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A ciencia a cierta no hay una prueba que dicte por completo estás afirmaciones, por lo que
muchas veces estás influencias puede que sí influyan o no en la conducta delictiva del individuo.
Son un conjunto de factores que se transforman con el tiempo, muchas veces son intrínseca del
individuo (enfermedades mentales).
Desintegración familiar.
La desintegración del núcleo familiar en ocasiones es un factor predictivo en la conducta
delictiva... Cuando hay descuido, fracaso en la educación del individuo como por ejemplo no
poner límites, enseñar valores como la responsabilidad y además tener una conducta violenta y
sádica. Esta negatividad en la relaciones familiares tiende a impulsar a los jóvenes a buscar
refugio en la calle, muchas veces con la pandilla como grupo de apoyo. En esas circunstancias,
las conductas delictivas se desatan con mayor facilidad.
Dentro de una cultura de supervivencia, una serie de elementos negativos confluyen alrededor de
los jóvenes criados en esas circunstancias y pueden impulsarlos a la delincuencia, a veces
propiciada por el mismo grupo familiar. Entre esos elementos están la falta de educación, amigos
delincuentes, drogadicción, venta de drogas como única opción económica, desocupación y, lo
más preocupante, un futuro sin esperanza.
No podemos dejar de pasar por alto la maternidad adolescente, quienes forman un hogar sin
ningún tipo de fundamentos económicos, o formación escolar, dando como resultado un hogar
inestable además de aumentar los niveles de pobreza extrema y mayor número de delincuencia.
Ante este panorama, reconoció que es necesario “revitalizar” la figura de la familia como núcleo
social básico, en el que fomenten los valores y las creencias y, sobre todo, se trate de formar
personas sanas y libres.
La comunicación y una buena es vital para que el núcleo familiar y cualquier relación
interpersonal se mantenga a flote, establecer estrategias en donde el joven, tenga la libertad de
expresar su sentir, pero que se sienta seguro de hacerlo.
Este mismo estudio establece que la disciplina es bueno siempre y cuando se induzcan factores
como la comunicación, la negociación la facturación y el derecho del niño a recibir la
explicaciones que el necesite.
La familia numerosa.
El gran número en una familia en donde haya precariedades tanto económicas como
emocionales, puede ser un impulso que lleve al joven a la delincuencia y al consumo de
sustancias. Puesto que si por ejemplo uno de esos padres o uno de esos padres en caso de que sea
un hogar uní parental, dedica su tiempo al trabajo y no a la crianza de sus hijos, este
eventualmente, por falta de atención y otros factores necesarios encuentra refugio en las calles o
en grupos criminales dará como resultado un ente antisocial que infringe las leyes.