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El nombre de «Naciones Unidas», acuñado por el Presidente de los Estados Unidos Franklin D.
Roosevelt, se utilizó por primera vez el 1° de enero de 1942, en plena segunda guerra mundial,
cuando representantes de 26 naciones aprobaron la «Declaración de las Naciones Unidas» , en
virtud de la cual sus respectivos gobiernos se comprometían a seguir luchando juntos contra
las Potencias del Eje.
La Carta fue firmada el 26 de junio de 1945 por los representantes de los 50 países. Polonia,
que no estuvo representada, la firmó mas tarde y se convirtió en uno de los 51 Estados
Miembros fundadores.
Estados Miembros
Cada uno de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas es un miembro de la Asamblea
General. Los Estados son admitidos como Miembros de las Naciones Unidas por una decisión
de la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad.
Órganos principales
Los principales órganos de la ONU son la Asamblea General, Consejo de Seguridad, Consejo
Económico y Social, Consejo de Administración Fiduciaria, la Corte Internacional de Justicia y la
Secretaría de la ONU. Todos ellos se crearon en 1945 al fundarse la ONU.
Secretaría
La Secretaría se estructura de forma departamental. Cada departamento u oficina cuenta con
un área distinta de acción y responsabilidad y se coordina con los demás para asegurar la
cohesión y la labor cotidiana de la Organización en sus oficinas y estaciones repartidas por
todo el mundo. El responsable máximo de la Secretaría es el Secretario General. Liderazgo es
el símbolo de los ideales de las Naciones Unidas y el portavoz de los intereses de los pueblos
del mundo, en particular los pobres y vulnerables. El actual Secretario General de las Naciones
Unidas, noveno ocupante del cargo, es el Sr. António Guterres, de Portugal, que asume el
cargo el 1° de enero de 2017. En términos de la Carta, el Secretario General es el «más alto
funcionario administrativo» de la Organización.
MANTENIMIENTO DE LA PAZ
Tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas empezaron su
labor en 1945, con una prioridad: mantener la paz y la seguridad internacionales. Con
este objetivo, la Organización intenta prevenir los conflictos y poner de acuerdo a las
partes implicadas. Lograr la paz exige crear no sólo las condiciones propicias para que
esta anide, sino para que se mantenga. El Consejo de Seguridad es el máximo
responsable de la paz y la seguridad internacionales. La Asamblea General y el
Secretario General, junto con otras oficinas y órganos de la ONU, también desarrollan
un papel importante en esta tarea.
DERECHOS HUMANOS
El término «derechos humanos» se menciona siete veces en la Carta fundacional de la
ONU, por lo que su promoción y protección son objetivos fundamentales y principios
rectores de la Organización. En 1948, la Declaración Universal de los Derechos
Humanos los situó en el terreno del derecho internacional. Desde entonces, la
Organización ha protegido diligentemente los derechos humanos mediante
instrumentos legales y actividades en el terreno. La Declaración Universal de los
Derechos Humanos (1948) fue el primer documento legal de protección de estos
derechos. Junto con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los tres instrumentos
forman la llamada Carta Internacional de los Derechos Humanos. Una serie de tratados
internacionales y otros instrumentos adoptados desde 1945 han aumentado la
legislación internacional de derechos humanos.
ASUNTOS HUMANITARIOS
Uno de los propósitos fundamentales de las Naciones Unidas, como se afirma en su
Carta, es «realizar la cooperación internacional en la solución de problemas
internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario». La primera vez
que la ONU participó en una reconstrucción tras un conflicto fue en Europa tras la
devastación de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, la comunidad internacional confía a
la Organización la coordinación de las operaciones de socorro frente a los desastres,
naturales o provocados por el ser humano, en las zonas donde la capacidad de las
autoridades locales no es suficiente para hacer frente a la situación.
DESARROLLO
Desde sus inicios en 1945, una de las principales prioridades de las Naciones Unidas ha
sido «lograr la cooperación internacional en la solución de los problemas de carácter
económico, social, cultural o humanitario y en el desarrollo y estímulo del respeto a los
derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinción por motivos
de raza, sexo, idioma o religión». Mejorar el bienestar de las personas sigue siendo uno
de sus principales objetivos. El concepto de desarrollo ha cambiado con los años y en
la actualidad los países han acordado que el desarrollo sostenible, que fomenta la
prosperidad y las oportunidades económicas, un mayor bienestar social y la protección
del medio ambiente, es el mejor camino a seguir para mejorar la vida de la población.
En septiembre de 2000 los dirigentes mundiales se comprometieron a alcanzar los
ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015. Estas metas contemplan reducir a la
mitad la pobreza extrema, detener la propagación del VIH/SIDA y garantizar la
educación primaria universal. Para alcanzarlas, el Secretario General ha impulsado
diferentes iniciativas, como el Reto del Hambre Cero y Cada mujer, cada niño. Se han
logrado importantes progresos en la consecución de estos objetivos pero aún queda
mucho por hacer.
DERECHO INTERNACIONAL
La Carta de las Naciones Unidas, en su Preámbulo, marcó un objetivo: «crear
condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las
obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional».
Desde entonces, el desarrollo del derecho internacional y el respeto por el mismo han
sido elementos claves del trabajo de la Organización. Este trabajo se lleva a cabo a
través de cortes, tribunales, tratados multilaterales; así como a través del Consejo de
Seguridad, que puede aprobar misiones de mantenimiento de la paz, imponer
sanciones o, si lo considera necesario, autorizar el uso de la fuerza cuando exista una
amenaza contra la paz y la seguridad internacionales. La Carta de las Naciones Unidas,
considerada un tratado internacional, le otorga estos poderes. Como tal, es un
instrumento de derecho internacional y es vinculante para los Estados Miembros de la
ONU. La Carta de las Naciones Unidas recoge los principios de las relaciones
internacionales, desde la igualdad soberana de los Estados, hasta la prohibición del uso
de la fuerza en las relaciones internacionales.
Fondos, Programas, Agencias
El sistema de las Naciones Unidas está formado por la propia Organización y numerosas
organizaciones afiliadas conocidas como programas, fondos y agencias especializadas. Cada
uno de ellos cuenta con su propia membresía, liderazgo y presupuesto. Así, por ejemplo, los
programas y fondos se financian a través de contribuciones voluntarias, mientras las agencias
especializadas, que son organizaciones internacionales independientes, lo hacen con cuotas
obligatorias y aportaciones voluntarias.
PNUD: El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) está presente en unos
170 países y territorios, en los que trabaja para erradicar la pobreza, reducir las desigualdades
y fomentar la resiliencia, de manera que los países mantengan el progreso alcanzado. El PNUD
desempeña un papel clave para ayudar a los países a alcanzar los Objetivos de Desarrollo
Sostenible.
UNICEF: El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia proporciona ayuda humanitaria y al
desarrollo a largo plazo para menores y madres.
ACNUR: La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados brinda
protección a los refugiados de todo el mundo y les facilita el regreso a sus hogares o su
reasentamiento.
UNODC: La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito ayuda a los Estados
Miembros en su lucha contra las drogas, el crimen y el terrorismo.
FNUAP: El Fondo de Población de las Naciones Unidas es la agencia de las Naciones Unidas
líder en ofrecer un mundo en el que cada embarazo es deseado; cada nacimiento, seguro y el
potencial de cada joven, desarrollado.
PNUMA: El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente fundado en 1972, es la voz
del medio ambiente. El PNUMA actúa a modo de catalizador, abogado y facilitador del uso
racional del medio ambiente mundial y su desarrollo sostenible.
UNRWA: El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados
de Palestina en el Cercano Oriente ha contribuido al bienestar y el desarrollo humano de
cuatro generaciones de refugiados palestinos. Presta una importante gama de servicios, en
particular de servicios de educación, atención básica de la salud, socorro y servicios sociales,
infraestructura y microfinanciación, con el fin de mejorar las condiciones de vida de los
refugiados palestinos y ayudarlos a satisfacer sus necesidades básicas y la ayuda de
emergencia, incluso en tiempos de conflicto armado. Sólo presenta informes a la Asamblea
General de la ONU.
ONU-Hábitat: El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos (ONU-Hábitat) tiene
el mandato de promover pueblos y ciudades social y ambientalmente sostenibles con el
objetivo de proporcionar una vivienda adecuada para todos.
Las Agencias especializadas son organizaciones autónomas que trabajan dentro de las
Naciones Unidas. Todas mantienen vínculos con la ONU a través de acuerdos negociados.
Algunas de ellas existían antes de la Primera Guerra Mundial, otras se asociaron con la
Sociedad de Naciones o se crearon casi al mismo tiempo que la ONU, mientras que otras
fueron creadas por la ONU con el fin de responder a las nuevas necesidades.
UPU: La Unión Postal Universal es el foro principal para la cooperación entre los organismos
del sector postal. Ayuda a garantizar una red universal auténtica de productos y servicios
actualizados.
Otras entidades
ONUSIDA: El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA está copatrocinado
por diez organismos del sistema de las Naciones Unidas: ACNUR , UNICEF , PMA , PNUD ,
UNFPA , ONUDD, la OIT , la UNESCO , la OMS y el Banco Mundial. Tiene diez objetivos
vinculados con la prevención y tratamiento del VIH / SIDA.
UNISDR: La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres sirve
como centro de coordinación en el sistema de las Naciones Unidas para coordinar los
esfuerzos en la prevención de catástrofes y la mitigación de sus consecuencias.
UNOPS: La Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos es un brazo operativo de
la Organización, cuya labor de apoyo permite consolidar las tareas de mantenimiento de la paz
de sus socios así como proyectos humanitarios y de desarrollo en todo el mundo.
Organizaciones relacionadas
OMC: La Organización Mundial del Comercio es un foro para que los gobiernos negocien
acuerdos comerciales, y un lugar donde los Estados miembros tratan de resolver los problemas
comerciales que tienen entre sí.
CTBTO: La Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares
promueve este instrumento internacional (que aún no está en vigor) así como el diseño de un
sistema de verificación para que sea operativo cuando entre en vigor.
1865 || 1874 Los Estados crearon las organizaciones internacionales para cooperar en asuntos
específicos. La Unión Internacional de Telecomunicaciones fue fundada en 1865 como la Unión
Telegráfica Internacional y la Unión Postal Universal se creó en 1874. Ambos son ahora
organismos especializados de las Naciones Unidas.
1919 La precursora de las Naciones Unidas fue la Sociedad de Naciones, concebida durante la
primera Guerra Mundial. La Sociedad de Naciones se estableció en 1919 en virtud del Tratado
de Versalles "para promover la cooperación internacional y para lograr la paz y la seguridad. La
Organización Internacional del Trabajo también se creó en virtud del Tratado de Versalles
como una agencia afiliada de la Liga. La Sociedad de Naciones cesó sus actividades al no haber
sido capaz de evitar la Segunda Guerra Mundial.
En junio de 1941 nueve gobiernos en exilio tenían sus sedes en Londres. Hacía 22 meses que la
capital británica sufría los efectos de la guerra, y en sus calles destrozadas por las bombas
alemanas se oía aún, con demasiada frecuencia, el clamor de las sirenas de alarma.
El Eje se había apoderado de casi toda Europa, y los barcos que atravesaban el Atlántico,
cargados con artículos indispensables, se perdían en el mar con trágica regularidad. Pero la fe
en la victoria final no se había extinguido ni en Londres ni entre los gobiernos y los pueblos
aliados.
Ya entonces se miraba más allá de la victoria militar en busca de un porvenir más estable para
los años de la posguerra.
«¿Para qué triunfar si hemos de seguir viviendo con el temor de otra guerra? ¿No debiéramos
ya trazarnos propósitos más fecundos que los que representa la victoria militar? ¿No sería
posible proyectar una mejor existencia para todos los países y así cortar de raíz la causas de la
guerra?»
Tales eran las angustiosas preguntas que se hacían muchos, no sólo en la Gran Bretaña, sino en
todos los países aliados.
El duodécimo de ese mes los representantes de Gran Bretaña, Canadá, Australia, Nueva
Zelanda y la Unión de Sudáfrica y de los gobiernos en el exilio de Bélgica, Checoslovaquia,
Grecia, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega, Polonia, Yugoslavia y del General de Gaulle de
Francia, se reunieron en el Palacio de St. James y firmaron una declaración.
Habían pasado dos meses desde la declaración de Londres, cuando, como resultado de la
histórica reunión entre el presidente Roosevelt y el primer ministro Churchill, surgieron nuevas
medidas en favor de una organización mundial.
En agosto de 1941, el Eje estaba todavía en crecimiento, o eso parecía, y las reuniones
cuidadosamente orquestadas entre Hitler y Mussolini, terminaron inevitablemente en un
"perfecto acuerdo," lo que generaba un sombrío presentimiento. Alemania se lanza en contra
de USRS pero el poder de la nueva alianza estaba aún por conocerse. Y Estados Unidos, a pesar
de dar auxilio moral y material, no estaba aún en la guerra.
Este documento no era un tratado entre las dos potencias. Tampoco fue una expresión final y
formal de los objetivos de paz. Sólo era una afirmación, como declaraba el documento, «de
ciertos principios comunes en las políticas nacionales de sus respectivos países, en los que
basan sus esperanzas de un futuro mejor para el mundo..»
De los ocho puntos de la Carta del Atlántico, dos se relacionan directamente con una
organización mundial.
Cláusula Sexta - vivir seguras dentro de sus fronteras, y que brinde asimismo a sus habitantes
la oportunidad de vivir emancipados del temor y de la necesidad
« Después de la destrucción total de la tiranía nazista ellos esperan ver establecida una paz
que ofrezca a todas las naciones los medios para vivir seguras dentro de sus fronteras, y que
brinde asimismo a sus habitantes la oportunidad de vivir emancipados del temor y de la
necesidad. ».
En la cláusula séptima se declara que tal paz deberá garantizar a todos los hombres la libertad
de recorrer los mares.
Organización de la Paz
« Creen ellos que todas las naciones del mundo, material y espiritualmente, deberán renunciar
al uso de la fuerza. Puesto que no se podrá asegurar la paz futura mientras haya naciones que
continúen empleando armas terrestres, navales o aéreas con fines bélicos fuera de sus
fronteras, creen ellos que mientras no se establezca un sistema más estable y amplio de
seguridad general, se impone el desarme de tales naciones.
Ayudarán también, y alentarán, cualesquiera otras medidas prácticas que alivien a los pueblos
que aman la paz del peso aplastante de los armamentos. »
En otros puntos de la Carta del Atlántico se afirman los principios básicos de la justicia
internacional: Nada de expansiones; ni cambios territoriales sin el libre y expreso deseo de los
pueblos interesados; facultad de cada país para escoger su propio sistema de gobierno; e
igualdad de condiciones para todos los países en la adquisición de materias primas.
Un mensaje de esperanza
La Carta del Atlántico, creación de los dos grandes dirigentes democráticos de entonces, y que
entrañaba además todo el apoyo moral de los Estados Unidos, produjo una profunda
impresión entre los aliados. En los países ocupados sirvió como mensaje de esperanza. Se
propuso en ella el establecimiento de una organización mundial fundamentada en las
verdades eternas de la moral internacional.
El hecho de que tuviese poca validez jurídica no le quitaba mérito. Si en último análisis la
validez de un tratado se determina por la sinceridad de sus principios, ninguna afirmación
común de fe entre dos naciones amantes de la paz podría carecer de importancia.
Poco después del regreso del primer ministro Churchill a Londres, después de su entrevista en
alta mar, se reunieron en esta ciudad diez gobiernos, que apoyaron los principios de la Carta
del Atlántico y prometieron coadyuvar en su cumplimiento en toda la medida de sus fuerzas. El
24 de septiembre, la Unión Soviética firmo esta declaración junto con los representantes de los
países ocupados de Europa: Bélgica, Checoeslovaquia, Grecia, Luxemburgo, Holanda, Noruega,
Polonia, Yugoeslavia y el del general De Gaulle, de Francia.
El día de año nuevo de 1942, el señor presidente Roosevelt y los señores Winston Churchill,
Maxim Litvinov, de la Unión Soviética, y T. V. Soong, de China, firmaron un breve documento
que luego se conocería como la Declaración de las Naciones Unidas. Al día siguiente se
sumaron los representantes de otras 22 naciones más. En este trascendental documento, los
signatarios se comprometían a poner su máximo empeño en la guerra y a no firmar una paz
por separado.
La alianza completa a que se llegó en esta forma concordaba con los principios enunciados en
la Carta del Atlántico, y la primera cláusula de la declaración de las Naciones Unidas reza que
los países signatarios
Los 26 signatarios originales fueron: Los Estados Unidos de América, el Reino Unido de la Gran
Bretaña e Irlanda del Norte, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, China, Australia,
Bélgica, Canadá, Costa Rica, Checoeslovaquia, El Salvador, Grecia, Guatemala, Haití, Honduras,
India, Luxemburgo, Nicaragua, Noruega, Nueva Zelandia, Países Bajos, Panamá, Polonia,
República Dominicana, Unión Sudafricana, Yugoeslavia .
Más tarde se adhirieron a la Declaración los siguientes países (en el orden de las firmas):
México, Colombia, Iraq, Irán, Liberia, Paraguay, Chile, Uruguay, Egipto, Siria, Francia, Filipinas,
Brasil, Bolivia, Etiopía, Ecuador, Perú, Venezuela, Turquía, Arabia Saudita, Líbano.
En una declaración firmada en Moscú, la Unión Soviética, el Reino Unido, los Estados Unidos y
China abogaron por la creación de una organización internacional responsable del
mantenimiento de la paz y la seguridad. Este objetivo se reafirmó por los líderes de los Estados
Unidos, la URSS y el Reino Unido en Teherán.
En 1943, todas las principales naciones aliadas estaban comprometidas a lograr la victoria total
y, posteriormente, a colaborar en la creación de un mundo que « brinde a sus habitantes la
oportunidad de vivir libres del temor y de la necesidad. » Empero, no se habían definido aún
las bases para una organización mundial. Esta definición surgió de la reunión de los ministros
de relaciones exteriores de la Gran Bretaña, los Estados Unidos y la Unión Soviética, que se
verificó en octubre de 1943.
El señor Cordell Hull, secretario de estado estadounidense, voló por la primera vez en su vida
para concurrir a esta reunión en Moscú. El 30 de octubre la declaración de Moscú fue firmada
por los Sres. Vyacheslav Molotov, Anthony Eden, Cordell Hull y Foo Ping Shen, este último
embajador de China en la Unión Soviética.
En diciembre, dos meses después de la declaración de las cuatro potencias, Roosevelt, Stalin y
Churchill, reunidos por primera vez en Teherán, la capital de Irán, manifestaron que habían
concertado los planes para la victoria final.
Declaraciones de Moscú
La declaración prometía una acción conjunta más efectiva para lograr la rendición del
enemigo, y proclamaba en su cláusula cuarta:
«Que ellos (los ministros de RR. EE.) reconocen la necesidad de establecer, dentro del menor
plazo posible, una organización general internacional, basada en el principio de la igualdad
soberana de todos los estados amantes de la paz, y a la cual puedan asociarse tales estados,
grandes y pequeños, para mantener la paz y la seguridad internacionales. ».
Los principios de la futura organización mundial fueron así establecidos. Pero es fue gran paso
el que hubo de darse desde la definición de los principios y propósitos de dicho organismo
hasta la creación de la estructura. Se tuvo que preparar un plan, que hubo de ser aceptado por
muchas naciones.
Con este objeto, se convocó una conferencia de carácter práctico verificada en una residencia
particular de Washington-Dumbarton Oaks-entre los representantes de China, Gran Bretaña, la
URSS y los Estados Unidos. Las discusiones terminaron el 7 de octubre de 1944. Las cuatro
potencias sometieron a la consideración de todos los gobiernos de las Naciones Unidas, y a los
pueblos de todos los países, una propuesta de estructura de la organización mundial, a fin de
que la estudiaran y discutieran.
|| Estructura
|| Funciones y responsabilidades
|| Método de Votación
Otro punto descollante del proyecto de Dumbarton Oaks es el relativo a que los estados
miembros debían poner fuerzas armadas a disposición del Consejo de Seguridad para impedir
guerras y suprimir actos de agresión. Todos estuvieron de acuerdo en que la falta de fuerzas
armadas había hecho fracasar a la Sociedad de las Naciones en sus intentos de preservar la
paz.
Los países aliados discutieron a fondo las propuestas de Dumbarton Oaks. El gobierno
británico emitió un comentario detallado, y, en los Estados Unidos, el departamento de estado
distribuyo 1.900.000 ejemplares del texto del proyecto y explicó las propuestas en
conferencias y por medio de la radio y las películas. Varios gobiernos, entre ellos los de
Australia, Bélgica, Canadá, Checoeslovaquia, Francia, Holanda, Nueva Zelandia, Noruega,
Polonia, Sudáfrica, la Unión Soviética, Gran Bretaña y los Estados Unidos, hicieron críticas
constructivas y comentarios.
Las polémicas que se suscitaron sobre esto en la prensa y la radio permitieron a los pueblos
aliados juzgar los méritos del nuevo proyecto para la paz.
Se prestó gran atención a las diferencias entre este nuevo plan y el Pacto de la Sociedad de
Naciones, y se reconoce como una mejora notable el que se pudieran poner fuerzas armadas a
disposición del Consejo de Seguridad.
Una brecha importante en las propuestas de Dumbarton Oaks aún no se había llenado: el
procedimiento de votación en el Consejo de Seguridad. Esto se hizo en Yalta en Crimea, donde
Churchill, Roosevelt y Stalin, junto con sus ministros y jefes de Estado Mayor extranjeros, se
reunieron en la conferencia. El 11 de febrero de 1945, la conferencia anunció que esta
cuestión se había resuelto, y se convocó la Conferencia de San Francisco.
“Hemos decidido -los tres líderes declararon- sobre el establecimiento de una organización
internacional general para mantener la paz y la seguridad, con nuestros aliados [...] Hemos
acordado que una Conferencia de las Naciones Unidas debe ser llamada para reunirse en San
Francisco, Estados Unidos, el 25 de abril de 1945, para preparar la Carta de dicha organización,
a lo largo de las líneas propuestas en las conversaciones formales de Dumbarton Oaks. ”
Las invitaciones se enviaron el 5 de marzo de 1945, y a los que fueron invitados se les informó
del acuerdo alcanzado en Yalta y sobre el procedimiento de votación en el Consejo de
Seguridad.
Sólo una - Polonia - no concurrió debido a que la formación de su nuevo gobierno no llegó
oportunamente a conocimiento de la conferencia. Por tanto, se dejó un espacio en blanco para
la firma de dicho país, que se contaba entre los signatarios originales de la declaración. Cuando
se reunió la conferencia no existía un gobierno polaco universalmente reconocido, mas, a su
advenimiento el 28 de junio de 1945, se allanó este obstáculo, y el 15 de octubre del mismo
año dicho país firmó la Carta y se convirtió en uno de los miembros originarios.
Asistieron 850 delegados, que con sus asesores y colaboradores, y el personal de la secretaría,
sumaban 3.500. Fueron allá, además, 2.500 representantes de la prensa, la radio y los
noticieros cinematográficos, y observadores procedentes de numerosas organizaciones y
sociedades. En suma, la conferencia de San Francisco fue una de las más importantes de la
historia, y quizás también la mayor de las reuniones internacionales que jamás se hayan
efectuado. Los jefes de delegación de los países que la convocaron, señores Anthony Eden, de
la Gran Bretana, Edward Stettinius, de los Estados Unidos, T. V. Soong, de China, y Vyacheslav
Molotov, de la Unión Soviética, se turnaron en la presidencia de las sesiones plenarias. En
reuniones posteriores, lord Halifax reemplazo al señor Eden, el Sr. V. K. Wellington al Sr. T. V.
Soong, y el señor Gromyko al señor Molotov.
En conferencias de esta índole, las sesiones plenarias constituyen siempre la etapa final, pues
antes de que en ellas se someta a votación cualquier proposición, es necesario realizar una
gran suma de trabajo en las comisiones preparatorias. El procedimiento de votación que se
empleo en San Francisco es de inusitada importancia, pues cada parte de la Carta tuvo que ser
aprobada por una mayoría de dos tercios de los delegados.
He aquí cómo pudo la conferencia de San Francisco terminar su gigantesca labor en sólo dos
meses:
Una Carta, Cuatro Secciones
Se formó un «comité de orientación,» integrado por los jefes de delegación. Este comité
decidía sobre todos los asuntos capitales relativos a principios y normas. Aunque cada estado
tenía un solo representante, el comité contaba con 50 miembros -demasiado numeroso para
las labores de detalle. Se encargó, entonces, a un comité ejecutivo de 14 jefes de delegación,
que sometiese recomendaciones al «comité de orientación.»
El proyecto de Carta se dividió en cuatro secciones, cada una de las cuales fue estudiada por
una «comisión.»
La cuarta comisión se ocupó del examen del proyecto de estatuto de la Corte Internacional de
Justicia.
Este proyecto de estatuto había sido redactado por un comité integrado por jurisconsultos de
44 países que se reunió en Washington en abril de 1945. Todo esto parecerá demasiado
elaborado -especialmente porque las cuatro comisiones se subdividieron a su vez en doce
comités técnicos- pero, en realidad, fue la forma más expedita de conseguir una discusión a
fondo de las cuestiones.
Hubo sólo diez sesiones plenarias, y casi 400 reuniones de comités, en que se discutieron hasta
los detalles más insignificantes. Se tropezó muchas veces con choques serios de opinión y
hubo discrepancias y hasta una que otra crisis, todo lo cual hizo temer a algunos observadores
el fracaso de la conferencia.
Véase, por ejemplo, el problema de las «organizaciones regionales». Muchos países tienen sus
propios acuerdos de defensa regional y de ayuda mutua. El sistema interamericano y la liga
árabe son casos típicos. ¿Qué papel pueden desempeñar estos acuerdos en relación con la
organización mundial? La conferencia decidió conferirles el derecho a intervenir en arreglos
pacíficos y también, en circunstancias especiales, en la aplicación de medidas siempre que los
fines y actividades de esos grupos sean compatibles con los propósitos y principios de las
Naciones Unidas.
La Sociedad de las Naciones había contado con un organismo para la revisión de tratados entre
sus miembros. ¿Deberían las Naciones Unidas adoptar un sistema análogo?
La conferencia finalmente acordó que los tratados verificados con posterioridad a la creación
de las Naciones Unidas sean registrados en la Secretaría para su publicación. En cuanto a
revisiones, no se hizo ninguna declaración expresa, pero la Asamblea General tiene poderes
para recomendar cualquier revisión cuando lo estime conveniente para la investigación de una
situación que requiera una solución pacifica.
La conferencia agregó todo un nuevo capítulo sobre un tema que no estaba incluido dentro de
las propuestas de Dumbarton Oaks: el de crear un sistema especial para los territorios bajo la
administración fiduciaria de las Naciones Unidas. Este asunto ocasionó muchos debates.
¿Debería el objetivo de la administración fiduciaria definirse como «independencia» o como
"gobierno propio" para los pueblos de estas zonas? Si independencia, ¿qué hacer en el caso de
las zonas demasiado pequeñas para defenderse por sí solas? Finalmente se recomendó que se
promoviera el desarrollo progresivo de los pueblos de los territorios en fideicomiso de manera
que éstos se encaminaran hacia la «independencia» o el "gobierno propio."
Debates y Vetos
El derecho al «veto» de cada uno de los «cinco grandes» en las actuaciones del poderoso
Consejo de Seguridad, sobre todo, ocasionó largos y acalorados debates. Hubo un momento
en que las discrepancias sobre esta cuestión amagaron acabar con la conferencia. Las
potencias menores temían que si uno de los «cinco grandes» asumía una conducta que
amenazara la paz, el Consejo de Seguridad quedaría en la imposibilidad de intervenir, mientras
que en el caso de un conflicto entre dos países que no fueran miembros permanentes del
Consejo, los «cinco grandes» podrían proceder en forma arbitraria. Por tanto, quisieron
reducir el alcance del «veto.» Pero las grandes potencias insistieron unánimemente en que
esta disposición era vital, recalcando la circunstancia de que a ella correspondía la mayor
responsabilidad en el mantenimiento de la paz mundial. Finalmente, las potencias menores
cedieron en bien de la organización mundial.
Este y otros problemas se resolvieron gracias a que cada nación estaba determinada a triunfar
en el empeño de establecer, si no una organización internacional perfecta, por lo menos la
mejor que fuese posible.
La Última Reunión
El 25 de junio los delegados se reunieron en sesión plenaria por última vez en la ópera de San
Francisco. Lord Halifax la presidió, y, al someter el texto final de la Carta a la aprobación de la
Asamblea, dijo: «La cuestión que estamos a punto de resolver con nuestro voto es la más
importante que podrá ocurrir en nuestras vidas.»
En vista del significado universal de la ocasión, propuso que, apartándose del método
acostumbrado de votar alzando la mano, se procediera en forma mas adecuada. Planteada la
cuestión, cada uno de los delegados se levanto y permaneció de pie. Lo mismo hicieron todos
los presentes -el personal adjunto, los periodistas y unos tres mil espectadores. Culminó esto
en una magna ovación que resonó en el recinto tan pronto como el presidente hubo
anunciado que la Carta había sido aprobada por unanimidad.
La Carta se firma
«La Carta de las Naciones Unidas que acabáis de firmar es una base sólida sobre la cual
podremos crear un mundo mejor. La historia os honrará por ello. Entre la victoria en Europa y
la victoria final, en la más destructora de todas las guerras, habéis ganado una batalla contra la
guerra misma . . . Gracias a esta Carta, el mundo puede empezar a vislumbrar el día en que
todos los hombres dignos podrán vivir libre y decorosamente.».
Luego el presidente Truman declaró que la Carta sólo tendría valor si los pueblos del mundo se
resolvían a hacerla cumplir:
«Si no nos valemos de ella -concluyó-, habremos traicionado a los que sacrificaron sus vidas
por que nos fuese posible reunirnos aquí, segura y libremente, para forjarla. Si intentásemos
servirnos de ella con egoísmo -en provecho de una sola nación o de un grupo pequeño de
naciones-, seríamos igualmente culpables de esa traición.».
La Carta es aprobada
La existencia de las Naciones Unidas no se inició al firmarse la Carta. En muchos países ésta
tuvo que ser sometida a la aprobación de sus respectivos congresos o parlamentos. Se había
convenido en que la Carta entraría en efecto cuando la hubiesen ratificado los gobiernos de
China, Francia, Gran Bretaña, la Unión Soviética, los Estados Unidos y la mayoría de los demás
países signatarios, y cuando estos hubiesen notificado del hecho al departamento de estado de
los Estados Unidos. El 24 de octubre de 1945 se habían llenado los requisitos, y las Naciones
Unidas comenzaron a funcionar. Los proyectos de cuatro años y las esperanzas de muchos
siglos acababan de cristalizar en una organización internacional encaminada a acabar con la
guerra y promover la paz y la justicia y una vida mejor para toda la humanidad.
A) ASAMBLEA GENERAL
Funciones y poderes
Cada Estado Miembro de la Asamblea tiene un voto. Algunos Estados miembros en mora de
pago se les podrá conceder el derecho al voto. Vea la lista de países que están en mora en el
pago de sus cuotas financieras.
Establecida en 1945 en virtud de la Carta de las Naciones Unidas, la Asamblea General ocupa
un lugar central como principal órgano deliberativo, de formulación de políticas y
representativo de las Naciones Unidas. La Asamblea está integrada por los 193 Estados
Miembros de las Naciones Unidas y proporciona un foro para el debate multilateral de toda la
gama de cuestiones internacionales que abarca la Carta. También desempeña un papel
importante en el proceso de establecimiento de normas y en la codificación del derecho
internacional.
Durante ese período, la Asamblea también lleva a cabo tradicionalmente consultas oficiosas
sobre una amplia gama de temas sustantivos, incluidos los asuntos relacionados con la
reforma de las Naciones Unidas.
Examinar, con la misma salvedad del punto anterior, las cuestiones comprendidas en el ámbito
de la Carta o que afecten a las facultades y funciones de cualquier órgano de las Naciones
Unidas y formular recomendaciones al respecto
Recibir y examinar informes del Consejo de Seguridad y otros órganos de las Naciones Unidas
Examinar y aprobar el presupuesto de las Naciones Unidas y establecer las cuotas de los
Estados Miembros
Elegir a los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad y a los miembros de otros
consejos y órganos de las Naciones Unidas, así como, por recomendación del Consejo de
Seguridad, nombrar al Secretario General.
Además, de conformidad con su resolución titulada «Unión pro Paz» (resolución 377 (V))
Documento PDF, de noviembre de 1950, la Asamblea puede adoptar medidas si el Consejo de
Seguridad no lo hiciera, a causa del voto negativo de un miembro permanente, en caso de que
parezca haber una amenaza para la paz, un quebrantamiento de la paz o un acto de agresión.
La Asamblea puede entonces examinar inmediatamente el asunto con miras a recomendar a
los Miembros la adopción de medidas colectivas para mantener o restablecer la paz y la
seguridad internacionales (véase: los períodos extraordinarios de sesiones y los períodos
extraordinarios de sesiones de emergencia ).
Cada Estado Miembro de la Asamblea tiene un voto. Las votaciones sobre cuestiones
consideradas importantes, como, por ejemplo, las recomendaciones relativas a la paz y la
seguridad y la elección de los miembros del Consejo de Seguridad, requieren una mayoría de
dos tercios de los Estados Miembros, pero otras cuestiones se deciden por mayoría simple.
En los últimos años se han hecho ímprobos esfuerzos para lograr el consenso sobre las
cuestiones planteadas, en lugar de someterlas a votación, lo cual ha contribuido a que
aumente el apoyo a las decisiones de la Asamblea. El Presidente, tras consultar con las
delegaciones y llegar a un acuerdo, puede proponer la aprobación de una resolución sin
someterla a votación.
Disposiciones prácticas
Para las cuestiones relativas a los documentos, la lista de oradores, los anuncios en el Diario de
las Naciones Unidas y más, póngase en contacto con la Secretaría de la Asamblea General.
El Manual del delegado Documento PDF revisado y publicado cada año, al comienzo de la
Asamblea General, es aplicable en todo el período de sesiones.
PRINCIPALES COMISIONES
B) EL CONSEJO DE SEGURIDAD
Conforme a la Carta, el Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad primordial de mantener
la paz y la seguridad internacionales. El Consejo de Seguridad tiene 15 miembros y cada
miembro tiene un voto. De acuerdo con la Carta, todos los Miembros de la ONU convienen en
aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad. Éste es el único órgano de la ONU
cuyas decisiones los Estados Miembros, conforme a la Carta, están obligados a cumplir.
Security Council Chambers El Salón del Consejo de Seguridad, regalo de Noruega, fue diseñado
por el artista noruego Arnstein Arneberg. Un gran mural de Per Krohg (Noruega), que simboliza
la promesa de un futuro de paz y de libertad individual, cubre la mayor parte de la pared este.
Créditos: ONU/DN
Mandato
Todos los Miembros de las Naciones Unidas se comprometen a aceptar y aplicar las decisiones
del Consejo de Seguridad. Mientras que otros órganos de las Naciones Unidas hacen
recomendaciones a los Estados Miembros, solo el Consejo de Seguridad tiene el poder de
adoptar decisiones que los Estados Miembros están obligados a aplicar en virtud de la Carta.
Cuando recibe una denuncia relativa a una amenaza a la paz, la primera medida que adopta el
Consejo generalmente es recomendar que las partes intenten llegar a un acuerdo por medios
pacíficos. El Consejo puede:
Emitir directivas de alto el fuego que puedan ayudar a prevenir una escalada del
conflicto;
Enviar observadores militares o una fuerza de mantenimiento de la paz para ayudar a
reducir las tensiones, separar a las fuerzas enfrentadas y crear un entorno de
tranquilidad en el que se puedan buscar soluciones pacíficas.
Si esto no fuera suficiente, el Consejo podrá optar por aplicar medidas coercitivas, entre ellas:
Una de sus preocupaciones principales es centrar sus acciones en los responsables de las
políticas o prácticas condenadas por la comunidad internacional, minimizando a su vez los
efectos de las medidas adoptadas en otros sectores de la población y la economía.
Los Representantes de Australia, Estados Unidos, el Reino Unido y las Naciones Unidas en la
primera sesión del Consejo de Seguridad. Primera sesión del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas celebrada el 17 de enero de 1946 en Londres (Reino Unido).
ORGANIZACION
Un representante de cada uno de sus miembros debe estar presente en todo momento en la
Sede de las Naciones Unidas para que el Consejo de Seguridad pueda reunirse cuando surja la
necesidad.
FUNCIONES Y PODERES
En la Carta de las Naciones Unidas se estipula que las funciones y poderes del Consejo de
Seguridad son:
Este Manual está formulado para usuarios internos y para el público en general. Contiene una
introducción que sitúa al Consejo de Seguridad en el contexto más amplio de las Naciones
Unidas y su funcionamiento. A continuación se incluye información práctica sobre el orden del
día, las reuniones informativas, las sesiones, el programa de trabajo, la composición, etc., del
Consejo de Seguridad, además de los Artículos de la Carta de las Naciones Unidas relativos a la
labor del Consejo, su reglamento provisional y otros documentos. También contiene un
glosario de términos referidos al Consejo de Seguridad.
TABLA DE CONTENIDOS
Introducción
Nota de la Presidencia del Consejo de Seguridad [S/2010/507]:
Orden del día
Reuniones informativas
Documentación
Consultas oficiosas
Sesiones
Programa de trabajo
Resoluciones y declaraciones de la presidencia
Órganos subsidiarios
Asuntos que se hallan sometidos al Consejo
Comunicaciones con la Secretaría y externas
Misiones del Consejo de Seguridad
Informe anual
Nuevos miembros
ESTRUCTURA
Parte del sistema de las Naciones Unidas
Para cumplir sus funciones, el Consejo de Seguridad ha creado una serie de órganos
subsidiarios que se centran en temas específicos.
ÓRGANOS SUBSIDIARIOS
El Artículo 29 de la Carta de las Naciones Unidas dispone que el Consejo de Seguridad podrá
establecer los organismos subsidiarios que estime necesarios para el desempeño de sus
funciones. Esta posibilidad se recoge también en el artículo 28 del Reglamento provisional del
Consejo.
Todos los comités y grupos de trabajo existentes están integrados por representantes de los
quince miembros del Consejo. El Presidente del Consejo, que rota cada mes, preside los
comités permanentes, y los otros comités y los grupos de trabajo están presididos o
copresididos por miembros designados del Consejo que se anuncian cada año en una Nota de
la Presidencia del Consejo de Seguridad.
El mandato de los órganos subsidiarios, ya sean comités o grupos de trabajo, puede variar
desde tratar asuntos de procedimiento (por ejemplo, documentación y procedimientos,
reuniones realizadas fuera de la Sede) hasta abordar cuestiones sustantivas (por ejemplo,
regímenes de sanciones, lucha contra el terrorismo, operaciones de mantenimiento de la paz).
a) COMITÉS
Comités Contra el terrorismo y la No proliferación: Comité contra el Terrorismo y
Comité 1540. (investigar)
Comité de Estado Mayor: El Comité de Estado Mayor ayuda a planificar las medidas de
naturaleza militar que adoptan las Naciones Unidas y a regular los armamentos.
Comités de sanciones (especiales): La finalidad de las sanciones obligatorias es ejercer
presión sobre un Estado o entidad para que respete los objetivos fijados por el Consejo
de Seguridad sin recurrir al uso de la fuerza. Para el Consejo de Seguridad, las
sanciones son pues un instrumento importante para hacer cumplir sus decisiones.
Debido al carácter universal de las Naciones Unidas, el Consejo es un órgano
especialmente apropiado para establecer y supervisar medidas de este tipo. El Consejo
ha utilizado las sanciones obligatorias como instrumento para hacer respetar sus
decisiones cuando se ha puesto en peligro la paz y ha fracasado la vía diplomática. Hay
sanciones generales de tipo económico y comercial, y otras más específicas, como el
embargo de armas, la prohibición de viajar o las restricciones financieras o
diplomáticas.
Comités permanentes y órganos especiales: Los comités permanentes tienen una
composición abierta y, en general, se constituyeron para tratar ciertas cuestiones de
procedimiento, como la admisión de nuevos miembros. Los comités especiales se
establecen por tiempo determinado y se encargan de cuestiones específicas.
Participa personal militar, civil y de policía, que trabaja para proporcionar seguridad y prestar
apoyo político y para la consolidación de la paz. Estas operaciones son flexibles y en las dos
últimas décadas han adoptado distintas formas. Las operaciones de mantenimiento de la paz
multidimensionales que se despliegan en la actualidad de destinan no solo a mantener la paz y
la seguridad, sino también a facilitar los procesos políticos, proteger a la población civil, prestar
asistencia para el desarme, desmovilización y reintegración de excombatientes, apoyar la
organización de procesos electorales, proteger y fomentar los derechos humanos, y ayudar a
restablecer el estado de derecho.
Las misiones políticas: son parte del conjunto de operaciones de paz de las Naciones
Unidas que se desarrollan en distintas etapas del ciclo de los conflictos. En algunos
casos, tras la firma de un acuerdo de paz, las misiones políticas supervisadas por el
Departamento de Asuntos Políticos durante la fase de negociaciones han sido
sustituidas por misiones de mantenimiento de la paz. En otros casos, las operaciones
de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas han dejado paso a misiones
políticas especiales que dirigen actividades de consolidación de la paz a más largo
plazo.
c) CORTES Y TRIBUNALES INTERNACIONALES
El Consejo de Seguridad estableció el Tribunal Penal Internacional para la ex-
Yugoslavia (TPIY): a raíz de las violaciones generalizadas del derecho humanitario que
se cometieron durante el conflicto de la ex-Yugoslavia. Fue el primer tribunal de
crímenes de guerra creado por las Naciones Unidas y el primer tribunal internacional
desde los tribunales de Nuremberg y Tokio creados al final de la Segunda Guerra
Mundial. El Tribunal juzga a los máximos responsables de actos atroces, como el
asesinato, la tortura, la violación, la esclavitud, la destrucción de propiedad y otros
crímenes violentos. Su objetivo es hacer justicia en favor de las miles de víctimas y sus
familias, contribuyendo, de esta manera, al establecimiento de una paz duradera en la
zona. A finales de 2011, el Tribunal había procesado a 161 personas.
El Consejo de Seguridad creó el Tribunal Penal Internacional para Rwanda (TPIR) En
1994 para enjuiciar a los responsables de genocidio y otras violaciones graves del
derecho internacional humanitario cometidas en Rwanda entre el 1 de enero y el 31
de diciembre de 1994. También le compete el enjuiciamiento de ciudadanos
ruandeses que cometieron actos de genocidio y otras violaciones del derecho
internacional en el territorio de Estados vecinos durante ese mismo período. En 1998,
el Tribunal de Rwanda pronunció el primer veredicto emitido por un tribunal
internacional sobre el crimen del genocidio, así como la primera condena por ese
crimen.
Miembros actuales
Miembros permanentes y no permanentes
Cinco miembros permanentes: China, Francia, Federación de Rusia, el Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América y
Bolivia (2018)
Egipto (2017)
Etiopía (2018)
Japón (2017)
Italia (2017)
Kazajstán (2018)
Senegal (2017)
Ucrania (2017)
Uruguay (2017)
Suecia (2018)
Bolivia, Etiopía, Italia, Kazajstán y Suecia fueron elegidos para el período 2017-2018 Disponible
en inglés.
Más de 60 Estados Miembros de las Naciones Unidas nunca han sido miembros del Consejo.
Un Estado que es Miembro de las Naciones Unidas, pero no del Consejo de Seguridad podrá
participar sin derecho a voto, en sus deliberaciones cuando el Consejo considera que los
intereses de ese país se ven afectadas. Tanto los miembros y los no miembros de las Naciones
Unidas, si son partes en una controversia que se considera por el Consejo, podrán invitarse a
participar, sin derecho a voto en las deliberaciones del Consejo, el Consejo establece las
condiciones para la participación de un Estado no miembro.
La Carta de las Naciones Unidas estableció la creación del ECOSOC en 1945, que se convirtió en
uno de los seis órganos principales de las Naciones Unidas.
Las reformas llevadas a cabo a lo largo del último decenio, en particular la aprobación de la
resolución 68/1, de la Asamblea General, han fortalecido el papel destacado que desempeña
el ECOSOC en la identificación de nuevos retos, la promoción de la innovación y el logro de una
integración equilibrada de los tres pilares del desarrollo sostenible (económico, social y
ambiental). El ECOSOC se encarga de prestar especial atención al seguimiento coordinado de
los resultados de las grandes conferencias y cumbres de las Naciones Unidas.
En virtud de la función de coordinación que ejerce dentro del sistema de las Naciones Unidas,
el ECOSOC actúa como un intermediario que permite al resto del mundo establecer alianzas
con la Organización y participar en ella. El Consejo funciona como un excepcional punto de
encuentro a nivel mundial para la celebración de diálogos productivos entre los encargados de
la formulación de políticas, los parlamentarios, los académicos, las fundaciones, las empresas,
los jóvenes y las más de 3.200 organizaciones no gubernamentales registrada.
Cada año, el ECOSOC estructura su labor en torno a un tema anual de importancia mundial
para el desarrollo sostenible. Ello garantiza que tanto los diversos asociados del ECOSOC como
el conjunto del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo presten atención específica a
tales cuestiones.
La serie de sesiones de alto nivel del ECOSOC incluye la celebración de los siguientes actos:
El Foro Político de Alto Nivel, que proporciona liderazgo político, orientación y
recomendaciones para el desarrollo sostenible, y realiza el examen del progreso en el
cumplimiento de los compromisos en materia de desarrollo sostenible;
El Foro sobre Cooperación para el Desarrollo que examina las tendencias y los
progresos en la cooperación para el desarrollo.
Con miras a la organización de su labor, el Consejo celebra, a lo largo de todo el año, una serie
de breves períodos de sesiones y un gran número de reuniones preparatorias, mesas redondas
y paneles de debate con la participación de representantes de la sociedad civil. En julio, el
Consejo celebra un período de sesiones sustantivo de cuatro semanas de duración, que tiene
lugar alternativamente en Nueva York y Ginebra y está estructurado en cuatro series de
sesiones (de alto nivel, de coordinación, sobre actividades operacionales, sobre asuntos
humanitarios y de carácter general). Durante la serie de sesiones de alto nivel, los ministros de
gobierno nacionales y los jefes de los organismos internacionales, así como otros funcionarios
de alto nivel, debaten las principales cuestiones de política económica, social y ambiental. Por
lo general, se aprueba una Declaración Ministerial sobre el tema de la serie de sesiones de alto
nivel, en la que se establecen una orientación normativa y recomendaciones para la adopción
de medidas. Los idiomas oficiales del Consejo Económico y Social son el árabe, el chino, el
español, el francés, el inglés y el ruso. La labor del Consejo durante todo el año se lleva a cabo
a través de sus órganos subsidiarios y órganos conexos.
¿Dónde puedo consultar la composición actual?
El ECOSOC está compuesto por 54 Gobiernos miembros elegidos por la Asamblea General para
desempeñar mandatos de tres años. Los puestos en el Consejo se distribuyen en función de la
representación geográfica, asignándose 14 de ellos a los Estados de África, 11 a los Estados de
Asia, 6 a los Estados de Europa Oriental, 10 a los Estados de América Latina y el Caribe y 13 a
los Estados de Europa Occidental y otros Estados. La composición actual está publicada en la
página relativa a los miembros del ECOSOC.
La Mesa del ECOSOC está compuesta por un gobierno de cada una de las cinco regiones
mundiales: América Latina y el Caribe, África, Asia, Europa Oriental, y Europa Occidental y
otros países desarrollados. Cada año se elige a un representante de una región diferente para
que ocupe el cargo de Presidente del Consejo. La información sobre la Mesa del ECOSOC
correspondiente a 2015 está publicada aquí.
Situación actual
Antecedentes
Al crear un régimen internacional de administración fiduciaria, la Carta estableció el
Consejo de Administración Fiduciaria como uno de los órganos principales de las Naciones
Unidas y le asignó la función de supervisar la administración de los territorios en
fideicomiso puestos bajo el régimen de administración fiduciaria. El objetivo principal de
este régimen consistía en promover el adelanto de los habitantes de los territorios en
fideicomiso y su desarrollo progresivo hacia el gobierno propio o la independencia. El
Consejo de Administración Fiduciaria está constituido por los cinco miembros
permanentes del Consejo de Seguridad: China, los Estados Unidos, la Federación de Rusia,
Francia y el Reino Unido. Los propósitos del régimen de administración fiduciaria se han
cumplido a tal punto que todos los territorios en fideicomiso han alcanzado el gobierno
propio o la independencia, ya sea como Estados separados o mediante su unión con países
independientes vecinos.
Funciones y poderes
De los seis órganos principales de las Naciones Unidas (Asamblea General, Consejo de
Seguridad, Consejo Económico y Social, Consejo de Administración Fiduciaria y Corte
Internacional de Justicia) es el único que no se sitúa en Nueva York (Estados Unidos).
Historia
Los orígenes
Las Conferencias de Paz de La Haya y la Corte Permanente de Arbitraje
La Corte Permanente de Justicia Internacional
La Corte Internacional de Justicia
La creación de la Corte supuso el punto culminante de la evolución que han
experimentado los métodos para el arreglo pacífico de las controversias
internacionales. Los orígenes de estos procesos tienen más de dos mil años de
antigüedad.
El Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas enumera los siguientes métodos para el
arreglo negociación,
investigación,
mediación,
conciliación,
arbitraje,
arreglo judicial y
recurso a organismos o acuerdos regionales.
Algunos de los métodos de esta lista, a la que habría que añadir los buenos oficios,
conllevan la participación de terceros.
La mediación, por ejemplo, sitúa a las partes enfrentadas en una posición desde la cual
ellas mismas pueden resolver la controversia, gracias a la intervención de un tercero.
Lo mismo sucede con el arreglo judicial (el método que emplea la Corte Internacional de
Justicia), salvo en el sentido de que una corte está sometida a normas más estrictas que un
tribunal arbitral, sobre todo en cuestiones de procedimiento.
Los orígenes
A pesar de la antigüedad de los métodos, se reconoce en general que la historia moderna
del arbitraje comienza con el llamado Tratado de Jay, de 1794, entre los Estados Unidos de
América y Gran Bretaña. En este Tratado de Amistad, Comercio y Navegación se estipuló la
creación de tres comisiones mixtas, formadas por el mismo número de norteamericanos
que de británicos, con el fin de arreglar varias cuestiones que ambos países no habían sido
capaces de resolver mediante la negociación. Si bien es verdad que estas comisiones
mixtas no podían dictar sentencias, estrictamente hablando, en cierto modo sí que
estaban pensadas para funcionar como tribunales. Consiguieron que volviera a surgir el
interés por el proceso de arbitraje. A lo largo del siglo XIX, los Estados Unidos y el Reino
Unido recurrieron en varias ocasiones a ellas, y también lo hicieron otros tantos Estados en
Europa y en las Américas.
El arbitraje en 1872 de la Cuestión de Alabama, entre el Reino Unido y los Estados Unidos,
marcó una segunda etapa que fue aún más decisiva. En el marco del Tratado de
Washington de 1871, ambos países acordaron someter a arbitraje una demanda
presentada por Estados Unidos contra el Reino Unido por supuesta violación de la
neutralidad durante la guerra civil estadounidense. Los dos Estados establecieron un
reglamento sobre las obligaciones que el tribunal debía aplicar para permanecer neutral.
Dicho tribunal estaba compuesto, previo acuerdo por parte de los dos países, por cinco
miembros designados, respectivamente, por los Jefes de Estado de Estados Unidos, Reino
Unido, Brasil, Italia y Suiza. El tribunal arbitral falló que Gran Bretaña debía pagar una
indemnización; Gran Bretaña cumplió con la orden de manera ejemplar. Así se demostró la
eficacia del arbitraje en el arreglo de una controversia importante, y durante los últimos
años del siglo XIX este procedimiento contribuyó a que se mejorara en varios aspectos:
Cada vez fue más habitual que en los tratados se insertaran cláusulas en que se
ofrecían recursos para el arbitraje en el caso de que surgieran disputas entre las partes
firmantes.
Se concluyeron tratados generales de arbitraje para el acuerdo de clases específicas de
disputas interestatales.
Se aunaron los esfuerzos para construir una ley general de arbitraje, de modo que los
países que quisieran recurrir a estos métodos de arreglo de disputa no se vieran en la
obligación acordar, cada vez que recurriesen al tribunal, el procedimiento que fuera a
adoptarse, la composición del tribunal, las normas que se seguirían y los factores que
se tendrían en cuenta para emitir el fallo.
Se propuso la creación de un tribunal arbitral permanente internacional para que no
fuera necesario establecer un tribunal ad hoc específico que tratara cada disputa
arbitrable.
La Conferencia de Paz de La Haya de 1899, reunida por iniciativa del zar Nicolás II, supuso el
comienzo de una tercera fase en la historia moderna del arbitraje internacional. En la
Conferencia participaron Estados minoritarios de Europa y algunos países de Asia y México, lo
que supuso un adelanto para su época. El principal objetivo era debatir acerca de la paz y el
desarme. La Conferencia concluyó con la adopción de un Convenio para el arreglo pacífico de
las controversias internacionales; no solo trataba el arbitraje, sino también otros métodos de
arreglo pacífico, como los buenos oficios y la mediación.
Unos años más tarde, en 1907, se celebró en La Haya una segunda Conferencia de Paz de La
Haya, a la que los Estados de América Central y del Sur también fueron invitados. En esta
Conferencia se revisaron el Convenio y la mejora de las normas que regían el reglamento
arbitral; algunos de los participantes habrían preferido que la Conferencia no se hubiera
limitado a la mejora del mecanismo creado en 1899. El Secretario de Estado de los Estados
Unidos, Elihu Root, había dado instrucciones a la delegación de Estados Unidos para trabajar
por la creación de un tribunal permanente, compuesto únicamente por magistrados, que no
tuvieran otra ocupación laboral y que se dedicaran a tiempo completo al juicio de casos
internacionales por métodos judiciales.
Los Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania presentaron una propuesta conjunta para crear
un tribunal permanente, pero la Conferencia no pudo llegar a un acuerdo sobre ello. En el
curso de los debates se puso de manifiesto que una de las mayores dificultades era la de
encontrar un mecanismo aceptable para elegir a los magistrados: ninguna de las propuestas
que se habían presentado logró obtener el apoyo general. La Conferencia se limitó a
recomendar la adopción del proyecto de convenio adjunto para el establecimiento de una
Corte de Justicia Arbitral y su implantación tan pronto como se llegue a un acuerdo sobre la
elección de jueces y la constitución de la Corte. A pesar de que tal tribunal nunca llegó a ver la
luz, el proyecto de convenio que de él habría surgido sirvió para concebir ciertas ideas
fundamentales en las que, algunos años más tarde, se inspiró la redacción de los Estatutos de
la Corte Permanente de Justicia Internacional.
En cierto modo, el trabajo de las dos Conferencias de Paz de La Haya y las ideas a las que
inspiraron en miembros políticos de los Estados y magistrados influyó a la creación de la Corte
de Justicia Centroamericana (que estuvo en funcionamiento de 1908 a 1918) y en varios planes
y propuestas que gobiernos y órganos nacionales e internacionales formularon entre 1911 y
1919 para el establecimiento de una corte de justicia internacional. Dichos planes culminaron
en la creación de la Corte Permanente de Justicia Internacional, en el marco del nuevo sistema
internacional que se erigió al fin de la Primera Guerra Mundial.
La Asamblea estimó que una única votación no sería suficiente para establecer la Corte
Permanente de Justicia Internacional, y que cada Estado representado en la Asamblea tendría
por lo tanto que ratificar formalmente el Estatuto. En una resolución del 13 de diciembre de
1920, la Asamblea llamó al Consejo a que sometiera a los miembros de la Sociedad de las
Naciones a un protocolo para adoptar el Estatuto, y decidió que el Estatuto entraría en vigor
tan pronto como el protocolo fuese ratificado por la mayoría de los Estados Miembros. El
protocolo se abrió para firma el 16 de diciembre. Para cuando se celebró la siguiente sesión de
la Asamblea, en septiembre de 1921, la mayoría de los miembros de la Sociedad ya había
firmado y ratificado el protocolo. Así pues, el Estatuto entró en vigor. Posteriormente se revisó
en una ocasión, en 1929; la versión revisada resultante entró en vigor en 1936. Entre otras
cosas, el nuevo Estatuto resolvió el antes insuperable problema de la elección de miembros de
una corte internacional permanente: los magistrados serían elegidos simultáneamente pero
por separado por el Consejo y la Asamblea de la Sociedad, teniendo en mente que en aquellos
elegidos estuvieran "representadas las grandes civilizaciones y los principales sistemas
jurídicos del mundo". Aunque esta solución pueda resultar ahora muy sencilla, que se
alcanzara en 1920 fue un logro nada desestimable. Las primeras elecciones se celebraron el 14
de septiembre de 1921. Tras los acercamientos del gobierno holandés en la primavera de
1919, se decidió que la sede permanente de la Corte Permanente de Justicia Internacional se
estableciera en el Palacio de la Paz de La Haya, compartiendo emplazamiento con la Corte
Permanente de Arbitraje. Así fue que en el Palacio de la Paz, el 30 de enero de 1922, tuvo lugar
la sesión preliminaria de la Corte, dedicada a la elaboración de sus normas, y el 15 de febrero
de 1922 se celebró su sesión inaugural, con el magistrado holandés Bernard C. J. Loder como
Presidente.
La Corte Permanente de Justicia Internacional se había convertido una realidad. El gran avance
que supuso para la historia de los procedimientos legales internacionales se aprecia en los
siguientes aspectos:
A pesar de que la Corte Permanente de Justicia Internacional se concibió a través de y por obra
de la Sociedad de las Naciones, no era parte de la Sociedad. Ambos órganos estaban
estrechamente unidos, lo que quedó claro, entre otras cosas, porque Consejo y la Asamblea de
la Sociedad elegían periódicamente a los miembros de la Corte, y porque tanto el Consejo
como la Asamblea tenían derecho a solicitar opiniones consultivas por parte de la Corte. La
Corte nunca fue parte integrante de la Sociedad, al igual que el Estatuto no formó parte del
Pacto. Además, un Estado que fuera miembro de la Sociedad de Naciones no era
automáticamente parte en el Estatuto de la Corte.
Entre 1922 y 1940, la Corte Permanente de Justicia Internacional trató 29 casos contenciosos
entre los Estados y emitió 27 opiniones consultivas. Al mismo tiempo, varios cientos de
tratados, convenciones y declaraciones conformaron el mecanismo de reglamentación por
categorías específicas de controversias. Por lo tanto, se disipó toda duda en cuanto a si una
corte permanente de justicia internacional podía funcionar de una manera práctica y con
eficacia. La Corte Permanente de Justicia Internacional resultó muy valiosa para la comunidad
internacional, y esto se puso de manifiesto de diversas formas. En primer lugar, se desarrolló
un mecanismo judicial auténtico, prueba de ello fue el Reglamento de la Corte, elaborado la
Corte en 1922 y revisado posteriormente en tres ocasiones, en 1926, 1931 y 1936. También
estaba la Resolución relativa a la Práctica Judicial de la Corte, adoptada por la Corte en 1931 y
revisada en 1936, que establecía el procedimiento interno aplicable durante las deliberaciones
de cada caso. Además, al tiempo que ayudaba a resolver algunas controversias internacionales
graves, muchas de ellas consecuencias de la Primera Guerra Mundial, las decisiones de la Corte
Permanente de Justicia Internacional con frecuencia aclararon aspectos que antes resultaban
inciertos sobre el derecho internacional, a cuyo desarrollo contribuyeron enormemente.
Mientras tanto, el 30 de octubre de 1943, tras una conferencia que reunió a China, la URSS, el
Reino Unido y los Estados Unidos, se publicó una declaración conjunta reconociendo la
necesidad «de establecer, dentro del menor plazo posible, una organización general
internacional, basada en el principio de la igualdad soberana de todos los estados amantes de
la paz, y a la cual puedan asociarse tales estados, grandes y pequeños, para mantener la paz y
la seguridad internacionales».
Esta declaración sirvió como puente a los encuentros en que participaron los Cuatro Poderes
en Dumbarton Oaks, cuyo resultado fue la publicación, el 9 de octubre de 1944, de una
propuesta para el establecimiento de una organización general internacional que incluyese
una corte internacional de justicia. El siguiente paso sería la celebración de una reunión en
Washington, en abril de 1945, de un comité de jurisconsultos en que estaban representados
44 Estados. A este Comité, bajo la presidencia de G. H. Hackworth (Estados Unidos), se le
confió la tarea de preparar un borrador del Estatuto para la futura Corte Internacional de
Justicia; dicho borrador debía presentarse en la Conferencia de San Francisco, que entre abril y
junio de 1945 constituiría la Carta de las Naciones Unidas. El borrador del Estatuto preparado
por el Comité está basado en el Estatuto de la Corte Permanente de Justicia Internacional y no
era, por lo tanto, un texto completamente nuevo. No obstante, el Comité se vio obligado a
dejar algunas preguntas sin respuesta, estimando que correspondía a la Conferencia tomar las
decisiones pertinentes: ¿Debía crearse una nueva corte? ¿Cómo se habría de establecer la
misión de la corte de funcionar como principal órgano judicial de las Naciones Unidas? ¿Tenía
que ser obligatorio el reglamento y, en el caso de serlo, hasta qué punto? ¿Con qué criterio se
elegiría a los magistrados? Las respuestas finales a estos asuntos, y la versión definitiva del
Estatuto, se alcanzaron en la Conferencia de San Francisco, en la que participaron 50 Estados.
La Conferencia rechazó que el reglamento fuese obligatorio y se manifestó a favor de crear
una corte completamente nueva, que fuese un órgano principal dentro de las Naciones Unidas,
al mismo nivel que la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y
Social, el Consejo de Administración Fiduciaria y la Secretaría; el Estatuto estaría anexionado a
la Carta y formaría parte de ella. Las principales razones que impulsaron la decisión de la
Conferencia de crear una nueva corte fueron las siguientes:
Puesto que la corte iba a ser el principal órgano judicial de las Naciones Unidas, se
consideró inadecuado para este papel al Tribunal Permanente de Justicia
Internacional, que había estado vinculado hasta entonces a la Sociedad de Naciones y
que en aquel momento se encontraba al borde de la disolución.
La creación de una nueva corte era más más consistente con lo dispuesto en la Carta
acerca de que todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas serían, ipso facto,
partes en el Estatuto de la Corte;
Algunos de los Estados partes del Estatuto de la Corte Permanente de Justicia
Internacional no participaron en la Conferencia de San Francisco y, por el contrario,
algunos de los Estados que sí participaron no eran partes del Estatuto.
Algunos sectores tenían la sensación de que la Corte Permanente de Justicia
Internacional formaba parte de un viejo orden en el que los Estados europeos habían
dominado los asuntos políticos y judiciales de la comunidad internacional. También
opinaban que la creación de una nueva corte facilitaría el hecho de que los Estados no
europeos desempeñaran papeles más influyentes. Esto ha sucedido en la práctica con
el aumento del número de miembros de las Naciones Unidas de 51 en 1945 a 192 en
2006.
iembros de la Corte
La Corte Internacional de Justicia está formada por 15 magistrados que eligen, por períodos de
nueve años, la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad. Estos
órganos votan simultáneamente pero por separado. Para ser elegido, cada candidato debe
obtener la mayoría absoluta en ambos órganos, lo que conlleva que a veces sean necesarias
varias rondas de votación.
Para asegurar cierta continuidad, cada tres años se somete a elección únicamente un tercio de
la Corte. Los magistrados pueden ser reelegidos. Si alguno de ellos fallece o renuncia a su
cargo durante su judicatura, se celebra lo antes posible una elección extraordinaria para elegir
a un magistrado que cubra su vacante durante el resto del mandato.
Las elecciones se celebran en Nueva York (Estados Unidos) cada otoño con ocasión de las
sesiones anuales de la Asamblea General. Los magistrados que se eligen en cada elección
trienal comienzan su mandato el 6 de febrero del año posterior a su nombramiento. A
continuación la Corte procede a elegir, en votación secreta, a un Presidente y un
Vicepresidente cuyos mandatos tendrán una duración de tres años.
Todos los Estados partes en el Estatuto de la Corte tienen derecho a proponer candidatos. La
propuesta no la formulan directamente los gobiernos de cada Estado sino los miembros de los
grupos nacionales de la Corte Permanente de Arbitraje (ver «Historia»): cuatro juristas que
pueden ejercer como miembros de un tribunal arbitral según lo establecido en las
Conferencias de la Haya de 1899 y 1907. En el caso de los países que no están representados
en la Corte Permanente de Arbitraje, los candidatos se designan por un grupo constituido de la
misma forma. Cada grupo puede proponer hasta cuatro candidatos, de los cuales solamente
dos pueden ser de su propia nacionalidad; los otros pueden provenir de cualquier país, sin que
importe que se trate o no de un Estado parte del Estatuto ni si haya declarado o no que acepta
la jurisdicción de la CIJ. Los nombres de los candidatos se deben comunicar al Secretario
General de las Naciones Unidas en el plazo que la persona que ostenta dicho cargo estime
oportuno.
Los candidatos deben ser personas que gocen de alta consideración moral y que reúnan las
condiciones requeridas para el ejercicio de las más altas funciones judiciales en sus respectivos
países, o que sean juriconsultos de reconocida competencia en materia de Derecho
internacional.
La Corte no puede estar formada por más de un miembro proveniente de un mismo Estado.
Además, la Corte en su conjunto debe representar a las principales civilizaciones y a los
sistemas jurídicos más importantes del mundo.
En la práctica, este principio se refleja en la distribución de la Corte, que se reparte entre las
principales regiones del mundo. Actualmente, dicha distribución es la siguiente: 3 miembros
proceden de África; 2 de América Latina y el Caribe; 3 de Asia; 2 de Europa Oriental y 5 de
Europa Occidental y otros Estados. Dicha distribución se corresponde con la del Consejo de
Seguridad. A pesar de que ningún país tiene más derecho que otro a la participación, la Corte
siempre ha estado formada por magistrados de la misma nacionalidad que los miembros
permanentes del Consejo de Seguridad.
Para garantizar la independencia, ningún miembro de la Corte podrá ser separado de su cargo
salvo que, a juicio unánime de los demás miembros, haya dejado de satisfacer las condiciones
requeridas. Esta situación nunca se ha dado.
Ningún miembro de la Corte puede comprometerse con cualquier otra ocupación profesional
durante su mandato. Se prohíbe a todos los miembros que ejerzan funciones políticas o
administrativas, así como que actúen como agentes, asesores jurídicos o abogados en caso
alguno. La propia Corte será la encargada de aclarar cualquier duda que pueda surgir a este
respecto.
Una vez se han comprometido con la Corte, los miembros gozan de privilegios e inmunidades
equiparables a aquellas de los jefes de misiones diplomáticas. En La Haya, el Presidente tiene
precedencia sobre el decano del cuerpo diplomático, tras el cual la precedencia se alterna
entre los magistrados y los diplomáticos. Cada miembro de la Corte percibe un salario anual
que consta de un sueldo básico (que en 2010 era de 166.596 dólares de los Estados Unidos) y
de ajustes por lugar de destino; el Presidente percibe, además, un estipendio especial de
15.000 dólares de Estados Unidos al año. El coeficiente de ajuste varía cada mes y está sujeto a
la tasa de cambio de la ONU entre el dólar de los Estados Unidos y el euro. Al abandonar sus
funciones en la Corte, los Miembros reciben una pensión anual, que asciende al 50 por ciento
del sueldo básico anual si han cumplido el mandato de nueve años.
Aunque la Corte debe estar permanentemente activa, tan solo el Presidente tiene la obligación
de residir en La Haya. Sin embargo, se exige al resto de Miembros de la Corte que estén a
disposición del tribunal en todo momento, excepto en las vacaciones jurídicas, en los períodos
de licencia o en situaciones en las que por enfermedad o razones graves no puedan asistir. En
la práctica, casi todos los Miembros de la Corte residen en La Haya y pasan la mayor parte del
año allí.
La Presidencia
Los miembros de la Corte eligen al Presidente y al Vicepresidente cada tres años por medio de
votación secreta. Las elecciones se celebrarán en la fecha en que comiencen su mandato los
Miembros de las Corte que resultaran elegidos en las elecciones trienales, o poco después. Se
necesita la mayoría absoluta y no hay ningún condicionante en cuanto a la nacionalidad. El
Presidente y el Vicepresidente pueden ser reeligidos.
El Presidente preside todas las sesiones de la Corte, dirige sus trabajos y supervisa la
administración de la Corte, con la ayuda de un Comité Presupuestario y Administrativo y otros
comités, todos formados por miembros de la Corte. En caso de empate en las deliberaciones,
el Presidente tendrá el voto decisivo.
En La Haya, donde debe residir, el Presidente tiene precedencia sobre los decanos de los
cuerpos diplomáticos.
El 6 de febrero de 2009, la Corte eligió a Hisashi Owada (Japón) como Presidente y a Peter
Tomka (Eslovaquia) como Vicepresidente.
Salas y comités
Salas
La Corte, por lo general, desempeña sus funciones en pleno (basta con un quórum de nueve
magistrados, sin contar los magistrados especiales, o ad hoc, para constituirla). Sin embargo,
puede formar también salas permanentes o provisionales.
Respecto a la constitución de una Sala de conformidad con el Artículo 26.1 del Estatuto, hay
que observar que, en 1993, la Corte creó la Sala de asuntos relacionados con el medio
ambiente, que se reconstituyó periódicamente hasta 2006. En los trece años de existencia de
la Sala, ningún Estado solicitó que ésta tratara un asunto. Por consiguiente, en 2006 la Corte
decidió no convocar elecciones para el estrado de dicha Sala.
Las disposiciones del Reglamento relativas a las salas de la Corte probablemente sean de
interés para los Estados a los que se les requiere que presenten una controversia ante la Corte,
o que tienen razones especiales para hacerlo, pero que por la urgencia u otras razones
prefieren tratar con un cuerpo pequeño antes que con la Corte al completo.
A pesar de las ventajas que ofrecen las salas en algunos asuntos, su uso continúa siendo
excepcional, de acuerdo con las condiciones del Estatuto. Para constituirlas se necesita el
consentimiento de las partes. Mientras que, hasta la fecha, no se ha llevado ningún asunto a
los dos primeros tipos de salas, las salas ad hoc, o especiales, se han encargado de seis.
Esta Sala, que si lo requieren las partes verá y decidirá sobre los casos por el procedimiento
abreviado, está integrada actualmente por:
Miembros:
Miembros suplentes:
La primera sala especial o ad hoc se constituyó en 1982 para tratar el asunto relativo a la
Delimitación de la frontera marítima en la zona del Golfo de Maine entre Canadá y los Estados
Unidos, y la segunda en 1985 para tratar el caso de la Disputa fronteriza entre Burkina Faso y la
República de Malí. La tercera se creó en marzo de 1987 para el caso relativo a Elettronica
Sicula S.p.A (ELSI) entre los Estados Unidos de América e Italia y la cuarta se constituyó en
mayo de 1987 para tratar el asunto de la Controversia relativa al límite terrestre, insular y
marítimo entre El Salvador y Honduras. El año 2002 vio la constitución de la quinta, para
conocer de la causa Controversia fronteriza (Benin/Níger), y la sexta, para ver la Solicitud de
revisión del fallo de 11 de septiembre de 1992 en la causa relativa a la controversia sobre
fronteras terrestres, insulares y marítimas (El Salvador contra Honduras: intervención de
Nicaragua) (El Salvador contra Honduras).
Cada Sala se compuso de cinco miembros. La Sala que se reunió para el asunto del Golfo de
Maine contaba con cuatro Miembros de la Corte (uno de ellos de nacionalidad de una de las
partes) y un magistrado especial elegido por la otra parte. La Sala que se constituyó para el
asunto de la Disputa fronteriza (Burkina Faso/República de Malí) estaba integrada por tres
Miembros de la Corte y dos magistrados especiales elegidos por las partes. La Sala creada para
el asunto de Elettronica Sicula S.p.A (ELSI) estaba compuesta por cinco Miembros de la Corte
(dos de ellos de la nacionalidad de una de las partes). La Sala que vio el asunto relativo a la
Controversia relativa al límite terrestre, insular y marítimo estaba formada por tres miembros
de la Corte y dos magistrados especiales elegidos por las partes, al igual que las dos Salas que
se constituyeron en 2002.
Comités
El Comité Presupuestario y Administrativo
El Comité Presupuestario y Administrativo prepara las decisiones que tiene que tomar la Corte
respecto a cuestiones administrativas. Se compone del Presidente, el Vicepresidente y de
cuatro a cinco magistrados elegidos cada tres años.
Presidente
Vicepresidente
Magistrados
El Comité de la Biblioteca
Magistrados
En 1979, la Corte creó un Comité del Reglamento permanente. Éste aconseja a la Corte en
asuntos de procedimiento y en métodos de trabajo.
Magistrados
Conforme al Artículo 31.2 y 31.3 del Estatuto de la Corte, un estado parte en un asunto ante la
Corte que no cuente con un magistrado de su nacionalidad entre los miembros de la Corte
podrá escoger a un/a magistrado/a especial, o ad hoc, para ese asunto concreto, de
conformidad con las condiciones previstas en los Artículos 35 a 37 del Reglamento de la Corte.
Antes de asumir sus funciones, el magistrado especial hace la misma declaración solemne que
el resto de los miembros de la Corte. No ha de tener necesariamente (y con frecuencia no la
tiene) la nacionalidad del mismo Estado que lo designa.
El magistrado especial participa en toda decisión relativa al asunto en plena igualdad con sus
demás colegas y percibe una remuneración de la Corte por cada día que ejerza sus funciones,
es decir, por cada día que haya pasado en La Haya trabajado en la Corte, así como cada día que
haya dedicado a estudiar el asunto fuera de La Haya.
Las partes deben anunciar cuanto antes si tienen intención de elegir un magistrado especial.
En los casos, que ocurren con frecuencia, en que las partes en litigio son más de dos, se ha
establecido que las que tengan el mismo objetivo no puedan tener más que un solo
magistrado especial para todas; o, en el supuesto en que una de ellas ya cuente con un
magistrado de su nacionalidad, no se les permitirá elegir ninguno especial. Por consiguiente,
existen varias posibilidades, de las que ya se han dado los siguientes casos: que dos
magistrados tengan la nacionalidad de las partes, que se elijan dos magistrados especiales, que
un magistrado ordinario tenga la nacionalidad de una de las partes y se elija uno especial, y
que ninguno de los magistrados ordinarios tenga la nacionalidad de una de las partes y
tampoco se elijan magistrados especiales.
Los estudiosos del derecho no han puesto en duda el derecho de un magistrado electo de
nacionalidad de una de las partes de un asunto a participar en él. El resultado de los votos de
la Corte y de las opiniones independientes y en contra que han presentado estos magistrados
deja ver claramente que a menudo han votado en desacuerdo con su propio país. El
establecimiento de un magistrado especial, por el contrario, no ha recibido un apoyo unánime.
La Comisión Interaliada de 1943 expuso que «de hecho, los países no confiarán plenamente en
la decisión de la Corte sobre un asunto que les concierne si no participa un magistrado que
ostente su nacionalidad, en especial si se incluye a uno de la nacionalidad de la otra parte»,
mientras que algunos miembros de la Sexta Comisión de la Asamblea General, durante los
debates que se desarrollaron entre 1970 y 1974 acerca del papel de la Corte, expresaron la
opinión de que «el organismo, que es un vestigio de los antiguos procedimientos arbitrales,
sólo se justificaba por el carácter novedoso de las competencias judiciales internacionales y sin
duda desaparecería cuando dichas competencias se establecieran de manera más firme». Sin
embargo, numerosos autores son de la opinión de que es útil para la Corte que en las
deliberaciones participe una persona que esté más familiarizada con las opiniones de una de
las partes de lo que puedan estarlo a veces los magistrados electos.
FUNCIONAMIENTO DE LA CORTE
La Corte desempeña una doble misión: el arreglo de las controversias de orden jurídico entre
los Estados que le sean sometidas por estos (procedimiento contencioso) y la emisión de
dictámenes consultivos sobre cuestiones jurídicas que le sometan los órganos u organismos de
las Naciones Unidas (procedimiento consultivo).
Procedimiento contencioso
Solo los Estados pueden ser partes en el procedimiento contencioso (los Estados Miembros de
las Naciones Unidas y otros Estados que sean partes en el Estatuto de la Corte o que hayan
aceptado su jurisdicción bajo ciertas condiciones).
La Corte solo tendrá competencia para conocer de un asunto si los Estados implicados han
aceptado su jurisdicción de alguna de las siguientes maneras:
Los Estados no tendrán representantes permanentes acreditados ante la Corte. Dirigirán sus
comunicaciones al Secretario a través del ministro de Asuntos Exteriores o el embajador
correspondiente en los Países Bajos. Cuando sean partes de un caso ante la Corte, contarán
con la representación de un agente. Los agentes desempeñan la misma labor y tienen los
mismos derechos y deberes que un abogado en un tribunal nacional. Sin embargo, dado que
en este caso se trata de relaciones internacionales, el agente también actuará como si
estuviera al frente de una misión diplomática especial y tendrá poderes para comprometer a
un Estado soberano. Recibirá comunicaciones del Secretario respecto al caso y le enviará a su
vez toda la correspondencia y los alegatos debidamente firmados o certificados. En las
audiencias públicas, el agente presenta los alegatos en nombre del gobierno al que representa.
En general, el agente se encarga de todos los actos formales que tiene que realizar el gobierno
al que representa. A veces recibe la asistencia de coagentes, viceagentes o subagentes, y
siempre dispone de consejeros o abogados, cuyo trabajo coordina para que le ayuden en la
preparación de los alegatos y de la exposición de los mismos. Dado que no existe ninguna
autorización especial para que los abogados participen en los procesos ante la Corte
Internacional de Justicia, los consejeros o abogados no tienen que cumplir ninguna condición
para hacerlo, excepto ser nombrados a tal fin por un gobierno.
La fecha de incoación de los procedimientos, que será la de recepción, por parte del
Secretario, del acuerdo especial o la solicitud, indica la apertura de dichos procedimientos ante
la Corte. Los procedimientos contenciosos tienen una fase escrita, en la que las partes
presentan e intercambian los alegatos, que contienen una exposición detallada de los hechos y
fundamentos de Derecho en los que se basa cada parte, y una fase oral, que consiste en
audiencias públicas en las que los agentes y los consejeros se dirigen a la Corte. Como la Corte
tiene dos idiomas oficiales (inglés y francés), todo lo escrito o dicho en una de dichas lenguas
se traduce a la otra. Los alegatos escritos no se pondrán a disposición de la prensa, ni se harán
públicos, hasta la apertura de la fase oral y, entonces, solo se hará si las partes no se oponen a
ello.
Después de la fase oral, la Corte se reúne a puerta cerrada para deliberar y posteriormente
pronuncia la sentencia en audiencia pública. La sentencia es definitiva, vinculante para las
partes e inapelable. Como mucho, podría ser objeto de interpretación o revisión. Si algún juez
desea hacerlo, deberá adjuntar una opinión al fallo.
Al firmar la Carta, los Estados Miembros de las Naciones Unidas se comprometen a cumplir con
cualquier decisión de la Corte en los casos de los que sean partes. Además, dado que un
procedimiento solo competerá a la Corte y esta solo tendrá poder de decisión sobre el mismo
si las partes han aceptado su jurisdicción, es poco frecuente que no se apliquen sus decisiones.
Si un Estado defiende que la otra parte no ha cumplido con las obligaciones derivadas de un
fallo de la Corte, podrá presentar el asunto ante el Consejo de Seguridad, que tiene poder para
hacer recomendaciones o decidir qué medidas deben adoptarse para que la sentencia tenga
efecto.
La Corte desempeñará sus funciones en pleno, pero, si las partes lo solicitan, también podrá
establecer salas ad hoc para estudiar casos concretos. La Corte elegirá cada año una Sala de
Procedimiento Sumario de conformidad con su Estatuto.
Las fuentes de derecho que puede aplicar la Corte son: los tratados y las convenciones
internacionales en vigor; el derecho consuetudinario internacional; los principios generales del
Derecho; así como las decisiones judiciales y la doctrina de los publicistas de mayor
competencia. Además, si las partes están de acuerdo, la Corte podrá decidir un asunto ex
aequo et bono, por ejemplo, sin limitarse a los reglamentos de derecho internacional
existentes.
Un procedimiento podrá concluirse en cualquier fase del mismo mediante un acuerdo entre
las partes o por desistimiento. En este último caso, el Estado demandante podrá informar a la
Corte en cualquier momento de que no desea continuar con el procedimiento, o bien las dos
partes pueden declarar que han decidido retirar el caso. En ese caso, la Corte lo eliminará de la
lista.
Procedimiento consultivo
El procedimiento consultivo de la Corte está abierto exclusivamente a los cinco órganos y los
dieciséis organismos del sistema de las Naciones Unidas.
Cuando recibe una solicitud de dictamen consultivo y para que este se base en el pleno
conocimiento de los hechos, la Corte podrá llevar a cabo procedimientos escritos y orales, que
se asemejan en algunos aspectos a los procedimientos contenciosos. En teoría, la Corte puede
no servirse de dichos procedimientos, pero nunca ha prescindido de ellos por completo.
Algunos días después de que se presente la solicitud, la Corte elaborará una lista de los
Estados y organizaciones internacionales que puedan aportar información sobre el asunto.
Dichos Estados no se encuentran en la misma situación que las partes de los procedimientos
contenciosos: sus representantes ante la Corte no se denominan agentes y su participación en
el procedimiento consultivo, en caso de darse, no hace que el dictamen de la Corte sea
vinculante para ellos. En general, los Estados que aparecen en la lista suelen ser Estados
Miembros de la organización que solicita el dictamen. Los Estados podrán solicitar su
participación en caso de que la Corte no les consulte.
Sin embargo, no es frecuente que la CIJ permita que las organizaciones internacionales que no
han solicitado el dictamen participen en los procedimientos consultivos. En lo que respecta a
las organizaciones no gubernamentales internacionales, la única a la que la CIJ autorizó para
proporcionar información decidió no hacerlo (Situación jurídica internacional del África
Sudoccidental). La Corte ha rechazado todas las solicitudes de este tipo por parte de entidades
privadas.
Los procedimientos escritos son de menor duración, pero igual de flexibles que en los
procedimientos contenciosos entre Estados. Los participantes pueden presentar declaraciones
escritas, que a veces reciben comentarios escritos por parte de otros participantes. Dichos
comentarios y declaraciones tienen carácter confidencial, aunque suelen hacerse públicos
cuando comienzan los procedimientos orales. Entonces, suele invitarse a los Estados a
presentar declaraciones orales en las audiencias públicas.
Estos dictámenes son consultivos por naturaleza. Es decir, que, a diferencia de los fallos de la
Corte, no son vinculantes. El órgano, organismo u organización solicitante tendrá libertad para
hacer efectivo o no el dictamen mediante cualquier vía para ello. Sin embargo, algunos
instrumentos o reglamentos pueden informar de antemano de que un dictamen consultivo de
la Corte puede ser vinculante (por ejemplo, las convenciones sobre las prerrogativas e
inmunidades de las Naciones Unidas).
Sin embargo, la autoridad y el prestigio de la Corte van unidos a sus dictámenes consultivos y,
si el órgano u organismo interesado acepta dicho dictamen, la decisión tendrá el mismo efecto
que si hubiese sido aprobada por el Derecho internacional.
LA SECRETARÍA
Antes de asumir sus funciones, los funcionarios de la Secretaría harán una declaración de
lealtad y discreción. Gozan, en general, de los mismos privilegios e inmunidades que los
miembros de las misiones diplomáticas en La Haya de categoría comparable. Están sometidos
al Estatuto del Personal, que es casi idéntico al Estatuto del Personal de la Organización de las
Naciones Unidas, y a las Instrucciones para la Secretaría. Sus condiciones de trabajo,
remuneración y derechos de pensión son los mismos que los de los funcionarios de las
Naciones Unidas de categoría equivalente. Las Naciones Unidas corren con los gastos.
F) SECRETARÍA GENERAL
La Secretaría se estructura de forma departamental. Cada departamento u oficina cuenta con
un área distinta de acción y responsabilidad y se coordina con los demás para asegurar la
cohesión y la labor cotidiana de la Organización en sus oficinas y estaciones repartidas por
todo el mundo. El responsable máximo de la Secretaría es el Secretario General.
Consultoría Jurídica
División de Asuntos Jurídicos Generales
Sección de Tratados
División de Codificación
División de Derecho Mercantil Internacional
División de Asuntos Oceánicos y del Derecho del Mar
Departamento de Asuntos Políticos (DAP)
División de África I y II
División de América
División de Asia y el Pacífico
División de Europa
División del Oriente Medio y Asia Occidental
División de Asistencia Electoral
División de los Derechos de los Palestinos
División de Políticas y Mediación
División de Asuntos del Consejo de Seguridad
Dependencia de Descolonización
Oficina de Operaciones
División de África I
División de África II
División de Asia y el Oriente Medio
División de Europa y América Latina
Coordinación
Política
Promoción
Gestión de la información
Financiación Humanitaria
Portal de carreras
Pasantías
Oficina de Servicios Centrales de Apoyo (OSCA)
División de Adquisiciones
Administración Postal de las Naciones Unidas (APNU)
Umoja
Otras oficinas
Oficina del Alto Representante para los Países Menos Adelantados, los Países en
Desarrollo Sin Litoral y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo
Oficina del Asesor Especial para África
Oficina del Asesor Especial del Secretario General sobre la Prevención del Genocidio
Oficina del Representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños
y los Conflictos Armados
Oficina de las Naciones Unidas sobre el Deporte para el Desarrollo y la Paz
Representantes Especiales y Personales y Enviados del Secretario General (lista
completa)
Ginebra
Nairobi
Viena
Bangkok
Beirut
Addis Abeba
Ginebra
Santiago