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La teoría política
del
Han transcurrido 10 años desde que ETA firmara una “Paz” unilateral, y a nadie se le
oculta hoy que en Euskal Herria persiste una relativa disconformidad en un sector
abertzale respecto de la “nueva realidad” sin la presencia de ETA; a partir, primero, de
su declaración unilateral de “Paz” de 20 de octubre de 2011, tres días después de la
celebración de la Conferencia Internacional de Paz de San Sebastián, en que ETA
anunció "el cese definitivo de su actividad armada", en un comunicado en el que
también hizo "un llamamiento a los gobiernos de España y Francia para abrir un
proceso de diálogo directo" destinado a solucionar "las consecuencias del conflicto". Y
luego, de su autodisolución como organización armada, mediante declaración pública de
3 de mayo de 2018.
Como igual sabemos, atrás quedaron definitivamente todas las “alternativas” de una
“salida negociada” al conflicto armado, desde KAS a la Alternativa Democrática, y en
los variados y distintos intentos de negociaciones entre ETA y el Estado español,
celebradas durante años, y a todos los niveles. Pero el Estado español, finalmente, ni
negoció nada, ni concedió nada. Las instituciones nacionalistas de Euskal Herria son las
que rigen, dentro de la Constitución Española de 1978, y es donde la representación
política heredera del MLNV y ETA se encuentran gestionando la cuota de poder que el
sistema les ha otorgado, la opresión “nacional” de la comunidad vasca continúa y los
presos siguen en prisión. Estos acontecimientos históricos vienen siendo percibidos por
un sector abertzale de Euskal Herria, básicamente juvenil, como un cierto abandono de
los objetivos finales del MLNV, desde sus inicios: la Independencia y el Socialismo.
Domina una sensación mezcla de frustración y fracaso que tienen una base ideológica
muy factible, puesto que de aquellos objetivos estratégicos que fueran planteados desde
finales de los años 50 del siglo XX, después de tanta lucha y sacrificios, ha resultado
prácticamente nada. Cierto que el modelo institucionalista abertzale actual, representado
básicamente por SORTU-EH-Bildu, no deja de plantearse los objetivos “estratégicos”
del MLNV, pero a partir de una táctica meramente institucional democrático-liberal
dentro de la legalidad del Estado español, es decir, mera propaganda. No puede obviarse
que las instituciones de los gobiernos vasco-navarros son otorgadas mediante el marco
jurídico político fundamental del Estado nación capitalista español, la CE de 1978.
Hasta este punto, tal frustración de cierto sector, el más “revolucionario” del
abertzalismo, sobre todo en la juventud, tiene una lógica bastante aplastante: a todas
luces, el MLNV ha sido derrotado por el Estado nación español. Eso es una evidencia
difícil de disimular, pero la gravedad del asunto no está en ello, sino que este sector, de
igual manera a como sucedió con el MLNV desde sus orígenes, carece de análisis
histórico, estratégico y táctico correctos, con lo cual, sus muy débiles y poco
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argumentadas posiciones, no dejan de ser la repetición, más burda aún, de las mismas
sostenidas erróneamente por ETA. Desde que ETA VI plantea inicialmente el Frente
Político Alternativa KAS, en agosto de 1975, en vida del propio dictador (iniciativa a la
que se uniría luego la misma ETA V), comienza ahí claramente ya la “vía reformista” a
la independencia. En realidad, como veremos a continuación, las posiciones ideológicas,
estratégicas y tácticas del “renovado abertzalismo” van camino de reproducir los
postulados de ETA VI, al creer que disfrazando su nacionalismo con anticapitalismo
marxista hace de esa versión nacionalista “algo más revolucionaria” 1. Como sabemos,
este debate llevó a ETA VI a hundirse plenamente en el reformismo, a la vía del
abandono de los postulados históricos de ETA (independencia, socialismo y táctica
armada) para abrazar los postulados trotskistas en la forma partidista de la LKI (Liga
Komunista Iraultzailea). Recuperar hoy el discurso doctrinal del marxismo-leninismo,
en su forma más tosca y elemental, como hace este nuevo “movimiento abertzale”
supone dos cosas: una, despreciar completamente la historia del propio MLNV, pues
estos postulados estaban ya en ETA en los años 70, y a la vista está que no sirvieron
para nada, ni en Euskal Herria ni en el mundo; y dos, las revoluciones triunfantes
dirigidas por tal doctrina, incluida la maoísta, han acabado en dictaduras fascistas, como
sabemos que sucedió en Rusia y China.
Por todas estas consideraciones, es muy importante que hoy se vuelva a recordar el
auténtico chauvinismo de la izquierda proletarista respecto de su posición doctrinal
sobre la cuestión nacional, nada revolucionaria, y sí, sobre todo, seguidista de las
posiciones nacionalistas propias de la ideología del Estado nación capitalista moderno.
Poco importa que tales posiciones se sostengan por partidos u organizaciones
provenientes de un Estado nación opresor (como nacionalismo que muerden), o por
parte de grupos y organizaciones provenientes de comunidades humanas y pueblos
oprimidos por exógenos Estados nación, como sucede en el caso de Euskal Herria
respecto del Estado nación español y francés (como nacionalismos que ladran). Al
final, es el mismo discurso: la defensa de un Estado nación, moderno y capitalista, que
no tiene nada de revolucionario, ni nada que ver con la liberación de la opresión de los
pueblos. El Estado nación moderno, aunque sea “propio” es un Estado, es una
maquinaria de explotación y opresión siempre, lleve la bandera que lleve.
¿Y el futuro del MLNV? Desde hace ya algunos años, después de 2011 vamos
conociendo la existencia de varias organizaciones que, en general, se consideran a sí
mismas como “superadoras” del viejo modelo del MLNV post ETA, aunque es
solamente un mera ilusión. En realidad, su cosmovisión es idéntica, con algún matiz
esencialmente proletarista y obrerista, que por otra parte, también se ha dado en la
historia de ETA: la teoría del partido comunista de vanguardia como elemento
dirigente del proceso revolucionario de “independencia y socialismo”, cuestión que es
tan vieja como demuestra la experiencia de todos los movimientos nacionalistas desde
el mismo inicio de la Transición española. Es como si la historia hubiera dado un salto
atrás de 50 años: anacronismo puro y duro. Veamos algo esto.
3
política, juvenil, estudiantil, política de género, sindical, cultural y presos, así como la
organización de “Encuentros” de intercambio ideológico-político-organizativo como la
Topaketa Sozialista, todos ellos bajo una cobertura doctrinal proletarista, esencialmente
marxista, con un rudimentario anticapitalismo, y la clásica adoración del Estado nación,
en su fórmula nacionalista “vasca”.
3 Ver en https://www.gks.eus/irakurketak
4 Se ha consultado el boletín Hazia
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Socialismo. Es decir, Estado nación capitalista moderno vasco y dictadura burocrático
fascista, como lo ha defendido durante decenas de años el MLNV y ETA, en primer
lugar. Pero es que hay un elemento diferenciador, bastante importante, en la forma: en
que Herritar Batasuna sitúa el momento de inflexión, a partir del cual la estrategia del
MLNV “se tuerce”, y en ese análisis no le falta razón. Por ello, ahora ya hablan, no solo
de un MLNV, sino de un Movimiento Socialista Revolucionario Vasco de Liberación
Nacional, para alcanzar una sociedad sin clases, ni Estado ni Patriarcado, es decir, un
MSRVLN, en que vemos como se pone el acento en el contenido en el aspecto
proletarista. Esta nueva tesis es consecuencia de una reevaluación de la historia de ETA,
de tal forma que -argumentan- en el momento de la Alterativa KAS se produce un
cambio de paradigma en los planteamientos estratégicos de ETA, una vía que ha
conducido a la pérdida de su carácter revolucionario y comunista, y en definitiva, a la
finalización del proceso histórico, y como ya hemos visto, la derrota y autodisolución.
En el “balance histórico de ETA” 5 se deja patente esta posición en las cuestiones
siguientes: 1) ETA se configura como organización nacionalista pero, poco a poco, en
sus primeras asambleas va definiéndose ideológicamente como “socialista marxista”
(uso de términos como revolución socialista, conciencia de clase, pueblo trabajador
vasco, Estado socialista vasco), es decir, una síntesis entre los postulados de la V
Asamblea y la VI Asamblea. 2) Sitúan en el periodo de la transición 1978-2008, desde la
Alternativa KAS y Alternativa Democrática, los momentos en que “la pequeña
burguesía vasca, mediante la estrategia de la negociación, fue tomando
progresivamente el control de MVLN, hasta que en 2009… (que) acabó liquidando
todas las organizaciones y luchas revolucionarias habidas hasta entonces. El 3 de mayo
del 2018 ETA se disuelve para siempre, y con ella desaparece el MVLN, terminándose
así un ciclo de 60 años de lucha. Esto requiere una explicación:
No hay caminos fáciles. La experiencia histórica nos enseña que todos los proyectos de
liberación de las comunidades y pueblos oprimidos por Estados nación, como ha
sucedido en Euskal Herria, dirigidos por grupos nacionalistas y marxistas leninistas de
ideología moderna estatista, han finalizado, o en fracasos, o en el peor de los casos,
renovando el sistema de opresión sobre sus propios pueblos, con el establecimiento de
nuevos Estados nación, esta vez, dominados por las propias élites locales nacionalistas,
como en toda África.
Eso significa que en nuestra época histórica se deben cambiar radicalmente esas
ideologías modernas ampliamente fracasadas y, partir de nuevos elementos estratégicos
y políticos, bajo criterios y principios realmente revolucionarios como los que siguen:
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2º Implementar un sistema de régimen convivencial en que los seres humanos
sean lo decisivo, fundamentado en su autoconciencia y en la generalización de los
sistemas de apoyo y ayuda mutua, basados en el afecto a la comunidad, y los seres
humanos, entre sí, como esa experiencia revolucionaria altomedieval ha enseñado.
Pero tal objetivo no podrá alcanzarse jamás bajo políticas y estrategias propias del
imaginario moderno, como el nacionalismo y el marxismo, sino considerando una
renovada concepción de la libre determinación de comunidades y pueblos, bajo
una nueva política de revolución integral, superadora del reformismo
institucionalista en el que hoy está embarcada la izquierda abertzale heredera del
MLNV y ETA, así como de “renovados” proyectos estratégicos nacionalistas
marxistas copiados del pasado de la propia ETA y basados en los mismos
argumentos ideológicos y doctrinales.
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Primero. - La libre determinación de las comunidades y los pueblos oprimidos por
los Estados nación modernos capitalistas o por Estados-multinacionales federales
o confederales, no podrá alcanzarse de la mano de las instituciones de poder de los
Estados o de instancias de carácter internacional, apadrinados por éstas, y a través
de instrumentos democraticistas como el derecho de autodeterminación,
apadrinado por la ONU.
Segundo. – La historia del siglo XX ha demostrado sobradamente que no podrá conseguirse una
verdadera libre determinación de comunidades y pueblos oprimidos a través de hipotéticos
procesos «democráticos» estatistas, provenientes de las instituciones representativas de los Estados,
ni mediante ejercicios democraticistas por medio de referéndums, a través de hipotéticos o reales
procesos armados de liberación nacional propugnados por el nacionalismo, o la izquierda,
igualmente nacionalista.
Tercero. - La libre determinación de las comunidades y pueblos oprimidos será parte del proceso
de Transformación Integral o Revolución Integral, de nuevo tipo. Esta justa reivindicación forma
parte del Programa Estratégico de ese proceso de Transformación Integral, y ha de plantearse de
forma conjunta e integrada en el total de transformaciones revolucionarias a efectuar.
Cuarto. - No es posible plantear la liberación de los pueblos o comunidades como “cuestión previa”,
ni marginal al proceso transformador revolucionario, mediante pactos o acuerdos, al contrario,
debe formar parte del conjunto de tareas transformadoras esenciales a acometer.
Sexto. - La libre determinación de las comunidades y pueblos oprimidos por los Estados-nación
modernos capitalistas, por su propia esencia, respetará las identidades de los distintos pueblos y de
las comunidades con los cuales se relaciona. La forma de relación entre los diferentes pueblos y
comunidades entre sí será igualitaria, alcanzándose entre éstos aquellos acuerdos de convivencia,
cooperación y colaboración que las comunidades estimen oportunos para el beneficio de sus
respectivos pueblos, que podrán revestir determinadas formas confederadas que superen las
actuales fronteras políticas entre Estados-nación modernos capitalistas.
Séptimo. - Las diferencias religiosas, étnicas o civiles no podrán constituir elementos de
diferenciación en el seno de los integrantes de las comunidades, puesto que la democracia
omnisoberana implicará la más completa libertad de conciencia, civil y de libre expresión
de las ideas para todos sus miembros. Las comunidades «sin historia», artificiosamente
surgidas a partir de la creación y expansión del Estado nación moderno imperialista,
deberán considerar, como base de las relaciones de identidad, los elementos culturales
comunes que les van definiendo, con respeto escrupuloso de la libertad de conciencia y de
los derechos civiles de todos los integrantes de cada comunidad concreta.
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propios, incluyendo necesariamente la previsión de la autodefensa de las comunidades
con aquellas milicias populares que en cada caso se constituyan.