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en Barinas,
entina Rojas
colás Osorio
INTODUCCION

Sustituir las clásicas bolsas de plástico por sus hermanas biodegradables


quizá no sea la solución más efectiva contra la contaminación. Tras
permanecer enterradas durante 3 años, un estudio demuestra como algunas
de las llamadas bolsas de plástico biodegradable han resistido casi intactas
al paso del tiempo. El deseo de evitar que se siga afectando los océanos ha
hecho que surjan una serie de iniciativas para protegerlo, entre las cuales hay
desde las más conservadoras como evitar ensuciar las playas o reducir el
consumo de bolsas, hasta las más pintorescas como los bikinis que absorben
residuos y limpian los océanos. No obstante, no todas estas acciones
funcionan como deberían.

En esa guerra se libran muchas batallas. Y las armas que en ella se emplean
adoptan multitud de variantes. Una de estas es la lucha desde las instituciones y la
modificación de la legislación. Ejemplos de ello podemos encontrarlos en las
iniciativas llevadas a cabo por países como Australia, Nueva Zelanda, España o
incluso la Unión Europea con la prohibición del uso de bolsas de plástico o
cubiertos y pajitas de plástico de un solo uso. Otras apuestas, por lo general
promovidas por la conciencia ciudadana como la iniciativa #trashtag, o por
entidades privadas como el proyecto The Ocean Clean Up están enfocadas a la
limpieza in situ del plástico que contamina los ecosistemas, ya sean terrestres o
marinos.
A la hora de enfrentarnos a un problema, cuando el ser humano de verdad tiene
voluntad de enfrentarse al mismo, las ideas pueden llegar desde cualquier lugar y
pueden resultar esperanzadoras. Por ejemplo, al respecto de la contaminación por
plástico, desde el campo de la química se busca mejorar o modificar la
composición de los plásticos, o bien buscar una alternativa que sustituya a los que
tradicionalmente venimos usando y ya han dado cuenta de lo perjudicial que
pueden resultar para el medio ambiente: son los conocidos como bioplásticos o
plásticos biodegradables.
Los bioplásticos, con sus luces y sombras, se presentan como una potencial
alternativa de futuro que acabe sustituyendo al plástico convencional. No obstante,
un estudio reciente titulado Environmental Deterioration of Biodegradable, Oxo-
biodegradable, Compostable, and Conventional Plastic Carrier Bags in the Sea,
Soil, and Open-Air Over a 3-Year Period publicado en la revista especializada
Environment, Science and Tecnology, acaba de poner en tela de juicio la eficacia
con la que creíamos que las denominadas bolsas biodegradables cumplen con la
función para la que fueron diseñadas.
Así, el experimento llevado a cabo por Richard C. Thompson, autor principal del estudio, y
sus alumnos de la Universidad de Plymouth, consistió en enterrar 5 tipos diferentes de
bolsas de bioplástico para comprobar cómo estas se veían afectadas por el paso del paso
del tiempo.

3 años después de ser enterradas, las bolsas


biodegradables permanecían prácticamente intactas
Dos experimentos distintos:
Otras variables del experimento también expusieron las bolsas a la acción de aire o las
sumergieron en agua, concluyendo que ninguna de ellas, incluso las denominadas como
compostables -es decir las susceptibles de ser desechadas junto a la materia orgánica- se
habían degradado lo suficiente en el transcurso de 3 años como para marcar una
diferencia medioambiental respecto a las bolsas de plástico tradicionales.

El estudio pone de manifiesto como el término


biodegradable, como en este caso, puede ser objeto de
confusión
El estudio pone de manifiesto como el término biodegradable, como en este caso, puede
ser objeto de confusión. Aunque no queramos presuponer mala fe por parte de los
fabricantes de las bolsas estudiadas, sí que cabe hacerse la pregunta de que, hasta qué
punto, con el reclamo de palabras como sostenible, biodegradable u
ecológico, aceptamos sin apenas cuestionarnos algo que realmente puede no ser
coherente con la idea que pretenden transmitir esas palabras. O en definitiva, hasta qué
punto podemos ser víctimas del fenómeno conocido como Greenwashing.
¿Cuáles son las diferencias entre bioplásticos, plásticos biodegradables y
compostables?

 Los bioplásticos se hacen a partir de fuentes renovables, de materias


primas como maíz, trigo, hierba, bacterias… pero pueden no ser biodegradables ni
compostables.

 Los plásticos biodegradables, al igual que los compostables, se diferencian


por el tiempo que tardan en descomponerse. Los biodegradables se descomponen
por la acción de microorganismos (bacterias, hongos, algas).

 Los compostables lo hacen a la misma velocidad que los materiales


compostables como la madera, papel y hojas. Los compostables no contienen
metales pesados ni toxinas y permiten el crecimiento de las plantas.
Las bolsas de papel son biodegradables, sí, pero en la lucha a favor del planeta
hay que tener en cuenta el coste medioambiental de la producción de estas
bolsas. No hay que olvidar que requieren mucha agua, tala de árboles y
combustible. Según datos de Naciones Unidas, América, Japón y la Unión
Europea son los mayores productores de residuos de plástico y de seguir así,
en 2050 habrá cerca de 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos en
los basureros y en la naturaleza. La mayoría de las bolsas se fabrica con
polietileno, lo que hace que su degradación se eternice. Además de destruir
el medioambiente y los seres vivos –cien mil organismos marinos han muerto por
intoxicación de plásticos–, estamos poniendo en riesgo nuestra salud y todavía no
sabemos qué consecuencias puede tener –se han detectado microplásticos en la
sal de mesa, e, incluso, el 90% del agua embotellada contiene partículas de
plástico–.

OPINIONES.
KAREN BARINAS: Me parece algo enfadoso creer que este tipo de bolsas puede
solucionar el daño que lleva tantos años así y las personas no le den la
importancia que se merece, no obstante confió en que podamos encontrar unas
que realmente cumplan su función y podamos ayudar al planeta y a los animales
que viven aquí. Todavía tengo la esperanza de que podamos hacer algo por toda
esta contaminación que se provocó en tantos años.
VALENTINA ROJAS: En mi opinión y desde mi punto de vista me parece que esta
muy mal, ya que nos están vendiendo alternativas que son falsas, están
vendiendo bolsas normales haciéndolas pasar por biodegradables, y que
igualmente están dejando contaminación en la tierra.

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