Nuestra actitud hacia la salud y ante la enfermedad. Las personas tomamos
diferentes actitudes frente a la salud y la enfermedad, en lo cual influyen las diferencias sociales y culturales. Nuestro estilo de vida definitivamente influye sobre nuestra salud. Lo que comemos y bebemos, la medida en que lo hacemos, el humo del cigarrillo que inhalamos, la cantidad de alcohol que tomamos o las drogas que utilizamos, el hecho de hacer o no ejercicio con regularidad, el descanso o recreaci�n, el uso que le damos al tiempo libre, el valor que le otorgamos a nuestra familia, la regularidad con la que consultamos al m�dico y al dentista, son actitudes que influyen en la calidad de vida; son acciones relacionadas con nuestra salud. Por otra parte tambi�n tenemos ciertos comportamientos ante la enfermedad que se manifiestan en la manera de vigilar a nuestro organismo, definimos e interpretamos los s�ntomas que tenemos, lo que hacemos para remediarlos y la forma en buscamos y utilizamos atenci�n medica. Todos percibimos, evaluamos y respondemos de manera diferente ante la enfermedad. Hay algunas personas que toman a la ligera las molestias, por mas graves y peligrosas que sean, y evitan buscar ayuda m�dica, otras, en cambio, ante el m�nimo dolor o molestia acuden a solicitar apoyo m�dico de inmediato, dejan su trabajo y otras obligaciones y se vuelven dependientes de los dem�s. Las razones que explican estas diversas actitudes son varias: experiencias previas, diferencias en cuanto a la sensibilidad y tolerancia de uno con respecto de los s�ntomas de las enfermedades, el miedo que conduce a negar la enfermedad, la disponibilidad de recursos econ�micos y la distancia a la que se encuentra el m�dico, entre otras; pero, sobre todo, influyen de manera importante los conocimientos que tenemos en relaci�n con nuestra salud y enfermedades.