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Posición erguida: El Homo sapiens es una especie mamífera bípeda, cuyo cuerpo
presenta simetría bilateral, y que presenta dimorfismo sexual: las hembras y los
machos se distinguen a simple vista por las características de sus cuerpos (las mujeres
tienen mamas, cinturas pequeñas y vulva; los hombres carecen de mamas, son más
anchos de musculatura y tienen un pene visible).
cerebro grande: El homo sapiens posee una capacidad craneal promedio de entre 1,400 y
1,600 centímetros cúbicos, siendo mayor que el cerebro de sus antepasados, lo que le da una
mayor capacidad para realizar procesos mentales complejos, como pueden ser concebir
conceptos abstractos, desarrollar lenguajes complejos, así como la simbología para
representarlos; la retención de conocimientos y la complejidad técnico-práctica para adaptarse
y sobrevivir al medioambiente.
ángulos de la cara (arco súper oculares y frente), Una de las características principales del
Homo Sapiens es que la cabeza llega a modificarse no solo en la capacidad del cráneo, sino
también en otros aspectos de su constitución como una mandíbula más corta con unos dientes
más pequeños, hecho que hace que la barbilla sea más pronunciada en forma de V en vez de
forma de U- LA es frente elevada, carencia de arco supraorbital, dientes pequeños,
barbilla pronunciada y mandíbula corta. Los ojos quedan más centrados y las cejas menos
pronunciadas que las de los ancestros del Homo sapiens. La visión mejora tanto en la calidad
de la percepción de los colores como en la capacidad de puntería y precisión
lenguaje: El Homo sapiens es una especie gregaria, es decir, que busca la compañía de sus
semejantes. Esto influyó en el desarrollo de las capacidades físicas y mentales que permiten el
lenguaje hablado, siendo la única especie animal capaz de comunicarse mediante un sistema
de signos y de inscribirlo para que dure mediante diversos soportes físicos (escritura).
vida social, El Homo sapiens es una especie gregaria, es decir, que busca la compañía de sus
semejantes. Cabe detacar, que las sociedades humanas poseen jerarquías y ordenamientos
sociales que dieron nacimiento a la política y a la jurisprudencia, por lo que nuestras
sociedades pueden regirse a sí mismas mediante leyes abstractas enseñadas a las
generaciones venideras, discutibles por la propia comunidad y recogidas en códigos de leyes
(constituciones y otros libros sagrados).
desarrollo cultural: El Homo sapiens fue, y es, la única especie que desarrolló lo que se
puede considerar como cultura en el sentido más amplio. De esta forma, formó comunidades
en las que existía un sentimiento de pertenencia, con un sentido religioso y comportamientos
propios.
Una vez que el Homo sapiens toma conciencia de si mismo, como individuo y como
comunidad, empezó a desarrollar una cultura, entendida como los rasgos genéricos no
físicos del ser humano.
Así, por ejemplo, empezó a transmitir sus conocimientos y vivencias, primero solo de
forma oral y, más adelante, por escrito.
La aparición del pensamiento simbólico provocó que empezaran a crearse objetos a los
que dotaba de significado, ya fuera histórico o religioso. Igualmente, fabricó otros
simplemente para usarlo como adorno.
De este modo, el Homo Sapiens llegó a utilizar herramientas de piedras complejas antes de lo
que se pensaba y lo más importante es que transmitió este conocimiento a sus
descendientes, lo que implica una capacidad de pensamiento ya complejo.
En un principio, el Homo sapiens utilizó la piedra como materia prima fundamental para
construir herramientas. Esto ya había ocurrido con el Homo erectus, pero el sapiens inventó
técnicas más avanzadas que mejoraron la calidad, dureza y utilidad de los utensilios.
Aparte de las piedras, comenzó a aprovechar huesos, astas y marfil. Así, cada animal que
cazaba no solo ofrecía alimento, sino también materiales para fabricar herramientas.
Para mejorar las posibilidades, era necesario fabricar armas más efectivas y seguras. Una de las
mejoras que introdujeron fue disminuir el tamaño de las puntas de lanzas, haciéndolas más
regulares. Al unirle propulsores para lanzarlas, pudieron cazar a distancia.
En los yacimientos se han encontrado arcos y flechas primitivos, así como arpones dentados
para la pesca. Para esta última actividad, ya en las últimas fases del Paleolítico, el Homo habilis
empezó a tejer redes y a fabricar sedales y anzuelos.