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2- 6 años
P
PASO
PEDAGOGÍA
a
ASO
El lenguaje,
la escritura
y la lectura
Vanessa Toinet • Sylvia Dorance
escuela viva
2- 6 años
P
PASO
PEDAGOGÍA
La venta o incluso la difusión gratuita de este libro solo pueden ser
autorizadas por Sylvia DORANCE, Ecole Vivante y Escuela Viva.
Está prohibida su modificación y su reproducción, ya sea parcial.
a
Si ha obtenido este libro por otro medio que no sea las web
escuela-viva.net o ecole-vivante.com, tiene usted una copia ilegal.
Gracias por respetar nuestro trabajo.
Lo hacemos con esmero porque respetamos a nuestros lectores.
ASO
El lenguaje,
N° ISBN: 978-2-36638-053-8 la escritura
© Sylvia Dorance - Ecole Vivante
y la lectura
Diseño de portada: Corinne Leveuf
Traducción: Teresa Camprodon Vanessa Toinet • Sylvia Dorance
escuela viva
dar con soltura el lenguaje escrito. Estas actividades buscan preparar al pueda parecer. Le recomendamos que preste atención al tiempo que
niño para la autonomía y la creatividad en la escritura, y también para pasa delante de las pantallas, pues tiende a invadir el tiempo de los in-
la fluidez y la comprensión lectora. tercambios con el niño. Estos momentos de interactividad son funda-
mentales para el niño, pero también son, para nosotros los adultos,
momentos agradables, formadores y… únicos.
1. Nota de la t. Es nuestra intención respetar la perspectiva de género, pero en aras de
la economía del relato, a partir de ahora adoptamos la fórmula masculina para en-
globar tanto el femenino como el masculino.
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12 13
La presentación
Empiece por presentar al niño los temas familiares (transportes, objetos
de la casa…) e invítelo a elegir una categoría. El niño trabaja encima de
una alfombra, saca todas las tarjetas y aísla del grupo aquella que le in-
teresa. Las alinea en lo alto de la alfombra. Observe cada tarjeta con el
niño y pídale que la nombre. No se contente con una simple designa-
ción. Por el contrario, suscite cada vez una pequeña conversación ha-
ciendo preguntas al niño y mostrándole los detalles. No insista
demasiado tiempo, déjese guiar por el interés del niño. Aparte en una
pila las tarjetas sobre las que el niño no tenga ningún problema de vo-
cabulario (nombre conocido). Presente las tarjetas desconocidas según
la lección en tres tiempos.
Cuando haya hecho todas las lecciones en tres tiempos, presente de
nuevo todas las tarjetas al niño para verificar que puede identificar todas
las ilustraciones y que conoce todos los nombres. Enseñe al niño a guar-
dar el material con la imagen del grupo encima de la pila temática.
© Ecole Vivante Sylvia Dorance
Otras actividades
No faltarán ocasiones para enriquecer el vocabulario. Podemos citar el
vocabulario de la cortesía, que se abordará a través de juegos de rol
(responder al teléfono, disculparse, saludar…), pero también otros as-
pectos de la cultura, como la música (por ejemplo, con el canto: voz
grave, triste, tenue, fuerte, viva, lenta, débil…), la pintura, el cine y demás.
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con la información oída en la radio, vista en la televisión o en internet. termine por precipitarse.
Aunque sean pequeños, los niños se plantean preguntas y tienen una in- Un ejemplo: El niño está comiendo pan con mantequilla. Plantéele una
terpretación muy personal de los acontecimientos que se producen a su «adivinanza»: «La mantequilla está hecha con una cosa que está encima
alrededor. Al hacerlos hablar, no solo se desarrolla su capacidad de ex- de la mesa. ¿Sabes con qué?». Si la respuesta «la leche» no llega, juegue
presarse, ¡también le depararán sorpresas llenas de humor! a «caliente», «ardiendo», «te quemas», «frío», para ayudarlo. Sigue: «Y
¿sabes qué animal da la leche?», etc.
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Las conversaciones
Las conversaciones deben constituir un verdadero diálogo, un inter- La introducción a la escritura
cambio entre dos personas.
Escuche al niño cuando hable. El niño le escucha cuando usted habla.
Esté disponible. La entrada en la forma escrita
Póngase físicamente a su nivel, agáchese delante de él o siéntese a la
misma mesa o en un sillón; el niño tiene que poder ver su boca para la En la pedagogía Montessori, la introducción a la forma escrita no se
enunciación y la pronunciación. hace mediante un manual, sino ofreciendo al niño ocasiones múltiples
Utilice un discurso normal y un vocabulario apropiado. Y, sobre todo, y concretas para explorar la lengua escrita, equipándolo para una
no hable de manera pueril. conquista de la lectura.
El niño se prepara poco a poco para mantener una conversación. El lenguaje escrito es otra forma del lenguaje que el niño ya conoce. Es
Se irá sintiendo cada vez más cómodo en su expresión. La calidad de sus una forma simbólica que utiliza signos gráficos. Lo que el niño debe com-
respuestas determinará el progreso del niño. prender es el «principio alfabético», es decir, el hecho de que estos sig-
nos, aislados o agrupados, representan en la escritura los sonidos de la
lengua oral. Atención: esto no tiene nada que ver con el orden alfabético,
que no nos interesa en absoluto, por el momento. La entrada en el len-
guaje escrito exige la capacidad de relacionar los símbolos con los soni-
© Ecole Vivante Sylvia Dorance
dos que hay que transcribir, pero todo ello en un orden concreto para
que, puestos uno al lado de otro, dichos símbolos tengan un sentido.
La pedagogía Montessori ofrece al niño las claves para la escritura y la
lectura en forma de numerosas actividades que permiten preparar de
manera separada las aptitudes indispensables para dominar la escri-
tura. El niño explorará durante estas actividades aquello que necesita
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Para ayudar al niño, elija primero series de palabras en las que solo cam-
Irene». Luego encadene con el nombre partes del cuerpo. Señale una bie el primer y el último sonido y el del medio sea siempre el mismo:
parte del cuerpo y pregunte: «–¿Cómo se llama esta parte del cuerpo? pan, par, paz; tres, tren; col, gol, sol; y aumente progresivamente la difi-
–Nariz. –Sí, es tu NNNNariz». – Insista en el primer sonido. «¿Cómo se cultad con sonidos diferentes.
llama eso que tienes en la cabeza? –Pelo. –PPPPelo. ¡Qué sonido tan di-
vertido!». Y así sucesivamente.
En otra sesión, aborde por ejemplo el nombre de las prendas de vestir,
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Pero no pase todas las letras de manera sistemática; de entrada, las ol-
vidará casi de inmediato y, además, esto no hará más que complicar su Tiempo 1
aprendizaje. Se acostumbrará de manera progresiva y con bastante fa- Es el tiempo de la asociación del nombre con el objeto. En el caso de las
cilidad a las diferentes formas de una misma letra, sin que sea necesa- letras rugosas, corresponde a la presentación de las letras, por grupos
rio realizar un aprendizaje específico. El niño relacionará la nueva letra de tres, una después de la otra. Elija siempre tres letras contrastadas por
con la letra que conoce. su forma y su sonido, por ejemplo «m» (pronuncie el sonido de la letra,
no su nombre: MMMM, en lugar de EME, intentando pronunciar
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a e i o u
la segunda y a la tercera letra.
Tiempo 2
El segundo tiempo es el del reconocimiento. Se trata de un auténtico
b d f g h j k l
desafío intelectual para el niño. Es el tiempo más largo, y debe continuar
hasta que la asociación se haya establecido de manera sólida.
Ponga las tres letras delante del niño. Se trata siempre de las mismas tres
letras, en el orden de la primera presentación y luego en desorden. Pídale
al niño que reconozca las letras: «Enséñame la… MMMM», «enséñame
la… KKKK», «enséñame la… PPPP». Invite al niño a trazar cada vez la letra
cuando pronuncie el sonido. Cuando el niño no tenga ningún problema
en dibujar, es decir, en seguir con la punta de los dedos y pronunciar el
p q t y z
c m n n~ r s v w
sonido de las tres letras correctamente, pase al tiempo 3.
Tiempo 3
© Ecole Vivante Sylvia Dorance
Siempre con las tres mismas letras, ahora pondrá a prueba el conoci-
miento del niño planteándole una pregunta abierta. «¿Cuál es el sonido
x
de esta letra?». En esta etapa el niño no corre el riesgo de equivocarse,
pues en el segundo tiempo ha consolidado su conocimiento de la letra. Dimensiones aproximadas
Felicítele y anímele. La tarjeta de la a: 15 x 15 cm
No queme etapas y si, algún tiempo después, el niño duda en alguna La tarjeta de la y: 15 x 20 cm
de las letras, vuelva a incorporarla en el siguiente grupo de tres letras La tarjeta de la f: 25 x 15 cm
30 31
ll
acompaña de
tará en el niño ganas de descubrir todas las letras ch ch y no che ninguna vocal.
más comunes, sin cansarse y en apenas unas se- d d y no de Se repiten las
manas a través de las lecciones en 3 tiempos. e e consonantes
Un último consejo: para los niños prematuros, f f y no efe que no se
pueden hacer
gu
sustituya las letras rugosas por las letras de fieltro g + a, o, u gg
durar mucho,
o terciopelo, suaves al tacto y más agradables para gu + e, i gg
como la b, la d,
unos niños que, con frecuencia, pueden manifes- g + e, i j y no jota
etc.
tar cierta irritabilidad al tacto según el grado de h Silencio/el dedo delante de la boca Para otras
estímulo y su educación de los sentidos. i i consonantes
j j y no jota (f, s, v…) se
Juegos con las letras rugosas k k y no ka prolonga
ch l l y no ele el sonido.
Juego 1
Trace una letra en la espalda del niño. Pregúntele ll ll y no elle (y en zonas de yeísmo)
cómo suena la letra. m m y no eme
Juego 2 n n y no ene
qu
Trace el símbolo en el aire para que el niño lo vea, ñ ñ y no eñe
no se ponga frente a él sino al lado. Pregúntele el o o
p p y no pe
sonido de la letra.
q, qu + e, i k y no ku
Juego 3
r r y no erre
Invite al niño a trazar la letra en una bandeja llena
rr r y no erre
de sémola o de arena. Enséñele cómo mover con cui-
s s y no ese (z en zonas de ceceo)
© Ecole Vivante Sylvia Dorance
rr
dado la bandeja para que desaparezcan las letras.
t t y no te
Invite al niño a trazar otra letra. Es un material eficaz
u u
y económico. Deje la bandeja a disposición del niño.
v b y no uve
Le provocará unas ganas irresistibles de hundir los
w u(a) y no uve doble
dedos en la sémola y dejar rastros de escritura. x s y no equis
x + consonante ks, gs o s y no equis
Página siguiente : La primera pronunciación de las letras -x- ks o gs (j en México, Oaxaca...)
y i y no i griega o ye
32 z z y no zeta (s en zonas de seseo)
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abcdefghijklmn j k l m n n~ o p q
n~ o p q r s t u v w x y z r s t u v w x y z
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el conjunto de las letras para saber cuáles son las que él conoce. Saque le faltan sonidos. Por ejemplo, si elige «diccionario» y escribe «dikcio-
las letras y aleje la caja. nario», por el momento es formidable. Si escribe «dkcionario», ha olvi-
Presente oralmente una palabra que le resulte familiar al niño y cuyas dado el sonido I después del sonido DDD, y debe hacer que lo recupere,
letras se encuentren entre las que él conoce. Se aconseja tener una lista pero sin dejar de felicitarle por el resto de la palabra. Para la ortografía,
de palabras interesantes para sugerir al niño y que se escriban tal como véase también el comentario de la p. 40. Más tarde, anime al niño
se pronuncian. Tomaremos aquí el ejemplo de la palabra «mar». Anun- a componer una expresión con dos palabras, y poco a poco, frases,
cie al niño que van a fabricar la palabra juntos con las letras móviles. una historia…
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Actividad 3
Trabajar con todas las formas coloreando el interior: Actividad 6, 7 y 8
– la mitad apretando fuerte el lápiz, la otra apretando flojo; Trazar una forma en dos posiciones diferentes, utilizando lápices de co-
– progresivamente cada vez más flojito de izquierda a derecha. lores distintos. Véase el dibujo inferior de la izquierda.
El niño aprende a dominar la presión del lápiz y la fuerza de su trazo. Trazar tres formas contrastadas con tres lápices de colores diferentes.
Luego colorear cada forma del color de su contorno. Véase el dibujo in-
ferior central.
Trazar una forma en tres posiciones diferentes utilizando tres lápices
de colores distintos. Colorear cada forma del color de su contorno.
Véase el dibujo inferior de la derecha.
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Actividad 4
Trabajar con todas las formas coloreando el interior con trazos verti-
cales. El niño aprende a dominar los puntos de partida y de llegada de
su trazo. Véanse los dos dibujos inferiores de la izquierda.
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La utilización posterior
Actividad 1
Reagrupe todas las etiquetas. Lea una etiqueta con el niño. Deberá en-
contrar el objeto correspondiente. Continúe con todas las etiquetas. En
esta etapa el niño movilizará sus recursos para «adivinar» la palabra
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La utilización
Enséñele al niño los libros pequeños. Elija la historia más fácil de leer y
acompañe al niño en su lectura.
Al terminar, felicítele: «¡Ahora has leído todo un libro!»
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Etapa 1 Por supuesto, puede ayudar al niño si es necesario: guíele hacia la res-
Seleccione dos bolsas con sonidos bien contrastados (por ejemplo, el puesta sin darle la solución explícita. Ejemplo: «Es la misma “LL” que en
sonido «ll» y el sonido «c»). Para esta actividad, no necesita los mini li- “llama”». Aproveche para hacerle descubrir y utilizar las palabras: «igual
bros, que se quedan en la bolsa. Saque las tarjetas y mézclelas. Coloque que, no es igual que, como…».
las dos bolsas en la parte superior de la alfombra, con el sonido de re- No olvide enseñar al niño los mini libros como control del error. Puede
ferencia visible. Invite al niño a leer las tarjetas y a clasificarlas según el entonces modificar lo que ha hecho para que sea correcto.
sonido correspondiente. Dos niños pueden trabajar juntos: uno dicta y el otro debe formar las
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La utilización
Para presentar el diccionario al niño elija en el índice un grafema que el
niño ya haya descubierto gracias a las letras rugosas verdes, y abra el
diccionario en la página correcta. Lea el sonido de referencia. Elija un
nuevo grafema, siempre de los que el niño ya conoce. Proceda de la
misma manera. Finalmente elija un grafema que el niño no conozca a
priori y vuelva a empezar la operación. El niño debe comprender la aso-
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p l at ano
desarrollo. Su finalidad no es hacer más práctico o cómodo el trabajo
del adulto (siempre consciente del aspecto de evaluación de la progre-
sión y de su control), sino servir al desarrollo del niño.
lidad, pueden poner en un aprieto al niño e incluso frustrarlo. Tome- Dictado 11: olla, silla, llama, pollo, medalla
mos por ejemplo todas las palabras de la primera serie. Dictado 30: prado, tren, trineo, negro, grillo
– Al ver la imagen de «lío» el niño puede confundirlo con «hilo» o «bor- Dictado 40: pájaro, plátano, árboles, lápices, teléfono
rón», por ejemplo.
– Asimismo, ciertos conceptos son difíciles de ilustrar, como «lío» o
«Lola».
– Tal vez un niño de esta edad desconozca alguna palabra.
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El material
Los dictados mudos se componen de diversas series de pequeñas imá-
genes que sirven de soporte a la construcción de palabras con la ayuda
de las letras móviles. Las imágenes se ordenan y se presentan en función
de la dificultad creciente del vocabulario y por series que corresponden
a menudo a un sonido concreto (Véanse ejemplos de las series en la
p. 63). Hay 9 imágenes por serie y 66 series en total.
Se utilizan preferentemente las letras móviles en las que las vocales son
azules y las consonantes rosas o rojas, según el fabricante.
La presentación
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El material
Se compone de imágenes y de palabras o de textos clasificados en so- Los tenta´ culos Los tent´aculos
bres y estructurados de la manera siguiente:
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reptando y contrayendo su
cuerpo. No sabe caminar • Tarjetas de nomenclatura 4 (p.70): el texto de las tarjetas 2 está re-
hacia atr´as. Al avanzar, cortado como un puzle, de manera que el niño puede recomponerlo. De
deja un rastro de baba que este modo, está obligado no solo a descifrar el texto sino también a
le permite deslizarse mejor
sobre el suelo o sobre las hojas. comprenderlo. Atención: hay que recortar las frases de manera inteli-
gente para que los elementos tengan sentido para el niño.
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de lectura aporta al niño numerosas informaciones. La elección de las resto de las tarjetas.
tarjetas debe estar vinculada a los intereses y experiencias del niño. Por Enseñe al niño a comprobar su trabajo con el librito de definiciones. A
eso puede hacerlo bajo demanda y en función de los descubrimientos partir de ahora, el niño puede trabajar solo con este material. Incluso
y las ocasiones. Ciertos niños se interesan por los animales, otros por las podrá trabajar con dos o tres parejas imagen/elemento de texto a la
máquinas, etc. vez, pues estará acostumbrado.
Lea al niño todas y cada una de las tarjetas de texto (o de definiciones)
y comente las informaciones. Invítele a colocar solo las imágenes sobre
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abcdefghij
páginas de escritura, sino que se plantea un importante trabajo prepa-
ratorio previo que ayuda al niño. El trabajo con las letras rugosas es un
~
ejemplo.
En nuestro idioma, el verbo «escribir» implica diversas habilidades: tra-
klmnnopq
zar, escribir, componer palabras, transcribir… El trabajo montessoriano
tiene en cuenta todas estas actividades.
rstuvwxyz
de izquierda a derecha, a la coordinación entre la vista y los movimien-
tos de la mano, a la planificación de su trabajo. Las actividades de la
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GHIJKL
pautadas. El niño debe poder transportarlas.
~
Esta actividad se hace en paralelo a la clasificación de símbolos (la cla-
sificación de las letras).
El material
Se compone de diversas pizarras grandes, de aproximadamente 30
x 50 cm. Son fáciles de fabricar con una pintura especial de acabado de
MNNOP
pizarra (tal vez necesite varias capas) y típex para trazar las pautas. Uti-
lice cintas de celo para delimitar las zonas que ha de pintar, con el fin
de que le queden líneas impecables y evite borrones. Coloque adecua-
damente las cintas de celo para pintar las líneas bien rectas y paralelas
entre sí. Tenga en cuenta el tiempo de secado entre capa y capa.
QRSTU
En internet, suelen aparecer dos pizarras Montessori, pero en realidad
hay cuatro:
• La pizarra sin pautar.
• La pizarra de cuadrícula grande.
• La pizarra con líneas dobles (la distancia entre las líneas debe coinci-
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ah
pone en la mesa. Preséntele la pizarra sin pautar. La lleva hasta la mesa,
con la tiza, la esponja y el paño. Dígale: «Voy a esconder las manos de-
trás de la espalda y cuando te enseñe los dedos, quiero que traces esta
letra tantas veces como dedos saque». (Enséñele tres dedos, por ejem-
plo). El niño traza la letra (tres veces) y pronuncia el sonido. Las traza
primero en el aire y luego las escribe en la pizarra. Pregúntele entonces
cuál de las tres se parece más a la letra rugosa. De este modo, le anima
Las actividades
h Actividad 1
El niño trabaja de modo autónomo con las letras de su elección.
Actividad 2
Cuando el niño se sienta a gusto con la reproducción de las letras, pre-
a p luar su trabajo comparando la letra rugosa con las que ha escrito. Puede
trazar un círculo sobre las que prefiere. El control del error reside en la
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mente ligadas.
Asimismo, necesitará 2 alfombras: una lisa y otra con una línea.
Utilizará también las pizarras.
El primer trabajo
Proponga al niño una actividad nueva con las letras rugosas. El niño
llevará el material hasta la mesa.
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Actividad 1
El niño sigue las letras con la punta de los dedos y las clasifica. Elige un
grupo. Propóngale escribir las letras de este grupo en la pizarra. Elija
una pizarra que ya conozca. Empiece esta actividad cuando el niño
haya trabajado ya en la pizarra cuadriculada.
Anime a que lo repita. Luego invite al niño a elegir otro grupo.
82 83
al
Presente al niño cuatro grupos de letras definidos
según la manera en que se ponen sobre las líneas (es- Muéstrele un alfabeto completo escrito sobre un papel. Propóngale co-
critura cursiva). Distinguirá: locar las letras móviles en orden, mirando y después sin mirar el alfa-
beto. Cuando termine, lea el alfabeto con él. Después de cada sesión, el
– las letras que suben: b d h k l t niño guarda el material empezando por la «a».
En el enfoque Montessori, el nombre de las letras y su orden alfabético
g j p q y z
ab p
– las letras que bajan: no intervienen hasta que el niño ya está versado en el descifrado y la es-
critura de las letras.
– la letra que sube y baja: f
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La presentación
Etapa 1 La utilización para la etapa 3
Presente las tarjetas mayúsculas (serie A) al niño. Invítelo a llevarlas a la
mesa. Saque una letra minúscula y luego saque su forma mayúscula.
ella abre la puerta E ella abre la puerta .
Pida al niño que pronuncie el sonido de la letra y su nombre.
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porcionar una ayuda al niño para la lectura. En esta etapa, sabe desci-
frar, ahora deberá hacer una lectura más fina para decodificar y
comprender realmente el escrito. Cuando lea un artículo, habrá asimi-
lado por adelantado de manera viva su concepto y su función: no ten-
drá lagunas relacionadas con esta palabra corta, pero rica en
información.
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decir: «Utilizamos “un” cuando aquello que vemos está rodeado de dos
o más objetos parecidos y “el” cuando el objeto está solo».
goma coche Reagrupe a continuación todas las etiquetas en el centro de la mesa y
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el nombre están en etiquetas distintas, como ocurría en la actividad 2. (véase el dibujo p. 97). Quizás se podría criticar la utilidad de este mate-
rial con el argumento de que sobrecargará o complicará el trabajo al niño
Actividad 5 en lugar de simplificarlo. Pues es todo lo contrario, ya que constituye un
El niño escribe según las etiquetas preparadas o según sus propias soporte visual mnemotécnico y una herramienta de reflexión para el niño
creaciones. con el propósito de incitarle a plantearse las preguntas correctas sobre las
relaciones entre las palabras y, por tanto, ¡su significado! El objetivo no
es el de la gramática por la gramática, sino el de ayudar a interpretar
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96 97
Deberá contentarse con colocar los símbolos. coge un nombre, elije un adjetivo y después un artículo adecuado. Debe
Pregúntele al niño si hay un caballo o varios caballos. El niño respon- entonces buscar el animal que corresponda a las informaciones que
derá: «uno». dan las etiquetas. Invítele a colocar los símbolos gramaticales encima de
El niño le mostrará el artículo «un». Saque el símbolo del artículo y co- cada una de las palabras.
lóquelo encima de la palabra. Véase el dibujo aquí al lado.
98 99
parse de momento por la asociación entre las dos tarjetas. Invite al niño colocar los símbolos gramaticales. Pro-
a leer las asociaciones y descubra con él cuáles son correctas (por ejem- siga de esta manera para todas las car-
plo: «un camión verde») y cuáles no («un niño verde»). tulinas negras. El niño también puede
escribir por su cuenta las asociaciones
Este juego favorece en el niño una toma de conciencia del poder del
adjetivo al trabajar en ciertas oposiciones. Podrá observar la creatividad que quiera. el general gordo
del niño, que inventará situaciones divertidas o hará asociaciones aparen-
temente imposibles. Esta actividad también puede afinar el sentido del
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El material
63 triángulos diferentes: isósceles escaleno
• tamaños: pequeño, mediano, grande obtusángulo obtusángulo
• colores: amarillo, azul, rojo
• clases: isósceles (2 lados iguales), equilátero (3 lados iguales), escaleno
(3 lados distintos)
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Junto con el niño, saque todos los triángulos de la caja. En una tira de
papel escriba: «un triángulo». Pídale al niño que la lea y que le dé lo que
ha escrito. Elegirá cualquier triángulo, no importa cuál. Dígale que ha
un tria´ ngulo
elegido un triángulo y que tiene razón, pues es lo que está escrito, pero
añada que a usted se le ha olvidado una información, dado que ese no 1
es exactamente el triángulo en el que está pensando. En una nueva tira
de papel escriba una información complementaria, que no corresponda
al triángulo elegido por el niño. Por ejemplo: «pequeño», si el niño ha
elegido uno grande. Coloque la etiqueta delante de «un triángulo». Ten-
pequen~ o tri´angulo
drá: «pequeño» «un triángulo». Lea y hágale observar que no es como
el que han dicho. Luego corte «un», desplace las etiquetas y pídale al 2 un
niño que las lea: «un pequeño triángulo». Pregúntele si es el que tienen.
Pídale entonces que guarde en la caja todos los triángulos que no sean
pequeños. Y continúe. El niño elegirá un triángulo pequeño al azar. Ob-
serve con él que se trata de un triángulo pequeño, tal y como está es-
pequen~ o
crito, pero dígale que aún necesita hacer otra precisión porque no es ese
en el que usted está pensando. Añada un adjetivo de color. Vuelva a 3 un tri´angulo rojo
empezar el proceso. Seguidamente añada un adjetivo que designe la
cualidad de los ángulos, luego otro concerniente a la forma. Para más
© Ecole Vivante Sylvia Dorance
equil´atero
~o
tri´angulo
los triángulos ¡ha conseguido encontrar aquel en el que usted pensaba!
un pequen rojo
¡Es un detective (o una detective) formidable! 4
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tamente eso.
un rojo
Con un rotulador rojo escriba «y». Pídale al niño que lea la etiqueta.
Coloque la palabra «y» entre las etiquetas de la flor blanca y la flor azul.
Escriba «y» en otra etiqueta y désela al niño para que la lea. Invítele a
equil´atero tri´angulo
colocarla entre las etiquetas de la flor azul y la flor amarilla. El niño
pequen~ o un rojo puede ahora leer el conjunto: «la flor blanca y la flor azul y la flor ama-
rilla». Pídale si es exactamente lo que quiere.
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Actividad 3 y ponga los objetos encima. Seguidamente, con un lápiz rojo, escriba
El niño trabaja con sus propias etiquetas y creaciones.
«en» en una nueva etiqueta. Ayude al niño a leer si es necesario. Co-
loque «en» entre la tira (flores) y la etiqueta (jarrón).
Pregúntele al niño si lo que está escrito es exactamente lo mismo que lo
que se ve. El niño probablemente responderá que no. Propóngale en-
tonces que haga lo necesario para que sea igual. Meterá las flores en el
jarrón. Sustituya la etiqueta «en» por la etiqueta «tras».
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110 111
112 113
114 115
La presentación
El casillero n° 3: 2 acciones
Escriba dos acciones en una tira de papel (por ejemplo: «camina
y salta»). El niño lee las palabras y realiza las acciones. Pregúntele qué
ha hecho. Si ha respetado el orden en que están escritas, remárquelo
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La presentación
En una tira de papel escriba una acción. Por ejemplo «canta». Pase el
papel al niño. Él lo cortará después de la palabra, leerá lo que está es-
crito y realizará la acción. Precise entonces que lo que va a escribir a
continuación le indicará una manera especial de realizarla. Escriba un
adverbio en la tira de papel («fuerte»). Pase el papel al niño, que lo cor-
tará y lo leerá. Invítele a volver a realizar la acción.
Pase seguidamente a la simbolización planteando preguntas al niño del
tipo: «¿Cuál es la palabra que dice lo que debes hacer?». El niño dirá el
verbo y colocará el símbolo correspondiente. Pregúntele: «¿Cuál es la
palabra que dice cómo hacerlo?». El niño mostrará la palabra «fuerte».
Preséntele el símbolo del adverbio (el círculo anaranjado) y explíquele:
«Cuando tienes una palabra que indica cómo se hace una acción, este
© Ecole Vivante Sylvia Dorance
es su símbolo».
Intercambie las etiquetas y pídale al niño que las lea. Subraye que eso
no quiere decir nada. El objetivo es hacerle comprender la importancia
del orden de las palabras. Vuelva a poner las palabras en orden y pídale
que las lea de nuevo. Pregúntele al niño si es correcto. Pídale que mo-
difique los símbolos.
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El material Actividad 2
• Una caja que tenga un círculo anaranjado (el símbolo del adverbio). La siguiente actividad permitirá al niño tomar también conciencia del
• Tarjetas rojas en las que están escritos los verbos. hecho de que existen diversas posibilidades para describir una acción.
• Tarjetas anaranjadas en las que están escritos los adverbios. Coja la tarjeta roja de un verbo. El niño la leerá y después buscará, entre
Debe haber tantos verbos como adverbios. Cada adverbio debe poder todas las tarjetas anaranjadas de los adverbios, aquellas que puedan
corresponderse con al menos un verbo. completar al verbo y que tengan sentido. Cuando acabe de elegir, puede
La dinámica es exactamente la misma que la del juego del adjetivo lógico. preguntar al niño cuántas palabras ha encontrado. El niño las contará.
Invite al niño a colocar los símbolos. Continúe del mismo modo para los
Invite al niño a coger las tarjetas rojas (los verbos) y a leer lo que está distintos verbos. El niño puede trabajar de manera autónoma en las
escrito en ellas, para luego colocar las tarjetas en una columna, unas asociaciones que desee, ya sea con las etiquetas preparadas o creando
debajo de las otras. Dele las tarjetas anaranjadas de los adverbios. El sus propias etiquetas.
niño las leerá y luego las dispondrá en una columna al lado de las tar-
jetas rojas, al azar, sin preocuparse por el momento de la asociación
entre las dos tarjetas paralelas. Propóngale leer las asociaciones y rea-
lizar las acciones que estén escritas. Esta actividad es muy divertida y al
niño le gustará mucho, pues tal vez resulten asociaciones descabelladas.
El niño descubre con interés qué asociaciones son posibles (por ejem-
plo «canta mal») y cuáles imposibles («come bajo»). Así, toma concien-
cia del poder importante del adverbio. Si al niño no le gustan las
© Ecole Vivante Sylvia Dorance
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para la reflexión, la organización, la metodología para reaccionar y pro- acción: aliméntela respetando siempre los momentos de ensoñación,
gresar con facilidad ante cualquier contenido nuevo. que son también esenciales para dar sentido a sus experiencias.
Hemos tenido un gran cuidado al elaborar este libro, fruto de una co-
laboración y de miradas cruzadas sobre el planteamiento Montessori.
Esperamos que le permita comprender mejor esta práctica pedagógica,
a la vez estructurada y estructurante para el niño. 1. Maria Montessori, De la infancia a la adolescencia.
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sin explicárselas y obligar a hacer tareas aburridas simplemente dicién- nuevo gesto, luego deja que el niño intente reproducirlo o usarlo el solo.
dole que es por su bien, la educación no funciona, y además es injusto. El adulto debe resaltar y valorar el hecho de que el niño lo haga solo:
Puede funcionar durante un tiempo, con niños que no tienen ningún «Ahora tú».
problema para aprender y que se someten sin conciencia a la disciplina ¡Ante todo, paciencia! A veces, sentimos la gran tentación de quitar el
impuesta por los adultos. Pero incluso estos niños progresarán mucho objeto de las manos del niño que no lo logra enseguida, hacerlo por él
más, y de buena gana, si se les ofrece la posibilidad de ser actores y volvérselo a demostrar. O de soplarle el principio de la solución, si su
y autores, libres y voluntarios, de su propio aprendizaje. reflexión dura demasiado tiempo o toma un camino equivocado. Estos
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• el período sensible de la coordinación de movimientos (± desde los La existencia y la manifestación de los «períodos sensibles» dan paso a
18 meses hasta los 4 años), la idea de que lo importante no es la edad, sino el momento en que el
• el período sensible del orden (± desde el nacimiento hasta los 6 años), niño está verdaderamente preparado para aprender con facilidad.
• el período sensible del aguzamiento de los sentidos (± desde los 18 El propósito de la educación es plantar las semillas del conocimiento en
meses hasta los 5 años), la estación adecuada. El buen momento para aprender viene determi-
• el período sensible del comportamiento social (± desde los 2 años y nado no por el calendario de un programa impuesto, sino por la ob-
medio hasta los 6 años), servación de las necesidades del niño.
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sensibilidad hacia la luz; al cabo de cierto tiempo, la luz le resulta indi- peto mutuo son esenciales, para construir el entorno de trabajo, para
ferente: el instinto se apaga. El momento de utilidad ha pasado y, a par- solucionar los problemas, si se plantean y para evitar las crisis debidas
tir de ahora, la oruga se va por otras vías a buscar otros medios de a la incomprensión. La confianza y el respeto mutuo pasan por el diá-
subsistencia. No es que la oruga se haya vuelto ciega a la luz, es que se logo, pero también por el ejemplo que dan las personas adultas; estas
ha vuelto indiferente. Esto es lo que nos ayuda de inmediato a compren- deben actuar también en concordancia con lo que dicen, mostrarse
der el punto esencial de la cuestión en relación a los niños: la diferencia abiertas, comprensivas, pacientes. Si le piden al niño respeto y orden, los
entre un estímulo que le conduce a realizar actos maravillosos y sorpren- adultos deben empezar por mostrarlos ellos cada día.
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orden, y asociarlas a su nombre. Hay que evitar poner al niño en aprie- que guardarlo y, entretanto, puede practicar solo, sin una persona
tos, por este motivo el segundo tiempo es el período más largo. Dura adulta, y verificar la exactitud de lo que hace.
más sesiones y debe repetirse hasta que sea evidente que el niño do- Segunda, posteriormente, no es la persona adulta la que dice: «esto es
mina a la perfección la asociación forma-nombre (¡pero el adulto debe cierto» o «esto es falso». El niño se da cuenta solo. No cae ninguna
dejarlo antes de que el niño se aburra!). guillotina, a menudo asociada a un juicio más o menos explícito. El niño
¡Atención! Esta etapa «repetitiva», aunque lúdica, se suele pasar por aprende así a autoevaluarse y a asumir sus errores. Ni se mortifica ni se
alto, cuando es la que consolida la memoria en construcción. inhibe. Sabe simplemente dónde está y qué debe mejorar.
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piense que, a medida que pasen las semanas, cada vez dominará más la si- tada observación del niño. Sería una ofensa quedarnos con los materiales
tuación. Y, por último, no olvide que las sesiones de aprendizaje son tam- y olvidarnos del espíritu, profundamente dinámico. No podemos dejar de
bién buenos momentos que pasa con su hijo. recomendarle que evite la mera reproducción y que desarrolle la creativi-
dad, también la de los niños con los que trabaje.
La fabricación del material
Comprar todo el material resulta extraordinariamente caro. La mayoría
de padres que ponen en práctica la escuela Montessori en casa se fa- Las citaciones del anexo vienen de Montessori, Maria. El niño, el secreto de la in-
brican una buena parte del material ellos mismos. Es largo y fastidioso. fancia. The Montessori-Pierson Publishing Company, Ámsterdam, 2013.
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