Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CAPÍTULO 1
EL CONCEPTO DE
RACIONALIDAD
5
José R. Ortiz
del ser humano, y si en realidad tiene sentido definir la racionalidad como una
facultad del ser humano.
Para Jon Elster, la racionalidad específicamente humana se caracteriza por la
capacidad de relacionarse con el futuro, en comparación con el miope y gradual
ascenso de la selección natural (Elster, 1989: 7).
Una respuesta dada por los antropólogos es que la racionalidad es la
capacidad de aplicar la razón a la realización de tareas o de aprender a partir de la
experiencia: Según esta concepción la racionalidad consiste en la idea de que el
hombre es el animal que aprende de la experiencia, y aprende como aprender de
la experiencia, y hace ambas cosas en un grado mucho mayor que cualquiera de
sus vecinos en el árbol de la evolución (Jarvie, 1980: 21).
Como vemos, existe cierta circularidad en este tipo de definición, entre
racionalidad y aplicación de la razón, aprender a aprender, pero de cualquier
forma el concepto de racionalidad siempre estará estrechamente ligado al
concepto de orden, al ordenamiento de nuestro mundo interior a partir del punto
de acumulación de nuestra conciencia, y al ordenamiento del mundo exterior junto
a las demás conciencias, al tratar de construir entre todos un mundo consistente
con nuestros deseos y creencias.
La racionalidad, al igual que el lenguaje, es un fenómeno colectivo, social, del
dominio público, ya que sería imposible una racionalidad privada, como una
racionalidad reflexiva de un ser aislado, por las mismas consideraciones que
esgrime Wittgenstein (1968) en su argumentación contra la posibilidad de un
lenguaje privado. Un Robinson Crusoe sería capaz de hacer juicios pero jamás
alcanzaría la racionalidad, de la misma forma que nuestro amigo Robinson podría
patear muy bien una pelota y correr tras ella, pero jamás podríamos decir que
juega al fútbol. De aquí se desprende que la racionalidad es un predicado
aplicable en el contexto social, pues sólo es posible ante el contraste ajeno.
Otros filósofos prefieren definir la racionalidad como un método, y critican la
carencia de significado de una concepción facultativa de la racionalidad como
premisa antropológica. Así, Mosterín (1978) nos señala: La racionalidad
&emdash;en el significado que aquí la entendemos&emdash; no es una facultad
sino un método. Pero ninguna facultad garantiza que se aplique el método
racional. Y si bien sólo tiene sentido calificar de racional o irracional la conducta
de seres inteligentes, según que utilicen su inteligencia conforme a las normas del
método racional, es preciso reconocer que la más aguda de las inteligencias es
perfectamente compatible con una crasa irracionalidad (p. 17).
El racionalismo crítico de Popper considera la racionalidad, en un sentido amplio,
como una actitud que procura resolver la mayor cantidad posible de problemas
recurriendo a la razón, es decir, al
6
La Constelación Racional
7
José R. Ortiz
8
La Constelación Racional
9
José R. Ortiz
10
La Constelación Racional
11
José R. Ortiz
12
La Constelación Racional
De aquí que han existido racionalizaciones de los tipos más variados en los
diferentes departamentos de la vida en todas las civilizaciones (Weber, 1958 ).
A pesar de que Weber llegó a presentar más de 16 diferentes significados de
racionalidad, (e.g. sistemática, calculable, impersonal, gobernada por reglas,
eficiente, instrumental, exacta, cuantitativa, cualitativa, escrupulosa, etc.), nosotros
nos conformaremos con discutir las dos connotaciones más significativas del
concepto de racionalidad, ya que sin agotar las posibles clasificaciones, la mayoría
de los análisis de este término se reducen a uno de estos dos conceptos, que
aunque diferentes, están de alguna forma relacionados: por un lado tenemos el
concepto de racionalidad que llamaremos Instrumental y por el otro el concepto de
racionalidad Sustantiva. Max Weber introduce las expresiones Zweckrationalität
racionalidad de los fines, fines que son medios para otros fines y Wertrationälitat
racionalidad del valor. Ferrater Mora (1985) llama a la primera racionalidad
relativa y a la segunda racionalidad absoluta. Por su parte Javier Muguerza
(1977) llama a la primera racionalidad técnica y a la segunda praxis: la técnica
atiende únicamente a fines que son medios para la consecución de otros fines, en
tanto que la praxis ha de habérselas con fines últimos.(p. 166)
No existe unanimidad en torno a un modelo único de razón. La sociología
alemana ha advertido la disputa principal que se suscita, en el terreno de la praxis,
entre el clásico tipo universalista, sustantivo e integrador de la Razón Ilustrada y
los nuevos tipos de racionalidad de los «medios» (Simmel), de los «fines»
(Weber), «instrumental» (Horkheimer), «funcional» (Mannheim) y «estratégica»
(Habermas y Apel) que ha ido incorporando el llamado racionalismo occidental
(Bilbeny, 1991: 93)
Bertrand Russell expresa en su libro "Human Society in Ethics and Politics":
La "razón" tiene un preciso y completamente claro significado. Significa la
elección del medio correcto para realizar un fin deseado. La razón no tiene nada
que ver con la elección de los fines.... Deseos, emociones, pasiones,... son las
únicas causas posibles de la acción. La razón no es una causa de la acción, es
tan solo un regulador (p. 8-9). Esta sería la concepción formal o instrumental de
racionalidad.
Por su parte, el filósofo Nicholas Rescher en su obra "Rationality" (1988),
trata de englobar en su concepción tanto el aspecto formal e instrumental como el
substantivo de la racionalidad al expresar: La racionalidad consiste en la búsqueda
inteligente de los fines apropiados. Se basa en el uso de la razón, el instrumento
crucial de la raza humana, para el mejor manejo de nuestros asuntos. Los tres
principales contextos de la racionalidad son el cognitivo, el práctico, y el
evaluativo. Estos tres se unen en la tarea común de implementar las 'mejores
razones', razones para creencias, acciones y evaluaciones,
13
José R. Ortiz
14
La Constelación Racional
15
José R. Ortiz
16
La Constelación Racional
17
José R. Ortiz
18
La Constelación Racional
19
José R. Ortiz
20
La Constelación Racional
Apel considera que el discurso tiene una función «estratégica» o una función
«pragmático-transcendental», si se conduce por los ideales de comunicación
presupuestos en el habla cotidiana. La función estratégica sirve al equilibrio de
intereses en conflicto para su mejor supervivencia. La función pragmático-
transcendental se orienta, mediante el mismo discurso, a la obtención de un
consenso entre los hablantes. No cabe sino añadir, pues, que una abre una
racionalidad estratégica y otra una racionalidad ética (1986: 27). Esta distinción se
parece a la división weberiana entre una racionalidad de «fines» y otra de
«valores». Para Apel el discurso ético es imparcial ante los intereses y el discurso
estratégico es neutral ante los valores.
Apel se pregunta: ¿En qué consiste la racionalidad estratégica de la
interacción? &emdash;y contesta&emdash; Dicho simplificadamente, ella consiste
en que los actores, en tanto sujetos de la racionalidad teleológica aplican su
pensamiento medio-fin a objetos acerca de los cuales ellos saben que, en tanto
sujetos de la racionalidad teleológica, hacen lo mismo con respecto a ellos
mismos. En esta reciprocidad reflexionada de la instrumentalización consiste
manifiestamente la peculiar estructura de la interacción estratégica. En el juego
estratégico, los sujetos del cálculo de beneficios en el sentido de la teoría de la
decisión tiene también que tomar en cuenta los cálculos de beneficios de otros
jugadores como condiciones y como medios de los propios cálculos de beneficios
(1986: 34-35).
La ética tiene su anclaje en la racionalidad discursiva, es decir, en y por el
lenguaje: pero en aquel tipo de discurso en el que se imponen sus supuestos de
consenso por encima de su mera utilización al servicio de intereses, siempre
ajenos al discurso mismo. De suceder lo contrario, la interacción o cooperación
humanas serían simplemente estratégicas. De ellas no se podría esperar un valor
ético, ni menos un fundamento para la cooperación comunitaria . (Bilbeny, 1991:
94)
Para Apel la racionalidad discursiva se basa en la pragmática del lenguaje y
en el presupuesto, a priori, de una comunidad de comunicación ideal (idealen
Kommunikationsgemeinschaft) entre los hablantes. La norma fundamental de la
ética es el respeto de una comunidad de comunicación ideal como valor regulador
de la acción (1986: 78). La norma está implícita en el lenguaje, no en el sujeto o
en alguna de sus facultades categoriales, como suponían Aristóteles y Kant.
Siguiendo un desarrollo parecido al de Apel, Habermas opone al concepto de
racionalidad teleológica (instrumental o estratégica) orientada al éxito, el concepto
de racionalidad comunicativa orientada al entendimiento un concepto de
racionalidad más amplio que enlaza con la vieja idea de logos (1989:
27). Habermas considera la racionalidad estratégica y la racionalidad
comunicativa como dos tipos de racionalidad que, desde la perspectiva del propio
actor, representan una alternativa; los participantes en la interacción deben
21
José R. Ortiz
22
La Constelación Racional
23
José R. Ortiz
24
La Constelación Racional
25
José R. Ortiz
racional acerca de este mundo sólo puede emerger a partir de una metodología
efectiva de investigación -desde un proceso apropiado para recoger la
información. También la investigación es una actividad, que propiamente
conducida, debe ser gobernada por las reglas básicas de la racionalidad práctica
(p. 121-2).
También la razón cognitiva requiere de la razón práctica en otro aspecto
crucial: si la experiencia no puede validar nuestra información factual acerca del
mundo, entonces nada puede (p. 122).
Aceptar una tesis es hacer algo - aun la acción mental es en sí misma una
clase de acción, y la formación de creencias una clase de praxis (p. 124).
La razón cognitiva también requiere del contexto evaluativo: cuando
poseemos ciertos hechos a nuestra disposición se puede, desde luego, proceder a
derivar otros a partir de ellos por medio de la inferencia lógica (p. 125)
La aceptación de los hechos debe ser guiada por un proceso evaluativo.
La razón evaluativa posee dimensiones prácticas y cognitivas.
Sólo sobre la base de hechos podemos implementar nuestros valores. En la
ausencia de información factual, la generalización de nuestros valores no es más
que una abstracción sin contenido (p. 126).
Además la racionalidad evaluativa requiere de la racionalidad práctica, ya
que toda evaluación requiere superar prácticamente la diferencia entre la
evidencia subjetiva y las conclusiones objetivas.
El modelo de interacción de las diferentes racionalidades presentado por
Rescher, asemeja un tramado, una mezcla, donde cada una de las diferentes
racionalidades presupone a las otras dos. A este modelo podríamos llamarlo
modelo multidimensional de la racionalidad, ya que toda creencia o acción racional
participa de las tres dimensiones de racionalidad: cognitiva, práctica y
evaluativa. Rescher llama a esta concepción la "Unidad Sistémica de la Razón".
No ganamos nada con buscar una completa y absoluta unidad racional, ideal
y nunca alcanzable; debemos hacer lo mejor posible con lo mejor que tengamos a
nuestro alcance, esta modestia epistemológica de ninguna forma nos transforma
en seres no racionales, todo lo contrario, esto nos sugiere que el riesgo, la
pluralidad y la incompletitud siempre serán parte fundamental de toda empresa
humana.
Hemos observado en el desarrollo de este capítulo ciertas características
comunes relacionadas de diversas formas con la noción de
racionalidad. Hablamos principalmente de creencias, opiniones, juicios,
evaluaciones, acciones y preferencias que se calificaban como racionales cuando
estaban sustentadas por razones, además hablamos de individuos y colectivos
que se comportaban como agentes racionales cuando sustentaban sus creencias,
acciones, evaluaciones, etc., en razones. Al hablar de estos términos observamos
ciertas formas más o menos
26
La Constelación Racional
27
José R. Ortiz
aún más peligroso, es el tipo de infalibilidad que adquieren las teorías que se
escudan en la complejidad. La complejidad crea tal confusión teórica que la hace
impenetrable a la crítica. También una pretensión de unidad sistémica nos hace
caer en la tentación de crear jerarquías y bases fundacionales con el fin de reducir
y unificar bajo un mismo común denominador una multiplicidad de teorías. Por lo
tanto vamos a optar por un modelo amplio y con el menor número de restricciones
que podamos mantener sin perder un sentido mínimo de racionalidad. Este
modelo pretendido quizás sea mejor definido por el término de "constelación", tal
como ha sido usada por Benjamin-Adorno-Bernstein, como una yuxtaposición más
bien que un conglomerado integrado de elementos cambiantes que resisten la
reducción a un común denominador, corazón esencial, o primer principio
generativo. (Bernstein, 1991: 201)
28