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La educación en el México independiente.

En el contexto del México Independiente nuestro país intenta romper con un


sistema de gobierno impuesto por el dominio español. Las primeras décadas
se distinguen por el enfrentamiento entre dos grupos políticos que tratan de
imponer la forma de gobierno que ellos creen que es la adecuada para el país.
La independencia no interrumpió la continuidad del proceso de reforma de
educativa que promovieron la Corte de Cádiz, ni tampoco frenó otros proyectos
como la creación de un plan de enseñanza pública general y la formación de
un órgano estatal que centralizara y organizara las actividades en este ramo.
Esto se explica en tanto que esas tareas estaban encaminadas a dar cohesión
y sentido a la nueva nación y con ello a legitimar su permanencia. Cuando
México se independiza políticamente a partir de 1821, se puede considerar
como el inicio de la historia de su educación institucional, si bien de manera
aislada y mostrando apenas intentos organizativos y a pesar de que se
dictaron disposiciones al respecto que tuvieron poco efecto concreto. Es a
partir de la promulgación de la Constitución de 1824 cuando comienza a
integrase un proyecto político que implica a la educación como instrumento de
Estado, reflejando ya en ella aspiraciones sociales y económicas, así como
sus intereses y orientaciones, es decir, su ideología, nos narra que en el
discurso pronunciado en el Congreso Constituyente del Estado de México, en
1824, el doctor José María Luis Mora resumía sus ideas educativas de la
siguiente manera "Nada es más importante para un Estado que la instrucción
de su juventud. Ella es la base sobre la cual descansan las instituciones
sociales de un pueblo cuya educación religiosa y política está en consonancia
con que el sistema ha adoptado para su gobierno: todo se puede esperar, así
como todo debe temerse, de aquel cuyas instituciones políticas están en
contradicción con las ideas que sirvan de base a su gobierno; la experiencia de
todos los siglos ha acreditado esta verdad de un modo incontenible".
El sistema educativo no cambio significativamente, las dificultades que enfrentaba
la nación mexicana fueron un factor primordial en el estancamiento al momento
de proponer, establecer y desarrollar un sistema educativo nacional. En el periodo
post independentista, el sistema educativo no cambio significativamente, las
dificultades que enfrentaba la recién establecida nación mexicana fueron un
factor definitivo en el estancamiento al momento de proponer, establecer y
desarrollar un sistema educativo nacional. Hacia 1830, cuando el estado de la
educación era crítico debido a las múltiples carencias de la educación
elemental y a la postración de la educación superior en colegios y
universidades, Lucas Alamán si hizo cargo de los asuntos educativos por
cuarta vez e informa que se carece de datos fidedignos sobre el estado de la
"ilustración" y menciona que el sistema de enseñanza mutua no ha producido
todos los resultados que eran de esperarse. Ante ello, propone una serie de
reformas educativas respecto a la segunda enseñanza cuyo objetivo es quitar
lo superfluo y establecer lo necesario.). La corriente liberal que habían accedido
al poder una vez concluido el movimiento que dio independencia al país, propuso
en 1833 una reforma liberal que proponía suprimir la participación de la iglesia en
la educación, propuesta que no fue bien vista por los sectores conservadores de la
población y como consecuencia esta idea se abandonó al año siguiente. El
proyecto de Alamán nunca llego a realizarse y Mora impugnó las ideas de
Alamán y señaló con certeza la razón fundamental de la educación: "El
elemento más necesario para la prosperidad de un pueblo es el buen uso y
ejercicio de su razón, que no se logra sino por la educación de las masas, sin
las cuales no puede haber gobierno popular. Si la educación es el mono polio
de ciertas clases y de un número más o menos reducido de familias, no hay
que esperar ni pensar en sistema representativo, menos republicano y todavía
menos popular" (Meneses, 1998) La corriente liberal que habían accedido al
poder una vez concluido el movimiento que dio independencia al país, propuso
en 1833 una reforma liberal que proponía suprimir la participación de la iglesia
en la educación, propuesta que no fue bien vista por los sectores
conservadores de la población y como consecuencia esta idea se abandonó al
año siguiente, sin embargo, las ideas de libertad seguirían apareciendo en los
años subsecuentes.

Durante este periodo la educación en México sufrió un severo estancamiento pues


el desarrollo de las instituciones nacientes se vio relegado por los intereses
político-militares de los diferentes conflictos armados que se vivieron en la
segunda mitad del siglo XIX. El primer cambio radical que sufrió el sistema
educativo del México independiente se consolidó hasta 1867 cuando se promulgó
la Ley Orgánica de Instrucción Pública, durante los inicios del gobierno de Benito
Juárez. Los aspectos a destacar de esta ley son:

Se propuso que la educación primaria fuera gratuita y obligatoria (lo cual abrió
por primera vez la educación a los sectores más pobres de la población)

Se creó la Escuela de Estudios Preparatorios (institución educativa fundamentada


en la corriente positivista), la cual tiene como encomienda el ofrecer d una base
de conocimientos a los aspirantes a la educación profesional.

En resumen, esta ley fue la primera propuesta que logró integrar la educación,
dada a conocer en el nuevo gobierno liberal, excluyendo a la religión de los
planes de estudio y otorgando el carácter de laica a la educación ofertada por las
instituciones oficiales; sin embargo las bondades de esta ley solo aplicaban en lo
que refería a los territorios considerados federales incluyendo la capital del país,
pero esta primera ley tuvo un gran impacto al momento de redactar las
correspondientes leyes de educación en los diferentes estados de la República
Mexicana.

A partir de la ley de 1867 en materia de educación, la infraestructura educativa


contó con 4 570 escuelas en 1870, contrastando con las 2 424 que existían en
1857. Sin embargo el reto educativo seguía caminos sinuosos, ya que según
estadísticas solamente el 19,4% de la población infantil asistía a alguna escuela.

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