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«Aprendiendo de los Mejores», por Francisco

Alcaide
13/12/2015

|   10:40'
Off-topic
«Aprendiendo de los mejores» es una obra indispensable. Además de ir ya por su 9ª
edición, ha sido traducido al chino y es el único libro de un autor español situado
entre los 25 mejores libros de negocios y desarrollo personal a nivel internacional,
junto a los de autores como Daniel Goleman, Richard Branson, Jack Welch o
Warren Buffett, según el portal Negocios1000.
Francisco Alcaide, su autor, es un buen amigo al que conocí al comienzo de mi
actividad como blogger y al que sigo muy de cerca desde entonces. Francisco no
es solo un referente indiscutible en temas de management y desarrollo personal
sino, sobre todo, es una de esas personas que hace lo que dice.
La frase que encabeza su blog, «los ganadores buscan soluciones; los perdedores
buscan excusas», habla por sí sola.

En el mundo de la efectividad personal hay abierto un debate sobre si la


consecución de resultados está estrechamente vinculada a determinados
principios, valores y actitudes o si, por el contrario, es algo que depende de cada
persona y de sus circunstancias.

Con el fin de ampliar perspectivas, en OPTIMA LAB nos ha parecido interesante


poder contar con la opinión de Francisco Alcaide que, como experto en un tema
que lleva años investigando y recopilando, sabe qué es lo que hace mejores a los
mejores. Por eso le hemos invitado a participar en esta entrevista, en la que
comparte con nosotros y contigo el resultado de sus investigaciones. Vamos a
ello.

«El compromiso no admite excusas, sólo resultados.»


Francisco Alcaide
—Jesús Serrano: «Compromiso» es un concepto polémico. Hay quienes lo
consideran algo binario —se tiene o no se tiene— mientras que para otros es algo
gradual en función de la persona y las circunstancias. ¿Qué nos dicen los mejores
sobre el compromiso y su papel en la consecución de resultados?
—Francisco Alcaide: El compromiso es la determinación con nuestras metas; y la
determinación implica absoluta incondicionalidad. El compromiso no admite
excusas, solo resultados. La palabra compromiso significa dos cosas: hacer lo que
haga falta el tiempo que haga falta. Y me detengo en la segunda parte de la frase:
«el tiempo que haga falta».
El principal pecado que se produce en los procesos de desarrollo personal es la
impaciencia. La gente se fija metas, se pone en marcha y al no ver resultados
inmediatos desiste. Las personas somos fans, o mejor dicho, somos hooligans del
cortoplacismo, y así no se puede lograr nada grande.
En esta vida nadie fracasa, sólo hay gente que abandona a mitad de
camino. Woody Allen lo expresaba así: «El 90% del éxito es insistir». Cuando las
cosas no marchan como deseamos es porque hay algo que no sabemos o no
estamos haciendo bien. Es cuestión de identificar las causas y poner los remedios
hasta dar con la tecla.
—Antonio José Masiá: A Henry Ford se le atribuye la frase «tanto si crees que
puedes como si crees que no, estás en lo cierto». ¿Cómo intervienen las
creencias en la consecución de resultados según los mejores?
—Francisco Alcaide: El ser humano es la expresión de sus creencias. Siempre
estamos manifestando aquello que creemos ser. Las creencias son ideas
incrustadas en nuestro inconsciente que damos por ciertas sin cuestionar y que
determinan nuestra forma de pensar y, por tanto, de actuar.
La mente ordena y el cuerpo hace. Creencias limitantes (pobres) dan lugar a
pensamientos pequeños (pobres) que se traducen en comportamientos pequeños
(pobres) generando resultados pequeños (pobres).

Y lo contrario también sucede en sentido inverso y positivo. Por eso, todo cambio
en nuestra vida pasa por un cambio en nuestras creencias. Todo cambio empieza
cuando mejoramos el concepto de nosotros mismos, porque la principal debilidad
humana es que nos infravaloramos.

La buena noticia es que las creencias no son innatas sino adquiridas del entorno,
y por tanto, las podemos modificar. Los límites no están en las personas, están en
los entornos que determinan nuestras creencias e influyen poderosamente en lo
que una persona finalmente consigue.

—Jerónimo Sánchez: Uno de los principales retos que plantea vivir en un mundo
global e hiperconectado es gestionar de forma efectiva la atención. Me refiero a
mantener el foco, «estar a lo que estás», que decían nuestras abuelas. ¿Hasta
qué punto es importante la gestión de la atención —según los mejores— para
alcanzar resultados?
—Francisco Alcaide: Para tener éxito hay que ser productivo; y para ser productivo
hay que tener foco. La energía va donde pones tu atención, y si tu atención se
dispersa, la energía también. La dispersión siempre es aliada de la mediocridad.
La diferencia entre un experto y un amateur es el foco. Cuando estás enfocado lo
difícil es no tener éxito. El éxito implica ser experto en algo, en acumular
conocimiento y experiencia en un campo determinado, y eso sólo es posible
concentrándose en algo de manera intensa.
La palabra concentrar significa «ser recogido en un centro», por tanto, cuando uno
está concentrado está dirigiendo todo el flujo de energía a ese punto (centro), con
lo que ello implica positivamente en nuestro rendimiento.

—Paz Garde: Hay mucha gente aparentemente muy preocupada por hacer muchas
cosas y que siempre va con prisas. Sin embargo, dan la impresión de tener poco
claro para qué y a dónde quieren llegar con ello. Según lo que podemos aprender
de los mejores, ¿cómo de importante es contar con metas claras y visualizar los
objetivos con regularidad de cara a nuestra efectividad?
—Francisco Alcaide: Anthony Robbins dice: «La falta de claridad, más que cualquier
otra cosa, es la principal causa de fracaso de la gente». La causa número uno por
la que una persona no consigue lo que quiere es que no sabe lo que quiere.
La claridad de metas es de vital importancia porque cuando uno sabe lo que
quiere puede concentrar todas las energías hacia ese objetivo. De otro modo uno
va dando palos de ciego de un lado a otro sin rumbo fijo quedando a la deriva.

Lo segundo es porque cuanto más claras están nuestras metas, más fácil
desarrollar una estrategia para pasar del punto A (dónde estoy) al punto B (dónde
quiero llegar a estar).

Todo logro empieza por tener un fin claro en mente, luego diseñar un plan de
acción, ponerse en marcha, no perder el foco y mantenernos comprometidos con
nuestras metas.

—David Sánchez: Nos hemos hecho expertos en inventar y encontrar excusas para
justificar y justificarnos por qué no hacemos lo que tenemos que hacer. ¿Qué
papel juega la responsabilidad individual en la consecución de resultados, según
los mejores?
—Francisco Alcaide: Si el éxito hubiese que resumirlo en una única palabra, esa
palabra sería autorresponsabilidad. La autorresponsabilidad es el único remedio
contra todos los males. Y autorresponsabilidad significa centrarse en el «qué voy a
hacer» y no en el «qué va pasar».
Las personas autorresponsables son personas fuertemente orientadas a las
soluciones; las personas no–autorresponsables son personas fuertemente
orientadas a las excusas.

Y el gran peligro de buscar excusas, es que si uno las busca siempre las
encuentra. No es difícil encontrar argumentos para justificar por qué nuestra vida
no es como nos gustaría que fuese: la crisis, el gobierno, los mercados
financieros, los amiguismos o cualquier otra cosa.

En la vida hay dos tipos de personas: los que creen que la vida es algo que
sucede y los que hacen que las cosas ocurran.
«La gente no consigue resultados porque prefiere hacer lo
cómodo a lo necesario.»
Jim Rohn
José Miguel Bolívar: En OPTIMA LAB defendemos que el verdadero sentido de
recuperar el control sobre nuestro día a día es poder pasar a ser proactivos, ya
que es en la proactividad donde se encuentra el mayor potencial de mejora de la
efectividad. ¿Hasta qué punto la proactividad juega un papel relevante en el
comportamiento de los mejores?
—Francisco Alcaide: Proactividad es autorresponsabilidad. Crecer y madurar es ser
cada día más responsable de uno mismo. Para tener éxito lo primero es hacerse
cargo de uno mismo: o gobiernas tu vida o te la gobiernan otros; o eres víctima o
eres protagonista; o eres actor o eres espectador.
Mucha gente dice: «He cerrado mi negocio a causa de la crisis», pero nadie dice:
«Me va bien el negocio a causa del crecimiento económico». Curiosa asimetría.
No te ahogas porque te caigas al agua, te ahogas porque no sabes nadar. Tú eres
el problema pero tú también eres la solución.

Tu desarrollo personal es tu destino, porque en quién te conviertes se refleja en lo


que obtienes. Si quieres que tu vida mejore, tú tienes que mejorar. Pon la
responsabilidad de tu vida sobre tus espaldas y las cosas empezarán a mejorar.

—David Sánchez: Dice Peter Drucker que la calidad ha pasado a jugar un papel


clave en la productividad de los profesionales del conocimiento. ¿Qué enseñanzas
podemos encontrar en los mejores sobre la importancia de un trabajo bien hecho?
—Francisco Alcaide: En el libro recojo las palabras de David J. Schwartz: «La
competencia nunca está en los niveles de excelencia; la competencia está en los
niveles de mediocridad».
Ser excelente es una diferenciación en sí misma porque poca gente está
dispuesta a sufrir el desgaste personal y emocional de ser excelente. Hay dos
principios que guían a los mejores: primero, tienes que verlo todo como una
oportunidad, si no, no lo hagas; y segundo, tienes que ser excelente en lo tuyo.

Hagas lo que hagas busca siempre cómo aportar valor, cómo hacer una diferencia
en la vida de los demás. El éxito consiste en tener vocación de servicio: cómo
hacer mejor o más fácil la vida de la gente. Y entonces el dinero llega como
resultado de ello.

En resumen: sé tan bueno en lo tuyo que los demás no puedan ignorarte.

—Paz Garde: También habla Drucker sobre la importancia de «hacer bien las cosas


correctas». ¿Qué nos dicen los mejores sobre el papel de las decisiones en la
consecución de resultados?
—Francisco Alcaide: Somos nuestras decisiones. Toda decisión, y no decidir
también es una decisión, genera consecuencias y crea nuestro destino. Y estamos
decidiendo a cada instante. Y la mejora manera de tomar decisiones oportunas es
teniendo claras nuestras prioridades. Cuando uno no tiene claras sus prioridades
todo parece urgente e importante.
Por el contrario, cuando uno tiene claras sus prioridades, de lo que se trata es
decir «sí» a aquello que nos acerca a nuestros objetivos y decir «no» a aquello
que nos aleja de los mismos. Cada vez que dices «sí» a algo sin importancia,
estás diciendo «no» a algo con importancia.

Jim Rohn apuntaba: «Si quieres tener el control de tu vida tienes que aprender a
decir no. No permitas que tu boca te llene de trabajo».
—Jerónimo Sánchez: En OPTIMA LAB afirmamos que la efectividad personal es un
«puzzle de hábitos». ¿Existen otras alternativas según los mejores? ¿Hasta qué
punto son imprescindibles los hábitos para alcanzar resultados?
—Francisco Alcaide: Nuestra vida es el resultado de nuestros hábitos. Y sólo hay de
dos tipos: buenos (virtudes) y malos (vicios). Los buenos hábitos nos convierten
en personas poderosas, porque controlamos nuestra vida, y los malos hábitos nos
convierten en personas débiles, porque la vida nos controla a nosotros.
Un hábito es un comportamiento interiorizado a base de repetirlo muchas veces. Y
para repetir un comportamiento muchas veces hay que ser disciplinado. Pero es
que además, los hábitos igual que se adquieren se pierden.

Por eso no sólo hay que ser disciplinados para construir hábitos sino también para
mantenerlos. El día que dejas de practicar un buen hábito te empiezas a instalar
en uno malo, porque empiezas a crear una tendencia (negativa) por pequeña que
sea.

Una frase peligrosa para nuestro desarrollo personal es: «Por un día no pasa
nada». Sí, sí pasa, aunque no seamos conscientes de ello de manera inmediata,
porque la fuerza de los hábitos se manifiesta con el paso del tiempo.

Warren Buffett lo expresaba así: «Las cadenas del hábito son demasiado ligeras
para notarse hasta que son demasiado pesadas para romperse».
«Creo que lo que separa a los emprendedores no exitosos de los
exitosos es la perseverancia.»
Steve Jobs
—Antonio José Masiá: Soy fan de Rafa Nadal y admiro su constancia, disciplina y
fuerza de voluntad. ¿Qué podemos aprender de los mejores sobre el papel que
juegan estos atributos en la consecución de resultados?
Francisco Alcaide: El éxito no es otra cosa que la aplicación diaria de la disciplina. Y
la disciplina es hacer lo que se tiene que hacer aunque no apetezca; la disciplina
es hacer lo que se tiene que hacer aplicando la regla de cero excusas. A menudo,
lo difícil no es saber lo que hay que hacer, lo difícil es hacerlo.
Y el mayor enemigo de la disciplina es la pereza, que siempre acecha, porque el
ser humano tiene una tendencia natural a escoger la alternativa más fácil. Jim
Rohn, al que citábamos antes, lo tenía claro: «La gente no consigue resultados
porque prefiere hacer lo cómodo a lo necesario».
—Jesús Serrano: Vivimos en una sociedad muy cortoplacista y enfocada en las
recompensas inmediatas. Sabemos, sin embargo, que el valor suele estar
realmente en el largo plazo. ¿Qué nos dicen los mejores sobre el valor de la
perseverancia y la resiliencia a la hora de alcanzar esos resultados a largo plazo?
—Francisco Alcaide: Cuando uno se fija metas, más si son ambiciosas, el camino
está plagado de obstáculos: hay errores, fracasos, dudas, momentos de bajón
emocional, deslealtades, injusticias o bloqueos, que invitan a abandonar y tirar la
toalla.
Por eso, la resiliencia, la capacidad para estirar la frontera de dolor y ser
mentalmente fuertes, es fundamental. Todas las personas que han llegado lejos
han tenido que demostrar una gran resistencia emocional para gestionar la
adversidad cuando las cosas se han puesto feas.

El escritor Robert Frost decía: «Todo lo que he aprendido en mi vida se resume en


dos palabras: sigue adelante». El trabajo más duro siempre es no rendirse. Steve
Jobs afirmaba algo parecido: «Creo que lo que separa a los emprendedores no
exitosos de los exitosos es la perseverancia». Quien resiste, vence.
—José Miguel Bolívar: Para terminar, Francisco, siempre he creído que hay que
fijarse en lo que la gente hace, más que en lo que la gente dice. ¿Qué papel juega
la coherencia entre palabra y obra en la consecución de resultados según los
mejores?
—Francisco Alcaide: Muchas veces me preguntan: ¿Quiénes son los mejores? La
respuesta es sencilla: los mejores son aquellas personas que han llegado donde
nosotros también queremos llegar.
Un experto no es el que habla de algo, aunque lo haga de manera elocuente, sino
aquel que ha conseguido resultados que nosotros también queremos conseguir.
Alguien es experto o no en algo en función del siguiente principio: si lo vives, lo
sabes; si no lo vives, has oído hablar de ello, has leído sobre ello, hablas de ello…
pero no lo sabes.

Tu credibilidad depende de sus resultados. No hace falta hablar, los resultados


hablan por sí solos. La mejor manera de decir es hacer.

Muchas gracias, Francisco, por esta fantástica entrevista. Un fuerte abrazo en


nombre de todas las personas que formamos OPTIMA LAB.

Ejercicio

Compromiso, es fundamental para lograr lo que deseamos sin importat el tiempo


que nos tome.

Creer en ti, ser responsables de nosotros mismos, evitar el cortoplacismo

MÓDULO 3. PRODUCTIVIDAD
Ejercicio práctico 1
LECTURA Y REFLEXIÓN: Orientación al logro
10 rasgos que definen a las personas que consiguen resultados
(…) Existe un error habitual y es pensar que las personas que consiguen resultados,
digamos “excepcionales”, que a muchas personas les gustaría lograr, son gente “especial”,
dotada de talentos innatos o que la naturaleza les ha señalado como los elegidos. No es así.
Son gente como cualquiera, pero que sí aglutinan una serie de características, que lo más
importante es que están al alcance de todos.
¿Cuáles son esas características?
1. Son personas que tienen claro lo que quieren.
La principal causa por la que la gente no consigue lo que quiere es que no sabe lo que
quiere. Muchas personas funcionan por inercia, dejándose llevar, en piloto automático; y
como decía Séneca: “No hay buen viento para quien no sabe adónde va”. Cuanto más
concretas, detalladas y específicas son nuestras metas, más fáciles de conseguir, porque
entonces se pueden alinear todos los recursos, concentrar todas las energías y diseñar todas
la acciones hacia ese fin. De otro modo, cuando las metas son difusas, uno anda pegando
tiros por aquí y allá y las fuerzas andan demasiado dispersas.
2. Son personas de Acción.
Si decides hacer algo y no actúas en realidad no has decidido nada. La acción es la
verdadera medida de la inteligencia. Son personas que no esperan a que se den las
circunstancias perfectas, a contar con todos los medios a su alcance, o a ver todo el camino
por delante. Son personas que se ponen en movimiento y sobre la marcha van descubriendo
las soluciones. Cuando uno se pone a caminar está provocando que ocurran cosas. Lo peor
es el inmovilismo, quedarse quieto, parado a que venga la inspiración divina o aparezcan
las circunstancias idóneas. Nunca ocurre y encima el tiempo pasa. Y el tiempo es la
variable más importante con la que contamos las personas, porque el tiempo es el que es y
se agota; no se puede recuperar, reciclar y nada. Cada hora que pasa y no se aprovecha, se
pierde. Por eso Karen Lamb decía: “Dentro de un año te arrepentirás de no haber empezado
hoy”. El secreto de avanzar es siempre comenzar.
3. Son personas disciplinadas.
La disciplina es hacer lo que se tiene que hacer aunque no apetezca. Lo difícil no es saber
lo que hay que hacer, es hacerlo. Si uno quiere adelgazar se va a un especialista en
nutrición, le dice la dieta que tiene que seguir, pero luego la gente se la salta. Si uno quiere
tener un cuerpo diez, se va a un especialista en preparación física, y le dice los ejercicios a
realizar, pero luego la gente deja de ir al gimnasio. La pereza es el mayor enemigo de la
disciplina. Mucha gente no consigue resultados, porque prefiere hacer lo cómodo a lo
necesario. Lo decía Víctor Hugo: “A nadie le faltan fuerzas, lo que a muchos les falta es
voluntad”. Para conseguir resultados extraordinarios no hay que hacer cosas
extraordinarias, pero sí ciertas cosas repetidas a lo largo del tiempo.
4. Son personas que no pierden el Foco.
Son personas que han decidido dedicarse intensamente a algo. La dispersión es uno de los
grandes enemigos en la consecución de objetivos. Steve Jobs decía en una ocasión:
"Cuando te dedicas a construir algo tan grande como Apple tienes que dejar de vivir otras
vidas que podrías estar viviendo". Vivir es elegir y elegir es descartar. Son gente que sabe
decir no a muchas cosas, y no se centran en lo que pierden con las alternativas descartadas,
sino que se centran en lo que ganan con la elegida.
5. Son personas que tienen Paciencia.
Casi todo lo bueno de la vida se cuece a fuego lento. Tarda tiempo en llegar. No se siembra
hoy y se recoge mañana. Para mí la Paciencia es, quizás, la virtud más difícil de encontrar
en el Desarrollo Personal, porque hablar de Paciencia es hablar de futuro; y el futuro no nos
lo puede garantizar nadie. Por eso hablar de Paciencia es hablar de FE, y qué significa FE,
confiar en lo que no se ve; que si uno trabaja y tiene capacidad de esperar, los resultados
llegan, pero nadie nos lo puede garantizar. El problema de la mayoría de la gente es que al
no ver resultados, desiste. No existen metas no realistas, sólo tiempos no realistas. Todo es
posible si uno se da el tiempo suficiente. El problema es que las personas no buscamos
“soluciones” sino “milagros”: sea bilingüe en diez días, aprenda a negociar con nuestro
curso on-line o sea líder con nuestro programa de fin de semana… Y no funciona así la
cosa.
6. Son personas que ponen la responsabilidad en ellos mismos.
La autorresponsabilidad es el primer requisito del autoliderazgo. Son gente que no espera a
que nadie les resuelva la vida, porque saben que si se hace, puede pasar el tiempo y seguir
igual. No se centran en el qué va a pasar, sino que ponen el foco en el qué voy a hacer. Sí,
es cierto, hay injusticias, trabas burocráticas y muchos obstáculos… pero no dedican un
minuto a quejarse y lamentarse, sino que ponen su atención en cómo bordearlos. Quejarse
puede hacernos sentir mejor, pero no soluciona nada.
7. Son personas que tienen una fuerte Determinación.
Y Determinación significa decidir por adelantado que pase lo que pase uno va a seguir
adelante. A pesar de los obstáculos, de las injusticias, de las críticas, de los fracasos… no se
para. Will Smith, el actor de Hollywood, para explicar lo que era su compromiso y
determinación con el trabajo, ponía el siguiente ejemplo: "Aquí hay dos máquinas de correr
de gimnasio, yo me voy a subir en una y tú en otra, y sólo pueden ocurrir dos cosas: o tú te
bajas antes o yo muero en la cinta". Eso es Determinación, algo por lo que uno está
dispuesto a apostarlo todo. En la vida no hay que preguntar a la gente qué quiere conseguir,
sino qué está dispuesta a perder, porque eso indica el grado de compromiso que tiene con la
causa, con sus metas.
8. Son personas mentalmente sana.
Son gente que tiene diálogos internos constructivos. No se flagelan. El mayor enemigo: los
pensamientos negativos, esos monstruos mentales que nos torturan, nos sabotean, nos
arrinconan y nos hacen sentir pequeños: no soy bueno, no soy capaz, no me lo merezco, no
va a salir bien… La mente es el arma más poderosa con la que contamos las personas, pero
la mente o la controlas tú a ella o te controla ella a ti. Cambiar la forma de pensar, cambia
la forma de actuar.
9. Son personas que se mueven en entornos adecuados.
Hay entornos tóxicos y entornos estimulantes; entornos que sacan lo mejor de uno y
entornos que reprimen el potencial que hay dentro de cada persona; entornos con gente que
te carga de energía y entornos con gente que te chupa energía; entornos que potencian la
confianza y entornos que alimentan el miedo. Los límites no están en las personas, están en
los entornos. ¿Y qué son entornos? La tierra en la que se cultiva: si la semilla es buena,
pero el terreno no es fértil, no saldrá nada. Por el contrario, si a una persona se la pone en
buena tierra y se la riega, crece sin parar; porque estamos hechos para eso: para crecer,
mejorar, evolucionar.
10. Son personas que tienen una actitud de mejora continua.
Nuestra vida es un reflejo de nuestro desarrollo personal, por eso no hay mejor inversión
que la que se hace en uno mismo. La gente que no se desarrolla se deprecia porque se
desprecia. Son gente que siempre piensan cómo mejorar; no dejan de leer, estudiar, acudir a
conferencias y seminarios, relacionarse con gente. Y en este tema del desarrollo personal
hay una cuestión que conviene destacar. Hay gente que dice: “Es que yo soy así”. Tú
siempre puedes cambiar y tú siempre puedes mejorar, porque tú siempre puedes aprender.
El activo económico más valioso que tiene una persona es su capacidad de aprender.
Dentro de cada persona hay un gran poder interior, y la cuestión es si ese poder está
activado o no. La gente que consigue resultados es gente que ha activado, consciente o
inconscientemente, ese poder. La principal debilidad humana es que nos infravaloramos,
que creemos que no somos lo suficientemente buenos. A menudo vamos por la vida con el
freno de mano echado. Nuestra vida es un reflejo de nuestra autoestima, que no es otra cosa
que la reputación que tenemos de nosotros mismos; si esa reputación no es elevada, es
difícil que ocurran cosas grandes. Por ello lo primero y más importante que hay que
aprender es aprender a creer en uno mismo. Cada persona es mucho más que lo que ella
piensa de sí misma. Cuando conseguimos liberarnos de todas creencias, límites y miedos
que nos atan, a partir de ahí cualquier meta está a nuestro alcance. Y ojo, que diga que
cualquier meta esté a nuestro alcance no quiere decir que sea fácil. Como hemos visto: hay
que tener claro lo que se quiere, pasar a la acción, ser disciplinado, no perder el foco, tener
paciencia, poner la responsabilidad en uno mismo, tener una fuerte determinación por lo
que queremos, cultivar hábitos mentales sanos, moverse en los entornos adecuados y
finalmente tener una actitud de mejora continua (…)
 
Fuente del texto: Blog de Francisco Alcaide
PREGUNTAS:
 ¿Qué relación tiene lo incluido en este texto de Francisco Alcaide con lo trabajado en
este módulo 3?
 ¿Qué 3 rasgos de los presentados crees que tienes más desarrollados?
 ¿Qué otros rasgos te gustaría desarrollar?
 ¿Qué puedes hacer para conseguirlo? Intenta definir al menos un objetivo (en términos
SMART) y un plan de acción para alcanzarlo.

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