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AbhyHanlon
flustraclones de la autora
Abby
Ha11Lon
SANTILLANA Q SANTILLANA Q
lnfantll ._. Infantil-
CAPÍTULO 1
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decirle que no.
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En la noche, Mari
duerme debajo de
mi cama.
cernerse Las
goLLetas
de Lo olocerio
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y b1..1scar tnOf'\S+Nos.
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Morc;tr1,10
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19
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Mari es mi favorita. De hecho, mi casa También están el Mons-
está llena de monstruos. Está el Monstruo truo de la Lavadora, el
del Excusado, que aparece en el baño si te Monstruo del Cajón Roto,
quedas ahí sentado
el Monstruo de la Aspi-
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por mucho tiempo.
radora, el Monstruo del
Está el Monstruo
Pasillo de Arriba y el
del Kétchup, que hace
Monstruo de la Sala, (
ruidos extraños cuan-
do aprietas la botella.
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entre otros.
20
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corno bebE'.>1 •
Después de cenar, Violeta y Lucas anun- Muy despacio, Violeta me pregunta:
cian que tienen algo importante que decirme. -Pulga, ¿alguna vez has oído hablar de...
Los sigo escaleras arriba, saltándome al- alguien llamado... señora Crujilda Crocante?
gunos escalones. Estoy muy emocionada. Niego con la cabeza.
¿Qué podrá ser? Violeta deja que me siente - Bueno, la señora Crujilda Crocante
en su cama. A lo mejor me va a dejar jugar es una ladrona y se roba a las bebés -dice
24 con su muñeca Cherry. Violeta.
-¡Tiene 507 años y dientes muy afilados!
-agrega Lucas.
-Y te vas a sorprender mucho cuando te
diga esto... -continúa Violeta.
- ¿Qué? -pregunto. Muero por saber.
- Te está buscando -dice rápidamente.
-¿En serio? - pregunto.
-Muy en serio - responde.
- ¿La señora Crujilda Crocante me está
buscando? ¿A míííí? - pregunto maravillada.
- Shhh -dice Lucas- . Es tan terrorífi-
ca que debes decir su nombre en voz baja:
.,
señora Crujilda Crocante ...
-Y si fuera tú, dejaría de comportarme Antes de que contesten, ya tengo más
como una bebé... para que no venga por ti preguntas:
-dice Violeta. - ¿Es escurridiza? ¿Tendré que luchar
Por un momento me quedo callada. Esto contra ella? ¿Usa una larga capa negra?
es algo que hay que pensar bien. Lucas y ¿Está hecha de piel?, ¿es piel de verdad o piel
Violeta me miran como si estuvieran espe- falsa? ¿Tiene los dientes podridos?, ¿se los
26 rando que me eche a llorar. cepilla? ¿Su nariz se ve realmente horripi- 27
-¿Cómo entrará en la casa? ¿Lo hará por }ante? ¿Tiene un gato? ¿Vive en una cueva?
la puerta principal? ¿Tocará el timbre? -les ¿Tiene los huesos muy largos?
pregunto. - ¡NO SABEMOS! ¡DÉJANOS EN PAZ!
-gritan, sacudiendo la cabeza y alejándose
a toda velocidad.
Sigo a Lucas y a Violeta por toda la casa.
- ¡Ay, no! ¿Qué hicimos? -se queja Lu-
cas, tapándose las orejas.
-Ésta es la peor idea que hemos tenido
- dice Violeta, tratando de alejarse ele mf.
- La peor -gruñe Lucas- . La peor de
las peores.
- No quiero saber qué pasará - dice
Violeta.
28
CAPÍTULO a
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Luego corro, tan rápido
como puedo, al cuarto de
Lucas para buscar sus dar-
dos. Pero cuando escucho
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El clóset está oscuro y tibio, y un poco ,.....1-
apestoso. La verdad, estoy muy contenta en
él, así que decido quedarme aquí. Tal vez pa-
san días y más días.
Puedo oír a mi familia preguntando:
¿Dónde estará la Pulga? ¡Alguien se acerca!
- ¡Jiii, jiiil ¡Nunca me encontrarán! ¡OH, NO! ¡ME DESCUBRIRÁ!
-me río.
- -¡DÉJAME EN PAZ! - grito.
Estoy enojadísima porque echó a perder
mi escondite.
f - ¡NO ME ENCUENTRES! -le grito.
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íAhí está! íSentada como si nada! - Yo soy la mamá y tú eres el papá -dice
Sostengo el dardo, lista para dispararlo Violeta.
hacia el otro lado de la habitación. ¿Lista? ¿Están jugando a la casita?
Uno, dos ... Espera un momento. ¿Qué acaba Suelto el dardo. Quiero jugar a la casita.
de decir Violeta? - Ahora, sólo necesitamos un bebé -dice
Violeta.
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día de estos
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Mientras me alejo con la cabeza en alto,
recuerdo que de todas maneras no tengo
tiempo para jugar. Estoy muy ocupada.
¿Pero en qué estaba tan ocupada? No me
acuerdo. Sólo sé que estaba en medio de algo.
so
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de pt.átoro
-
Cuando regreso a mi habitación, me acu- - Tres, dos, uno... -susurro.
rruco en la cama con mi conejo. En ese mo-
mento llega Mari con mi dardo. r-
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La señora Crujilda Crocante empieza a ¡Debo decirle a Lucas y a Violeta! Tienen
tambalearse. Va derecho hacia la pared. Se que saber que yo le disparé a la señora Cru-
le doblan las rodillas, se le cierran los ojos ... j ilda Crocante, porque fui muy veloz y muy
¡y cae! lista y tengo muy buena puntería. Tienen
-Encontraré a esa niña cuando despier- que saber que ningún bebé podría haber he-
te - murmura. Luego se queda profunda- cho lo que yo hice. ¡Tienen que saberlo!
56 mente dormida. 57
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Corro a la sala y salto al regazo de Viole- -¡Ma, la Pulga nos está molestando! -
ta. Hago una casita con mis manos alrede- grita Violeta, alejándome de un empujón.
dor de su oreja y le susurro mi secreto: - ¿Qué está haciendo? - pregunta rn1
mamá desde la cocina.
- ¡Me está escupiendo en la oreja!
-¡No es cierto! ¡Te estoy contando un se-
58 creto! -grito. 59
Pero antes de que mi mamá entre en la
habitación, salgo corriendo tan rápido como
puedo. Mientras subo las escaleras a toda
velocidad, oigo que mi mamá pregunta:
-¿De dónde sacó la Pulga ese loco juego
de la señora Crujilda Crocante?
Me detengo a escuchar.
-No tengo idea -responde Violeta.
-¿Quién sabe? -dice Lucas.
- ¡La señora Crujilda Crocante está pro- Luego corro por el pasillo hasta mi ha-
fundamente dormida en el pasillo de arriba! bitación, con cuidado de no tropezar con el
¡Le disparé con un dardo adormecedor! ¡En cuerpo que está en el piso.
serio!
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•, · , : 'lil • CAPÍTULO 1
---
- Ése es el peor truco que he visto en Ni siquiera les interesa verme comer una
toda mi vida -dice Lucas. servilleta.
-Ey, chicos, ¿saben que puedo cantar sin -¿Por qué siempre te portas como si fue-
abrir la boca? En serio. ¡Escuchen! ras una bebé? -pregunta Violeta.
68
eshlrnos o 1B grados.
\G~ íh.lte ese disfraz. ;'
-¿Te puedes ir a tararear a otro lado, por
er este tnisrno
favor? -dice Lucas.
-No estoy tarareando, ¡estoy cantando!
... inshlnte~ ~ -
-le respondo.
-Espera un momento ... ¿eso es sudor?
-dice Violeta, levantando la mirada-.
¿Estás sudando? -pregunta-. ¡Quítate
esa cosa!
-No -respondo, y me cruzo de bra-
zos-. No lo haré.
¡Estoy furiosa! Al terminar,
-¡Estaba cantando y tú ,ne pongo mi
me interrumpiste! Lraje de baño y
Me tiro en el piso de la salgo al jardín.
cocina. Siento la frescura
del azulejo en mi cara ca-
70 liente. Mis lágrimas caen
' sobre el diseño de rombos
del azulejo. Lo conozco muy
bien porque he hecho mu-
chos berrinches en el piso
de la cocina. Mientras grito,
pataleo y lloro, me quito el
disfraz de vaca y me quedo
en ropa interior no porque
me lo hayan ordenado, sino
porque me acalora muchísi-
mo hacer berrinche cuando
me disfrazo de vaca.
. .
- /
Encuentro a Mari dormida bajo un árbol.
-¿Estás durmiendo de verdad o estás
fingiendo que duermes? - le pregunto.
-Durmiendo de verdad -responde sin
abrir los ojos.
Ahora ni siquiera Mari quiere jugar
72 conmigo.
Me acuesto en la hamaca yo sola y pien-
so que tal vez Lucas y Violeta tienen razón.
A lo mejor soy una bebé. Me pongo a pen-
sar en todas las cosas de bebé que sigo ha-
ciendo: todavía huelo mi conejo y me chu-
po los dedos mientras me quedo dormida.
Todavía me pongo la ropa al revés. Todavía
no puedo silbar. Todavía derramo todo lo
.
que sirvo. Todavía quiero traer puesto mi
camisón todo el día.
A través de las lágrimas, miro hacia los -Soy tu hada madrina -responde un
árboles y descubro que alguien me observa. hombrecito, mientras baja del árbol como si
-¿Quién eres? -pregunto, frotándome fuera un koala.
los ojos y entrecerrándolos por el sol.
-¿Estás seguro? - pregunto-. No pa- El señor Nuggy me observa con mucho
reces un hada madrina.
cuidado. Me olfatea. Me pincha con un dedo.
-Sí, estoy muy seguro - dice, pero a mí Luego, con tristeza, niega con la cabeza.
me parece que está un poco confundido- . Pero luego se me ocurre una idea.
Bueno, lo importante es que estoy aquí para
ayudarte.
74 Dice que es el señor Nuggy y que vive en
el bosque.
-¡Vaya que necesito ayuda! - le digo- .
¿Puedes convertinne en otra cosa? Tengo
muchos problemas como persona.
- ¡Claro! ¿Qué te parece una piña? -
pregunta.
•
-Mmmm... Está bien - respondo, enco- ~.. · . ~r
giéndome de hombros- . ¿Por qué no?
Saca su varita mágica. -¿Y qué tal un cachorro? - le digo-.
-¡Uno, dos, tres! ¡TA- ¿Puedes convertirme en un cachorro?
RÁN ! Miro mi cuerpo. - Por supuesto -dice, saltando de emo-
-No n1e siento como una ción- . ¡Sin ningún problema!
piña -le digo-. ¿Parezco Tiene suerte de que sea buenísima para
una piña? convertirme en cachorro.
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V
- ¡Uno, dos, tres! -agita su varita.
Me apoyo sobre las rodillas y las manos.
-¡Guau, guau, guau! - ladro y sacudo
mi cola.
El señor Nuggy se ve muy contento. e
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Él ama a Huesodepollo. o o
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Y así fue como me convertí en u n perro CAPÍTULO L1
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Luego persigo a mi Durante el desayuno, recojo calcetines
papá por la acera cuan- con la boca y se los llevo a mi dueño. Enton-
do se va a trabajar. ces lloriqueo hasta que me arroja un calce-
tín para que yo vaya a buscarlo.
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"bo-1".'...¡.t'
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de hecho es parte de mi
pelaje.
l -¡AHORA! -grita
mi mamá.
- Los perros no
se visten. ¡Guau!
-respondo.
Pero mi mamá me sorprende con una no- , -.
ticia terrible: tengo que vestirme. ¡ I t·· .,
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Mi mamá dice:
- Tenemos mucha prisa, ¡vámonos!
Pero no me importa cuántas veces diga:
"Dori, ¿no me oíste? ¡Debemos darnos pri-
sa! Tenemos una cita. No podemos llegar
tarde...". Eso no significa nada para mí por-
92 que ¡soy un perro!
-¡Grrrrr arff, guau, guau, guau ... guau ...
grrrrr arff guau... guau, guau! -digo yo; lo
que significa: "no, gracias. Me quedaré en
casa y masticaré calcetines".
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11'(> f)or(l(.(>
-
' 1lel doctor, pero descubrí que era imposible
dejar de ser perro.
Estaba atrapada en ese cuerpo y no había
nada que pudiera hacer al respecto.
Estas cosas sólo me pasan a mí. 95
La doctora es muy sonriente. Me hace
muchas preguntas.
- ¿Cuántos años tienes, Dori?
-¡Guau, guau! -le contesto.
- ¿J.. qué año pasaste?
- ¡Guau!
-Dori, tienes que responderle a la docto-
ra - dice mi mamá, que parece avergonzada.
-Ya veo que te gusta jugar a que eres un
perrito. Eres un perrito muy lindo -dice la
cloc tora- . ¿Qué más te gusta hacer?
-¡Guau, guau, guau! -contesto. La doctora me pesa y me mide, escucha
-Lo lamento -dice mi mamá-; Dori es mi corazón, revisa mis oídos, me toma la
muy imaginativa. Demasiado imaginativa. temperatura y hace que mis rodillas brin-
-Maravilloso -dice la doctora, y me da quen. Yo soy un buen perrito y dejo que me
unas palmaditas. haga todo eso.
Me dan ganas de lamerla.
Mi mamá susurra: 97
-Pon la lengua de regreso en tu boca.
usando lentes ¡y es
tan lindo!
-¿Qué letra es
ésta? -pregunta .,,
la doctora, y señala
una "f". 99
-¿Guau? - contesto.
Mamá dice:
- ,· - Lo siento. Sé que Dori
ve perfectamente; quizá
deberíamos hacer esto
otro día.
-Está bien -dice la
doctora-. No hay problema. Sólo
hace falta una cosa más.
Mi mamá susurra: Y cuando menos lo espero, justo cuando
- Dori, si no dices las letras, la doctora la doctora está diciendo que soy un cachorri-
pensará que no puedes verlas, y tendrás que to muy saludable, se acerca con una jeringa.
usar lentes. Así que debes responder. Trato de escapar, pero no soy tan rápida.
-¡AAAAAY! -grito y lloro.
d. 1.
1. :
C.ost¡_godo
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aprieto.
Mamá me dice que estoy castigada y debo
ir a mi habitación y quedarme ahí.
• -Puedes dejar mi comida de perro en un
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1
Cuando la sopa está lista, la llevamos a forta leza gigante donde podamos escon-
la cocina mientras Mari distrae a la señora dernos hasta la hora de la cena, mientras
Crujilda Crocante. Luego el señor Nuggy Mari vigila.
y yo reunimos materiales para hacer una
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cante.
- ¿Eres tú, Nuggy? Bonito vestido.
- Gracias. Tengo un mensaje importante
para usted de parte de Dori. ¿Sí, se acuerda
de Dori?, ¿la bebé que quiere llevarse? Ella
ha aceptado irse con usted. A su cueva. Para
siempre.
- ¡Qué bien, porque casi se me olvida
qué estaba haciendo aquí! Dori es justo lo
que buscaba.
- Pero después de la cena -dijo él.
- No hay problema - respondió- . Mue-
ro de hambre.
- Muy bien.
Ahora que estoy a salvo, salgo de mi es- - ¿Tiene celular? -pregunta el señor
condite y voy a la mesa para cenar. Me sien- Nuggy.
to junto a la señora Crujilda Crocante por- -No, pero de verdad me encantaría te-
que no quiero perderme el momento en que ner uno - responde- . ¿Usted me lo puede
se atragante con su sopa envenenada y caiga conseguir?
muerta. ¡J i, ji, ji! - ¿Ehh...? - dice el señor Nuggy, y no
122 El señor Nuggy y yo le hacemos la plática. parece muy seguro de qué decir. 123
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- Los voy a extrañar -le digo a mi fami-
lia-. Fui una niña maravillosa, y ahora me
llevarán para siempre.
- ¡Adiós! - dice Violeta.
- ¡Nos vemos! -dice Lucas.
Mientras me lleva, veo por el rabillo del
129
128 ojo que la bebé Cherry está en la sala, en su
cuna. De pronto me doy cuenta de que no
necesito la ayuda de nadie. Puedo salvarme
sola.
Me retuerzo para escapar de los brazos
de la señora Crujilda Crocante. Después de
varios intentos lo logro y corro por la bebé
Cherry. La sostengo en alto para que la se-
ñora Crujilda Crocante pueda verla bien.
Ella observa a Cherry con detenimiento.
Y luego me observa. Luego otra vez a Che- - ¡Mmmmm! -dice, quitándome a Che-
rry. Luego otra vez a mí. rry. Le abro la puerta y, así nada más, la se-
Respiro hondo y trato de verme mayor. ñora Crujilda Crocante se va con la tonta y
apestosa bebé Cherry.
1
Luego escucho gntos.
. , Encontró m1. fortaleza gigante.
Esmi ma ma.
CAPÍTULO b
Pelota saltarina
GLUP
¡Oh, no! ¿Dónde está la muñeca?
-Ahora regreso -le digo.
Bajo las escaleras de puntitas, me dirijo Después de buscar por todas partes,
hacia la sala que está a oscuras. ¡Oh!, ¿dónde encuentro:
puse a Cherry? Sí, se la di a la señora Crujil-
da Crocante, pero ¿qué hice en realidad con (~
ella? "Piensa, piensa, piensa", me digo a mí ~
1.11 botón
misma. Reviso en los lugares habituales: el de pt.a+ii,
136 refri, el excusado, el lavavajillas, el bote de 137
basura, debajo del sofá, sobre el sofá, debajo
de la alfombra, arriba, en cada cajón, debajo
de las camas, en la tina del baño...
~f'\ z.apato
d<? Cherry
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(} ~ ,/ ,\~:i.. J(P.J~ "') "' \
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- ¿Qué querías decirme? - pregunta -Bueno, que después de todo, la señora
Violeta. Crujilda Crocante no era real.
-Ah, sí, eso... bueno... - digo, mientras -Lo sé. Yo fui quien la inventó, tonta
me subo a su cama y me meto debajo de sus -dice Violeta.
cobijas tibias y acogedoras. -¿Fuiste tú? Ah, sí -digo-. Gradas,
Violeta, fue un juego divertido. Aunque al
144 final me asusté un poco. 145
Después de todo, estoy muy contenta
de poder quedarme con mi familia en esta
agradable casa.
-Buenas noches -le digo a Violeta.
-Buenas noches -me
dice, dándome un pequeño
empujón-. Ahora vete a
tu cama.
Antes de salir, escondo
la pelota saltarina debajo
de la almohada de Violeta
como un regalito secreto.
Al día siguiente nuestros padres duer-
men hasta tarde, es sábado. Lucas y Viole-
ll ~I
ta están jugando con la pelota saltarina que
Violeta encontró bajo su almohada.
Ríen mientras la pelota golpea el techo
y rebota en las paredes, pegándoles en la
146 cabeza.
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-¡Vamos a hacerla rebotar en las escale-
ras! -dice Lucas.
En las escaleras ríen más fuerte. Cómo me gustarí.1 j1 1¡•,.u , "" ,.11 ..
De pronto, todo queda en silencio. Corro -Tenemos que sacarla -dice Violeta.
escaleras arriba para investigar. - ¿Y cómo le hacemos? -pregunta Lucas.
Y luego ambos se vuelven y me ven parada
• 1 detrás de ellos, observándolos. Sonriendo.
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La pelota saltarina ¡saltó al excusado!
Lucas y Violeta están parados junto a la .. :11
taza, mirando la pelota hundida.
- ¿Qué haremos? -chilla Violeta.
- ¿Estamos en problemas? - pregunta
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Lucas.
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-La Pulga la sacará. ¿Verdad, Pulga? - - ¡Aquí está! -digo, sosteniendo en alto
dice Violeta, asintiendo con la cabeza. • la pelota saltarina mientras el agua del ex-
Enseguida me subo la 1nanga del camisón cusado gotea de mi brazo.
y meto el brazo hasta el fondo del excusado.
154
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- ¡Ya sé! Imaginemos que la pelota en choca con las paredes, y grito cuando me
realidad es una bola de chicle envenenada, golpea la cabeza.
y si pega en el techo, explota y deja salir Cuando la pelota pega en el techo, ¡ex-
lava caliente, y nosotros nos derretimos. Y plotamos! Yo doy brincos arriba y abajo, ha-
cuando nos derretimos, nos convertirnos en ciendo sonidos de fuertes choques, el tipo
cavernícolas, y la señora Crujilda Crocante de sonidos que hace la tierra cuando estalla.
156 vive en la cueva de junto y... Salto sobre Lucas para protegerme de la 157
- ¡No! ¡No otra vez la señora Crujilda lava caliente que se extiende por todo el piso.
Crocante! - dice Violeta.
-Está bien, pero, ¿y todo lo demás?
-pregunto.
Ellos aceptan:
-Todo lo demás
está bien.
Mi hermano,
mi hermana y yo
jugamos con la
pelota saltarina.
Corro como
loca para atra-
parla, mientras
¡Está borboteando por todos lados! Salta-
mos sobre el sofá y acomodamos los cojines
para construir nuestra cueva secreta.
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ISBN: 978-956·15·2647-1
Impreso en Chile/ Printed in Chile
Dirección de Arte:
Jo,i Crupo y Rosa Marín
Pro)-ecto grtfico:
Marisol Oel Burgo, RuMn Chumillas y Julia Ortega
Jlustraci6n de cubierta:
Abby Hanlon