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Nos acercamos cada vez más a una era que pide a gritos cambios importantes y
estructurales a nivel social, político y económico. Aunque haya grandes avances
tecnológicos en las potencias económicas del mundo, el problema de la desigualdad y
la producción sigue siendo un tema de conversación álgido cuando se habla de
desarrollo. La pregunta por el desarrollo también significa para los conocedores del
tema un camino quebradizo y agrietado. Por esto, a partir de los informes de Los limites
del crecimiento exponencial y Abrir las ciencias sociales, este escrito se propone realizar
un examen profundo; una mirada introspectiva al problema de la producción, al de la
educación como parte importante de la respuesta del desarrollo, y al estudio de los
fenómenos sociales desde una perspectiva más abierta e integral, posiblemente,
multicultural.
Me parece pertinente comenzar la segunda parte de este escrito con estas palabras del
economista Ernst Friedrich Schumacher (1983), con las que inicia Lo pequeño es
hermoso: “Uno de los más funestos errores de nuestra época consiste en creer que <<el
problema de la producción>> se ha resuelto.” Estas palabras son un abrebocas infaltable
en lo que será el inconformismo de la época con la labor de los economistas,
académicos, políticos y demás interlocutores del sistema económico, político y social,
por lo que venían haciendo con la constante pregunta sobre el desarrollo. Entiéndase
desarrollo no solo por el crecimiento o el mantenimiento de los indicadores económicos
mas importantes, inflación, PIB, niveles de precios, etc. sino por la relación del
crecimiento con el bienestar social de una nación. En consecuencia, el desarrollo no
solo refiere a la inspección de las variables económicas estrictamente medidas por los
grandes académicos y estadísticos de la materia, sino por el estudio de los fenómenos
sociales que se ven afectados por la base económica del crecimiento, es decir, la
inseguridad, la cultura, el desarrollo integral de los jóvenes, la educación de calidad y al
alcance de todos, entre otros. En resumen, todas aquellas variables ignoradas por la
mayor parte de economistas matemáticamente rigurosos y que olvidan las variables
sociales que interfieren en los procesos económicos y culturales de la construcción de
una nación.
Además, cuanto más rica sea la comunidad, mayor tenderá a ser la diferencia entre su
producción potencial y su producción real, y, en consecuencia, los defectos del sistema
económico serán mas obvios y más atroces. (Keynes, 1983)
Sino también, realizar un examen profundo y detallado sobre lo que han sido las
dinámicas del pensamiento económico relacionado con lo social y lo cultural. Cosa que,
por otro lado, expresa de una manera clara y precisa el economista francés Piketty:
En suma, abrir las ciencias sociales, transformar el espíritu investigativo para prever
los fallos del crecimiento exponencial, y conectar al individuo con la sociedad y la
naturaleza ya no desde la producción y la industrialización sino desde la idea integral
de desarrollo y bienestar social, componen los pilares de una sociedad que a pesar de
continuar con falencias a nivel económico, educativo, social y político, busque resarcir
dichos problemas a raíz de una preocupación más concreta por la asimetría del
conocimiento. Tal como funciona en la economía, es decir, para los consumidores que
al no conocer sus derechos son victimas del capitalista que amaña las reglas a sus
intereses, o para los productores del campo que al ser abandonados por el Estado y
dejados a su suerte comienzan a desestabilizar la oferta de insumos y productos al
mercado, la asimetría de la información y la socialización del conocimiento es crucial
para acercarse mas a un sistema económico mas justo y que sea capaz de distribuir los
ingresos de manera equitativa. Y por otro lado, funciona de la misma manera en el
ambiente académico e investigativo, puesto que el resultado de los estudios debe
constituir un examen integral, multicultural, abierto a las demás ciencias para lograr un
acercamiento mas provechoso a la realidad-tema fundamental porque los académicos
normalmente viven lejanos a la realidad- y que no solo incluya las facetas más evidentes
del análisis académico de los fenómenos sociales, sino que incluya además las facetas
mas olvidadas y que reclaman nuevamente la atención necesaria.
Para terminar, es necesario resaltar que ambos informes siguen teniendo vigencia, y
seguramente fueron importantes para su época, puesto que fueron parte de una ola
cada vez mas creciente de pensadores que estaban inconformes con el avance
destructivo de la industrialización bajo la fachada de una democracia transparente. Sin
embargo, la labor del académico y del educador debe trascender la esfera del estudio
riguroso, del análisis económico social y político, y empezar a tejer una relación con el
estudiante y el lector que le permita revivir en él el espíritu critico que se hace tan
necesario en estos tiempos de crecimiento acelerado, es decir, que ya no sea el
individuo un numero mas en la lista, sino que interiorice todos aquellos estudios sobre
lo que debería ser el desarrollo, sobre abrir las ciencias sociales, y sobre lo
desesperanzador de la huella que ha dejado el crecimiento exponencial en nuestra
historia, y se convierta en un agente activo y constante en la labor de la transformación
social.
Bibliografía
González-Monteagudo, J. (2001). JOHN DEWEY Y LA PEDAGOGÍA PROGRESISTA. . Obtenido de
Universidad de Sevilla. .
Meadows, D. (1972). Los limites del crecimiento: Informe al club de Roma sobre el predicamento de
la humanidad.
Wallerstein, I. (1996). Abrir las ciencias sociales: informe de la Comisión Gulbenkian para la
reestructuración de las ciencias sociales.