general tengo saliva en la cara.
Lucas no se cansa de mí.

-
o
Él ama a Huesodepollo. o o
,.

/.'}•

Y así fue como me convertí en u n perro CAPÍTULO L1

llamado Huesodepollo, y cómo la señora


Crujilda Crocante, aburrida y confundida, e;, llevas a ~r. per·ro
se quedó rondando mi casa. Creo que espera
que yo regrese. al doctor ...
86 87
Lucas me pone el plato de cereal en el
piso, y yo como con apetito. Me da premios
(más cereal) cuando hago trucos.
Éstos son mis trucos:

rf
' (
...
-,\-

yiror
Luego persigo a mi Durante el desayuno, recojo calcetines
papá por la acera cuan- con la boca y se los llevo a mi dueño. Enton-
do se va a trabajar. ces lloriqueo hasta que me arroja un calce-
tín para que yo vaya a buscarlo.

'
88 89

-¡Guau, guau! - digo, y salto sobre ),

Violeta, quien todavía está acostumbrán- {i


dose a mí.
-¡Deja de la-
merme! -grita-.
¡Qué asco! ¡Auxilio!
¡La Pulga me está
lamiendo otra vez!
-¡Pulga, guarda
la lengua en tu boca!
- grita mamá.
-Me tengo que ir. Pórtate muy bien -¡Guau, guau! - ladro, lo que significa:
u ,,
-dice 1ni dueño. no.
Me echo boca arriba para que pueda ras- - ¡Pulga, tene1nos que irnos! ¡No estoy
carme la panza. Lucas y Violeta van a casa jugando! - dice-. Tienes cita con el doctor.
de sus amigos. Si yo no fuera un perro, me Debes ir a que te revise antes de regresar a
pondría muy celosa. la escuela.
90 En vez de eso, estoy feliz de poder que- -¡Guau, guau! -ladro y sacudo la ca- 91
darme en casa todo el día y masticar calceti- beza para decir que no. No me quiero vestir
nes junto con Mari. porque no deseo ir a ningún

"bo-1".'...¡.t'
- \\'

\ \
la::a;~:e:i ~:~:~;eq::
de hecho es parte de mi
pelaje.
l -¡AHORA! -grita
mi mamá.
- Los perros no
se visten. ¡Guau!
-respondo.
Pero mi mamá me sorprende con una no- , -.
ticia terrible: tengo que vestirme. ¡ I t·· .,
. i
'l.. '
~.

-¡Ponte esto! -dice mi mamá, quitán-


dome los calcetines de la boca.
)~
/l~4- ~

-~'-\
Mi mamá dice:
- Tenemos mucha prisa, ¡vámonos!
Pero no me importa cuántas veces diga:
"Dori, ¿no me oíste? ¡Debemos darnos pri-
sa! Tenemos una cita. No podemos llegar
tarde...". Eso no significa nada para mí por-
92 que ¡soy un perro!
-¡Grrrrr arff, guau, guau, guau ... guau ...
grrrrr arff guau... guau, guau! -digo yo; lo
que significa: "no, gracias. Me quedaré en
casa y masticaré calcetines".

, [ S(> jll'rro
11'(> f)or(l(.(>

Ya estamos en la calle, cuando mi mamá


logra ponerme el vestido por la cabeza.
Yo lloro y hago una gran pataleta, y la
gente que pasa se nos queda viendo.
¡Guácala, odio este tonto vestido! ¡Grrrrrrl
J ri
-¡1 / ~ ~.
Había planeado convertirme nuevamen-
1e en niña cuando llegáramos al consultorio

-
' 1lel doctor, pero descubrí que era imposible
dejar de ser perro.
Estaba atrapada en ese cuerpo y no había
nada que pudiera hacer al respecto.
Estas cosas sólo me pasan a mí. 95
La doctora es muy sonriente. Me hace
muchas preguntas.
- ¿Cuántos años tienes, Dori?
-¡Guau, guau! -le contesto.
- ¿J.. qué año pasaste?
- ¡Guau!
-Dori, tienes que responderle a la docto-
ra - dice mi mamá, que parece avergonzada.
-Ya veo que te gusta jugar a que eres un
perrito. Eres un perrito muy lindo -dice la
cloc tora- . ¿Qué más te gusta hacer?
-¡Guau, guau, guau! -contesto. La doctora me pesa y me mide, escucha
-Lo lamento -dice mi mamá-; Dori es mi corazón, revisa mis oídos, me toma la
muy imaginativa. Demasiado imaginativa. temperatura y hace que mis rodillas brin-
-Maravilloso -dice la doctora, y me da quen. Yo soy un buen perrito y dejo que me
unas palmaditas. haga todo eso.
Me dan ganas de lamerla.
Mi mamá susurra: 97
-Pon la lengua de regreso en tu boca.

Entonces la doctora dice que necesita re-


visar mis ojos. Me pide que vea una tabla,
cubra uno de mis ojos y le diga qué letra está
señalando.
Ella sefiala una "e".
-¿Guau? -digo.
Me imagino

·" ..
_

usando lentes ¡y es
tan lindo!
-¿Qué letra es
ésta? -pregunta .,,
la doctora, y señala
una "f". 99
-¿Guau? - contesto.
Mamá dice:
- ,· - Lo siento. Sé que Dori
ve perfectamente; quizá
deberíamos hacer esto
otro día.
-Está bien -dice la
doctora-. No hay problema. Sólo
hace falta una cosa más.
Mi mamá susurra: Y cuando menos lo espero, justo cuando
- Dori, si no dices las letras, la doctora la doctora está diciendo que soy un cachorri-
pensará que no puedes verlas, y tendrás que to muy saludable, se acerca con una jeringa.
usar lentes. Así que debes responder. Trato de escapar, pero no soy tan rápida.
-¡AAAAAY! -grito y lloro.
d. 1.
1. :

Escojo una amarilla


\ para ahora y, justo
1"-..., cuando la doctora
-~~,
e4 (l(\c1o rn(:l('OS ¿01.1é ' ·¡.. menos se lo espera,
1,0 El<opc>ro .. ~(}So?
10h• "°' ¡le pincho una pierna
100 con el palito de la
5.
paleta!
- ¡Auch! -dice ella.
-Ésa es una inyección
para ti -le digo.
-Así que puedes hablar
- me dice, sonriendo.
Entonces yo hago cara
Luego la doctora me acerca una canasta de cachorro enojado y
con paletas. gruño:
- Puedes escoger una paleta para ahora -¡Gggrrrl-
y otra para después -dice la doctora, son- gruño, mientras
riendo. le muestro mis
Mis lágrimas vuelven a meterse en mis dientes afilados.
ojos cuando veo la canasta llena de paletas.
-¡Dori, es suficiente\ ¡Estoy harta\ ¡Bas-
- ta de perros por h oy
1 - me ordena brusca-
,nente desde el asiento delantero.
Hago un puchero.
minutos hay silencio en e1
Y, por unos •
coche. 'd 103
Entonces se me ocurre una i ea.
102
- ¿Quién quiere escuchar lo fuerte que
puedo tararear? - susurro.
A la hora de volver, me pongo los zapatos
rápidamente. Mamá ni siquiera tiene que
pedírmelo. Simplemente sé que debo hacer-
lo por la manera en que respira.
De camino a casa recogemos a Lucas y a
Violeta en casa de sus amigos. Lloro bajito
como perro con Lucas para que mi mamá no
me oiga. Levanto las patas y hago que mis
ojos se vean tristones.
Pero mamá escucha todo.
CAPÍTULO?

C.ost¡_godo

Cuando llegamos a casa después de visi- 105


I tar a la doctora, me encuentro en un grave

- __,/ '
l
.,
aprieto.
Mamá me dice que estoy castigada y debo
ir a mi habitación y quedarme ahí.
• -Puedes dejar mi comida de perro en un

Hr tazón afuera de mi cuarto. ¡Guau! -le pido.


Mi mamá se enoja tanto, que me toma de
una pata y me arrastra escaleras arriba.
- ¡Camina! - dice ella.
-¡Eso estoy haciendo! -lloro.
-¡En dos piernas! - grita mamá.
Sola en mi cuarto, de pronto ya no me
siento perro. Tuve muchos problemas cuan-
do lo fui. Le muestro mi herida a Mari. Ella
siente lástima por mí. Me vuelvo a poner el
camisón y luego abro un poquito la puerta
de mi habitación y asomo la cabeza. Puedo
106 escuchar a mi familia hablando de mí en la
cocina.
, r-
·I l
· ~t
l ' --

- ¡Le puso una inyección a la doctora!


- se ríe Lucas.
- ¡Está fuera de control! -ríe Violeta.
Luego oigo una voz que no me resulta fa-
miliar.
-¿Y aun así le dieron una paleta? -dice
la voz.
¿Quién es? Suena como una vieja mal-
vada... ¿Eeeeeehhh? ¿Es la señora Crujilda
Crocante? 109
No lo puedo creer. Me acerco a las escale-
.
' me)or.
ras para 01r
-Todo lo que hada era ladrar. ¡Jamás me
había sentido tan avergonzada! - dice mi
mamá.
-¡Como si fuera una bebital -se burla
la voz.
Ahora sí estoy segura: es la señora Cru-
jilda Crocante. ¿Están todos sentados alre-
dedor de la mesa de la cocina? ¿Y se están
riendo de mí? ¡Y se escucha como si estuvie-
ran comiendo palomitas de maíz!
-Un castigo es lo que necesita -dice mi
mamá.
-Estoy de acuerdo. Déjala encerrada - ¡Está comiendo palomitas con MI fa-
-refunfuña la señora Crujilda Crocante n1ilia!
con la boca llena de palomitas.
Sí Mari no lo entiende, no sé cómo expli-
Corro a mi habitación para decirle a Mari. rárselo.
-¡Nos encerraron! ¡Y la señora Crujilda - ¿Y qué vas a hacer? -pregunta Mari.
Crocante está allá abajo, comiendo palomitas - ¡Basta de esconderse! ¡Nada de disfra-
110
con mi familia! ¡PALOMITAS!
ces! ¡No más trucos! -grito- . ¡Tenemos 111
-¿Por qué tanto escán- que hacer algo en serio!
dalo por unas palomitas? - ¿Como qué?-dice ella.
-pregunta Mari. - Dame ese plátano. ¡Llamaré al señor
Nuggy! ¿Bueno? Hola, soy yo. La señ.ora
e Crujilda Crocante está
(,
comiendo palomitas
con mi familia. Sí,
dije palomitas ...
Yo tampoco pue-
do creerlo. ¿Po-
drías venir, por
favor?
\
El señor Nuggy se - Traje ingredientes para preparar una
desliza por la venta- sopa envenenada -dice- . Así es como nos
na y limpia sus botas desharemos de la señora Crujilda Crocante
enlodadas. para siempre.
- ¿Qué sucederá cuando se coma la sopa?
- pregunto.
112 - Bueno, primero se atragantará un po- 113
quito y después le saldrán plumas por las
''íV010, eso orejas; luego, sus ojos se convertirán en yo-
fue rápido~·· gur viscoso, y después caerá muerta.
- ¡Oh! - digo, abrazándolo-. ¡Eres la
1nejor hada madrina del mundo!
Pero hay algo que no está bien.
- No quiero ser quisquillosa, pero ... ¿po-
drías tratar de verte un poquito más como
un hada madrina?
El señor Nuggy me observa pensativo.
-¿Como qué tienes en mente? -pre-
gunta.
Corro a mi clóset a sacar algo de ropa.
''íPerfectot

114 115

- Dice mamá que, si ya aprendiste la lec-


ción, ya puedes salir.
- No, gracias - le digo, y cierro la puerta.
.. Este castigo está resultando
muy divertido.
No queremos más inte-
Luego nos ponemos a hacer letreros para rrupciones, así que deci-
la puerta, porque el señor Nuggy dice que dimos enviar a Mari de
necesitamos privacidad para hacer nuestra espía.
sopa. - Avísanos si ella se
Después de que pegamos los letreros, al- acerca. ¡Y ponte esta pe-
guien toca a la puerta. luca! - le digo, y la saco
Es Lucas. del cuarto de un empujón.
Ahora que todo está tranquilo, el señor
Nuggy y yo al fin podemos empezar a co-
cinar. Preparamos la sopa venenosa 1nás
mortífera y deliciosa para la cena de la se-
ñora Crujilda Crocante.

116
117

toc\<l<; LOS part(><;


podridos de todos Los
n)<lf'Zono<; deL mundo

\Í)
1
Cuando la sopa está lista, la llevamos a forta leza gigante donde podamos escon-
la cocina mientras Mari distrae a la señora dernos hasta la hora de la cena, mientras
Crujilda Crocante. Luego el señor Nuggy Mari vigila.
y yo reunimos materiales para hacer una
• a
e,

118 '
.; "' 1' 119
( '" ', ~ 1

'
l

Agarramos las cobijas, las sábanas y las


almohadas de las camas, juntamos todos los
tapetes que podemos, incluso los del baño, y
toallas y ropa sucia. Con todo eso hacemos
un gran montón rodeado de sillas. También
tenemos que mover algunas mesas y poner
las sillas en las mesas.
Luego amarramos todo con un gran rollo - ¡La cena está lista! -grita mamá des-
de cinta. Y lo más fantástico es que hicimos de la cocina.
todo eso sin que mamá se diera cuenta, por- - Bueno, ¡ésta es tu oportunidad! -le
que estaba hablando por teléfono. digo al sefi.or Nuggy.
Desde nuestra fortaleza, puedo escuchar-
los en la cocina.
- Buenas noches, señora Crujilda Cro- 121

cante.
- ¿Eres tú, Nuggy? Bonito vestido.
- Gracias. Tengo un mensaje importante
para usted de parte de Dori. ¿Sí, se acuerda
de Dori?, ¿la bebé que quiere llevarse? Ella
ha aceptado irse con usted. A su cueva. Para
siempre.
- ¡Qué bien, porque casi se me olvida
qué estaba haciendo aquí! Dori es justo lo
que buscaba.
- Pero después de la cena -dijo él.
- No hay problema - respondió- . Mue-
ro de hambre.
- Muy bien.
Ahora que estoy a salvo, salgo de mi es- - ¿Tiene celular? -pregunta el señor
condite y voy a la mesa para cenar. Me sien- Nuggy.
to junto a la señora Crujilda Crocante por- -No, pero de verdad me encantaría te-
que no quiero perderme el momento en que ner uno - responde- . ¿Usted me lo puede
se atragante con su sopa envenenada y caiga conseguir?
muerta. ¡J i, ji, ji! - ¿Ehh...? - dice el señor Nuggy, y no
122 El señor Nuggy y yo le hacemos la plática. parece muy seguro de qué decir. 123

- ¿Le gusta el helado? - le pregunto a la Decido interrumpirlo:


señora Crujilda Crocante. - ¿Usted tiene un gato?
- No existe otra cosa más desagradable -Me comí a mi gato - dice ella-. Fue
que el helado -responde. un accidente.
-Ah. Entonces supongo que usted no es
vegetariana - digo.
-Sí - responde- me comería a un ve-
getariano. ¿Eso es lo que hay de cenar?
- Cenaremos sopa -dice el señor
Nuggy-. Sólo sopa.
Todo está saliendo muy bien, hasta que
mi papá llega del trabajo y se sienta encima
de la señora Crujilda Crocante.
,C~idado\
1.no v~

124 125

-¿Ah, sí? -dice mi papá. Parece con-


fundido.
-¡Estás sentado en la señora Crujilda -('. , ,.
~

Crocante! -le digo-. ¿Podrías levantarte?


- Ha sido un laaaaaaaaargo día -le dice
mamá a papá.
Por fin todo el mundo está sentado a la
mesa, en la silla correcta.
El señor Nuggy sirve la sopa. La seño-
ra Crujilda Crocante toma su cuchara y la
prueba.
1
-¡Deliciosa! -dice la señora Crujilda Pienso que probablemente la señora Cru-
Crocante, tomando varias cucharadas de jilda Crocante me llevará a su cueva y servirá
sopa mientras se le escurre por la barbilla. agua en mi cereal en vez de leche, y me man-
La sopa es un desastre. No sucede nada. dará a la cama demasiado temprano, y no
Nada de plumas en las orejas. Nada de ojos me dejará brincar en su sofá, y no me lleva-
de yogur viscoso. rá a la biblioteca, y se comerá mis dulces de
1 26 Éste es mi fin. Halloween. Siempre se le olvidará comprar 127
El señor Nuggy me susurra: burbujas para la tina, y pondrá sándwiches
-Lo siento mucho. Debo haber olvidado remojados en mi lonchera, y dirá que
algún ingrediente. mis camisones son demasiado pe-
- ¡Auchl -grita la señora Crujilda Cro- queños y se los regalará a niños
cante. Mari le mordió un tobillo debajo de la más chicos, y justo cuando sea
mesa. la hora de encender las velas de
- Gracias por intentarlo, Mari - le mi pastel de cumpleaños,
digo- . Pero ya nada puede salvarme. no encontrará los cerillos
y... y... ¡a lo mejor has-
Li f:
ta me cocina en una

gran olla!

\ c...,
¡,
"/
~'
I ' .,
\
I
' ., ... 1 >
·~··
- Los voy a extrañar -le digo a mi fami-
lia-. Fui una niña maravillosa, y ahora me
llevarán para siempre.
- ¡Adiós! - dice Violeta.
- ¡Nos vemos! -dice Lucas.
Mientras me lleva, veo por el rabillo del
129
128 ojo que la bebé Cherry está en la sala, en su
cuna. De pronto me doy cuenta de que no
necesito la ayuda de nadie. Puedo salvarme
sola.
Me retuerzo para escapar de los brazos
de la señora Crujilda Crocante. Después de
varios intentos lo logro y corro por la bebé
Cherry. La sostengo en alto para que la se-
ñora Crujilda Crocante pueda verla bien.
Ella observa a Cherry con detenimiento.
Y luego me observa. Luego otra vez a Che- - ¡Mmmmm! -dice, quitándome a Che-
rry. Luego otra vez a mí. rry. Le abro la puerta y, así nada más, la se-
Respiro hondo y trato de verme mayor. ñora Crujilda Crocante se va con la tonta y
apestosa bebé Cherry.
1
Luego escucho gntos.
. , Encontró m1. fortaleza gigante.
Esmi ma ma.
CAPÍTULO b

Pelota saltarina

Me tardo en desarmar la fortaleza por- 133


que a cada rato se me olvida que estoy des-
armándola.
-¡Pulga, es hora de dormir! -anuncia
mi mamá-. ¡Cepíllate los dientes!
Mientras mE' cepillo los dientes le doy las
buenas noches al señor N uggy. Se acaba de
poner su ropa de siempre y se apresura para - ····
llegar a casa con su esposa.
Entonces Violeta entra en el bano, llorando.
., ··'
.
~

- ¡No encuentro a Cherry en ningún


135
134 lado! - dice-. ¡Ya busqué en todas partes!
¡Desapareció!

GLUP
¡Oh, no! ¿Dónde está la muñeca?
-Ahora regreso -le digo.
Bajo las escaleras de puntitas, me dirijo Después de buscar por todas partes,
hacia la sala que está a oscuras. ¡Oh!, ¿dónde encuentro:
puse a Cherry? Sí, se la di a la señora Crujil-
da Crocante, pero ¿qué hice en realidad con (~
ella? "Piensa, piensa, piensa", me digo a mí ~
1.11 botón
misma. Reviso en los lugares habituales: el de pt.a+ii,
136 refri, el excusado, el lavavajillas, el bote de 137
basura, debajo del sofá, sobre el sofá, debajo
de la alfombra, arriba, en cada cajón, debajo
de las camas, en la tina del baño...

~f'\ z.apato
d<? Cherry

Pero no a Cherry. Guardo la pelota salta-


rin a en mi bolsillo.
¡Estoy tan cansada! Me rindo. Definitiva- Mi papá oye mis gritos y viene corriendo.
mente Cherry no está en la casa. -¿Por qué gritas como loca? ¡Vas a des-
pertar a todo el vecindario! ¡Ya basta! Vete a
la cama.
-¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHl
Me jala de un brazo.
- Por hoy ya fue suficiente, Pulga. Todo 139
el mundo está cansado de ti, ¿entiendes?
-¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!
- ¡Deja de gritar! -grita mi papá.
-¡ERA REAL! -grito.

Bueno, si no está en la casa, ¿dónde


está? ¿Alguien se la llevó? ¿Pero quién lo
haría, aparte de la señora ... ? ¡Oh, nof ...
¡Aaaaahhhhf
Si de verdad Cherry se ha ido para siem-
pre, ¡eso significa que la señora Crujilda
Crocante es real!
-Está bien, cálmate. Era real, como tú - ¡No es seguro que andes fuera de la
digas -dice mi papá, arrastrándome por cama! -afirma, mientras cierra mi puerta,
todo el pasillo hasta mi cuarto-. Sólo vete y me parece escuchar que suelta una risita.
ala cama. Finjo que duermo por unos minutos y
¡Hasta mi papá dice que ella es real! luego, cuando estoy segura de que mi papá
bajó las escaleras, me escapo fuera de mi
cuarto. Debo decirle la verdad a Violeta.
Que Cherry se ha ido para siempre y que es
mi culpa. Y aunque sé que va a querer ma-
tarme, no tendrá que molestarse en hacerlo.
Probablemente la señora Crujilda Crocante
volverá por mí.
Entonces se me ocurre una idea.
Después de darle las malas
noticias a Violeta, le en-
tregaré su vieja pelota
-Tengo que ser valiente - digo, aferrán-
dome a él.
-¡No! ¡Tienes que ir a dormir! - dice,
saltarina. Tal vez con
eso se sienta un
poco mejor.
.· '
...
soltándome en mi cama- . A DOR-MIR -
dice, apuntándome con un dedo. Luego me
arropa.
-Violeta - digo en voz baja, escondien- - Ah, Lucas la encontró cuando salió a
do la pelota detrás de mí. atrapar luciérnagas -dice Violet a-. Debo
-¿Qué? - dice ella. haberla dejado en la escalera de la entrada,
- Tengo que decirte algo... mmm, yo... uero no sé cuándo.
L

Pero entonces no puedo creer lo que veo. - Ah -digo en voz baja.


Me quedo con la boca abierta, sorprendida. Pero dentro de mi cabeza, pienso:
142 ¡Es Cherryl Esta ahí acostada junto a Violeta. "¡AAAHHH! ¡La escalera! ¡Claro! ¡La arro- 143
- ¿Cómo ... cómo llegó ella aquí? - pre- jé por la puerta de enfrente cuando la seño-
gunto. ra Crujilda Crocante se marchaba!".

/:~1J1--~-J~ .,
(} ~ ,/ ,\~:i.. J(P.J~ "') "' \
1 • \

•• '..
, ./¡ .
., \ ---.• ~
[¡~\\
- ¿Qué querías decirme? - pregunta -Bueno, que después de todo, la señora
Violeta. Crujilda Crocante no era real.
-Ah, sí, eso... bueno... - digo, mientras -Lo sé. Yo fui quien la inventó, tonta
me subo a su cama y me meto debajo de sus -dice Violeta.
cobijas tibias y acogedoras. -¿Fuiste tú? Ah, sí -digo-. Gradas,
Violeta, fue un juego divertido. Aunque al
144 final me asusté un poco. 145
Después de todo, estoy muy contenta
de poder quedarme con mi familia en esta
agradable casa.
-Buenas noches -le digo a Violeta.
-Buenas noches -me
dice, dándome un pequeño
empujón-. Ahora vete a
tu cama.
Antes de salir, escondo
la pelota saltarina debajo
de la almohada de Violeta
como un regalito secreto.
Al día siguiente nuestros padres duer-
men hasta tarde, es sábado. Lucas y Viole-
ll ~I
ta están jugando con la pelota saltarina que
Violeta encontró bajo su almohada.
Ríen mientras la pelota golpea el techo
y rebota en las paredes, pegándoles en la
146 cabeza.

, V
'• ll\1~
-
-¡Vamos a hacerla rebotar en las escale-
ras! -dice Lucas.
En las escaleras ríen más fuerte. Cómo me gustarí.1 j1 1¡•,.u , "" ,.11 ..
De pronto, todo queda en silencio. Corro -Tenemos que sacarla -dice Violeta.
escaleras arriba para investigar. - ¿Y cómo le hacemos? -pregunta Lucas.
Y luego ambos se vuelven y me ven parada
• 1 detrás de ellos, observándolos. Sonriendo.
1

1
l 1 149
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¡sx. \ t !
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La pelota saltarina ¡saltó al excusado!
Lucas y Violeta están parados junto a la .. :11
taza, mirando la pelota hundida.
- ¿Qué haremos? -chilla Violeta.
- ¿Estamos en problemas? - pregunta
,-~,att} . . . r:~.. ,:,.
t
¡¡ '
Lucas.
..
... ií
. ª"·
-La Pulga la sacará. ¿Verdad, Pulga? - - ¡Aquí está! -digo, sosteniendo en alto
dice Violeta, asintiendo con la cabeza. • la pelota saltarina mientras el agua del ex-
Enseguida me subo la 1nanga del camisón cusado gotea de mi brazo.
y meto el brazo hasta el fondo del excusado.

Violeta vacía prácticamente la botella en-


tera de jabón sobre mi brazo y me ayuda a
lavarme las manos.
- Gracias, Pulga -dice Violeta- . ¡Sal-
vaste la pelota saltarina!
¡Estoy tan contenta! ¡Estoy radiante! To-
Lucas y Violeta se retuercen, se tapan los dos estamos de acuerdo en que no hace falta
ojos y hacen ruidos como si fueran a vomitar. decirle a mamá y a papá.
Durante todo el día, sólo puedo pen-
sar en la pelota saltarina. Cada vez que me
acuerdo, me siento muy orgullosa.
-¿Te acuerdas de cuando
salvé la pelota saltarina?
-le pregunto a Violeta.
153

Antes de abrir los ojos, sé exactamente



qué es lo que Lucas pone en mi mano: la pe-
1.ota saltarina con los colores del arcoíris.
- Sólo te la estoy prestando, Pulga
- dice Violeta- . ¡No te la puedes quedar!
-¿De verdad? - digo-. ¿De verdad?
- Como tú la salvaste... -responde.
Abrazo a Lucas y a Violeta.
- Ajá -dice ella. - ¡Vamos a jugar! -dice Lucas.
Después de la cena, Lucas dice: - ¡Sí! - dice Violeta- . ¡Hazla rebotar!
-Pulga, cierra los ojos y extiende la Me pongo a pensar en el mejor juego de
mano.
pelota saltarina que se me pueda ocurrir.
Toda mi vida habia esperado que alguien Sostengo la pelota con mucha fuerza, cierro
me dijera eso. los ojos y me concentro.
Todas estas imágenes
acuden a mi cerebro al
mismo tiempo.

154
l

i ,,
f

1
- ¡Ya sé! Imaginemos que la pelota en choca con las paredes, y grito cuando me
realidad es una bola de chicle envenenada, golpea la cabeza.
y si pega en el techo, explota y deja salir Cuando la pelota pega en el techo, ¡ex-
lava caliente, y nosotros nos derretimos. Y plotamos! Yo doy brincos arriba y abajo, ha-
cuando nos derretimos, nos convertirnos en ciendo sonidos de fuertes choques, el tipo
cavernícolas, y la señora Crujilda Crocante de sonidos que hace la tierra cuando estalla.
156 vive en la cueva de junto y... Salto sobre Lucas para protegerme de la 157
- ¡No! ¡No otra vez la señora Crujilda lava caliente que se extiende por todo el piso.
Crocante! - dice Violeta.
-Está bien, pero, ¿y todo lo demás?
-pregunto.
Ellos aceptan:
-Todo lo demás
está bien.
Mi hermano,
mi hermana y yo
jugamos con la
pelota saltarina.
Corro como
loca para atra-
parla, mientras
¡Está borboteando por todos lados! Salta-
mos sobre el sofá y acomodamos los cojines
para construir nuestra cueva secreta.

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t t-1 ..

¡Ahora somos cavernícolas!


Violeta es la mamá cavernícola, por su-
puesto, Lucas es el papá cavernícola caza-
F\íl
dor, ¿y adivinen a quién le toca ser la bebé
cavernícola? ¡A mí! Y soy la bebé cavernícola
más tierna.
1'1tulo origina): DORY PANTASMAGORY
C> Del texto y las ilustracloneo: 2014, Abby HanIon
llsta edición es publicada con Ja �utoriiación de Dial Book.s for
Young Readers,,madivisión dt Penguin Young Re•ders Group,
miembro de Penguin Group (USA) LLC, una empresa d.e
Penguin Random House.
O De la tTaduaión: 2014, Roxanna Erdman
O De la edición 2015, Editorial Santillana, S.A. de C.V., México.
O Oe esta edición:
2015, Santíllana del Pacifico S.A. Ediciones
Andr�s Bello 2299 piso 10, otich1M 1001 y 1002
Providencia, Santiago de Chile
Fono: (56 2) 2384 30 00
Telefax: (56 2) 2384 30 60
Código Postal: 751-1303
www.santillana.cl/lij

ISBN: 978-956·15·2647-1
Impreso en Chile/ Printed in Chile

Primera edición: ,eptiembre de 2015

Dirección de Arte:
Jo,i Crupo y Rosa Marín
Pro)-ecto grtfico:
Marisol Oel Burgo, RuMn Chumillas y Julia Ortega

Jlustraci6n de cubierta:
Abby Hanlon

Todos los derechos reservados.


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ni reglstrada en, o transmitida p0r, un sbtema de recuperación
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El lugar mós bonito del mundo La brufo bello y 11 solltarlo Ada y su varita
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