Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I.- El tema que me pidieron hablar es sobre la defensa del “Infractor de los Usos y Costumbres
indígenas”. El tema a tratar nos invita a pensar que los conflictos legales internos de los
Pueblos indígenas se pretende interpretar y resolver desde la perspectiva y con instrumentos
legales no indígenas.
Aparentemente estos conflictos existen entre sujetos indígenas y los “Usos y Costumbres”
indígenas. La Ley Positiva, como buen samaritano, estaría buscando la fórmula de resolver el
conflicto indígena interno colocándole al infractor la capa protectora de los Derechos humanos,
es decir, el mensaje es que el mundo indígena genera conflictos internos que la Ley Positiva se
apresta a resolver con su Ley positiva.
Sin embargo, los supuestos infractores de los “Usos y Costumbres” indígenas son en realidad
sujetos que al recurrir al amparo de la Ley positiva no hace otra cosa que evidenciar cuál es el
verdadero problema. El conflicto no es interno de los Pueblos Indígenas; no es en absoluto el
que la Ley indígena no funcione. El conflicto real es la ilegalidad en la que funciona la Ley
Indígena y que ha significado una confrontación histórica entre el Estado mexicano con los
Pueblos Indígenas en la que se nos ha impuesto una relación de dominio y avasallamiento.
Esta contradicción histórica deviene desde el momento de la fundación del Estado – Nación
mexicano en 1821 que proscribió a las Tribus, Pueblos y Naciones indígenas originarias al
decretar una constitución política de inspiración liberal que consideraba a todos los habitantes
de la hasta entonces Nueva España como genéricamente mexicanos. Desde entonces
-jurídicamente- las Tribus, Pueblos y Naciones, nuestras autoridades, formas de gobierno,
instituciones, cultura, identidad, memoria histórica, nuestro mundo en su conjunto, dejaba de
existir y se institucionalizaba nuestra condición política de Pueblos Tribus y Naciones
originarias dominadas por el Estado - Nación mexicano.
El concepto liberal de que todos somos iguales ante la ley causa, hasta ahora, una terrible
injusticia pues mide con una misma Ley a sociedades originarias cultural, social, política e
históricamente determinadas diferentes a la sociedad nacional no indígena de cuyos valores
morales se inspira la Ley positiva.
Por eso, cualquier alternativa jurídica que se diseñe para “defender” a los infractores indicados
sin modificar la relación de dominio que ejerce El Estado nacional mexicano sobre los Pueblos
Indígenas que es estructural, es histórica, es impuesta y es política, solo será un esfuerzo por
reafirmar en la conciencia de los Pueblos Indígenas su condición de dominados. Será un nuevo y
vano esfuerzo por minimizar el valor jurídico y moral de la Ley Indígena.
II.- Si se pretendiera corregir esta injusticia histórica, debemos empezar por corregir el lenguaje.
Los llamados “Usos y Costumbres” son para nosotros Ley. Vistas en su conjunto las Leyes
indígenas forman un sistema ordenado de valores morales individuales y colectivos que regulan
la conducta del individuo, el colectivo y la autoridad indígena (en nuestros Pueblos Indígenas la
autoridad no se manda sola) que al ser socialmente aceptados le dan valor y legitimidad y por
eso podemos hablar de Ley indígena y Derecho indígena.
III.- Quien debe juzgar al infractor de la Ley indígena dentro del Territorio indígena debe ser la
autoridad indígena valiéndose para ello de la Ley indígena misma.
Pero existen innumerables dilemas que parece imposible de resolver, no obstante tienen un
mismo origen: 1) La Ley indígena no tiene valor jurídico en el marco jurídico nacional y estatal,
por tanto no vale nada. 2) la Ley positiva no reconoce a ninguna institución indígena con función
y competencia para impartir justicia, por lo tanto la autoridad indígena tradicional no vale nada.
3) el infractor de la Ley indígena por ejemplo la que obliga a realizar una faena en beneficio de la
comunidad y que es sancionado por la autoridad indígena se convierte en automático ante la
Ley positiva en una víctima de abuso de autoridad que violó sus derechos humanos. La
autoridad indígena por otro lado, se trasmuta de guardián del orden y la legalidad interna de su
Pueblo o comunidad, en un delincuente violador de la Ley positiva y de los Derechos humanos.
4) en otros casos, cuando una de las partes de un conflicto -que por su naturaleza se persigue
de oficio- recurre a la protección de la Ley positiva, da inicio a un proceso judicial que no admite
perdón judicial de la parte agraviada. Entonces, ésta vuelve a recurrir al cobijo de la Ley
indígena y llegan a un acuerdo conciliatorio que recupera el equilibrio y alcanza la armonía
familiar y/o social (que es el objetivo esencial del Derecho indígena). Pero el proceso iniciado en
la ley positiva sigue su curso hasta la sanción física del infractor. Así, la Ley positiva sanciona
al infractor y pretendiendo hacer justicia rompe nuevamente el equilibrio y la armonía alcanzada
por la Ley indígena y comete una injusticia. 5) Rosendo ha sembrado su parcela durante 20 años
ininterrumpidamente, suman ya más de 20,000 árboles. Pero de pronto la hija de quien le vendió
dicha parcela hace 20 años decide recuperar esa parcela y para eso le piensa hacer la vida
difícil a Rosendo para despojarlo del predio que ahora es un bosque de mucho valor. Aprovecha
que Rosendo cortó 10 árboles para renovar su casa que es de madera ya muy vieja y lo acusa de
delito ambiental: cortó árboles sin los permisos correspondientes, es un delincuente federal y
por ese delito no alcanza fianza. Ahora Rosendo tiene ya 7 años que anda escondiéndose y
parece que se podría consumar el despojo. Para la Ley positiva no tuvo valor alguno que
Rosendo haya sembrado 20,000 árboles y producido gratuitamente agua y oxigeno para
beneficio de toda la sociedad, es un delincuente equiparado con un talador clandestino o
traficante de madera. Pero éstos a diferencia de Rosendo nada tienen que ver con la protección
del medio ambiente ni con los intereses y necesidades medio ambientales de la sociedad.
La lista de escenarios es interminable. Pero todos tienen un elemento común: los Pueblos
Indígenas son Sociedades Originarias extranjeras en su propia tierra, excluidas de la sociedad
mexicana vasallas de ésta y su Estado nacional. En esta su condición de Pueblos dominados no
tenemos derechos reales.
Después de 5 siglos de discriminación racial y de ser ésta una política institucional hacia los
Pueblos Indígenas, el Estado Nacional ha logrado, con este indigenismo, permear a algunos
sectores mestizos y criollos –por fortuna minoritarios por lo cual éstos cometen sobre nosotros
los indígenas innumerables actos de desprecio, arbitrariedades y abusos. Se ha creado así una
presión social de subestimación y en algunos casos de franco racismo que llamamos Cultura de
Dominación y que se suma a la Violencia Institucional del Estado mexicano de Segregación
racial.
Tal política de Estado y presión social son tan cotidianas y persistentes que la persona india la
hemos vivido por generaciones enteras y muchos de nuestros hermanos las han asimilado como
parte de su cultura llegando a auto subestimarse y así las transmite como verdades hacia sus
hijos y hacia sus comunidades, de tal forma que han generado al interior de muchas
comunidades una lamentable Cultura de Auto denigración que vulnera su dignidad.
a) No hay una verdadera investigación de los presuntos delitos, se dan órdenes de aprehensión
injustificadas, violación al derecho de defensa jurídica antes de ser consignados, denuncias
penales y demandas civiles nunca atendidas, falta de traductores en lengua materna, falta de
defensores de oficio hablantes de la lengua del inculpado, o falta de profesionalismo de los
pocos que hay, así como fraudes procesales.
La pluralidad jurídica
1.- El Congreso de la Unión de México aprobó en el año 2001 una reforma constitucional en
materia indígena en la que se retomó declarativamente parte de las demandas históricas de los
Pueblos Indígenas al incorporar textualmente “el derecho de los Pueblos Indígenas a la
Autonomía y la Libre determinación”. Si finalmente estas reformas quedan en firme esta por
verse en la Ley reglamentaria y en las reformas legales que hagan las Legislaturas locales qué
es lo que entienden los legisladores por estas dos categorías y si tienen la capacidad de
conciliar su interpretación con la interpretación e intereses de los Pueblos y organizaciones
indígenas o todo se reducirá a una mera simulación. Lo que podemos asegurar es que el
Movimiento Indígena Nacional no parará al menos hasta el reconocimiento constitucional de los
Derechos de nuestros Pueblos originarios.
2.- El enunciado citado refiere tan solo el reconocimiento en derecho de las prácticas
autonómicas que por la vía del hecho existen en nuestros Pueblos. Una de estas prácticas es la
impartición de Justicia con base en nuestras propias normas jurídicas. Por eso, una de nuestras
demandas históricas es el reconocimiento en nuestro país de un Régimen de Pluralidad Jurídica.
3.- Por siempre el derecho indígena ha sido visto por el Estado y sus representantes como
sinónimo de “justicia por propia mano” y como fuente de “violaciones a los Derechos Humanos”.
Parto de la convicción de que este concepto equivocado es resultado en unos del
desconocimiento de nuestra Ley y en otros de un franco racismo.
Para superar esta confrontación se requiere abrir un diálogo civilizado entre las partes, una
reflexión pública sobre esta contradicción entre los Pueblos, sus autoridades y organizaciones
indias con el Estado; que no sean solo los “eruditos” del Derecho positivo y los expertos en
cuestiones indígenas los que opinen y decidan sobre la relación entre la Ley positiva y la Ley
indígena y consecuentemente la relación entre el Estado y los Pueblos indios.
4.- Hasta ahora el espíritu y la letra de la Ley Positiva se ha mostrado como contradictoria con
la Ley India. Sin embargo, sus diferencias filosóficas, doctrinarias y técnicas no necesariamente
deben seguir viéndose como antítesis. El testimonio de sufrimiento de nuestros Pueblos
paradójicamente no nos dice que una Ley es superior a la otra, sino que son diferentes y que
pueden coexistir en un mismo contexto social pero bajo condiciones de tolerancia, de diálogo
intercultural y de clara delimitación de funciones, responsabilidades y competencias de una y
otra parte.
El eje rector de la coexistencia es que de ambas partes, es decir, el Estado y su poder judicial
de por un lado y los Pueblos Indios y sus autoridades por el otro reconozcamos dos valores
fundamentales válidos universalmente y que en cada caso son portadores: 1) el valor de que la
convivencia social debe estar regida por la Ley y por las instituciones reconocidas por todos los
ciudadanos y 2) el valor de que en la convivencia social los derechos individuales son legítimos
en tanto no violen los derechos de la comunidad, es decir, los derechos colectivos.
5.- Los Derechos Humanos no son equivalentes a las garantías individuales pues éstas son
apenas uno de sus componentes; el significado más profundo de estos derechos universales se
refiere al derecho fundamental de los hombres y mujeres a acceder a una vida dignamente
humana y esta vida es por definición una vida social y comunitaria.
La diferencia de la Ley positiva respecto de la Ley India estriba en que la primera se inscribe en
la dimensión de lo individual predominantemente, mientras que en la segunda se inscribe en la
dimensión de la relación armoniosa entre lo individual y lo colectivo. Recordemos que a nivel
internacional el mundo occidental ya ha llegado a la comprensión de que los Derechos Humanos
son individuales y colectivos, por eso, no son antagónicos con los Derechos colectivos de los
Pueblos Indios, más bien forman una unidad indivisible.
1.- Paradójicamente, en la lucha por los derechos de los Pueblos Indígenas, al seno de éstos, el
tema de los Derechos específicos de las mujeres indígenas es un tema casi intocable hasta
ahora.
2.- El estilo de vida de las mujeres indígena o la forma como los hombres indígenas les han
impuesto ese “estilo de vida” a las mujeres es una doble condición de marginalidad que se
expresa en la falta de oportunidades para acceder a la educación, la salud, al calzado, al
vestido, a la capacitación de cualquier índole; se refleja en las cargas de trabajo pesadas desde
horas de la madrugada hasta el anochecer. La educación para el servicio del hombre (el esposo,
el padre, los hijos y hasta los suegros y cuñados) sin reclamar derechos es impuesta desde el
seno de su propia familia. Los indios de ahora no sabemos exactamente como se procreó la
cultura de subestimación de las capacidades de la mujer en la comunidad pero es una triste
realidad. Por supuesto, sobre la mujer pesa doblemente la ley y el sistema de justicia ya
comentado antes.
3.- Cuando hablan los varones indígenas, de los Derechos de los Pueblos indios, de los Derechos
Humanos y de la necesidad de mejorar el sistema de procuración de justicia, piensan en la
población masculina. Por eso, en la vida cotidiana familiar y comunitaria no existe igualdad ni
equidad en el ejercicio de derechos entre el hombre y la mujer: la mejor comida se la ofrecen al
hombre - jefe de la casa, el calzado y la educación la dejan primeramente para el varón; quienes
después de trabajar descansan son los varones; quienes tienen un lugar en la asamblea
comunitaria y participan en la toma de decisiones - salvo casos excepcionales - son los varones;
de esta forma y casi sin darse cuenta la mujer vive como un ser sin derechos, esta situación en
la mayoría de las comunidades se ve como algo “normal”.
4.- La lucha por la Pluralidad Jurídica debe poner especial cuidado en garantizar los Derechos
plenos de la mujer indígena en tanto mujer, como ciudadana de su Pueblo Originario y como
ciudadana de mexicana. Pero la liberación de la mujer indígena será obra de la mujer indígena
misma.
De La Huasteca Al Istmo
LA DIVERSIDAD CULTURAL EN VERACRUZ
De la Huasteca al Istmo
La Huasteca veracruzana limita al norte del estado de Tamaulipas, al sur con la región
del totonacapan, al este con el Golfo de México, al oeste con la región de la sierra de
Huayacocotla y los estados de san Luís Potosí, hidalgo y puebla.
El paisaje de la Huasteca es llano, con algunas colinas y montañas de bajas alturas. Solo
en la parte central se encuentra la sierra de Tantima, donde hay bosques de pinos
amenazados por la deforestación. Su clima es calido húmedo.
En los bosques campos huastecos vive una rica fauna silvestre, compuesta
principalmente por conejos coyotes, mapaches, patos, cuervos, zopilotes y lechuzas.
Algunos de estos animales son aprovechados por los lugareños en su alimentación;
otros ayudan a los agricultores, pues se alimentan de insectos y roedores que dañan los
cultivos.
Sin embargo, la caza desmedida y la destrucción de los bosques han ocasionado que
alguno de estos animales sea cada vez más escasos en la región.
Los ríos Tamesi, Panuco, Tuxpan y Cazones y las lagunas como las de Chairel, Pueblo
viejo, Tamiahua y Tampamachoco, son productoras de camarón, ostión, mojarra, róbalo
y otras especies.
Cultura de Veracruz
Jarocha, esa linda muchacha costeña que baila al ritmo del son ataviada en su blanco
traje con rebozo de seda y un ramillete de flores detrás de la oreja…. La cultura
veracruzana es una de las más distintivas del folclor mexicano, su gran fiesta jarocha,
gastronomía costeña y danzas mixtas forman un mosaico multicolor digno de conocer.
A través del año y a lo largo de todo el estado, se celebran numerosas fiestas patronales,
religiosas y paganas. En Veracruz, toda fiesta conlleva la celebración de los famosos
bailes populares, en donde chicos y grandes hacen gala de sus habilidades en la pista;
corridas de toros, carreras de caballos, danzas folklóricas, peleas de gallos, jaripeos,
encuentros deportivos, charrrerías, concursos y juegos y actos religiosos son
ingredientes esenciales de las grandes fiestas jarochas. La fiesta más popular dentro y
fuera del estado es el Carnaval, festejado cada primera semana de febrero en un marco
de algarabía y color. Los llamativos desfiles de carros alegóricos cuentan con músicos
que tocan al ritmo del son jarocho o del huapango huasteco, disfraces de lentejuelas,
numerosos bailarines y el mejor humor para celebrar, después de haber realizado la
simbólica quema del “Mal Humor”, acto con el que da inicio la celebración.
Actualmente, se realizan además numerosos eventos culturales, deportivos y
comerciales.
La posición costera de la entidad se conjuga con una larga tradición indígena, española
y afroantillana para dar lugar a una vasta y diversa cocina. En la costa, los platillos de
mar más destacados son el pulpo en su tinta, empanadas de camarón, el chilpachole y el
Huachinango a la Veracruzana, cuya fama ha cruzado fronteras. En Coatzacoalcos,
exóticos platillos adornan las mesas de los curiosos comensales con carne de armadillo,
sopa de tortuga, pejelagarto ahumado y carne de tejón, entre otros. El atole de coyol y el
té de zacate son bebidas populares en Minatitlán, en donde además puede disfrutar de
unos ricos tamales de chipiles o de coyol. En Martínez de la Torre también destacan
elaborados platos como el pez bobo en caldo y las acamayas en chipotle. Veracruz es
famoso también por su café de calidad exportación, la zona de Coatepec además de
producir el aromático grano se distingue por su buen gusto en la cocina con su
tradicional sopa de pan, estofado de gallina y trucha arcoiris.
Las artesanías son otra de las manifestaciones artísticas de gran calidad en Veracruz.
Las numerosas etnias aún vivas en el territorio elaboran bellos productos textiles, de
alfarería y cartonería. En la zona de la Huasteca y en la Sierra de Zongolica, donde
habitan los indios macehuales, se utiliza el telar de cintura para elaborar cobijas,
jorongos, lienzos, morrales y tapetes. El antiguo arte de la alfarería tuvo un lugar
preponderante en las antiguas culturas mesoamericanas, y hoy en las comunidades de la
Huasteca y en San miguel Aguasuelos, las mujeres elaboran bellos objetos de cerámica
para autoconsumo y para la venta. El tercer arte popular es la cartonería, cuyo uso
también data de las primeras comunidades mesoamericanas y hoy se utiliza para decorar
y elaborar las ofrendas rituales con papel amate y papel de china.
LOS NAHUAS DE LA HUASTECA VERACRUZANA
Los nahuas han sido identificados con los aztecas o mexicas, que
constituían la sociedad dominante en Mesoamérica a la llegada de
los españoles; su lengua, reconocida como la lengua oficial en
Mesoamérica, era el náhuatl. La población nahua llega en oleadas
migratorias, a raíz de la caída de Tula, a poblar el norte de
Veracruz y el oriente de San Luis Potosí y, posteriormente, se
consolida en el centro y sur de la Huasteca, a partir de la
conquista mexica en el siglo XV.
Era tan mala y vivía tan hambrienta que hasta a sus propios hijos
les había chupado la sangre. Cuando Porfirio la vio brincar, sintió
que la odiaba. Ella, la mujer que tanto había sufrido la pérdida de
sus tres hijitos era la misma que se los había comido.
Lo que me parece muy interesante es el hecho que la mayoría de los nahuas no cultivan
tierra (a diferencia de otros grupos indígenas en Mexico) sino trabajan en los sectores
económicos. Actividad económica. No obstante, hay muchas personas que se ocupan de
la agricultura. Ellas cultivan maíz, fríjol, haba y avena. Su producción se destina al
autoconsumismo. Normalmente no venden sus cosechas a menos que los hayan en
exceso. De manera complementaria apoyan su economía con la cría de ganado ovino,
porcino y en mayor proporción con aves de corral. Obviamente, algunos nahuas imigran
hacia la Ciudad de Mexico para encontrar el trabajo temporal.
Los Nahuas que emigran y los que viven en las zonas urbanas, mantienen vínculos de
identidad con su comunidad y con sus antecedentes culturales, a través de la familia y
de su participación en las festividades religiosas de los santos patronos de sus
respectivos poblados, así como en la organización social que con ese propósito generan.
LA LENGUA
Es una lengua la más hablada en México (alrededor de millón y medio). Según los
expertos, esa palabra significa “el que habla teniendo autoridad o conocimiento”. Sin
embargo, se puede encontrar otras explicaciones como por ejemplo: “una lengua suave
o dulce”. Se debe recordar que la palabra nauatl, así escrita, es correcta porque está
escrita en su lengua original, no obstante, si se escribe en español se de utilizar la
palabra “náhuatl”. Entonces, ¿dónde viven actualmente los hablantes del náhuatl? La
mayoría vive en los estados de Puebla, México, Guerrero, Hidalgo y Veracruz. Aquí
podéis ver la ubicación de ese grupo en México.
Surgió por lo menos desde el siglo VII. Desde la expansión de la cultura tolteca a
finales de siglo X en Mesoamérica, el náhuatl comenzó su difusión por encima de otras
lenguas mesoamericanas hasta convertirse en lengua franca de buena parte de la zona
mesoamericana, en especial bajo los territorios conquistados por el imperio mexica,
también llamado imperio azteca, desde el siglo XIII hasta su caída (el 13 de agosto de
1521) en manos de los españoles, motivo por el cual a la lengua náhuatl también se le
conoce con el nombre de lengua mexicana.
Es importante saber que no hay relación entre el español y el náhuatl, no obstante, las
dos lenguas se confluyeron mucho al transcurso de los años. ¿Y qué familia lingüística
es la más cerca a la familia en que se encuentra el náhuatl? Los expertos piensan que es
la familia Corachol. Aquí podéis ver el esquema de las familias y los troncos
lingüísticos entre las lenguas indígenas.
Las palabras del náhuatl son muy largas. Eso se explica por el hecho que el náhuatl es
una lengua aglutinativa que se caracteriza por la adición de los afijos a la base de una
palabra. Por ejemplo, existe una palabra que tiene 18 silabas y significa “ustedes (con
respeto) hubieran andado hacia acá topándose la nariz, haciéndola sangrar, pero no lo
hicieron”.
Las curiosidades:
Existe una versión de Wikipedia escrita en el náhuatl. El día 24 de enero de 2008, hubo
5 518 artículos.
Para aprender más sobre el náhuatl o simplemente para conocer las reglas básicas de la
lengua náhuatl, os recomiendo visitar el sitio: http://mexica.ohui.net/