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República bolivariana de Venezuela

Universidad Nacional Experimental

“Rómulo Gallegos”

Área: ciencias políticas y jurídicas

Unidad Curricular: Derecho de las Obligaciones 1

Fuente de las Obligaciones

Profesor: Norberto Castro Alumno: Wuilmer Sevilla C.I. 12.991.500

3er año sección única

San Juan de Los Morros, Julio 2021


Introducción

El estudio de las fuentes de las obligaciones constituye un aspecto


fundamental en el derecho. Su estudio lleva a determinar cómo una persona
teóricamente libre de toda sujeción, puede quedar jurídicamente obligada, es decir
convertirse en deudor o acreedor de una obligación.

En la actualidad las fuentes de las obligaciones tienen carácter taxativo;


porque para que exista una obligación debe estar previamente consagrada en el
ordenamiento jurídico positivo, es decir debe venir de una fuente reconocida por tal
ordenamiento, este estudio lo analizaremos a continuación.

Veremos la clasificación de las fuentes de obligaciones, sus diversas formas


como la clásica y la moderna y su clasificación en Venezuela como lo es el contrato,
el pago de lo indebido, la gestión de negocios, enriquecimiento sin causa, entre otros.

En este estudio Analizaremos y comprenderemos las fuentes de las


obligaciones, con estas se pretende estudiar la génesis jurídica de los vínculos
obligacionales de los sujetos de derecho.
Fuente de las Obligaciones

Son fuentes de las obligaciones aquellos hechos jurídicos que dan origen a la
obligación, es decir, los hechos jurídicos mediante los cuales dos personas se
encuentran en la situación de deudor y acreedor uno del otro. Solo pueden quedar
obligados cuando ocurren los supuestos de hechos previstos en la ley, y son estos
mismos ordenamientos jurídicos los que indican cuáles serán las fuentes de las
obligaciones.

Clasificación

La doctrina infecundamente en gran parte ha meditado mucho sobre la clasificación


de las fuentes de las obligaciones. Se dan diversas clasificaciones relativas a las
fuentes de las obligaciones. Vale referir brevemente las más relevantes.

Clásicas

Romana: Se dice que el derecho romano clásico sólo distinguía dos fuentes: el delito
y el contrato. Textos posteriores tratan de abarcar una serie de obligaciones
heterogéneas no catalogables en ninguna de aquellas categorías dando lugar a dos
extrañas figuras que guardan semejanza con las previas: cuasicontrato y cuasidelito.
Se pretende distinguir así las categorías de contrato, delito (dolo), cuasicontrato (pago
de lo indebido y gestión de negocios) y cuasidelito (culpa: falta el elemento
intencional).

Sin embargo, se discute si la verdadera clasificación romana de Gayo fue la


bipartita, toda vez que se afirma que la referencia a “cuasicontrato” tiene su origen en
un error histórico. Modernamente la expresión “cuasicontratos” (enriquecimiento sin
causa, pago de lo indebido y gestión de negocios) es objeto de severas críticas, por
considerarse sin contenido y porque contiene hechos voluntarios y porque a todo
evento la fuente viene impuesta por la ley. Por lo que ha sido considerada una
categoría inútil1 y desfasada que sólo se justifica como reminiscencia histórica. Se
afirma así que el cuasicontrato no es una categoría unitaria, no siendo un tipo de
fuente de las obligaciones, al punto de que no es posible dar una noción de la figura.

Pothier: Agrega a las anteriores “la ley”. Existen obligaciones que tiene como única
causa la ley. En efecto, afirma el autor que “la ley natural es causa por lo menos
mediata de todas las obligaciones, pues si los contratos, delitos y cuasidelitos
producen obligaciones, es porque a priori la ley natural ordena que cada uno cumpla
lo que prometa y repare el daño causado por su falta. Hay obligaciones que tiene por
sola y única causa inmediata la ley”. De allí que la opinión tradicional acepta que en
el Derecho francés existen cinco fuentes de las obligaciones: contrato, cuasicontrato,
delito, cuasidelito y la ley. La ley no definía el cuasidelito en tanto que el cuasidelito
supone según la doctrina un hecho ilícito sin intención que causa un daño a otro.

Código Napoleón: sigue básicamente la clasificación de Pothier. Se alude así a la


“consagración” por el Código Civil francés de la teoría de Pothier sobre las fuentes de
las obligaciones.

Entre las críticas a las clasificaciones clásicas se incluyen que se les tilda de
incorrectas, inútiles e incompletas. Y según indicamos se cree que la categoría de
cuasicontrato responde a un error histórico. La clasificación tradicional es criticable
especialmente por la idea de cuasicontrato.

Modernas

Bipartitas o dualistas: reducen las fuentes al contrato y la ley. Algunos aluden al


acto jurídico y al hecho jurídico, pudiendo ser el primero bilateral (contrato) o
unilateral (testamento). En tanto el hecho jurídico constituye un hecho de la
naturaleza que produce efectos jurídicos (muerte o nacimiento). Y así se afirma que
desde un punto de vista estrictamente científico hay que concluir que las fuentes
pueden agruparse en dos bloques: las que producen el nacimiento de la obligación
porque el sujeto quiere (ex voluntate) y las que lo producen porque la ley en el
sentido de una norma lo dispone (ex lege). Aquellas proceden de negocios jurídicos y
las últimas de las restantes categorías; las constituidas por los actos en sentido estricto
y por los hechos naturales.

Buena parte de los autores siguen la clasificación de obligaciones que nacen


por la manifestación de voluntad de las partes (contrato) y las que surgen en virtud de
la ley, fuente primaria, que son todas las demás.

Josserand: ubica entre las fuentes los actos jurídicos, actos ilícitos, enriquecimiento
sin causa y la ley.

Savatier: la basa en principios: autonomía de la voluntad, equivalencia de


patrimonio, responsabilidad por culpa, responsabilidad por riesgo y principio del
interés social. Ello pues, se advierte que los intentos de clasificar las fuentes carecen
de eficacia práctica pues lo único relevante es saber cuándo la obligación es
realmente tal. Toda obligación ya sea contractual, cuasicontractual, delictual y
cuasidelictual nace de la ley. Albaladejo indica que la discusión doctrinaria sobre las
fuentes es infecunda.

Larenz: indica que las obligaciones en particular se dividen en aquellas derivadas del
tráfico jurídico y aquellas procedentes de daños imputables. Las primeras son
primordialmente de carácter contractual.

Sin embargo, se encuentran en estrecha conexión con estas determinadas


obligaciones de carácter legal, como es el caso de la relación obligatoria derivada de
la “gestión de negocios” y los preceptos sobre enriquecimiento injusto. Y agrega, las
obligaciones pueden nacer: de los negocios jurídicos, de la conducta social típica
(relaciones contractuales de hecho), de hechos legalmente reglamentados (actos
ilícitos y responsabilidad por riesgo) y finalmente por excepción de un acto de
soberanía estatal.
Por su parte, los códigos modernos presentan una tendencia a superar
discusión teórica, desechando las clasificaciones, que no constituyen tarea del
Legislador. Se ha producido un incremento o expansión de las causas productoras de
las obligaciones. Por lo que no es de extrañar que se intenten buscar nuevas
clasificaciones.

El artículo 1173 del Código Civil italiano prevé “las obligaciones derivan del
contrato, del hecho ilícito, o de cualquier otro acto o hecho idóneo para generarlas de
conformidad con el ordenamiento jurídico”. En tanto, el artículo 1089 del Código
Civil español dispone: “Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y
cuasicontratos y de los actos y omisiones ilícitos o en que intervengan cualquier
género de culpa o negligencia”. Se indica en el caso español a la “insuficiencia
descriptiva” del artículo 1089 del CC pues una norma que pretenda enumerar las
fuentes no tendría carácter taxativo. En Colombia, se alude al acto jurídico (contrato y
acto unilateral) y al hecho jurídico manifestado en el hecho ilícito y el
enriquecimiento sin causa.

Por su parte, el Código Civil venezolano no contiene un artículo equivalente


al 1173 del CC italiano que prevé de manera genérica que las relaciones obligatorias
tienen su origen en cualquier hecho o acto apto para generarlas tales como el contrato
o el hecho ilícito. Así como tampoco contiene una norma como el artículo 1089 del
CC español. Sino que la referencia enunciativa se encuentra sistematizada en el
Código Civil.

El referido Título III “DE LAS OBLIGACIONES” cuenta con un CAPÍTULO


I “De las fuentes de las obligaciones”, comenzando por la principal fuente de las
obligaciones en su Sección I “De los Contratos”, que se subdivide; 1º “Disposiciones
preliminares” 2º “De los requisitos de validez de los contratos” (I “De la capacidad de
las partes contratantes”, II “De los vicios del consentimiento”, III “Del objeto de los
contratos” y IV “De la causa de los contratos”); 3º “De los efectos de los Contratos”;
4º “De la representación”. De seguidas, el Código Civil alude a otras fuentes de las
obligaciones además de la fuente por antonomasia, a saber el contrato, en su Sección
II “De la gestión de negocios”. Sección III “El pago de lo indebido”. Sección IV “Del
enriquecimiento sin causa”. Sección V “De los hechos ilícitos”.

Se puede decir entonces que Las fuentes de las obligaciones en Venezuela


se clasifican en:

El contrato: Produce obligaciones porque tanto el acreedor como el deudor


han manifestado su voluntad de contratar.

El pago de lo indebido: Este se presenta cuando una persona (deudor) paga a


quien no es su acreedor. La ley obliga a aquel que ha recibido el pago tiene la
obligación de repetirlo.

La gestión de negocios: Consiste en la obligación que adquiere aquel que sin


estar obligado, asume la gestión de negocios ajenos, de continuar la gestión
comenzada y de llevarla a término hasta que el dueño se halle en estado de proveer a
sí mismo a ellas, debiendo también someterse a las consecuencias del negocio y a las
obligaciones derivadas de un mandato.

Enriquecimiento sin causa: se dan ciertos supuestos en donde todo aquel que
se enriquece sin justa causa a expensas de otro, está obligado a indemnizar dentro de
los límites de su propio enriquecimiento, de todo lo que aquel se hubiese
empobrecido.

Hecho ilícito: En el cual se agrupan las obligaciones provenientes del daño


causado con intención por el agente a la persona o al patrimonio de la víctima, o
cuando se causa el daño sin intención por imprudencia, negligencia, impericia, se
responde por el daño causado por un hecho propio, o bien por los hechos de una
persona sometida a nuestra guarda, o de una cosa o animal sobre los cuales debíamos
haber ejercido una vigilancia correcta.
Conclusión

El sistema de fuentes de obligaciones en el Derecho Venezolano, nos indica


que se reconocen las cinco fuentes clásicas: los contratos, los cuasicontratos, los
delitos, los cuasidelitos y la ley. La regulación de las asignaciones testamentarias
modales nos permite concluir, que la ley puede prescribir y constituirse en fuente de
obligaciones modales.

Esta pequeña investigación nos permitió identificar como las fuentes de la


obligaciones constituye uno de los aspectos fundamentales de la vida del hombre en
sociedad. Su importancia práctica radica en que las obligaciones están presentes en
todos aquellos hechos o actos de la vida capaces de obligar, con o sin su anuencia, a
las personas. Todo hecho del hombre capaz de producir obligaciones, es una fuente
de obligación.

Podemos concluir que para saber si se está obligado efectivamente a cumplir


una determinada prestación, se tiene que acudir a cada una de las fuentes de las
obligaciones y estudiar si los hechos encajan dentro de cualquiera de ellas. Si no
encuadran en ninguna, se puede decir que no existe obligación; pero si encuadran
dentro de alguna de ellas, efectivamente se estará obligado.
Referencias

https://definicionlegal.blogspot.com/2012/08/fuentes-de-las-obligaciones.html

https://derechovenezolano.wordpress.com/2012/08/28/las-fuentes-de-las-
obligaciones/

https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/10423/arnau.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

https://es.slideshare.net/yamelisnoiret/fuentes-de-obligaciones-80002337

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