Escultura de Seneb y su familia. V Dinastía; Imperio Antiguo.
Esta escultura es un famoso ejemplo del Arte del Imperio Antiguo.
Representa a Seneb y su esposa sentados uno al lado del otro con sus hijos en el regristro inferior; Seneb, un funcionario con enanismo muy importante y con muchas riquezas de la época cuya exitosa trayectoria y generosidades para los arreglos de su entierro son indicativos de la aceptación e integración dada a aquellos con discapacidades físicas en esta sociedad. En esta escultura echa piedra caliza podemos observar la representación de Seneb junto a su familia; el aparece sentado con brazos y piernas cruzados (postura era propia de los escribas), su mujer sentada junto a el, lo rodea con sus brazos en un gesto de apoyo y cariño, aparece con una leve sonrisa para indicar alegría y felicidad; y donde deberían de estar las piernas de un hombre normal, se encuentran dos de los hijos de Seneb, una niña y un niño desnudos y con el dedo índice en la boca, lo cual indica que eran infantes y su representación es de proporciones normales. Las figuras masculinas de la escultura denotan un color ocre más oscuro que las figuras femeninas, esto se debe a no solo a la policromía propia de esta época, sino también para distinguir el género y el estado. Seneb se representa de manera realista, con los rasgos faciales y las piernas reales de una persona con enanismo. Su mujer, con un vestido de mangas largas y peluca. La disposición cúbica de ésta escena logra una simetría armoniosa; al colocar a los niños en el lugar de las piernas de Seneb, el artista aumenta la sensación de simetría; destacando así su carácter utilitario: una figura sólida y compacta que responde a la ley de frontalidad, que se basa en un eje vertical que impide la flexión lateral, con la cual la escultura muestra estabilidad y firmeza y sin dudas transmite su inmutabilidad. Esta representación es carácter funerario, típico en prácticas de culto, y fue encontrada en la tumba de Seneb, ubicada en el campo oeste de la necrópolis de Giza, en el interior rectangular de la mastaba, que contenía dos nichos de culto con una puerta falsa y cavidades que contenían cofres de piedra que guardaban está y otras esculturas en honor a Seneb.