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EL GENOCIDIO EN EL MARCO NORMATIVO COLOMBIANO Y EL

POSCONFLICTO.

JAVIER OMAR MUÑOZ RICO. CODIGO 000385568


JOSE JULIAN MAZUERA DAZA. CODIGO 000384545

En el presente ensayo se aborda un tema de derechos humanos

relacionado con el genocidio como un fenómeno histórico y  social digno de

analizar en el marco del posconflicto colombiano, la definición clásica del término y

la revisión documental a la luz de la legislación nacional e internacional, posturas

personales sobre dicha problemática  además,  algunos casos documentados en

prensa sobre diversos líderes sociales desaparecidos sistemáticamente, y las

conclusiones a las que se pueden llegar después de analizar a la luz del derecho

internacional humanitario y las legislación del posconflicto.

Para abordar un tema tan importante que compete con el derecho

internacional humanitario es necesario definir el término Genocidio según su

definición clásica entendido como:

Un delito internacional que comprende «cualquiera de los actos perpetrados con la

intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o

religioso como tal». Estos actos comprenden la «matanza y lesión grave a la

integridad física o mental de los miembros del grupo, sometimiento intencional del

grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física,

total o parcial, medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo,

traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo” (Definición clásica).

Por tanto se puede inferir a manera de tesis que en el territorio colombiano se

vulnera el derecho a la vida, a la libre asociación y a libertad de expresión de líderes

sociales que han desaparecido como ideologías en la historia de nuestro país.


Teniendo en cuenta la anterior definición vale la pena preguntarse: ¿Cuáles

son los elementos que permiten evidenciar la configuración de un genocidio

político contra líderes sociales en el marco del posconflicto en Colombia? para

resolver dicho interrogante es necesario analizar el devenir histórico de la

problemática.

EL GENOCIDIO ALGO DE HISTORIA:

Desde hace cinco siglos, Colombia vivió un conflicto armado que ha


Involucrado en diferentes épocas a múltiples actores, por ejemplo, los grupos
Guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, funcionarios del gobierno y miembros
de las fuerzas armadas, dicho conflicto , ha estado marcado por  luchas
ideológicas, desarrolladas desde los enfrentamientos presentados en la etapa de
la “la lucha de dos partidos tradicionales ” en la cual liberales y conservadores se
enfrentan por defender los ideales de sus partidos político.  Ésta situación, ha
llevado a la norma jurídica adopte medidas que permitan y aseguren la reparación
a las víctimas, y prevenir y sancionar estos crímenes, en el ordenamiento de la
justicia nacional.
Vale la pena recordar diverso hechos que marcaron la historia de manera
negativa por ejemplo;  la masacre de las bananeras de 1928 como parte de la
persecución y asesinato por parte del Estado a los líderes sociales de estas
organizaciones, los hechos de  violencia política que acontecieron el 9 de abril de
1948 como inicio del enfrentamiento de los dos partidos político (conservadores y
liberales ) desencadenaron en la violencia política en el  siglo XX en Colombia, en
los que los movimientos sindicales y el surgimiento de partidos políticos como el
Partido Socialista Revolucionario PSR y el movimiento sindical grupos de
oposición se instauraron en la historia del país para ser contestatarios frente a las
imposiciones del estado.
Como en el marco histórico colombiano se ha observado el surgimiento de
luchas ideológicas organizadas en grupos políticos contestatarios a las formas
tradicionales de gobernar que históricamente desfavorecen a los más pobres
generando gran inconformidad en los ciudadanos, por esta razón desde hace ya
varios años se han venido presentando en nuestro territorio, el orden jurídico
colombiano, que mediante sus dependencias, permitió el otorgar una protección
adicional a la vida de las personas que conforman dichos  grupo, favoreciendo
además de la vida la libre asociación, y la libertad de expresión.
Aunque en Colombia se adopta, el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional, que pertenece al orden normativo legal interno desde el 1 de
noviembre de 2002,  sobre todo con respecto a la adopción del criterio político, el
cual tiene una relación con el desarrollo de la situación social y político
colombiana, se sigue observando en el devenir histórico del país la muerte de
líderes sociales que disienten de las formas tradicionales de hacer política y de las
economías neoliberales.
Por tanto no se puede aceptar éticamente que en nuestro país se siga
asesinando y exterminando  nuestros líderes comunitarios, sociales y sindicales y
defensores de derechos humanos. Si esto no termina, no se podrá dar una real y
eficaz  paz y duradera en el marco del posconflicto, y por el contrario de seguro
volveremos a otras épocas de horror, nos condenaríamos a repetir la historia.

LEGISLACIÓN COLOMBIANA RESPECTO AL GENOCIDIO POLÍTICO


EN EL MARCO DEL POSCONFLICTO COLOMBIANO.

El genocidio político se puede definir en términos generales como: la


combinación de actos de criminalidad, persecución y hostigamiento tendientes a
provocar la eliminación total o parcial de un grupo opositor‖.
La doctrina jurídica ha demostrado un avance importante, relacionado con
la aplicación del tipo penal genocidio en el siguiente sentido como lo planteado por
cepeda (2003)

“la Convención para la prevención y la represión del crimen de


genocidio (1948) estipula que solamente se podrá hablar de esta clase
de crímenes cuando la acción de destrucción esté dirigida contra grupos
de carácter nacional, étnico, racial o religioso. Sin embargo, el debate
contemporáneo en el terreno de la doctrina del derecho, y de las
ciencias sociales encargadas del estudio de esta forma de violencia
extrema, tiende a fortalecer la convicción de que no existen razones
válidas, ni desde un punto de vista jurídico ni ético, para que las
masacres globales cometidas contra colectividades que se identifican
por sus ideas políticas no sean incluidas en esta definición. En 1985, el
informe del relator especial para la cuestión del genocidio, B. Whitaker,
reconoció la necesidad de que otros grupos (sociales, sexuales,
políticos) sean incluidos a través de la ampliación del campo de
aplicación de la Convención (…)
(CEPEDA CASTRO, Ivan. “El genocidio político”. Documento publicado el
02 de junio de 2003).
El incluir otros grupos  emergentes en el devenir histórico del país
representa una conquista en materia de derechos humanos, pues al
desconocer las minorías sexsuales o los grupos políticos se legitima la
desaparición sistemática de personas con ideologías diferenciales.
La Corte recuerda que el Estado colombiano, en desarrollo de tratados
ratificados, ha aceptado formalmente la competencia de organismos
internacionales de control y supervisión en derechos humanos, como la Comisión
Interamericana, la Corte Interamericana o el Comité de Derechos Humanos de
Naciones Unidas. La Ley 599 de julio 24 del año 2000 por la cual se expide el
Código Penal, libro segundo, parte especial, de los delitos en particular, título I,
delitos contra la vida y la integridad personal, capítulo primero, del genocidio

Artículo 101. Genocidio. Con el propósito de destruir total o parcialmente un


grupo nacional, étnico, racial, religioso o político, por razón de su pertenencia al
mismo, ocasionare la muerte de sus miembros, incurrirá en prisión de treinta (30)
a cuarenta (40) años; en multa de dos mil (2.000) a diez
mil (10.000) salarios mínimos mensuales legales vigentes y en interdicción de
derechos y funciones públicas de quince (15) a veinte (20) años.
La pena será de prisión de diez (10) a veinticinco (25) años, la multa de mil
(1.000) a diez mil (10.000) salarios mínimos mensuales legales vigentes y la
interdicción de derechos y funciones públicas de cinco (5) a quince (15) años
cuando con el mismo propósito se cometiere cualquiera de los siguientes actos:
1. Lesión grave a la integridad física o mental de miembros del grupo.
2. Embarazo forzado.
3. Sometimiento de miembros del grupo a condiciones de existencia que
hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial.
4. Tomar medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo.
5. Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.(Artículo 101, código
penal colombiano).

    Aunque la ley está muy bien diseñada aún hay fallas en la fase de
implementación, y de un estado cuya política pública esté enmarcada en la
defensa de los derechos humanos

Existe mucha literatura legislativa nacional e internacional que se menciona


a continuación por ejemplo “Proyecto de Código de Crímenes contra la Paz y la
Seguridad de la Humanidad (Doc. A/CN.4/398, de 11 de marzo de 1986)”,
Convenios de la Haya de 1899 y 1907, y cuya finalidad tradicional ha sido regular
la conducción de las hostilidades y los medios legítimos de combate Convención
para la prevención y sanción del delito de Genocidio, adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 9 de diciembre de 1948, la cual entró en vigor
el 12 de enero de 1951 y aprobada por el Estado Colombiano mediante la Ley 28
de 1959.

Es igualmente pertinente citar al respecto la Convención sobre  los


Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad de noviembre de
1968 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, suscrito el 21 de Dic de
1966, aprobado por Ley 74 de 1968 y ratificado el 29 de octubre de 1969.
Convención sobre Prevención y Represión del Terrorismo que tuvo lugar en
Washington en febrero de 1.971, la Resolución adoptada al respecto por la
Asamblea General de las Naciones Unidas del 18 de diciembre de 1.972.
Convención Americana de Derechos Humanos, suscrita el 22 de noviembre
de 1969, aprobada por Ley 16 de 1972, y ratificada el 31 de julio de 1973
Resolución 3074 de la Asamblea General de las Naciones Unidas de diciembre de
1.973, sobre los Principios de Cooperación Internacional de la Identificación,
Detención, Extradición y Castigo de los culpables de Crímenes de Guerra o de
Crímenes de Lesa Humanidad Convención contra la tortura y otros tratos crueles,
inhumanos y degradantes, suscrita el 10 de abril de 1985, aprobada por la Ley 70
de 1986, y ratificada el 8 de diciembre de 1987 Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional del 17 de julio de 1998.

Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura, aprobada


el 28 de octubre de 1997 por Ley 408, pendiente de ratificación. Sin embargo en el
territorio nacional el protagonista es la muerte las noticias que se ocupan en buena
parte de anunciar muerte de líderes comunitarios que se resisten a los mandatos
políticos de turno, a la minería ilegal, a la contratación fraudulenta, a la
deforestación a los atentados en contra de los santuarios ecológicos a la
urbanización desmedida que favorece los intereses de pocos  y se contrata con
asentimiento del estado, pareciera que nuestra ley en esta materia estuviera
muerta y que se necesitará de organismos internacionales para hacer veedurías
sobre todo en el marco de un posconflicto donde surgirán todo tipo de líderes
beligerantes que no cayeran sus voces frente a gobiernos nocivos y lesivos para la
humanidad.

DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO CASOS DE GENOCIDIO


EN COLOMBIA.

En el territorio colombiano siempre ha existido una preocupación por los


sucesos de masacres y el genocidio pero sólo desde  el fenómeno social de las
autodefensas ilegales se ha hecho para reclamar la responsabilidad del Estado:
Señalando que ellas no se hubieren realizado sin el concurso directo de la Fuerza
Pública, involucrando al estado como gran vulnerador de la vida mediante la
práctica sistemática del genocidio
Si han existido masacres y se ha cometido el delito de genocidio en nuestro país;
prueba de ello es la acción de las Farc contra el pueblo indígena Awá para
imponerles el terror practicando violencia y exterminio de una minoría étnica.
Basta recordar que esa fue la excusa de la estructura delincuencial denominada
Mariscal Sucre, asesinando a 30 miembros de la comunidad indígena  por haberle
informado al Ejército sobre esos movimientos en sus resguardos, pretendiendo
con ello mantener la fluidez del corredor estratégico desde el Ecuador hasta las
costas del Pacífico colombiano para el envío de narcóticos y la recepción de
armas.
El otro ejemplo de masacres olvidadas, estado en el que algunos sectores
políticos, e incluso ONG,s, pretenden mantener en  permanentes denuncias, es lo
sucedido el 18 de octubre de 1998 cuando una acción terrorista del ELN, cometida
por el grupo 'Cimarrones' de la estructura criminal 'José Antonio Galán' de esa
organización: asesinó  a 100 habitantes mediante el calcinamiento de uno de los
pueblos más pobres del país como lo era Machuca, en Departamento de
Antioquia, y que dejó cuando menos a 30 heridos graves, quienes sobreviven,
pueden mostrar en su piel  los efectos de la acción revolucionaria.

A pesar de que la pena ratificada por la Corte Suprema de Justicia a los


miembros del Comité Central, COCE, del ELN, ha quedado en firme desde 2007,
esta estructura se dan hoy el lujo de continuar delinquiendo impunemente, desde
el derecho internacional humanitario, de asilo político en territorios internacionales
vecinos y, lo que es más grave, llamando a atención de la prensa nacional o
internacional para ocultar sus acciones criminales contra el pueblo colombiano sin
que se exija una explicación de sus crímenes.
   
Otro caso aberrante que enlutó el país es el de Bojayá (Chocó), las Farc
asesinaron 119 civiles en la iglesia católica del pueblo, entre ellos 45 niños,
quienes buscaron refugio en el templo sagrado para evitar la acción criminal de la
estructura criminal llamada bloque 58 del frente 15; ese 2 de mayo de 2002
debería marcar una fecha de luto e indignidad nacional.

    Los diferentes atentados con carros-bomba, el lanzamiento de cilindros o


tatucos contra la población civil, ha sido la constante de las bandas
narcoterroristas para vengarse de una captura o una baja de uno de los
responsables de la respectiva estructura. Pero nada justifica que algunos sectores
de la sociedad civil sigan considerando que las bajas producidas entre los
ciudadanos, que son la gran mayoría por la acción criminal son parte de una
guerra; que quienes los involucran son quienes los atacan, no quienes los
defienden y que por ende el esfuerzo para detener los resultados inaceptables
deben dirigirse contra quienes los propician .
CONCLUSIONES

Las normas internacionales sobre el genocidio político son insuficientes en


el territorio colombiano. porque en las convenciones internacionales contra el
genocidio no se protege a los grupos políticos como tal, ese bien jurídico sólo está
protegido únicamente  en el ordenamiento jurídico colombiano en su artículo 101
del código penal, pero de igual manera carece de una reglamentación para poder
hacer una eficaz tipificación del delito, y hacer cumplir la norma. De igual manera
la política tradicional no está interesada en el tema del genocidio, por el contrario
cada día se polarizan más el país y esto hace que estigmaticen a los grupos
sociales emergentes en un contexto de inconformidad   política, haciendo que los
asesinen sistemáticamente, por esta razón se hace necesario un cambio
estructural en las bases legislativas del país donde se privilegie la vida de diversos
actores sociales como lo es el caso de los líderes sociales comunitarios
Nuestro país, no puede perder  nuevamente la esperanza para construirse
como sociedad un tejido social a través de la educación donde se promueva a que
se  acepte como tal a los demás desde la diferencia, necesitamos darle vuelta a la
historia, para configurar un país que sea digno, justo, respetuoso de la vida y la
integridad .
    El estado colombiano de tradición tiene gran responsabilidad frente al delito de
genocidio ya sea por acción directa, o por omisión, la falta de presencia del estado
produjo que el conflicto armado creciera de manera exorbitante en las lógicas del
conflicto, produce una legislación para el marco del posconflicto que no garantiza
que se respete el derecho a la vida de las personas que se asocian con el ánimo
de mejorar la vida en el país por tanto se debería instalar en nuestra sociedad el
mandato ético y cumplir con los fines del estado  que son los de proteger la vida,
la integridad bienes, honra, y pensamiento de sus asociados.
BIBLIOGRAFÍA
Tipificación del genocidio – ORFELY PANCHA MATEUS – Univ. Libre de
Colombia. Bogotá 2012.
Figura del Genocidio en el Orden Jurídico Colombiano – SINDY JINNETH
VILLAMIL – Univ. Militar Nueva Granada – Bogotá 2014.
Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC – Pueblos Indígenas D:I:H
PAULO ILICH BACCA – Honor deber Colombia  2010.

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