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ARTE Y CULTURA DEL DISENO Lea was SSSI LAAN AY aN. 39 pesos » 4USD Aiio 4 + Nomero once « Octubre 2001 De chispa a precisién José Luis Ortiz * Uno en lo otro: la mirada miltiple de Wasilewski Diego lizarazo Arias + Javier Mariscal, el Sefior Mundo Araceli Barcenas + Roxana Cervantes, Xaua: entre la piel, el cuerpo y la mirada Graciela Kartofel fo dela pena la perfec, a ealiacn epi ya onl al puede vere como rege ‘la mando pre Signin anngresin, deme, pl neracdn 0 ome rapes Finalmente, el once cores sencand ss do adsl polos open, dulad en Wasilewski romvertidaen estan, donde «puede 3 Aiba tofary~omo Maia finan pore slo Ena obra de Roxana Cervantes conflayen la herencapreclom aquellos pucbls remain que vel ahistri compara y a emrion "9 ila forma ease por Iona os ancepasdos. cONTENIODO 11 D swore, 10 De eigpa «presi. tose tls ortiz. 22. Uno en fo oto: Ia mirada mile de Wasilewski Diego Lisarazo Arias, 32 Reflesn: una re-visi de las ats, primera pare. Mauro Kunst. O vier Masa Seor Mundo, Arae arenas. 50 El dbo de avid dieo mesoamercaa, Ferando Diz Ifente. 5B Schoo of Vis Ars... acs con ls cambios. José Luis Ort. 66 Roxana Cervantes, Kaus: ent a pile everpo yl mirada, rata Karol. 74 Fernando Meza. Tamaulipas Rio Bravo, Carlomagno Sol. 82. Video Digital. Carlos Ledezma. 8B Colaboradores. Uno en lo otro: ego Lizarazo Arias la mirada multiple de Wasilewski “Nos vemos vistos por el pintor, hechos visibles a sus ojos por la misma luz que nos hace verlo” Michel Foucault Plastica pictérica’ Svs ojosestin abiertos, pero en realidad re posan cerrados. Abiercos por la repr sentacin, cerrados por lo representado (Kan ih'95), Wasilewski nos hace dudar: emo describimos esta mirada? ‘qué posicién de sus dos planos fijamos nuestras impre siones La modelo cera los ojos para que e! 4e lo forogratiado ante los trazos del diye. Pero se erata también del camino inverso fundacién compleja del sentido: te carne de la foto es el grano que sustenta la pie pictoxca. No son entonces dos dimensiones sino una: sus ojs estan abieros porque £1an, porque 90 ve; en realidad, nos mia, Precaria resulta entonces la distinciéa iconoldgica entre plano de la repress formas puras) y plano de lo representado espacio pictbrico,regién denotativa don de, como ensefié Panofiky?, los elemen: tos plsticos devienen seres y objets). Fntan to advertimoslarepresentacién lo representado 24 cca la tastoca si n0s yams en las manchas slo come puntos, nos reconocemos vendo unos arpados que se clean; no estamos en la pista, sino ena pictorica. 5 nos proyectamos en lo representade y apreciames a a modelo, los puntos sobre ls pirpados nos hacen sata ala dimension abstract color puro; demos sa pictdica y regresamos ala plstca. Por qué hemos de optar por alguno de sus ext mos? Waslewski nos invita 2 pensar el com: dad son puertasabiertas infnitas,Juega con aque se hace petiferia el rojo intenso de los labios emerge por el negro abismal del entor: ta que los celaciona, porque los polos no es una dicotomfa, porque se proyectan por Teatralny UTES iad HZOP RK mance ee ek lot ebajo (0 por encima) formando un cues sionamienco y un problema sensible y per ceptivo, Las propiedades plisticas cancitan Sendo: ponen en dda os mites dels 595 los que subyacen lo aparete Pero no asistimos ala descripein cerrada cde una obra, sino mis bien ante una preo ‘cupacién yun raggo que atraviesa el acéano dela produccién de Wasilewski: observa- sos una flor abierta vista desde arriba, reconociendo de inmediao que una abeja reposa en ella, mas u cuerpo y sus alas no son distinos dels pltalos,y ls estambres en realidad son las antenas. ;Dénde esd Ja flor y donde nuestra abet; no existe tana sobre a ors ni plegadaen sus mérge- cs Es mis bien a flcaej oq ems, un instante de naturleta donde el borde que ponemos entre animal y vegeta se bora, ‘Wasilewski me dice: desploma la barera, aprecia las cosas de nueva cuenta y no con- cibas tas mismas integridades (las onto- logis: ree cubiertos sobre un fondo negro (Tray Kobiee) se perflan juguetones en una coreografia que instcuye no sélo tres, 2B idica rostos, sino también una trada de perso- nalidades. Un rosto femenino, del que brota como cascada oscura una cabellera, es, por su parte, el fondo sobre el cual se destaca, al revés un astra masculino (Z setae i nicpramoszone wot) No son las paradojas gestiticas Lo que aqul resulta convocado. Es ms bien el juego de mar genes, la sorpresa del eta present y luego deshacerse; si se quiere un soporte floss fico, més bien divia que Wasilewski evoca tun deconstruccionista, Reslvemos que se teata de una mano (Swiere a komputer, pero luego advertimos que apunta, al mo- do de un arma; entonces, aquella acaba imarginads, y ahora el arma-centro se de- crera. Es obvio que ahi reposa una care, y el arma queda entonces descentrada, mas ¢l ojo visible de tal rostr es, en sf mismo, otro restr que manda al primero ala pe- viferia.Subversgn dertidianat mostando sin cst laconfiguracin ausente que ace chala presencia, y que al prciptarse hace susente lo presente en una esi sn fom do, Vemos la totaldad organics, pero ala ‘ex caemos en profundidad hacia el cen tr, y luego regresamos hacia fuera en una ccilacidn que nos hace percatar el movi Imagen tiempo Profesor dela Academia de Bellas Arces de Varsovia desde 1971, Wasilewski es uno delos mis desracados disenadores polacos contemporineos. Nacido durantela guerra (1942), erudié de 1960 2 1966 ent Fs clad de Pintura y Arces Grficas, en la escuela de la que shora ex catedrético, Wa- silewski ha ensefado en muy diversos con textos, desde la Faculad de Bellas Arces dela Universidad de Datnasco hata el Co legio de Are en Arnhem, Gioningay Hel- sioki. Sus sorprendentes trabajos fe han dado numerosos reconocimiencos, como la medala de oro yl de platen la Bical In- teenacional del Cartel en Varsvia,en 1976 1 1994, espectivamente, Wasilewski es un disehadorgefico diverso, que igualmente labora cartels libros, nuncio o ilste- ciones. Una puete importante de su obra son los carteles cinematogrificos, y €spro- bable que este incerés haya generado fo 4que,en mi opinién, constituye un segundo rasgo transversal en su pensamienta ged fico: la sustancalinacién del viempo gel” la escena de una mujer que ingesa a La mano de un artista parece hacer un un cuarto: dos perilesaparecen en la imi testo (rope Plats): lipiz que wile na:la mujer-coor que abe la puerta y deja para marcarla superficie que no vemos, es, entra un viento de luz al expacio oscuro 41a par la huella dejadaen ell; enconces, dela abitacidn, y la mujer-sombra que, 4a superficie inscritaes la misma que ests proyectada sobre a pared, se adelantaa la ‘te nuestros ojos. Se ata del principio primera, La imagen se ha deconglade dela disolucion de los limites lipia/traro la posicin dela primera continGa en la «que teferamos previamente. Pero ahoraad- segunda, como perfiles gemelos que nos Yersimos algo més:la obra congrega nume-_ muestan una trayectoria el expacio io se . nsoea rosos dedos.y parece presentarmosuna duc- hace liquide ye proyecta hacia el porvenit tlidad de movimiento; el lipiz mismo es como en la cinematograia. El dibujo ha mnisuna tayecroria que un objeto, Laima- roto su posicién fija, y nos muestra sin gen inquieta, erémul,restituye un espec- nfs a textura immaterial del tiempo. Es tto que atraviesa el espacio, Su simula la misma experiencia del transcurso que ncidades aqui tambien secuencia: registra aparece regintada en Legenda o Paul i én el espacio un antes y un después que Paul, donde una pareja de enamorados cahibeelinstrumento (Lipa) ysuresulado asciende, sobre su banca, al cielo conse (1 erazo}; mientras que la cuantiosa pre- ado. La sombra proyectada sobre la silue- sencia de los dedos no es una alusin cu- ca negra de los arbustos nos suger el curs, bista de los malhiples lados-perspectivas, nos permite presencia el despegue ver sino a expresin de diversos movimientos til del empo. eto revea también algo integrados ene mismo espacio. Un cartel amas: con entrahable simpleeacepresenta A col cneaept cinematogrifico(dsiewceyna lake) “on- un doble salto, del err elo, en un a Me avd A A @) la On] ae cznso que evidencia el movimiento; dl cer po ordinario al tiempo sagrado, al tiempo sin tiempo de estos enamorados. Hl card de Wasilewski coge la movilidad filmic, y con lla rebass la extabilidad perenne de Ja imagen fj, Barthes suponta que laf sograflaaasca el tempo en su superficie’ hallando sobre eu trama una especie de he berestadealt, donde las cosas corre al pasado, juntando Ia experiencia de verte con el saberlas ausents. La foto es, pata Barthes, una horadacién inevitable (cus sete estin muertos, Fugados; de ellos no queda més que sus fantasmasplistcon): el cine, en cambio, apunta aun extaragu porque la sucesidn de las imdgenes no deja Iaimpresion del vacto, sino que propcia a cxpectatva de lo que vende, La aspiracién dever satura a vaciedad de objeto que de fine coda imagen. Pero, aunque algunos carceles de Wasilewski se fandan en la fo copra, diffilmente se caracterizan por el malestar de la vaiedad ontolégica que sman por Aiguraciones milkiples y exclo- nadas, iconos en fuga donde un rosto nos obliga a salar sobre el segundo, y de éxte al cercero, para regresar ala primera linea (Report 36, Serafin y Lew w zie). Cada imagen es en realidad, una secuencia fi mica donde, contrariamente ala evans cencia del movimiento, el tempo se haya aqui, frente a nuestros ojos. simpleza plena Con des colores logea produce un mundo. ‘A veces, en realidad s6lo basta el negro sobre un fondo blanco, Hay momentos en aquela sencillez toca, a par, la mayor con- crecin y simbolismo, de al forma que dos mnavichas y muy poces liness germinan un rostro © una dualidad de instintos y mi radas (Tune i plat; Marzene o neaec- say), Sus simbolos son steticos y ala ver profundos:austeros por la sorprendente economfa de tazosy colores, pero pets ticos por las evocacione (pa el campo de sentidos que contiene) y la fortaleza con que logran imponerse. Su sencilles ests dlotads de una gracia; en acasiones, de un humor efetive y dulce: una mano nos har ce euernorcon los dedas (se burl de nose urs, sus expectadore), peo miramos hacia aaj, y desu palma brot una panzaregor- deca (ahora podemos reirmos in poco de clla)(Braueh architelta), Mickey sonrie sobre una cinta flea, queal eurvarse en sus extremos genera unas alas espléndidas (atén que ahora nos parece un murcilago simpitico lanzindose hacia el vuelo). Pero su figura nos plantea algo més que el hu- ‘mor; una zona de significados compacta Artyéci plakatu_Pedagodzy Akademii Sztuk Picknych w Warszawie luda 20 sla este simbolo entreverado: el vueloy el cine cl rostro de Mickey saliendo del anverso de la cinta, y sus pies humans en el re verso: por aqui un personae, por acd un disenadors por all el cine american, por acullé la voluntad del cine polao (Wiech sje hina! un cartel claborado para el Pero a sencille bicolor dels cartels de Wasilewski no es sinénimo de mesquin dad; serrata mis bien de una plenitud y cexceros. Wasilewski cen el mundo oriental yen sus sentidos. medicacin, la mirada del monje chino, las 1 rocan sus expaldas. Es probable que esa profunda incegridad y esa complejidad sinople de sus obras contengan I ia vin oriental del hombee y Ia naturaleza. La totalidad contenida en una liges lusion del viento sobre el agua, ol eteriad vi bbrando en el instante, como pensaba Hegel a0 kicca cuando intuia la eternidad. B £0 nos per mite resignificar las claves filossficas de fnuescro planceamiento, y reporicionar a Wasilewski en una experiencia mas vene- rable que el deconstruccionismo: enlains- nundo, Sus piracién poética oriental del ojos reposan cerrados, pero en realidad estan Notas 1, Véanse: ipunwn fearoostercomiman hin 2. E, Panofiky, Eitudior sabre iconologa, Madd, Alianas Editorial, 1980. 3. Cartel elaborado para el filme Three women, de Robert Altman, 4. J, Deesda, De le gramatologi, Buenos Aires, Siglo XI, 19715 Lecviture et la Aiference, Parts, Seuil, 1967 5. R. Barthes Lo obvio y le obras, Ba. celona, Paidés, 1992; La olmann leide, Barcelona, Gustavo Gili 1982. 6.6.0 leuze La imagen-tiempo, Bat: celona, Paidés, 198°

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