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UNL-FHUC

Literaturas Francesa e italiana


Agostina Anabel Díaz
11 de octubre de 2021

Trabajo Práctico - Divina comedia


1- Dante Alghieri, al finalizar la Vita Nova escribe que planea escribir a Beatriz una obra
mucho más grande e importante. Sin embargo, cuando Dante Alighieri comienza a escribir la
Divina Comedia en el año 1307, se encuentra atravesado por situaciones personales y
políticas, lo cual transformará su canto a Beatriz en una obra cargada de finalidades políticas,
ideológicas y religiosas. Sin embargo, quizás la más importante de estas es el hecho de que
Dante postula a la Divina Comedia como una obra que cierra todas las tradiciones literarias
previas, como una obra que reconstruye en sí a todas las tradiciones anteriores.

Son numerosos los procedimientos a través de los cuales esto se manifiesta a lo largo de toda
la obra. Los encuentros con poetas famosos, la metatextualidad, las auto-referencias y entre
otros que el autor utiliza para hacer presente esta finalidad en la Divina Comedia pueden ser
leídos y analizados a lo largo de toda la obra.

Para comenzar, ya en el Canto I de la primera parte, el “Infierno”, podemos observar un par


de elementos que permiten ubicar la intencionalidad del autor de postular a su obra como una
obra literaria, a sí mismo como un poeta y, más específicamente, presentar esta idea del
poema en el cual se encierra la tradición y, a su vez, su estilo literario.

Poeta fui, y canté al héroe justo

hijo de Anquises que de Troya vino

después que la soberbia Ilión ardiera

(...)

Luego, ¿tú eres Virgilio y esa fuente

que expande de elocuencia tan gran río?

(...)

¡Oh de otros poetas honra y lumbre!

Válgame el gran amor y el largo estudio

que me ha llevado a frecuentar tu libro

Tú eres mi maestro y tú mi autor;

eres el único de quien he tomado

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el bello estilo que me ha honrado tanto (Inferno, canto I, vv. 73-87)

En los versos citados podemos notar, entonces, un par de elementos que nos gustaría resaltar.
En primer lugar, consideramos clave el momento de la presentación de Virgilio y esto se debe
a que se pronuncia como poeta y se refiere a su propia obra, es decir, se enuncia a sí mismo
como parte de la tradición. Unos versos más abajo será Dante quien reafirme la importancia
de Virgilio no sólo en la tradición literaria sino en el encuentro con su estilo literario,
llamándolo su maestro. De esta manera, en estos versos podemos encontrar dos elementos
importantes que permiten leer a la Divina Comedia como obra literaria: la meta literaturidad
y la ubicación o nombramiento de ambos como poetas, especialmente de Virgilio ya que
refiere a la tradición.

Y él a mí: “La tan honrosa fama

que de ellos suena allá donde tú vives

gracia obtiene en el cielo y los alcanza”

(...)

“Mira tú a este que la espada en mano

se adelanta a los tres con señorío

Él es Homero, vate soberano;

el satírico Horacio es el que sigue;

tercero Ovidio, y último Lucano

(...)

Vi así reunirse la tan bella escuela

(...)

y más honor me hicieron todavía

pues me admitieron en el propio grupo (Infierno, canto IV: vv: 88-101)

En los fragmentos anteriores, todos del canto IV del “Infierno”, volvemos a observar
elementos que remiten a la tradición literaria previa a Dante, representada aquí por la
aparición de poetas reconocidos. Otro elemento que abre paso a esta interpretación es la
referencia a la espada que lleva Homero ceñida a la cintura, que podría simbolizar a la poesía
épica. De esta manera, el acto por el cual estos poetas admiten a Dante en su grupo es la
manifestación justa y perfecta de la inscripción de la Divina Comedia como una obra
literaria: Dante es ahora parte de un grupo reconocido de poetas, de hombres que escriben
literatura.

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Por último, nos gustaría analizar los versos siguientes:

Mas dime si estoy viendo al que ha iniciado

las nuevas rimas, cuando así comienza

‘Donne ch’avete intelleto d’amore’”

Y yo a él: Yo soy uno que cuando

amor me inspira, anoto, y de este modo

lo que él me dicta adentro significo

“¡Oh hermano!”, dijo, “ahora veo el Nudo

que al Notario, a Guittone y a mí mismo

nos ha impedido el dulce estilo nuevo. (Purgatorio, canto XXIV, vv. 49-57)

El punto importante que nos gustaría destacar en los últimos versos citados es la referencia al
dolce stil novo, la concepción poética que Dante sigue en toda su obra. En este canto es la
primera vez que este estilo poético es nombrado en la obra de Dante Alighieri y, en cierta
manera, estos versos funcionan como una especie de declaración acerca de las bases del dolce
stil novo.

En resumen, habiendo considerando los versos citados, podemos concluir que todos estos
procedimientos hacen de la Divina Comedia una obra literaria muy importante no sólo como
parte de la obra de Dante Alghieri, sino que también sienta bases importantes para la
literatura posterior a través de la introducción en sí misma de la tradición literaria previa con
el estilo poético propio del autor.

2- Cuando pensamos en la Divina Comedia no podemos, de ninguna manera, ignorar o restar


importancia a una de las figuras claves de la obra de Dante en general. Nos referimos a la
figura de Beatriz, quien para una lectura superficial representa sólo al interés amoroso del
autor, sin embargo su imagen significa más que eso tanto como para la obra de Dante
Alighieri como para la tradición literaria posterior.

Para comenzar a pensar la imagen de Beatriz procederemos a analizar un soneto incluido en


La Vita Nova:

Tan gentil y honesta parece

mi amada cuando saluda a alguien

que todas las lenguas tiemblan y enmudecen

y los ojos no osan mirarla.

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Ella camina, oyendo que la elogian,

benignamente vestida de humildad;

y parece una cosa que bajó del cielo

a la tierra para mostrar un milagro.

Se muestra tan agradable, a quien la mira,

que por sus ojos lleva una dulzura tal al corazón

que no puede entenderla quien no la prueba:

y parece que desde sus labios se mueve

un suave espíritu lleno de amor

que va diciendo al alma: Suspira.

En este soneto se pueden leer un par de cosas que nos interesa destacar. En primer lugar, nos
encontramos con las palabras “gentil” y “honesta”, a través de las cuáles se atribuyen a la
mujer virtudes importantes para el concepto lírico de amor. Otro punto importante es el
saludo, que remite al proceso amoroso del amor cortés de la lírica trovadoresca. Asimismo, se
destacan sus ojos, que llevan su dulzura al corazón. Este es un concepto importante en la
lírica medieval, ya que los ojos son el único lugar que sirve de entrada al corazón y al alma,
porque además los ojos de la mujer reciben la energía de Dios y, a través de la mirada,
despierta en el corazón del hombre el amor. La mujer tiene, entonces, un papel importante,
que es el de ser intermediaria, el de generar en el hombre la voluntad de amar,
fundamentalmente, a Dios. La imagen de la mujer, por lo tanto, es primordial.

Ahora bien, como hemos escrito anteriormente, al final de La Vita Nova Dante promete
escribir una obra para Beatriz, más grande que cualquier obra escrita a una mujer. Más allá de
que esta finalidad termina por cambiar, la imagen de Beatriz sigue representando un lugar
importante en la poética dantesca. Para dar cuenta de esto analizaremos fragmentos del canto
XXX del “Purgatorio”. Mafalda (1992) plantea que “La Beatriz de la Commedia es la
ampliación, el complemento humano, poético y espiritual que la Beatriz de La Vita Nova. (...)
Entonces Beatriz asume una figura moral con un desarrollo sicológico y poético paralelo al
de Dante” (60). En otras palabras, la imagen de Beatriz en la Divina Comedia sigue, de
alguna manera, las ideas poéticas del dolce stil novo que Dante comienza a plantear en el
primer poema y que, unos cantos más adelante, nombra por primera vez. Sin embargo, en la
Divina Comedia se puede observar otra idea que suma a esto: la mujer, la donna angelo, no
solo es intermediaria de Dios sino que también es el camino por el cual será salvado el

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hombre. Si en el soneto Beatriz es presentada como un milagro, en el siguiente fragmento del
“Purgatorio” ella llega cargada por ángeles a guiar a Dante en su camino:

así en una nube hecha de flores

que de manos angélicas subían

y recaían luego, adentro, afuera

sobre cándido velo, orla de oliva,

dama me apareció, tras verde manto,

vestida de color de llama viva. (Purgatorio, canto XXX, vv. 28-33)

De la misma manera, en este canto se replica la imagen de que su gentileza y honestidad son
tales que no es posible mirarla: “sin que los ojos me la revelasen, / por oculta virtud que ella
irradiaba / de antiguo amor sintió la gran potencia” (vv. 37-39). Sin embargo, en este canto de
la Divina Comedia se encuentra un detalle que, de alguna manera, es contrario a esta imagen:
es el hecho de que la imagen de Beatriz es, aquí, mucho más severa y dura que en La Vita
Nova: “pero realmente, en actitud severa / continuó según aquel que dice / y para el fin
reserva lo más férvido” (vv. 70-72).

Podemos pensar, a partir de lo planteado, que en la Divina Comedia se retoma, con el fin de
consolidar el dolce stil novo, las conceptualizaciones del amor ya planteadas en La Vita
Nova. En estos versos, entonces, irrumpe el amor ante la visión de la dama, esa fuerza amable
pero feroz y enajenante. Aquí continúa la tradición y fundamento del amor no correspondido.
Introduce el tópico de la donna angelo, es decir, el reflejo de la bondad divina y el reflejo de
la belleza divina, y la relación amorosa se espiritualiza. El amor está unido a la gentileza de
corazón de forma que el amor sólo puede estar en un corazón gentil (virtuoso, generoso y
noble). Además, el amor no es una pasión ciega, sensual, sino un sentimiento que eleva al
poeta hasta su unión con Dios, siempre a través de la mujer, que es tan bella como su virtud,
y que aparece ante el enamorado como una criatura angelical: en el dolce stil novo la mujer y
el amor serán caminos hacia Dios.

3- A lo largo de toda la obra dantesca es posible observar una serie de procedimientos que
permiten su interpretación dentro de una fuerte carga alegórica. Uno de estos procedimientos
es la utilización consciente y reiterada de uno o varios números que cargan de sentido
simbólico a la obra de Dante Alighieri.

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Entre los números que Dante utiliza para la construcción de su obra se encuentra el número 3,
el cual se encuentra replicado numerosas veces en el número 9, siendo este un múltiplo del
primero ¿Por qué eligió Dante este (o estos) números como uno de los procedimientos
centrales para la construcción de su obra?

La razón principal de esta elección viene de su simbolismo religioso: el 3 en el cristianismo


representa a la Santísima Trinidad: el padre, el hijo y el Espíritu Santo. Podemos decir,
entonces, que nos encontramos frente a un número que carga en sí mismo un significado muy
grande. De esta manera, tanto el 3 como el 9, como todos los múltiplos de estos,
representarán a lo largo de la obra de Dante un elemento esencial a la hora de la
interpretación de la obra de Dante en relación con lo divino y con Dios en general.

Esta simbología aparece, por ejemplo, en la Vita Nova, el cual es construido alrededor del
número 9, número que simboliza a Beatriz. Repetimos: el 9 es múltiplo de 3, por lo tanto
simboliza lo divino y Dante describe a Beatriz como un milagro, lo cual va a estar, de alguna
manera, vindicado a través de esta conexión o simbolización de Beatriz con un número
divino. Ejemplos de esto son, en la Vita Nova, el hecho de que él y Beatriz se conocen a la
edad de 9 años y se vuelven a encontrar recién a los 18. Asimismo, se menciona que Beatriz
muere en la novena década del siglo y que, además, ellos se encontrarán a las tres de la tarde
- número que acarrea otro significado importante ya que a esa misma hora murió Jesús.

Otro número importante en la obra de Dante es el número 33, el cual se relaciona


directamente con la religión por ser la edad de Cristo al morir y 33 son el número de cantos
en los cuales se dividen las 3 partes de la Divina comedia.

Asimismo, el 7 también es un número que encierra significado en la obra de Dante, ya que


simboliza la unión entre lo terrenal y lo celestial. Un ejemplo que podemos citar en la Divina
comedia es el siguiente en el canto IV del “Infierno”: “Al pie llegamos de un noble castillo /
cercado siete veces de altos muros” (vv. 106-107). De la misma manera, son 7 los pecados
que se le marcan a Dante en la entrada al purgatorio.

Por último, nos encontramos también con el número 4, alrededor del cual, podría decirse, se
encuentra organizada la naturaleza y, junto con el 3, se encuentra asociado a la noción de
perfección. Esta simbología numérica se manifiesta, por ejemplo, en los sonetos de Dante,
que representan la relación perfecta entre la forma y el contenido, entre el número de versos,
estrofas y oraciones que los construyen.

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En resumen, la simbología numérica es, en Dante, un procedimiento productivo importante
que dota a su obra de significado no sólo en materia de contenido, sino también
estructuralmente hablando.

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Bibliografía

- ALIGHIERI, Dante. “Infierno” en Divina Comedia. (Trad. A.J. Battistessa).


Asociación Dante Alighieri [1946]
- ALIGHIERI, Dante. “Purgatorio” en Divina Comedia. (Trad. A.J. Battistessa).
Ediciones Carlos Lohlé [1972]
- BENUZZI DE CANZONIERI, Mafalda (1992) "Dante: viaje en el tiempo hacia lo
eterno". ADILLI. VII Jornada de Literatura Italiana. Córdoba

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