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REVISIÓN

Indicaciones y consecuencias de la erradicación


de Helicobacter pylori en la enfermedad por reflujo 96.260
gastroesofágico
Javier P. Gisberta y Josep M. Piquéb
a
Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario de La Princesa. Madrid. España.
b
Servicio de Gastroenterología. Institut de Malalties Digestives. Hospital Clínic de Barcelona. Barcelona. España.

Diversas evidencias epidemiológicas indican que la prevalencia de in- Indications and consequences or Helicobacter pylori
fección por Helicobacter pylori en los pacientes con enfermedad por re- eradication on gastroesophageal reflux disease
flujo gastroesofágico (ERGE) es menor que en sus respectivos controles,
lo que sugeriría que la bacteria representa un elemento protector de Several epidemiological data indicate that H. pylori infection preva-
esta enfermedad. Por otra parte, la mayoría de los estudios demuestran lence in patients with gastroesophageal reflux disease (GERD) is lo-
que la presencia de H. pylori en los pacientes con ERGE no afecta de wer than that reported in respective controls, which would suggest
manera adversa a la eficacia terapéutica de los inhibidores de la bomba that the organism plays a protective role against this disease. On the
de protones (IBP) y, en caso de influir negativamente sobre ella, los other hand, most studies demonstrate that the presence of the infec-
efectos son clínicamente irrelevantes y fácilmente controlables con el tion in patients with GERD does not negatively affect the therapeutic
tratamiento antisecretor habitual, por lo que la decisión de administrar efficacy of proton pump inhibitors (PPIs), and, in case of negatively
tratamiento erradicador de H. pylori en un paciente dado no tendría que influencing it, the effects are not clinically relevant and are easily
verse influida por la presencia concomitante de ERGE. La erradicación controllable with standard antisecretory treatment. Therefore, the de-
de H. pylori no parece inducir, en la mayoría de los pacientes, la apari- cision to administrate H. pylori eradication treatment to a patient
ción de una ERGE, ni empeorar esta enfermedad en caso de que ya es- should not be influenced by the concomitant presence of GERD. In
tuviera presente inicialmente. No obstante, si no conocemos el patrón most cases, H. pylori eradication does not seem to induce GERD de-
de gastritis previo a la administración de tratamiento antibiótico, el velopment, and it does not seem to worsen GERD when it was already
efecto de la erradicación de H. pylori sobre la secreción ácida y la inci- present. Nevertheless, when the gastritis pattern is unknown before
dencia de ERGE es impredecible. En los raros casos en los que la erra- the antibiotic administration, the effect of H. pylori eradication on
dicación de H. pylori tenga efectos negativos sobre la ERGE, su relevan- gastric acid secretion and the incidence of GERD is unpredictable. In
cia clínica será escasa y los síntomas de reflujo o la esofagitis the exceptional cases in which H. pylori eradication could have nega-
responderán favorablemente al tratamiento antisecretor estándar con tive effects on GERD, its clinical relevance will be limited, and reflux
IBP, por lo que no se precisará una corrección de su dosis. Por tanto, symptoms or endoscopic esophagitis will favourably respond to the
una vez más, cuando consideremos indicada la erradicación de H. pylo- standard PPI antisecretory treatment. Therefore, again, when H. pylori
ri en un determinado paciente, el diagnóstico de ERGE no deberá cam- eradication is indicated in a particular patient, the concomitant diag-
biar en nada nuestra actitud. Por último, si bien es cierto que algunos nosis of GERD should not change our attitude. Finally, is has recently
estudios sugieren que la infección por H. pylori favorece el desarrollo de been recommended to eradicate H. pylori infection in those patients
gastritis atrófica en los pacientes que reciben IBP de mantenimiento, la with GERD needing long-term treatment with PPI, as some studies
mayoría de ellos adolece de notables defectos metodológicos. Por otra have reported that these drugs induce, in presence of the organism,
parte, otros autores llegan a conclusiones opuestas, ya que no demues- an atrophic gastritis, with the consequent risk of gastric cancer. Ho-
tran un incremento del riesgo de gastritis atrófica en los pacientes in- wever, most of these studies have important methodological defects,
fectados. En cualquier caso, la aparición de lesiones clínicamente más and several authors have reported contrary results. In any case, the
relevantes en la mucosa gástrica, como metaplasia intestinal, displasia appearance in the gastric mucosa of clinically relevant lesions, such
o adenocarcinoma, en los pacientes con H. pylori tratados con IBP a as intestinal metaplasia, dysplasia or adenocarcinoma, in patients tre-
largo plazo aún no se ha podido demostrar, si bien esto podría ser sen- ated with PPI for several years, has not yet been demonstrated, alt-
cillamente un problema de tiempo. Por tanto, la cuestión parece dema- hough this could simply be a problem of time. This question seems to
siado controvertida como para resolverse con los datos de que se dispo- be too controversial to be answered with the available data, and we
ne en la actualidad. Ésta es una de las lagunas de conocimiento que should wait until new studies clarify this topic. In the meantime, as it
persisten con respecto a la infección por H. pylori, por lo que debere- occurs with any controversial indication, the decision of the doctor fa-
mos aguardar a que los estudios diseñados específicamente para res- cing a patient infected by H. pylori and needing maintenance therapy
ponder a la pregunta que nos ocupa esclarezcan este punto. Mientras with PPIs should be assessed on a case by case basis.
tanto, y como ocurre con cualquier indicación controvertida, la decisión
del médico ante un paciente con infección por H. pylori y necesidad de
IBP de matenimiento no puede generalizarse, sino que deberá indivi-
dualizarse y basarse en las particularidades de cada caso concreto.

Palabras clave: Reflujo gastroesofágico. Esofagitis. Helicobacter pylori. Key words: Gastroesophageal reflux disease. Oesophagitis. Helicobacter pylori.
Epidemiología. Prevalencia. Inhibidores de la bomba de protones. Epidemiology. Prevalence. Proton pump inhibitors. Gastric cancer.
Cáncer gástrico.

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es la cau- la presencia de ERGE4-8 y la gastritis antral es un hallazgo
sa de un elevado porcentaje de los síntomas digestivos atri- frecuente en los pacientes con ERGE9, por lo que H. pylori
buibles a la parte alta del aparato digestivo1-3. La infección teóricamente podría representar una causa común de am-
por Helicobacter pylori es el principal agente causal de gas- bos procesos; si así fuera, la ERGE pasaría a engrosar la ya
tritis crónica, enfermedad ulcerosa gastroduodenal, adeno- larga lista de enfermedades digestivas desencadenadas por
carcinoma y linfoma gástricos. Sin embargo, su relación con H. pylori. Ambos factores, microorganismo y ERGE, podrían
la ERGE no está en absoluto establecida. Por una parte, la no tener relación alguna. Por último, cabe también la posi-
enfermedad ulcerosa duodenal se asocia con frecuencia a bilidad de que la infección desempeñe incluso un papel
protector frente a la ERGE, lo que constituye una atractiva
alternativa: representaría la excepción en la que el microor-
Correspondencia: Dr. J.P. Gisbert.
Playa de Mojácar, 29. Urb. Bonanza. ganismo no sólo no sería perjudicial, sino que podría ser be-
28669 Boadilla del Monte. Madrid. España. neficioso10. Quizá, el aforismo «el único H. pylori bueno es
Correo electrónico: gisbert@meditex.es un H. pylori muerto»11, tantas veces expresado, no sea váli-
Recibido el 6-9-2004; aceptado para su publicación el 10-11-2004. do para todos los casos de infección por esta bacteria.

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La erradicación de H. pylori se ha asociado en algunos estu- gastroduodenal y por cáncer gástrico habían descendido
dios con una mayor incidencia de ERGE, lo que ha apoyado progresivamente durante estos años, mientras que la inci-
la recomendación emitida por ciertos autores de que en los dencia de ingresos relacionados con la ERGE (y con el cán-
pacientes con ERGE no debe investigarse ni tratarse la in- cer de esófago) se había incrementado significativamente
fección por esta bacteria. Por otra parte, se ha recomenda- durante ese mismo período. Esta tendencia epidemiológica
do erradicar el microorganismo en los pacientes con ERGE opuesta entre enfermedades gastroduodenales y esofágicas
que requieran tratamiento a largo plazo con inhibidores de en los países donde la prevalencia de infección por H. pylori
la bomba de protones (IBP), puesto que en algunos estu- se encuentra en descenso es compatible con un papel dual
dios se ha descrito que estos fármacos inducen, en presen- del microorganismo, que podría actuar como factor etiológi-
cia de la infección, una gastritis atrófica, con el consiguiente co de la enfermedad ulcerosa péptica y del cáncer gástrico,
riesgo (teórico) de adenocarcinoma gástrico10. y a la vez como posible elemento protector de la ERGE y de
De este modo, las consecuencias y las indicaciones de la sus complicaciones.
erradicación de H. pylori sobre la ERGE continúan repre- Diversos estudios han valorado la prevalencia de infección
sentando temas controvertidos10,12-27. Por ello, los objetivos en pacientes con ERGE. En una reciente revisión sistemáti-
de esta revisión son: a) evaluar si la prevalencia de H. pylori ca34 a partir de estos estudios se ha calculado una prevalen-
difiere entre los pacientes con ERGE y sus respectivos con- cia media de H. pylori del 38% (en los estudios sin grupo
troles; b) revisar si la infección por H. pylori tiene algún control), una cifra relativamente baja, inferior a la esperable
efecto sobre la potencia antisecretora y la eficacia clínica de en la población general. Más interesantes son los estudios
los IBP; c) determinar los posibles efectos –beneficiosos o comparativos, en los que hay un grupo control sin ERGE, a
perniciosos– de la erradicación de H. pylori sobre la ERGE, partir de los cuales se ha calculado una prevalencia media
y d) revisar críticamente los diferentes argumentos tanto a de infección del 37% en la ERGE, mientras que esta cifra
favor como en contra de erradicar la infección por H. pylori era mayor en los pacientes sin esta enfermedad (48%)34.
en los pacientes con ERGE que requieran tratamiento de Por tanto, la odds ratio (OR) para la asociación entre preva-
mantenimiento con IBP, con la intención de prevenir el de- lencia de H. pylori y ERGE en la mencionada revisión siste-
sarrollo de cáncer gástrico. mática34 fue de 0,6 (intervalo de confianza [IC] del 95%,
Para ello, se ha efectuado una búsqueda bibliográfica en in- 0,48-0,76), lo que sugiere un efecto protector de la infec-
ternet hasta agosto de 2004 empleando el motor de bús- ción sobre la ERGE. Además, al analizar únicamente los es-
queda PubMed. Se emplearon los siguientes descriptores o tudios comparativos que incluían específicamente a pacien-
palabras clave (en todos los campos de búsqueda): pylori tes con esofagitis endoscópica (y no sólo con ERGE
AND (gastroesophageal reflux, gastro-esophageal reflux, considerada globalmente, con su amplio espectro de mani-
gastrooesophageal reflux, gastro-oesophageal reflux, esop- festaciones) los resultados fueron superponibles, lo que su-
hagitis o oesophagitis). Asimismo, se revisaron las referen- giere que el efecto protector de la bacteria sobre la esofagi-
cias bibliográficas incluidas en las revisiones identificadas tis es similar, o en todo caso mayor, que el inducido sobre
sobre la relación entre H. pylori y ERGE, así como las refe- la ERGE sin complicaciones endoscópicas34.
rencias empleadas en los artículos seleccionados. Se inclu- En un metaanálisis posterior, que incluía 14 estudios de ca-
yeron artículos publicados en cualquier idioma. Se seleccio- sos y controles, se calculó una OR de 1,34 (IC del 95%,
naron los estudios en que se evaluaba el efecto de la 1,15-1,55) para la asociación entre la ausencia de infección
presencia de H. pylori sobre la potencia antisecretora o la por H. pylori y la presencia de ERGE, lo que sugiere de nuevo
eficacia clínica de los IBP, el efecto de la erradicación de H. un efecto protector de la bacteria sobre esta enfermedad21.
pylori sobre la incidencia o el agravamiento de la ERGE, o Sin embargo, los resultados de los estudios incluidos en
en los que se valoraba la posibilidad de indicación de trata- este metaanálisis fueron heterogéneos, lo que obliga a inter-
miento erradicador en los pacientes que requieren trata- pretar con cautela los hallazgos. En un tercer metaanálisis35
miento de mantenimiento con IBP. en el que se incluyeron 20 estudios, la OR para la asocia-
ción entre prevalencia de H. pylori y de ERGE fue de 0,6 (IC
del 95%, 0,47-0,78), lo que indica una vez más una menor
Prevalencia de infección por H. pylori en la enfermedad
frecuencia de la infección en los pacientes que presentan
por reflujo gastroesofágico
una ERGE. También en este caso se constató la presencia
Recientemente, se ha sugerido que H. pylori no sólo no se- de heterogeneidad entre los resultados de los diversos estu-
ría un factor de riesgo para el desarrollo de la ERGE, sino dios, lo que vuelve a aconsejar su interpretación con ciertas
que incluso podría representar un elemento protector de precauciones. Así, por ejemplo, la localización geográfica
ésta10. La observación de ciertas divergencias en las ten- fue una fuente importante de heterogeneidad; se demostró
dencias epidemiológicas de ambas entidades –infección por una prevalencia mucho menor de H. pylori en los pacientes
H. pylori y ERGE– hicieron sospechar inicialmente esta posi- con ERGE procedentes de Extremo Oriente, a pesar de que
ble relación inversa. Así, durante las últimas décadas se ha éstos, en general, tienen la infección con mayor frecuencia
observado un descenso llamativo en la incidencia y la pre- que en Europa y EE.UU.35.
valencia de la enfermedad ulcerosa péptica en los países Se han postulado diversas hipótesis para explicar el posible
desarrollados28, posiblemente como consecuencia de la dis- efecto protector de la infección sobre la ERGE. En primer lu-
minución de la frecuencia de infección por H. pylori en es- gar, se ha implicado al amonio producido por H. pylori debi-
tas áreas geográficas, secundaria, a su vez, a la mejora de do a su conocida capacidad alcalinizante36. Otros autores
las condiciones sociosanitarias. Por el contrario, la inciden- han sugerido que la menor frecuencia de ERGE en los pa-
cia y la prevalencia de ERGE y de sus complicaciones (eso- cientes infectados sería consecuencia de la gastritis crónica
fagitis erosiva, esófago de Barrett y adenocarcinoma de esó- (atrófica) producida por H. pylori en la mucosa fúndica y la
fago) ha aumentado de modo notable durante el mismo consiguiente disminución de la secreción ácida gástri-
período1,28-32. A modo de ejemplo, El-Serag et al33 analizaron ca28,37,38. Se ha postulado también que quizá la hipoclorhi-
recientemente los motivos de ingreso por diversas enferme- dria se debiera a un efecto directo del microorganismo,
dades digestivas entre los años 1970 y 1995, y demostraron pues H. pylori es capaz de inhibir la secreción ácida in vi-
que las tasas de hospitalización por enfermedad ulcerosa tro39,40. Por último, se ha propuesto que la hipergastrinemia

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inducida por la infección41 podría aumentar el tono del es- La interacción entre H. pylori e IBP no es exclusiva del ome-
fínter esofágico inferior42 y, por tanto, disminuir la probabili- prazol, pues se ha descrito también con otros IBP, como el
dad de aparición de episodios de reflujo. lansoprazol53 y el pantoprazol54,55. Así, por ejemplo, en el es-
Los estudios epidemiológicos que evalúan la prevalencia de tudio de Holtmann et al55, más de 900 pacientes con esofa-
infección en los pacientes con ERGE representan una pieza gitis por reflujo recibieron tratamiento con pantoprazol, y se
clave para comprender la relación entre el microorganismo demostró una mejoría clínica y endoscópica más acusada
y la enfermedad, pero tienen también sus limitaciones. Así, en el grupo de pacientes infectados respecto a los pacientes
los paralelismos –o mejor dicho, las divergencias– epide- H. pylori negativos55. Por otra parte, no está claro si la re-
miológicas podrían reflejar meramente un factor etiológico ducción del efecto antisecretor tras la erradicación de H.
compartido (p. ej., un nivel socioeconómico elevado) que a pylori afecta también a los antagonistas de los receptores
la vez protegiera frente a la infección por H. pylori y facilita- H2, pero parece que, de ser así, su importancia sería mucho
ra la aparición de ERGE, lo que no implica necesariamente menor que en el caso de los IBP53,56.
un nexo de causalidad. Además, los estudios transversales Se han propuesto diversas hipótesis para explicar las obser-
únicamente nos demuestran que la prevalencia de H. pylori vaciones descritas. Como se postuló con anterioridad, el po-
en un momento determinado es inferior en los pacientes der alcalinizante del amonio producido por H. pylori podría
con ERGE que en los sujetos de control, por lo que esta desempeñar un papel favorecedor del efecto antisecretor de
asociación podría ser meramente circunstancial y no nece- los IBP. Por otra parte, la gastritis crónica (atrófica) inducida
sariamente causal. Gran parte de los estudios epidemiológi- por el microorganismo en la mucosa fúndica –favorecida
cos tienen un diseño retrospectivo que, como es sabido, precisamente por el empleo de IBP, como se revisará más
presentan ciertos inconvenientes, entre los que destaca la adelante– limitaría la secreción ácida gástrica y potenciaría,
posibilidad de que la técnica diagnóstica no detecte la in- por tanto, el efecto de los antisecretores. También es posi-
fección en el momento actual, a pesar de que sí estuviera ble que la hipoclorhidria se deba a un efecto inhibitorio de
presente en el pasado. Por otra parte, algunos métodos em- la infección (a través de mediadores inflamatorios liberados
pleados para detectar la infección por H. pylori, como la se- como consecuencia de ésta) sobre la bomba de protones
rología, tienen una exactitud limitada y, además, no diag- de la célula parietal gástrica57. No obstante, esta última hi-
nostican la infección activa, sino la pasada. Esto puede dar pótesis parece poco probable, pues la mejoría histológica de
lugar a sesgos, en el sentido de sobrestimar o subestimar la la gastritis tras la erradicación es un fenómeno lento que
fuerza de la asociación entre H. pylori y ERGE. Otro incon- precisa varios meses58,59, mientras que los cambios en la
veniente inherente al diseño retrospectivo es que no se pue- acidez intragástrica objetivados a las 4 semanas no se mo-
de establecer una secuencia temporal y, por tanto, no apor- difican con posterioridad51,52. Por otro lado, no se ha descri-
tan información fiable con respecto al nexo de causalidad. to una correlación entre la actividad de la gastritis y los
En definitiva, diversos estudios de casos y controles, resu- cambios en el pH intragástrico inducidos por el omepra-
midos en varios metaanálisis, apoyan la evidencia epidemio- zol51,52.
lógica de una menor prevalencia de infección por H. pylori La posible relevancia clínica de esta pérdida de eficacia an-
en los pacientes con ERGE, lo que sugiere que, quizá, la tisecretora de los IBP, especialmente en los pacientes con
presencia de la bacteria no sólo no sería un factor de riesgo ERGE, no se conoce con exactitud. Teóricamente, la erradi-
para el desarrollo de la ERGE, sino que incluso podría re- cación de H. pylori podría hacer más problemático el con-
presentar un elemento protector de ésta. No obstante, las trol del reflujo ácido gastroesofágico y obligar a incrementar
importantes limitaciones metodológicas de estos estudios la dosis del IBP y, de hecho, algunos autores han compro-
epidemiológicos no permiten establecer una relación de bado que la influencia de la infección sobre la potencia anti-
causalidad definitiva entre ambos factores. secretora del omeprazol tiene una traducción clínica. Así,
Wu et al60 llevaron a cabo un estudio prospectivo en el que
un grupo de pacientes con ERGE procedentes de Hong
Infección por H. pylori y potencia antisecretora de los
Kong fueron aleatorizados a recibir durante 1 semana un
inhibidores de la bomba de protones
tratamiento erradicador triple (con omeprazol y 2 antibióti-
El efecto antisecretor de los IBP podría depender, al menos cos) u omeprazol aisladamente; posteriormente se adminis-
en parte, de la presencia o ausencia de H. pylori en la cavi- tró una dosis de mantenimiento de este IBP. Al finalizar el
dad gástrica del paciente, por lo que la erradicación del mi- estudio, el grupo que había recibido tratamiento erradicador
croorganismo podría llegar a tener consecuencias sobre la tuvo una tasa de fracasos terapéuticos (en cuanto al control
eficacia de estos antisecretores43-45. El primer hallazgo que de la ERGE) más elevada, que los pacientes que continua-
orientó en esta dirección fue la observación de que durante ban estando infectados por H. pylori.
el tratamiento con omeprazol el pH intragástrico era más al- Sin embargo, estudios recientes no han podido demostrar
calino en los pacientes con úlcera duodenal que en los con- ninguna relación entre la presencia del microorganismo y la
troles sanos46,47. Estos resultados estimularon la realización eficacia del tratamiento con IBP en la ERGE61-65. Por ejem-
de un estudio en el que se administró omeprazol o placebo plo, Schenk et al66 demostraron que los pacientes sin H. py-
a un grupo de individuos sanos con y sin infección por H. lori no precisaban dosis más elevadas de omeprazol para
pylori. Durante el tratamiento con placebo no se identifica- permanecer en remisión clínica. Por su parte, Adamek et
ron diferencias en el pH intragástrico entre los pacientes al67, en un estudio que pretendía evaluar la influencia de la
con y sin H. pylori; sin embargo, y de modo sorprendente, erradicación de H. pylori sobre la capacidad del pantoprazol
durante el tratamiento con omeprazol se obtuvieron valores de curar la esofagitis, demostraron que la presencia o ausen-
de pH superiores en los individuos infectados48,49. El si- cia del microorganismo no influía sobre la eficacia terapéuti-
guiente paso fue la evaluación del efecto de la erradicación ca de este IBP. En otro reciente estudio, Pilotto et al68 com-
de H. pylori sobre el pH intragástrico en presencia de ome- probaron que la infección no tenía ningún efecto sobre la
prazol, lo que permitió comprobar que la acidez gástrica se respuesta sintomática de la ERGE o la tasa de curación en-
incrementaba notablemente tras la desaparición del micro- doscópica de la esofagitis. Tampoco se ha podido confirmar,
organismo50. Finalmente, estos hallazgos se confirmaron en en estudios a largo plazo, que el tratamiento de manteni-
estudios con tiempos de seguimiento más prolongados51,52. miento con IBP posea una eficacia diferente para prevenir la

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recurrencia de la ERGE en función de la presencia o ausen- En un reciente metaanálisis que incluía 10 ensayos clínicos
cia de H. pylori61,65-67, lo que indicaría que no es preciso co- que evaluaban el efecto del tratamiento erradicador de H.
rregir la dosis de IBP de acuerdo con el estado de infección pylori sobre la incidencia de ERGE se calculó una OR de 2,5
al comienzo del tratamiento o con la administración de trata- (IC del 95%, 1,9-3,4), que indica que la erradicación de la
miento erradicador. Por último, Rokkas et al69 erradicaron la infección se asocia con un efecto negativo sobre la ERGE21.
infección por H. pylori en un grupo de pacientes sin ERGE; Este metaanálisis demostró que la erradicación no sólo se
posteriormente, estos pacientes fueron aleatorizados a reci- asociaba con la aparición de novo de la ERGE (OR = 3,2),
bir o no omeprazol de mantenimiento durante 1 año. En el sino también con la exacerbación o el empeoramiento de la
grupo sin tratamiento de mantenimiento la incidencia de sín- ERGE previa (OR = 2,4). No obstante, el número que es ne-
tomas de ERGE fue del 28%, mientras que el empleo de cesario tratar (NNT) para observar una ERGE de novo o su
omeprazol previno eficazmente la aparición de estos sínto- recurrencia en un paciente fue de 15, lo que indica que la
mas (que aparecieron en tan sólo el 3% de los pacientes), lo magnitud del efecto es, en todo caso, bastante discreta21.
cual demuestra que una dosis estándar de IBP sigue siendo Sin embargo, hay numerosos estudios, sobre todo los más
suficiente para controlar los síntomas de reflujo aun cuando recientes, que no confirman los referidos hallazgos, ya que
se haya erradicado previamente la infección por H. pylori. no han podido demostrar una mayor incidencia de ERGE
En resumen, la mayoría de los estudios demuestran que la tras la eliminación del microorganismo (tabla 1); estos últi-
presencia de H. pylori en los pacientes con ERGE no influye mos estudios son, en general, metodológicamente más es-
negativamente en la eficacia terapéutica de los IBP (esto es, trictos, con un diseño prospectivo y aleatorizado en algunos
al efecto sobre los síntomas o la esofagitis endoscópica) y, casos. Diversos factores podrían explicar los resultados dis-
en caso de influir de forma negativa sobre ella, los efectos cordantes de los estudios que evalúan el efecto de la erradi-
son clínicamente irrelevantes y controlables con facilidad cación de H. pylori sobre la ERGE. En primer lugar, la defi-
mediante el tratamiento antisecretor (IBP) habitual. Por tan- nición y la clasificación de la ERGE (en especial de la
to, la decisión de administrar tratamiento erradicador en un esofagitis endoscópica) varía notablemente según los diver-
paciente dado no tendría que verse influida por la presencia sos autores, lo que podría explicar, al menos en parte, las
concomitante de ERGE, sino que debería basarse única- diferencias encontradas entre alguno de los estudios. En se-
mente en las recomendaciones establecidas para la erradi- gundo lugar, los tiempos de seguimiento tras la administra-
cación de H. pylori. ción de tratamiento erradicador oscilan considerablemente
de unos estudios a otros, desde unas pocas semanas hasta
varios años; debemos tener presente que los cambios en la
Efecto de la erradicación de H. pylori sobre la enfermedad
fisiología digestiva (p. ej., en la secreción ácida) tras la erra-
por reflujo gastroesofágico
dicación de H. pylori tienen una cierta latencia. Por otra
Anteriormente se ha revisado cómo diversos estudios epide- parte, los frecuentes e importantes defectos metodológicos
miológicos han sugerido que la infección por H. pylori po- de muchos de los estudios (diseño retrospectivo, ausencia
dría ser beneficiosa para la ERGE. De ello se podría deducir de aleatorización, comparación de poblaciones no homogé-
que al erradicar el microorganismo estaríamos eliminando neas, posibles sesgos inducidos por las pérdidas durante el
un factor protector de esta entidad y favoreciendo su apari- seguimiento, etc.) limitan considerablemente sus conclusio-
ción. Numerosos estudios han evaluado el efecto de la erra- nes118. Además, hay la posibilidad de que en alguno de los
dicación de H. pylori sobre la ERGE, con resultados contra- estudios que demuestran la aparición de esofagitis tras la
dictorios, como queda resumido en la tabla 15-7,60,65,67, 69-114. erradicación de H. pylori dicha lesión esofágica fuera previa
Inicialmente, algunos estudios constataron cómo la erradica- al tratamiento erradicador, pero hubiera pasado inadvertida
ción de H. pylori desencadenaba una ERGE –en ocasiones al endoscopista; téngase en cuenta que la prevalencia de
con esofagitis por reflujo demostrada– en una considerable esofagitis péptica en los pacientes con úlcera duodenal o
proporción de los casos (tabla 1). La explicación de esta dispepsia de tipo ulceroso puede llegar a ser de hasta del
eventualidad no es sencilla. Por una parte, se ha sugerido, 50%4-8. Esta observación argumentaría a favor de un desen-
una vez más, que el poder alcalinizante del amonio produci- mascaramiento de la ERGE tras la erradicación de H. pylori
do por H. pylori protegería el esófago del efecto dañino del más que de la aparición de novo de dicha enfermedad8.
ácido gástrico10. Por otra parte, se ha propuesto que la per- Quizá la interrupción del tratamiento antisecretor crónico
sistencia de una elevada densidad de células D (productoras (que tras la erradicación no sería ya preciso en los pacien-
de somatostatina) antrales tras la erradicación de H. pylori tes con úlcera) sería causante del desarrollo o desenmasca-
sería la responsable de una inhibición defectuosa de las cé- ramiento de las lesiones pépticas esofágicas. Una explica-
lulas G y la consiguiente hipergastrinemia e hipersecreción ción adicional es que la aparición de esofagitis fuera
ácida10. La gastrina, como ya se mencionó previamente, pro- consecuencia meramente de un incremento de peso o una
voca una elevación del tono del esfínter esofágico inferior42 y mayor ingesta alimentaria119, todo ello debido a la mejoría
su disminución tras la erradicación del microorganismo115 sintomática tras la erradicación de H. pylori. En este senti-
podría desencadenar episodios de reflujo gastroesofágico; no do, algún autor ha demostrado que los pacientes obesos tie-
obstante, algunos autores han demostrado que, aunque la nen un mayor riesgo de desarrollar una ERGE tras la erradi-
erradicación de H. pylori induce un descenso en la presión cación de H. pylori114.
del esfínter esofágico inferior, ello no conlleva un incremento El patrón o localización de la gastritis –predominio antral o
de los síntomas indicativos de ERGE116. Por último, la regre- corporal– depende del origen étnico de la población estu-
sión de las lesiones de gastritis (atrófica) del cuerpo gástrico diada. Así, en la mayoría de los países europeos y en
descrita tras la erradicación de H. pylori podría permitir la re- EE.UU. la gastritis causada por H. pylori sigue un patrón de
cuperación de la secreción ácida previa117 y la consiguiente predominio antral, por lo que la erradicación de la infección
manifestación de la ERGE en los pacientes predispuestos. debería seguirse de un efecto netamente beneficioso (al
Esta última teoría está apoyada por un reciente estudio, en el prevenir, por una parte, la aparición de úlcera péptica y,
que se ha demostrado un incremento de la secreción ácida probablemente, también de ERGE)120. En otras regiones
precisamente en los pacientes que desarrollan una esofagitis como Asia, donde la infección origina un patrón de gastritis
por reflujo tras la erradicación de H. pylori94. predominantemente corporal, el resultado de la erradica-

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EN LA ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROESOFÁGICO

TABLA 1
Características de los estudios que evalúan el efecto de la erradicación de H. pylori sobre la aparición o agravamiento de
la enfermedad por reflujo gastroesofágico
Tiempo de seguimiento Evolución tras la
Autor (referencia) Enfermedad de base País
(meses) erradicación*
Wildner-Christensen et al70 Sanos Dinamarca 12 Mejoría
Harvey et al71 Sanos Reino Unido 24 Sin cambios
Moayyedi et al72 Sanos Reino Unido 24 Sin cambios
Vaira et al73 Sanos Italia 120 Sin cambios
Befrits et al74 UD Suecia 24 Mejoría
Ishiki et al75 UD Japón 22 Mejoría
Kupcinskas et al76 UD Lituania 12 Mejoría
Malfertheiner et al77 UD Europa, Canadá 6 Mejoría
Miwa et al78 UD Japón 36 Mejoría
Peitz et al79 UD Alemania 24-36 Mejoría
Bytzer et al80 UD Dinamarca 12 Sin cambios
Kim et al81 UD Corea >6 Sin cambios
Laine et al82 UD EE.UU. 1-10 Sin cambios
Manes et al6 UD Italia 12 Sin cambios
Mantzaris et al83 UD Grecia 12-24 Sin cambios
McColl et al5 UD Escocia 12-36 Sin cambios
Murai et al84 UD Japón 6 Sin cambios
Rollan et al85 UD Chile 41 Sin cambios
Vakil et al86 UD EE.UU. 6 Sin cambios
Verma et al87 UD EE.UU. 12 Sin cambios
Wurzer et al88 UD Austria 12 Sin cambios
Fallone et al89 UD Canadá 12 Empeoramiento
Hamada et al90 UD Japón 36 Empeoramiento
Labenz et al91 UD Alemania 36 Empeoramiento
Schütze et al92 UD Austria 43 Empeoramiento
Tepes et al93 UD Eslovenia 12 Empeoramiento
Miwa et al78 UG Japón 36 Mejoría
Kim et al81 UG Corea >6 Sin cambios
Malfertheiner et al77 UG Europa, Canadá 6 Sin cambios
McColl et al5 UG Escocia 12-36 Sin cambios
Hamada et al90 UG Japón 36 Empeoramiento
Koike et al94 UG Japón 7 Empeoramiento
O’Connor et al7 UP (UD y UG) Irlanda >1 Mejoría
Olafsson et al95 UP (UD y UG) Noruega 12 Mejoría
Hurenkamp et al96 UP (UD y UG) Holanda 6 Sin cambios
Chakurski et al97 ERGE Bulgaria 6 Mejoría
McColl et al5 ERGE Escocia 12-36 Mejoría
Mesihovic et al98 ERGE Croacia 12 Mejoría
Schwizer et al99 ERGE Suiza 6 Mejoría
Vucelic et al100 ERGE Croacia 12 Mejoría
Adamek et al67 ERGE Alemania 12 Sin cambios
Harvey et al71 ERGE Reino Unido 24 Sin cambios
Kuipers et al65 ERGE Europa, Australia 24 Sin cambios
Levine et al101 ERGE Israel > 6 Sin cambios
Moayyedi et al102 ERGE Reino Unido 12 Sin cambios
Peitz et al79 ERGE Alemania 24-36 Sin cambios
Takeuchi et al103 ERGE Japón >6 Sin cambios
Tefera et al104 ERGE Noruega 3 Sin cambios
Tefera et al105 ERGE Noruega 15 Sin cambios
Sarnelli et al106 ERGE Italia 2 Empeoramiento
Wu et al60 ERGE Hong Kong 6 Empeoramiento
Wu et al107 ERGE Hong Kong 12 Empeoramiento
Laine et al108 DF EE.UU. 6 Sin cambios
Manifold et al109 DF Reino Unido 3 Sin cambios
Verma et al87 DF EE.UU. 12 Sin cambios
Yachida et al110 DF Japón 24 Sin cambios
Laheij et al111 Miscelánea (DF, UP, ERGE) Holanda 3 Sin cambios
Murai et al84 Miscelánea (DF, UP, ERGE) Japón 36 Sin cambios
Rinaldi et al112 Miscelánea (DF, UP) Italia 6-18 Sin cambios
Fraser et al113 Miscelánea (DF, UP, ERGE) Nueva Zelanda 16 Empeoramiento
Furuta et al114 Miscelánea (DF, UP) Japón 12 Empeoramiento
Koike et al94 Miscelánea (DF, UP) Japón 7 Empeoramiento
Rokkas et al69 Miscelánea (DF, UP) Grecia 12 Empeoramiento
Takeuchi et al103 Miscelánea (DF, UP) Japón >6 Empeoramiento
Sanos: población general asintomática; ERGE: enfermedad por reflujo gastroesofágico; UP: úlcera péptica; UD: úlcera duodenal; UG: úlcera gástrica; DF: dispepsia funcional.
*Evolución de la ERGE tras administrar tratamiento erradicador de H. pylori; mejoría: mejoría de la ERGE; empeoramiento: aparición de ERGE o empeoramiento de ERGE previa; sin cam-
bios: sin efecto sobre la incidencia o gravedad de la ERGE.

ción y el consiguiente incremento de la secreción ácida117 En este sentido, uno de los metaanálisis previamente men-
podría ser negativo, lo que induciría la aparición de cionados21 ha demostrado que el efecto pernicioso de la
ERGE120. Así, por ejemplo, en un estudio llevado a cabo en erradicación de H. pylori sobre la ERGE únicamente es pa-
Hong Kong en pacientes con ERGE, donde se demostraba tente en los estudios llevados a cabo en Asia, pero no en los
un empeoramiento de esta enfermedad tras la erradicación realizados en Europa o EE.UU.21.
de H. pylori, se evidenció que aproximadamente la mitad de Otra variable que podría dar cuenta de la variabilidad de re-
los pacientes presentaba lesiones histológicas en el cuerpo sultados entre los diversos estudios es la diferente virulencia
gástrico clasificadas como gastritis moderada o intensa60. de las cepas de H. pylori. Así, los genotipos más patógenos

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del microorganismo (con su correspondiente positividad de cera duodenal, úlcera gástrica y ERGE, entre otros) y las
marcadores, como cagA o vacA) podrían asociarse con una consecuencias beneficiosas o perniciosas de la erradicación
mayor incidencia de gastritis atrófica y un consiguiente ma- de H. pylori son atractivas y teóricamente plausibles, en la
yor efecto protector sobre la ERGE y, por tanto, su erradica- práctica no siempre se confirma. Así, como puede observar-
ción podría desencadenar con más frecuencia la enferme- se en la tabla 1, diversos estudios que han incluido pacien-
dad10. tes con úlcera duodenal han constatado un efecto negativo
El fenómeno de «rebote» en la secreción ácida descrito tras de la erradicación sobre la ERGE y otros, realizados en pa-
la retirada de los IBP podría explicar también alguno de los cientes con úlcera gástrica, no han evidenciado ningún
resultados contradictorios. Así, recientemente se ha objeti- efecto de la erradicación o incluso han demostrado una me-
vado que la hipersecreción ácida de «rebote» ocurre en los joría clínica. En este sentido, uno de los metaanálisis men-
pacientes sin H. pylori, pero no en los que tienen la infec- cionados muestra que el efecto negativo sobre la ERGE
ción, si bien este fenómeno puede ser inducido al erradicar como consecuencia de la erradicación de H. pylori ocurre
el microorganismo121. Por tanto, el desencadenamiento de independientemente de la enfermedad de base21.
una ERGE en algunos estudios, como el tan citado de La- Por último, la relevancia clínica del posible efecto negativo
benz et al91, en los que coincide la erradicación de H. pylori (si es que realmente existe en algunos casos) de la erradi-
con la retirada del tratamiento previo con IBP, podría estar cación de H. pylori sobre la ERGE no está definitivamente
poniendo de manifiesto el fenómeno de «rebote» menciona- aclarada, pues la esofagitis por reflujo, cuando aparece,
do121. suele ser, en todo caso, de intensidad leve10. A modo de
Es preciso destacar que la mayoría de los estudios no tienen ejemplo, Sasaki et al124 llevaron a cabo un seguimiento de
en cuenta el patrón de gastritis y de secreción ácida de los los pacientes que habían desarrollado una ERGE tras haber
sujetos incluidos, por lo que es evidente que en muchos ca- recibido tratamiento erradicador de H. pylori, realizando una
sos se están considerando conjuntamente pacientes que en gastroscopia de control durante un período de 3-5 años. Es-
realidad presentan formas muy distintas de ERGE122. De tos autores demostraron que esta complicación, aunque
este modo, debería tenerse siempre en cuenta la interac- ocurre al principio, raramente representa un problema clíni-
ción entre 3 elementos fundamentales: H. pylori, el patrón co relevante a largo plazo, pues la esofagitis mejoró en la
de inflamación de la mucosa gástrica y el grado de secre- mayoría de los casos y, en los que no lo hizo, sólo excepcio-
ción ácida122. Así, por ejemplo, cuando la infección por H. nalmente requirió tratamiento sintomático124.
pylori desencadene una gastritis predominantemente antral, Como se ha mencionado, se ha demostrado una relación
respetando la mucosa del cuerpo y el fundus gástricos, se epidemiológica inversa entre la prevalencia de infección por
inducirá una hipersecreción ácida con el consiguiente ma- H. pylori y la de ERGE. Sin embargo, como posteriormente
yor riesgo de desarrollar algunas enfermedades, como una hemos revisado, la erradicación de la infección sólo se sigue
úlcera duodenal. Por el contrario, cuando la gastritis causa- de un empeoramiento de la ERGE en un subgrupo reducido
da por H. pylori afecte a la mucosa corporal, secretora de de pacientes. Para explicar esta aparente paradoja se ha
ácido, puede llegar a producirse finalmente una gastritis sugerido que la erradicación de H. pylori no revertiría com-
atrófica con la consiguiente hipoclorhidria, situación que po- pletamente los trastornos fisiopatológicos que ha causado la
dría evitar o dificultar la aparición de ERGE. Por último, en infección, pues alguna de estas alteraciones, como la atrofia
la mayoría de los individuos infectados por H. pylori, en los gástrica, podría ser sólo parcialmente reversible. Otra expli-
que no hay manifestaciones clínicas de enfermedad, se pro- cación es que el descenso de la prevalencia de H. pylori y el
duce un patrón de gastritis mixto, donde la elevación de incremento de la ERGE descrita en los países desarrollados
gastrina debida a la gastritis antral no llega a materializarse no implique necesariamente un nexo de causalidad24. Así,
en una hipersecreción ácida debido a la inflamación conco- se ha sugerido una hipótesis alternativa, que sugiere que el
mitante del cuerpo gástrico. incremento en la prevalencia de la ERGE observado en los
Por consiguiente, el efecto de la erradicación de H. pylori no últimos años no se debería a un descenso en la tasa de in-
sería igual en todos los pacientes, sino que dependería de fección por H. pylori sino a un aumento de la secreción áci-
las características de la gastritis y la secreción ácida men- da en la población, consecuencia a su vez de un ascenso
cionadas17. De este modo, en los individuos sanos, aunque de la estatura media24. De este modo, la mejoría en las con-
la experiencia es muy limitada, la erradicación de H. pylori diciones sociosanitarias explicaría tanto el descenso de la
no parece desencadenar una ERGE, como queda patente tasa de infección por H. pylori como el incremento en la es-
en la tabla 1. En los pacientes ulcerosos duodenales, la tatura de la población24. Para complicar más aún este intrin-
erradicación de H. pylori se asocia con un descenso de los cado nudo de relaciones, se ha sugerido que los pacientes
valores de gastrina y secreción ácida123. Esta observación de mayor estatura, y por tanto con una secreción ácida más
concuerda con que la erradicación de H. pylori no induce, elevada, estarían relativamente protegidos frente a la infec-
en general, la aparición de ERGE en estos pacientes, e in- ción (en edades tempranas de la vida). Si esta hipótesis fue-
cluso se asocia con una mejoría de la enfermedad en algu- ra correcta, explicaría la paradoja de la relación negativa en-
nos casos (tabla 1). Cuando los pacientes en los que se tre H. pylori y ERGE, por una parte, y la ausencia del
erradica la infección tienen una úlcera gástrica (y una gas- desencadenamiento de la ERGE tras la erradicación de la
tritis de predominio corporal asociada), podría inducirse la bacteria, por otra24. En otras palabras, es posible que la se-
aparición de ERGE (tabla 1). Por último, los pacientes que creción ácida más elevada en los pacientes con ERGE pro-
presentan una ERGE previamente a la administración de teja indirectamente frente a la infección por H. pylori, y no
tratamiento antibiótico suelen tener una secreción ácida al contrario24.
conservada, por lo que es probable que tengan una gastritis En resumen, la erradicación de H. pylori no parece inducir,
predominantemente antral o sólo una gastritis corporal leve; en la mayoría de los pacientes, la aparición de una ERGE ni
de ahí que la erradicación de H. pylori no debería asociarse empeorar la enfermedad en caso de que ya estuviera pre-
con un empeoramiento de la enfermedad o, en todo caso, sente inicialmente. Por tanto, cuando consideremos indica-
debería inducir una mejoría (tabla 1). da la erradicación de H. pylori en un determinado paciente,
No obstante, aunque la correlación previamente menciona- el diagnóstico de ERGE no deberá cambiar en nada nuestra
da entre la enfermedad de base (sujetos asintomáticos, úl- actitud, pues el temor de que tras la desaparición de la in-

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fección surja de un empeoramiento clínicamente relevante A continuación se revisarán críticamente los diferentes ar-
de esta enfermedad parece infundado en la mayoría de los gumentos tanto a favor como en contra de la indicación de
casos. La discusión de si la erradicación de H. pylori debe tratamiento erradicador de H. pylori en los pacientes que
acometerse sistemáticamente en todo paciente infectado o precisan tratamiento de mantenimiento con IBP, con el pro-
sólo en determinadas circunstancias escapa al objetivo de pósito de concluir si hay o no realmente evidencia científica
la presente revisión; aquí únicamente se recalca la necesi- suficiente que la justifique.
dad de contemplar con perspectiva los beneficios y perjui-
cios potenciales de la erradicación de H. pylori en un pa-
Argumentos a favor de administrar tratamiento erradicador
ciente infectado. Como ejemplo más paradigmático, en los
pacientes con úlcera péptica el platillo de la balanza riesgo- 1. El estudio que planteó por primera vez el posible efecto
beneficio se inclinará indudablemente hacia la recomenda- pernicioso de H. pylori, en cuanto al desarrollo de gastritis
ción de tratar la infección, pues la erradicación de H. pylori atrófica, en los pacientes que recibían IBP de mantenimien-
se asocia con indudables ventajas, como la aceleración de to fue publicado en el New England Journal of Medicine en
la cicatrización y la reducción de las recidivas y las compli- el año 1996 por Kuipers et al152. En este estudio ya clásico
caciones ulcerosas125. Aunque la erradicación de H. pylori se incluyeron 2 cohortes de pacientes con ERGE que fueron
podría favorecer la aparición o el agravamiento de la ERGE y tratadas mediante 2 estrategias: funduplicatura (después de
de sus complicaciones, se ha estimado que el riesgo de la cual no se administró ningún tratamiento antisecretor)
presentar un adenocarcinoma esofágico y su consiguiente frente a tratamiento de mantenimiento con omeprazol (20-
mortalidad sería mucho menor que la asociada con las 40 mg al día). Ambas cohortes fueron controladas durante
complicaciones de la úlcera péptica y al adenocarcinoma una media de 5 años, con un intervalo de entre 3 y 8 años.
gástrico atribuible a la colonización de la mucosa gástrica La infección por H. pylori se evaluó mediante métodos his-
por el microorganismo17. Así, algunos autores han estimado tológicos a partir de biopsias obtenidas durante la gastros-
que la incidencia de cáncer gástrico en los pacientes con copia inicial y ningún paciente recibió tratamiento erradica-
atrofia gástrica que no reciben tratamiento erradicador es dor. En el momento inicial y durante el seguimiento se
aproximadamente 15 veces más elevada que la incidencia estudiaron la lesiones histológicas de la mucosa gástrica.
de adenocarcinoma esofágico que podría derivarse del Entre los pacientes tratados con funduplicatura no se desa-
eventual desencadenamiento de una ERGE debida a la rrolló en ningún caso gastritis atrófica, independientemente
erradicación de H. pylori22. del estado de infección. Sin embargo, los resultados entre
los pacientes tratados con omeprazol (ninguno de ellos con
gastritis atrófica en el momento inicial) fueron notablemente
¿Está indicado erradicar la infección por H. pylori en los
distintos: se objetivaron lesiones indicativas de gastritis atró-
pacientes que requieren tratamiento a largo plazo con
fica en 18 de los 59 pacientes infectados por H. pylori, pero
inhibidores de la bomba de protones?
sólo en 2 de los 46 que no presentaban la infección. De
Una de las indicaciones más debatidas de la erradicación este modo, los autores concluyeron que los pacientes con
de H. pylori es la de los pacientes que requieren tratamiento ERGE e infección por H. pylori que reciben tratamiento con
de mantenimiento con IBP, situación relativamente frecuen- omeprazol durante un tiempo prolongado tienen un riesgo
te entre los pacientes con ERGE126. Hace ya años que se incrementado de desarrollar gastritis atrófica. Más reciente-
publicaron algunos estudios que sugerían que el tratamien- mente, en un amplio estudio que evaluaba la seguridad y la
to con omeprazol a largo plazo se asociaba con una acelera- eficacia de los IBP como tratamiento de mantenimiento, se
ción en la aparición de las lesiones histológicas de la muco- siguió durante una media de 6,5 años (extremos, 1-11
sa gástrica (en ocasiones incluso con atrofia)127-130, si bien años) a 230 pacientes con ERGE61. Todos ellos recibieron
otros artículos llegaban a conclusiones opuestas131-135. Aun- omeprazol (como mínimo 20 mg al día) por presentar una
que en esta primera etapa no se conocía o no se tenía en ERGE refractaria al tratamiento con antagonistas H2. La inci-
consideración el papel que la infección por H. pylori podía dencia anual de gastritis atrófica fue del 0,7% en los pa-
desempeñar, la aparición de gastritis atrófica ocurría funda- cientes sin H. pylori negativos, mientras que esta cifra fue
mental o exclusivamente entre los pacientes que ya tenían mayor, del 4,7%, en los que presentaban la infección. Aun-
una gastritis crónica activa al comienzo del tratamiento con que se describió la aparición de metaplasia intestinal (tipo I)
los IBP (lo que sugería que en estos casos había una infec- en 3 pacientes, las variantes II y III de esta lesión histológica
ción concomitante por H. pylori). Más adelante, los argumen- (a las que se atribuye un mayor potencial preneoplásico) no
tos de mayor peso para la justificación, por parte de algunas se constataron en ningún caso, así como tampoco se identi-
autoridades, de la indicación de tratamiento erradicador en ficaron lesiones displásicas o neoplásicas. Finalmente, es
esta situación se basaron en la demostración por algún es- preciso señalar que la descripción de este potencial efecto
tudio de que los IBP inducían una migración de H. pylori negativo (incremento de las lesiones histológicas del cuerpo
hacia el cuerpo y el fundus gástricos y un incremento de las gástrico, como inflamación, atrofia glandular y proliferación
lesiones inflamatorias en esta localización59,134,136-148, con el epitelial) en los pacientes infectados no parece limitarse al
consiguiente desencadenamiento final de una gastritis atró- tratamiento con omeprazol, puesto que se ha descrito tam-
fica y el riesgo potencial de adenocarcinoma. En general, bién con otros IBP, como lansoprazol132,143,153,154. Menos cla-
según el modelo clásico propuesto por Correa et al, se ro está si los antagonistas de los receptores H2 son capaces
acepta como cierta la secuencia que va desde la gastritis de inducir estas alteraciones morfológicas; hay estudios que
atrófica hasta el cáncer gástrico, pasando por sus etapas in- sugieren un efecto pernicioso132,155, mientras que otros no
termedias de metaplasia y displasia149,150. De este modo, di- confirman estos hallazgos156,157.
versos estudios de casos y controles retrospectivos han de- 2. Algunos autores han evidenciado que durante el trata-
mostrado que la inmensa mayoría de los pacientes con miento con omeprazol los pacientes infectados por H. pylori
cáncer gástrico, especialmente del tipo intestinal, presentan tienen un mayor grado de colonización por bacterias que
una gastritis atrófica, y se ha calculado que esta última le- tienen la capacidad de sintetizar compuestos nitrosos, así
sión incrementa el riesgo de experimentar una neoplasia como un incremento en los valores intragástricos de nitritos
gástrica entre 25 y 90 veces151. y una disminución más acusada de los valores de vitamina

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C en el jugo gástrico158. Todos estos cambios son, precisa- Argumentos en contra de administrar tratamiento
mente, idénticos a los observados en los pacientes con gas- erradicador
tritis atrófica inducida por H. pylori, lesión que, como es sa-
Se han esgrimido también diversos argumentos en contra
bido, predispone al desarrollo de cáncer gástrico151. Otros
de la indicación de investigar y erradicar la infección por H.
autores han demostrado que la presencia simultánea en la
pylori en los pacientes que requieren tratamiento de mante-
cavidad gástrica tanto de H. pylori como de otras bacterias
nimiento con IBP, como se discute a continuación.
de distinto género constituye un factor de riesgo –y además
con un efecto sinérgico– para el desarrollo de una mayor 1. En primer lugar, el mencionado estudio de Kuipers et al,
respuesta inflamatoria (reflejada por un incremento en las publicado en 1996152, adolece de importantes limitaciones.
interleucinas circulantes) y el desarrollo final de una gastritis Un defecto metodológico fundamental es que compara 2
atrófica159. cohortes de pacientes (los que fueron tratados con omepra-
3. Algunos autores han dado un paso más y han sugerido zol y con cirugía antirreflujo) no homogéneas como conse-
un papel protector de la erradicación de H. pylori sobre el cuencia del diseño no aleatorizado del protocolo. Así, por
desarrollo de lesiones histológicas de la mucosa gástrica en ejemplo, el grupo quirúrgico era aproximadamente 10 años
los pacientes que reciben IBP. Así, un interesante estudio más joven que el que recibió tratamiento con omeprazol y,
ha evaluado el efecto del tratamiento con omeprazol duran- además, ambas cohortes procedían de distintos países (con
te 12 meses en un grupo de pacientes con ERGE146. Los su- las consiguientes diferencias genéticas, de estilos de vida,
jetos infectados por H. pylori fueron aleatorizados a recibir, dieta, etc., factores todos ellos con potencial influencia so-
previamente a la pauta de mantenimiento con omeprazol, bre el riesgo de gastritis atrófica y cáncer gástrico). Además,
tratamiento erradicador o placebo. Al cabo de un año se en este estudio no se utilizó una definición estricta de gastri-
evidenció un incremento de las lesiones de gastritis crónica tis atrófica. En este sentido, la infiltración inflamatoria se-
del cuerpo gástrico en el grupo tratado con omeprazol, cundaria a la inhibición ácida en los pacientes infectados
mientras que estas lesiones disminuyeron en el grupo que podría, según algunos autores, separar u ocultar las glándu-
había recibido tratamiento erradicador. Más aún, casi la mi- las oxínticas y simular una atrofia gástrica cuando en reali-
tad de los pacientes que seguían una pauta de manteni- dad se trata de una mera inflamación (recordemos que la
miento con omeprazol desarrollaron atrofia gástrica (aunque mayoría de las definiciones de atrofia gástrica resaltan la
fue leve), lo que no ocurrió en ninguno de los casos en que pérdida glandular pero no especifican qué elementos reem-
se había erradicado el microorganismo. En un estudio simi- plazan a estas glándulas)166,167.
lar, también aleatorizado, Schenk et al145 comprobaron que 2. Por otra parte, algunos autores65,143,157,168-170 han llegado
la erradicación de H. pylori podía prevenir el incremento de a resultados opuestos a los del mencionado estudio de Kui-
gastritis (no atrófica) corporal asociado al tratamiento con pers et al. Así, hace ya algunos años, Lundell et al168 estu-
omeprazol. No obstante, en este estudio no se demostraron diaron un grupo de pacientes con ERGE, 155 de los cuales
diferencias estadísticamente significativas en la incidencia fueron tratados, tras asignación aleatoria, con cirugía anti-
de lesiones atróficas al comparar a los pacientes en quienes rreflujo, y 155 recibieron tratamiento de mantenimiento con
se logró la erradicación y los que presentaban una infección omeprazol. Se llevó a cabo un seguimiento clínico, endoscó-
persistente, por lo que los autores concluyeron que se nece- pico e histológico durante 3 años. En ese tiempo se demos-
sitaban estudios adicionales con un seguimiento mayor de 1 tró una leve progresión hacia la atrofia glandular, indepen-
año. Más recientemente, Kuipers et al65 han confirmado sus dientemente del tratamiento recibido por los pacientes, sin
hallazgos previos en un nuevo estudio en el que un grupo evidenciarse diferencias estadísticamente significativas en-
de pacientes con ERGE que habían sido tratados durante al tre ambos grupos. Tampoco se demostraron diferencias en
menos un año con omeprazol fueron aleatorizados a conti- la incidencia de metaplasia intestinal (en todos lo casos fue
nuar con el IBP de mantenimiento (aisladamente) o a reci- de tipo I), que fue un hallazgo excepcional en ambos gru-
bir tratamiento erradicador asociado a la administración a pos. Es preciso recalcar que este estudio se realizó con una
largo plazo de omeprazol. En el grupo de tratamiento erradi- metodología más cuidadosa que el de Kuipers et al152, ya
cador se constató una disminución de la actividad inflama- que la distribución entre los grupos de tratamiento (omepra-
toria y de la gastritis atrófica del cuerpo gástrico. Por el con- zol y cirugía antirreflujo) fue, como se ha mencionado, alea-
trario, en los pacientes en los que, al no haber recibido toria. No obstante, este estudio tiene también algunos de-
tratamiento erradicador, continuaban estando infectados, fectos metodológicos171. En primer lugar, cabe resaltar su
no se observó ningún cambio en la actividad o en la atrofia reducido tamaño muestral, especialmente en lo que se re-
gástrica. No obstante, es preciso destacar que aunque la fiere al número de pacientes con H. pylori en cada grupo de
atrofia glandular no mejoró en los pacientes H. pylori positi- tratamiento, con la consiguiente limitación de la potencia
vos, tampoco empeoró durante los 2 años de tratamiento de estadística y la posibilidad de cometer un error tipo beta.
mantenimiento con omeprazol65. Por último, se ha publica- Otra limitación es que los sujetos del grupo control –en los
do el caso clínico de 1 paciente que, tras 4 años de trata- que se practicó una funduplicatura– recibieron omeprazol
miento con omeprazol, había desarrollado una gastritis cró- hasta el momento de la intervención quirúrgica (si bien es
nica con aparición progresiva de lesiones atróficas160; el cierto que los posibles cambios histológicos inducidos por
paciente recibió tratamiento erradicador para H. pylori y, 10 este tratamiento deberían ser reversibles), y en el 25% de
meses más tarde, se comprobó que la lesión glandular ellos se practicó además una vagotomía o se administró
(atrófica) había revertido, a pesar de continuar el tratamien- omeprazol tras la intervención. Todo ello podría tener como
to con omeprazol. resultado que las características de inhibición ácida de este
4. Recientemente se ha sugerido un argumento adicional a grupo «control» fueran en realidad bastante parecidas a las
favor del tratamiento erradicador en este grupo de pacien- del grupo tratado con omeprazol de mantenimiento, lo que
tes, y es que la eliminación de H. pylori disminuye la hiper- dificulta la demostración de diferencias entre ambos gru-
gastrinemia asociada al tratamiento de mantenimiento con pos. En este sentido, en el estudio de Lundell et al hubo
IBP161,162, con la consiguiente prevención de sus posibles una cierta progresión hacia la gastritis atrófica en los pa-
–aunque no claramente demostradas163– consecuencias cientes infectados tratados con omeprazol (un 8,3% por
perniciosas164,165. año), muy parecida a la descrita previamente en el estudio

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de Kuipers et al152 (un 6,1% anual); por tanto, la diferencia En resumen, las recomendaciones sobre las indicaciones de
entre ambos estudios parece estar en la tasa de progresión tratamiento erradicador de H. pylori, como cualquier otra re-
hacia cambios atróficos en el grupo control (quirúrgico), que comendación científica, deben estar basadas en evidencias
fue mucho menor (del 0%) en el estudio de Kuipers et al163. sólidas, en especial cuando afectan a un elevado número de
3. Por último, es importante destacar que ninguno de los pacientes, como los que requieren tratamiento a largo plazo
estudios con seguimientos a largo plazo publicados antes de con IBP. Debemos tener presente que la ERGE (y la consi-
tener en consideración la infección por H. pylori, ni los estu- guiente indicación de tratamiento de mantenimiento con
dios de Kuipers et al ni otros similares, han demostrado una IBP) es muy frecuente en los países desarrollados, mientras
mayor aparición de metaplasia intestinal o displasia en los que la prevalencia de infección por H. pylori está descen-
pacientes tratados con IBP, que son las verdaderas lesiones diendo progresivamente en estos mismos países. Por tanto,
precursoras del adenocarcinoma gástrico según el esquema en caso de recomendar esta indicación, habría que evaluar
clásico propuesto por Correa et al149,150. Por supuesto, esto el estado de infección en una población muy numerosa (con
podría ser sencillamente un problema de tiempo, pero esta el elevado gasto sanitario que ello supondría) para detectar
secuencia de hechos aún no se ha demostrado. al cada vez más escaso porcentaje de individuos infectados.
A su vez, el beneficio de la erradicación de H. pylori en este
subgrupo de pacientes, si es que realmente existe, sería tal
Recomendaciones de las diversas conferencias de consenso
vez bastante limitado. Por ello, podría argumentarse que los
La gran difusión y repercusión, tanto sobre la comunidad recursos sanitarios –un bien siempre tan escaso– deberían
científica como sobre los medios de comunicación, que priorizarse y emplearse en otras indicaciones con un benefi-
tuvo la publicación en el New England Journal of Medicine cio claramente demostrado. No obstante, quizá en los países
del artículo de Kuipers et al152 estimuló a la Food and Drug con elevada prevalencia tanto de infección por H. pylori
Administration (FDA) americana a constituir un comité de como de cáncer gástrico, y donde la ERGE no represente un
expertos para evaluar críticamente la evidencia científica problema sanitario tan generalizado, la indicación de trata-
disponible sobre la relación entre el tratamiento con IBP y la miento erradicador en los pacientes que requieren IBP de
atrofia o el cáncer gástrico172-174. Se revisaron los estudios mantenimiento podría estar más justificada.
que se habían llevado a cabo con IBP a largo plazo, y el
análisis detallado de los datos se basó en un considerable
Conclusiones
número de ensayos clínicos aleatorizados y controlados, en
los que se administraba un IBP de mantenimiento durante Diversas evidencias epidemiológicas indican que la preva-
12-60 meses en pacientes con esofagitis erosiva y hasta du- lencia de infección por H. pylori en los pacientes con ERGE
rante 2 años en pacientes con úlcera duodenal172. El grupo es menor que en sus respectivos controles, lo que sugeriría
control podía estar constituido, según el estudio, por place- que la bacteria representa un elemento protector de esta
bo, ranitidina o cirugía antirreflujo. La conclusión final del enfermedad. Por otra parte, la mayoría de los estudios de-
comité de expertos americano fue que no había diferencias muestran que la presencia de H. pylori en los pacientes con
en la tasa de progresión de lesiones atróficas entre los dife- ERGE no afecta adversamente a la eficacia terapéutica de
rentes grupos de tratamiento, por lo que se decidió que la los IBP y, en caso de influir de forma negativa sobre ella, los
administración de IBP no aceleraba la aparición de atrofia, efectos son clínicamente irrelevantes y controlables con fa-
metaplasia intestinal ni cáncer gástrico172,173. Más reciente- cilidad mediante el tratamiento antisecretor habitual, por lo
mente, esta conclusión ha sido corroborada por el American que la decisión de administrar tratamiento erradicador de
College of Gastroenterology en la publicación de sus reco- H. pylori en un paciente dado no tendría que verse influida
mendaciones para el tratamiento de la infección por H. py- por la presencia concomitante de ERGE. La erradicación de
lori175. Otras conferencias de consenso, como la H. pylori no parece inducir, en la mayoría de los pacientes,
canadiense176 o la española177, han concluido que por el la aparición de una ERGE, ni empeorar la enfermedad en
momento no hay evidencia suficiente para establecer esta caso de que ya estuviera presente inicialmente. No obstan-
indicación, mientras que en la Conferencia de Asia-Pacífi- te, si no conocemos el patrón de gastritis previo a la admi-
co178 o en la Latinoamericana179 se ha señalado que la cues- nistración de tratamiento antibiótico, el efecto de la erradi-
tión es demasiado controvertida como para resolverse con cación de H. pylori sobre la secreción ácida y la incidencia
los datos de que se dispone en la actualidad. En el extremo de ERGE es impredecible. En los raros casos en que la erra-
opuesto, la Conferencia de Consenso Europeo sobre la in- dicación de H. pylori tenga efectos negativos sobre la ERGE,
fección por H. pylori, celebrada en Maastricht en 1997, cla- su relevancia clínica será escasa, y los síntomas de reflujo o
sificó esta indicación de tratamiento erradicador como «re- la esofagitis responderán favorablemente al tratamiento anti-
comendable», aunque la fuerza de la evidencia científica en secretor estándar con IBP, por lo que no se precisará una
la que se sustentaba dicha recomendación se clasificó úni- corrección de su dosis. Por tanto, una vez más, cuando
camente como «sugerente»180. En el año 2000 tuvo lugar la consideremos indicada la erradicación de H. pylori en un
actualización de la mencionada Conferencia de Consenso determinado paciente, el diagnóstico de ERGE no deberá
Europeo181, durante la cual la indicación que nos ocupa se cambiar en nada nuestra actitud. En resumen, la relación
definió nuevamente como «recomendable», clasificándose entre la ERGE y la infección por H. pylori (y su erradicación)
en esta ocasión la evidencia científica tan sólo de grado 3 es compleja y difícil de generalizar y resumir en una única
(es decir, la que se basa en casos clínicos, estudios con im- conclusión, pues parece depender de diversas variables,
portantes limitaciones metodológicas o evidencias indirec- entre las que destaca el patrón de gastritis –y la consiguien-
tas). Por último, algunos autores han llevado a cabo revisio- te alteración en la secreción ácida– que la bacteria causa
nes en profundidad de la bibliografía al respecto y han en el paciente. No obstante, a pesar de la mencionada
concluido que actualmente no pueden considerarse como complejidad en la interrelación de estos elementos, la con-
indicados ni el estudio ni el tratamiento sistemático de la in- clusión o consecuencia práctica es sencilla, pues se podría
fección por H. pylori en los pacientes que reciben IBP a lar- resumir diciendo que la erradicación de H. pylori sólo indu-
go plazo16,23,182-184, a la vez que otros expertos llegan a las ce o empeora la ERGE en una minoría de pacientes y, en
conclusiones opuestas17,19,24,27. todo caso, la relevancia clínica sería escasa.

35 Med Clin (Barc). 2005;124(18):697-709 705


GISBERT JP, ET AL. INDICACIONES Y CONSECUENCIAS DE LA ERRADICACIÓN DE HELICOBACTER PYLORI
EN LA ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROESOFÁGICO

Por último, si bien es cierto que algunos estudios sugieren 13. Xia HH, Talley NJ. Helicobacter pylori infection, reflux esophagitis, and
atrophic gastritis: an unexplored triangle. Am J Gastroenterol. 1998;
que la infección por H. pylori favorece el desarrollo de gas- 93:394-400.
tritis atrófica en los pacientes que reciben IBP de manteni- 14. O'Connor HJ. Review article: Helicobacter pylori and gastro-oesopha-
miento, la mayoría de ellos adolece de notables defectos geal reflux disease-clinical implications and management. Aliment
metodológicos. Por otra parte, otros autores llegan a conclu- Pharmacol Ther. 1999;13:117-27.
15. Porro GB, Pace F. Should we eradicate Helicobacter pylori in patients
siones opuestas, ya que no demuestran un incremento en with recurrent gastro-oesophageal reflux disease? Eur J Gastroenterol
el riesgo de gastritis atrófica en los pacientes infectados. En Hepatol. 2000;12 Suppl 1:7-10.
cualquier caso, la aparición en la mucosa gástrica de lesio- 16. Vigneri S, Termini R, Savarino V, Pace F. Review article: is Helicobac-
ter pylori status relevant in the management of GORD? Aliment Phar-
nes clínicamente más relevantes, como metaplasia intesti- macol Ther. 2000;14 Suppl 3:31-42.
nal, displasia o adenocarcinoma, en los pacientes con H. 17. Dent J. Review article: is Helicobacter pylori relevant in the management
pylori tratados con IBP a largo plazo no se ha podido de- of reflux disease? Aliment Pharmacol Ther. 2001;15 Suppl 1:16-21.
18. Loffeld RJ, van der Hulst RW. Helicobacter pylori and gastro-oesophageal
mostrar, si bien esto podría ser sencillamente un problema reflux disease: association and clinical implications. To treat or not to treat
de tiempo. Por tanto, la cuestión parece demasiado contro- with anti-H. pylori therapy? Scand J Gastroenterol. 2002 Suppl: 15-8.
vertida como para resolverse con los datos disponibles en la 19. O'Morain CA, Qasim A. Motion--Helicobacter pylori worsens GERD: ar-
actualidad. Aunque teóricamente las recomendaciones so- guments for the motion. Can J Gastroenterol. 2002;16:611-4.
20. McColl KE. Motion-Helicobacter pylori causes or worsens GERD: argu-
bre las indicaciones de tratamiento erradicador de H. pylori ments against the motion. Can J Gastroenterol. 2002;16:615-7.
deberían estar basadas en evidencias sólidas, en ocasiones 21. Cremonini F, Di Caro S, Delgado-Aros S, Sepulveda A, Gasbarrini G,
parece prudente administrar el tratamiento sin que los argu- Gasbarrini A, et al. Meta-analysis: the relationship between Helicobac-
ter pylori infection and gastro-oesophageal reflux disease. Aliment
mentos a favor de la nueva indicación sean absolutamente Pharmacol Ther. 2003;18:279-89.
incontrovertibles, en especial en las situaciones en que la 22. Nakajima S, Hattori T. Active and inactive gastroesophageal reflux disea-
erradicación de H. pylori no tuviera efectos negativos, como ses related to Helicobacter pylori therapy. Helicobacter. 2003;8:279-93.
23. Sharma P, Vakil N. Review article: Helicobacter pylori and reflux disea-
parece ser el caso de la ERGE. Sin embargo, actualmente se. Aliment Pharmacol Ther. 2003;17:297-305.
parece prematuro establecer la indicación del estudio y la 24. Axon AT. Personal view: to treat or not to treat? Helicobacter pylori and
erradicación sistemática de H. pylori con la intención de gastro-oesophageal reflux disease: an alternative hypothesis. Aliment
prevenir el cáncer gástrico en los pacientes que reciben IBP Pharmacol Ther. 2004;19:253-61.
25. Richter JE. Effect of Helicobacter pylori eradication on the treatment of
de mantenimiento. Ésta es una de las lagunas de conoci- gastro-oesophageal reflux disease. Gut 2004;53:310-1.
miento que persisten con respecto a la infección por H. py- 26. Malfertheiner P. Helicobacter pylori eradication does not exacerbate
lori, por lo que deberemos aguardar a que los estudios dise- gastro-oesophageal reflux disease. Gut 2004;53:312-3.
27. Peek RM. Helicobacter pylori and Gastroesophageal Reflux Disease.
ñados específicamente para responder a la pregunta que Curr Treat Options Gastroenterol 2004;7:59-70.
nos ocupa esclarezcan este punto. Mientras tanto, y como 28. El-Serag HB, Sonnenberg A, Jamal MM, Inadomi JM, Crooks LA, Fed-
ocurre con cualquier indicación controvertida, la decisión dersen RM. Corpus gastritis is protective against reflux oesophagitis.
Gut. 1999;45:181-5.
del médico ante este tipo de pacientes no puede generali- 29. Blot WJ, Devesa SS, Kneller RW, Fraumeni JF, Jr. Rising incidence of ade-
zarse, sino que deberá individualizarse y basarse en las par- nocarcinoma of the esophagus and gastric cardia. JAMA 1991;265:1287-9.
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