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en Barinas,
entina Rojas
colás Osorio
INTODUCCION
En esa guerra se libran muchas batallas. Y las armas que en ella se emplean
adoptan multitud de variantes. Una de estas es la lucha desde las instituciones y la
modificación de la legislación. Ejemplos de ello podemos encontrarlos en las
iniciativas llevadas a cabo por países como Australia, Nueva Zelanda, España o
incluso la Unión Europea con la prohibición del uso de bolsas de plástico o
cubiertos y pajitas de plástico de un solo uso. Otras apuestas, por lo general
promovidas por la conciencia ciudadana como la iniciativa #trashtag, o por
entidades privadas como el proyecto The Ocean Clean Up están enfocadas a la
limpieza in situ del plástico que contamina los ecosistemas, ya sean terrestres o
marinos.
A la hora de enfrentarnos a un problema, cuando el ser humano de verdad tiene
voluntad de enfrentarse al mismo, las ideas pueden llegar desde cualquier lugar y
pueden resultar esperanzadoras. Por ejemplo, al respecto de la contaminación por
plástico, desde el campo de la química se busca mejorar o modificar la
composición de los plásticos, o bien buscar una alternativa que sustituya a los que
tradicionalmente venimos usando y ya han dado cuenta de lo perjudicial que
pueden resultar para el medio ambiente: son los conocidos como bioplásticos o
plásticos biodegradables.
Los bioplásticos, con sus luces y sombras, se presentan como una potencial
alternativa de futuro que acabe sustituyendo al plástico convencional. No obstante,
un estudio reciente titulado Environmental Deterioration of Biodegradable, Oxo-
biodegradable, Compostable, and Conventional Plastic Carrier Bags in the Sea,
Soil, and Open-Air Over a 3-Year Period publicado en la revista especializada
Environment, Science and Tecnology, acaba de poner en tela de juicio la eficacia
con la que creíamos que las denominadas bolsas biodegradables cumplen con la
función para la que fueron diseñadas.
Así, el experimento llevado a cabo por Richard C. Thompson, autor principal del estudio, y
sus alumnos de la Universidad de Plymouth, consistió en enterrar 5 tipos diferentes de
bolsas de bioplástico para comprobar cómo estas se veían afectadas por el paso del paso
del tiempo.
OPINIONES.
KAREN BARINAS: Me parece algo enfadoso creer que este tipo de bolsas puede
solucionar el daño que lleva tantos años así y las personas no le den la
importancia que se merece, no obstante confió en que podamos encontrar unas
que realmente cumplan su función y podamos ayudar al planeta y a los animales
que viven aquí. Todavía tengo la esperanza de que podamos hacer algo por toda
esta contaminación que se provocó en tantos años.
VALENTINA ROJAS: En mi opinión y desde mi punto de vista me parece que esta
muy mal, ya que nos están vendiendo alternativas que son falsas, están
vendiendo bolsas normales haciéndolas pasar por biodegradables, y que
igualmente están dejando contaminación en la tierra.