Está en la página 1de 28

Las dinámicas de la economía comunitaria y su incidencia

en el sistema alimentario en La Paz y El Alto

Giovana Ninosca Rodriguez

Febrero de 2021

Universidad de LANUS-FLACAM

Maestría en Desarrollo Sustentable

Asignatura: 9250, Paradigma, Epistemología y Pedagogía del Ambiente y la


Sustentabilidad


 
Abstract

Si algo hay de cierto e innegable es que esta Pandemia y cuarentena, nos hizo
percibir con mayor importancia a nuestra alimentación. Muchos se empezaron a
preguntar ¿De dónde vienen los alimentos? Y eso puede aproximarnos a la toma
de decisiones y políticas públicas que nos ayuden a mejorar el Sistema
Alimentario, quizás es hora de planificar, de tomar acción. Debemos prevenir
que nuevas enfermedades surjan y evolucionen a raíz del funcionamiento
desequilibrado de nuestros Sistemas Alimentarios. Por eso, en primer lugar, está
claro que nuestros hábitos alimenticios tienen un impacto sobre el medio
ambiente, y éste acaba de pasarnos factura. En segundo lugar, queda claro que
la agricultura convencional como principal modelo de producción de alimentos,
bajo el enfoque de maximizar la producción, los rendimientos e ingresos, y
someter al medio ambiente a nuestra voluntad, ha jugado un papel central para
que ahora enfrentemos esta pandemia. Esta es la puerta importante que abre el
COVID-19, pues nos invita a planificar y construir un sistema sostenible e
integral, bajo un paradigma más consciente sobre el medio ambiente y la
sociedad un paradigma que pueda imitar la Estrategia de Reciprocidad que
nuestras Comunidades Campesino Originarias, vienen practicando
legendariamente.


 
Tabla de Contenidos

 
Capítulo 1, Introducción e Información general  .................................................. 6 
Contexto: las ciudades de La Paz y El Alto  ................................................................... 7 
Contexto: En cuanto al sistema alimentario en Bolivia  ............................................ 7 
Capítulo 2, Desarrollo de la Problemática  .............................................................. 11 
Principales Problemas relacionados al sistema alimentario en La Paz y El Alto
en tiempo de Pandemia  ...................................................................................................... 11 
Capítulo 3, Potencialidades de replicar la economía comunitaria en
barrios urbanos y periurbanos
 ........................................................................................................................................................... 14 
Las estrategias productivas de las familias campesinas indígenas originarias
 ....................................................................................................................................................... 14 
Las estrategias de acceso a los recursos socioproductivos  ............................. 14 
- La relación mítica y ritual hombre – naturaleza
 ................................................................................................................................................... 17 
- Una relación armónica sociedad – naturaleza, los viajes interzonales
 ................................................................................................................................................... 18 
Capítulo 4, A manera de conclusiones ...................................................................... 24 
La economía comunitaria como aporte a la economía social y al sistema
alimentario en las ciudades de La paz y El Alto
 ....................................................................................................................................................... 25 
Referencias  ............................................................................................................................... 28 
 


 
Lista de Tablas

Tabla 1. Tabla 1.-


Producción por volumen, superficie, valor de venta y mano de obra familiar y no
familiar
........................................................................................................ 26


 
Lista de Figuras

Figura 1.
Principales vías conectoras Intermunicipales e Internacionales ...................... 8
Figura 2.
Flujo de alimentos en las ciudades de La Paz y El Alto, para los cuatro más
importantes mercados en esas ciudades. .................................................. 9
Figura 3.
Problemas que tienen los productores durante la crisis sanitaria por el COVID-
19
........................................................................................................ 12
Figura 4.
Identificación de escasez de productos de productos alimenticios a nivel nacional
........................................................................................................ 13
Figura 5.
Principales problemas para el desabastecimiento nivel nacional
........................................................................................................ 13
Figura 6.
Principales problemas para el desabastecimiento nivel departamental
........................................................................................................ 14
Figura 7.
Umaraqa, como estrategia socioproductiva, inicio de la siembra de hortalizas,
Ayllu de Uru Chipaya, Oruro-Bolivia
........................................................................................................ 17
Figura 8.
Lugares donde se realizan las “reciprocidades” campesinas
........................................................................................................ 19
Figuras 9 a 16.
Modalidades de Reciprocidad
........................................................................................................ 23


 
Capítulo 1

Introducción e Información general

La Economía Monocultural es una de las principales características de la


Economía Ortodoxa. La Economía Social es una rama de la Economía que estudia
la economía desde una perspectiva más amplia, que sólo monocultural.
En el contexto actual que nos ha tocado vivir, estamos observando que la
Economía de Mercado no resuelve los problemas económicos, sociales y políticos
que aqueja a la gran mayoría de la población mundial. Estos problemas
económicos, sociales y políticos, tiene que ver con las crisis de alimentos, cada
vez hay más pobreza, la desigualdad social, el cambio climático, los ecosidios,
entre otros.
En Bolivia por su parte el gobierno actual, intenta construir un Modelo de
Desarrollo que sea alternativo al Modelo de Desarrollo Capitalista. A este Modelo
de Desarrollo lo ha denominado Economía Plural para el vivir bien.
El Modelo de Economía Plural para el vivir bien, plantea el reconocimiento de
cuatro tipos de economías, estas son: Economía Pública, Economía Privada,
Economía Social Cooperativa y Economía Comunitaria. Estos cuatro tipos de
economías, deben coexistir en armonía con la madre tierra. El vivir bien, en
términos simples, se traduce en respetar la madre naturaleza.
En ese sentido es todo un reto para el gobierno actual, plantearse el pluralismo
económico, donde coexisten los cuatro tipos de economías. Sin embargo, esta
lectura desde el gobierno nacional se contrapone con la lectura de la Academia,
que plantean que el Modelo de Desarrollo que abraza el gobierno actual, es el
neoestatismo (Zegada, 2013). El neoestatismo tiene que ver con que el Estado
se convierte en el motor del desarrollo, es decir, generadora de empresas y por
tanto de empleo. Tiene matices del Neokeynesianismo y Neoestructuralismo, en
términos generales.
Puede ser que el Modelo de Desarrollo que viene abrazando el gobierno actual,
sea más neoestatista que otra cosa; sin embargo, importa desde la Academia
darle carne al Modelo de Economía Plural para el vivir bien, porque el mundo
pone su atención en querer conocer, cómo se viene construyendo esta
propuesta.

Por otro lado, si bien las ciencias económicas frecuentemente asocian sectores
populares de la economía con bajo desempeño económico, estudios
antropológicos demuestran la existencia de grandes fortunas en la llamada
Economía Popular (Tassi et al., 2013). Desarrollada según Joaquin Morales y
Valeria Salinas, autores de “Las Características y el Desarrollo de la Economía
Popular”, como un modelo formal que encuentra el origen de esta prosperidad
en la capacidad coopetitiva (competitiva más cooperativa) de empresarios
populares basada en compartir costos de insumos. Argumentan que la capacidad
coopetitiva de estos actores está basada en redes de compadrazgo tejidas en
fiestas populares. De ahí podemos deducir que es una especie de herencia de la
Economía Comunitaria o Economía Campesina Indígena Originaria.
Finalmente, podemos decir que los sistemas de distribución y comercialización
de alimentos básicos en las ciudades de La Paz y El Alto en Bolivia presentan


 
características concretas, influenciadas por diversas variables relacionadas con
el contexto geográfico y sociocultural, este último entendido especialmente
desde la economía comunitaria, como veíamos líneas más arriba, lo que genera
una dinámica compleja que iremos desarrollando mas adelante.

Contexto: las ciudades de La Paz y El Alto

La ciudad de La Paz fue fundada el 20 de octubre de 1548 por Alonso de Mendoza


en la localidad de Laja, como parte del Corregimiento de La Paz, y para servir
como punto de descanso para viajeros que transitaban entre Potosí y Cuzco.
Tiene una superficie de 133.985 km2, con una altura de 3.650 msnm. Según la
última Encuesta de Hogares de 2017, realizada por el Instituto Nacional de
Estadística (INE), La Paz cuenta con una población de una población aproximada
de 11.216.000 habitantes, de los cuales 50,7% es mujer y 49,3%, hombre.

La ciudad de El Alto es una de las más jóvenes de Bolivia, elevada a rango de


ciudad en septiembre de 1988. Se encuentra a una altura de 4.080 msnm.,
limitando al norte con Zongo, al sur con Viacha, al este con la ciudad de La Paz,
al sureste con Achocalla y al oeste con Laja. Su superficie territorial son 1.042
km2, es parte de la aglomeración urbana más grande del país, conectándose
con Desaguadero, Copacabana, Viacha, Achacachi y poblaciones ubicadas a lo
largo de las carreteras de conexión con países limítrofes.
Proyecciones poblacionales realizadas por el INE, al 2018 señalan que el
municipio de El Alto tiene 922.598 habitantes, mostrando un crecimiento de
10.392 personas respecto al 2017.
El Alto se constituye en el municipio más poblado del departamento de La Paz y
la ciudad de El Alto en la segunda ciudad más poblada de Bolivia, después de
Santa Cruz de la Sierra. Resultante de altas tasas de crecimiento demográfico,
al constituirse durante los años 1976 y 1986 en un lugar de asentamiento de
inmigrantes de otras localidades, principalmente del altiplano norte del país, en
especial de personas del área rural del país, provenientes mayoritariamente de
los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí, así como de Cochabamba y
Chuquisaca.
El Alto se caracteriza por ser lugar de asentamiento para migrantes de otras
ciudades y provincias de Bolivia, principalmente de las áreas rurales. Es conocida
por sus grandes congestionamientos vehiculares, principalmente en el sector de
la Ceja por la que circulan cada día cerca de 300.000 personas rumbo a sus
trabajos en La Paz, en comparación con las 10.000 personas que suben a El Alto.
La posición geográfica del municipio de El Alto lo ubica como un punto
estratégico para la distribución comercial puesto que cuenta con accesos por vía
aérea y terrestre hacia la ciudad de La Paz, es también un punto de conexión
con los puertos de Ilo (593 km), Arica (457 km) y Matarani (787 km) en el
Pacífico. Se conecta a Oruro a través de la Av. 6 de marzo – Carretera a Oruro,
parte de la Ruta F-1, que conecta con la carretera hacia Arica como también con
Cochabamba, y por la Av. Juan Pablo II-Carretera Panamericana se conecta al
Desaguadero. Las vías denominadas de 1er orden, poseen la característica de
ser estructurantes a las vías de transito internacional, conectividad con las vías
interdepartamentales y municipales.


 
Figura 1.- Principales vías conectoras Intermunicipales e Internacionales, prestar especial atención
con las conexiones hacia Perú, Chile y Argentina.
Fuente: Elaboración Propia en base al mapa de Javier Nuñez Villalba – IRD-IFEA-2008

La zona de Villa Dolores, de El Alto, por su ubicación estratégica entre la Ceja


de El Alto, la carretera a Oruro, la avenida Max Fernández y la avenida 9 de Abril
de La Paz, se ha convertido en un área de alto movimiento vial y económico. La
presencia de la feria de alimentos ha posibilitado su desarrollo acelerado. Esta
ocupa una gran área en El Alto y funciona prácticamente los siete días de la
semana. Esta feria domina, en gran parte, el intercambio comercial de alimentos
de las ciudades de El Alto y La Paz.
En ambas ciudades, también existe una amplia gama de mercados zonales y
ferias -complementarias a los mercados dominantes- que se diversifican en
función a su tamaño y dimensión; características sociales; tipos, oferta y origen


 
de productos; formas de comercialización; organización sindical; y
relacionamiento con consumidores. Sin embargo 3 Mercados lideran en la Ciudad
de La Paz como se aprecia en los Gráficos siguientes. El Mercado del Tejar (Zona
NorOeste), el Mercado Rodriguez (Zona San Pedro- Central) y el Mercado Villa
Fátima (Zona NorEste); pero cabe recalcar que todos los productos llegan
primero a la Ciudad de El Allto, Zona Villa Dolores y de ahí se distribuyen hacia
los puntos mencionados en La Paz.

Figura 2.- Flujo de alimentos en las ciudades de La Paz y El Alto, para los cuatro más importantes
mercados en esas ciudades.
Fuente: Dinámicas de comercialización, El sistema alimentario en La Paz y El Alto, 2015


 
En cuanto al Sistema Alimentario en Bolivia

En 1996, la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) adoptó la siguiente


definición de seguridad alimentaria: “Existe seguridad alimentaria cuando todas
las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes
alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus
preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”.
Se reconoce que esta definición está conformada por cuatro dimensiones: la
disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad como un componente
transversal. Hay que destacar que el ámbito nutricional forma parte de la
definición, haciendo referencia a que todas las personas consumen alimentos en
calidad y cantidad suficientes para satisfacer las necesidades y preferencias
alimentarias para llevar una vida sana y activa en todo momento (CSA, 2012).
De esta manera, la seguridad alimentaria y nutricional combina ambas
definiciones e involucra directamente a los sistemas alimentarios, pues son estos
los principales responsables de proporcionar una alimentación adecuada a toda
la población (CSA, 2012).

En cuanto al Departamento de La Paz y siendo concretos tenemos tres sistemas


alimentarios: agroindustrial (de grandes extensiones de tierra, uso intensivo de
agroquímicos, semillas transgénicas y menor sostenibilidad), indígena
(agricultura familiar campesina, que se basa en cultivos de pequeña escala, más
sostenibles, venta de excedentes después del autoconsumo y poca superficie de
tierra) y agroecológico. El sistema agroindustrial reveló las menores
contribuciones a la soberanía alimentaria, mientras que, en el agroecológico, los
aportes son más claros y avanzados. A pesar de estas diferencias, el sistema
agroindustrial es el más dominante y expansivo, particularmente sobre el
indígena. Los hallazgos levantan preguntas sobre los conflictos entre los
sistemas alimentarios agroindustrial e indígena con la soberanía alimentaria en
las condiciones actuales.
Las oleaginosas y cereales cultivados por la agroindustria se destinan
principalmente a biocombustibles y alimentación de ganado, por lo que la
población de las ciudades de El Alto y La Paz consume más alimentos de la
agricultura familiar campesina.
Existe también una alta tendencia a la importación de alimentos. El
Departamento de La Paz importa el 60% de alimentos que consume y existe
una fuerte incidencia del contrabando de países vecinos. Las ineficientes políticas
de control del contrabando y de apoyo al sector productor, reduce
progresivamente la posibilidad del país de cultivar suficientes alimentos para su
demanda interna.

La producción de alimentos en el país se divide, de manera general, por zonas.


El Altiplano Norte y Sur producen tubérculos y cereales, los valles y cabeceras
de valle producen frutas y hortalizas. En los Yungas y el Chapare se producen
cítricos y en las llanuras orientales se producen leguminosas, cereales y ganado.

10 
 
Capítulo 2

Desarrollo de la Problemática

Principales Problemas relacionados al sistema alimentario en La Paz y


El Alto en tiempo de Pandemia

La crisis del COVID-2019 en Bolivia se inició el 10 de marzo de 2020, de acuerdo


con el reporte del Ministerio de Salud.

En Bolivia los sistemas agrícolas, la agricultura familiar, los mercados, la


agricultura de exportación, los huertos urbanos, el transporte de alimentos, el
comercio al detalle, todos son elementos que hacen a la seguridad alimentaria
y que fueron visibles como nunca durante la cuarentena de la Covid-19 estos
últimos dos años.
Las fuentes de abastecimiento se revelaron ante los ojos de los consumidores
durante la pandemia. Este campo es tan dinámico que convoca además a
activistas por la alimentación y el cuidado del medio ambiente, quienes también
han aportado a difundir tanto información como análisis sobre el tema.

Los Gobiernos Autónomos Municipales, GAM, informantes de un diagnóstico


llevado a cabo por El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras manifestaron que
los problemas indirectos en las cadenas agroalimentarias que se tienen por las
medidas del COVID -19 son: efecto el transporte (29%), la comercialización
(27%), precios de venta bajos para los productores (17%), falta de insumos
(13%) y en escases de mano de obra para la cosecha (11%), entre otros
problemas. (véase tabla Nro. 1)

Otro tema que se consideró en las encuestas del Diagnostico citado son los
productos básicos de la canasta familiar. Al respecto los GAM entrevistados
manifestaron que los productos que sufrieron en cierta medida
desabastecimiento fueron el arroz, carne de pollo y res, azúcar, huevo y harina
especialmente en los primeros días de la cuarentena probablemente debido a la
especulación y agio de algunos comerciantes. Un hecho importante en el
abastecimiento de productos alimenticios en las áreas rurales es que muchos de
estos productos son comercializados en ferias locales periódicas (semanales) en
la cual confluyen productores para vender sus productos agropecuarios y
comprar otros que son industrializados como el azúcar, aceite, fideo, entre otros.
Según la Tabla 2, las respuestas de los municipios a nivel departamental
muestran que los principales alimentos como la carne de pollo escaseó en
Cochabamba (40%) y en el Beni (25%), lo cual se debe probablemente a las
limitaciones en el transporte, dado que varios de los GAM informantes no son
productores de este producto.

11 
 
Figura3.-
Problemas que tienen los productores durante la crisis sanitaria por el COVID-19
Fuente: Diagnostico COVID-19 en la Producción agropecuaria y seguridad alimentaria, Elaborado
por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Estado Plurinacional de Bolivia, 2019.

12 
 
Figura 4.-
Identificación de escasez de productos de productos alimenticios a nivel nacional
Fuente: Diagnostico COVID-19 en la Producción agropecuaria y seguridad alimentaria, Elaborado
por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Estado Plurinacional de Bolivia, 2019.

Como se puede observar en la figura 5 el 34% de los GAM informantes en el


diagnóstico señalan como principal factor para el desabastecimiento la falta de
transporte autorizado (34%). Asimismo, la dependencia de proveedores y la
poca producción local. Sin embargo, el 47% de los municipios no respondieron
respecto al tema. Se notó la escasez de productos alimenticios de origen
industrial cuyos centros de procesamiento estaban distantes a los municipios
entrevistados.

Figura 5.-
Principales problemas para el desabastecimiento nivel nacional
Fuente: Diagnostico COVID-19 en la Producción agropecuaria y seguridad alimentaria, Elaborado
por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Estado Plurinacional de Bolivia, 2019.

13 
 
En cuanto al Departamento de La Paz, claramente se puede apreciar según la
figura 6 que el transporte es el principal problema de desabastecimiento y es
mucho más contundente que en el resto de los departamentos de Bolivia salvo
Oruro que nos supera. Este problema persiste y se agrava con la Pandemia por
supuesto, sin embargo, cabe resaltar que el problema ya existía antes de la
alarmante situación.

Figura 6.-
Principales problemas para el desabastecimiento nivel departamental
Fuente: Diagnostico COVID-19 en la Producción agropecuaria y seguridad alimentaria, Elaborado
por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Estado Plurinacional de Bolivia, 2019.
 
Capítulo 3
Potencialidades de replicar la economía comunitaria en barrios
urbanos y periurbanos

Las estrategias productivas de las familias campesinas indígenas


originarias

Las familias campesinas para disminuir los riesgos de producción, desarrollaron


una serie de estrategias, que van desde lo más simple a lo más complejo. Entre
las estrategias campesinas de que se valen las familias podemos mencionar: la
organización social del trabajo, la administración del tiempo, el manejo de la
diversidad, el manejo paralelo de los ciclos agrícolas, el control vertical de pisos
agroecológicos (microclimas), la predicción climática (sustento básico de la
tecnología andina que aparentemente se encuentra en crisis por los cambios
climáticos a nivel mundial), la relación mítica y ritual hombre-naturaleza, la
organización social y política, el conocimiento de los tipos de suelos, entre otras.
Para Comprender mejor y posiblemente replicar algunas prácticas en ámbitos
urbanos y periurbanos describiremos mejor 2 estrategias, las estrategias de
acceso a los recursos socioproductivos y la relación mítica y ritual hombre –
naturaleza.

- Las estrategias de acceso a los recursos socioproductivos

Las estrategias de acceso a los recursos socioproductivos en la producción de


cultivos, son aquellas a las que las familias campesinas acceden por medio de
relaciones de reciprocidad y redistribución (yanapa, ayni, mink’a, peonaje,

14 
 
umaraqa y compañía), intercambio (compra), herencia, trueque y otros, según
el caso.
Por ejemplo, cuando la fuerza de trabajo familiar no alcanza a cubrir las labores
agrícolas, la familia accede a la fuerza de trabajo a través de relaciones de
parentesco, compadrazgo, solidaridad, reciprocidad y redistribución.
Las diferentes formas de acceder a la fuerza de trabajo familiar y no familiar
son:

a) La ayuda (en quechua yanapa): es el trabajo sin retribución directa. En otras


palabras, es la prestación de trabajo sin cálculo explícito de retribución; es una
institución muy difundida en los Andes.

Al respecto Harris dice:


Conocido como ‘ayuda’ (en aymara yanapaña), incluye el trabajo para los
parientes cercanos, como las obligaciones más institucionales (por ejemplo, la
ayuda que prestan los ahijados a sus padrinos o la que suministra un hombre a
sus suegros) (1987: 31).
Al margen de la autora citada, se puede decir que la ayuda es una relación de
producción que se da, sobre todo, entre padres e hijos. Las familias jóvenes de
reciente formación trabajan en colaboración mutua con sus padres por cuanto
están en proceso de constitución de recursos propios. El tamaño de la familia
joven se reduce al padre, la madre e hijos menores si es que los hay. Al no
contar con la fuerza de trabajo de los hijos, se trabaja en colaboración mutua
con los padres.

b) El ayni: es el trabajo que se restituye con otro día de trabajo (incluye comida
y coca) (Fonseca 1974: 90). El ayni tiene amplia difusión en los Andes. Se trata
de otra relación de producción que permite a las familias contar con fuerza de
trabajo extrafamiliar. Sin embargo, cabe aclarar que el ayni no se reduce al
acceso a la fuerza de trabajo extrafamiliar, sino que también incluye el acceso a
los animales, a la semilla, al guano, a la yunta, etc. Es decir, el ayni ha tomado
muchas peculiaridades que son aplicables a las relaciones de trabajo y a los
recursos productivos (semilla, guano, animales, yunta).
Actualmente el ayni es la relación de producción a la que más se acude en las
comunidades campesinas e indígenas por cuanto ésta no requiere la intervención
de dinero.

c) La mink’a: es otra forma de contar con mayor mano de obra o de ofrecerla;


consiste en el pago en especie por trabajo realizado. Podría decirse que es la
relación de trabajo por productos agrícolas, aunque actualmente se extiende
esta nominación (mink’a) a retribución en dinero.
En algunas comunidades, por mink’a entienden el cuidado de animales que se
los realiza otra persona, y por ese servicio el dueño de los animales paga en
producto o en dinero.
Otra confusión que aparece con frecuencia actualmente es la traspolación del
término mink’a con mink’ar en el sentido de “contratar”; en este caso pueden
mink’ar un peón y ser éste remunerado en dinero o en producto, según el caso.

15 
 
d) El peonaje: se refiere al trabajo por producto o dinero. Actualmente, el
término peonaje es muy difundido en las comunidades campesinas: con este
término incluso se dirigen a la persona que les va ayudar en ayni o en yanapa.
Cabe aclarar que por peonaje no se entiende lo mismo que en términos
capitalistas, donde el “peón” o el “obrero” está sujeto a un patrón que le exige
eficiencia; además la relación es de “asalariado”. Mientras que en las
comunidades campesinas la relación con el peón es de ayuda, de compartir un
plato de merienda, pikcheo o k’awki si es que hay.

e) La umaraqa: es una institución que posibilita una fuerte inyección de trabajo


a un cultivo en momentos críticos. A través de la umaraqa una familia campesina
puede convocar a un grupo numeroso de cooperantes compuesto por parientes,
vecinos o compadres con los que mantiene vínculos de reciprocidad. Esta
institución es un recurso social que permite enfrentar las situaciones que se
presentan habitualmente por la irregularidad de las lluvias que hace imprevisible
el momento exacto en que se requerirá utilizar un fuerte contingente de fuerza
de trabajo, generalmente en los momentos de siembra y cosecha (Regalsky;
Calvo; y Espinoza 1994: 80).

Al margen de lo dicho anteriormente, la umaraqa incluye una ch’alla (ruego,


ofrenda, agradecimiento) a la pachamama por la buena cosecha que le dará o
por la buena cosecha que le dio a la familia campesina. La umaraqa se realiza
en la siembra o en la cosecha de los cultivos, según sea el caso. Si se realiza
umaraqa en la siembra, se rogará a la pachamama para que dé buena
producción y si es en la cosecha agradecerá a la pachamama por la buena
producción.
No es fácil organizar la umaraqa, ya que ésta implica preparar bastante comida
y chicha. En la umaraqa vienen más de 10 personas. Las personas que trabajan
en umaraqa no reciben ningún reconocimiento como sucede en el caso del ayni,
la mink’a y el peonaje. El único reconocimiento que reciben los que ayudan es
la comida y la chicha. En algunos casos también el dueño de la parcela invita
coca, k’awki y cigarrillos.

16 
 
Figura 7.-
Umaraqa, como estrategia socioproductiva, inicio de la siembra de hortalizas, Ayllu de Uru Chipaya,
Oruro-Bolivia
Fuente: de la publicación de la Ong, Kawsay, Centro de Culturas Originarias, 2021.

- La relación mítica y ritual hombre – naturaleza

La relación hombre-naturaleza es un componente de la cosmovisión andina. En


la cosmovisión andina todo tiene vida: las piedras, los cerros, la vivienda, los
animales, etc. Si ellos tienen vida hay que vivir en armonía con ellos. “Porque si
se obra mal con ellos, nos pueden castigar”. Sobre este aspecto, dicen Kessel y
Condori:
Equilibrio entre la sociedad humana y la naturaleza: si el hombre respeta a la
naturaleza reconociendo las características propias de su vida y sus ritmos y si
se adapta a ellos, la naturaleza mantendrá su equilibrio y dará al hombre lo que
él quiere recibir de ella.
Equilibrio entre la sociedad humana y la sociedad extra-humana: si el hombre
atiende respetuosa y debidamente a los muchos integrantes de ese mundo,
llevando una conducta moral correcta y relacionándose con ellos por medio de
oraciones, ofrendas y sacrificios, ellos estarán quietos y darán al hombre su
protección, bendición y ayuda.
Equilibrio, finalmente, entre la sociedad extra-humana y la naturaleza: el
equilibrio interno de la sociedad extra-humana, determinada en gran parte por
la sociedad humana, tiene su repercusión sobre el equilibrio de la naturaleza.
Así los integrantes de la sociedad extra-humana garantizan, en principio, el
equilibrio de la naturaleza, de modo que ella puede sustentar al hombre. Con

17 
 
esto el círculo se ha cerrado: todo tiene que ver con todo (Kessel y Condori
1992: 16).
Un principio que es necesario mencionar en este punto es la dualidad
complementaria en el mundo andino. Todo tiene su complemento. El principio
de la complementariedad es la especificación de los principios de
correspondencia y relacionalidad.
Ningún ‘ente’ y ninguna acción existe ‘monádicamente’, sino siempre en co-
existencia con su complemento específico [...]. Cielo y tierra, sol y luna, claro y
oscuro, verdad y falsedad, día y noche, bien y mal, masculino y femenino no son
para el runa contraposiciones excluyentes, sino complementos necesarios para
la afirmación de una entidad ‘superior’ e integral. El principio de
complementariedad se manifiesta a todo nivel y en todos los ámbitos de la vida,
tanto en las dimensiones cósmicas, antropológicas, como ética y sociales. El
ideal andino no es el ‘extremo’, uno de dos ‘opuestos’, sino la integración
armoniosa de los dos (Estermann 1998: 126-129).

- Una relación armónica sociedad – naturaleza, los viajes


interzonales

Cuando hablamos de viajes interzonales y recorridos, a pie, con llamas o


animales de carga, burros, etc. Debemos considerar los “otros aspectos”
inherentes a esta practica, sin priorizar el tiempo, puesto que correríamos el
riesgo de obviar o dejar de lado un sistema de “aprendizaje para la vida” que
representan tales viajes.

Tambien debemos considerar que cuando nos referimos a una “costumbre”,


estamos refiriéndonos a un verdadero proceso de aprendizaje, que no surge de
la noche a la mañana, sino mas bien, supone aprender para la vida, con todas
sus connotaciones y vicisitudes, que fue, es, y será útil en el tiempo y en el
espacio donde nos encontremos.

Le Coq (11-12; 1987) señala que “en realidad cuando los llameros del frígido
altiplano bajan hasta los valles más templados, efectúan una caminata ritual e
iniciativa fura de los límites territoriales y simbólicos de sus comunidades,
….atraviesan asi varios espacios, tanto geográficos como temporales cuya
significación ritual, se pierde dentro de sus patrones de pensamiento cultural e
ideológicos prehispánicos”.

“Aparte de tener una función socioeconómica bien determinada y servir para


proveerse de productos de otras ecozonas será y, mas que todo, es el rito de
pasaje que permite al adolescente (12-15 años), como auxiliar del equipo,
convertirse en un hombre; la Chälla de partida y el de retorno será para el
jovenel llamado para tener una función social precisa. Durante el viaje con
llameros el aprendizaje le es enseñado por su padre o por el llamero a quien
colaborara, el cual le transmmite sus conocimientos, practicas y rituales; el
adolescente los confronta uno a uno, la sed, el cansancio, el hambre, el frio, la
soledad, y todos los problemas de la ruta; diversas enfermendades y perdidas

18 
 
de animales, el estado malo de los caminos y luego facilitar la vida, los contactos
con el prójimo”.

En el espacio y el tiempo de recorrido encontraran lugares llenos de


simbolismoque están ligados a la concepción religiosa andina; aquí
mencionaremos que incluso los lugares de descanso que son “lugares conocidos”
son objeto de los rituales correspondientes.

En el Valle, los pobladores generalmente reciben amablemente y con respeto a


los de la Puna, por considerarlos gente fuerte al haber logrado llegar bien y al
verlos cargados de voluminosos bultos, en la espalda, “k´epis”, esta muestra de
fortaleza es admirada puesto que para ellos dicha carga seria demasiada y la
cargan muy agachados, en tanto que el de la Puna lo hace erguido y además
hilando con la rueca; de ahí el precio al que se hacen merecedores.

Figuras 8.-
Lugares donde se realizan las “reciprocidades” campesinas
Fuente: de la publicación “Apuntes sobre Reciprocidad”, AGRUCO, Equipo de revalorización del
conocimiento campesino,1996.

19 
 
Modalidades de Reciprocidad, ejemplos

Figuras 9 y 10.-
En la Comunidad de Japo de la Provincia Tapacari, las mujeres se dedican a elaborar queso con
leche de oveja aprovechando que hay forrajes por las lluvias de diciembre, enero y febrero, los
quesos son secados hasta los meses de junio-julio, fecha en la que los comunarios llevan a los valles
a cambiar por maíz.
Si bien los comunarios de Japo van a los Valles en camiones, algunos todavía siguen yendo con
llamas a pie.
Fuente: de la publicación “Apuntes sobre Reciprocidad”, AGRUCO, Equipo de revalorización del
conocimiento campesino, 1996.

20 
 
Figuras 11 y 12.-
Es muy importante para los comunarios alto andinos diversificar y complementar la alimentación de
la familia, lo cual consiguen trocando sus productos (tubérculos, quesos u otros) por el preciado maíz
en los Valles.
Durante varios días los comunarios alto andinos realizan reciprocidades a través de “cambios” con
maíz que van guardando en los alojamientos circunstanciales de sus “conocidos” vallunos.
Fuente: de la publicación “Apuntes sobre Reciprocidad”, AGRUCO, Equipo de revalorización del
conocimiento campesino, 1996.

21 
 
Figuras 13 y 14.-
Los tuberculos andicnos son productos caracteristicos de las alturas que se traen y exponen por lo
general mesclados, es decir, oca en distintas variedades, papas y lisas; listos para ser
”reciprocados”. El Maiz de Valle también es expuesto para que los comunarios de altura observen,
aprecien y hagan posteriormente la reciprocidad, considerando la calidad y cantidad en sus distintas
variedades.
Fuente: de la publicación “Apuntes sobre Reciprocidad”, AGRUCO, Equipo de revalorización del
conocimiento campesino, 1996.

22 
 
Figuras 15 y 16.-
En las ferias de reciprocidad se intercambian productos de Yungas (Norte de La paz), Valles y de
alturas como ser: fruta seca, haba, chuño, papa, granos, etc.
En las ferias anuales además de realizarse las reciprocidades y cambios, los participantes celebran,
se alegran tocando instrumentos y bailando.
Fuente: de la publicación “Apuntes sobre Reciprocidad”, AGRUCO, Equipo de revalorización del
conocimiento campesino, 1996.

23 
 
Capitulo 4
A manera de conclusiones

Por todo lo descrito podemos concluir y entender que el Sistema de Reciprocidad


ha caracterizado a la Sociedad Andina desde hace siglos atrás, Rostworowsky,
M.(1988) indica que en el incario, “la reciprocidad era un sistema organizativo
socioeconómico que regulaba las prestaciones de servicios a diversos niveles y
servía de engranaje a la producción y distribución de bienes. Era un
ordenamiento de las relaciones entre los miembros de una sociedad, cuya
economía desconocía el uso del dinero. Existió en todo el ámbito andino y actuó
como eslabón entre los diversos modelos de organizaciones económicas
presentes en el amplio territorio”.

Según el trabajo, sobre el que se basó en gran parte esta monografía, “Apuntes
sobre reciprocidad” realizado por AGRUCO, un equipo de revalorización del
conocimiento campesino, Cochabamba-Bolivia, 1994-1996. Estaríamos
asistiendo al final, de la ilusión de algunos pocos científicos y tecnólogos que
creen que la ciencia y la tecnología son independientes de las relaciones sociales,
pero en las actuales comunidades andinas, vemos que, el “saber hacer” de la
tecnología, está íntimamente ligado a la demanda social.

En una Comunidad de los Andes cualquiera, la Organización Comunitaria del


trabajo, y la ayuda reciproca en la actividad agrícola, constituye solución
técnicamente adecuada, dadas las condiciones geográficas e históricas; de esta
manera, se ve, que la tecnología es un “saber hacer en la sociedad”. Lo que
podemos llegar a entender y valorar hoy en día es precisamente que el hombre
y la mujer andinos, supieron domesticar y adaptar su tecnología a la topografía
local, donde los pasos o lugares de encuentro de cuencas y subcuencas
constituyeron puntos de dinamización económica andina, para un territorio local
“vivo”. Es aquí, donde la exquisita distribución espacio-temporal de flujos
energéticos, productivos-distributivos, con dificultad pueden ser entendidos por
la economía moderna actual; mientras tanto, estos puntos de dinamización, ya
son más de 500 años, que siguen brindando sus beneficios a los habitantes de
las comunidades, donde los sistemas de reciprocidad e intercambio de productos
y alimentos siguen siendo dinámicos e intensos.

Sin embargo, desde una perspectiva moderna, todavía continúan llamando a las
comunidades andinas, la parte atrasada, lo “tradicional” que tiene que
“desarrollarse” a lo moderno, planteándose la tesis, de la necesidad de transferir
tecnología moderna a la comunidad andina, acrecentándoles la idea de
propiedad individual. Proponen por ello entonces, que el sistema de trueque será
remplazado por el sistema monetario y proponen que los sistemas de trabajo,
de ayuda mutua desaparecieran.

Las estrategias de producción en la zona Andina, como la rotación de suelos y


cultivos, la diversificación de cultivos, el control vertical de pisos agroecológicos,
el manejo paralelo de ciclos agrícolas, la relación sociedad-naturaleza, la

24 
 
predicción climática, la reciprocidad y la redistribución, la organización social de
trabajo, la organización política, entre otros, como ya vimos, responde a una
lógica de producción que no está en la línea de la Economía de Empresas. Porque
esta última forma de organización económica, responde a la lógica de producción
de la especialización, al uso de las ventajas absolutas y comparativas, la
acumulación del capital, la propiedad privada individual, la explotación de los
recursos naturales, la explotación de la fuerza de trabajo, entre otros aspectos.
 

La economía comunitaria como aporte a la economía social y al sistema


alimentario en las ciudades de La paz y El Alto

La contracción económica sufrida en Bolivia, el conflicto político, la Pandemia y


el incremento de los desastres originados por fenómenos naturales han tenido
como resultado el aumento de la migración, el crecimiento de las tasas de
pobreza y de pobreza extrema, y el consecuente deterioro de los perfiles de
hambre y malnutrición. Esta situación se suma al efecto de patrones alimentarios
poco saludables presentes en el País desde hace un par de décadas. Es necesario
entender por qué la desnutrición, la carencia de micronutrientes, el sobrepeso y
la obesidad afectan en forma diferenciada a las personas de menores ingresos,
a las mujeres, y por increíble que parezca a la mayoría de las personas que
habitan y residen en las ciudades.

En las ciudades, la dinámica económica ha puesto a las personas a expensas de


la comida chatarra y los alimentos procesados, con un resultado de altos índices
de obesidad. “Es un problema no solo de los productores sino de los
consumidores. Las preferencias alimentarias están condicionadas por la cultura
alimentaria.
La disponibilidad de alimentos es otro problema. En la ciudad se compran y en
el campo vienen del autoabastecimiento, pero en este caso necesitan comprar
los alimentos que no producen. Pamela Cartagena explica que el problema para
los productores es su nivel de ingresos, que tiene un promedio anual de 32.858
Bs, una cantidad que dividida entre cinco personas reporta 3 dólares por día.
Esta situación, que se puede extrapolar con los sectores periurbanos, condiciona
el acceso a los alimentos.
La vulnerabilidad de los sistemas productivos ha hecho que la producción de la
agricultura familiar sea 70% para el autoconsumo y 30% para llevar al mercado
y tenga dificultades de transporte para llegar al mercado.
A pesar de toda la agricultura familiar campesino indígena, con unas 870 mil
unidades productivas, es la principal proveedora de alimentos para la población
antes y durante la cuarentena por la pandemia en el país.
La directora del Instituto de Investigaciones Socio-Económicas de la UCB,
Fernanda Wanderley, presentó resultados de un estudio, realizado en conjunto
con CIPCA, que muestra que el aporte de la agricultura familiar campesino
indígena a la seguridad alimentaria es superior en número de unidades
productivas, en volumen de producción por quintales, en diversidad de
productos, en superficie cultivada, en valor de la producción y en generación de
empleo.

25 
 
Tabla 1.-
Producción por volumen, superficie, valor de venta y mano de obra familiar y no familiar

Nota: Cuadro, Bolivia producción de verano, volumen, superficie cultivada, valor de venta, mano de
obra familiar y externa.
Fuente: extraída de la nota “La agricultura familiar es la principal proveedora de alimentos a la
población”, Periodico digital PIEB, 04-06-2020, Bolivia.

26 
 
Por todo lo expuesto de seguro existen preguntas sin respuesta y no existe un
final previsible para la crítica a la teoría económica ortodoxa, aunque existe una
larga historia que nos puede ayudar a reflexionar. En el texto Proyectar la
Sustentabilidad, Parte A, Cambio de Actitud (Editorial Cepa, 2007) por ejemplo
se hace mención sobre la gran diferencia entre Productivismo y Nuevo
Humanismo, este último visibiliza un mundo de Seres Humanos y no de
números, un mundo de relaciones y no de objetos y un mundo de sistemas y no
solo de sectores. Como vimos a lo largo de esta monografía las Comunidades
originario campesinas de las Tierras Altas tienen una larga historia de aplicar el
nuevo humanismo. Ahora bien, en nuestras sociedades modernas ¿se
comprenderá en la misma profundidad estas relaciones?
¿Por qué priorizamos el tiempo en desmedro del espacio?, ¿será que el hombre
de campo, tomo al mercado “como al toro por las astas” y logro entenderlo como
otra modalidad de “reciprocidad y redistribución”? ¿Porque estas relaciones
siguen vigentes, sin sufrir crisis, mientras la sociedad moderna se debate en
permanente crisis, relocalizaciones y nuevos modelos?
¿tendremos que aprender más sobre la reciprocidad y redistribución andina?
¿Cómo se entenderá entonces la relación campo ciudad?
¿No será más bien ciudad campo? ¿ciudad hortícola campo?
¿Se exigirá siempre al campesino que produzca nuestros alimentos?
Nosotros, los que vivimos, residimos y habitamos las ciudades ¿no podemos
aprender a producir algo de lo que consumimos?
¿Por qué no podemos aplicar un poco siquiera el sentimiento de cooperación y
solidaridad que en esencia tiene la estrategia de reciprocidad, en nuestras
Comunidades urbanas? Y finalmente ¿Por qué no trabajar para mejorar los
entornos, de manera tal que faciliten el acceso a alimentos sanos, y fomentar
prácticas que ayuden a las personas a tomar decisiones de consumo más
informadas, saludables y responsables?.
En Fin, las preguntas pueden seguir pero existe una luz al final del túnel, las
nuevas generaciones comprometidas con un mundo mas justo y amigable con
el Medio ambiente y muchas iniciativas que van surgiendo poco a poco, como el
Proyecto que lleva adelante ONU- Hábitat y Fundación Alternativas “Barrios
Precarios, Seguridad Alimentaria y COVID-19 en la región metropolitana de La
Paz”, una de las estrategias que ha probado ser efectiva en situaciones de
normalidad, pero también en situaciones críticas es la Agricultura Urbana y
Periurbana que logró transformar la vida de cientos de familias de escasos
recursos, aprovechando espacios como los patios traseros de las viviendas o
terrenos aledaños, motivando el consumo de alimentos sanos en familias de
escasos recursos, diversificando sus economías y generando nichos de mercado
para productos orgánicos y nutritivos. Ahí tenemos un buen ejemplo que puede
motivar al cambio de Actitud en nuestras sociedades.

27 
 
Lista de referencias

Regalsky, P., “Una economía campesina andina”, en Regalsky, P. (ed.).


Raqaypampa: Los complejos caminos de una comunidad andina. Estrategias
campesinas, mercado, revolución verde, 1994a. CENDA, Cochabamba, pp.
147-213.
Regalsky, P., (1994b). Filosofía andina. Una experiencia original en las
comunidades andinas de Bolivia. Fundación Simón I. Patiño & Pro Bolivia,
Ginebra.
Regalsky, P., (2003). Etnicidad y clase: El estado boliviano y las estrategias
andinas de manejo de su espacio, Primera edición. CEIDIS, PLURAL, CESU,
UMSS y CENDA, La Paz.
Regalsky, P. y L. M. Calvo, “Sociedad étnica: Territorio, unidad familiar y
sistema productivo”, en Regalsky, P. (ed.), Raqaypampa. Los complejos
caminos de una comunidad andina. Estrategias campesinas, mercado,
revolución verde (1994). CENDA, Cochabamba, pp. 13-48.
Regalsky, P., Calvo, L. M. y C. Espinoza, “Instituciones y tecnología
campesina”, en Regalsky, P. (ed.). Raqaypampa. Los complejos caminos de
una comunidad andina. Estrategias campesinas, mercado, revolución verde
(1994). CENDA, Cochabamba, pp. 80-102.
Rengijo, C. y E. Grillo, (1990). Agricultura y cultura en los Andes, Hisbol y
PRATEC, La Paz.

AGRUCO, (1994) “Apuntes sobre reciprocidad”, Equipo de revalorización del


equipo campesino, Cochabamba-Bolivia.

Barrero Susana, Braulio Felix, Llaya Carolina, Canaviri Richard, Thellaeche


Javier, (2016) “Dinámicas de comercialización, el sistema alimentario en La Paz
y El Alto”, Bolivia.

Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Observatorio Agroambiental y


Productivo (2015) “Caracterización de Mercados en el Departamento de La Paz”,
Bolivia.

Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Observatorio Agroambiental y


Productivo (2015) “COVID-19 Diagnóstico En la producción agropecuaria y
seguridad alimentaria”, Bolivia.

Periódico Digital PIEB (04-06-2020), “La agricultura familiar es la principal


proveedora de alimentos a la población”, Bolivia.

María Teresa Nogales, Rina Paredes, Mariela Rivera, (Mayo 2018), Experiencias
de agricultura urbana y periurbana en El Alto y La Paz.

28 
 

También podría gustarte