Está en la página 1de 7

Neville Goddard (11 de julio de 1969) EL SEÑOR, NUESTRO ALFARERO

En el capítulo 64 del Libro de Isaías leemos: "Oh Señor, tú eres nuestro Padre;
nosotros somos la arcilla. Tú eres nuestro alfarero; nosotros somos la obra de tu
mano." ¿Cuando tú oyes las palabras Señor, Padre y alfarero, piensas en otro? Yo
ciertamente espero que no. La palabra "Señor" es Jod He Vau He [pron. "Yod Hey Vav
Hey"] que es definido como "YO SOY". Tu propia maravillosa YO SOYdad es el Señor,
tu Padre. Y la palabra "alfarero" significa "imaginación", eso que está dando forma
a tu mundo. La imaginación es el Señor, el alfarero, el formador de tu mundo,
moldeándolo en su forma actual. "Dios es el Hombre y existe en nosotros y nosotros
en Él. El Cuerpo Eterno del Hombre es la Imaginación, que es Dios mismo." (William
Blake) Dejadme compartir una historia que leí en la sección de revista del New York
Times del 26 de Octubre. Fue una carta escrita por uno mientras estaba en prisión
en una isla en el Mar de Asia. Este caballero estaba bajo arresto domiciliario,
vigilado las 24 horas del día, y sólo se le permitía un corto paseo antes de cenar.
Cada mañana a las 9:00 y cada tarde a las 6:00 él tenía que firmar en la comisaría
de policía antes de regresar a su habitación. Ahora, estas son sus palabras: "Yo
comencé a imaginar el árbol en el pueblo de Paula el día después de mi fuga. Yo
observé al hombre cuyo trabajo es sentarse en la plaza y vigilarme mientras él
tomaba su café. Yo olía el pan recién horneado de la panadería y oía al zapatero
abrir su tienda, y sabía que eran ahora las 9:00. A las 9:30 yo imaginaría a un
oficial hablar con el hombre sentado en la plaza, mirar hacia arriba a mi
apartamento atentamente mientras el hombre le decía que él no me había visto en mi
balcón ese día. A las 10:00 la policía vendría a investigar y llamaría a la puerta.
A las 10:30 las noticias se dispersarían en el exterior y todos sabrían que yo
había escapado. Durante todo el día los pueblerinos pasarían en su silencioso
camino, echándose secretamente una mirada de complicidad unos a otros,
regocijándose de mi libertad. Luego imaginaría a mis amigos reunidos alrededor de
su pequeña radio de onda corta, oyendo las noticias de mi fuga. Me parecía sentir
la emoción más grande cuando llegaba a la escena donde todos ellos sabían que yo
estaba libre." Al principio esto fue sólo un sueño despierto, y luego él empezó a
creer en su realidad. Oh sí, hubieron medios físicos por los cuales él escapó, pero
ellos llegaron a existir como resultado de su actividad imaginaria. Yo te digo,
intentar cambiar las circunstancias de tu vida antes de cambiar tu actividad
imaginaria respecto a ella, es luchar contra la naturaleza misma de las cosas; pues
este es un mundo de imaginación, creado por Dios tu realidad y todo imaginación.
Todas las cosas existen en la Imaginación Divina que se está reproduciendo a si
misma en ti, la imaginación humana; por lo tanto todas las cosas existen en ti.
Ahora, no tienes que ser un prisionero físicamente para utilizar esta ley. Podrías
estar
aprisionado financieramente, socialmente o intelectualmente. Todo lo que necesitas
es un vivo deseo de cambiar. Y tú puedes, haciendo lo mismo que este caballero
hizo, imaginando la escena que tendría lugar el día después de tu boda, el día
después de recibir tu ascenso, el día después de haber sido liberado
financieramente para vivir agraciadamente. Elige tu día después, y luego imagina la
escena que tendría lugar. Este caballero comenzó dejando que los del pueblo
supieran de su fuga imaginativamente. Ahora, tú tienes amigos. Ellos conocen tu
estado actual y las condiciones que te rodean. Si no son como te gustaría que
fueran, deja que tus amigos lo sepan no verbal o externamente sino en tu
imaginación. Velos viéndote como ellos tendrían que verte el día después de que
supieran que las cosas son justo como tú quieres que sean. Luego espera con
confianza que se abran caminos que tú no podrías concebir. Nadie sabe cómo o cuándo
sucederá, pero lo hará. Te encontrarás caminando a través de un puente de
incidentes que tú conscientemente no concebiste, el cual te lleva a tu libertad
cualquiera que ese final pueda ser. Yo te digo: "El hombre es todo imaginación y
Dios es el hombre y existe en nosotros y nosotros en Él. El cuerpo eterno del
hombre es la imaginación y eso es Dios mismo." Cuando este Dios despierta dentro de
tí, Su nacimiento te viste con todo lo que se dice de Él en las Escrituras. Se dice
que Él es la luz del mundo, que Él es amor, que Él es el poder y la sabiduría del
universo. Yo puedo decirte, cuando Él despierte en tí, serás vestido con poder, con
sabiduría, con luz y con amor. Y aquellos cuyos ojos están abiertos al mundo eterno
interior del pensamiento te verán vestido como Dios. Pero si el ojo no está
abierto, te verán sólo como el pequeño ropaje que tú vistes, con todas sus
debilidades y limitaciones. Este lo continuarás llevando hasta que el cordón de
plata que te ata a él sea liberado. Sólo entonces tu herencia celestial será
plenamente realizada. Pero de noche, mientras tu ropaje de carne duerme aquí, eres
despegado y movido al mundo de eternidad donde eres plenamente consciente de lo que
estás haciendo. Entonces una rápida serie de acontecimientos te jalarán de vuelta a
esta superficie despierta de la mente, y contarás tu historia con la esperanza de
que todos los que la oigan te crean. Un día ellos creerán, pues tendrán una
experiencia idéntica. Nadie puede fracasar, pues la gracia no se puede ganar. Es un
regalo, dado a todos cuando Dios despierta en todos, individualizado como el único
en quien Él despierta. Este hombre empezó imaginando simplemente lo que los
pueblerinos harían si supieran que él estaba libre. Siendo un general bajo el
liderazgo del rey, el legítimo gobernante de la isla de Grecia, él fue apresado
cuando la oposición se hizo cargo, ya que eran muchas mentes brillantes
inteligentes de la época. Si ellos pudieran sólo ver el secreto de esta historia
también se liberarían. No por los mismos medios, estoy seguro, porque Dios es
infinito en su poder creativo. Él tiene caminos y medios que nosotros no conocemos.
No es la historia de los medios lo que es importante, sino el principio; pues los
medios siguen al principio. Él simplemente imaginó una escena que implicaría el
cumplimiento de su deseo. Comenzó por imaginar ver a sus amigos reunidos alrededor
de la radio de onda corta en secreto, oyendo las noticias de su fuga. El hombre se
sentó en la plaza y tomó su café cada día, igual que el panadero horneó su pan y el
zapatero abrió su tienda; pero el conocimiento de su fuga fue noticia y no un
hecho cotidiano para que sus amigos lo celebraran. Pero este día fue diferente y
eso le dio la emoción de su vida al imaginar.
Comienza ahora a crear la escena que, si fuera verdad, implicaría el cumplimiento
de tu deseo. Si tú quieres, no hay poder que pueda impedir su venida a la
existencia, porque tu Señor es tu Padre, que es tu alfarero, y tu deseo es arcilla
en Su mano. Así que "Levántate y ve a casa del alfarero", dijo el Señor al profeta
Jeremías, "y ahí Yo te dejaré oír mis palabras." De modo que yo fui a la casa del
alfarero, y ahí él estaba trabajando en su torno. Aunque la arcilla en su mano
estaba estropeada, él no la descartó sino que la rehizo en otra vasija, como le
pareció bien al alfarero hacer. Cuando alguien entre en tu mundo, no lo descartes
volviéndole la espalda porque esté enfermo, con problemas financieros o sin éxito a
sus propios ojos. En cambio, ve su deseo como arcilla en tus manos imaginarias.
Toma esa misma vasija (persona) y rehazla en otro estado como te parezca bien a ti
hacer. Si él está desempleado, rehazlo en un hombre que esté lucrativamente
empleado y más feliz de lo que nunca estuvo en su vida. Eso es todo lo que haces.
Qué medios serán aplicados hacia su empleo no es tu preocupación. Tu único deseo es
ser el perfecto alfarero. La persona entra en tu mundo como una vasija estropeada,
no para ser descartada, sino para ser rehecha en otra vasija como te parezca bien a
ti el alfarero hacer. Léelo en el capítulo 18, el segundo a través de los cuatro
versos del Libro de Jeremías. "¡Levántate! Ve a la casa del alfarero y ahí Yo te
dejaré oír mis palabras. Así que fui a la casa del alfarero y ahí él estaba
trabajando en su torno, pero la vasija de arcilla en su mano que estaba haciendo
estaba estropeada, de modo que la rehizo en otra vasija como le pareció bien al
alfarero hacer." ¡Y cuando lo hagas, sabrás quién es el alfarero! Esta ley es
verdadera para cualquiera que tú puedas encontrar. No es necesario que sea un
pariente de sangre. Puede ser alguien del que te hable un amigo; pero yo puedo
decirte: al final todos nosotros estamos emparentados, pues todos nosotros estamos
entremezclados y realmente somos uno. No estamos tan separados como el mundo piensa
que estamos. Yo no podría verte en este momento si no hubieras penetrado en mi
cerebro; así que estás literalmente dentro de mí, incluso aunque aparentemente
existas en el mundo circundante independiente de mi percepción. Ahora, si tú
cambiaras en el exterior y yo me hago consciente de ello, el correspondiente cambio
tendría lugar dentro de mí respecto a ti. Tu cambio podría tener lugar socialmente,
intelectualmente, financieramente o incluso en tu apariencia física; pero si
encuentro el cambio, me penetra. Mi aceptación de él me hará modificar la imagen de
ti que yo tengo. Ahora, ¿debo esperar a que el cambio aparezca en el exterior antes
de que pueda cambiar mi imagen de ti, o puedo producir el cambio en mí primero, y
luego ver un cambio correspondiente en el exterior? Yo puedo, si sé que el alfarero
es mi propia maravillosa imaginación humana y está creando todo lo que está
teniendo lugar en mi mundo. "Oh Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros somos la
arcilla. Tú eres nuestro alfarero, nosotros somos las obras de tu mano." El
alfarero, el Señor y el Padre son el mismo ser, la misma conciencia, la misma
Imaginación. ¡Cree en mis palabras! ¡Confía en tu imaginación! Habiéndose
reproducido Él mismo en ti, todas las cosas existen ahora en tu imaginación. Si tú
deseas cambios, prodúcelos primero en el interior. Penetra en eso que existe en ti,
ya que esa penetración obligará al exterior a amoldarse a los cambios que tú, el
alfarero, lleves a que pasen. El único modo de comprobar esto es intentarlo.
Imagina una escena que tendría lugar después de que tu
deseo haya sido cumplido. No te preocupes en cuanto a cómo ello va a suceder;
simplemente ve al final. Lo más creativo en ti es tu poder para imaginar que una
cosa exista. Se nos dice en el Libro de Hebreos que "Las cosas que son vistas están
hechas de cosas que no aparecen." Nadie puede ver tus pensamientos cuando tú te
sientas a imaginar. Son invisibles para el mundo exterior, pero tú sabes lo que has
hecho. Ahora, puesto que la imaginación y la fe son las que crean y sostienen tu
mundo, si tú no tienes fe en lo que has imaginado, no llegará a pasar. No puede,
porque la imaginación y la fe son las dos caras de la misma moneda. Lo que te digo
lo sé por experiencia. Yo no estoy teorizando o especulando. He puesto a prueba mi
poder creativo y ahora he despertado del sueño de la vida. He tenido las mismas
experiencias que uno llamado Jesucristo en las Escrituras. Ahora puedo decir con
Él: "Yo soy la luz del mundo." Y aquellos que tienen los ojos penetrantes me han
visto en mi vestimenta de luz. Una amiga mía compartió esta experiencia conmigo el
lunes pasado por la noche. Ella decía: "Mi amiga Sharon y yo estábamos contigo
mientras te preparabas para subir al estrado. Tú parecías muy pálido y débil con tu
traje azul oscuro, así que te compramos unos flanes, helados y barras de chocolate,
para darte fuerza. Cuando subiste al estrado, la forma que conocíamos desapareció y
en su lugar apareciste como luz. Tú eras un hombre gigante, elevándote sobre todos,
sin embargo nada más que luz. Cuando miré tu cara tu luz comenzó a intensificarse y
se hizo tan grande que desperté." Luego, como un recordatorio ella dijo: "El dulce,
el flan y el helado que te compramos costaron 0.28 $." Así que ahora yo le debo
0.28 $. Ella me vio convertirme en la luz que llenaba la sala, y vio correctamente,
pues yo sé que esto es cierto. Como ves, sus ojos le fueron dados por aquel a quien
yo le di mis ojos. Ahora ella también puede ver la verdad de la que hablo; sin
embargo, al dar un regalo espiritual no se pierde, sino que se conserva, para
aumentar su poder, su sabiduría y él mismo. Yo te estoy diciendo la verdad. Yo vivo
en ese mundo de luz. Un día yo dejaré esta simple cosa que ella vio vestida con un
traje azul oscuro, para ser uno con mi Padre celestial que me envió. Pero antes de
ir debo darle 0.28 $, pues como Sócrates, que debiendo un gallo, pidió que después
de que hubiera tomado la cicuta su deuda se pagara yo no quiero irme de aquí
debiendo a nadie. Yo te digo, tú eres todo imaginación y no un prisionero de algo o
de alguien, más bien te tienes aprisionado a ti mismo. Tú has traído todas tus
experiencias a la existencia y tú puedes cambiarlas ahora que sabes quién eres.
Cuando oigas la palabra "Señor", no pienses en otro. La palabra es "Yod Hey Vav
Hey" y significa "YO SOY", como las palabras "Padre" y "alfarero". Tu conciencia de
ser es tu YO SOY, tu alfarero que moldea tu mundo. En él y sólo en él yacen todas
las responsabilidades por lo que es hecho en tu mundo. Tu propia maravillosa
imaginación humana es la causa de las restricciones de la libertad que disfrutas
hoy. No hay otra causa sino el Señor, que es el Padre, que es el alfarero; y si Él
es tu propia maravillosa imaginación humana, ¿a quién te puedes dirigir para rezar
o culpar por las circunstancias de tu vida? Los líderes ciegos de los ciegos culpan
a la sociedad o al gobierno de las causas de los fenómenos de su vida.
Pero yo te digo: no hay otra causa, pues no hay nadie fuera de yo mismo. La
sociedad, el gobierno, tu familia o amigos, están todos dentro de tí. Aunque
parezcan estar fuera, no hay ni una cosa ahora que no exista en tí. Como
Imaginación Divina (el Señor Dios Todopoderoso) se ha reproducido Él mismo en tí
la imaginación humana; y la Imaginación Divina contiene todas las cosas dentro de
Ella misma. No mires a otro como la causa de tu desgracia. Si estás percibiendo una
cosa, está penetrando en tu cerebro; por lo tanto existe en tí. Eso que estás
percibiendo parece existir en el mundo circundante independiente de tu percepción
de ello, pero no esperes a que cambie. Si deseas un cambio en eso que estás
percibiendo, debes producir el cambio en tí mismo. No pidas a nadie que te ayude;
simplemente persiste en tus nuevos pensamientos y deja que tu pensamiento
modificado se reproduzca en tu mundo exterior, pues es sólo una plasmación del
mundo de pensamiento dentro de tí. Inténtalo. Tú puedes cambiar tu mundo como este
prisionero hizo. Con su imaginación él se movió en el tiempo al día después de su
fuga. Tú puedes hacer lo mismo. ¿Sabrían tus amigos de tu éxito el día después de
que fue logrado? ¿Se juntarían para comentarlo? Haz de su reunión la escena desde
la cual empezar. ¿Qué dirían ellos? ¿Estaría alguno de ellos celoso? ¿Alguno feliz
por ti? Ponlos a todos juntos y fisgonea en su conversación. Luego cree en lo que
has oído. Persiste y tu éxito está asegurado. Esta noche me he sentido impulsado a
hablar sobre la ley porque la gente parece olvidarla y, puesto que aún estamos en
el mundo del César, la ley es importante. El Libro de los Salmos comienza:
"Bienaventurado es el hombre que se deleita en tu ley, meditando día y noche. En
todo lo que hace, él prospera." Aunque para mí la promesa es el gran objetivo, pues
es la verdadera realidad de todo; mientras estamos aquí en este mundo del César, la
renta tiene que ser pagada, la ropa y la comida compradas con la moneda del César;
así que la ley es importante. No te fallará, te lo prometo; pero no opera por si
misma. Cuando tú sepas lo que quieres, no reces a nadie aparte de Dios, pues el
verdadero Dios está dentro de ti. De hecho, Dios no está ni siquiera cerca, ya que
la cercanía implica separación. Dios es tu YO SOY, y no hay lugar a donde puedas ir
y no estar consciente de ser. Sé que no soy esta vestimenta que llevo, pues yo la
he visto en la cama cuando no estoy en ella; pero no he estado nunca en ninguna
parte donde no sea consciente de que yo soy. Ese "YO SOY" es el Señor del que yo
nunca podría estar muy lejos como tampoco cerca, porque cercanía implica
separación, y yo no puedo estar separado del Señor. "Oh Señor, Tú eres nuestro
Padre; nosotros somos la arcilla; Tú eres nuestro alfarero; nosotros somos las
obras de tu mano." Cuando yo, todo imaginación, entré por la puerta de la muerte,
encontré un ropaje masculino esperando ahí. Blake lo dijo tan bellamente: "Cuando
el hombre cansado entra en la sepultura encuentra a su Salvador en la cueva.
Algunos encuentran un ropaje femenino ahí y algunos uno masculino, tejido con
cuidado." Yo encontré un ropaje masculino, otros encuentran un ropaje femenino;
pero yo el que encuentra soy el Hombre, no masculino o femenino. Y yo el Hombre
soy uno con Dios; pues yo y mi Salvador somos uno. Yo y mi Señor somos uno. Yo y
Dios somos uno. Y yo y el alfarero somos uno. Entrando en la cueva que es el cráneo
humano, encontramos un ropaje tejido por la mujer con cuidado. La inmortalidad
ocupa el ropaje que llevas y con el que caminas, creyendo que es la restricción que
él lleva desde la cuna a la sepultura hasta que despierta. Y
ese día tú sabrás quién eres realmente; pues sabrás que tú mismo eres el Señor Dios
Jehová que es Jesucristo. Ahora entremos en el silencio.

Traducido por Javier Encina La conferencia original en inglés es THE LORD, OUR
POTTER (Neville Goddard 11-071969)

http://nevilleenespanol.blogspot.com.es/

También podría gustarte