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Repú blica Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educació n

U. E “Colegio La Villa de los Niñ os”

San Cristó bal- Estado Tá chira

Importancia del sistema energético

En la práctica de la educación física.

Catedra: Educació n Física.

Docente: Kristhyan Joseph Dueñ as Aguilar.

Elaborado por:

María de los Á ngeles Ostos Zambrano.

C.I: 31020345.

3er añ o. Secció n: “U”

Nº lista: 06

San Cristó bal, 22 de Julio del 2020.


Uno de los componentes má s imprescindibles para el desarrollo de la vida, es la
energía, cuya capacidad consiste en que los cuerpos puedan realizar un trabajo
específico. A razó n de esto, la energía no puede crearse ni destruirse, por el
contrario se transforma y siempre es constante. Existen diversas formas de energía
y cada una de ellas depende de la fuerza que la produce, como por ejemplo, la
cinética que indica el movimiento de un cuerpo, la caló rica que surge de la
temperatura, o la hidrá ulica que es producida por grandes masas de agua, entre
otros. Por ende, la energía es la base principal del presente trabajo a continuació n.

Entendemos que, la energía se encuentra en diversas formas, creando con ello un


sistema específico para cada tipo. En este caso, los sistemas energéticos en el
mundo del deporte y en la rama de la cinética, representan las vías metabó licas a
través de las cuales el organismo obtiene energía para realizar el ejercicio, a su vez,
se entienden como las diferentes formas de suministrar ATP a los mú sculos .El
ATP, o Trifosfato de Adenosina, es la molécula proveedora universal de energía
para las funciones celulares y metabó licas de los organismos; la rapidez del ATP
está determinada por los sistemas energéticos que producen esta molécula.

Hablamos entonces de 3 sistemas: El sistema de fosfá genos que solo es capaz de


suministrar energía durante unos segundos, el sistema de glucó lisis anaeró bica
que encuentra su má ximo de exposició n a los dos minutos, y el sistema aeró bico u
oxidativo que es de una mayor prolongació n; los cuales vienen determinados por
las moléculas que aportan esta energía necesaria y por el tiempo de duració n de la
actividad física y la intensidad de la misma. Como aspectos importantes,
destacamos que las 2 primeras son llevadas a cabo sin la presencia de oxígeno y la
tercera se realiza gracias a la presencia de oxígeno.

Primeramente, en el sistema de fosfá genos, el ATP y fosfocreatina se encuentran


dentro de los fosfatos de alta energía, éste metabolismo nos aporta energía
necesaria en los ejercicios rá pidos y explosivos en los que no hay tiempo para
convertir otros combustibles en ATP. Ademá s, ésta vía de obtenció n de energía no
genera acumulació n de á cido lá ctico en los mú sculos, teniendo en cuenta que el
á cido lá ctico acumulado produce, entonces, la inhibició n de enzimas metabó licas
musculares, la aparició n de cansancio, la disminució n de la eficacia de la
contracció n muscular y un fallo de la eficacia del sistema contrá ctil.

Por ello, los fosfá genos que se formulan, benefician el organismo y evitan dicha
acumulació n de á cido lá ctico. Por otro lado, el sistema de fosfá genos es
considerado como la vía energética habitual para los deportes de potencia, que son
de un cará cter explosivo, pues implican distancias y tiempos cortos; un ejemplo de
ello, es la halterofilia, las pruebas atléticas de velocidad, el crossfit, los ejercicios
HIIT que en españ ol significa ejercicio de intervalo y alta intensidad, y por
supuesto otros muchos deportes que, en ocasiones, requieren este tipo de
esfuerzos.

Mientras que, el sistema de glucosis anaeró bica, tiene como objetivo la obtenció n
de energía mediante la oxidació n de la glucosa, y como consecuencia de esa
glucolisis se genera un producto denominado lactato, es decir, se forma á cido
lá ctico en el organismo que limita la capacidad de realizar ejercicio, produciendo
fatiga muscular. La acumulació n de á cido lá ctico y su posterior cristalizació n es lo
que se conoce como “agujetas”, es por ello que los deportistas deben adaptarse a
estos mecanismos y desarrollar tolerancia a moléculas como el á cido lá ctico,
planificando bien los entrenamientos, regulando el nivel de ejercicio físico, y
alimentá ndose.

Un dato interesante, es que la glucó lisis anaeró bica só lo genera alrededor del 5%
del total de ATP obtenido tras la degradació n completa de la molécula de glucosa. A
modo de ejemplo de las actividades que dependen en gran medida del ATP
generado durante la glucó lisis rá pida, pueden ser la aceleració n (sprint final) al
final de una carrera de una milla, una prueba de natació n de 50 y 100 m o incluso
es crucial y determinante durante deportes que se caracteriza por realizar
numerosos sprint como el hockey hierba, el rugby o el fú tbol.

Por ú ltimo, el sistema aeró bico u oxidativo que a pesar ser la vía má s lenta para
conseguir ATP, la persona que ejerce el esfuerzo físico se mantiene practicando
deporte o haciendo dicha actividad física durante un tiempo má s prolongado y a
una intensidad má s baja. En ello, los mú sculos utilizan como combustibles el
oxígeno presente en hidratos de carbono y grasas, y si se agotan éstas reservas, las
proteínas pueden participar también. El sistema aeró bico se pone en marcha
cuando se practican deportes de resistencia, tal como, pruebas de atletismo,
natació n de larga distancia, ciclismo, y deportes de equipo.

Es entonces que, éstos 3 sistemas tienen diferencias en la forma en que se


desarrollan y lo que formulan, sin embargo tienen algo en comú n: el uso de energía
y el efecto que causa. La actividad física que realiza un cuerpo, dependiendo del
grado, fuerza o tiempo de ésta, va a causar una interacció n de moléculas y una
liberació n de endorfinas, y causará de igual forma un efecto positivo en el
organismo. Indiferentemente, los ejercicios de corta duració n y alta intensidad o
una actividad aérobica de larga duració n, activan diversos mecanismos que ayudan
a la eliminació n de toxinas y grasa corporal, y forma un equilibrio saludable.

Es importante, acostumbrar a nuestro cuerpo a utilizar todos estos sistemas de


manera eficiente, pues se dice, que el ejercicio anaeró bico contribuye al buen
desarrollo muscular, y el ejercicio aeró bico es beneficioso para la salud
cardiovascular y la perdida de grasa y peso. Los expertos recomiendan entonces,
que debemos realizar ambos, por lo menos 3 veces por semana, para así llevar una
vida má s saludable y lejos del sedentarismo que perjudica a nuestro organismo.
Asimismo, debido a la energía que se formula y que se gasta en ello, hay que tener
una buena alimentació n ya que ésta, es la gasolina que nos mueve.

En conclusió n, nuestra fuente principal de energía cuyo nombre es Trifosfato de


adenosina, nos permite realizar esfuerzos físicos necesarios para llevar una vida
saludable, los cuales se encuentran determinados por 3 sistemas donde destaca el
fosfageno, la glucosa y el oxígeno, y se distinguen por dichas moléculas, el tiempo y
la intensidad en la cual se lleva a cabo. Coloquialmente, se conocen como actividad
aeró bica y anaeró bica, y aportan excelentes consecuencias en el organismo
mediante su interacció n. Recordemos que, la mente al igual que el cuerpo, deben
mantenerse en constante forma para un mejor funcionamiento.

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