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John Akomfrah, “On the National in African Cinema/s: A Conversation”, en Valentina Vitali y Paul
Willemen (eds.), Theorising National Cinema (London, British Film Institute, 2006), pp. 284-285.
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Jorge Sanjinés, “El plano secuencia integral”, Cine cubano, no. 125 (1989).
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generan los movimientos de cámara, los acercamientos, los primeros planos y los planos
abiertos integradores de grupo”3.
Por su parte, John Akomfrah se refiere a los elementos que apuntarían hacia el
“ruralismo universalista”: la reducción de la información al punto de que los filmes
pareciesen sentencias universales sobre lo que significa vivir en el “medio rural”. Los
conocidos como “filmes de aldea” son en extremo silenciosos, con un acercamiento al
drama que se comprime en lo que resulta suficiente para sostener ciertas escenas; no
necesariamente están situados en un lugar específico, ni en una temporalidad precisa, por
lo que los resultados están teñidos de cierto “sabor africano” no localizable. En este
campo ubica a Yeelen4.
Este pequeño estudio tiene como objetivo exponer los elementos que pudiesen
cruzarse entre dos perspectivas diferenciadas, pero que fungen como un interesante punto
de partida para analizar propuestas cinematográficas cuya recepción se halla matizada por
los contextos tanto de producción como de interpretación, en un vínculo de diversos
gradientes con las propuestas estéticas originales de cada cineasta.
En el caso de Jorge Sanjinés, es muy claro el tipo de espectador al que su cine está
direccionado, ya que lo explicita en “El plano secuencia integral”: los obreros, grupos
indígenas y clases populares bolivianas, andinas5. En cambio, según Akomfrah, la
cuestión es distinta para un grupo concreto de cineastas que tienen en mente no sólo el
público nacional (Mali en el caso de Yeelen), sino también el continental y,
especialmente, un público internacional, el público de los grandes festivales6.
3
Jorge Sanjinés, op. cit., p. 70.
4
John Akomfrah, op. cit.
5
Jorge Sanjinés, op. cit., p. 65.
6
John Akomfrah, op. cit., p. 287.
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es parte de una lógica de “cuotas” en que los festivales se hallan inmersos7; sin embargo,
vistas como objetos históricos, ambos filmes se enmarcan en un contexto cinematográfico
específico, relacionado completamente con un contexto de recepción.
No es gratuito que tanto Sanjinés como Akomfrah consideren la figura del tiempo
como parte esencial de la atmósfera estilística de los filmes, siempre en colaboración con
ideas de fondo que trascienden la vista superficial. Para el boliviano, como se ha dicho, la
forma cinematográfica es un vehículo para significar, para reconstruir los “ritmos
internos” de las culturas andinas, sustentadas en un ritmo intrínsecamente determinado
por la colectividad. Para Akomfrah, es el escape del tiempo, la búsqueda de la
7
Id.
2
“intemporalidad” (contextual) lo que se conjuntará con una tendencia del evento
dramático al grado cero8.
8
Véase lo citado respecto al “ruralismo universalista” y más adelante lo referente a “lo sublime africano”.
9
Véase Jorge Sanjinés, op. cit., p. 69.
10
John Akomfrah, op. cit., p. 286.
11
Ibid., pp. 281 y ss.
12
André Bazin, ¿Qué es el cine?, Madrid, Rialp, 2000, p. 95.
3
proyecto de creación colectiva, cercano a la comunión real entre el pueblo. A pesar de
que es evidente que es la cámara el agente constructor, el intento inclusivo de los
encuadres, de los movimientos, da cuenta del uso de la forma, de los recursos del
dispositivo como vehículos expresivos de ideologías y cosmovisiones concretas.
El uso del plano secuencia es, para Sanjinés, la mejor forma de sustituir la mirada
unidireccional, centrada, del sujeto único que guía la “mirada” en la planificación clásica,
enfocada en el individualismo que promueve el uso de la cámara. El encuadre colectivo,
descentrado, rescataría la prevalencia de lo comunitario sobre lo individual en el contexto
cultural andino13.
Para Akomfrah, las cadencias y los ritmos del hablar de los personajes construyen
una atmósfera trascendente, diría yo, de sabor épico16; sin embargo, lo que puede leerse
entre líneas es que el público del “ruralismo universalista” no se reduce a la población
africana, ni a la población de Mali, sino que más bien es parte de una lógica de exhibición
internacional que aprovecharía el aura de africanismo.
13
Véase Jorge Sanjinés, op. cit., pp. 69 y ss.
14
John Akomfrah, op. cit., p. 284.
15
Jacques Aumont, Las teorías de los cineastas. La concepción del cine de los grandes directores,
Barcelona, Paidós, 2004, pp. 20 y ss.
16
John Akomfrah, op. cit., p. 284.
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universalista, en que la intemporalidad del mito se corresponde con el carácter cíclico del
montaje: el retorno, la fundación.
Ambos filmes están estructurados con planos largos, sin el ritmo acelerado
impuesto por la abundancia de cortes en el montaje convencional, y que adoptan el
movimiento sobre el campo como vehículo expresivo de una clase de tiempo, de ritmo
interno, cadencial. Finalmente, las dos cintas cuentan “cinematográficamente” un
mundo17. Para Sanjinés, sus métodos de filmación pretenden “crear con el cine cultura
andina”; para Akomfrah, el cine es parte de una mecánica de construcción de una idea
que participa tanto de lo nacional como de lo africano, de un programa ideológico de
búsqueda de identidad sobre principios comunes no dados de antemano.
17
Jorge Sanjinés, op. cit., p. 70.
5
“On the National in African Cinema/s”18 el pluralismo que caracteriza a las poblaciones
africanas, así como a la diversidad intercontinental.
18
Cursiva agregada.