POR: INGRID BAEZ VENTURA / ENCARGADA DE LA DIVISION DE PRENSA.
A la hora en que nos disponemos a buscar un trabajo, por lo general, lo
primero que nos llega a la mente es: ¿Cuánto me van a pagar?; sin pensar si estamos preparados o no para desempeñar una u otra función.
La remuneración económica, en realidad, es una parte muy importante en la
vida laboral, pero detrás de todo empleo existe algo más significativo que el salario y que casi nunca pensamos en eso; tanto así que muchas veces perdemos la oportunidad, pues cuando reaccionamos ya es tarde.
Detrás de cada trabajo, sea jardinero, fotógrafo, mecánico, secretaria,
gerente, director, funcionario o cualquier otra posición, existe oculto el sueldo número dos, el cual no es más que un conjunto de conocimientos, habilidades y experiencia que tenemos el privilegio de aprender en cada posición que ocupemos a través de nuestra vida laboral.
El sueldo número dos es lo que nos permite prepararnos y nos garantiza
que podamos recibir, en el futuro, una mejor posición, ya sea donde trabajamos o en otra empresa, y reconocimiento profesional, lo que se traduce en una mayor remuneración económica.
La siguiente historia (tomada del libro “Lo Mejor de Positivo y Negativo”
de Emilio Santamaría, Master Trainer de Dale Carnegie de Honduras y el Salvador) puede explicarles mejor lo que es el sueldo numero dos:
“A Ralph Teage se le asignó un sueldo de 7.50 dólares la hora cuando
entro a trabajar a la planta central de la Newport Co. En 1979, como obrero calificado. Tres años más tarde, en 1982, fue promovido al puesto de supervisor de línea de producción, Ralph ha sido un hombre muy diligente, que heredó de su padre excelentes hábitos de trabajo y de su madre una total y escrupulosa honestidad en todo. Se le dio un entrenamiento especial en 10 días, se le proporcionó un Manual de Supervisor, se le presentó como jefe a sus subalternos y se le dejó trabajando en el nuevo puesto. Semanalmente ha venido asistiendo a las reuniones de supervisores y una vez al mes ha rendido su informe de actuación. También ha presentado su proyecto de ejecución por adelantado, anualmente en el mes de enero. Lo extraordinario es que después de otros tres años, ya como supervisor, su sueldo seguía siendo el mismo. Con mucha más responsabilidad, incluso mucho mas trabajo, seguía cobrando lo mismo. Considerando que después de seis años en la firma, ya tenía derecho a un aumento, se abocó con el jefe de Personal y le planteó la situación. Este último lo escuchó atentamente y sin decir palabra tomó el teléfono y pidió a su secretaria una información. Cuando los datos llegaron, Ralph recibió la sorpresa de su vida ¡su sueldo había sido aumentado seis veces! Pero la computadora, por un error humano, había seguido extendiendo el cheque por la misma cantidad. Ahora la compañía le debía, por sueldos no pagados… ¡$96,000.00 dólares! Después de un arreglo para evitar que el impuesto lo golpeara injustamente, Ralph Teage recibió directamente de manos del presidente de la empresa su cheque correspondiente. Uno de los periodistas que acudió a cubrir la insólita noticia, le preguntó: -¿Cómo pudo usted aguantarse tanto tiempo ganando lo mismo? ¿Qué lo impulsó a trabajar con tanto interés y motivación a pesar de no recibir ningún estimulo económico? -Mi mayor motivación estaba en el otro sueldo. Ese lo cobré siempre íntegramente. -¿Su otro Sueldo, que quiere decir? -Vea usted, explicó Ralph. En todo trabajo hay siempre dos sueldos. Uno es el que se nos paga en efectivo por nuestro trabajo. El segundo es la experiencia que adquirimos en él. Son los conocimientos, las habilidades, las destrezas y las actitudes. El primero solemos gastarlo en nuestras necesidades inmediatas. El segundo se acumula y es lo más valioso que poseemos, porque representará la capacidad con que ganaremos el dinero en el mañana, más fácilmente. Ralph estuvo tan embebido adquiriendo experiencia que hasta pasó por alto su primer sueldo. Por el contrario, muchas personas están tan pendientes de su primer sueldo, que dejan de cobrar el segundo”.
De ahora en adelante, cuando busques trabajo o donde trabajas, concentra
todos tus esfuerzos y pensamientos en obtener el sueldo número dos, veras que, sin proponértelo, obtendrás un buen salario.
Recuerda que la única persona en el mundo que puede evitar que cobres el sueldo número dos eres tú mismo…