CONCLUSIONES

Los eventos adversos se deben identificar y reportar, la responsabilidad es de todos

lo que laboran en la institución, debemos tener en cuenta que cuando se presenta un

evento adverso se debe hacer seguimiento, análisis y prevenir una nueva ocurrencia

con el fin de aumentar la confiabilidad en la atención de la salud, es indispensable que

sea una práctica no punitiva es decir el aceptar una equivocación es un acto de valor

que ayuda a evitar situaciones en un futuro.

Cuando se presenta un evento adverso en una institución prestadora de salud

algunos de los principales obstáculos para la comunicación del error son: las escasas

habilidades en los profesionales para comunicarse con sus pacientes, el temor de las

consecuencias que traerá entre ellas ser sancionado por los colegas, a perder la

reputación, la confianza o ser demandado legalmente, los sentimientos de vergüenza y

la culpa que se genera.

Diferentes estudios han demostrado que las disculpas, explicaciones,

reconocimiento y responsabilidades por el daño infligido hacia la persona y familia con

la cual se cometió el evento adverso disminuyen la probabilidad de una demanda legal,

otro aspecto a tener en cuenta, es que adicionalmente cuando el profesional de la

salud va a informar al paciente sobre el evento adverso no cuenta con los elementos ni

metodologías para brindar al implicado la información de forma clara, empática y veraz,

es muy importante como el profesional de salud comunica lo sucedido por lo que las

instituciones de salud deben establecer protocolos para la comunicación de eventos

adversos que faciliten y guíen al personal de salud en el manejo con el paciente en

caso de su ocurrencia.