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Ensayo sobre el caso del fiscal de la JEP 

Carlos Julián Bermeo y Luis Alberto ‘el


Tuerto’ Gil

Es claro que este caso en su momento fue polémico por no decir que aún lo es, ya que La captura
de Carlos Julián Bermeo Casas en el año 2019 ,quien se encontraba desempeñaba como fiscal de
apoyo II de la Unidad de Investigación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)–tras
supuestamente exigir un millonario pago para beneficiar al exguerrillero de las Farc “Jesús
Santrich”, pedido en extradición por EE. UU.–, fue un duro golpe a la imagen de la JEP, clave en la
consolidación de la paz porque se pierde en cierta forma la confianza a la estructura de la misión
de esta institución teniendo en cuenta que es un ejemplo de corrupción total, así mismo la captura
del excongresista Luis Alberto Gil condenado a cuatro años y medio de prisión por orden del
Juzgado 9° Penal Especializado de Bogotá ya que el despacho judicial avaló el allanamiento a
cargos de ex congresista, quien aceptó haber conformado una agrupación criminal para intentar
frenar la extradición a Estados Unidos del exguerrillero Jesús Santrich, el sentenciado acepto los
cargos por delitos de concierto para delinquir agravado, cohecho -soborno- propio y tráfico de
influencias. Ese reconocimiento fue avalado por la juez de conocimiento, quien lo declaró
responsable de las citadas conductas delictivas, en calidad de cómplice.

Para realizar un contexto sobre lo ocurrido tanto en la captura como en las pruebas obtenidas por
las fiscalías por medio de un infiltrante y analizando si este operativo contaba con toda la legalidad
y sin vicios para este, es necesario mencionar tener claro que según el código de procedimiento
Penal en su articulo 242 donde tipifica la actuación de agentes encubiertos dice que:

“Cuando el fiscal tuviere motivos razonablemente fundados, de acuerdo con los medios
cognoscitivos previstos en este código, para inferir que el indiciado o el imputado en la
investigación que se adelanta, continúa desarrollando una actividad criminal, previa
autorización del Director Nacional o Seccional de Fiscalías, podrá ordenar la utilización de
agentes encubiertos, siempre que resulte indispensable para el éxito de las tareas
investigativas. En desarrollo de esta facultad especial podrá disponerse que uno o varios
funcionarios de la policía judicial o, incluso particulares, puedan actuar en esta condición y
realizar actos extrapenales con trascendencia jurídica. En consecuencia, dichos agentes
estarán facultados para intervenir en el tráfico comercial, asumir obligaciones, ingresar y
participar en reuniones en el lugar de trabajo o domicilio del indiciado o imputado y, si
fuere necesario, adelantar transacciones con él. Igualmente, si el agente encubierto
encuentra que en los lugares donde ha actuado existe información útil para los fines de la
investigación, lo hará saber al fiscal para que este disponga el desarrollo de una operación
especial, por parte de la policía judicial, con miras a que se recoja la información y los
elementos materiales probatorios y evidencia física hallados En cumplimiento de lo
dispuesto en este artículo, se deberá adelantar la revisión de legalidad formal y material
del procedimiento ante el juez de control de garantías dentro de las treinta y seis (36)
horas siguientes a la terminación de la operación encubierta, para lo cual se aplicarán, en
lo que sea pertinente, las reglas previstas para los registros y allanamientos” (art 242,
C.P.P)

Dicho lo anterior, cabe mencionar que la figura del agente encubierto también se encuentra
contemplado en el Estatuto de Corrupción para evitar en si la corrupción, valga la redundancia, en
entidades públicas y combatirla. existe diferente característica a la hora de implantar esta figura
una de ella es que el agente en cubierto no puede provocar el delito ni iniciar el delito ya existiría
vacíos y todos los vicios de institucionalidad y de ilegalidad de la prueba, esto quiere decir que, el
agente encubierto lo que puede hacer es infiltrarse a una organización criminal que se encuentra
en marcha o una operación delictiva que se encuentre en ejecución, para adquirir pruebas ya sea
en videos, fotos, documento o las diferentes pruebas que ampara el orden jurídico, con el objetivo
de facilitar información a la Fiscalía en un investigación. Otra de las características de esta figura es
que cuenta con un control previo y posterío por medio de un juez de garantías, ya que debe tener
una orden de autorización por un fiscal, pero asimismo debe tener una autorización previa del juez
de garantías y una legalización posterior a la actividad del agente infiltrado después por parte del
juez, para este punto se cuenta con 36 hora siguientes a la terminación de la operación
encubierta.

Teniendo esto claro los hechos son los siguientes, el exfiscal Bermeo fue capturado en flagrancia
recibía ya que recibía un primer pago del medio millón de dólares que había pedido para,
supuestamente incidir en el proceso contra el disidente 'Santrich'. Ese día también fueron
capturadas el exsenador Luis Alberto Gil Castillo, señalado de ser intermediario en el negocio ilegal
y otras tres personas como anteriormente se ha planteado

Según los documentos del expediente, la operación se hizo en coordinación con agencias de
los Estados Unidos que advertían sobre la existencia de una red que ofrecía a personas capturadas
beneficios como lo es vender, retardar u omitir decisión en sus procesos judiciales.
A renglón seguido, la agencia antidroga le propuso a la Fiscalía realizar un operativo en el que un
agente encubierto haría un supuesto pago para capturar a los sospechosos en flagrancia. 

Exactamente eso hicieron. El propio Néstor Humberto Martínez firmó una resolución para el retiro
de los dólares en efectivo del Fondo Especial de Bienes de la Fiscalía. La custodia de los fajos
recayó en una agente del CTI que estuvo en la operación y tenía la responsabilidad de retornar la
fortuna una vez todo concluyera. En entrevista con Blu Radio, el fiscal dijo que la DEA informó de
la existencia de una organización criminal en la JEP y por eso decidieron intervenir para recabar
pruebas para poder llevar ante la justicia a un fiscal de la JEP. Aclaró que no le ofrecieron dinero,
sino que decidieron actuar cuando ya Bermeo había exigido dinero para impedir la extradición de
Santrich. En este punto es donde se plantea la discusión procesa, porque en si se puede observar
de dos perspectivas, primera el agente solo estaba como informante de la fiscalía y que en ningún
momento se ofreció el dinero ya que esta operación se judicializo por medio de esta figura para
obtener prueba sobre el fiscal Bermeo que se encontraba participando de una organización que
tenía como finalidad concebir ciertos beneficios, a una de las persona que quería compadecer a la
JEP o los que ya se encontraba en esta, específicamente con el caso de “Santrich”, pero la otra
cara de la moneda es que se observa que el agente tenía que infiltrarse a una organización con
respecto aun delito que se encontraba en marcha, esto quiere decir que, se puede interpretar que
el agente encubierto fue activo, en otra palabra provoco o incito a cometer el delito ya que el ente
de investigación, en este caso la fiscalía, como anteriormente se explicó facilitó el dinero con el
que se estaba pagando el supuesto soborno.

Partiendo de lo dicho, considero que la implementación del agente infiltrado cuenta con todo el
respaldo normativo, pero en la función o en el ejercicio de esta creo que existe ciertas
controversias, mi posición es parcialmente en desacuerdo con las medidas para obtener las
pruebas, porque el caso si tiene hechos de corrupción, pero existe cabos suelto, hasta la propia
procuraduría ha puesto en duda no solo en la conexidad con Santrich, si no también la legalidad de
esta operación y en mi opinión si hubo un agente provocador ya que se incito con fondo del
estado a cometer este delito, pero cabe señalar que no existe duda de que existiera la corporación
delictiva pero considero que el agente o el ente encargado cometió un delito y debe responder de
una forma u otra, e igualmente para los críticos el hecho de que en este caso la plata haya salido
de la Fiscalía evidencia que hubo un entrampamiento, figura prohibida en el país, pero legal en
Estados Unidos. Cuando específico que me encuentro en parcial desacuerdo, es por que se realiza
la lógica a la interpretación de que después de observar las imágenes bochornosas de un
funcionario de la JEP apuñando un fajo de dólares, el responsable termine siendo la autoridad, y
cabe señalar que las misma magistrada de la JEP, Patricia Linares, reconoció la importancia

de desarticular esas redes de corrupción, y que en ningún momento se buscó desacreditar


a la JEP, sino que esta seguía funcionando plenamente como lo ha hecho hasta ahora.

De igual forma la JEP en su comunicado que Bermeo, no tuvo ninguna participación en los
procesos en lo que se estudiaban las solicitudes de garantía de no extradición y que por lo
tanto tampoco desempeño ningún rol en el proceso de Jesús Santrich y no tenía injerencia en las
decisiones de los magistrados. Pero así mismo resulta estrambótico suponer que alguien ofrezca
10 millones de dólares por entorpecer la extradición de Jesús Santrich. Sobornos de esa magnitud
servirían para que el narcotráfico pagara la elección de un presidente o el fin de la extradición.
Pensar que alguien va a destinar esa cifra a evitar la extradición de Santrich es un despropósito, es
por esto que me encuentro en parcialmente desacuerdo con la implantación de esta figura o
mejor dicho para no malinterpretar, la obtención de pruebas en esta operación el ejercicio en sí, la
estrategia no va acorde con lo planteado en la norma ni en la constitución.

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