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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR DE INTERIOR, JUSTICIA Y PAZ


MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA
EDUCACIÓN UNIVERSITARIA CIENCIA Y TECNOLOGIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CENTRO DE FORMACIÒN LARA

UNIDAD CIRRICULAR - PNFA:


POLITICAS PÚBLICAS DE SEGURIDAD CIUDADANA
VENEZUELA PERIODO 1999 - 2020
(TRABAJO 6)
BARQUISIMETO, NOVIEMBRE 2021
PROBLEMAS DE SEGURIDAD EN VENEZUELA PERIODO (1999 - 2020)

Las Naciones Unidas estableció que existen dos aspectos que deben
considerarse también en el ámbito de la seguridad pública, el objetivo, que se
centra en los niveles reales de seguridad y en las amenazas existentes; y el
subjetivo que aborda la forma en que esas amenazas son percibidas por cada ser
humano. La seguridad ciudadana entonces es un concepto que engloba dos
fenómenos:

 El de los índices de criminalidad, dimensión objetiva, que se obtienen de los


registros administrativos, como la fuente policial o los anuarios de mortalidad.
 El de la sensación de inseguridad, dimensión subjetiva, que se obtienen de
las encuestas de opinión y de victimización.
La   distinción de estos fenómenos dentro   de una   definición operativa de
seguridad ciudadana es esencial, puesto que permite precisar acciones y
estrategias que busquen actuar de manera conjunta sobre ambos aspectos.

De acuerdo con el paradigma del desarrollo humano y de la seguridad


humana, la seguridad pública debe tener como centro al ciudadano, en tanto
individuo y ser social.

Por tanto, desde la perspectiva de la seguridad humana, adquiere especial


relevancia que las políticas de seguridad pública, conjuntamente con fortalecer el
funcionamiento eficiente y eficaz de las instituciones competentes en la materia,
se orienten hacia la reducción del control policial/penal al mínimo necesario y a
contener, mediante la regulación jurídica y ciudadana, el uso de la violencia por
estas instituciones, para que su accionar no ponga en riesgo la seguridad de las
personas. Igualmente, las políticas de seguridad pública deben procurar que los
conflictos derivados de problemas sociales propios del sistema socio-económico y
cultural y del modelo de desarrollo, busquen su regulación y resolución a través de
las políticas sociales o de cambios sociales.
Un componente importante de esta creciente letalidad es el aumento de la
militarización del control de la seguridad ciudadana, especialmente con la
participación del componente militar de la GNB y, en menor medida de
funcionarios del Ejército.   En este sentido, Provea ha advertido que “La
militarización de la seguridad ciudadana – amparada en la doctrina de seguridad
nacional- trae consigo riesgos para las garantías personales toda vez que implica
la ocupación militar del territorio nacional para la ‘defensa’ contra el ‘enemigo
interno’ que resulta ser el propio ciudadano …” (Provea, 2017). La Universidad
Nacional Experimental de la Seguridad pasa a ser dirigida por un oficial retirado; la
Policía Nacional Bolivariana que desde su fundación había sido comandada por
civiles pasa ahora a manos militares y se le dota de un uniforme camuflado más
castrense. El llamado “Nuevo Modelo Policial” que tanta expectativa generó,
quedó así abandonado, al erosionarse porque se perdieron los valores
institucionales frente a otros intereses.

En términos generales, la militarización de la seguridad ciudadana ha sido


cuestionada en toda la región, al ser una de las herencias que nos quedan de la
Doctrina de la Seguridad Nacional, pues no sólo han demostrado ser ineficientes
para generar seguridad en las personas, sino que además tienen consecuencias
negativas en materia de Derechos Humanos. En este orden de ideas, se
confunden dos perspectivas lógicas: la seguridad de la nación y la seguridad de
las personas. Así entonces, cuando se habla de seguridad de los ciudadanos se
está haciendo referencia a la garantía de derechos civiles con bienes jurídicos
concretos (vida, libertad de tránsito, integridad personal, propiedad), de personas
también concretas, y los actores estatales responsables de tal garantía suelen ser
civiles, al menos en la mayoría de los países occidentales, democráticos y
modernos.

En cambio, cuando se habla de seguridad de la nación se está haciendo


referencia al sistema político en su totalidad como una abstracción, incluso como
valor, pero también se refiere a las fronteras y a la integridad territorial en términos
de soberanía, siendo la Fuerza Armada Nacional, el principal órgano responsable
de defenderla. La fusión de ambos conceptos puede traer consecuencias graves y
ocasionar más problemas de los que pretende resolver. La nación se defiende de
enemigos externos en un contexto bélico. Mientras que la conflictividad en
escenarios de seguridad ciudadana se da entre civiles, cuya máxima expresión
estaría en la comisión de delitos, en esos casos el trasgresor tiene derechos y
debe ser sometido a un proceso legal con resguardo de todas las garantías. Son
dos perspectivas lógicas distintas, con actores institucionales también distintos;
dos entrenamientos y adoctrinamientos claramente diferenciados, que responden
a funciones de disímil naturaleza.

POLITICAS PÚBLICAS IMPLEMENTADAS EN VENEZUELA EN EL


PERIDO 1999 - 2020

Gracias a las políticas implementadas por el Estado Venezolano nuestro


país logró sobresalir con los ODM posicionado a Venezuela en los primeros
lugares en superación de los niveles de pobreza, inclusión educativa de calidad y
alimentación, ahora se encamina a aprovechar al máximo posible la coherencia
con los ODS para consolidar y ampliar el impacto de los logros alcanzados.

El Plan de la Patria, Segundo Plan de Desarrollo Económico y Social de la


Nación 2013 – 2019, se compagina con los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS), por lo que se asume expandir el horizonte temporal del Plan de la Patria y
el Plan Nacional de Derechos Humanos hasta el 2030 a través de su vinculación
con la Agenda de Desarrollo Sostenible 2015-2030.

La República Bolivariana de Venezuela considera como Buenas Prácticas,


cuatro motores interrelacionados que se constituyeron en claves para avanzar: 1)
el compromiso político al más alto nivel para la adaptación de todos los entes de la
Administración Pública en sus planes operacionales para la implementación de los
ODS y rendir cuentas sobre ello bajo la supervisión del Consejo de Ministros de
las Seis Vicepresidencias Sectoriales para hacer seguimiento a la implementación
de los ODS; 2) El lanzamiento de un proceso de enriquecimiento del marco
general de políticas públicas establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo 2013 -
2019 sobre la base del contenido de la Agenda 2030; 3) La instrucción destinada
al Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para desagregar la data respectiva y
visibilizar la información sobre sectores más vulnerables: niños, niñas y
adolescentes, afrodescendientes, pueblos indígenas, personas con discapacidad,
adultos mayores y mujeres, entre otros, bajo el principio de “No dejar nadie atrás”
y 4) La incorporación activa de la participación política, protagónica y
corresponsable mediante la consulta a los movimientos sociales, actores no
estatales, sectores productivos, académicos y a los Consejos del Gobierno
Popular como base para la apropiación de la Agenda 2030 “desde abajo, hacia
arriba”.

En el 2016, la implementación de los Decretos de Emergencia Económica


por parte del Estado venezolano han sido la herramienta para garantizar la
continuidad de las políticas de inversión social destinadas a la erradicación de la
pobreza y el hambre, así como, la garantía al bienestar integral, el crecimiento
económico productivo y la sostenibilidad de las ciudades (ODS 1, 2, 3, 8 y 11) con
la prioridad de atender a aquellas familias en mayor vulnerabilidad. Esta iniciativa
ha sido fundamental en un contexto económico adverso ante la baja de los precios
de los hidrocarburos, marcado adicionalmente por factores desestabilizadores de
carácter nacional e internacional.

En el ámbito nacional, de manera persistente se ha intentado crear un clima


de conflictividad social, política y económica, acompasada por intentos de una
fracción política de mayoría opositora en la Asamblea Nacional, por revertir
inconstitucionalmente los avances en los derechos sociales, económicos y
culturales logrados por el Gobierno Revolucionario en los últimos 15 años.

En el ámbito internacional, la República Bolivariana de Venezuela ha


enfrentado la persistencia en la abrupta caída en los precios del petróleo (el más
bajo precio en 45 años) y su impacto en la reducción del ingreso nacional; la
intensificación del fenómeno climatológico de El Niño que colocó en crisis al
Sistema Eléctrico Nacional y ocasionó la reducción de la jornada laboral en el
Sector Público, así como los efectos de una intensa agresión mediática, política y
diplomática, la más grave de los últimos años, montada en una campaña
mediática internacional contra el país para generar caos y violencia que justifica
una intervención militar, reeditando escenarios de injerencia en los asuntos
internos del cual nuestro país se ha mantenido firme en afrontar. La prolongación
de la Orden Ejecutiva del Presidente Obama, de fecha 03/03/2016, con la cual se
declara a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad
nacional y la política exterior de Estados Unidos (EEUU) constituye una evidencia
reiterativa sobre la veracidad de estas denuncias.

Las prioridades nacionales iníciales para la implementación de los ODS


están vinculadas al Plan Pobreza “0, a ser alcanzada en el 2019, y a la Agenda
Económica Bolivariana, temas con vinculaciones a los ODS relativos a la
erradicación de la pobreza, la sustentabilidad de las ciudades y el impulso
productivo (micro, local, general y nacional). Estas prioridades se sustentan en las
orientaciones de políticas de desarrollo del Estado venezolano establecidas
constitucionalmente, en nuestra visión nacional del desarrollo sustentable con
acento especial en la dimensión social, con políticas públicas con enfoque de
derechos humanos y en las lecciones aprendidas en la implementación de los
ODM.

El abordaje de estas prioridades se realiza desde una perspectiva integral,


la dimensión Ecosocialista del modelo nacional expresa la voluntad política para el
impulso simultáneo a las dimensiones social, ambiental y económica sobre las
cuales se sustenta la Agenda 2030. Resaltamos la experiencia de los Subcomités
de Estadísticas como estrategia para el seguimiento del principio de “No dejar a
nadie atrás”, al igual que los adelantos de Venezuela en las políticas dirigidas a
Niños, Niñas y Adolescentes, mujeres y personas con discapacidad.

Se puede observar que, en muchos casos, los indicadores venezolanos


expresan visiones más amplias de lo formulado en el ámbito internacional, lo
denominaremos visiones “más integrarías” en el diseño, implementación y
evaluación de políticas. En otros casos las cifras expresan políticas exitosas
particulares para el caso venezolano, que requieren visibilizarse en el conjunto de
indicadores.

En cuanto a la dimensión de políticas y sus asuntos programáticos conexos


vinculados a la alineación de Plan de la Patria con los ODS, se evidenció una
alineación de 95,5% entre los Objetivos Históricos del Plan de la Patria y los ODS,
un 77,85% de coincidencia a nivel de objetivos estratégicos y un 68,10% en los
Objetivos generales.

Un trabajo conexo a la revisión de políticas lo constituye el análisis de


indicadores, con la aplicación del Cuestionario de Capacidades Nacionales
Estadísticas para la Producción de los Indicadores ODS del Marco Global de
Monitoreo, se logró tener un escenario real de las condiciones para apuntalar la
implementación de los ODS y sus metas en Venezuela. En concreto, el
cuestionario permitió la identificación de 241 indicadores ODS, de los cuales 8 se
logró verificar 107 (44%) indicadores con apoyo de 11 Instituciones de la
Administración Central. Se evidenció que de los 107 indicadores verificados se
produce información sobre 36 indicadores. Igualmente, se verificó la existencia de
46 operaciones estadísticas que producen o pueden producir información para
indicadores.

Entre las experiencias novedosas se demuestra la instalación de las Bases


de Misiones como nueva avanzada de las Misiones y Grandes Misiones mediante
su implementación intensiva en territorios de pobreza extrema. De igual manera,
es una experiencia novedosa la confluencia de tres políticas fundamentales, nos
referimos al fortalecimiento de las Grandes Misiones Vivienda Venezuela (GMVV)
y Barrio Nuevo Barrio Tricolor (GMBNBT), que en conjunto con el impulso a la
Agricultura Urbana y la conformación de los Comités de Abastecimiento y
Producción (CLAP) constituyen un potencial, en los territorios fundamentalmente
urbanos, de avanzar hacia ciudades y asentamientos humanos que sean
inclusivos, seguros, resilientes y sustentables, debido a sus avances en la
satisfacción al derecho a la vivienda en sus diversas modalidades, así como, la
presencia de una organización popular fortalecida y ampliada.

Reiteradamente el Estado venezolano ha manifestado su compromiso de


sostener los niveles de la inversión social realizada en la historia reciente como
mecanismo para protección al pueblo y avance en la consecución de la Suprema
Felicidad Social, meta superior de la construcción del Socialismo Bolivariano
perfectamente alineada con los ODS.

Un reto para el proceso por venir es mejorar el sistema de estadísticas para


una evaluación de las políticas públicas dirigidas al avance de los excluidos,
debemos decir el mejor espíritu autocrítico, que ello sigue siendo un desafío para
el Estado Venezolano. La construcción de un sistema integral de acopio de datos
desglosados que permita reunir toda la información necesaria sobre la situación de
los sectores anteriormente excluidos y destinado a afinar la aplicación de medidas
destinadas a esas áreas, ha tenido avances pero su consolidación definitiva en un
área donde Venezuela tiene interés en el fortalecimiento de capacidades y
estrategias de acompañamiento.

Las venezolanas y venezolanos están conscientes de sus limitaciones para


llevar a cabo con éxito, por sí sólo, la implementación de todos y cada uno de los
ODS y sus Metas. El involucramiento activo del pueblo y la profundización de la
cooperación son elementos sustantivos en este esfuerzo. Todos los actores
políticos y sociales, nacionales e internacionales, son bienvenidos a incorporarse a
esta labor, con la única condición de que sus intereses y acciones estén alineados
con los marcos legales y de políticas de desarrollo en vigor.

PLANES DE SEGURIDAD Y CUERPOS DE SEGURIDAD QUE SE


CREARON EN VENEZUELA EN EL PERIDO 1958-1998

Durante los años 2008 y 2009 se anunció el plan “Ruta Segura”, que
consistía en colocar un funcionario de la GNB en cada una de las unidades de
transporte público, en las rutas que eran consideradas álgidas. Este plan surge
como el resultado de la evaluación que hizo el Estado del miedo, el temor de la
gente. Más allá de la efectividad, lo que se pretendía era trabajar en el tema de la
percepción. Simultáneamente se aplicó El Plan Autopista Segura.

En el 2010 se crea el Dispositivo Bicentenario de Seguridad (DIBISE), que


implicaba una distribución operativa de la fuerza policial. En el 2012, el DIBISE 2,
empieza a incorporar a la milicia, propone una reasignación de las zonas de
Caracas y refuerza la seguridad de Miraflores.

En el año 2011 se crea la Comisión Presidencial para el Control de Armas,


Municiones y Desarme, CODESARME, presidida por el ministro de Interior y
Justicia y representantes del poder Ejecutivo Nacional, la Asamblea Nacional, el
Ministerio Público, cuerpos policiales, sectores académicos y organizaciones de la
sociedad civil. Se conformaron cuatro grupos de trabajo: investigación, consulta,
comunicación y medidas especiales. La Comisión funcionará hasta diciembre de
2012. Durante su gestión la Comisión escuchó a expertos internacionales, realizó
seminarios, encuestas diagnósticos, viajes al exterior y una Consulta Nacional
para una convivencia sin armas. Al término de su mandato entrega a la Asamblea
el proyecto de la Ley de Desarme.

Uno de los grandes obstáculos de la Comisión fue la contradicción entre,


por un lado, avanzar una Comisión de Control de Armas, y por otro lado, un
discurso y creencia de dirigentes políticos favoreciendo la idea de que “el pueblo
debe estar armado para defender la revolución”. Toda esta matriz retórica, sobre
la revolución pacífica pero armada que se traducía en la práctica, en formación
para el manejo de armas de todo un grupo importante de la población, como lo
sería la Milicia Bolivariana, se halla en franca contradicción con procesos de
control de armas; campañas para desestimular el uso de armas, aspecto que
estaba contenido dentro de las líneas de la Comisión.

Entre el 2009 y el 2011, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y


Criminalísticas (CICPC), desarrolló diferentes iniciativas contra la delincuencia.
Una de ellas fue el llamado “Madrugonazo al Hampa” para desarticular bandas
delictivas, incautar armas y luchar contra el microtráfico de drogas. La acción del
organismo policial se realiza en plena madrugada, cuando los funcionarios del
CICPC hacen allanamientos para neutralizar y poner bajo la orden del Ministerio
Público a diversos grupos delictivos. Otra fue la “Operación Cangrejo” cuyo
objetivo fue la detención de homicidas y delincuentes más buscados.

En diciembre del 2012, se celebrarían elecciones presidenciales. Por ésta


razón en los meses anteriores fueron presentados diferentes planes en materia de
seguridad ciudadana:

“Lineamientos para el Programa de Gobierno de Unidad Nacional (2013-2019)” de


la Mesa de la Unidad Democrática en el 2012. Este documento fue aprobado por
la Mesa de la Unidad Democrática el 12 de enero de 2012, luego de ser
considerado por la Comisión de Políticas Públicas. Fue elaborado bajo la
coordinación de la Unidad Técnica con el aporte de 31 grupos que incorporaron
más de 400 especialistas en todas las esferas nacionales, bajo el esquema de
presentar la situación actual y los lineamientos de acción propuestos”; el capítulo
Calidad de Vida incluía el tema seguridad ciudadana que iniciaba la situación
actual señalando:

“La situación de inseguridad y violencia en nuestro país se ha agravado de


manera significativa en los últimos trece años. Las familias venezolanas, con
independencia de su condición social o afiliación política, a diario son víctimas de
la criminalidad desbordada. El Gobierno no protege a los ciudadanos ni reprime a
los delincuentes.

En el año 2012, el ex alcalde y precandidato presidencial, Leopoldo López,


presentó “Sí se puede tener una Venezuela Segura”, una versión completa y
actualizada del “Plan 180” que ya había presentado en el 2006.

Una vez realizadas las primarias de la oposición y escogido Henrique


Capriles como candidato, Leopoldo López pasó a manejar el tema de la seguridad
ciudadana. Tomando los aportes de los “Lineamientos para el Programa de
Gobierno de Unidad Nacional (2013-2019)” de la Mesa de la Unidad Democrática;
los aportes de López y los del propio candidato Capriles, se presenta a mediados
del 2012 el Programa “Seguridad para todos”. Unas semanas después de que el
candidato opositor presentara su programa de seguridad ciudadana, el Gobierno
anunció La “Gran Misión a toda Vida Venezuela”, una política pública en materia
de seguridad ciudadana muy bien planteada, que señala en su introducción:

“La Gran misión “¡A Toda Vida! Venezuela” es una política Integral de
Seguridad Pública, con alcance nacional y especial atención a los 79 municipios
con mayor incidencia delictiva. Su objetivo es transformar los factores de carácter
estructural, situacional e institucional, generadores de la violencia y el delito, para
reducirlos, aumentando la convivencia solidaria y el disfrute del derecho a la
seguridad ciudadana. La Gran misión “¡A toda vida! Venezuela” se basa en una
articulación entre medidas de prevención (intervenciones previas a la ocurrencia
de hechos delictivos) y medidas de control penal ajustado a derecho
(intervenciones post-ocurrencia delictiva).” (GMATTV, 2012)

En la GMATTV dos objetivos principales:

1)   Disminuir los índices de delitos con la implementación de acciones en seis


vértices y, bajo un enfoque de pobreza y desigualdad,

2)   Abordar los factores estructurales, institucionales y situacionales que generan


violencia y delito.

Se definieron seis vértices de acción:

1. Prevención integral y convivencia solidaria;


2. Fortalecimiento de los órganos de seguridad ciudadana;
3. Transformación del sistema judicial penal y desarrollo de mecanismos
alternativos de resolución de conflictos;
4. Transformación del sistema penitenciario;
5. Sistema Nacional de Atención integral a las Víctimas;
6. Creación y socialización de conocimientos para la convivencia y la
seguridad ciudadana
En mayo de 2013, el presidente Nicolás Maduro anunció el lanzamiento del Plan
Patria Segura, que tendría como objetivo fundamental crear un sistema de
patrullaje, vigilancia y protección de la población en todo el país.

¿VENEZUELA REALIZO RENDICION DE CUENTAS EN SUS POLITICAS


PUBLICAS EN LOS AÑOS 1999-2020?

El Sistema Nacional de Misiones, oficialmente Sistema Nacional de


Misiones, Grandes Misiones y Micro-Misiones «Hugo Chávez», son una serie de
programas sociales desarrollados en Venezuela durante el gobierno de Hugo
Chávez desde el año 2003 y que continúan vigentes en el actual gobierno de
Nicolás Maduro. Estos proyectos son relanzados cada año con el fin de cumplir
objetivos determinados y toman su nombre del libertador Simón Bolívar. Las
Misiones Bolivarianas del gobierno de Venezuela comprenden programas para
luchar contra la pobreza, programas de educación, salud, viviendas, además de
programas culturales, científicos, políticos, dedicados a los derechos indígenas y
medioambientales, y por supuesto el tema que nos interesa en esta materia todos
los Programas en materia de seguridad ciudadana.

En Venezuela las políticas públicas en materia de seguridad ciudadana se


han convertido por excelencia en Grandes Misiones, para beneficio de toda la
población. Se han obtenido grandes avances en materia de seguridad ciudadana
que abarca un sinfín de elementos esenciales para la prevención y cuidado de los
ciudadanos.

La Constitución Bolivariana de Venezuela establece el principio de la


corresponsabilidad entre el Estado y el Pueblo para garantizar el bienestar común;
todo venezolano tiene derecho a ser protegido por el Estado venezolano y recibir
toda la atención en materia de prevención integral y tratamiento a las adicciones.
Los órganos de seguridad ciudadana del Estado trabajan en conjunto con la
Gran Misión Cuadrantes de Paz y las 113 delegaciones municipales del Cuerpo de
Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), 24 delegaciones
estadales, además del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana y de la Guardia
Nacional Bolivariana, que se encuentran dispuestos para atender los
requerimientos de los ciudadanos en toda la geografía nacional.

Al asumir el Ministerio de Relaciones Interiores en septiembre de 2008,


Tareck El Aissami retoma algunas de las recomendaciones formuladas por la
CONAREPOL y otras previstas en la Constitución de 1999, como la creación de la
Policía Nacional Bolivariana (PNB), la cual inició con un proceso de selección de
funcionarios de la Policía Metropolitana (PM) que acababa de ser eliminada,
realizando los primeros cursos formativos en carpas improvisadas en la Base
Aérea Libertador. Posteriormente, las clases serían trasladadas a Fuerte Tiuna
para culminar el proceso formativo.

La Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, UNES, fue creada


en el 2009 por el Gobierno Bolivariano con el objeto de formar a los funcionarios
de la Policía Nacional Bolivariana y unificar la formación de los cuerpos policiales
regionales y municipales, introduciendo criterios de homogenización.

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