PARAD JA

Bogotá D.C. Colombia.

2011

2da Edición - Marzo El arte de opinar

FLORENCE THOMAS

“Una mujer que aborta

es una mujer responsable”

Por: Mary Díaz Márquez

La reconocida psicóloga fran-

cesa, ex catedrática de la
Universidad Nacional y des-
tacada feminista Florence
Thomas, quien fue además la
fundadora del Grupo Mujer y
Sociedad, nos recibió en su
apartamento para hablarnos
sobre su vida, feminismo e in-
terrupción voluntaria del em-
barazo. Adicionalmente, nos
presentó su más reciente libro
“Había que decirlo” en el cual
hace un llamado en favor de
la legalización del aborto en
Colombia.
PAG # 5

UNA PROPUESTA MODELOS DE DESARROLLO URBANO:

PARA EL TRATAMIENTO DEL ABORTO HACIA UNA CIUDAD DE PARADOJAS
EN COLOMBIA
Por. Sebastián Toro Duque
Por. Francisco Bernate Ochoa
La ciudad, vista como el espa-
El debate en torno a la lega- cio por excelencia de la pos-
lidad o ilegalidad del aborto modernidad dado los fuertes
debe prescindir de juicios
morales o religiosos y discu- procesos de urbanización de
tirse en términos prácticos. la vida, se erige aparente-
Puestos a elegir entre la pe- mente como un espacio de
nalización o la legalización del oportunidad y libertades para
aborto, olvidamos que existe aquellos quienes la habitan,
una tesis intermedia que se pero de forma paralela el mo-
ha puesto en práctica en otras delo de desarrollo aplicado
latitudes y parece sensata. tiende a generar significativos
desequilibrios a su interior,
dando como resultado una
PAG # 4 ciudad ambivalente, tal como
lo es nuestra ciudad Bogotá.

LA JURIDICIDAD DEL ABORTO EN PAG # 11

PAG # 3 NUESTRO DERECHO

Por. Juan Enrique Medina Pabón

Al estudiar la jurisprudencia constitucional sobre la legitimidad del aborto en ciertos casos, parece relevante analizar aspectos
como la naturaleza de la conducta misma (abortar), la objeción de consciencia institucional y el tema de la prueba y su valoración.
¿se trata de una conducta fáctica, de una acción legítima o de una obligación? ¿Cómo puede asegurar la Corte Constitucional
que la objeción de consciencia institucional no existe?

PARAD JA
El arte de opinar #2
 Editorial
PARAD JA
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COMITÉ EDITORIAL
Luis Carlos Sánchez M.
Mary Díaz Márquez
La interrupción volunta-
ria del embarazo, mal
llamada “aborto”, es un tema
Yesid Doncel Barrera que siempre va a ser de interés
Ricardo Álvarez Morales nacional. Sin embargo, tratar
este asunto en un periódico de
CORRECCIÓN DE opinión requería, por un lado,
ESTILOS una máxima neutralidad y, por
otro, invitar columnistas desta-
Juana Silva Puerta. cados que nos aportaran sus
Hector León Hernández Florez. conceptos en esta grandiosa
discusión.
DIRECTORA SECCIÓN Pues bien, esto fue precisa-
PAZGUATO mente lo que encontramos en
Maria Mónica Parada
nuestros invitados. Así, para
ESPECIALMENTE esta edición contamos con
AGRADECIDOS CON: la participación de Florence
Alejandro Vanegas F. Thomas, psicóloga francesa,
“El Cucuteño” e incansable luchadora por los
“El Perrillo” derechos de la mujer. A ella,
Leonardo Parra. agradecemos habernos abier-
Sebastián Cruz to las puertas de su casa y
Paola Benjumea apoyarnos con esta magnífica
Luis Fernando Garzón entrevista que sin dudas dará
Bandas y todos los mucho de qué hablar.
asistentes a los “toques” Así mismo, en esta segunda
de PARADOJA edición tuvimos dos excelen-
tes artículos invitados. Por un
Con apoyo de la lado, el Doctor Juan Enrique
Facultad de Jurisprudencia de Medina, profesor de la Facul-
la Universidad del Rosario tad de Jurisprudencia de la
Universidad del Rosario, me-
DISEÑO E IMPRESIÓN: diante un texto absolutamen-
Contacto Gráfico Ltda. te riguroso y académico, nos
muestra su posición que, al
Tel. 360 6868
igual que Florence, no deja-
rán de causar polémica. Por
otro lado, el Doctor Francisco
Bernate Ochoa, profesor de
Derecho Penal de la misma
Universidad, nos aporta sus
2
PARAD JA
periodico.paradoja@gmail.com
conocimientos pero en espe-
cial, su sensación acerca del
aborto. En términos generales,
esta visión del profesor Berna-
te, nos invita a ir más allá de la
norma, del derecho y de la ley.
Con estos textos, queremos
introducir al lector a una discu-
sión que nunca debe dejar de
importar. La interrupción volun-
taria del embarazo es un tema
que nos debe tocar a todos.
La mujer, como diría Florence,
por el hecho de nacer mujer ya
es discriminada. Cuando sale
de su casa y se encuentra con
hombres que la miran de arri-
ba hacia abajo, cuando monta
en un bus, cuando solicita un
trabajo, y en especial, cuando
queda embarazada, es discri-
minada. Esta situación, llena
de desconcierto y confusión,
es una etapa que deben afron-
tar solas bajo el estigma de
ser tratadas como unas delin-
cuentes en caso de decidir no
ser madres. De allí la importan-
cia de esta edición.
Finalmente, queremos agra-
decer el apoyo incondicional
de varias personas pues sin
ellas esta edición nunca hu-
biera salido. En primer lugar,
agradecemos profundamente
al señor Decano de la Facul-
tad de Jurisprudencia, Doctor
Alejandro Venegas Franco,
por su iniciativa y por creer en
este proyecto que espera cre-
cer cada día más. Este tipo de
El arte de opinar
ayudas fortalecen la academia
en Colombia y dan cuenta de
que las instituciones educa-
tivas, especialmente, la de la
Universidad del Rosario, aun
creen que la Democracia se
puede construir desde los es-
tudiantes.
Así mismo, agradecemos infi-
nitamente la colaboración de
Leonardo Parra y Sebastián
Cruz, guitarrista y baterista de
la banda Smoking Underdog,
quienes con sus notas musi-
cales ambientaron un sueño
y esfuerzo de quienes con su
trabajo dedicaron voluntaria-
mente escribir estos artículos.
Sin ellos, muy probablemen-
te esto no sería una realidad.
Adicionalmente, agradecemos
profundamente a las personas
que nos ayudaron en el evento
Una Noche Para No Dormir…
Un toque Paradójico organi-
zado para recolectar fondos.
Agradecemos así a las ban-
das Horizontes Ignorados, Ve-
racruz, Tp, Ultima Unción y a
todos aquellos que asistieron
y pasaron un buen rato.
No siendo mas, esperamos
que disfruten esta
¡¡¡PARADOJA…!!!

LA JURIDICIDAD DEL
ABORTO EN NUESTRO
DERECHO
JUAN ENRIQUE MEDINA PABÓN.
Profesor de Derecho Civil.
Universidad del Rosario
“… con esto remato mi crítica,
indicando que las instituciones
sí tienen “conciencia”, que es
la sumatoria de las conviccio-
nes (o si quiere, prejuicios) de
sus miembros…”
El instinto de conserva-
ción individual y de la
especie, sumado a la preven-
ción racional de las eventuali-
dades, hace que para el hu-
mano la muerte de los congé-
neres siempre sea traumática,
porque el espectador imagina
que esa situación puede ser
la propia. Difícil entonces de-
cidir cuando una muerte pue-
de llegar a ser tolerable o in-
cluso conveniente, pero todos
tendrían que coincidir conmi-
go en que la polémica es fi-
losófica, sociológica, moral,
religiosa, aún política y que el
Derecho se debe limitar a se-
guir la opción que la organiza-
ción social estimó convenien-
te y dedicarse a la siempre
compleja tarea de precisar el
régimen, así como la prueba
de los hechos y efectos jurídi-
cos de las actuaciones de los
sujetos involucrados.
Pero en nuestro medio, ade-
más, hemos logrado convertir
el tema del aborto en un ga-
limatías jurídico y aunque no
se desconoce que la apre-
ciación subjetiva de los acto-
res en un determinado tema
puede determinar el sentido
de una decisión jurídica, eso
solo sólo tiene cabida, luego
de la aplicación rigurosa de
las normas y los principios y
no a cambio de estos, como
sucede en este con el aborto.
Por ello advierto que me de-
dicaré rigurosamente al as-
pecto jurídico, a pesar de mi
natural deseo de opinar en los
demás aspectos.
Columnistas Invitados
Todo empieza con esta
declaración del Constitu-
yente de 1991:
El derecho a la vida es inviola-
ble. No habrá pena de muerte.
[Art. 215 C. N.]
La declaración es tan rotunda
que no admite excepciones
y por ello impedir el goce del
derecho a la vida es natural-
mente ilegítimo y, sin ir más le-
jos, lo es. Pero como sólo las
personas gozan de derechos
(es su referente esencial), po-
dría pensarse que el aborto
no quedara cobijado por esa
regla, en el evento de que el
nascituro no fuera persona.
Sin que este fuera el argu-
mento central de la alegación,
de quienes demandaron ante
la Corte la inexequibilidad de
la sanción penal por el abor-
to, recordaron a los falladores
constitucionales que según
nuestra ley, la personalidad
se obtiene con el nacimiento
y que por eso podían decidir
con tranquilidad sobre la in-
constitucionalidad de la pena
por aborto inducido, porque
no estaba prohibido en la nor-
ma primaria.
La Corte en una primera sen-
tencia concluyó - sin el menor
sonrojo- que el nascituro no
es persona, pero tiene dere-
cho a la vida. Pero, si por de-
finición quien tiene derechos
es persona o viceversa…
¿entonces? Pero bueno, si el
nascituro tiene derecho a la
vida, este es inviolable y el
legislador penal la sanciona,
no queda sino sostener que
es exequible como se lee en
la respectiva sentencia (C-
133de 1994).
Ante una nueva demanda de
inconstitucionalidad sobre el
Código Penal (los artículos
estaban en otra ley pero eran
iguales), la Corte, sin acep-
tar que el nascituro carece
de personalidad (porque eso
abriría la puerta para que el
legislador pudiera permitir el
aborto), le rebajó la categoría
a su “derecho”, de modo que
pudiera ser suprimido en tres
casos específicos en los que
prima el derecho de la madre.
(sentencia C-355 de 2006).
¿Pero acaso ya no había di-
cho la Corte que la punición
del aborto era constitucional?
El juez constitucional –o cual-
quier otro–, está impedido
para cambiar su fallo así luego
cambie de parecer, por la ele-
mental razón de que su deci-
sión genera derechos, que se
tienen como “cosa juzgada”.
Nadie desconoce que una ley
puede violar la Constitución
por diversas razones y por
eso si la Corte se ocupó de
establecer si una disposición
particular violaba determina-
do punto de la Carta y en-
cuentra que no lo hace, pero
luego, al contrastar la misma
norma con otro aspecto de la
Constitución puede notar que
en ese punto sí la transgrede,
está en su derecho de de-
clarar la inconstitucionalidad;
pero por más de que repaso
los textos no encuentro ese
mandato constitucional fun-
damental, que no fue aborda-
do por la primera sentencia y
que permitiera apoyar una de-
cisión contraria.
Pero condescendamos –no
sé cómo– en que la Constitu-
ción consagra un privilegio de
los derechos de la madre so-
bre los del nascituro sólo en
tres casos, lo cual hace nacer
otra cuestión jurídica: ¿Cómo
supo la Corte que ese privile-
gio únicamente operaba en
esos casos? En la ley penal
aparecía que en caso de mal-
formación de la criatura, peli-
gro para la madre, violación
o implantación no consenti-
da, el juez podía abstenerse
de imponer la pena, pero era
una decisión del legislador y
él hubiera podido decidirse
por otros más o los limitarlos
a uno o dos de ellos, porque
el legislador tiene una libertad
El arte de opinar
amplia de conformación le-
gislativa (limitada únicamente
por la Constitución), pero el
interprete o juez, al contrario,
tiene una restricción, “de igual
magnitud, pero de sentido
contrario” y no por capricho,
sino por el principio “donde
la ley no distingue no le es
dado al intérprete encontrar
distinciones”, ya que no se
sabría cuáles distinciones se
podrían hacer y cuáles no. En
resumen, cómo supo la Corte
que los derechos fundamen-
tales que la Consititución re-
conoce a la madre solo tienen
virtud para hacer ceder el de-
recho a la vida del nascituro
en estos únicos tres casos
y no en menos o en más, si
en la Constitución no apare-
ce ese tema. ¿Cómo saber si
cuando el legislador decida
en un futuro que además de
estos tres casos hay otros, o
suprime alguno, está ajusta-
do a la Constitución o la viola
por exceso o por defecto?
Pero sigamos con las pregun-
tas: ¿En esos tres casos, el
aborto es justificado o es una
conducta fáctica o es una ac-
ción legítima? Sí, esto amerita
una explicación. La conducta
ilícita puede ser justificada si
el agente obró en condicio-
nes que no le permitían obrar
de otra manera, y por eso no
hay cómo imponerle una san-
ción (el que mata en legítima
defensa, se portó mal –tanto
que se le exige tomar todas
las medidas para evitarla–,
pero no se le castiga).
La conducta es fáctica cuan-
do no está prohibida, pero
tampoco es lo que espera
de la sociedad que haga el
agente (quien ejerce la pros-
titución, o ingiere alcohol, no
hace mal a la luz de la ley,
pero tampoco hace bien) y,
por último, una conducta es
legítima si está plenamente
conforme a Derecho (el que
paga sus impuestos, obra
bien y tiene todo el respaldo
del sistema jurídico, aun en el
3
 Columnistas Invitados
caso de que se quede sin pla-
ta para pagar el arriendo).
Inicialmente pensé que la Cor-
te había dicho que el aborto
era justificado, porque lo que
se atacaba era la ley penal y
las circunstancias en que se
podía dar eran notoriamen-
te extraordinarias y permitían
ver que la persona que tenía
su libertad de escogencia
muy recortada; pero llegue a
la conclusión que no era así,
porque ya vimos que existía
un artículo que permitía al juez
atenidas las circunstancias
eliminar la pena; entonces
me pasé al lado de quienes
creían que se trataba de si-
tuaciones fácticas, estimando
que no era un desiderátum
jurídico causar abortos, pero
no alcanzaba el grado de ilici-
tud por lo que los agentes no
transgredían norma alguna.
Con todo, la misma sentencia
y otra cantidad de sentencias
posteriores me llevaron a con-
cluir que no solo era una con-
ducta legítima sino que, ade-
más, era obligatoria, porque
el sistema de salud no puede
negarse a practicar el aborto
en esos casos, a menos que
tenga una causal justificativa
(objeción de conciencia).
Pero la Corte sale con que
las instituciones no pueden
esgrimir la objeción de con-
ciencia y con esto remato mi
crítica, indicando que las ins-
tituciones sí tienen “concien-
cia”, que es la sumatoria de
las convicciones (o si quiere,
prejuicios) de sus miembros y
a menos que viole una regla
imperativa, nadie puede que-
jarse; por eso hay conventos,
partidos políticos, y en las si-
nagogas no se comercia con
jamón.
Hay una notable falla jurídi-
ca en esta proposición de la
Corte porque no se entiende
cómo, si todos y cada uno
de los miembros de la insti-
tución objetan de conciencia,
algo legítimo según reconoce
la misma Corte, la institución
termina asumiendo la ilegi-
timidad, si todos sabemos
4
PARAD JA
que en los casos, por demás
discutidos, en que se acepta
que un ente abstracto resul-
te imputado, es porque uno,
varios o todos sus agentes le
transfiere su propia decisión
ilegitima.
Sin la voluntad individual o
colectiva de sus miembros la
“conciencia” de la institución
es tan abstracta como la ins-
titución misma y hasta allá no
llega el Derecho.
El tema de la prueba y su va-
loración lo dejo para cuando
los amables editores me pi-
dan un artículo sobre humor
jurídico.
PARAD JA
El arte de opinar
UNA PROPUESTA PARA
EL TRATAMIENTO DEL
ABORTO EN COLOMBIA
FRANCISCO BERNATE OCHOA.
Profesor de Derecho Penal.
Universidad del Rosario
“Lo realmente preocupante y
que debe llamar la atención
de la sociedad, es que junto
a esta represión legislativa de
este hecho, conviven unos altí-
simos índices de comisión del
delito – se habla de 1.200.000
abortos al año en Colombia-
con una absoluta impunidad,
como lo demuestra la práctica
inexistencia de procesos o
condenas por este reato.”
La legislación colom-
biana, desde 1837
contiene el delito de aborto,
sancionado con penas relati-
vamente bajas para el aborto
consentido o aborto propio,
y penas altas para el aborto
impropio o no consentido. Lo
paradójico de la cuestión, es
que mientras por un lado se
mantiene la criminalización
de esta conducta, por el otro
se amplían los eventos en los
que legalmente el hecho es-
capa al interés del derecho
penal, como lo demuestra la
sucesiva aparición de causa-
les de atipicidad del suceso
en nuestra historia legislativa.
Hasta allí, la situación podría
explicarse por el avance so-
cial, o el cambio de costum-
bres, como lo demuestra, por
ejemplo, el que la excusa del
aborto honoris causa, esto es,
el que se comete para salvar
el honor de la mujer, que se
establecía en el Código de
1936 se eliminó en el Código
de 1980. Lo realmente pre-
ocupante y que debe llamar
la atención de la sociedad, es
que junto a esta represión le-
gislativa de este hecho, convi-
ven unos altísimos índices de
comisión del delito – se habla
de 1.200.000 abortos al año
en Colombia- con una abso-
luta impunidad, como lo de-
muestra la práctica inexisten-
cia de procesos o condenas
por este reato.
Así las cosas, nuestra socie-
dad debe llevar la discusión
del plano religioso, moral o
ideológico por los que ha tra-
segado y pasar a lo práctico,
pues lo cierto es que la única
consecuencia de esta regu-
lación absolutamente repre-
siva acompañada de índices
escandalosos de impunidad,
es el fomento de la práctica
oculta de abortos, con los in-
deseables resultados de unos
elevados indicadores de mor-
talidad femenina o lesiones
irreversibles para las madres
derivadas de procedimientos
clandestinos en lugares abier-
tos al público a lo largo y an-
cho de la geografía nacional
ante la mirada impávida de las
autoridades que no se resuel-
ven a atacar el problema ni a
reconocer abiertamente su fal-
ta de interés en resolverlo.
Tenemos entonces, dos op-
ciones, una, la de tomarnos
en serio la cuestión, perseguir
y criminalizar esta práctica, lo
cual, si se tiene en cuenta la
frecuencia en la comisión del
hecho generaría la eterna pro-
blemática de sobrecarga de
trabajo frente a escasez de in-
vestigadores, o, incluso, la del
hacinamiento carcelario. La
otra opción es el otro extremo,
la de despenalizar el aborto y
desconocer la importancia
que la vida en formación tiene
para nuestro sistema jurídico.
Es hora de que nuestro país
considere adoptar soluciones
exitosas en otras latitudes,
intermedias entre tesis irre-
conciliables como el binomio
penalizar-legalizar, como la
conocida fórmula a plazos,
en la que el aborto es pu-
nible a partir de la semana
doce (modelo americano) o
de la semana dieciséis (mo-
delo español), con lo que se
presenta una solución que
satisface todos los intereses,
reconociendo la importancia
de la vida de quien está por
nacer, sin llevar la discusión al
farragoso terreno de la moral
y la religión.
 El Megáfono
LA FEMINISTA FLORENCE THOMAS HACE UNA • ¿Cómo describiría el
APUESTA: comienzo de este grupo?
EN 5 AÑOS EL ABORTO SERÁ LEGAL EN COLOMBIA. Fue complicado porque a pe-
sar de que el feminismo em-
Por: MARY DÍAZ MÁRQUEZ pezaba a entrar tímidamente
a Colombia, seguía siendo
un tema difícil de abordar. Sin
embargo, nosotras quería-
mos plantear nuevos cues-
tionamientos a las ciencias
sociales a partir de las pre-
guntas de las mujeres, a partir
del patriarcado metido en la
Universidad, de la circulación
del poder que allí se da.
• ¿Qué vino después de
esto?
Después pensamos en dejar
algo más institucionalizado y
creamos la Fundación de Es-
tudios de Género, la cual tiene
una maestría y un postgrado.
 
• En alguna entrevista
que le hicieron hace un
tiempo usted comentaba
que al llegar a Colombia
“No soy pro-aborto, soy pro-opción” no encontró mujeres sino
“… Una interrupción voluntaria del embarazo es un aborto pero madres y no hombres
voluntario, donde se ha tomado una decisión responsable y cons- sino machos ¿Qué nos di-
ciente. Hoy día en Francia todas las mujeres tienen esa posibili- ría al respecto?
dad. En cambio, el aborto te remite a un mundo sórdido y terrible. Si, definitivamente el termino
Yo aborté en un comedor.” mujer es muy nuevo. Mujer
como sujeto de derecho, no la
madre. La maternidad es una
La reconocida psicóloga francesa, ex catedrática de la
Universidad Nacional y destacada feminista Florence
Thomas, quien fue además la fundadora del Grupo Mujer y
opción, no una obligación. No
tenemos un destino biológico
marcado en el cuerpo y por
Sociedad, nos recibió en su apartamento para hablarnos so- ello, no es una característica
bre su vida, feminismo e interrupción voluntaria del embarazo. fundante de ser mujer.
Adicionalmente, nos presentó su más reciente libro “Había que
decirlo” en el cual hace un llamado en favor de la legalización • ¿Cómo es ese cambio,
del aborto en Colombia. entre la mujer colombiana
que usted conoció cuan-
do llegó y la mujer actual?
Hay ritmos distintos pues no
• ¿Cómo llega usted a • ¿Cómo fue su expe- es lo mismo hablar, por ejem-
Colombia? riencia en la Universidad plo, de Bogotá que de Chocó.
Nacional?   Yo tuve la suerte de llegar a
Llegué a Colombia hace 42 Estuve 30 años en la Univer- Colombia al final de los años
años por amor, porque en ge- sidad Nacional. Y desde allí 60 cuando estaba ocurriendo
neral es la historia de las mu- empecé con otras compañe- la revolución de las mujeres,
jeres extranjeras que llegan ras a cuestionar la circulación donde operaba la primera ola
a otro país. Me enamoré del del poder, el patriarcado, en- del feminismo que era la que
único colombiano que había tre otras cosas. Y así funde el reclamaba la ciudadanía, la
en París y después me ena- Grupo Mujer y Sociedad. educación y tal  vez para mí,
moré de este país. lo que es la piedra angular de
la trasformación para las mu-
jeres, la anticoncepción. 
El arte de opinar
• ¿Por qué escoge usted
a la anticoncepción como
el logro más significativo
de esta revolución?
Cuando tú puedes recuperar
el control de tu cuerpo, de tu
fecundidad, puedes decidir
un proyecto de vida que no
necesariamente pasa por la
maternidad.
• ¿De qué manera expli-
caría que el feminismo no
es anti-hombres?
Alrededor del feminismo hay
muchos mitos pero noso-
tras no le hemos declarado
la guerra a nadie. Colombia
ya tiene suficientes guerras.
Lo que combatimos es una
cultura patriarcal. Por ello de
lo que se trata, es de trabajar
con ellos y así lograr convivir
mejor. Aunque también abri-
mos espacio a las diversida-
des e identidades sexuales,
en plural.
• Es importante hablar
también de aquellos
hombres dispuestos al
cambio. ¿Qué nos diría al
respecto?
Si, es difícil también para ellos
porque los hombres han sido
criados en una cultura de po-
der y transformarse genera
temor. A ellos se les ha dado
el mejor lugar en la cultura,
aun para un obrero. No es lo
mismo ser obrero que obrera.
Un obrero vende su fuerza de
trabajo pero cuando empuja
la puerta de su casa, él es el
que manda.
• Un obrera en cambio…
Una obrera vende también su
fuerza de trabajo pero llega
a su casa y tiene la segunda
jornada de trabajo. La obrera
tiene dos lugares de opresión
encima, el obrero tiene uno
solo porque por el simple he-
cho de nacer mujer tú ya es-
tas discriminada, aun si eres
estrato 6.
5
 El Megáfono
• ¿Cómo ve el movimien- • ¿Cuando sintió que era • En el capitulo “yo abor-
to feminista en Colombia?
Hay que seguir trabajando
fuertemente sobre la opinión
pública. El problema es que
no somos muchas y nuestras
voces son a menudo aplasta-
das, por ejemplo, ha habido
7 proyectos legislativos que
han propuesto la legalización
del aborto y sólo hasta ahora
vemos un pronunciamiento
significativo. El asunto ade-
más, es que tenemos pocas
aliadas en el Congreso por-
que nacer mujer no nos ga-
rantiza nada, lo importante es
tener esa mirada de género y
así sentirnos representadas.
• ¿Qué nos puede decir
con respecto a la violen-
cia de la cual son víctimas
las mujeres?
Esa es la razón de que haya
una ley que proteja a las mu-
jeres. Aunque en el Congreso
decían: “¿qué es esto? Si no-
sotros también somos a ve-
ces violentados”. Por supues-
to que hay mujeres violentas,
y claro que hay hombres que
son violados, nadie lo ha ne-
gado pero lo que sucede es
que la violencia contra las mu-
jeres es estructural y cultural.
Hay una violencia más para
las mujeres ya que su cuerpo
ha sido “apropiable”.
6
PARAD JA
tiempo de contar su his-
toria, de decir que usted
abortó también?
He sido una mujer que desde
hace 30 años ha gritado por
la legalización del aborto. Era
algo que le debía a Colombia
y a las mujeres colombianas.
Además por mi edad, me
considero más allá del bien y
del mal.
• ¿Cómo fue revivir esa
experiencia?
Fue duro, quería decirlo sin
victimización. Tenía que en-
contrar las palabras indicadas
para expresar una experien-
cia límite para las mujeres. Yo
soy provinciana y acababa de
llegar a Paris, no había nadie
a quien le pudiera contar de
esta difícil decisión. En esas
experiencias uno realmente
vive en su piel lo que es el pa-
triarcado, lo que significa vivir
en un mundo que no ha sido
diseñado para ti.
• ¿De qué manera ex-
plicaría el fenómeno del
aborto?
Una mujer que esté decidida
a no tener el hijo que espera,
es capaz de todo. Se encuen-
tran ganchos en las vaginas
de las mujeres. Hay 200 muje-
res que mueren en el mundo
al día por un aborto mal he-
cho. Es como un avión lleno
de mujeres que diariamente
se cae.
té...hubiese querido inte-
rrumpir voluntariamente
mi embarazo” usted hace
la diferenciación de estos
términos…
La diferencia es semántica
ante todo. Una interrupción
voluntaria del embarazo es un
aborto pero voluntario, donde
se ha tomado una decisión
responsable y consciente. Hoy
día en Francia todas las muje-
res tienen esa posibilidad. En
cambio, el aborto te remite a
un mundo sórdido y terrible. Yo
aborté en un comedor.
• ¿Cómo funciona actual-
mente en Francia?
Son dos mundos distintos. Es
un mundo de respeto por tu
cuerpo y hay una ley que lo
ampara. El médico no puede
tratarte mal. Y la legalización
del aborto va acompañada
de una formidable educación
sexual. En Francia puedes in-
terrumpir tu embarazo hasta
las 14 semanas con la simple
demanda de la mujer.
• ¿Cómo recibió usted el
fallo de la Corte Constitu-
cional que elevó a dere-
cho fundamental el abor-
to para los 3 casos permi-
tidos en Colombia?
Cuando escribí el libro aun no
había salido pero realmente
el fallo fue muy liberal porque
no establecieron semanas
limite, lo cual es muy bueno
porque por ejemplo una mal-
formación fetal a veces no se
puede saber sino hasta los 5
meses. Aunque todavía las
EPS hacen todo lo posible por
dilatar estos procedimientos.
• ¿Qué nos puede decir
en cuanto a la objeción de
conciencia mal entendi-
da?
La objeción de conciencia no
puede ser institucional. Ya se
le puso la primera multa al
Hospital San Ignacio por eso.
Hay que tener en cuenta que
el fallo pide cosas muy bási-
cas, como una denuncia ante
la Fiscalía, o un dictamen gi-
necológico.
• ¿Cuáles son los princi-
pales argumentos usados
para dilatar estos proce-
dimientos?
Por ejemplo dicen que tienen
que consultar al Comité Ético,
o que el ginecólogo que de él
dictamen de la malformación
debe ser de la misma institu-
ción, lo cual es innecesario.
Sin tener en cuenta que todo
ello complica la salud de la
mujer.
• ¿Por qué es importan-
te dejar de hablar de una
vida biológica, y comen-
zar a hablar de una vida
humana?
Realmente vida hay desde
el inicio. Eso no lo hemos
negado. El óvulo es vida.
 El Megáfono

El espermatozoide es vida.
Pero nosotros defendemos
la vida humana. ¿Y cómo se
humaniza un embrión? Des-
de el deseo de esa mujer de
ser madre, de esperarlo. Yo
creo que el niño tiene derecho
a tener una vida digna y feliz
cuando nazca. Por eso nece-
sita de una madre que lo ame.
• ¿El problema sería que
la sociedad se ha queda-
do en la discusión del no
nacido y olvida al niño en
el momento en que nace?
Sí, mucho. Porque después
no se preocupa para nada
por la vida del niño. Por un
aborto en Colombia hay 10
niños abandonados.
• En el libro usted men-
cionaba que no quería
entrar en la lógica del
derecho, ¿por qué?
No quise porque es una lógi-
ca terriblemente patriarcal. No
quise ponerme a discutir con
lo que me iba a decir el Pro-
curador General de la Nación.
Yo quise meterme a otro nivel,
a lo subjetivo, a lo que siente
una mujer cuando mira el ca-
lendario y tiene un retraso.
legalización del aborto. Tene-
mos un pequeño bufete de
abogados que ayudan a las
mujeres y también brindamos
apoyo psicológico.
• ¿Cómo es la actividad
legislativa en este mo-
mento con respecto a
proyectos en pro de las
mujeres?
Tenemos alguien que nos
hace monitoreo 24 horas de
los proyectos que entran en
el Congreso. Actualmente
hay 9 proyectos que tienen
como finalidad hacer retroce-
der lo conseguido por la Corte
Constitucional. Aunque creo
que no lo van a lograr porque
pienso que aun tenemos una
Corte decente.
• ¿Qué argumentos han
utilizado los opositores a
la decisión de la Corte?
Se ha dicho que esa no era
una decisión que pudiera to-
mar la Corte Constitucional
sino el legislativo, pero ellos
no hicieron a tiempo lo que
debían hacer, así que el fallo
es el fallo.
• Háblenos sobre lo que
expone en su libro acerca
de que lo ilegal puede ser
profundamente ético
Si claro, porque ¿quién deci-
dió qué era lo ético? Los hom-
bres, o muchas veces la moral
cristiana ha sido lo que lo de-
finió. Y sin embargo, las mu-
jeres casi no han tenido par-
ticipación. Además hay que
sacar el tema del aborto de la
Iglesia. Este es un asunto se
salud pública. Y es importante
entender que estamos en un
Estado laico.
• ¿Qué le responde a la
iglesia?
Yo creo que debe haber lími-
tes. Está claro que las muje-
res no pueden hacer lo que
quieran. No obstante, cuando
debo discutir con alguno de
ellos respondo: Con usted
monseñor es difícil debatir…
usted me va a venir con dog-
mas. Y ese es un principio de
autoridad, un acto de fe. Así
que defienda lo que tiene que
defender y si lo hace bien, po-
siblemente habrán muchas
mujeres católicas que no in-
terrumpirán su embarazo. Yo
nunca he obligado a una mu-
jer a abortar y la ley tampoco
lo hace. Soy pro-opción, no
pro-aborto.
• Usted dijo alguna vez
que la única naturaleza de
los seres humanos es la
cultura, ¿cree que la ma-
ternidad es un ejemplo de
ello?
Nosotras por naturaleza ya no
somos madres. Es una de-
cisión razonada, una opción
que se puede o no tomar. La
definición de la identidad fe-
menina ya no pasa obligato-
riamente por la maternidad y
ese es el gran cambio. En mi
generación era muy difícil gri-
tar eso. Sin embargo, yo soy
optimista e hice una apuesta:
en 5 años el aborto será legal
en Colombia.

• ¿Por qué abortan las

mujeres?
Porque son responsables y
saben que no pueden asu-
mir esa maternidad. Porque
tienen un proyecto de vida y
creo que las mujeres tienen
derecho a ello, y también tie-
nen derecho a cometer un
error, error que igual no co-
meten solas. Uno no se em-
baraza sola, y ¿dónde están
los hombres? ¿Cuántos las
acompañan?

• ¿Cómo ha sido su parti-

cipación en la lucha de la
legalización del aborto?
Yo hago parte de una orga-
nización llamada la Mesa
por la Vida y la Salud de las
mujeres, donde trabajamos
por los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres
pero particularmente, por la

7
El arte de opinar
 Atreviéndose
CADA MUERTO TIENE SU
PRECIO ESCRITO EN LA
FRENTE
Alejandro Moya
Estudiante de Derecho. Universidad
de los Andes
Director Periódico “Sin Vergüenza”
“Las palabras no alcanzarían
para cubrir una mentira tras
otra. Nos seguimos tragando la
idea de que el conflicto terminó
cuando, en realidad, todo se
complejizó, pues ahora no son
tres bandos peleando, sino
más de diez.”
E scribir no es fácil y ha-
cerlo sobre la muerte es
aún más difícil, e incluso más
cuando uno no conoce a los
difuntos y cuando uno no sabe
y quizá nunca sabrá muy bien
qué fue lo que pasó. La tarea
se complica aún más si uno
la planea hacer en un país
reacio a aceptar su realidad y
semanas después del escán-
dalo, pero creo que hay tres
cosas que, si bien ya algunos
las han afirmado con mucho
acierto, hace falta volverlas y
volverlas a afirmar para inten-
tar dejarlas grabadas en un
país que, como bandera en
el viento, se mueve con la co-
rriente, sin importar para don-
de apunte.
A todos nos dolió la muerte
de Margarita Gómez y Mateo
Matamala. Nos dolió la idea
de que dos estudiantes fue-
ran asesinados con tiros de
gracia por andar haciendo lo
que a cualquiera le encantaría
hacer: estar enamorado en un
paraíso del Caribe, lejos de
una ciudad corrupta y soñan-
do con los ojos abiertos con
poder cambiar el mundo. Lo
que pasó fue una tragedia, un
hecho lamentable y una fuen-
te de dolor inmensa para las
familias y los amigos, pero
creo que a nosotros, al res-
to, nos dolió la noticia porque
cuando nos enteramos de lo
sucedido nos dijimos a noso-
tros mismos: “ese pude haber
sido yo”. Justo ahí, la burbuja
que tanto hemos cuidado y
8
PARAD JA
que nuestros padres tanto se
han esmerado en construir se
explotó; y nosotros, directo al
piso con las manos atadas.
Nos dolió porque nos recordó
que a pesar de nuestra clase
social, de nuestra plata y de
las influencias de nuestros
padres, siempre hemos sido
y seguiremos siendo vulnera-
bles de caer en las garras del
conflicto armado. Nos dolió
la noticia porque nos recordó
que seguimos en una tierra
que cada día se aleja más de
las mentiras que escuchamos
en clase o en la radio al paso
que se acerca más a una his-
toria de cien años de soledad
y amargura.
Me parece ilógico pensar que
nos dolió la noticia porque
nos parece el colmo que eso
suceda: que a dos personas
las maten porque sí. Es el col-
mo, no digo que no, pero a
ese “colmo” ya lo conocemos
desde hace muchos años y
eso no es lo que nos trauma-
tiza hoy. Lo que nos hizo sen-
tir dolor, miedo o rabia fue el
hecho de saber que nosotros,
clase alta o media alta, tam-
bién vivimos en ese infierno
terrenal que se ve en los noti-
cieros y en los periódicos, que
Los Andes o el Rosario tam-
bién hacen parte de un pue-
blo cuya sangre brota para
confundirse con el barro. Pue-
blo que a pesar de que intente
tragarse a diario la píldora de
la memoria, sigue olvidando
que todavía permanece en el
piso, arrastrándose entre los
muertos y los escombros.
Por otro lado, al país no solo
le dolió la noticia, sino que
lo marcó por un mes entero.
Los medios de comunicación
y el Gobierno no dejaron de
hablar y de prometer sobre lo
sucedido hasta el sol de hoy.
Una nación entera solidariza-
da con las dos víctimas y con
sus familias. Un país ejemplar,
diría yo, claro está, si nunca
hubiera tenido que vivir acá
para ver su lado oscuro y su
falta de consciencia. Ojalá mi
país fuera siempre así: uno
que llora y que siente a cada
muerto como si fuera parte de
una pequeña y unida familia.
Pero la verdad es que me re-
sisto a pensar que Colombia
es así.
En Córdoba son asesinadas
más o menos quinientas per-
sonas cada año, quinientas
personas que, como las miles
que vamos ya, pasan al olvido
sin siquiera haber salido algu-
na vez del anonimato, quinien-
tas vidas que a nadie más allá
de las familias le importaron,
quinientas vidas que no hicie-
ron siquiera eco en mi Univer-
sidad. Todo esto como si no
fuera igual de grave, como si
no fuera “el colmo” que cada
dos años sean asesinadas mil
personas por haber nacido en
un país en donde, como reza
la canción, la tristeza no tiene
lugar cuando lo triste es vivir.
Todo lo anterior, con el per-
dón de las familias y de los
amigos, sólo hace salir a la
luz que en Colombia cada
muerto tiene su precio escrito
en la frente. Es evidente que
la reciente tragedia que pa-
decimos nosotros los unian-
dinos alarmó y llamó más la
atención del país que la muer-
te periódica de centenares
de personas en un lugar en
el que los muertos van y vie-
nen con las olas y en el que
los sueños son arrasados por
el viento. Ojalá no hubiera
siquiera precio, ojalá la vida
fuera tan sagrada que no hu-
biera forma alguna de mone-
tizarla o de compararla, ojalá,
al menos, que si uno pudiera
ponerle uno, todas valieran
por igual. Pero no. Bienveni-
dos a Colombia, donde toda-
vía pensamos que la sangre
viene azul por un lado, y roja
o negra por el otro; donde sin
ser culpa del muerto o de las
familias, hay algunos cadáve-
res que pesan más en la ba-
lanza.
Finalmente, lo último que
quiero decir sobre lo sucedido
es como seguimos comién-
donos las mentiras del go-
bierno y el presidente saliente
con gusto o con una atrevida
ignorancia. Seguimos pen-
sando que nos entregaron un
país en el que hay seguridad
para todos y en el cual los pa-
ramilitares son sólo un borro-
so recuerdo. ¿Cómo explicar-
le entonces a las familias que
a sus hijos los mataron unos
fantasmas que desde hace
cinco años empezamos a en-
terrar? o ¿Cómo explicarles
que ellos están libres y siguen
siendo amos y señores de los
paraísos que con descaro el
gobierno promociona a sa-
biendas de los riesgos que
hay? Las palabras no alcan-
zarían para cubrir una mentira
tras otra. Nos seguimos tra-
gando la idea de que el con-
flicto terminó cuando, en reali-
dad, todo se complejizó, pues
ahora no son tres bandos
peleando, sino más de diez.
Pero no importa, aquí nos
encanta engañarnos con éxi-
tos falsos y hacer leyes para
nuestros amigos sin pensar
con qué sangre la escribimos
y la firmamos.
Ojalá que las familias y los
amigos puedan superar esta
difícil prueba que el alzheimer
colectivo y una desquiciada
y perdida sociedad les han
impuesto de la manera más
atroz. Nuestro más sentido
pésame.
 Atreviéndose

EL INVIERNO DE UN
DESPLAZADO: UNA CRISIS
ENTRE OTRA CRISIS
Yesid Doncel Barrera
Estudiante de Derecho – Universidad
del Rosario
Mi pregunta es la siguiente:
¿por qué se ha desplegado
tanta atención a las víctimas
del invierno que no han recibi-
do las víctimas del desplaza-
miento forzado?
Desafortunadamente, Colom-
bia ha sido un país lleno de
catástrofes que no han sido
solamente naturales. Desde
hace relativamente poco, he-
mos tenido que ver por los
medios de comunicación los
estragos que el invierno ha
producido en gran parte del
territorio nacional. Aunque
considero que muchos de los
efectos perversos pudieron
ser evitados con planes pre-
vios a la ocurrencia de estos
sucesos, como el control a
las conductas de los agentes
económicos que abusan de
manera inadecuada de los
recursos naturales, conside-
ro también que el Gobierno
Nacional ha tenido la mejor
intención a la hora de solucio-
nar este problema.
Sin embargo, algo que no me
ha dejado de llamar la aten-
ción, ha sido la reacción de la
sociedad colombiana frente a
esta catástrofe. Al respecto,
una vez conocimos las aterra-
doras historias de las víctimas
del invierno, tuvimos una re-
acción que, aunque fue muy
solidaria, puso de presente
la ausencia de este mismo
sentimiento respecto de otras
catástrofes que, por un lado,
son igualmente graves y, por
otro lado, son más antiguas
y de alguna manera, política-
mente más impactantes. Un
claro ejemplo de lo que digo
es el drama del desplaza-
miento forzado y, en general,
de las víctimas del conflicto
armado.
Mi pregunta es la siguiente:
¿por qué se ha desplegado
tanta atención a las víctimas
del invierno que no han re-
cibido las víctimas del des-
plazamiento forzado? Vale
anotar que con esta pregunta
no quiero hacer más impor-
tante una u otra catástrofe.
Por el contrario, lo que quiero
es igualar la magnitud de las
mismas y, con ello, evidenciar
la falta de atención que han
sufrido las víctimas del con-
flicto armado.
Pues bien, para tratar de de-
sarrollar mejor esta idea qui-
siera empezar por mostrar
algunas cifras sobre
el desplazamiento
forzado y victi-
mas del invier-
no, con el fin
de ubicar al
lector en la
discusión
y tratar de
involucrar
En ese sentido, la Comisión
de Seguimiento a la Políti-
ca Pública sobre Desplaza-
miento Forzado publicó en
El Espectador unas cifras
sobre estas dos catástro-
fes que indican, más allá de
las pérdidas económicas, la
magnitud de las dos trage-
dias. Los resultados fueron
los siguientes:
1. Universo afectado y ca-
racterización de las afec-
taciones:
a) Desplazamiento Forzado:
10% de la población los
cuales a su vez han sido
afectados por el invierno.
b) Victimas del invierno: 3%
que a su vez muchos de
ellos han sido afectados
por el conflicto armado.
c) Total: 13% de la población
colombiana.
Con estas cifras, 1 de cada
8 colombianos ha sido afec-
tado en todos sus derechos
respecto al uso del espacio,
generación de ingresos y
goce de sus bienes patrimo-
niales. Así mismo, cerca de
4,8 millones de personas son
mayores de 12 años, de los
cuales el 55% es económi-
camente activo. De este 55%
cerca de 2,1 millones de per-
sonas no tienen un empleo ni
un salario mínimo. Con esto,
el nivel de pobreza llegaría a
un 95% y de indigencia a un
80%. ¡Alarmante!
2. Pérdidas económicas:
pronta solución. Esto implica,
por un lado, voluntad política
por parte del gobierno que,
por lo menos en el gobierno
anterior no ha existido y, por
otro lado, esta voluntad debe
provenir también de la so-
ciedad civil, pues en últimas,
las soluciones más eficaces
normalmente provienen de la
movilización social.
Ahora bien, a continuación
quisiera presentar algunas sa-
lidas que en los últimos días
han sido aportadas por aca-
démicos nacionales como,
por ejemplo, el Profesor Luis
Jorge Garay. En este texto me
quiero referir únicamente a las
medidas económicas ya que
los recursos con que se cuen-
ten siempre serán uno de los
principales factores para ga-
rantizar derechos y ha sido
siempre la principal objeción
de los Gobiernos a la hora de
cumplir sus funciones.
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LA YOGURTERA

estas dos a) Desplazamiento forzado:

catástrofes 65 Billones de pesos
que, aun-
que parez- b) Victimas del invierno: 15 Bi-
can ajenas, llones de pesos
comparten so-
luciones con las c) Total: 80 Billones de pesos
que, como propó- (15% del PIB)
sito principal de este
artículo, quisiera finalizar.
Estas cifras nos muestran dos
escenarios que requieren una

9
El arte de opinar
 Atreviéndose

En ese sentido, para tratar

de solucionar estas dos ca-
tástrofes deben adoptarse
al menos dos grandes me-
didas. En primer lugar, (i)
DISCOPIAS Y SERVICIOS
IMPREVISTA. Adicionalmente,
puede optarse por destinar re-
mas del invierno del despla-
zamiento y del invierno. Con
cursos de las regalías de libre ello además, se consolida la
destinación y algún porcenta- Democracia Colombiana.
je del valor de los recursos del

debe diseñarse un manejo
macroeconómico que tenga
en cuenta dos componentes
como son la flexibilización, o
mejor, la reorientación de la
política de sostenibilidad fis-
cal y el diseño de una estra-
tegia de ingresos que permi-
ta garantizar gastos.
Al respecto es importante se-
ñalar que la política de soste-
nibilidad fiscal, ya tratada en
otras ediciones, es altamente
inconveniente para solucio-
nar estas crisis. En conse-
cuencia, es determinante
eliminar políticas que lleven
a inflexibilizar la capacidad
de gasto del gobierno, con el
argumento de incurrir en gas-
tos excesivos que desarticu-
len el presupuesto, aun cuan-
do estemos hablando de
victimas del desplazamiento
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y del invierno. Victimas, que
además de haberlo perdido
todo, pueden estar perdiendo
su identidad como colombia-
nos con este tipo de políticas.
Así mismo, una estrategia
de ingresos que respalde los
gastos por casi 80 billones de
pesos es indispensable para
garantizar la recuperación
de estas víctimas. Con ello,
podrían adoptarse al menos
cuatro medidas. Primero, po-
drían suspenderse temporal-
mente los efectos de los con-
tratos de estabilidad jurídica
en razón al carácter sobrevi-
niente e imprevisible de la cri-
sis invernal y la irresponsabili-
dad del Estado en materia de
desplazamiento forzado. Se
podría, además, eliminar las
exenciones o privilegios tribu-
tarios que sean injustificados.
Al respecto, en Colombia gra-
cias a los llamados “gastos
fiscales” se han dejado de
percibir miles de recursos que
hoy pueden ser valiosísimos
para estas crisis, PREVISTA E
Fondo Nacional de Regalías.
Según Garay, esta fuente po-
dría contribuir con más de un
0,3 a 0,4 del PIB al año.
Finalmente, pueden venderse
activos del Estado y destinar
las utilidades que las Empre-
sas Industriales y Comerciales
del Estado y las Sociedades
de Economía mixta reporten.
Por ejemplo, pueden reorien-
tarse los activos de la venta
de CISA e incluso de la venta
de la participación del Esta-
do en ECOPETROL, pero no
debe exagerarse en este últi-
mo monto teniendo en cuenta
que ECOPETROL es de las
empresas que más reporta
ganancia al Estado.
En Segundo lugar, (ii) debe
reorientarse el gasto público.
Así, debe considerarse la idea
de que ya es hora de liberar
recursos destinados a la de-
fensa y seguridad nacional
para atender otras necesi-
dades que requieren, por lo
menos ahora, mayor atención
y privilegios fiscales. Adicio-
nalmente, deben eliminarse
gastos excesivos en la con-
tratación estatal. Para nadie
es un secreto que las demo-
ras en las obras, las compras
inútiles, las carreteras daña-
das, entre otras cosas, lleva
consigo la perdida de dinero
que puede estarse gastando
en otros proyectos, como por
ejemplo, recuperar a las vícti-
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Por último, es necesario ano-
tar que estas crisis son igual-
mente impactantes. Por un
lado, el desplazamiento hace
que las personas pierdan ab-
solutamente todo, su familia,
sus hijos, sus padres, sus
tierras, sus trabajos, su identi-
dad. Por su parte las víctimas
del invierno perdieron todo su
proyecto de vida, todo lo que
habían alguna vez construido
con su esfuerzo. Esto conlle-
va a que todas las víctimas
del invierno y del desplaza-
miento son iguales, sin privi-
legios y por ello debe dársele
el mismo trato. De esto preci-
samente es de lo que se trata
una Democracia, democracia
que últimamente ha sido azo-
tada, además, por catástrofes
naturales.
PARAD JA
Menu del dia $10.000°°
Incluye entrada y sobremesa.
Los viernes combos de
pizza con cerveza.
Lunes y martes cortesia
con el menu del dia.

10
PARAD JA

MODELOS DE
DESARROLLO URBANO:
HACIA UNA CIUDAD DE
PARADOJAS
SEBASTIÁN TORO DUQUE
Estudiante de Economía.
Universidad Nacional.
storod@gmail.com
“La materialización de estos
elementos ha hecho de Bogotá
una ciudad ambivalente, una
ciudad con dos realidades,
una ciudad formal y una infor-
mal, una que vive y otra que
sobrevive.”
H istóricamente la ciudad,
y lo que esta encierra, ha
sido sinónimo de desarrollo y
por ende de poderío, de ahí
las grandes construcciones
y desarrollos urbanos que el
transcurrir de la historia nos
ha dejado. Hoy, enmarcadas
en la posmodernidad y bajo
el yugo del mercado, las ciu-
dades se erigen imponentes
como aquel espacio de li-
bertades y oportunidades, o
por lo menos eso es lo que
se tiende a creer, en el cual
la población mundial tiende a
ubicarse. Guiado por un inmi-
nente proceso globalizador
afrontamos en este momen-
to la urbanización de la vida
cotidiana y de gran parte de
los procesos sociales, hasta
el punto en que hoy más del
50% de la población mundial
habita en ciudades, tal como
lo ha presentado el Fondo
de Poblaciones de Naciones
Unidas1.
A diferencia de lo que suce-
día 50 años atrás, los proce-
sos más fuertes de urbaniza-
ción y desarrollo se dan en lo
que comúnmente se conoce
como el tercer mundo, pro-
ceso del cual han resultado
megaciudades tales como
Ciudad de México, Delhi y
Yakarta, y otras cuantas que
se encuentran en proceso
de serlo, tal como el caso
de nuestra ciudad Bogotá.
Dichas ciudades surgen con
un elemento común, fortale-
1 Informe de Naciones Unidas “El es-
tado de la población mundial 2007.
Liberar el potencial del crecimiento
urbano”. Fondo de población de las
naciones unidas UNFPA 2007.
cer su valor de cambio den-
tro de un mercado competiti-
vo, lo que se traduce, no muy
diferente a la ciudad antigua,
en grandes construcciones,
imponente infraestructura,
modernos sistemas de trans-
porte y grandes centros fi-
nancieros; con el único fin
de ser atractivas más que a
la población, a un sin núme-
ro de capitales fluctuantes y
trasnacionales en busca de
nuevos mercados, convir-
tiéndose así en el territorio
por excelencia de la posmo-
dernidad.
Es triste reconocer que los
modelos de desarrollo imple-
mentados, especialmente en
países subdesarrollados o
en vía de desarrollo, tienden
a concentrar el ingreso y el
poder, generando así pobre-
za y exclusión, contribuyendo
al aumento de procesos mi-
gratorios y una acelerada ur-
banización. Como habitantes
de una ciudad inmiscuida en
el mencionado proceso de
urbanización, en construc-
ción permanente, con proce-
sos de desarrollo en marcha,
valdría la pena cuestionarse
si ¿el modelo de desarrollo
implementado es eficiente, o
por lo menos es adecuado?
Y de esta manera concluir si
la ciudad que se esta cons-
truyendo, es ese espacio de-
seado de libertades y oportu-
nidades, esa ciudad de de-
rechos que el grueso de los
habitantes desea.
Inscrita en las tendencias
globales de urbanización,
Bogotá es el escenario per-
fecto para mostrar que estas
conllevan a rápidas trans-
formaciones sociales y físi-
cas de la ciudad generando
evidentemente progreso e
innovación, pero a su vez
involucran un proceso de ur-
banización de la pobreza y la
exclusión social. La delicada
situación se evidencia en ele-
mentos como la expansión
de la pobreza capitalina tanto
hacia el centro de la ciudad
como hacia su periferia, la
acentuada desigualdad, la
división y exclusión social,
la segregación espacial, el
deterioro ambiental y la ten-
dencia hacia política social
implementada por las ultimas
Atreviéndose
dos administraciones. Esto
ha generado que porciones
de población capitalina se
enfrenten a privaciones o li-
mitaciones de la satisfacción
total o parcial de sus necesi-
dades más básicas y algu-
nos derechos elementales,
ya sea por razones común-
mente económicas, sociales
o étnicas. La materialización
de estos elementos ha hecho
de Bogotá una ciudad ambi-
valente, una ciudad con dos
realidades, una ciudad for-
mal y una informal, una que
vive y otra que sobrevive.
Una ciudad en desarrollo, y
menos una ciudad capital,
no solo experimenta o sufre
de males internos, a estos se
les deben aunar un conjunto
de fenómenos nacionales,
es por tal motivo que Bogo-
tá debe soportar con el alto
número de colombianos des-
plazados y el 45,5% de po-
breza nacional reportado por
el DNP para el 2009, pues
es esta la población que
esta construyendo la ciudad
en Colombia y en especial la
ciudad informal. Esta misma
institución reportó en 2009
que cerca a una cuarta par-
te de la población bogotana,
el 22%, vive en condiciones
de pobreza y que la ciudad
presenta un alto índice de
desigualdad, situación que
acentúa la ambivalencia ca-
pitalina y que a su vez debe-
ría generar preocupaciones
sobre el futuro del modelo
de desarrollo aplicado en un
mundo globalizado y urbani-
zado, pero que inexplicable-
mente no se han desperta-
do ni en gobernantes ni en
ciudadanos.
El arte de opinar
Es de esperarse que las
ciudades jueguen un papel
protagónico en acercar las
posibilidades de aquellos
quienes las habitan al com-
pleto beneficio de lo que esta
tiene para ofrecer, o lo que
en palabras de la sociología
urbana sería garantizar el
derecho a la ciudad, al cual
debería otorgársele un status
de derecho superior, en la
medida en que este articula
un conjunto de derechos ta-
les como a la libertad, la in-
dividualidad, la accesibilidad
y a apropiarse de la ciudad
desde una perspectiva dife-
rente a la propiedad privada,
en pocas palabras equivale
al acceso a la ciudad, enten-
diendo ésta como una inte-
gralidad de bienes, servicios
y oportunidades.
Al parecer la ciudad que se
esta construyendo dista de
ese concepto de ciudad
equitativa, y por el contrario
se encamina hacia la segre-
gación y segmentación, al
fortalecimiento de significa-
tivos desequilibrios internos.
Tal vez sea momento de re-
plantear los ejes de desa-
rrollo urbano, que contrario
a lo que muchos piensan sí
existen, y hacer que el uso
y usufructo de los servicios,
las ventajas y oportunidades
que brinda la ciudad sean
concebidas desde una lógica
diferente al paradigma clási-
co – liberal de la propiedad,
insertando criterios de igual-
dad, equidad e inclusión, a
un nivel mas profundo del im-
plementado por los últimos
gobiernos distritales.
11
 Atreviéndose
LAS DISPUTAS DE LOS
AMIGOS
Héctor Iván Hurtatis Espinosa
Estudiante de Ciencia Política y
Gobierno. IX SEMESTRE
Universidad del Rosario
“La reacción de la prensa y los
analistas no era exagerada,
desde hacía un buen tiempo
varios sectores de la sociedad
colombiana reprochaban con
dureza, la flexibilidad y libertina-
je que el sector bancario rea-
lizó durante los pasados ocho
años de gobierno.”
HÉCTOR IVÁN HURTATIS ESPINOSA
Estudiante de Ciencia Política y Gobierno.
IX SEMESTRE
Universidad del Rosario
“ Los banqueros están abu-
sando del costo de sus
servicios”. Esa fue la consig-
na que dejó muy clara la posi-
ción del Ministro de Hacienda
Juan Carlos Echeverry cuan-
do expuso su percepción so-
bre los altos valores que el
colombiano promedio paga
por cualquier servicio ban-
cario. La expectativa fue ge-
neral (como suele suceder al
inicio de todo gobierno) tan-
to los medios como analis-
tas financieros y periodistas
políticos, aclamaban en sus
opiniones, las “acertadas”
valoraciones de Echeverry, e
incluso, exaltaron la valentía y
gallardía de exponer pública-
mente una verdad conocida
a voces secretas.
La reacción de la prensa y los
analistas no era exagerada,
desde hacía un buen tiempo
varios sectores de la sociedad
colombiana reprochaban con
dureza, la flexibilidad y liber-
tinaje que el sector bancario
realizó durante los pasados
12
PARAD JA
ocho años de gobierno. Por
tal motivo, era sorprendente
e impensado que la crítica
proviniera del Ministro de
cartera, quien cuestionaba
los cobros al sector neurálgi-
co en el plan económico del
Gobierno Santista.
No se equivocaba el Ministro
en sus palabras, los sectores
bancarios en Colombia reali-
zan cobros desvergonzados
a una población con irrisorio
nivel adquisitivo en sus ho-
norarios (téngase en cuenta
que adicional a esto, nuestro
país ocupa el “honroso” cuar-
to lugar en el salario mínimo
más bajo de América Latina).
El sector financiero nacional,
tiene el lujo de hacer cobros
hasta para los servicios más
básicos que una entidad de
su naturaleza puede proveer,
casos como los cobros al ma-
nejo de una tarjeta débito; al
retiro de cajero automático
(cobros altos tanto a redes
internas y externas); a la con-
sulta informativa sobre saldos
y estado de la cuenta; entre
otras, son ejemplos sencillos
que fácilmente lo pueden de-
mostrar. Éste modelo finan-
ciero nacional, puede jactarse
también de tener ganancias
envidiables para cualquier
banquero operando en paraí-
sos fiscales, solo en el 2010,
el año de la “desaceleración
económica y austeridad fis-
cal”, los bancos registraron
un aumento de 12,5% en sus
utilidades, a sabiendas que la
cifra en el 2009 estaba por los
8.5 billones de pesos.
Gracias a éste modelo finan-
ciero, miles de colombianos
que no son garantía de pago
en la deuda para el banco,
se ven imposibilitados para
acceder a créditos bancarios
ya sea para microempresa o
consumo básico. Razón por
la cual, nuestro país sigue
siendo la panacea de los fa-
mosos “prestamistas gote-
reros”, quienes con menores
tiempos de espera, facilitan
el dinero a intereses atrevidos
que terminan aumentando los
ciclos de pobreza y deuda.
Por obvias razones, la res-
puesta del sector financiero
era de esperarse ante seme-
jante tormenta que se aveci-
naba. María Mercedes Cue-
llar, Presidenta de ASOBAN-
CARIA, expuso que el llama-
do de atención ministerial era
exagerado y podía erosionar
ese afamado dogma llama-
do “Confianza inversionista”.
Dentro de las múltiples ra-
zones para defender el statu
quo financiero, Cuellar adujo
que quienes cuestionaban
los exorbitantes cobros por
servicios del sector bancario,
ignoraban los costos de insta-
lar y ampliar los canales infor-
mativos en Internet. Adicional
a esto, expuso cifras sobre el
aumento de la bancarización
en Colombia (que sigue sien-
do muy bajo en la región) y
denunció que las críticas ha-
cia las descomunales ganan-
cias bancarias, eran porque
éste sector sí exponía con va-
lentía al público sus utilidades
mientras que los demás sec-
tores productivos se reserva-
ban esa información.
Descocados argumentos a
fin de cuentas, pues eluden
las responsabilidades en los
abusos cometidos por dicho
sector durante los últimos
años, mediante las imposi-
ciones de cláusulas que ter-
minan sometiendo al sujeto
financiero en todo el sentido
de la expresión, hasta tal pun-
to, que el mismo buen nom-
bre de la persona puede que-
dar afectado en listas negras
como Datacrédito o la Cifin.
Sin embargo, después de
estas “tensas” relaciones
entre el gobierno y la banca
durante éste primer bimestre
del 2011, la Superintenden-
cia Financiera le otorgó un
gran obsequio a dicho sector
económico. Calculó una nue-
va tasa de usura inesperada
que permitirá a los bancos
cobrar más por sus desem-
bolsos, en otras palabras, el
tope aumentó de 21.32% al
23.42% para créditos de con-
sumo y de 36.89% a 39.89%
para microcrédito.
Es claro entonces que den-
tro de ésta situación, los de-
bates y contrapunteos entre
las partes involucradas eran
una mera pantomima, el go-
bierno honrando su legado,
otorgó un cálido abrazo de
reconciliación al modelo fi-
nanciero con éstas últimas
actuaciones.
Cuellar y el sector bancario
pueden estar tranquilos. El
regaño de Echeverry se pa-
rece más a los insignifican-
tes y poco usuales reclamos
que entre los buenos amigos
se hacen, pero que a fin de
cuentas, terminan arreglándo-
se entorno a una fría cerveza.
La pequeña diferencia es que
el obsequio gubernamental
a la banca, se tradujo en un
aumento de usura que segu-
ramente seguirá manteniendo
al consentido sector financie-
ro, con uno de los mayores ín-
dices de rendimientos y utili-
dades en Colombia y América
Latina.
En fin, cosas de mantener
funcionando la Locomotora
económica…

LAS MUJERES EN LA LEY
DE VÍCTIMAS
Julián Martín Berrío
“Sorprende ver que el capítulo
sobre mujeres dentro del PLV
fue un tema que se clausuró
tan rápido en el debate público
nacional cuando quedan aún
tantos interrogantes por res-
ponder.”
El Proyecto de Ley de
Víctimas (en adelan-
te –PLV-) que actualmente se
tramita en el Congreso de la
República es sin duda una
de las leyes más ambiciosas
que se haya intentado apro-
bar en la historia de Colom-
bia. La amplitud de los temas
que trata y la complejidad
para conformar un diseño
institucional que responda
eficientemente a los deberes
del Estado frente a todas las
víctimas del conflicto arma-
do, hacen de esa Ley uno de
los retos más grandes que
deba afrontar nuestro país en
términos políticos, sociales y
económicos.
Sin embargo, de todos los te-
mas que comprende el PLV
creo que hay uno que merece
especial atención. Se trata de
la inclusión de garantías de
acceso prioritario de mujeres
a algunos mecanismos de re-
paración contemplados en la
ley. El objetivo de estas medi-
das es reconocer el impacto
diferencial y agudizado que
ha tenido el conflicto armado
sobre las mujeres del país,
dados los riesgos específicos
y las cargas extraordinarias
que les impone por su género
la violencia armada.
En octubre del 2010, el presi-
dente Juan Manuel Santos dio
el aval para que sus ministros
promovieran en el Congreso
la adopción de medidas que
les dieran prelación a las mu-
jeres cabezas de familia que
perdieron sus tierras como
consecuencia de hechos vio-
lentos. A esas medidas de
prelación se unieron otros ar-
tículos que “pasaron de aga-
che” pero que bien vale hacer
públicos por distintos medios
con, al menos, dos objetivos:
primero, que las mujeres víc-
timas de la violencia sepan a
qué tienen derecho de acuer-
do con el PLV; y, segundo,
que distintos actores sociales
evalúen la idoneidad de esas
medidas, de modo que cada
vez podamos ser más quie-
nes cumplamos con el deber
cívico de vigilar que las mu-
jeres tengan en la práctica
las garantías que el PLV les
otorga.
En concreto, tal y como fue
aprobado el texto del PLV
después del segundo debate
ofrecido en la Plenaria de la
Cámara de Representantes,
las garantías que tendrían las
mujeres son las siguientes:
(a) atención preferencial en
los trámites administrativos
del proceso de restitución
(art. 96 PLV); (b) atención pre-
ferencial en los procesos de
restitución (art. 97 PLV)2, (c)
“especial colaboración” para
que se entreguen oportuna-
mente los predios a las muje-
res víctimas beneficiadas con
la restitución y para que se
ofrezcan las condiciones de
seguridad que le permitan a
la mujer restituida usufructuar
su propiedad (art. 98 PLV), (d)
aplicación prioritaria a mu-
2 Las diferencias entre los artículos
96 y 97 del PLV son las siguientes.
Mientras el art. 96 ordena que la
Unidad Administrativa Especial de
Gestión de Restitución de Tierras
disponga de ventanillas de atención
preferencial a mujeres desplazadas,
así como de áreas de atención a los
menores desvalidos que conformen
su grupo familiar; el art. 97, ordena a
esa misma Unidad Administrativa que
sustancie con prelación las solicitudes
de restitución que involucren a mujeres
desplazadas o madres cabezas de
familia, para lo cual ordena posponer
el estudió de las otras solicitudes.
Atreviéndose
jeres de los beneficios con- puedan superar los traumas
templados en la Ley 731 de por la violencia, la explotación
2002 relativos a la adquisición o el abuso sexual del que al-
de créditos, seguridad so- gunas fueron víctimas en el
cial, educación, capacitación marco del conflicto?, ¿hacen
y recreación, adjudicación y parte del “acceso prioritario”
titulación de tierras, subsidio a seguridad social?...
familiar, planes y programas
de reforestación y jornadas Sorprende ver que el capítulo
de cedulación. sobre mujeres dentro del PLV
fue un tema que se clausuró
En principio, con esos artícu-
tan rápido en el debate públi-
los, pareciera que esas garan- co nacional cuando quedan
tías logran ofrecer a las muje-
res un marco jurídico que las
aún tantos interrogantes por
responder. A falta de dos de-
respalda para acceder como bates para que el PLV sea ley
principales beneficiarias del
de la república:
PLV. No obstante, ¿qué signi-
fica la expresión “acceso prio-
¿cómo evaluamos la idonei-
ritario”?,
dad de las medidas sobre
mujeres incluidas en el PLV?,
¿cuál es el alcance de esas ¿dónde están las organiza-
expresión en relación con las
ciones de mujeres que deben
medidas de educación, ca-
buscar una ley de víctimas
pacitación, seguridad social,
con garantías reales y con-
etc?. Si bien parece claro en
cretas para que las mujeres
qué sentido se van a bene-
reciban en la práctica el trato
ficiar las mujeres de la pre-
prioritario que merecen?...
lación en el trámite de sus
solicitudes de restitución (ver
cita 1), no pasa lo mismo con
el “acceso prioritario” a otras
medidas de satisfacción de
derechos para ese grupo po-
blacional.
¿El celador del Banco Agra-
rio ordenará que las muje-
res sean las primeras en la
fila para tramitar créditos de
construcción de vivienda? o
¿el Banco tramitará primero
las solicitudes de las mujeres
desplazadas o las madres
cabeza de familia?. ¿Acceso
prioritario a medidas de edu-
cación supone solamente ser
las primeras para llenar los
cupos de las capacitaciones
del SENA o implica que se
van a ofrecer cursos que sean
sensibles a los intereses de
las mujeres beneficiadas por
el PLV?.
¿Dónde están las garantías
a tratamientos psicológicos
que ayuden a que las mujeres
13
El arte de opinar
 Reportaje
LA PARADOJA TAURINA
CÉSAR LEONARDO ROJAS ÁNGEL
Estudiante de Periodismo.
Universidad del Rosario.
cesleorojas@gmail.com
La plaza de toros La San-
tamaría cumplió 80
años y la Corporación Taurina
de Bogotá los celebró con un
cartel nunca antes visto en la
capital. Dentro de los invitados
se encontraron, entre otros, Ju-
lián López “El Juli” y Pablo Her-
moso de Mendoza, reconocido
como el mejor rejoneador del
mundo. La temporada taurina
en la ciudad empezó el 15 de
enero y se extendió hasta el
pasado 20 de febrero. Sin em-
bargo, esta época, que para
muchos es de fiesta y tradición,
es repudiada por otros que la
consideran como un acto de
tortura que no debería promo-
verse en el país.
La temporada inició con una
novillada el 15 de enero y el do-
mingo 16 se realizó la primera
corrida. Los toros eran de Mon-
doñedo para Pepe Manrique,
“Ramsés” y Juan Solanilla. Hay
que decirlo, la plaza no estaba
llena, era la primera corrida de
la temporada y desde la carre-
ra 5 se podían ver fácilmente
los vacíos en las graderías de
sombra que miraban a la mon-
taña. Cerca de allí, en la carrera
7 con calle 27, mirando hacia
la plaza, se encontraba un gru-
po de jóvenes que protestaban
en contra de la actividad que se
llevaba a cabo en la arena. Tam-
poco eran muchos y sus gritos
apenas llegaban a las puertas
de La Santamaría, donde todo
era “olé”, himnos y trompetas. El
escenario que mostraba esa tar-
de la plaza de toros y sus alrede-
dores era el reflejo de un debate
que se ha expuesto por más de
diez años en Bogotá, el choque
entre quienes ven en las corridas
una imagen de tradición, cultura
y arte y aquellos que simplemen-
te la entienden como un acto de
tortura injustificable.
Melissa Leal Duque ha asisti-
do a La Santamaría desde que
tenía doce años. Es estudiante
14
PARAD JA
de Relaciones Internacionales
de la Universidad del Rosario y
en su familia siempre ha existi-
do una fuerte filiación hacía la
fiesta taurina, es por eso que
hace dos años, con el apoyo
de otros estudiantes y egresa-
dos, creó la Peña Taurina Rosa-
rista. Por medio de este grupo
se ha integrado a los jóvenes
rosaristas que gustan de la tau-
romaquia y también a aquellos
que no sabían muy bien en qué
consistía esta tradición.
La Peña Taurina Rosarista es
la realización de una idea que
nació hace más de 15 años
en la Facultad de Jurispruden-
cia con taurinos como Felipe
Negret, hoy presidente de la
Corporación Taurina de Bogo-
tá, con el ánimo de preservar
la cultura taurina a través de las
generaciones y fue él una de
las personas que apoyó a Me-
lissa en la creación del grupo.
A pesar de las dificultades, Me-
lissa y otros compañeros han
buscado la manera de asistir a
otras plazas para dar a conocer
el nombre de la Peña, han ido
desde Manizales y Medellín,
hasta plazas más pequeñas y
cercanas a Bogotá como en
Choachí y Lenguazaque.
“De esta manera hemos logra-
do un contacto sólido con otras
peñas universitarias como lo es
la Peña de la Universidad Exter-
nado y la peña de la Universi-
dad Javeriana, al igual que con
la Peña de la Universidad de
los Andes que es la que lleva
más tiempo como peña univer-
sitaria”, cuenta Melissa.
Pero alrededor de la plaza se
han construido otras historias.
Carlos Crespo empezó a pro-
testar en contra de las corridas
de toros hace once años y casi
simultáneamente nació Resis-
tencia Natural, según explica
Carlos, “como una manera de
darles forma y continuidad a las
manifestaciones en la plaza”.
Carlos cuenta que en un co-
mienzo no había organización
alrededor de las protestas y
por eso nacieron grupos como
Resistencia Natural. Luego de
un tiempo, tras entender más a
fondo en qué consiste la defen-
sa de los derechos de los ani-
males, la oposición a las corri-
das de toros es sólo una de las
muchas causas que defiende
este colectivo.
Carlos argumenta que una de
las razones por las cuales está
en contra de las corridas es
que son una muestra de ‘es-
pecismo’, “es decir, creer que
la especie humana tiene poder
sobre otra especie más inde-
fensa, una forma de discrimi-
nación con base en la especie,
tan deplorable como el escla-
vismo o el racismo”, explica.
Ana María Ochoa, por su par-
te, es una de las personas que
hace parte de la Peña Taurina
Rosarista, su padre es perio-
dista taurino y esto la ha he-
cho muy cercana a los toros.
Para ella, “se ha convertido en
un rito, en enero, cuando co-
mienza la temporada taurina
en Bogotá”. Ana María dice
que desde pequeña empezó a
entender que “la tauromaquia
no es sólo ir a la plaza y ver la
corrida, sino que hay muchas
cosas más de trasfondo como
la vida de los ganaderos, de los
banderilleros, de los mozos de
espadas y de todas las perso-
nas que forman el gremio”. Ade-
más, Ana María resalta que más
allá de los toreros está la crianza
de los toros de lidia, la tradición
de la Virgen de la Macarena y
otros detalles que enriquecen
este mundo de los toros.
Sin embargo, hay un factor que
es el que más impulsa a perso-
nas como Carlos a protestar
en contra de la fiesta taurina.
Según él, “no importa si es arte,
cultura o tradición, en el centro
de todo se está explotando a
un ser vivo, se está haciendo
apología de la muerte y esto lo
hace moralmente reprobable”.
Pero hablar de la muerte nunca
es cosa sencilla, Melissa tiene
su propia manera de entender-
la, para ella, lo que se le hace
en la arena al toro “es darle una
muerte sagrada”.
Resistencia Natural ya no asis-
te a las protestas en la plaza
de toros, piensan que al fin y al
cabo quienes asisten a allí no
van a cambiar de parecer. En
cambio, buscan crear espacios
donde puedan exponer lo que
ellos piensan de las corridas de
toros por medio de documen-
tales o foros. La Peña Taurina
Rosarista, por su parte, realiza
tertulias en compañía de otras
peñas para hablar de la historia
de La Santamaría, la biografía
de los toreros y en ocasiones
realizan visitas a las ganaderías
de lidia para conocer acerca de
la crianza de estos toros.
Son muchos los argumentos
y en Colombia no se ha dado
una estocada final al tema,
luego de un fallo de la Corte
Constitucional que Carlos ca-
lificó como “decepcionante” y
que según dice Melissa, “no
gustó del todo”, parece no ha-
ber excusa para no tener nada
que decir respecto al tema. Por
el momento, los toros están en
la arena y el debate sobre la
mesa.
 Pazguato

CONOCIENDO COLOMBIA PAZGUATO es lo simple, lo

tonto, lo que pasa
El Edén. Un imaginario que, desde pequeños, inquieta la mente de los individuos. Árboles y flo- desapercibido,
res se jactan de su belleza mientras animales de todas las especies corren libres por las verdes lo que alegra, lo
montañas; una gran cantidad de sabores y aromas que producen sentimientos únicos y que son que llora, lo ma-
imposibles de describir con palabras; el cielo cambia de colores, y el sol, la luna y las estrellas son merto, lo brillante,
las musas del espíritu humano; un espacio adornado con libertad, donde el tiempo encuentra la lo que ríe. Juzguen
manera de moverse rápido y lento a la vez. Un lugar que solo conocemos por los libros. ¿Seguro? ustedes…
Lectores, ¡BIENVENIDOS A COLOMBIA! Un paraíso de 1’141.748 Km2 hogar de 1.865 especies LUISA MENDÉZ
de aves, 939 especies de musgo, 14.000 especies de mariposas, 1.025 ritmos folklóricos y la Estudiante
mayor reserva marina de biósfera en el planeta, entre muchos otros tesoros escondidos en este Diseño UniAndes
pedacito de cielo.
DULCES PARA GIGANTES que aún conserva sus tradi- MÁQUINA DEL TIEMPO cosa que caridad y amor a
ciones culturales. nuestros semejantes, os haga
En la cordillera oriental de los Es un lugar magnifico para El siguiente discurso fue es- dignos del alto rango a que
Andes, van a encontrar una los caminantes, montañistas crito dos siglos atrás. Hoy pa- hoy os llaman los destinos del
de las joyas más preciosas y escaladores. Exige un buen rece ser una carta dirigida a mundo! Nada cercano tanto
que tiene Colombia. Imaginen estado físico ya que recorrerlo quienes siguen soñando con el hombre a la divinidad como
un Pan de Azúcar; una golosi- completo toma una semana; una Colombia libre, transpa- la acción de mejorar a nues-
na que de solo verla provoca. sin embargo se ofrecen tres rente, virtuosa. Lectores, culti- tros semejantes, de romper
Ahora conviértanlo en un dul- rutas para tres días. ven a Nariño en su corazón y sus cadenas, de enjugar sus
ce hecho para gigantes. Este permitan que hombres como lagrimas y hacer su felicidad.
es uno de los paisajes que Es importante que antes de él, inspiren sus sueños y pro- La virtud es la base, el funda-
nos regaló la Pacha Mama: El embarcarse en esta aventu- yectos. Colombia y ustedes lo mento de la libertad; sin ella
Pan de Azúcar, uno de los 22 ra glaciar, tomen todas las merecen. no hay más que confusión y
picos nevados que adornan precauciones y preparen con desorden! ¡Que un trabajo
la Sierra Nevada del Cocuy, tiempo el viaje. Es impres- “Cuando nuestra suerte de- asiduo y constante, que una
también llamada Chita o Güi- cindible la presencia de un pendía de unos amos fieros y reflexión madura y detenida, y
can (palabra que en lengua guía baquiano; en la zona se altaneros, nos bastaba saber una integridad a toda prueba
chibcha significa “Madre Sie- encuentran varios lugareños obedecer; pero hoy que de- contra la intriga, la seducción
rra”). Está acompañado por El que con una sonrisa ofrecen pende de nosotros mismos, y el cohecho, sean los distin-
Púlpito del Diablo, una piedra servicios de guía, hospedaje y es preciso saber pensar, sa- tivos que os caractericen! El
cuadrada de 90 metros de al- alimentación. ber sofocar nuestras pasio- Cielo bendecirá la obra de
tura, conocido así por una an- nes, nuestros resentimientos, vuestras manos, y nosotros,
tigua leyenda que contaba las PRESUPUESTO nuestros vicios y saber sacri- con toda nuestra posteridad,
maldades que el diablo hacía Transporte Bogotá-Tunja-Co- ficar generosamente nuestros cantaremos himnos de gozo
sentado desde la gran roca. cuy: 12 horas, 40 mil pesos intereses y nuestras vidas. y de reconocimiento a los res-
(un trayecto) Advertid que ya estáis en alta tauradores de la paz, a los li-
El Parque Nacional Natural Alojamiento: entre 30 y 45 mil mar y que no basta arrepentir- bertadores de la Patria”.
del Cocuy, ubicado bajo la ju- pesos la noche en cabañas nos de haberos embarcado,
risdicción de los departamen- Camping: entre 25 y 25 mil para llegar al puerto; es pre- Fragmento del discurso reali-
tos de Boyacá, Arauca y Ca- pesos la noche ciso no soltar los remos de zado por Antonio Nariño el 13
sanare, tiene la mayor masa Alimentación: entre 7 y 15 mil las manos, si queréis escapar de Junio de 1813, cuando se
glacial de Colombia y uno de pesos por comida de la tormenta. ¡Que el fuego instala en Consejo Electoral.
los páramos más bellos don- Entradas al Parque: 7.000 es- sagrado de la libertad penetre Tomado de la obra de Enri-
de es posible encontrar gran tudiantes vuestros corazones, que infla- que Santos Molano “Antonio
variedad de especies de fau- Guía: 60 mil por día me vuestras almas, que ilumi- Nariño” tomo II. Instituto Co-
na y flora. Es tierra venerada, Caballo: 35.000 por día ne vuestros entendimientos! lombiano de Cultura, Bogotá,
conservada y defendida por Parques Nacionales Cocuy Sí, ¡que este fuego puro, este 1972 pg. 64 y 65.
el pueblo Muisca U’wa, tribu (8) 7890359 fuego santo!, que no es otra
TERTULIA SANTAFEREÑA

Seminario “Ver y Leer el Cine” del 19 de febrero al 27 de marzo
Cinemateca Distrital
Exposición “Identidades en juego antes de la Independencia”
Museo Colonial Cra. 6 Nº 9-77
Exposición “Propaganda en tiempos de campaña (de Indepen-
dencia)” Del 22 de noviembre hasta el 20 de marzo
III Concurso Internacional de Fotografía ONU Mujeres Región
Andina “Hombres y mujeres conviviendo en armonía” Fecha
límite de plazo15 de Abril de 2011
Info: http://unifemandina.org/
Inicio de la Temporada de 2011 del Ballet de Sonia Osorio
Marzo 5 Teatro Jorge Eliécer Gaitán

15
El arte de opinar
 Ficciones

LO QUE UN DÍA FUE UNA

VIDA SERÁFICA… NOCHES NUBLADAS
Daniel Huidrobo LAURA DI SANTO
Estudiante de Jurisprudencia- Universidad del Rosario

1. Odiar toda bóveda nocturna

Y guardar en la memoria
el cielo de la noche.
Hay hedores nauseabundos,
Que fastidio,
Los cuerpos desnudos decoran
las lágrimas de las estrellas,
Y ella ilumina el firmamento.
Quiere ser testigo de los vicios
del callejón y los crímenes del
olvido.
La luna quiere creer que una
idea padece de amargura
Y murmura que es dueña de la
flor terciopelo negro,
Soberbia vive en las alturas.
Tengo razones para admirar al
maldito astro
Pero no se me ocurre consuelo
para esta ocasión
Seguiré creyendo en las razo-
nes del odio por la noche,
Así parezca amante de sus lu-
ceros.
Hace tantas noches que vivo en este silencio que aquel golpear de la lluvia sobre el frío vidrio me
sacó del ensimismamiento.
Caí de la cama con todas las sabanas envolviéndome, esto evitó que el golpe fuera más dolo-
roso. Cuando por fin logré librarme de todas las cobijas, caminé a tientas por la habitación es-
perando poder ver un poco de luz y tratando de no golpearme con las mesas y las sillas.
Corrí las cortinas con mis heladas manos y al sentir la suavidad de la seda recordé a Richard: recordé
su caminar torpe, su cuerpo flacucho, sus grandes ojos y su extraño pelo que siempre permanecía
intacto; recordé sus camisas de tonalidades oscuras pero tan suaves como aquella cortina, aquella
que me dejaba ver a través de la ventana la vieja Rue Emeriau llena de un silencio sepulcral, en
donde nadie se atrevía a pasar debido a su terrible y espantoso aspecto, lleno de sombras que se
movían, además de los peligros que se escondían bajo la oscura noche.
Más allá de esta calle se veían las luces de la Place de Brazzaville y la lluvia, tan hermosa como siem-
pre, caía como si fuera su última noche.
De repente de entre las tinieblas se movió una sombra, era grande y parecía querer ocultarse de las
miradas curiosas. Un hombre salió de la oscuridad, era alto, con una espalda ancha, cabello largo y
recogido a medias en una coleta. Su vestimenta era aún más extraña que la palidez de su cara. Tenía
unos jeans negros, unas botas negras un poco desgastadas y una camiseta gris que hacía que sus
ojos ambarinos resaltaran a la luz de la luna y, para resguardarse de la lluvia, un gabán largo de color
vino tinto.
Miró hacia mi ventana y tal como había llegado, sigiloso y entre sombras, se movió hasta llegar a
la puerta de la casa. No golpeó la aldaba, sólo miró hacia mi ventana y, moviendo sus seductores
labios, dijo: “volveré sólo si así lo deseas”. Yo asentí, pues sabía que no podía negarme a su voluntad
y, sorprendida, me encontré de nuevo en mi cama.

2. ¿Hay un paraíso inalcan-

zable, hay motivos para
escribir amarguras a la madru-
Cuando intenté ponerme de pie mi cuerpo estaba entumecido, no podía mover mis piernas y la al-
daba seguía sonando, me desesperaba ese sonido, no podía despertarme, sabía que el día había
gada? llegado pero no podía abrir mis ojos, no podía ver el amanecer y tampoco podía callar ese sonido
Espera que es este continuo destemplado que hería mis oídos. Intenté gritar pero de mi boca no salió ningún sonido, mi respira-
errar que llamamos vida ción era lenta (o bueno eso parecía), realmente yo nunca respiraba...
no durará
Se perderá como el amor en
los domingos.
Hay un divagar
que inquita el día
La mañana será el lugar donde
las ilusiones duerman,
Las razones por las cuales vale
la pena vivir,
Sigue este presente de ham-
bruna y sequia,
Son las plagas, el castigo de
los espíritus rebeldes.
La gloriosa venganza que nun-
ca descansa.
Ruega al cielo por fulgores que
no te hagan parecer a ese viejo
de escasos recuerdos,
Contempla el abismo del
tiempo.
El mundo añora los años de la
vejez.
Ruego que no sea mi carne la
que padezca
Ruego por leer un día más
Un poco más….
Autor: Daniel Hurtado. Obra: Contratación Estatal

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