EN LA PRÁCTICA

Escritura | 3 a 6

Leer y escribir en un aula

de educación infantil
Laura Mur

Las experiencias diarias de los niños y las niñas del aula de educación infantil se convierten
en una oportunidad única que vale la pena aprovechar para trabajar el lenguaje. Son una he-
rramienta inmediata, de una gran maleabilidad y motivadora como pocas.

PALABRAS CLAVE: lectoescritura, aprendizaje significativo, asambleas, resolución de conflicto.

Son las nueve puede irse porque, si no, pierde el Pero esta vez el tema nos parece de
de la mañana… sitio aunque deje la mochila, y nos considerable importancia. El curso pa-
mostramos muy contentos de contar sado se rompió uno de los juegos del
Nos encontramos en un aula de P5. de nuevo con los que estaban enfer- patio de educación infantil, después
Son las nueve de la mañana y, como mos. Este debate nos parece impor- de que los mayores de la escuela fue-
cada día, los alumnos y alumnas en- tante y lo hacemos con ganas; no ran repetidamente a jugar a este patio
tran en la clase con la maestra. Es el obstante, echamos un vistazo de re- antes de entrar en la escuela. Se col-
momento en que se inician una serie ojo a la agenda y pensamos que te- garon carteles recordando que el pa-
de rutinas conocidas por todos. Tam- nemos que poner en marcha las tio era exclusivo de los más
bién es el momento en que las criatu- actividades programadas. pequeños, pero lo que acababan de
ras llegan con su carga personal de
fuera de la escuela. Quizá han es-
tado enfermos, se han peleado antes
de entrar, se les ha muerto su mas-
cota o, como pasó el día en cuestión,
los mayores han estado jugando en
el patio de educación infantil.

Normalmente, tendemos a escu-

charlos siempre e intentar hacer un
debate entre todos que minimice el
impacto del problema y que, mu-
chas veces, aplace la solución. De-
cimos que ya avisaremos a los
mayores de que no tienen que ha-
Laura Mur

cerlo; reforzamos su opinión de que

el que llega primero a la fila no

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ver los niños y niñas evidenciaba que
el aviso no había servido de nada.
¿Y qué podemos hacer?
Esta es la pregunta que ellos mis-
mos van respondiendo a medida que
hablan sobre el tema. Decidimos
pensar en alguna solución y, dado
que muchos de ellos tienen propues-
tas, las apuntamos en la pizarra:
«Hay que avisar a la directora.»
«Les pegamos un puñetazo.»
«Que la maestra les riña y los
castigue.»
«Vayamos a romper su patio.»
«Se lo decimos a su maestro.»
«Se lo decimos a ellos.»
De todas las ideas aportadas, deci-
den que lo mejor sería solucionar el
problema, y la maestra propone que
quizá se les podría escribir una
carta. Pero son niños de diferentes
cursos, y habrá que escribir muchas
cartas. «¡No! Una para todos y ha-
cemos fotocopias con el ordena-
dor», dice uno de los niños.
Así pues, empezamos la carta entre
todos. ¿Qué tenemos que poner?
«Niños y niñas de… 3.o, 4.o, 5.o y 6.o».
Elaboramos así un texto para la
carta entre todos. No es fácil, tene-
mos que decidir qué ponemos y,
después, dictar a la maestra cada
palabra. Queda así:
«Niños y niñas de 3.o, 4.o, 5.o y 6.o.
Os queremos pedir que no juguéis
en nuestro patio porque sois muy
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mayores y nos rompéis los juegos.
Los niños y niñas de P5».
El paso siguiente es escribir la carta
en papel. Buscamos una hoja de pa-
pel grande, DIN A3, y escribimos
una palabra cada uno. Intentamos
hacer buena letra y, al final, firma-
mos todos. Después, vamos a hacer
fotocopias y ponemos cada carta
dentro de un sobre con el nombre
del curso al que va dirigida. ¡Ahora
vamos a llevarla! Sí, pero ¿qué hare-
mos? ¿Entraremos sin decir nada y
les daremos la carta? ¡No! ¡Les da-
remos los buenos días! Les diremos
que hemos hecho una carta para
ellos y que queremos que la lean.
Vamos clase por clase y cada vez
hacemos lo mismo. Llamamos, da-
mos los buenos días a todos, un
niño de la clase dice que venimos a
traer una carta y se la da al maes-
tro. El maestro se la da a un alumno
para que la lea en voz alta y, des-
pués, se comenta entre todos la
cuestión. Los mayores escuchan
atentos lo que dice la carta y, en al-
guna clase, alguien dice que no irán
más al patio de educación infantil.
Al volver al aula, es la hora de ir al
patio, así que se cuelga la carta ori-
ginal en la clase, cogen el desayuno
y salen.
A la mañana siguiente tendrán que
guardar la carta en su archivador y
escribir una noticia de lo que ha
ocurrido en la clase. El tema ha
dado mucho de sí: han hablado, de-
batiendo sus ideas; las han ex-
puesto a los mayores; han escrito
un texto, y mucho más. La progra-
mación ha variado un poco, pero
nos parece que hemos trabajado
sobradamente y que los niños han
participado con muchas ganas y es-
forzándose al máximo.
Con esta experiencia no quiere de-
cirse que el día a día de un aula de
educación infantil tenga que depen-
der exclusivamente de lo que les
pasa a los niños y niñas cuando lle-
gan a la clase, no. Ahora bien, sí
pretende provocar una reflexión so-
bre la conveniencia de dejar siempre
la puerta abierta a experiencias pun-
tuales que surjan del día a día de las
criaturas. Son experiencias que les
hacen sentir realmente protagonis-
tas de la escuela, que rompen la ru-
tina en la que a menudo caemos, y
que nos ofrecen oportunidades sin-
gulares de trabajar la lectura, la es-
critura o lo que se presente, y de
una forma que, precisamente por la
naturaleza de su aparición, puede
dar los mejores resultados.
HEMOS HABLADO DE:
- Escritura.
- Resolución de conflictos / mediación.
- Aprendizaje significativo / significatividad.
AUTORA
Laura Mur Cervelló
Escuela Sant Miquel. Ascó (Tarragona)
lmcervello@gmail.com
Este artículo fue recibido en AULA DE INFANTIL en fe-
brero de 2014 y aceptado en enero de 2015 para su
publicación