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y felicidad
Habilidad Emocional / 07/12/2012
Acabo de terminar de leer un libro interesante, llamado “Como gotas de Rocío”. Es de los libros que me
gustan, breves (apenas 150 páginas) pero con mucho jugo en su interior. El autor, el doctor Armando
Nougués Fernández, recopila en él, 366 de sus frases y pensamientos (una para cada día del año) para
ayudarnos a reflexionar, sobre las que poder meditar y, como fín último, despertar a otra forma de percibir y
afrontar la vida, más saludable y plena. Justamente este libro comparte con mi blog ese mismo fin.
El título de esta entrada me lo inspiró la siguiente frase de Leonardo da Vinci: “El placer más grande es la
alegría de la comprensión”.
Expongo algunos de los pensamientos del autor que más me han gustado, con los que me he sentido más
identificado y mayor comprensión de mí mismo y de mi camino me han mostrado (como escribe el autor en
su libro: cuando aprendas algo realmente auténtico, comprenderás que es transformador) Espero que os
gusten también y sobre todo, que os resulten tanto o más inspiradores como para mí han sido.
Sólo cuando soy capaz de trascender mis propias limitaciones es cuando puedo percibir el mundo
con una nueva mirada más amorosa y ecuánime.
Aceptarnos tal y como somos es la mejor manera de comenzar a cambiar, porque aceptación
significa apertura y respeto a sí mismo, y en ningún caso resignación ante el destino.
Curarse no es volver a estar como antes, es decir, volver a la situación anterior a la enfermedad, sino
más bien será salir del proceso mucho mejor personas que como entramos.
La montaña está donde está. El río está donde está. Si el mapa marca otra cosa distinta lo que es
erróneo es el mapa, no la montaña ni el río. Igualmente sucede con nuestros modelos mentales. Si estos no
responden correctamente a la realidad, lo que habrá que cambiar son los modelos.
La práctica del perdón es el mejor antídoto para la aversión y para la culpa. Pero, antes de perdonar a
los demás, hemos de comenzar por perdonarnos a nosotros mismos de nuestra propia condenación.
En aquellas ocasiones en que insistes en tener razón pregúntate: ¿Qué estoy tratando de demostrar?
Aprende a contemplar a los seres como son, no como quisieras que fuesen.
En un cuenco vacío todo cabe. Un cuenco lleno rebosa. ¿Cómo está tu mente?
El que algo sea apropiado no significa que sea agradable. Por eso hemos de aceptar que a lo largo del
tiempo viviremos muchas cosas poco agradables que serán bastante apropiadas.
Mientras sigamos manteniendo la postura de que son los demás los responsables de nuestras
desgracias jamás podremos dejar de sufrir.
Cuando sentimos que una emoción no nos gusta, la rechazamos. Y esto creará tensión y displacer.
Sin embargo, la emoción que no se rechaza, se disuelve y se integra. Por tanto, nuestro verdadero problema
no son las emociones en sí, sino nuestro continuo rechazo a sentirlas y aceptarlas.
La práctica del desarrollo interior no es algo superfluo ni intimista, porque es la energía espiritual
que surge de ella la que sanará nuestras heridas y pacificará nuestro ambiente.
Me ha regalado la vida muchos amigos valiosos con los que disfruto y aprendo. Pero, también, me
proporciona el contacto con otras personas que me molestan, me irritan y, a veces, me desesperan. Estos
últimos son los mejores maestros para desarrollar la paciencia, el perdón y la compasión.
Agradezco a la vida todo lo que me da y procuro disfrutar de aquello que me ofrece, sin pretender
retenerlo más tiempo que el que me ha sido concedido.
Vivir aceptando la no permanencia de las cosas no significa falta de previsión hacia el futuro o que
nos dé igual, sino que es aprender a fluir con los acontecimientos.
Sólo si están limpios los sentidos podré entender el lenguaje de la vida que me habla en cada
instante.
Los seres comunes necesitan caminos comunes, pero cuando emerge la sabiduría, la persona una vez
transformada recorre el Camino Espiritual.
Recorrer nuestro camino es como cantar nuestra canción. Es como entonar una música que sale del
alma y se eleva hacia el cielo. Cuando esto sucede, ya nunca nos sentimos solos ni perdidos.
Un compromiso es solamente una regla mnemotécnica para que no olvidemos algo que hemos
elegido libremente. Si vives tus compromisos como una pesada que tienes que soportar, sin entender
correctamente el sentido, más te valdría volver a replanteártelo.
Respiración, silencio, mirada atenta, amorosa y ecuánime. Así es la práctica de quien quiere liberarse
de la rueda del sufrimiento.
La mente ordinaria trata de juzgarlo todo, sin embargo, liberarse de juzgar a los demás es una de las
mejores cosas que podemos hacer la para experimentar un estado pacífico del alma.
Hay preguntas repetitivas que nos estancan y nos hacen sufrir. Procura salir de esa trampa
formulándolas de una nueva manera.
Has de aprender a soltar. Es posible que te sorprendas llevando una carga que ya no es útil o, tal vez,
ni siquiera sea tuya.
Religión es una cosa y espiritualidad otra, aunque muchos sigan confundiéndolo. He visto mucho
miedo en algunos que se dicen religiosos y sin embargo, ¡Cuánta paz es posible descubrir en el contacto con
seres espirituales!.
Vivimos la paradoja de que nuestra propia mente es a su vez la cárcel que nos encierra y el lugar
donde construir nuestra liberación.
Cuando aprendas algo realmente auténtico comprobarás que es transformador, es decir, capaz de
modificar positivamente tu vida y de irradiar hacia tu entorno generando armonía.
El sufrimiento no es algo deseable en la vida, pero aparece. Sin embargo, cualquier dolor o
sufrimiento puede ayudarte a crecer a cambio de que seas capaz de vivirlo de manera adecuada.
Procura estar atento al significado que das a los acontecimientos de tu vida, porque según el modo en
que lo hagas, te dirigirás hacia una dirección que te limite o hacia otra que te desarrolle.