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Ese extra�o hedor procedente de las sombras,

propias y ajenas.
Me reconozco en el descr�dito y el desvario.
En aquellos que para quemar todas las naves
comenzaron por prenderse fuego a si mismos.
La frustraci�n que precede al desencanto.
El umbral del dolor cada vez mas bajo y afilado.
Y de repente�
Un extra�o bienestar al borde mismo del abismo
y el inenarrable placer de todas las peque�as cosas
que nos hacen este vagar por el mundo mas ufano.
Cuando dejaba de buscar me siento encontrado de nuevo.
Quiz�s nada tenga sentido, al menos el pretendido.
Pero a veces es suficiente con abrir bien los ojos
y respirar hondo a sabiendas de que el pulm�n
s�lo contiene una peque�a esquirla de Universo
y nada es nunca suficiente para un coraz�n herido de amor propio.
Mirando al mar a los ojos comprend�,
que hay cosas que jam�s comprender�
y me siento, en cierto modo, liberado...

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