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CLASES DE CONSTITUCIONES

Las constituciones poseen una gran variedad de tipos, aunque para que una
constitución para que sea verdadera además de normas supremas y derechos
esenciales, debe encarnar los más profundos valores de democracia ante la
realidad del grupo al que se impondrá. Esa es la premisa de Karl Loewestein,
quien además lo denomina Clasificación Ontológica.
Karl clasifica las constituciones en normativas, nominales y semánticas,
dependiendo de la relación existente entre la organización material del Estado y la
Sociedad y lo que señala la norma:
- Constitución normativa: Las constituciones normativas son las que
regulan racionalmente los procesos del poder y éstos se cumplen conforme
están previstos en la Constitución. La Constitución sienta como un guante
al pueblo que rige.
- Constitución nominal: Es aquella cuyo texto, por falta de condiciones
adecuadas o de preparación del cuerpo social sólo es nominal y no se
aplica realmente. Con todo, puede tener un valor educativo; es un
instrumento más en el proceso de educación popular, que, con el tiempo,
podría llegar a convertirse en Constitución normativa.
- Constitución semántica: Las constituciones semánticas son aquellas que
se promulgan para engañar sobre el desarrollo de los procesos del poder
que se desenvuelven en la práctica extramuros de la Constitución. Estas
Constituciones se hacen para cubrir esa especie de requisito, del que
hemos hablado, de que todos los países necesitan una Constitución para
presentarse ante la comunidad internacional, pero no existe ninguna
intención de cumplirlas.
Loewestein compara las clasificaciones con un traje, siendo la constitución
normativa un traje a la medida, la nominal sería un traje que queda muy grande,
mientras que la constitución semántica es un disfraz. En el caso de la constitución
nominal la explicación es sumamente interesante, puesto que permite sustentar
cómo es que la Constitución debe adecuarse a la sociedad y no al revés. Sin
embargo, hoy en día no existen constituciones que pertenezcan únicamente a
alguna de estas categorías, sino más bien que poseen disposiciones normativas,
nominales y semánticas en diversa proporción. De hecho, la Constitución Peruana
posee de las tres.
Por fortuna, las disposiciones nominales y semánticas han ido reformándose o
interpretándose a fin de que las mismas sean consistentes con la sociedad o con
el Estado de Derecho.

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