Está en la página 1de 4

Titulo: Déjame Ver Tu Esplendor, Señor

Pastor: Carlos Valencia M.

Antecedentes:

a. Dios te hizo un a promesa:


Éxodo 33
1 El Señor le dijo a Moisés: «Anda, vete de este lugar, junto con el pueblo que sacaste
de Egipto, y dirígete a la tierra que bajo juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob
que les daría a sus descendientes. 2 Enviaré un ángel delante de ti, y desalojaré a
cananeos, amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos.3 Ve a la tierra donde abundan
la leche y la miel. Yo no los acompañaré, porque ustedes son un pueblo terco, y podría
yo destruirlos en el camino.»

b. Pero a veces no sientes la presencia de Dios al Lado:

4 Cuando los israelitas oyeron estas palabras tan demoledoras, comenzaron a llorar y
nadie volvió a ponerse sus joyas,5 pues el Señor le había dicho a Moisés: «Diles a los
israelitas que son un pueblo terco. Si aun por un momento tuviera que acompañarlos,
podría destruirlos. Diles que se quiten esas joyas, que ya decidiré qué hacer con ellos.»6
Por eso, a partir del monte Horeb los israelitas no volvieron a ponerse joyas.

Idea: Dios quiere probar tu corazón para que lo busques mas…

Como funciona:
1. Monta tu Tienda de reunión:
7 Moisés tomó una tienda de campaña y la armó a cierta distancia fuera del
campamento. La llamó «la *Tienda de la reunión con el Señor». Cuando alguien quería
consultar al Señor, tenía que salir del campamento e ir a esa tienda.8 Siempre que
Moisés se dirigía a ella, todo el pueblo se quedaba de pie a la entrada de su carpa y
seguía a Moisés con la mirada, hasta que éste entraba en la Tienda de reunión.9 En
cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube descendía y tapaba la entrada,
mientras el Señor hablaba con Moisés.10 Cuando los israelitas veían que la columna de
nube se detenía a la entrada de la Tienda de reunión, todos ellos se inclinaban a la
entrada de su carpa y adoraban al Señor.

2. Hasta que te la intimidad te enseñe como hacer amigo de Dios:


11 Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después
de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se
apartaba de la Tienda de reunión.

Y lo importante es que después de conocerlo no querrás salir de ahí.

3. Deberás clamar la compañía de tu Señor:


La gloria del Señor
12 Moisés le dijo al Señor:
—Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién
enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo[a] y que cuento con tu
favor.13 Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad
cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo.
14 —Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor.

4. Entenderás que las bendiciones materiales sinla presencia de Dios no valen


nada:
15 —O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir
de aquí.16 Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que
contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de
la tierra?
17 —Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor a Moisés—, pues cuentas
con mi favor y te considero mi amigo.[b]

5. Tendrás que insistir ver Su Gloria, no te conformes con menos.

18 —Déjame verte en todo tu esplendor —insistió Moisés.

6. Siempre encontraras una respuesta del Señor:

19 Y el Señor le respondió:
—Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi *nombre. Y verás que
tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo.20
Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con
vida.
21 »Cerca de mí hay un lugar sobre una *roca —añadió el Señor—. Puedes quedarte
allí.22 Cuando yo pase en todo mi esplendor, te pondré en una hendidura de la roca y te
cubriré con mi mano, hasta que haya pasado.23 Luego, retiraré la mano y podrás verme
la espalda. Pero mi rostro no lo verás.

Porque queremos ver la Gloria de Dios:

Isaías 6: La misión de Isaías: 1 El año de la muerte del rey Uzías,


vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su
manto llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines, cada
uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro,
con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. 3 Y se decían el uno al
otro: «*Santo, santo, santo es el Señor *Todopoderoso; toda la
tierra está llena de su gloria.» 4 Al sonido de sus voces, se
estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo.
5 Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de
labios *impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no
obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!» 6 En ese
momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa
que, con unas tenazas, había tomado del altar. 7 Con ella me tocó los
labios y me dijo: «Mira, esto ha tocado tus labios; tu maldad ha sido
borrada, y tu pecado, perdonado.» 8 Entonces oí la voz del Señor que
decía: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y respondí: Aquí
estoy. ¡Envíame a mí!

Cuando viene la gloria de Dios a tu vida, hay confrontación y hay una entrega total por
parte nuestra.

Conclusión:

Isaías 52
1 ¡Despierta, *Sión, despierta!
¡Revístete de poder!
Jerusalén, ciudad *santa,
ponte tus vestidos de gala,
que los incircuncisos e *impuros
no volverán a entrar en ti.
2 ¡Sacúdete el polvo, Jerusalén!
¡Levántate, vuelve al trono!
¡Libérate de las cadenas de tu cuello,
cautiva hija de Sión!
3 Porque así dice el Señor:
«Ustedes fueron vendidos por nada,
y sin dinero serán redimidos.»
4 Porque así dice el Señor omnipotente:
«En tiempos pasados,
mi pueblo descendió a Egipto y vivió allí;
en estos últimos tiempos,
Asiria los ha oprimido sin razón.
5 »Y ahora —afirma el Señor—,
¿qué estoy haciendo aquí?
Sin motivo se han llevado a mi pueblo;
sus gobernantes se mofan de él.[a]
No hay un solo momento
en que mi *nombre no lo blasfemen.
6 Por eso mi pueblo conocerá mi nombre,
y en aquel día sabrán
que yo soy quien dice: "¡Aquí estoy!" »

7 ¡Qué hermosos son, sobre los montes,


los pies del que trae buenas nuevas;
del que proclama la *paz,
del que anuncia buenas noticias,
del que proclama la *salvación,
del que dice a Sión: «Tu Dios reina»!
8 ¡Escucha! Tus centinelas alzan la voz,
y juntos gritan de alegría,
porque ven con sus propios ojos
que el Señor vuelve a Sión.
9 Ruinas de Jerusalén,
¡prorrumpan juntas en canciones de alegría!
Porque el Señor ha consolado a su pueblo,
¡ha redimido a Jerusalén!
10 El Señor desnudará su santo brazo
a la vista de todas las naciones,
y todos los confines de la tierra
verán la salvación de nuestro Dios.

11 Ustedes, que transportan los utensilios del Señor,


¡pónganse en marcha, salgan de allí!
¡Salgan de en medio de ella, purifíquense!
¡No toquen nada impuro!
12 Pero no tendrán que apresurarse ni salir huyendo,
porque el Señor marchará a la cabeza;
¡el Dios de Israel les cubrirá la espalda!

El sufrimiento y la gloria del Siervo


13 Miren, mi siervo triunfará;
será exaltado, levantado y muy enaltecido.
14 Muchos se asombraron de él,[b]
pues tenía desfigurado el semblante;
¡nada de *humano tenía su aspecto!
15 Del mismo modo, muchas naciones se asombrarán,[c]
y en su presencia enmudecerán los reyes,
porque verán lo que no se les había anunciado,
y entenderán lo que no habían oído.

También podría gustarte