EL GRAN ENCIERRO
La locura va a ser silenciada en la época clásica. En el siglo XVII se crean grandes internados.
En ellos se mezclan locos, pobres, desocupados, mozos de correccional.
En contra de lo que podemos pensar, el Hospital General (París) no tiene ninguna relación
con lo médico; es una instancia de orden, de orden burgués y monárquico, vinculada a la
justicia. Instituciones de encierro proliferan por toda Europa en esta época, la práctica del
encierro se generaliza, animada por la condenación de la ociosidad (no por criterios de
curación), por imperativos de trabajo.
El criterio de productividad desaparece a lo largo del siglo XVII para dejar al descubierto el
carácter represivo de estas instituciones de encierro: la moral es aquí administrada, como
en otros sitios el comercio o la economía. La locura es percibida en relación a la pobreza, a
la incapacidad para trabajar, a la falta de valores éticos. La Razón y la moral funcionan como
criterio de exclusión, y van a fundamentar la práctica del confinamiento. La antigua libertad
de la locura acaba en la edad clásica entre cuatro paredes.
Aquí Foucault aborda las formas concretas en las que el pensamiento clásico (XVII y XVIII) ha
conocido la locura. I. Manía y melancolía. La noción de melancolía en el siglo XVI estaba
formada por ciertos síntomas, consistentes en todas las ideas delirantes que puede uno
tener de sí mismo. El sistema causal de la melancolía se basa en un humor negro que hay en
el cerebro. Lo que Foucault resalta es que estas definiciones no parten de una observación
rigurosa.
El debate sobre el humor melancólico, frío y seco, se puede resumir en cuatro puntos: 1. La
causalidad de las sustancias es reemplazada por el estudio de las cualidades, que se
transmiten del cuerpo al alma sin soporte. 2. Estas cualidades tienen una dinámica: el frío y
la sequedad entran en conflicto con el temperamento. 3. El conflicto puede nacer dentro de
la misma cualidad. 4. Circunstancias de la vida pueden modificar las cualidades; por
ejemplo, el ocio hace transpirar menos al cuerpo y retiene humores y calores perjudiciales.
La lógica secreta de las cualidades marca la noción de melancolía.
Además es una unidad simbólica formada por: - longuidez de los fluidos, - oscurecimiento
del espíritu, - viscosidad de la sangre, - espesor de los vapores, - viscosidad en los órganos.
Esta unidad no es conceptual ni teórica, sino sensible.
Poco a poco se van asimilando estas dos enfermedades, como variedades de "una
constitución morbífica de los espíritus". A lo largo de la época clásica van entrando en el
terreno de las enfermedades mentales, su posible origen orgánico queda olvidado. La
histeria es ardiente para la medicina de esta época, se produce por el flujo de vapores
cálidos. En cambio, la humedad en los vapores internos, el enfriamiento de las fibras se
asocia a la hipocondría. No se consigue clasificar a estas dos enfermedades con claridad. En
el caso de la histeria, son valores morales los que se vinculan a valores orgánicos. Según se
va abandonando la explicación orgánica (útero, matriz, estómago, etc) la histeria va
entrando en el mundo de la locura para la medicona. La enfermedad circula por el cuerpo,
pero se diferencian distintos tipos de cuerpos. La simpatía, la continuidad corporal en la
transmisión nerviosa es la clave de las enfermedades nerviosas. A finales del XVIII esto va a
cambiar. El enfermo ya no es inocente, el tema de la culpa, de la falta moral va permitir que
la histeria ingrese ya en la locura. La psiquiatría se funda en este tipo de valoraciones.