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Qué dice el mensaje que el

astrónomo Carl Sagan les envió a


los extraterrestres (y por qué se
armó un escándalo por su diseño)
Redacción BBC News Mundo 28 junio 2020

Pie de foto, Una cordial carta de presentación pero, con tanto que decir, ¿cómo decidieron qué incluir y
qué dejar fuera?

A las 8:42 p.m. del jueves 2 de marzo de 1972, la NASA lanzó la sonda
espacial no tripulada Pioneer 10 desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Su destino era Júpiter y luego el borde de nuestro sistema solar.
Su misión, tomar fotografías detalladas del enorme planeta y sus lunas, y
estudiar la atmósfera, sus partículas y vientos solares, el flujo y la velocidad de
las abundantes partículas de polvo.
Pero Pioneer 10 tenía una segunda misión.
Firmemente unido a los puntales de soporte de las antenas, protegido de la
erosión por el polvo interestelar, estaba el diagrama artístico y científico más
emprendedor de todos los tiempos: la Placa de la Pioneer.
Estaba hecha de aluminio cubierto en oro y lo que tenía tallado pretendía
revelarle a la vida inteligente extraterrestre quiénes éramos y dónde estábamos.

Un sencillo mensaje
La placa había sido diseñada por dos astrofísicos y una artista.
Apenas tres meses antes, en diciembre de 1971, el astrónomo estadounidense
Carl Sagan le había sugerido a su amigo y colega Frank Drake que trabajaran
juntos en el diseño de un mensaje interestelar.

Pie de foto, En 1980, Carl Sagan se hizo mundialmente famoso por la serie documental de de divulgación
científica "Cosmos: un viaje personal".

Tenía que comunicar los hechos de una manera directa e inequívoca.


"Nos imaginamos que lo más interesante para los extraterrestres sería
saber cómo somos", le contó a la BBC Drake, fundador del Instituto SETI que
escanea el espacio en busca de signos de comunicaciones extraterrestres.
"Pero pensamos que también querrían saber de dónde provenía el mensaje y
cuándo había sido enviado, pues podían pasar millones de años antes de que
fuera interceptado".
De esto último se encargaron Sagan y Drake.
Dónde y cuándo
Partieron de la premisa de que la ciencia y las matemáticas eran lenguajes
universales, de manera que cualquier vida inteligente los comprenderían.
Se dedicaron primero a concebir la forma de comunicarles a los extraterrestres
de dónde venía el mensaje, dado que "Planeta Tierra" no tiene sentido allá fuera.
Para entender lo que hicieron imagínate que estás tratando de encontrar a
alguien en medio del océano y, en vez de darte coordenadas, te entregan
información sobre la ubicación de varios faros y la distancia de estos del lugar
en el que está la persona que buscas.

Pie de foto, Si puedes identificar los faros, sabiendo su ubicación y la distancia de estos de lo que buscas,
lo encuentras.

En el firmamento, esos faros son pulsares, remanentes de la explosión de


supernovas que giran muy rápidamente y, como resultado, despiden pulsos
espaciados de manera muy uniforme.
Entonces, para indicarles a los extraterrestres dónde había sido lanzado el
mensaje, los científicos crearon un mapa que mostraba la ubicación de 14
púlsares con respecto al Sol.
Eso es lo que ves donde está el número 1 en esta imagen:
Cada una de las líneas que irradian del centro indica la dirección y la distancia
de un púlsar al Sol.
Como hay muchos pulsares en el Universo, anotaron en números binarios la
frecuencia de pulsos que, por ser distintiva, sirve para identificarlos.

Pie de foto, La secuencia de rayitas verticales y horizontales que ves al lado de las líneas son números
binarios que indican las frecuencias de pulso necesarias para identificar los pulsares.

Hasta aquí, de comprenderlo, los alienígenas sabrían que el mensaje vino


de nuestro sistema solar; ahora hay que precisar.
En la parte inferior izquierda del diagrama, donde está el número 2, verás
nuevamente el Sol, ahora acompañado de los planetas, incluido Plutón, que en
ese entonces aún lo era.
Del tercer planeta -el nuestro- sale una flecha que señala la sonda Pioneer (3).

Pie de foto, Nuestra dirección: 3º planeta de adentro para afuera en el sistema solar. ¡Listo! Dirección
del remitente: la Tierra.

Contrarreloj
Con esta primera parte del mensaje ideada, Sagan y Drake le presentaron sus
planes a la NASA ese mismo diciembre, con la esperanza de persuadirlos de
que lo pusieran en la Pioneer 10.
Habían pasado poco más de dos años desde que Apolo había llegado a la Luna
y la agencia espacial estadounidense quería un nuevo proyecto que fuera
igualmente ambicioso.
La sonda Pionner iría donde ninguna nave espacial había estado antes, a
los planetas exteriores.
Pie de foto, La sonda Pioneer iba a viajar a lugares imaginados más no conocidos.

Su lanzamiento estaba programado para febrero siguiente, y NASA no aprobó


la placa de inmediato.
Con el tiempo corriendo en su contra y la esperanza de que fallaran a su favor,
los astrónomos se dedicaron a terminar de diseñar el mensaje en las pocas
semanas restantes.

Nuestro tamaño
Habían encontrado la manera de mostrar dónde estaba la Tierra, pero creyeron
útil incluir un medio para calcular el tiempo y las dimensiones. Necesitaban
encontrar una unidad universal.
La química básica del Universo les dio la solución.
Ese dibujo que está encima del número 4 muestra el átomo de hidrógeno en
sus dos estados de energía más bajos.
"Cuando un átomo de hidrógeno cambia de un estado de energía al otro, irradia
una onda de radio con una determinada longitud de onda y con una cierta
frecuencia de oscilación", explica Drake.
La frecuencia servía como unidad de tiempo y la longitud de onda, como una
unidad equivalente a 8 pulgadas.

Pie de foto, Los astrónomos se valieron de los valores constantes del cambio de energía de los átomos de
hidrógeno para fijar medidas.
Fíjate ahora que la mujer tiene una línea al lado de la cabeza y otra al lado de
los pies; la distancia entre ellas es su altura.
¿Ves que a la izquierda del número 5 hay algo escrito?
"Es un número binario que indica que la mujer mide 8 de esa unidad fijada: 8 x 8
pulgadas = 64 pulgadas, que de hecho es la altura promedio de las mujeres del
planeta", señala el astrónomo.
Eso, así como la otra representación de la sonda Pioneer que aparece en la
placa (6), sirven para darle a los destinatarios del mensaje una idea de nuestro
tamaño.

Nosotros y nosotras
La siguiente tarea era mostrar cómo somos. Debería haber sido la parte fácil,
pero resultó ser mucho más polémica de lo que esperaban.
La persona encargada de representar la forma humana para los habitantes del
espacio exterior fue la esposa de Sagan.

Pie de foto, Linda Salzman Sagan se encargó del aspecto que resultó ser el más problemático de todos.

Linda Salzman Sagan, artista profesional, había estudiado en la prestigiosa


Escuela de Bellas Artes del Museo de Boston, pero en virtud de haberse casado
con un científico eminente, de repente se encontró con la responsabilidad de
representar a toda la humanidad con solo dos figuras.
"Quise que cada figura tuviera diferentes rasgos raciales. La mujer tiene los ojos
muy almendrados y el pelo liso; al hombre lo hice con pelo rizado y nariz
aplanada, para que fueran multiculturales", le contó a la BBC.
¿Y la ropa?
"¿Cómo los iba a vestir? ¿Con trajes tribales? ¿Con ropa de alta costura? No,
decidimos que se fueran desnudos", dijo la artista.

Quién dice "¡hola!"


A medida que se difundió la noticia de la placa, surgieron cuestionamientos sobre
el hecho de que la figura femenina parecía sumisa al hombre.
¿Por qué se le había dado al hombre el honor de saludar al Universo?

Pie de foto, A algunos les molestó que la mujer parece tener una actitud sumisa frente al hombre, con él
mirando de frente y derecho, mientras que ella, no.

"El feminismo apenas comenzaba a ser un gran tema de conversación y muchas


mujeres dijeron: 'Bueno, ¿por qué nosotras no estamos saludando al Universo,
por qué no tenemos la mano levantada?'.
"El problema era que si ambos levantaban la mano, los extraterrestres iban a
pensar que todos en la Tierra andamos con las manos levantadas... teníamos
que tener esas cosas en cuenta", subrayó la artista.

Genitales o no genitales
La belleza del diseño del diagrama radica en su precisión matemática y científica.
Pero, para Linda, eso presentaba un problema: tenía que decidir cuántos detalles
anatómicos incluir.
A pesar de que el albor de la década de 1970 estaba impregnado de amor libre
y vida sin tanto complique, la corriente dominante en EE.UU. todavía era
mojigata cuando se trataba de dibujos de mujeres desnudas.
"Muchas de las estatuas que había estado viendo, no tenían genitales femeninos
muy específicos... no sabía qué hacer", recuerda Linda.
"Faltaban pocos días, creo que cinco, para que nos dejaran poner la placa en la
nave espacial, y Carl me dijo: 'No hagas nada que nos pueda meter en líos con
la NASA o dar a cualquiera una excusa para que no pongan la placa en la nave
espacial'".
Linda Sagan decidió no dibujar los genitales femeninos. Pero eso no acalló la
controversia.

Pie de foto, El escándalo estalló, a pesar de que la mujer se fue al espacio sin genitales.

Encantador, fantasioso u obsceno


El reloj ya estaba en cuenta regresiva, la hora de despegar se acercaba y la
reacción pública a la placa estaba cobrando impulso.
Se había convertido en noticia nacional, pero no era claro cuál era la opinión de
los estadounidenses.
¿Apoyarían la placa o habría una protesta pública?
Por un lado, había artículos como el del eminente escritor científico Walter
Sullivan, publicado en The New York Times, con descripciones encantadoras de la
sonda Pioneer: "Navegará indefinidamente a través de los vastos confines
de la galaxia de la Vía Láctea"- y de la placa.
Como él, algunos estaban entusiasmados con la idea de comunicarse con la vida
en el espacio exterior.
Sin embargo, a otros todo el asunto le parecía un poco fantasioso.
Pie de foto, Pioneer 10 y luego Pioneer 11 portaron nuestras tarjetas de presentación para cualquier
otro navegante espacial que pudiera encontrarlos en un futuro lejano.

Pero quienes más alzaron su voz fueron quienes pensaban que las figuras
desnudas eran una forma de pornografía.
"La NASA estaba muy preocupada porque algunos miembros del Congreso eran
muy conservadores y les ofendía que el dinero de los contribuyentes se utilizara
para enviar obscenidades al espacio", cuenta Drake.
"Recuerdo que me invitaron a un programa de televisión nacional matutino en
Canadá y cuando terminé de describir la placa, miré a mi alrededor y todos
estaban horrorizados.
"Pregunté y me respondieron: 'Nos van a despedir a todos'. Es la primera vez
que se muestra a un humano desnudo en la televisión canadiense ¡y está
prohibido!".

Desnudos al espacio
Sin que cesara el debate, la sonda despegó de Florida, con la placa firmemente
adherida, y comenzó su largo viaje por el espacio.
Rápidamente se convirtió en la primera nave espacial en cruzar el cinturón de
asteroides. En diciembre de 1973, antes de lo esperado, llegó a Júpiter e
inmediatamente envió magníficas fotos en color de la superficie del planeta.
Pie de foto, En diciembre 4 de 1973, la sonda Pioneer 10 de NASA envió imágenes de Júpiter de tamaño
cada vez mayor.

Luego continuó su camino hacia el espacio exterior. Para el verano de 1983, la


Placa de la Pioneer había pasado las órbitas de Marte, Júpiter, Saturno, Urano,
Neptuno y Plutón.
El 13 de junio, llegó a la última frontera, el borde de nuestro sistema solar. Y la
cruzó.
Pioneer 10 envió su último mensaje el 22 de enero de 2003, y nunca más se
supo de ella.
A lo largo de la década de 1970, Sagan y Drake idearon otros mensajes para el
espacio.
La Placa de la Pioneer había revelado cuán difícil era capturar la variedad de la
vida humana en un diagrama, por lo que en 1977 desarrollaron un mensaje más
complejo llamado el Disco de oro de las Voyager.
Tenía saludos en 55 idiomas, 12 minutos de sonidos de la Tierra -como latidos
del corazón humanos y lluvia cayendo-, música de Brahms y Chuck Berry, y en
lugar de humanos desnudos, la NASA aceptó la imagen de una mujer
embarazada.
Por supuesto, no sabemos si la Placa de la Pioneer ha sido vista por
extraterrestres. Si es así, no han respondido.
Pero para Frank Drake, el propósito y la importancia del diagrama original no han
disminuido.
"Tanto la placa como el disco de las Voyager durarán más que nuestro planeta.
En 4.000 millones de años, el Sol crecerá, se convertirá en un supergigante, se
tragará la Tierra y destruirá todo lo que conocemos.
"La placa todavía estará allí para mostrar que una vez hubo una civilización
como la nuestra en la Vía Láctea", concluye el astrónomo.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-53189062

Consultado 31.Oct.2021

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