Fecha: 10-03-2021. 1. Para este caso en específico utilizaría las ponderaciones A y B ya que la ponderación A es la estándar y tiene una representación más fiel de las frecuencias audibles diseñadas para reflejar la respuesta al ruido del oído humano, que no es muy sensible a frecuencias bajas y altas y por el tipo de pérdida que tiene en frecuencias bajas, pero sí lo es entre 500 Hz y 6 kHz; por otro lado, la ponderación B también es la estándar de las frecuencias audibles y esta emula la repuesta del oído humano para 70 dB, lo cual podría estar muy cerca de la cantidad de decibeles de ruido que puede producir normalmente un tráfico rodado, teniendo en cuenta la forma de percepción de los residentes aledaños a esa calle; todo esto teniendo en cuenta la cantidad de atenuación de decibeles en dichas ponderaciones, las cuales son muy similares con respecto a la percepción del oído humano. Además, con el objetivo de tener mayor detalle en el análisis espectral se puede considerar el 1/3 de octava. Por último, cabe mencionar las normativas ambientales manejan siempre la ponderación A para hacer este tipo de mediciones acústicas basándose en el hecho de que el ser humano es más “sordo” a las frecuencias mencionadas anteriormente, compensando así esa condición psicoacústica y fisiológica propia del ser humano. 2. En dicha medición se podría concluir que 87 dB es el nivel de presión sonora sobrepasado durante el 10% del periodo de medición y que 91 dB es el nivel de presión sonora sobrepasado durante el 90% del periodo de medición (el cual es usado para obtener ruido residual o ruido de fondo en mediciones de ruido ambiental). 3. Las reflexiones hacen parte de la captura que realizan los equipos, lo cual hace menos precisa la medición. 4. El sonómetro tipo 1 y un analizador de frecuencia ya que este sonómetro es más preciso y dicho analizador sirve para ver cual es la frecuencia que más tiene energía.