por la parte menos honda, con la cabeza por encima del agua, para sentir cómo flotas. Es importante que tu cuerpo esté en horizontal y que empieces nadando en línea recta, debes saber cómo poner los brazos, que debes colocar rectos y mover en brazadas que entren y salgan del agua para que puedas moverte y avanzar. Los pies deben moverse también al compás del movimiento de tus brazos, pero debe ser un movimiento ligero que solo te servirá para impulsarte a través del agua. La clave está en mover ligeramente la cintura y las rodillas para que los pies puedan aletear como si fuera la cola de un pez. Nada de hacer aspavientos con las piernas abriendo y cerrando con cada brazada, ya que solo conseguirás cansarte y que te hundas fácilmente. Por último, debes sincronizar tus piernas y brazos para que puedas lograr avanzar de manera correcta. Mientras un brazo entra y sale del agua, la cintura y las piernas se mueven ligeramente de lado a lado y de arriba a abajo para impulsarte y avanzar en el agua. Una vez domines la técnica de movimiento de las piernas, podrás avanzar.