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Interpelando

al binomio
Arte-Cultura
editorial

8 // CALLE14 // volumen 4, número 4 // enero - junio de 2010


Registro de la exposición Memoria Canalla. Fotografía: Jesús Holmes Muñoz.

¿Qué valor tiene toda la cultura cuando la carácter emancipador de la razón moderna, cuya
experiencia no nos conecta con ella? principal premisa es el eurocentrismo.
Walter Benjamin, “Experiencia y pobreza”
Por lo tanto, al interpelar el núcleo duro y perverso
Resultaría muy fácil circunscribir la pregunta por de la modernidad ya no se trata de buscar una
el Arte y la Cultura a una relación de intercambio mise en abîme —entendida como la inserción
estratégico entre el gran arte —el de los museos de las artes y las culturas locales, debidamente
y lo museal— y la alta cultura. Tal relación, aunque enmarcadas, adjetivadas y siempre en tono menor,
dinámica, no pondría en duda los límites ni la en los relatos de la alta cultura y el gran arte de
naturaleza de ninguno de ellos. En este sentido, Occidente—, sino de negar la superioridad de
el binomio Arte-Cultura, daría cuenta de la redis- una cultura sobre otra, así como su pretensión de
tribución de los significados y sus beneficios, constituir la única vía civilizatoria por medio de
así como de su necesaria actualización ante la la cual las denominadas culturas Otras saldrían,
revolución permanente del capitalismo tardío, en tanto de su minoría de edad culpable, como del
la reflexiva, y en apariencia permisiva, sociedad subdesarrollo. Se trataría, más bien, como lo
postmoderna. Todo lo anterior se desarrolla desde sugiere Arturo Escobar, de propender por unas
una visión que busca la producción de diferencia, ontologías relacionales, de carácter horizontal,
y su reabsorción e integración desde los centros cuya emergencia en América Latina se hace visible
hegemónicos e institucionales, que aparentan que en entidades como las de los pueblos indígenas
las asimetrías y la condición colonial son situacio- y afrodescendientes. Esas ontologías —contrario
nes que han quedado en el pasado, o que son una a lo que sucede en las ontologías dualistas de la
consecuencia del subdesarrollo. modernidad liberal— no se fundan en la división
entre naturaleza/cultura, Yo/otro, Nosotros/ellos,
Sin embargo, desde una perspectiva o un lugar de Individuo/comunidad, ponen en juego movilizacio-
enunciación diferentes —descentrados, no sólo nes políticas, sociales, estéticas y culturales que
por el advenimiento de la crítica postmoderna y interrumpen la lógica misma de la situación colo-
postestructuralista, sino ante todo por la expe- nial, y posicionan maneras diferentes de concebir
riencia histórica del empobrecimiento, la raciali- las relaciones de la vida y sus dimensiones huma-
zación y la subalternización, que se ha extendido nas y sociales, en diálogo con la naturaleza que,
desde la conquista hasta nuestros días—, la por cierto, es también un sujeto de derechos.
pregunta por la relación entre el Arte y la Cultura
tiene una lógica y una posicionalidad distintas. Estos asuntos, de carácter decolonial, intercultu-
Desde ese punto de vista, se pone en cuestión ral, pluriversal y transmoderno son abordados en
el salto de lo particular a lo universal del arte y la varios de los textos de este número de Calle14.
cultura europeos, proceso constitutivo de la confi-
guración del mito de la modernidad que, como Pedro Pablo Gómez
bien lo ha explicado Enrique Dussel, se funda en el Editor

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