Está en la página 1de 70
DONNA M. ORANGE | EL DESCONOCIDO } QUE SUFRE 1 Capitulo 1 gQué es la Hermenéutica? E y no afectada, hombre comprensivo no sabe ni juzga desde una situaci6n externa ino desde una pertenencia especifica que le une con el otro, de manera que ¢s afectado con él y piensa como él, adamer Hormonintita? Puede parecer extrafio que alguien alérgico a la jerga como saben mis alumnos que soy, se embarque en un libro acerca de un tér- mino alejado de la experiencia como es hermenéuiica. Aun asi, permitanme jntroducirlo en nuestra conversacién, pues nos ayudar4 tremendamente a comprender qué es lo que hacemos nosotros como clinicos y a discernir los diferentes espititus 0 actitudes con que podemos enfocar aquello que hacemos, Comencemos entonces por abordar la palabra propiamente tal?. La hermenéutica, el estudio de la interpretaci6n, fancionaba histética- mente como una disciplina complementaria, primero de la teologfa y des- pués de Ja historia, la literatura y la jurisprudencia, Richard Palmer (2002), historiador de Ja hermenéutica, escribié una genial historia sobre los orige- nies de la palalsea: Hermes, tecordatin de la [ada y la Odisea, exa el mensajero de los dio~ ses, Llevaba mensajes de Zeus a todos los demés, especialmente del ambito cha ontolégica, una brecha entre el pensamiento de los dioses y el de los | humanos, Segan la leyenda, él tenfa (1) un mistetioso casco que lo volvia 1 sustantivo es “hermendutica” (berannentics 0 hermenentic, ¥ yo uso ambas). El adjetivo es “hermenéu- ico”, Para nombrar al profesional de este atte, utilize “hermenestta” (Lermenen/) en lugar de “hermencu- tista” (Lermenenticish, que cacnentto complicado y feo. 1 divino y hacia abajo al nivel humano. Al hacerlo, tenia que salvar una bre- | 2 Bil Desconocido que Sutre invisible y luego lo hacia reaparecer stibitamente, (2) sandalias con alas mé- gicas que le permitian recorrer r4pidamente grandes distancias, y (3) una varita magica con la cual podia hacerte dormir o despertarte. De modo que 4 no slo sorteaba distancias fisicas y la brecha ontolégica entre lo divino y lo humano, sino que salvaba las diferencias entre lo visible y lo invisible, y entre los suefios y Ia vigilia, entre lo inconsciente y lo consciente, [il es el dios mercurial [“Mercurio” en latin] de las percepciones, idea ¢ inspiracio- nes tepentinas. Y también es el dios embaucadot de los robos, asaltos en el camino ¢ imprevistas rachas de buena suerte, Norman O, Brown esctibid un libro sobre él llamado Hermes e/ ladrén, Hermes es el dios de los cruces y limites, donde se colocaban pilas de piedras para hontatlo, Como psico pompo, Hermes conducfa a los muertos hacia el submundo, de modo que “cruzaba la Ifnea” entre los vivos y los muertos, entre el mundo humano viviente y el submundo del Hades. Hermes es verdaderamente el “dios de las brechas”, de los mérgenes, los limites, los dimrins de muchas cosas. (p. 2) Otiginalmente cl estudio de los métodos para interpretar textos sagta- dos, la hermenéutica servia para fines teolégicos. Desde la época de los romantics de principios del siglo XIX, amplié su alcance para incluir a la historia, la estética y cualquier cosa que perteneciera a las humanidades y kas ciencias sociales en general, Dado el énfasis de Freud en la interpre- tacién, podrfa parecer obvio que el psicoanilisis hubiera sido visto como un estudio hermenéutico', Desgraciadamente, debido a su mayor insisten- cia en el estatus del psicoanilisis como ciencia natural, nuestra percepcién del psicoandlisis como hertnenéutica ha llegado muy tatdfamente y con al- gunas precauciones tazonables Priedman, 2000; Steiner, 1995). Ademés, otras tradiciones psicoterapéuticas, que en la necesidad de distanciarse de aquello que han entendido prictica terapéutica interpretativa excesivamente intelectualizada en el psi- coanilisis, también han desperdiciado lo que una sensibilidad hermenéuti- con considerable justificaci6n— como una ca puede oftece! * Para un andlisis de las complejas relaciones entre psicoanslisis, visiones humanistas y In historia de la hermenéutica, ver Sass (1989). § Los tetapeutas gestilticos aprendiczon, pot ejemplo, a “jam: Sticos n , pero janés interpretar”, pero ahora uno importantes (Stwemmler, 2007, 2009) hace amplio uso de In hermenéutica dialdgica de sus de Gadamer, Qué es la Hermenéutica? 3 1. Ea manos de los fenomendlogos, primero Martin Heidegger pero principalmente Hans-Georg Gadamer, la hermenéutica se convirtid en una filosofia general de la comprensién dialégica que servia a la filosofia, ales y més alla, Ahor gica puede convertitse en la compaficta de una sensibilidad clinica ética sugiero yo, la hermenéutica diald jas ciencias $0 y un sentido de vocacién expresado mejor cn la fenomenologia ética de Emmanuel Lévinas, en cuyo pensamiento cada uno de nosotros carga con gna responsabilidad infinita ante el rostro del desconocido que sufre. Por lo tanto, este libro tiene una doble tarea: (a) explicar ¢ ilustrar la ti- gueza de una sensibilidad clinica hermenéutica y (b) ilusttar que tal sensibi- lidad responde bien al imperativo ético de hospitalidad al desconocido que sufre que encontramos desctito cn los desafiantes textos de Emmanuel Lévinas. Asf, este proyecto aborda la hermenéutica de tres formas: (a) inten- ta recorrer la historia de la hermenéutica de una maneta amigable pata el usuario, de modo que los psicoterapeutas humanistas de todas las tradicio- nes puedan reconocer su trabajo como hermenéutico y utilizar los recus- sos que oftece la hermenéutica filoséfica, (b) estudia ef trabajo de varios psicoanalistas especialmente humanistas —porque esta es mi propia tradi- cién— para mostrar cémo estos clinicos desarrollaron una practica tera- péutica hermenéutica y cémo una hermenéutica dialdgica entiende tanto a las personas como los textos, y (c) vincula una hetmenéutica clinica dialé- gica con un interés ético, compartido por estos clinicos y pot los filésofos Hans-Georg Gadamer y Emmanuel Lévinas, pot la voz y el rostto del otro. Historia de la hermenéutica: Schleiermacher Empecemos con la hermenéutica del valiente® tedlogo romantico Friedrich Schleiermacher (1768-1834). 'Tedlogo y filésofo aleman, contemporaneo de Goethe y Beethoven, una fuente importante del llamado gito herme- néutico en el psicoandlisis contemporineo. EI psicoandlisis contemporaneo o postfreudiano al cual me tefiero incluye a los independientes bri denses, conformados, en lineas generales, por interpersonalistas, psicdlogos nicos y a los relacionalistas estadouni- © Mi apteciacién de Schleicrmacher se la debo al filésofo y estudioso de los primetos xominticos Manfied Frank, quien solfa contarme historias acerca de la valentia de Schleiermacher. 4 BI Desconocido que Sufte psicoanalistas del Yo, como también intersubjetivistas de orientacién fe- nomenolégica y muchos clinicos alrededor del mundo inspirados pot di tintas ideas relacionales. Nos hemos apartado en gran medida del psicoa- nilisis de Freud basado en Ia ciencia natural cuyas “interpretaciones” ex- plicaban al paciente’ sus complejos y conflictos basados en los instintos. FE] analista solfa ser la silente y distante autoridad experta en los conflic- tos inconscientes del paciente sobte el sexo y la agtesion, el arquedlogo/ excavador de las profundidades. Ahora, en cambio, la mayoria trabajamos dialégicamente, esperando entender mejor el suftimiento a través de su trasfondo en Ia experiencia intersubjetiva vivenciada en vez de explicar o traducit contenidos “mentales” inconscientes. Creemos que nuestto inten- to conjunto de hallar palabras para cualquier cosa que podamos entender se convierte en un proceso sanador y liberadot. Estamos conscientes de que la historia personal del analista, nuestra propia Selbstvertrautheit {ntima (Frank, 2000), esta involucrada en cada momento de nuestro esfuerzo pata contactar y entender al otro que sufre (Orange, 1995) y que el otro a su vez esta siempre afectindonos. Nuestro pensamiento y nuestra practica han cambiado profundamente desde el mundo distante e impersonal de lo que solemos denominar psicoandllisis “clasico”. éEntonces qué puede oftecernos Schleiermacher, més alld del ejemplo de un hombre que estuvo dispuesto a atriesgarse por las personas? a quie- nes los demas consideraban infrahumanas? He escogido tres temas: (a) su reconocimiento de que la comprensién es un trabajo dificil sino imposible; (b) lo que yo Ilamaria su proto-falibilismo; y (c) su insistencia en el holis- mo, 0 lo que hoy en dia podsfamos llamar complejidad, una actitud que resiste las seducciones del reduccionismo que sigue tentando a los clinicos. Schleiermacher ensefiaba que la comprensién, ya sea de textos o de personas, eta un trabajo arduo y siempre en curso. Debido a que cada nifio 7 A lo largo de este libro, como eh’ mis ottos textos, utilizo Ia palabra “paciente” (del latin patio “suftit, padecer”) para referieme a los seres humanos con quienes trabajo. Clientes sexfan las personas con quienes tengo fundamentalmente relaciones de negocios. Los pacientes son compafieros en el suftimiento, © Aguf estoy utilizando en forma relajada su concepto cuidadosamente definido, El habla de fauniliaridad no mediada (Verirauthel) y dice: “Uno es consciente de cémo uno se siente (o ‘cémo es’) aun cuando no sepa en Jo mas minimo cémo uno debiern clasificar ese sentimiento, (Podsia ocurtie que esté enamorado unque catezea de una teorfa valida del amor, incluso earezca del concepto)” (Frank, 2000, p. 194) ° Ves, por ejemplo, sus cartas en favor de la emancipacién de Jos judios ea Prusia (Schleiermacher y Schmidt, 2001). 4, gQué es In Hermenéutica? 5 aprende un idioma y dado que gran parte de la vida cotidiana tanscurre sin que nos percatemos de los malentendidos, él se vio en la obligacién ge decitnos explicitamente que “el malentendido ocutte como cosa co- min, de modo que la comprensién debe set deseada y buscada en cada saomento” (Schleiermacher y Kimmerle, 1977, p. 110). Bn contraste con Jo que él lamaba la “prac ica laxa” de la hermenéutica, que presupone una comprensién (Schleiermacher y Bowie, 1998), la “préctica tigurosa” o la “prictica estricta” siempre requitié de esta actitud esforzada. En mi ex pesiencia clinica, los pacientes con frecuencia se sorprenden y se sienten aliviados cuando les cito esto; han crefdo que se espera que comprendan a sus cOhyuges y que sus parejas los entiendan a ellos, y lo mismo sus ana- listas 0 terapeutas. Hl mero hecho de ver que el entendimiento requiere de un duro esfuetzo, y que esto debiera esperarse, es un comienzo de herme- néutica. Schleiermacher ensefiaba que este trabajo tequiere una atencion constante tanto al contenido como al tono afectivo de cualquier cosa que intentemos entender. Ademés, esta practica rigurosa no es una empresa inequivoca: “El no entender ¢s en parte indeterminacién y en parte am- bigiiedad del contenido. De modo que se piensa en ello sin ninguna culpa de parte del hablante” (Schleietmacher y Bowie, 1998, p, 227). Fil parece haber creido que si quiero entender debo ir hacia el hablante, no forzas al hablante a que venga a mf. Por lo tanto, no es de sorprender que mi inte- rés en la hermenéutica me ayude a trabajar con pacientes que padecen de formas de vergiienza atroces e incluso suicidas: si todo es sdlo cuestion de comprender a mis pacientes y no despreciaslos o culparlos, su odio a si mismos a veces da lugar a una Selbsivertrantheit mas indulgente consigo mistna (familiaridad consigo mismo, sentido de estar comodo consigo mis- mo), Incluso las luchas del psicoterapeuta pata entender pautas de triste- za aparentemente intratable se pueden tornar més llevaderas a la luz de esta “practica rigurosa”. Mi paciente que aparentemente tiene todo, in- cluyendo todo lo que yo jamas he tenido, pero que sigue retornando a una pareja verdaderamente abusadota, una que por rabia le lanza sopa caliente y se encoleriza con ella frente a sus amigos y familia, me con- funde completamente. Entonces recuerdo que entender es una practica dificil y que claramente atin hay algo que no hemos comprendido juntas. Si, Schleiermacher ayuda. 6 EL Desconocido que Sufee Bfectivamente, Schleieemacher afirmaba que, en igor, nadie puede en- tender a otta persona, ¢Qué puede significar esto? Schleiermacher sostenta que el atte de Ja hermenéutica pose dos elementos indispensables, lo gra- matical y lo psicolégico: Para completar el lado gramatical de Ia interpretacidn, seria necesario tener un conocitmiento acabado del idioma, Para completar el lado psi- col6gico, seria necesario tener un conocimiento acabado de Ia persona. Dado que en ambos casos es imposible tal conocimiento acabado, es necesatio moverse entre los Iados gramatical y psicoldgico, y no existen reglas que estipulen exactamente cémo hacer esto. (Schleiermacher y Kimmerle, 1977, p. 100) Esto nos lleva a nuestro segundo tema. Fil reemplazé la confianza en las “claras y nitidas ideas” cartesianas con la conciencia y percatacién de que toda nuestra comprensién es parcial y falible, que viene en fragmentos y gtados. Podria ser que el famoso o infame método de Schleiermacher del entendimiento intuitivo encarnata este proto-falibilismo. Si, tal vez, quiso decit que el intérprete hace una suposicién razonable, tomando en cuenta formas de contexto histético y otras, al significado de un texto y luego lo comprueba, esto seria muy similar al método de la hipétesis en Charles Sanders Peirce (1931). Por ejemplo, tomando como texto un suefio, un clf- nico podria pteguntarse si acaso set perseguido se parece a algo en la vida pasada o actual y trabajar desde ahf. Uno siempre intenta la interpretacion como tentativa y falible. Schleiermacher incluso Ilamaba dialéctica —en el sentido platénico— a su oscilante btisqueda intersubjetiva de la verdad. En Ja labor clinica trabajamos con este espititu cientos de veces al dia, ensayando, descartando y manteniendo provisoriamente nuesttas intui- ciones. El famoso juego del “garabato” del psicoanalista britanico D.W. Winnicott (1971), en que tanto el paciente como el analista agregaban lineas a un dibujo hasta que algo surgia, era una forma de juego herme- néutico, creo. Probablemente, muchos psicoanalistas hacemos lo mismo con las palabras a medida que nos preguntamos juntos acerca de sintomas, suefios, ensofiaciones, recuerdos traumaticos, etc. Cada vez que el enten. dimiento parece adecuado para el momento, o imposible de ser llevado mis all4 por el momento, lo dejamos ir. De esta manera, tanto el paciente peers Pee a 4, qué cs la Hermenéutica? 7 como el analista se convierten en falibilistas, se vuclven menos obsesivos sespecto 4 tener la raz6n y estar seguros, y quedan menos atrapados en posturas de esto o aquello generadas tauméticamente (Orange, 2011), Bi saber gradualmente se desliga de la busqueda de certeza y se convierte en yn proyecto compat tido. En las propias palabras de Schleiermacher, en su explicacién de los aspectos “psicolégicos” de la comprensién hermenéutica, encontramos Jo siguiente, escrito al menos 130 afios antes del juego del garabato de Winnicott o antes de la hetmenéutica dialégica de Gadamer: ‘Alconsiderar una conversacién, esto es en primer lugar un estado com- pletamente libre, que se basa, no en una intencién objetiva especifica, sino sdlo en el intercambio mutuamente estimulante de pensamientos Pero la conversacién se centra facilmente en algo y eso incluso es bus- cado por ambos lados. Asf se produce un desarrollo comin de pensa- mientos y una telacién particular de las frases entre ambos... Pero una conversacién también permite quiebres.,, La tarea es Hegar a conocer la génesis de tales quiebres... Debemos tetornar a lo psicolégico y tratar de explicar qué determina precisamente el modo libre 0 més bien in- voluntario de combinacién. Al hacerlo, debemos basat esto en nuestra propia observacién de nosotros mismos.., Lo mas natural aquf es con- siderarse en un estado de meditacién de tal manera que cierta tendencia ala distraccién de los pensamientos se presente como una inhibici6s aqui ¢s una cuestién del libre juego de ideas en que nuestra vohuntad es pasiva aunque el ser mental atin esté activo, (Schleiermacher y Bowie, 1998, pp, 124-125) Aqui facilmente encontramos indicios del espacio de juegos que Winnicott —influenciado por los romanticos ingleses, a pesar de que es muy proba- ble que jams haya lefdo a Schleiermacher—, mas de un siglo después, des- cubritfa plagado de posibilidades creativas para el desarrollo y el andlisis: “Mientras més libremente nos dejemos ir de esta manera, mds anélogo o parecido se torna el estado al sofiar, y sofiar es aquello que es simplemente incomptensible, precisamente porque no sigue ninguna ley del contenido y pot lo tanto parece meramente contingente” (p. 125). 8 Bl Desconocido que Sufte Este pasaje deja en claro que Schleiermacher no tenia una concepcién muy simplista de la empatia (Einfithlimg)"° del tipo ponerse-en-los-zapatos del-otto © meterse-en-la-cabeza-del-otro. En lugar de eso, como el her- meneuta de Schleiermacher, los psicoanalistas se percatan de las formas como nos encontramos atados e inhibidos en nuestro pensar y sentir con el paciente. Asi llegamos a entender el mundo del paciente, el lenguaje que hablamos en conjunto y las fuentes de nuestros malentendidos. Nos invo- lucramos en algo parecido a lo que él lam “reconstruit la meditacién”, un casi sofiar juntos, entender como el otto o nosottos llegamos juntos a donde estamos, La famosa afirmacién de Schleiermacher, conocer mejor al autor de lo que se conocta a sf mismo, parece menos axrogante y mucho mas dialégica, falibilista y capaz de ser atil a los psicoanalistas que estén siempre aptendiendo. “En general”, decia Schleiermacher, se da el caso de que mientras alguien més se ha obsetvado a sf mismo y 2 otros en relacién con la actividad del pensat, mayor es su talen- to hermenéutico... mas dificil es la tarea hermenéutica, mayores son las demandas de dar término al trabajo colectivo; mas escasean las con- diciones necesatias, més ditecciones individuales deben unificarse para completar Ia tarea. (Schleiermacher y Bowie, 1998, p. 128) ita de otros comentatios sobre un texto biblico, nosotros los psicoanalistas nos bene- Asimismo, tal como un buen exegeta (intérprete biblico) neces ficiamos enormemente con una larga experiencia y el autoconocimiento, pero jamés perdemos la necesidad de supervisién y colaboracién con co- legas en quienes confiamos. (También vemos que Schleiermacher general- mente hacia un facil desplazamiento entre entender textos y entender a las personas; para él, los problemas y los procesos eran bastante parecidos), Hemos visto que Schleiermacher crefa que la interpretaci6n y el enten- dimiento eran un arduo trabajo que requerfa de humildad y reconocimien- to falibilistico de los limites de nuestra comprensién. De Schleiermachet ‘Bato también es claro incluso en el pasaje frecuentemente usado pata apoyat la vision més simplista “El método adivinatorio es aquel en que uno, por asf decide, se transforma en In otra persona ¢ intenta entender directnmente al elemento individual... depende del hecho de que cada persona, ademas de ser un individuo, tiene una receptividad para todas las demas personas... codo et mundo lleva denteo de sf tun minimo de todos los demés” (Schleiermacher y Bowie, 1998, p, 92, énfasis aiiadido). John Donne: “Ning hombre es una isla” (Medlitacién 17, 1839, pp. 574-575). = y, cane es I Hermenéutica? : ve odemos aprender, en tercer lugar, una actitud holistica, esto es, abrazar la p i ae : omplejidad y tehusatse a las sirenas del reduccionismo, tentaciones siem- c : ‘ 4 nre presentes incluso pata los postfreudianos. Las dos atracciones actuales P consis formas de terapia debieran ser comprobables experimentalmente por su eficacia) y Ia adoracién de la neurociencia (hay una nueva revista cientifica ren en “tratamiento basado en la evidencia” (la idea de que todas las jlamada Neropsicoandiisis). Los primeros intentos para justificar el tiempo y comparacién con la psicofarmacologia y los tratamientos cognitivo-con- el costo que requieren las “curas hablantes” orientadas al significado, en ductuales breves, efectivos como son para el alivio inmediato de sintomas. BJ segundo atrae a los psicoanalistas que son ficilmente persuadidos por Ia idea de que ahota, finalmente, nuestzo trabajo es cientifico porque sabe- mos como funcionan las emociones en el cerebro. Podemos “ver las emo- ciones” en esas asombrosas imagenes que los neurocientfficos nos mues- tran en las presentaciones con PowerPoint en nuestias conferencias. En un seclente articulo de Irwin Hoffman (2009a) aparecen argumentos co- herentes y elegantes en contra de estos reduccionismos. Una sensibilidad schleicrmachiana también puede mantenernos focalizados en el proyecto psicoanalitico de sanar mediante el entendimiento, si es asf como entende- mos nuestro trabajo, como muchos lo hacemos. En Schleiermacher, por ejemplo, encontramos que un énfasis en la complejidad y el contexto no hizo su primeta apaticién con Wittgenstein y Heidegger. Cada verbalizacién debe ser entendida tinicamente a través de la totali- dad de la vida a la que pertenece, es decir, debido a que cada verbaliza- cién sdlo puede ser reconocida como un momento en la vida del usua- tio del lenguaje en la determinabilidad de todos los momentos de su vida, y esto solamente a partir de la totalidad de sus ambientes, a través de lo cual se determina su desarrollo y existencia continua, cada usuario del lenguaje sdlo puede set entendido por su nacionalidad y su época, (Schleiermacher y Bowie, 1998, p. 9) Aqui encontramos la utilidad clinica del famoso efrculo hermenéutico, donde cada detalle cobra sentido s6lo a partir del total de una vida situada, y entendemos una vida (0 um texto) poco a poco a partir de sus detalles. 10 Ht Desconocide que Sufte 1 cada lectura es lo que nos permite una mejor comprensién Nada que deba set explicado puede ser entendido de una ver pero... ex clusivamente mediante el entiquecimiento de conocimientos previos. $dlo en relacién con aquello que es insignificante estamos contentos con lo que hemos en: tendido de wna vez” (Schleiermacher y Bowie, 1998, p. 24), Schleiermacher nos ensefid a estar sintonizados no con cudn rapido podemos entender, ni con algo mecénico entre palabras y causas, sino con el holismo y la com- plejidad del significado. Hablaba de un “zigzap” entre las partes y el todo. Si es que entiendo lo que estaba diciendo, él estaria de acuerdo con los actuales tedricos de la complejidad, que dicen que lo que es complejo, a diferencia de lo que es complicado, no se puede reducir a simple. Pata Schleiermacher, cl significado era asf. Una y otra vex decia que la comprensién no es algo mecanico, porque no hay reglas para ella, sino més bien como un arte, Sin embatgo, lo que produce es siempse incom- pleto, tal como en nuestto trabajo clinico. “La practica exitosa del arte [de la hermenéutica] depende del talento pata el lenguaje y el talento para el conocimiento de las personas individuales” (Schleietmacher y Bowie, 1998, p. 11), BI facilmente podsia haber estado hablando de psicoterapia. Podemos tener ahora més requerimientos —en los Ambitos de la phrone- sis (sabidutia practica), la vocacién y la ética—, pero no pertenecen a una fascinacién con la neurociencia o la eficiencia técnica, Schleiermacher ctefa que entender en contexto implicaba comprender al individuo tnico: “La posesién del espiritu total de la verbalizacién.., descansa en el cono- cimiento de la individualidad del verbalizador como su unidad interna” (Schleiermacher y Bowie, 1998, p. 254). No podemos investigar, genera- lizar o sustraer esta individualidad, la “individualidad de estilo” (p. 255) 0 “diosincrasia” (p. 256). El trabajo de Manfred Frank (1999) sobte el estilo en filosofia me hace recordat la irreductibilidad del idioma personal tan va- lorado en la hermenéutica de Schleiermacher. Una focalizacion en el estilo personal, desarrollado durante toda una vida en contextos intersubjetivos, sigue siendo indispensable pata la comptension clinica, Una y otta vez Schlciermacher nos recordaba que “desde el punto de vista de la tatea hermenéutica, no es posible considerar al objeto en for- ma aislada” (Schleiermacher y Bowie, 1998, p. 144), Su sentido religioso Fritbromantik de lo infinito no le petmitia ningin tipo de reduccionismo y hoy dia apoya los esfuerzos de hermeneutas psicoanaliticos y tedricos de 5 la Hermenéutica? TT | } | 1 savse E | sq complejidad (Cobutn, 2002; Gotthold, 2009; Sander, 2002) para resist | jp tentaciOn de apresuratse a explicaciones, ya sean diagndsticas, tedricas, neurocientificas o de otto tipo. ‘Aqui hay un breve ejemplo clinico, disimulado y combinado para pro- teger Ia privacidad. Un joven paciente nunca habia recibido tratamiento, aunque era hijo de una trabajadora social que habia utilizado terminologia diagndstica y psicoanalitica en sus hijos. Después de llenar el cuestionario de Ja psicdloga en la sala de espera, ingress a la consulta pata su primera gesion. La terapeuta tomé los papeles y empez6 a leer. Sin mivar ni una gola vez al posible paciente, murmuré: “Oh, esto esta mal... esto esta real- mente coal”, Antes de terminar la sesidn, la psicdloga le oftecid a este joven Ia opcidn de trabajar con ella o ser referido a otro tesapeuta. Bl paciente, pensando en ese momento que “al menos ella es alguien que patece saber algo”, se quedé por un afio, Durante ese tiempo fue tratado repetidamente como un caso de una cosa después de la otra, a pesat de sus objeciones a Jas interpretaciones y predicciones sabelotodo (Bessenvisser) de la terapeuta. Cuando dejé el tratamiento, su traumatizado estado de shock y confusién habfa empeorado exponencialmente y se sentfa seriamente suicidal’, En este estado me consulté el paciente y hemos trabajado durante mu- chos afios. Ha sido muy importante que nuestro trabajo incluya en cada punto los tres elementos que he enfatizado en Schleiermacher: (a) la “prictica estricta” que asume los malentendidos como la condicién normal y trabaja sin escatimar esfuerzos pata superatlo, (b) la disposiciéa de los terapeutas y analistas para admitir errores e in- | tentar entender sus origenes en nuestra propia historia y convicciones | emocionales, y (0 el intento que ambos hacemos para resistir demasiado conocimiento y entender todo como parte de un cuadro mas grande de violencia, inva- lidacién y dominacion en Ia experiencia de vida del paciente —el psi- coanalista Leonard Shengold (1989) lo habria llamado “asesinato del alma”— mientras relata una y otra vez historias del pasado y actuales que se suman a este cuadto. “También relac a hisvotia en Orange (20098). 12 Bl Desconocido que Sufte ‘Todo esto ocurre dentro de In historia de la conexién en curso y siempre cambiante entre ambos, que ha incluido, como sucede a veces, una espe- ie de adopcién emocional, Este paciente ha suftido grandes pérdidas por traumas complejos, peto también tiene muchos dones, asi como un estilo -a la manera de Schleiermacher— a personal tinico que hemos aprendido - entender y atesorar, Se ha convertido en un padre suficientemente bueno y adecuado y un ser humano mas que decente, Historia De La Hermenéutica: Dilthey Y Heidegger Como Figutas Transicionales Wilhelm Dilthey (1833-1911), la siguiente gran figura en la historia de la hermenéutica, fue profesor de Martin Buber (los rudimentos de cuyo en- cuentro Icb-Dw ya aparecen en Dilthey) e influyé en la hermenéutica fe- nomenolégica de Heidegger y Gadamer, Mas conocido por su insisten- cia en que las ciencias humanas (Geisveswissenschaffed) proveen su propio acceso a la verdad, con la misma importancia que las ciencias exactas o Naturvissenscbafien, & inteodujo en la filosofia el énfasis en la “experiencia vivida”: “Una expresién de la experiencia vivida puede contener més del nexo de la vida psiquica que cualquier introspeccién pueda visualizar, Se desiva de las profundidades no iluminadas por la conciencia... Tales expre- siones no han de ser juzgadas como verdaderas o falsas, sino como hones- tas o mentirosas” (Dilthey, Makkreel y Rodi, 2002, Pp. 228). Ya podemos ver aqui dos importantes elementos de su hermenéutica: ubica la comprensin en la situacién vivencial vivida, y no en alguna mente interna, y se rehtisa 8 una concepcién dualista de verdad y falsedad. Acepta la ambigiiedad y asume el intento de set honesto. En su juventud, Dilthey escribié la mejor biografia que tenemos de Schleiermacher; luego, en la mitad de su vida, se dedicé a intereses filoséfi- cos mas amplios y generales, pero en sus tiltimos afios retomé el estudio de Ja hermenéutica, En lo que posiblemente sea su obra mas importante, The Formation of the Historical World in the Human Scienes (Dilthey y cols., 2002) (structuracién del mundo hist6tico pot las ciencias del espiritu), original- mente publicada en 1910, Dilthey sostenia que la comprensién hermenéu- it la mente individual del autos, sino més bien, tica no significaba reconstr geo la Hermenéutica? 13. medio del famoso circulo hermenéutico®, retornar a todo el complejo jigvema de objetivos de donde emergia el texto o la experiencia histéri- see efodos estos modos de coopetacién manifiestan un interés vital co- Sexado con la esencia humana que vincula a los individuos entre sf —ua puicleos we se revela en cada uno de tales sistemas de relaciones entre los seres janos” (Dilthey y cols., 2002, p, 176). En otras palabras, para Dilthey, la por ast decitlo, que no puede ser captado psicoldgicamente, pero hum menéutica entiende histéricamente, es decir, contextualmente?. Para la historia de Ja hermenéutica, es crucial que el joven Martin Hei- depget # ptincipios de los afios 20 y egando hasta 1928 escribiendo Ser y Tienpo (1962), estaviers leyendo a Dilthey. Al letlo, tansforié la feno- menologia husserliana, y en Sery Tiempo llamd a su método “fenomenolo- gia hermenéutica”, uniendo ambas tradiciones"*, Para el Heidegger tem- rano, set eta entender, interpretar ef mundo dado 0 “arrojado” de uno het! como posibilidades pata ser. Somos “proyeccién arrojada”, donde “pro- yeccion” significa comprensién pre-teflexiva, pre-interpretativa (Versteher) de una situacién en términos de las posibilidades de uno para estar en ella. La interpretacién es un desarrollo ulterior de la comprensién en diteccién ala explicitez tematica, y tal vez lingiiistica. Por lo tanto, la interpretaci6n ptesupone un entendimiento previo de la situacién en que nos encontra mos, La comprensién y la interpretacién, modos 0 aspectos fundamen- tales del ser humano-en-el-mundo, tenian para Heidegger esta estructura de entendimiento previo pata sex captado por el circulo hermenéutico no vicioso del todo y las partes. El significado surge de esta comprensién que transforma lo que estamos haciendo, nuestro enfrentar la vida cotidiana, colocéndolo bajo una nueva luz!5, Pero la verdad misma aparece stibita- mente, en un destello, como el temprano Augenblick del momento de la an- tenticidad (Dostal, 1994). En manos de Hans-Georg Gadamer, discipulo ? Bste es un concepto clave en ka hermenéutica, desde Schleiermacher a través de Dilthey, Heidegger y Gadamer: Significa interpretar desde In parte al todo y desde ef todo a la parte, porque las partes ndquiexen significado a pattir de los todos contextuales, y los todos pueden set vistos, al estilo gestéltico, sélo n pattie de sus partes 8 Ver Stolorow y Atwood (1984) sobse Dilthey en relacién al proceso de la comprensi6n psicoanalitia "8 Agendezco a mi colaborador y amigo Robert D. Stoloraw por sefialarme este detalle, ‘3 La visién de Heidegger del significado, asi como su vision del ser-hacia-la-mnerte auténtico, ha sido tematizada primero por él en Sery Tieaspo (1962), en los Seminarios Zolitkon con Mecatel Boss (Heidegger y Boss, 2004) y exhaustivamente en In obra de Trvin Yalom (1980, 2008). 14 HL Deseonocido que Sule de Heidegger, la fenomenologia misma se convierte en hermenéatica, y la comprensidn llega mas lentamente, aunque puedan existir momentos de “Aja!”. Toda la filosofia se transforma, como lo fae pata Sdctates, en una comprensién mediante la conversacion, Gesprich, Histotia de la Hermenéutica: Gadamer Hans-Georg Gadamer (1900-2002), tema de un capitulo en mi libro re- ciente (Orange, 2009), retorna aquf con un objetivo un tanto diferente. Abi aparecia como un ejemplo de lo que el pensamiento puede hacer para Jos clinicos, Fi aportd la hermenéutica filoséfica para ayudar a liberarnos de nuestra esclavitud de un modelo de ciencia natural del entendimiento en las ciencias humanas y asf nos mostrd una alternativa a los reduccionis- mos tentadores. Aqui nos abocamos precisamente a su. hermenéutica —y especialmente a su énfasis en la buena disposicién pata escuchar y apren- det de Ja voz del otro— como una filosofia clinica. Me cuesta escribir sobre Hans-Georg Gadamer sin traicionat el tre- mendo afecto que siento por él y mi gratitud por todo lo que nos dejé a quienes queremos pensar en el psicoandlisis de una maneta dialégica y hu- manista'S, Asi, afortunadamente, en este contexto necesito involucrarme con su ctitica sdlo de pasada, porque ya lo he hecho en otras partes (Frie y Orange, 2009). Sin embargo, debo dedicarme setiamente a su concep- cin de la hermenéutica filoséfica y profundizar el relato oftecido en mi libro anterior (Orange, 2009¢). Unicamente asi puedo mostrar cul es la principal tesis de este libro, e/ entendimiento dialigico, en una hermenéutica de la confianza, forma la respnesta bospitalaria al desconocido que sufre ecigido por la ética de la responsabilidad infinita que encontramos en los escritos de Emmanuel Lévinas. La hermenéutica de Gadamer dio un gito radical —peco ente- #16 el cambio bajo montafias de academicismo germAnico, al menos en Verdad y Método (Gadamet, Weinsheimer y Marshall, 2004)-— a partir de una preocupacién por los contenidos y los métodos de interpretacién has- ta el estilo y el espitita con que abordamos la tarea interpretativa, El estilo, "Ya en 1979, Steele (1979) esexibié extensamente sobre la contiibucién que Ia hetmenéutica floséfica Doda hacer a In comprensisn psicoanalitica, a pesar de que él siguié inserto en lo que Ricoeur (1970) habria lamado la hermenéutica de la sospecha (ver Capitulo 2). Entre quienes utilizan la hermenéuticn cle Gadamer pata la teorizacién psicoanaltica contemporinea, el més importante es Donnel B, Stern (1997, 2009) ges In Hermendution? s 4, a" monte idico y dialégico, requicre de un espiritu bumnilde y abierto. esi f i seri odo que consideremos algunos elementos cruciales de Ja hermenéu pe pe names que pueden ser ills part in prictica clinica coticiana, Lo tica fe nportante es Ia priotidad de la conversacién, pd : : Gadamer cteta, probablemente en forma etrada (Frank, 1977), que la permenéutica de Schleictmacher era demasiado psicolégica, intentando h ae : : petrar la mente del autor, Asimismo, criticaba a Dilthey por lo que él “historicismo”, por pensar que es posible entender un texto o una pe llamaba civilizaci6a mds temprana a través de la reconstruccién histérica, un error analog al que él le atribula a Schleicrmacher que podemos entender tinicamente al dialogat con el otto —el texto, In ersona, la obra de arte— y esperar aprender del otro. La actitud dialégica in lugar de eso, pensaba fundamental consistfa pata él en esta expectativa de que uno tenia algo que aptendet y deberia estar prepardo para sorprenderse: “Toda experiencia digna del nombre es la frustracién de una expectativa” (Gadamer y cols, ts 2004, p. 350)'’, Efectivamente, sostenia, Decimos que “conducimos” una conversacién, pero mientras mas ge- nuina es la conversacién, menos de su conducta radica en la voluntad de los hablantes. Asi una conversacién genuina jamds resulta ser la que quetiamos llevar a cabo, Mis bien, generalmente es mas corsecto decir que cacmos en la conversacién 0 incluso que nos involucramos en ella. La forma en que una palabra sigue a la otra, con la conversacién dan- do sus propios giros y llegando a su propia conclusién, bien puede ser conducida de la misma manera, pero la pareja de hablantes es mucho menos los conductotes de ella que los conducidos. Nadie sabe pot ade- lantado cudl sera “el resultado” de una conversacién, La comprensién 0 su fracaso es como un evento que nos ocurte, (p. 385) De modo que la conversacién primero tiene Ingar en la hermenéutica gad- ametiana, y su tuta sigue siendo impredecible, tal como ocurte en el traba jo clinico. "Cada republicaciéa, con revisiones, de Ja traduecién inglesa de la gran obra de Gadamner, Wabrbeit und Method, o Verdad y IMtods, tiene waa nueva paginacidn, desgraciadamente confundiendo a todos los que quieren refetirse a esa obra o encontiat referencias y tal vez confirmat la teorfa de Descartes del malin “gui (cl pérlido dios que deliberadamente nos confunde y desotienta). Suponiendo o espetando que la ‘mayoria de mis lectares asarén Ia tltima versién, me refericé a la de 2004. 16 1 Desconocidlo que Sufte Ell circulo hermenéutico, un segundo elemento, continéa siendo im- portante pata Gadamer asf como para cada hermeneuta y aparece fre cuentemente en su obra. “Cada experiencia [Enebnis, en este contexto, casi aventura] cs tomada de la continuidad de la vida y al mismo tiempo se re- laciona con la totalidad de nuestra vida” (Gadamer y cols., 2004, p. 60). Tal como hicieron los intérpretes biblicos desde Lutero en adelante (p. 176), leemos significados de la parte al todo y del todo a la parte. Tercero, la hermenéutica de Gadamer, mientras sea no historicista, si- gue profandamente endeudada con el contextualismo de Dilthey y con su insistencia en Ja posibilidad de establecer la veracidad dentro de las cien- cias humanas. Lo encontramos criticando la nocién de Higenbedeutsamkeit autocontenida (autosignificacién o significacién propia) en la estética, un concepto que sugiere que una obra de arte tiene o “representa”™ su pro- pio significado independiente del contexto o la interpretacién. Por el con- trario, pensaba él, toda “comprensién debe estar concebida como una pat- te del evento en que ocutre el significado” (Gadamer y cols., 2004, p. 157). La Bigenbedewisamkelt se asemeja a la psicologia unipersonal con su buis- queda de una verdad metédica y certezas perfectas, para ser reemplazadas por el proceso dialégico de is-y-venir de comprensién que se busca en la conyersacién entre mundos de experiencia que siempte existen dentro de las tradiciones a las que pertenecemos. El significado ocurre. Hay, esctibla Gadamer, “algo absurdo en toda esa idea de wna interpretacién tnica y correcta” (p, 118). Cuarto, Gadamer transformé el Verstehen (entendimiento) existencial de Heidegger en su propio Verstindigung (comprensién como un proce- so dialégico, un llegar a entendet)!. A lo largo del camino, él revisité la idea de Schieietmacher de que la incomprensién o el malentendido es més probable que ocurra a que no ocurra, al menos una posibilidad universal. Gadamet ctefa que Schieiermacher attibufa esta posibilidad a la expetiencia de la alienacién del otto: “En un sentido nuevo y universal, la alienacion esté dada inextricablemente con la individualidad del Ta” (Gadamer y cols., 2004, p. 180). Gadamer pensaba que Schleiermacher no vela exactamente que esta misma alicnacién crea la posibilidad de entendimiento dialégico, '® Pura Gaclamer, represcntaciGn significa “llegar a la presentacin” como en una peyformance artistica, n0 una copia ya existente en la “mente” de alguien, Yo le concedo alos estudiosos de Heidegger y Gadamer que esto simplifica excesivamente la relacién. | { | | | | | | | | ug es la Hermenéutica? 7 4. 62" Cuando Jos intentos de llegar a un acuerdo son en vano, “inicamente en- aces el esfuerzo de entender se torna consciente de la individualidad del cpésy come cn cuenta su singelaridad” (p, 181). Bo otzas palabras, “el modelo de Ja hermenéutica de Schleiermacher es el agradable entendimiento que ge puede lograr en Ia xelacién entre el Yo y el TH” (p. 233); slo cuando acasa tenemos el quicbre que Schleiermacher llamé malentendido y eso toms como nuestra condicién humana normal, Desde la perspectiva de Gadamer, expresada una vez mas cuando tenia 100 afios de edad, La hermenéutica es die Kunst der Verstindigng —el arte de llegar a un entendimiento— de algo 0 con alguien... este “llegar a un entendimien- to” de nuestras situaciones pricticas y de lo que debemos hacer en ellas no es monolégico; més bien, tiene el caracter de una conversaci6n. Estamos tratando el uno con el otro. Nuestra forma humana de vida tiene un caricter “yo y ti” y un catécter “yo y nosotros” y también un caracter “nosottos y nosottos”. En nuestros asuntos practicos de- pendemos de nuestra capacidad para legat a un entendimiento. Y el llegar a un entendimiento ocurre en una conversacién, en un didlogo. (Gadamer, Dutt y Palmer, 2001, p. 79) Quinto, Gadamer enfatizé, y muy controversialmente, la tradicién. Uti- lizaba dos palabras, ‘Tradition y Uberlifrung (conceder), dependiendo de si estaba enfatizando el contenido o el proceso de la tradicién, Jiirgen Habermas, Karl-Otto Apel y otros (Apel, 1971; Watnke, 1987) lo acusa- ron, luego de la publicacién de Verdad » Método, de haber creado una filo- sofia sin un punto de referencia para cvitar caer en ideologias politicas no ctiticadas (otra vez!). Gadamer tespondidé que nadie puede participar en un didlogo, incluyendo aquellos que son necesatios para la vida civica y politica, tan valorados en la reflexi6n emancipadora de Habermas, excepto desde algtin punto de vista que permanece fundamentado histéricamen- te. Su énfasis en la tradicién nos recuerda tomar en cuenta nuestras in- evitables perspectivas. “Debiéramos”, insistfa, “aprender a comprendernos mejor y reconocer que en todo entendimiento, ya sea expresamente cons- ciente 0 no, interviene la eficacia de la historia” (Gadamer y cols., 2004, p. 300). Para nosotros los clfnicos, esto significa que jamas debemos pre- sumir de tener una visién libre de petspectiva de nuestro paciente, o de 18 > entre nosotros, ¢ incluso de nuestra propia participacién en lo que ocur el didlogo clinico. Fl énfasis hermenéutico en la tradicién y el prejuicio (Wachterhauser, 2002) requiere una honestidad mas profunda y extensa con nosotros mismos y con el otro: Al leer un texto, al deseat comprenderlo, siempre esperamos que nos informe algo. Una conciencia formada por la actitud hermenéutica au- téntica sera receptiva alos orfgenes y caracteristicas completamente ex trafias de lo que llega a ella desde afuera de sus propio horizontes. Sin embargo, esta receptividad no se adquiere con una “neuttalidad” obje- tivista: no es posible, ni necesario, ni deseable que nos pongamos entre paréntesis. La actitud hermenéutica supone sélo que conscientes de no- sotros mismos designemos nuestras opiniones y prejuicios y los calif quemos como tales, y al hacerlo los despojemos de su caracter extremo, Al mantener esta actitud, le damos al texto [el otto] In oportunidad de aparecer como un set auténticamente diferente y manifestar su propia verdad, sobre y en contra de nuestras propias nociones preconcebidas. (Gadamer, 1979, pp. 151-152) Acercarnos al otto prepatados pata aprender del otto —la “actitud her- menéutica”— contraviene el peligro de permanecet attapados en las tradi clones a las que pertenecemos y los prejuicios que habitamos. Bn lugar de ‘0, la interaccién del cuestionamiento y del ser cuestionado abre el Sache —cualquiet cosa que esté en discusién— “revelando la cuestionabilidad de Jo que esta siendo cuestionado” (Gadamet y cols., 2004, p. 357). Til solfa decir que podemos entender lo que el otro dice s6lo tomandolo como la respuesta a una pregunta, una pregunta que necesitamos encontrar y com- prender. Efectivamente, en el didlogo honesto, intentamos fortalecer lo mAs posible la perspectiva del otto, respetando la del otro y attiesgando la propia (p. 361): Mi propio proyecto hermenéutico es, con respecto a su objetivo filosé- fico fandamental, no mucho mas que la expresién de la conviccién de “Es importante el reconocimiento de Gadamer de que toda conversacién genwina, y ciertamente toda conversacién filoséfica genuina, implica exponernos a nosotros mismos y auestta conviccién a lo que tesiste, cuestiona, niega o se opone a nosottos y a ellos” (Gonzalez, 2006, p. 330). | all ng es In Hermenéutica? 19 4.42 «que Hegamos @ las cosas en si mismas dinicamente en la conversacion, Sél guna oportonidad de ir mas all de los confines cle nucstras propias o cuando nos exponemos a una posible visiéa opuesta tenemos al suposiciones, (Gadamer, 1987, p, 30) De acuerdo, el énfasis de Gadamer en la tradicién lo dejo vulnerable a los ataques de quienes lo consideraban inconscientemente consetvador y por Jo tanto a la hetmenéutica como un peligro. Sin embargo, otra lectura lo escucha a él de acuerdo a una historia que nosotros no elegimos, pero que debemos tomar en cuenta sino ha de controlarnos y destruir nuestra par- ticipacion dialdgica. La toma de conciencia de nuestra pertenencia a la tra- dicidn se asemeja a la insistencia, en la mayoria de los grupos psicoanalliti Ademés, la conciencia cos, de pensar desde el punto de vista desarrollists de mis ttadiciones personales y terapéuticas —asf como de mi trasfondo de suposiciones culturales, raciales, de género, clase y otras— me mantie- ne aletta a las limitaciones de mis propias perspectivas e interpretaciones. Debido a que mi perspectiva esta inevitablemente formada por la tradi- ¢ trectivo dialégico, Reitero, hay “algo absurdo en toda esa idea de una inter- 10, permanece indiscutiblemente incompleta y siempre necesita del co- ptetacién tinica y correcta”, Pata nosotros los psicoanalistas, dedicados como estamos a la practica de la interpretacién, Gadamer oftecié un repensar de la relacién entre la comprensién y la interpretacién. A pesar de que la comprensién herme- néutica cra mucho mis inclusiva, la interpretacion misma, pensaba él, era siempre lingiifstica y verbal, contenida dentro del proceso de comprensién, y explicitaba el entendimiento, Peto él hablaba en forma intrigante de la intespretacion “que desaparecia”: La explicitez verbal que la comprensién logra a través de Ia interpreta- cidn no crea un segundo sentido aparte de aquello que se entiende ¢ in- terpreta, Los conceptos interpretativos no son, como tales, tematicos en la comprensién, Mas bien, su naturaleza es desaparecer detras de lo que aportan al habla en la interpretacién. (Gadamer y cols., 2004, p. 399) Al menos él parece estar diciendo que la interpretacién no agrega algo a la comprensién o la practica, como habia pensado Dilthey, sino que sélo | 20 Bl Desconocide que Sufte explicita el entendimiento, Entonces, los conceptos utilizados pata hacer esto —-en nuestro trabajo, los ejemplos podrfan set la transfetencia, la re- piesién 0 cualquier otra idea tedtica—- sencillamente desaparecen en el proceso interpretative, a medida que los clinicos se vuelyen mas fluidos y experimentados en su trabajo. Paraddjicamente, una interpretacién es correcta cuando s capaz de desaparecer de esta manera. Y, sin embargo, al mismo tiempo, debe ser expresada como algo que se supone que va a desapatecer. La posibili- dad de entendimiento depende de Ia posibilidad de este tipo de inter- pretacién mediadora. (Gadamer y cols., 2004, p. 399) Pero quizas quiere decir mas, Yo sospecho que en la Gespriieh, la conversa- cién, ambos hablantes ptofieren interpretaciones sugeridas tan sutilmente, con mayor frecuencia en forma de preguntas, que desapatecen en el proce- so continuo de entendimiento emergente. Van y vienen en el juego, como las jugadas en un partido de tenis, olvidados en el resultado final, Como también sefialara Ogden (2003), nadie sabe siquiera quién presentd prime- £0 esta o aquella interpretacisn — bién. eY qué importa? esta suele ser mi experiencia clinica tam- Sin embargo, Gadamer nos hizo recordar que tal vez sf importa el aémo los interlocutores expresan sus intetpretaciones, Demasiada fuerza podria superar, descquilibrar ¢ impedir que la interpretacién desaparezca, En un ensayo sobre las artes de la sanacion, evocd la metdfora de Dilthey de la sierra operada por dos personas: Nuestro antiguo texto [no sé a qué texto se reficte] sobre el arte de la sanaci6n nos ofrece un hermoso ejemplo con la practica de asertar ar- boles. Mientras un participe tira de la hoja de la sierra, el otto lo sigue, de modo que todo el proceso de aserrar constituye lo que Viktor yon Weisziicker llama un Gestaltkreis, una configuracién internamente unifi- cada donde los respectivos movimientos de ambos aserradores se fun- den pata convertitse en un solo flujo tltmico de movimientos. Y aqui Hegamos a una observacién significativa que sugiete algo del misterioso caracter del equilibrio: “Sin embargo, si emplean la fuerza violenta, fra- casarin totalmente”. (Gadamer, 1996, p. 38)

También podría gustarte