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Elena Medel

Resumen

A comienzos del siglo XXI, varios síntomas permiten explicar la disgregación delas poéticas
que convivían bajo el marbete de poesía figurativa.

En primer lugar, la consolidación del canon experiencial se refleja en la publicación de las


obras completas, o casi completas, de algunos de los nombres más destacados de esta
tendencia: Benjamín Prado (Ecuador. Poesía 1986-2001, 2002), Felipe Benítez Reyes
(Trama de niebla. Poesía reunida, 1978-2002, 2003), Vicente Gallego (El sueño verdadero.
Poesía 1988-2002, 2003), Carlos Marzal (El corazón perplejo. Poesía reunida, 1987-2004,
2005), Luis Muñoz (Limpiar pescado. Poesía reunida, 2005) y Luis García Montero (Poesía
[1980-2005], 2006).La poesía de la experiencia, que Langbaum incorporó en las letras
españolas con el permiso de Gil de Biedma, sobre-vive ahora bajo una apariencia más
heterogénea de lo que pudo parecer a simple vista.

Palabras clave: canon, genealógico, años 80, amores, desilusiones

Introducción

Esta pluralidad se ilustra mediante la metáfora de un mismo árbol genealógico con múltiples
ramas, en cada una de las cuales germinan nuevos brotes. Algunos escritores surgidos a
finales de los ochenta intentan adentrarse en una poesía donde coexisten sin fricciones la
revelación ontológica y la profundidad introspectiva. Algunos rasgos distintivos presentan
Aurora Luque y Juan Antonio González-Iglesias, que pueden considerarse camaradas de
ícarono sólo por su voluntad de elevación estética, sino también por su recurrencia a la
mitología grecolatina. En estos escritores, cuyos primeros libros datan de los años noventa,
el impulso existencial participa de un clasicismo posmoderno donde conviven en aparente
armonía la tonalidad hímnica de Píndaro, el hedonismo sensualista de Epicuro y los signos
ambiguos de la sociedad de la información contemporánea. Elena Mendel reside en Madrid,
ganó un premio con un poemario a los dieciséis años y desde entonces ha obtenido varios
reconocimientos en el mundo de la poesía. 

Cuerpo temático

Mi primer bikini “Premio Andalucía Joven de Poesía” 2001), Vacaciones (2004) “Un soplo en


el corazón” (2007),  Tara (2012), Chatterton (XXVI “Premio Fundación Loewe Joven
Creación” 2013).

Actualmente tres de sus libros de poesía están recogidos en “Un día negro en una casa de
mentira” (2015). También forma parte de la antología Todo un placer (2005) y ha escrito los
ensayos El mundo mago. Cómo vivir con Antonio Machado (2015) y 50 claves sobre
poesía (2017). Actualmente dirige la editorial de poesía “La Bella Varsovia y colabora con
diversos medios de comunicación”. Coordina el proyecto Cien de cien para la visibilización de
la obra de las poetas españolas del siglo XX.

Se puede decir que básicamente en su obra predomina el tema del amor con diferentes
matices. En Mi primer bikini es un amor adolescente que ilusiona y cuyo fracaso tiene una
gran repercusión en su vida. En cambio, otro tipo de amor, el fraternofilial, es la clave de
Tara. Como subtemas podemos encontrar la adolescencia de la autora, el paso del tiempo, la
soledad, la desilusión o el erotismo. Refleja lo complicado que es dejar de ser niña para
convertirse en mujer, la pérdida de la inocencia que conlleva nuevos descubrimientos de una
nueva etapa, los primeros amores y desilusiones.

En “Día de Pesca” cuenta cómo se enamoró a los nueve años abandonando por primera vez
una de sus series favoritas, “Los caballeros del Zodíaco”, amor que revive tras muchos años
y pretende recuperar. En su poesía trata el cambio de una etapa a otra que supone el
abandono de la fantasía como refugio, y la melancolía y añoranza de una época pasada de
su vida que ya no volverá, ejemplo de ello son estos versos: Hoy guardo las canicas, como
un apagado tesoro, en los huecos de otras espaldas. (Medel, 2002:35) Este poemario es una
despedida de su infancia, define esta transición en algunas poesías como una especie de
batalla en la que se hará fuerte para enfrentarse a los verdaderos problemas de la vida y
aprenderá a combatirlos. La poeta afirma que ya no es la que era antes, porque al abandonar
a todos esos personajes que en sus tardes de recreo la llevaban a un mundo irreal, exótico y
lejano, se convierte en otra. A partir de la adolescencia no serán las Shaillor Moon ni
Chanquete los que caminarán con ella, sino la poesía, que es también otra manera de
evadirse de la realidad.

Algunas de sus peculiaridades son: un juego de espejos constante en un poemario


atravesado por la figura femenina. "No puedo escribir lejos de mis circunstancias, y yo soy
una mujer, con todo lo que conlleva", aclara Medel. Una decisión "intuitiva" ("Yo no me siento
a decir 'voy a hablar de mujeres"), pero consciente. "Tenía miedo de que hubiera lectores
que se fueran a alejar por eso. Pero claro, nadie se aleja cuando es la voz de hombre la que
impera, cuando las referencias son eminentemente masculinas". La autora, en este tema,
tiene carrete para largo. Habla de las antologías en la que ellas tienen una cuota "simbólica",
de los premios sin ganadoras y de los jurados sin juezas. En el que le ha premiado, de
hecho, por primera vez hay dos mujeres.

Este interés comienza en las lecturas: Sylvia Plath, Ángela Figuera, Marianne Moore, Anne
Sexton... "En cierto modo Chatterton es hijo, o hija más bien, de todas esas madres". Y
hermana de esa a la que despide, "abrazos y lágrimas en el control de seguridad". Y de esas
"cinco mujeres rápidas" que "apuran sus bandejas" en la estación que dibuja en  Los mortales
se nutren de trabajo y salario. Y de esas a las que dirige Una plegaria por las mujeres
solteras. Y hermana de Virginia: "Yo he pensado en nosotras./ No sé si sabes a lo que me
refiero./ Te estoy hablando del fracaso".
La poesía cinética de Amanda Berenguer, las máquinas de poemas de Liliane Lijn, los
poemas por ordenador de Bense y Lutz, el Centro de Poesía Electrónica, los hologramas, la
experiencia de Fylkingen… Un repaso histórico que confrontaba al espectador con una
realidad irrefutable: aunque inventemos mucho, casi todo está inventado.

Además de poeta, ensayista y maestra –sus lectores son su alumnado–, Elena Medel es
también editora. Firme defensora del papel de las mujeres en el sector, reivindica cada vez
que tiene ocasión que las grandes editoriales las mujeres no existen. Tal vez por eso creó  La
Bella Varsovia, una editorial independiente que pone su foco en la poesía y en los poetas
que aún no tienen un nombre.

A partir de las obras que presenta Elena Medel, resaltan los siguientes elementos,
monólogos dramáticos que Elena Medel introduce en su libro Mi primer bikini inserta en el
ámbito del juego y de la adivinanza, del referente equívoco. Es lo que ocurre con el poema
«Copero» (pp. 21–22), que toma como punto de partida el mito de Ganimedes, pero
convertido en un moderno repartidor de pizzas. El lector no sólo tiene que adivinar quién
habla sino a quién se habla: el tú que aparece apelado bajo formas del discurso amoroso
resulta ser la propia pizza. Todo un trabajo de escamoteo de los referentes, similar al de la
adivinanza, convierte esta poesía en un juego y establece una relación lúdica con la realidad.

Conclusión
El soneto en castellano nace durante una conversación entre dos embajadores? ¿Que los
franceses inventaron la poesía moderna europea en bares y hostales de mala muerte? ¿Que
una mujer excéntrica, empeñada en vestir de blanco durante los últimos años de su vida,
cambió la poesía estadounidense sin apenas salir de su habitación? Este libro nos acerca de
forma entretenida y didáctica todo lo que hay que saber sobre la poesía, explicándonos los
secretos de los versos, la métrica o las formas, y también su historia, trufada de anécdotas
curiosas que nos acercarán a un género literario lleno —en todos los sentidos— de vida.

Por ceñirme a un espacio abarcable, he dejado fuera muchas cuestiones y muchos autores
valiosos, pero baste el recorrido anterior para mostrar por una parte la diversidad de las
estéticas que se dan hoy por hoy en la nueva poesía, pero también para responder a una
pregunta, ¿por qué escribir y leer poesía en un mundo que da la espalda al discurso poético?

Precisamente porque desde sus diversas tendencias y estrategias discursivas hemos visto
que la poesía (como siempre) se sitúa allí donde ningún lenguaje llega, donde la relación
entre discurso y mundo se hace problemática, en los puntos delicados de esa relación.

La poesía siempre ha actuado así, lo que ocurre es que ahora ha aumentado la complejidad
de los discursos que rodean al poema y éste ha respondido casi siempre con un giro
metapoético que hace del discurso el primer referente al que se debe enfrentar.
Referencias

Castillo, J. R. y Gutiérrez Carbajo, F. (eds.) (2000): Poesía histórica y autobiográfica (1975–


1999): Actas del IX

Seminario Internacional de Semiótica Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologías de la UNED.


Madrid: Visor. Lázaro Carreter, F. (1994): De poética y poéticas. Madrid: Cátedra. Luján, A. L.
(2005): Pragmática del discurso lírico.

Madrid: Arco Libros. Méndez Rubio, A. (2004): Poesía sin mundo. Mérida: Editora Regional
de Extremadura.

Langbaum, R. (1997): La poesía de la experiencia. Granada: Comares. Vattimo, G. (2003): El


sujeto y la máscara. Nietzsche y el problema de la liberación. Barcelona:

https://www.lecturalia.com/autor/15236/elena-medel

https://astorgaredaccion.com/art/16765/la-poesia-de-elena-medel-y-sus-circunstancias

https://www.zendalibros.com/elena-medel-premio-francisco-umbral-por-las-maravillas/

https://www.planetadelibros.com/libros_contenido_extra/38/37306_Todo_lo_que_hay_de_saber_sobre_
POESIA.pdf

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