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DIAGRAMACIÓN Y PRODUCCIÓN
ÉDITER .
ESTRATEGIAS EDUCATIVAS LTDA
CALLE 66 Nº 7-56 OF. 202. TEL 2557251. BOGOTÁ
E-MAIL: ctovarleon@yahoo.com.mx
IMPRESIÓN
EDITORIAL GENTE NUEVA LTDA
PRESENTACIÓN VII
ALBERTO ABELLO VIVES
PRÓLOGO
¿CONVERSAR LA CIUDAD? ¿PARA QUÉ?
FILOSOFÍA DE UN EVENTO ACADÉMICO IX
LUIS E. SÁNCHEZ BONETT
CAPÍTULO I
EL DESARROLLO URBANO DE BARRANQUILLA
Y SU DINÁMICA REGIONAL 1777-1993 3
PORFIRIO OSPINO CONTRERAS
EL INCIERTO ORIGEN DE BARRANQUILLA 4
PERÍODO 18971905 14
PERÍODO 19051922 18
PERÍODO 19221944 XX
PERÍODO 19441957 25
PERÍODO 19571963 28
PERÍODO 19631983 30
PERÍODO 19831993 34
CONCLUSIONES 37
BIBLIOGRAFÍA 43
CAPÍTULO II
CIUDAD Y APERTURA ECONÓMICA: EL CASO
DE BARRANQUILLA 1991-1996 47
JAIRO PARADA CORRALES
LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA DE LA CIUDAD 48
EL PANORAMA FISCAL 52
UN BALANCE OBJETIVO 53
PERSPECTIVAS 54
BIBLIOGRAFÍA 56
CAPÍTULO III
ENCUENTROS Y DESENCUENTROS EN BARRANQUILLA 59
MIRTA BUELVAS ALDANA
UN MEJOR FUTURO 69
LA CIUDAD Y EL MEDIO AMBIENTE 76
BIBLIOGRAFÍA 77
CAPÍTULO IV
BARRANQUILLA: UNA POSTAL DE FIN DE SIGLO (DE LA NOSTALGIA AL OLVIDO) 81
JULIO NÚÑEZ MADACHI
LA IMPRONTA DE LAS COSTUMBRES ALDEANAS 82
EL DESPLIEGUE DE UNA CIUDAD 83
LA REIVINDICACIÓN DE LOS PRIVILEGIOS 84
LA MENTALIDAD COLONIAL EN LA CULTURA 85
UNA CULTURA EN REMOJO 86
UN DESAFORTUNADO ADIÓS 88
BIBLIOGRAFÍA 89
CAPÍTULO V
BARRANQUILLA: UN ESPACIO PARA LA SOSPECHA 93
LUIS E. SÁNCHEZ BONETT
EL MIEDO EN CIFRAS 94
EL DISEÑO DE LA ESTRUCTURA URBANA:
AMENAZA E INSEGURIDAD 96
EL ESPACIO SITIADO 99
EL TERRITORIO DE LAS REJAS, LAS CÁMARAS
OCULTAS Y LOS PERROS POLICÍAS 102
JINETES DE ROSTROS INVISIBLES 105
EN CONTRAVÍA CIUDADANA 106
LA BARRANQUILLA UTÓPICA DE JULIO ENRIQUE BLANCO 108
BIBLIOGRAFÍA 111
CAPÍTULO VI
CRISIS URBANA Y CONFLICTOS POLÍTICOS A MEDIADOS DE LOS AÑOS
OCHENTA EN BARRANQUILLA 115
JORGE VILLALÓN
ALGO DE HISTORIA 116
LOS AÑOS SESENTA: EL COMIENZO DE LA CRISIS URBANA 117
LA AGUDIZACIÓN DE LA CRISIS URBANA
EN LOS AÑOS OCHENTA 119
LA POLÍTICA 121
LOS CAMBIOS EN EL MUNDO EN LOS AÑOS OCHENTA 123
ARTISTAS E INTELECTUALES 124
LA ELECCIÓN POPULAR DE ALCALDES 126
REFLEXIONES FINALES 133
BIBLIOGRAFÍA 135
PRESENTACIÓN
METAMORFOSIS DE UN CONCEPTO
en las grutas y fuentes que están en los jardines de nuestros reyes, en los
que la sola fuerza con que el agua se mueve, saliendo de su fuente, es
suficiente para mover diversas máquinas y aun para hacer funcionar algu-
nos instrumentos o pronunciar algunas palabras, según la disposición de
los tubos que conducen. Y verdaderamente se pueden comparar los ner-
vios de la máquina que os describo (la del cuerpo) con los tubos de las
máquinas de estas fuentes, sus músculos y sus tendones con los otros
diversos instrumentos y resortes que sirven para moverlas; sus espíritus
animales al agua que las remueve, en la cual el corazón es la fuente y las
concavidades del cerebro las regards (aberturas hechas, de distancia en
distancia, en un acueducto). Es más, la respiración y otras acciones seme-
jantes, que les son naturales y ordinarias y que dependen del curso de los
espíritus, son como los movimientos de un reloj o de un molino, que el
curso ordinario del agua puede volver continuos.3
1 Descartes, René. El discurso del méto-
De modo parecido, para Le Corbusier el hombre será ordenamiento; la do. Barcelona: Planeta, 1986, p. 11.
vivienda, una máquina de habitar; los building, una máquina para traba- 2 Le Corbusier. Hacia una Arquitectura.
Buenos Aires: Poseidón, 1964, p. 7.
jar; la historia, inseparable de la recta; en tanto que las determinaciones,
3 Descartes René. Traité de lhomme. At,
actos y pensamientos surgirán siempre del ángulo recto. El hombre es XI, p.130-131, citado por Labastidas,
exactitud, orden, gravedad, geometría, es una máquina que desde estas Jaime en Producción, ciencia y sociedad:
de Descartes a Marx. México: siglo XXI,
determinaciones impulsa y orienta sus esfuerzos. La ciudad es por lo 1978, p.121-122.
Esta nueva forma de ver, dice el profesor Fabio Giraldo, lleva a tomar
conciencia de que hay una dimensión, citando a Castoriadis, llama-
da
Conjuntista, Identitaria o Ensídica, que se encuentra presente en
todas partes, en la psique, en la sociedad, en lo viviente y en el ser físico;
y otra dimensión, la Poiética, que es irreducible a la lógica y que no
sólo puede ser dicha, sino sencillamente ser: ambas dimensiones, Ensídica
y Poiética, solidarias y diferenciadas, son densas por todas partes, tan
cerca como queramos, de un elemento de una habrá un elemento de la
otra.8 Razón por la cual la ciudad asume la dinámica de la manifesta-
ción contemporánea de la vida.
7 Morin, Edgar. Los siete saberes necesa-
Opuesta al cartesianismo, ella no permite respuestas únicas, pues, como rios para la educación del futuro. Bo-
gotá: Ministerio de Educación Nacional
interacción de saberes es expresión de diálogos, que se construyen como de Colombia, Icfes, Noviembre de 2000.
un sistema abierto para el conocimiento. CONVERSAR LA CIUDAD es una 8 Castoriadis, Cornelius. Faite et á faire,
Ed. du Suil, Paris, 1997. p.100, citado
provocación a pensar, habitar y construir, en términos de Heidegger: es por Giraldo, Fabio en: Ciudad y crisis
un aprender a pensar en la complejidad para aprender a habitar, pues ¿Hacia un nuevo paradigma? Santafé
de Bogotá: Tercer Mundo Editores,
no habitamos por haber construido sino que construimos y tenemos edi- 1999, p. 47.
ficaciones en tanto que habitamos y somos habitantes.9 Un conversatorio 9 Heidegger, Martin. Construir, Habitar,
de la ciudad, como evento académico, invita al entendimiento de la ciu- Pensar. Aporte Revista del Cudech, año
2 Vol. II, N° 8-9, mayo / Junio. México,
dad desde estos presupuestos reflexivos, pues la ciudad, como manifes- 1983, p. 15.
Este escenario urbano, que a finales del siglo XIX se referenciaba por la
Calle Ancha, Callejón de la Niña China y la Calle Real con el Callejón
de San Nicolás, ofrecía un marco ambiental bien diferente no sólo por
su paisaje arborizado, estrecho, torcido, arenoso y pedregoso, sino tam-
bién por el conjunto de interacciones sociales, culturales y económicas
que soportaba y que habría de identificarlo como el punto focal más
importante de la economía del país. En efecto, para el profesor Madacchi
este espacio urbano que si acaso alcanzaba una trama de seis manzanas,
expresaba las más significativas ventajas de la geografía de Barranquilla,
tan inmediata a las vías fluviales y marítimas que la convirtió desde un
principio en ciudad abierta a todas las colaboraciones del mundo exte-
rior. Esta situación la hacia bien diferente a Bogotá, ciudad que aún a
principios del siglo XX seguía atada a normas eclesiásticas de dogmas
practicados con camándulas y procesiones, en tanto Medellín, que ya
era la segunda ciudad de la nación, vivía encerrada en sus montañas.
El lente reflexivo de Villalón enfoca las propuestas y las visiones que los
diferentes actores sociales de la ciudad tenían sobre su desarrollo urba-
no durante esta coyuntura. En este sentido, pasa revista a los discursos
de los diferentes grupos políticos, gremios económicos y personalidades
independientes que se expresaban a través de los diferentes medios de
comunicación local, cuyo tema de discusión giraba en torno a la dramá-
tica situación de sus servicios públicos y la forma como su marcado dete-
rioro afectaba al conjunto de sus gentes. Para el autor, el tejido reflexivo
de los diferentes procesos ocurridos en Barranquilla durante esta déca-
da encuentra sentido en los acontecimientos más relevantes que en ma-
teria política, económica e intelectual se dibujan en el panorama
internacional. De allí que no sólo nos reconstruya las particularidades
de los eventos políticos más relevantes a nivel local de la etapa pre-
electoral ocurrida entre septiembre de 1987 y marzo de 1988, como ele-
mentos claves para la compresión del significado que tuvo la cuestionada
elección de alcalde popular y su importancia para la evolución general
de la ciudad al final del siglo XX, sino que nos presenta un panorama
sobre la situación mundial de la década.
Hacia 1772, cinco años antes del censo realizado por García Turín, Fran-
4 Estos terrenos eran propiedad de los
descendientes del encomendero de cisco Escudero o el Obispo Diego de Peredo6 se refiere a Barranquilla en
Galapa Nicolás de Barros, los cuales los
el documento Noticia Historial como Sitio de libres, en la orilla de
tenía en arriendo a varios vecinos que
decidieron tomarlos en compra en el año una ciénaga o caño del río de la Magdalena; tiene iglesia parroquial de
de 1715, entre los cuales se encontraba
el présbistero Don Luis Suárez, que
piedra, madera y teja, muy capaz y decente, administra 399 familias y
despues aparece reseñado en el censo de 1404 almas de confesión y 30 esclavos.7
1777. Madrid Malo. Op. cit. p. 17,
24.También, entre los compradores es-
taba el sargento Juan de Barros, al pare- Es posible que la ciénaga en referencia, sea la Ciénaga de la Caimanera,
cer familiar de los militares Cecilio de la cual se encontraba ubicada muy cerca a la curva donde se unen el
Barros, capitán de Milicias Pardas y
Alexandro de Barros, Galafate (Algua- Caño Arriba con el Caño del Mercado y el antiguamente llamado Caño
cil) reseñados como autoridades en el de Soledad. La duda que se manifiesta al no precisar si el Sitio está a
citado censo.
5 Romero, Mario Germán, Bruscantini,
orillas de una ciénaga o caño, debe obedecer a que los niveles de los
Carlos. Estado presente de Tierra Fir- terrenos son bastante bajos en esta parte de los caños, y en épocas de
me. Tomo III. Bogotá 1958. Citado por:
Néstor Madrid Malo. Op. cit. p. 60.
invierno y creciente, las aguas se desbordaban formando una especie de
6 No hay certeza de cuál de ellos escribió ciénaga. Aún en la actualidad la plaza Ujueta, así como la plaza de
el documento. Para algunos fue el secre- Magola y los alrededores del antiguo mercado sufren este problema, ya
tario Escudero. Para otros, entre ellos
José Agustín Blanco, la obra fue escrita no por la creciente del río sino por el gran volumen de aguas que condu-
por el Obispo Peredo.
cen hasta ese sector arroyos como el de la Paz. En la fotografía N°2 de la
7 Francisco Escudero o el Obispo Diego
de Peredo. Noticia Historial. Citado por:
Plaza Ujueta tomada en 1912 se puede apreciar su gran vitalidad como
Madrid Malo, Néstor. Op.cit. p. 26 sitio de comercio. Además se perciben las edificaciones que siguen el
Una visión un poco más completa de lo que era el Sitio de San Nicolás
de Barranquilla, nombre con el que ya aparece en 1777, la tenemos a
partir del censo realizado ese mismo año por el Corregidor y Justicia
Mayor del Partido de Tierradentro, Juan García Turín,8 según el cual
Barranquilla tenía entonces 526 vecinos9, 2.586 almas, 5 naturales y 42
esclavos, para un total de 2.633 almas. Este total no incluye párrocos ni
otras autoridades eclesiásticas. De acuerdo con el análisis del censo
que hace José Agustín Blanco, había 132 familias inquilinas, resultan-
tes de restar a los 526 vecinos o familias las 394 viviendas que existían
en ese momento. Se debe aclarar, sin embargo, que en su recuento
Blanco incluye 5 viviendas del anexo de Sabanilla10 en las cuales vivían
43 personas. De esta forma, el verdadero promedio de personas por vi-
vienda en Barranquilla era de 6.76 y no de 6.5 como lo presenta José
Agustín Blanco, ya que el número de viviendas en Barranquilla sería de
389 y no de 394.
Albañiles: 2 Talabarteros: 1
Armeros: 1 Labradores: 2
Bogas: 4 Mercaderes: 3
Carpinteros: 15 Navegantes: 24
Herreros: 6 Plateros: 3
Pescadores: 4 Traficantes: 12
Pintores: 1 Vaqueros: 3
Plomeros: 1 Zapateros: 24
Sastres: 5
Como puede verse, las actividades relacionadas con el campo, como las
realizadas por labradores y vaqueros apenas suman el 4.5%, frente al
13.5% del comercio de mayoristas y minoristas representados por los
traficantes y mercaderes. Las actividades directamente relacionadas con
el río (navegantes y bogas) suman el 25.2%, sin incluir el 13.5% de los
carpinteros, ya que una cantidad tan alta de éstos no podía dedicarse
exclusivamente a elaborar puertas, camas y demás elementos relaciona-
dos con la vivienda, sino también a trabajos relacionados con la fabrica-
ción y arreglos de las embarcaciones. Vale la pena destacar la presencia
significativa que tienen las personas clasificadas como zapateros, la cual
conforma el 21.6% de los oficios. Esta cantidad de zapateros tampoco
podía dedicarse exclusivamente a la satisfacción del pequeño mercado
local, sino que debía satisfacer la demanda de otras poblaciones, en lo
que se podría considerar como el sector industrial de ese entonces,
junto con el de los astilleros.
Como el número total de almas era de 2.633 y las casas eran 389, se tiene
que el termino medio de personas por casas es de 6.5. Por otra parte,
estimando que cada manzana tuviera unas veinticinco (25) casas, se ten-
dría que quizás aquel pequeño Sitio podría contar con unas 21 manza-
nas, que ocuparían, sin incluir calles y plazas, más o menos igual numero
de hectáreas. Como quien dice, tres calles de siete (7) cuadras de largo
por tres (3) de ancho, o cuatro (4) calles de cinco (5) cuadras de largo por
Si tomamos como límite hacia el Sur las manzanas que conforman este
costado de la Plaza de San Nicolás llegaríamos hasta la Plaza Ujueta,
principal puerto de la época a orillas del Caño Arriba o antiguo Caño de
Soledad. Hacia el Norte tendríamos como límite al primer cementerio el
cual quedaba anexo a la primitiva iglesia ubicada en la plazuela que
posteriormente se conocería como la Cruz Vieja13 (Carrera 44 o Cuartel
con Calle 32 o Calle del Comercio esquina), sitio en el que posterior-
mente se construyó el Teatro Municipal. Este sitio lo tomamos como
frontera si tenemos en cuenta que en la mayoría de los pueblos los ce-
menterios están ubicados en las afueras.
Esta misma área delimitada es casi coincidente con el área que queda
encerrada por el caño y los arroyos, tal como se puede apreciar en el
plano N° 2 que contiene el recorrido de los arroyos y las curvas de niveles
de la ciudad. Obviamente, que esta área encerrada constituía los terre-
nos de mayor altura sobre el nivel de los caños, razón por la que fueron
denominados barrancas o barranquillas. Su límite por el Occidente era
el arroyo que baja por la antigua Calle Ancha, hoy Paseo Bolívar, el cual
además dobla por la Calle del Cuartel, hoy Carrera 44, donde se ubicó el
primer cementerio, y por el Sur, el arroyo de La Paz, hoy Carrera 40, a
una cuadra de la iglesia de San Nicolás. (Ver plano No. 3).
CONVENCIONES
1. Plaza Ujueta. Primer puerto
2. Iglesia de San Nicolás
3. Mercado Público
4. Primer Cementerio
5. Cuartel Militar
DO
MERCA
5 4
DEL
CAÑO
3
A TUBARÁ
RÍO MAGDALENA
A
ILL
ASEV
INO
SOLEDAD
CAM
O A
CAMIN
A SANTA MARTA
CAÑO CLARÍN
ANTIGUO
Plano N° 1. Plano de Barranquilla para el año de 1777. Fuente: Aproximación realizada por el autor sobre la base del
censo de 1977.
Plano N° 2. Plano de arroyos y curvas de nivel elaborado por las Empresas Públicas
Municipales en la década de los cincuenta.
Fuente: Archivo del Departamento Administrativo de Planeación Distrital.
Elbers volvió a fracasar, pero esta vez su fracaso se debió a que el gobier-
no otorgó permiso a otro empresario, con lo cual perdía el monopolio
de la concesión que el mismo gobierno le había dado para navegar por el
río Magdalena. Una vez desaparecidas las barreras, en 1850, Barranqui-
lla se convirtió en el primer puerto exportador del país, momento en que
el tabaco era el principal producto de exportación, siendo su principal
destino el puerto de Bremen, en Alemania. Fue así como en el periodo
de 1865 a 1886 salieron por el puerto de Sabanilla 4.154 toneladas de
tabaco, elevadísima cantidad en comparación con las 546 que se expor-
taron desde Cartagena y Santa Marta.15
Según los datos arrojados por el censo de 1851, Barranquilla estaba por
fuera del listado de las primeras 30 ciudades en lo referente al número de
habitantes. En este sentido, el primer lugar correspondía a Bogotá, con
29.646; seguida de El Socorro con 15.015. Medellín era la cuarta, con 13.755
y Cali sexta, con 11.848. De las ciudades de la Costa, Mompox ocupaba
entonces el quinto lugar a nivel nacional, con 13.711 habitantes y Cartagena
el 14, con 9.896. Sin embargo, ya la diferencia entre Barranquilla y Cartagena
era apenas de más o menos 3.000 personas. (Ver Tabla N° 1)
15 Ocampo, José A. Colombia y la econo-
mía mundial. 1830-1910. Bogotá,
Pero el hecho que realmente consolidó a Barranquilla como un centro
1984. Citado por: Posada Carbó, Eduar- urbano surgido del comercio exterior del país, fue la construcción del Fe-
do. Una invitación a la historia de Ba-
rranquilla. p.18.
rrocarril de Bolívar en 1871. Con éste se acababan las dificultades en el
16 Directorio Comercial Pro Barranquilla transporte de mercancías del puerto marítimo de Sabanilla al puerto flu-
1928. Editado por la Sociedad de Me- vial de Barranquilla, el cual hasta ese momento se realizaba con dificulta-
joras Públicas en Barcelona, España,
1928. des a través de bongos y champanes por el desaparecido Canal de la Piña.
PERIODO 1905-1922
Pero uno de los dos hechos urbanos más sobresalientes de este periodo
lo constituye la aparición de la primera invasión en la ciudad, correspon-
diente a 6 manzanas del barrio Montecristo en 1916.24 Los invasores eran
desplazados, provenientes esta vez de los pueblos ribereños del Magda-
lena afectados por las fuertes inundaciones del río.
23 Al respecto de este tema son reveladores
los datos presentes en el capítulo 4 (Ca-
racterización de la pobreza en Barran- El otro hecho de trascendencia es la construcción de la primera urbani-
quilla), del libro Barranquilla: En busca zación en el país, representada por el Barrio El Prado, en 1922. Estos
de una segunda oportunidad, elabora-
do por la Fundación Social. 1998. dos hechos marcan un cambio radical en la forma tradicional como se
24 Solano, Sergio Paolo. Op. cit. p. 92. venía construyendo la ciudad y en adelante serán los extremos presen-
PERIODO 1922-1944
LA CONSOLIDACION DE LA CIUDAD MODERNA
No cabe duda que la compañía urbanizadora más fuerte era la de Parrish &
Cía. No sólo por su condición de pionera, sino porque también había sido
fortalecida con la asignación de contratos de la nación como la construc-
ción de los tajamares de Bocas de Ceniza, la pavimentación de calles y la
construcción del acueducto, entre otros.
Tipo de
Barrio Promotor Año Hectárea
desarrollo
Chiquinquirá Invasión 7.57
Boston Urbanización William Laad 96.72
El Recreo Urbanización Francisco Insignares 1926/36 111.96
Olaya Urbanización Salcedo Ramón & Cía. 89.71
Las Delicias Urbanización I. Salcedo Ramón & Cía. 65.74
Colombia Urbanización Cía. General de Urbanizaciones 62.23
América Urbanización Cía. General de Urbanizaciones 6.52
Compañía Urbanizadora el
El Porvenir Urbanización 1.944 56.15
Porvenir
Altos del Prado Urbanización I.C.T. Parrish & Cía. 1935/44 108.36
El Paraíso Urbanización I.C.T. 74.31
Urb. Montecristo Urbanización. Obdulio Robayo 3
Modelo Urbanización Parrish & Cía. 1.938 34.04
Benjamín Sarta. ICT/
Santa Ana Urbanización 1.938 35.32
Parrish & Cía.
Bellavista Urbanización Parrish & Cía. 1.927 23.34
La Concepción Urbanización Familia lux / ICT 57.64
San Francisco Invasión 32.65
San Salvador Invasión 17.78
Rebolo Invasión 30.63
Montes Loteo Julio Montes 64.69
Las Nieves 1ª. Etapa Urbanización Cía. Urb. La Costeña 89.5
Atlántico Invasión 17.02
Alfonso López Invasión 21.59
Proyecto Urbanización en
San Isidro Invasión terrenos de Rafael Candil 49.39
Atianza.
Loma Fresca Invasión 8.33
* Esta fecha corresponde solo a los mejoramientos hechos por el Instituto de Crédito
Territorial, ICT.
Fuente: Archivo del Departamento Administrativo de Planeación Distrital, DAPD.
GRÁFICO N° 1
EXPORTACIONES COLOMBIANAS DE CAFÉ
POR PUERTO DE EMBARQUE. 1945-1965
(MILES DE MILLONES SACOS DE 60 KILOS)
KILOS
1,800.00
1,600.00
1,400.00
1,200.00
1,000.00
800.00
600.00
400.00
200.00
1946 1948 1950 1952 1954 1956 1958 1960 1962 1964 1966
AÑOS
CIUDAD
BARRANQUILLA CARTAGENA
GRÁFICA N° 2
MOVIMIENTO DEEXPORTACIÓN GENERAL
POR EL PUERTO DE BARRANQUILLA (1947-1964)
T ONELADAS
140000
120000
100000
80000
60000
40000
20000
0
AÑOS
1948
1949
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1947
E XPORTACIONES TONELADAS
TABLA N° 5
DESARROLLO URBANO EN BARRANQUILLA EN 1944-1957
INVASIÓN: 63.67HECTÁREAS Y URBANIZACIÓN: 610.91 HECTÁREAS
Barrio Tipo de desarrollo Promotor Año Hectáreas
San José Urbanización Cía. Urb.San José/ ICT 1947 92.55
Boyacá Urbanización I.C.T./ Parrish & Cía. 1950/79* 20.09
La Unión Urbanización I.C.T./ Parrish & Cía. 1947 53.36
Las Nieves 2da etapa Urbanización Cía. Urb. La Costeña 50.00
Simón Bolívar Urbanización I.C.T. 107.29
Cevillar Urbanización I.C.T. 35.95
El Carmen Urbanización I.C.T. 1953/58 50.78
Los Andes Urbanización 39.05
La Sierra Invasión 34.75
La Ceiba Invasión 28.92
La Florida Urbanización Parrish & Cía. 1948 5.58
Ciudad Jardín Urbanización Parrish & Cía. 1947/1962 80.45
Nuevo Horizonte Urbanización Parrish & Cía. 1947/1974* 31.40
Granadillo Urbanización Parrish & Cía. 1947/1954 23.40
Altos del Prado Urbanización Parrish & Cía. I.C.T. 1935/47/54 21.01
Total hectáreas 674.58
PERÍODO 1957-1963
TABLA N° 6
DESARROLLO URBANO 1957-1963
INVASIÓN: 500.99 HA; LOTEO: 22.08 HA
URBANIZACIÓN: 464.39 HA
Tipo de Hectár
Barrio Promotor Año
desarrollo eas
Las Palmas Urbanización I.C.T. 1962/75 56.34
La Magdalena Urbanización I.C.T. 1961 39.24
La Alboraya Invasión 33.49
Buenos Aires Invasión 35.63
Santuario Invasión 68.44
Carrizal Invasión 101.06
La Victoria 1a. Etapa Urbanización I.C.T./ Parrish & Cía. 1950 29.42
El Bosque Invasión 204.04
Cuchilla de Villate Invasión 17.37
San Felipe Loteo Manotas &Cía. 22.08
Betania Urbanización Ricardo Field 1967 21.51
Las Mercedes Urbanización Parrish & Cía. 1958/1962 9.04
Los Jobos Urbanización Parrish & Cía. 1962 9.66
Las Colinas Urbanización 13.01
Los Alpes Urbanización Parrish & Cía. 1951/1974 26.69
La Campiña Urbanización Parrish & Cía. 1958 23.39
La Cumbre Urbanización Parrish & Cía. 1960 25.25
El Tabor Urbanización Parrish & Cía. 1962/1972 25.42
Altamira Urbanización Julio Angulo 1949 13.45
El Poblado Urbanización Parrish & Cía. 1961/1966 36.17
Riomar Urbanización 42.23
Villa del Este Urbanización Parrish & Cía. 1962 6.26
San Salvador Invasión 17.78
Siape Invasión 7.96
Pasadena Urbanización Emilio Lebolo 1978/1979 16.92
I.C.T\ Correa &
La Luz Urbanización 1953 70.39
Heilbron
Rebolo* Invasión 15.22
Total hectáreas 987.46
Fuente: Archivo Departamento Administrativo de Planeación Distrital,
D.A.P.D. plano de 1963. Cálculos del autor.
Para este periodo analizado las invasiones representan la mitad del cre-
cimiento de la ciudad con el 50.75 %, frente al 9.43% del periodo ante-
rior, mientras que las urbanizaciones pasaron del 90.57% al 47.02%.
PERÍODO 1963-1983
TABLA N° 8
TASAS DE CRECIMIENTO DEL ÁREA METROPOLITANA
Períodos 1957-1964 1964-1973 1973-1985 1985-1993
Barranquilla 4.50 3.90 2.50 2.63
Soledad 4.80 6.60 8.04 4.77
Malambo 4.10 5.50 13.60 4.21
Puerto Colombia 1.80 4.00 5.10 3.63
31 Mesa Espinoza, Luis M. La quiebra
Fuente: Censos de población del Dane.
textilera en los ochentas. En: Revista
Gestión. Universidad del Norte. 1995,
N° 1.
32 Op.cit. Esta es una de las razones para entender la alta participación de las
33 Para el año de 1994 la participación del invasiones presentadas durante este periodo, que junto con el loteo su-
empleo informal en la ciudad era del
57.45%. Igualmente en 1996 la pobla-
man el 94% del total del área de expansión de la ciudad. En la parte
ción ocupada por cuenta propia era el norte sólo se construyó la urbanización Villa Country y la última etapa
42.1 % siendo el promedio nacional del
26.9%. Fuente: Encuesta Nacional de
de la urbanización Villa Santos, la cual se realiza porque ésta firma ur-
Hogares, 1994. Dane. banizadora fue capaz de construirse su propio sistema de alcantarillado.
CONVENCIONES
Manchas oscuras: Uso comercial del suelo
Manchas grises: Uso residencial del suelo
TABLA N° 9
DESARROLLO URBANO DE BARRANQUILLA 1983-1993
INVASIÓN: 362.64 HA. URBANIZACIÓN: 24.82 HA. LOTEO: 53.24 HA.
Barrio Tipo de desarrollo Promotor Año Hectárea
Los Girasoles Loteo / Invasión 1992
7 de Abril Invasión 15.47
Villa San Pedro I Loteo A. Munarris/ 4.78
Fundesac.
Villa San Pedro II Loteo A. Munarris/ 9.50
Fundesac.
Romance Invasión 9.80
California Invasión 8.66
Villa Flor Invasión 7.05
Cordialidad Invasión 16.11
Sn. Pedro Alejandrino Loteo A. Munarris/ 12.14
III Fundesac.
La Gloria Invasión 4.28
Las Malvinas Invasión 70.18
Los Rosales Invasión 11.25
La Pradera Invasión 66.26
Urb.Los Laureles Loteo/Autogestión Asociación para la 1987 5.19
Vivienda Popular
Año Hectáreas %
1777 23.79 0.35
1897 362.68 5.43
1922 234.72 3.51
1944 1617.11 24.22
1957 674.58 10.10
1963 987.46 14.79
1983 2334.44 35.00
1993 440.07 6.60
Total 6.675.48 100%
Fuente: Cálculos del autor.
R
io
M
ag
da
le
na
CONCLUSIONES
GRÁFICA N° 3
TIPOS DE DESARROLLO
487.83
7% Predio a Predio
2.581.87
48% Invasión
39% 429.17
Loteo
6% 3.154.98
Urbanización
1600
1400 1388.84
1200
HECTÁREAS
1000 1008.52 PREDIO A PREDIO
916.17
LOTEO
800
INVASION
600 610.91 URBANIZACION
500.99
464.39
400 362.68 362.64
346.05
262.54
200 130.17
101.36
63.67 22.08
23.79 29.43 31.61
24.82
0 0 0 0
3.19 0 0 0 0 0
PERIODOS
R
io
M
ag
da
le
na
TABLA N° 11
POBLACIÓN SISBENIZADA EN BARRANQUILLA AÑO 2000
Nivel N°
%
de pobreza de personas
1 101.508 21.80
2 181.204 38.88
3 128.801 27.63
4 45.017 9.65
5 8.666 1.85
6 893 0.19
Total 466.089 100%
Fuente: Base de Datos Sisben Barranquilla. Planea-
ción Distrital.
TABLA N° 12
ESTRATIFICACIÓN SOCIOECONÓMICA
BARRANQUILLA 2000
Estrato No. de predios %
1 60.643 25.71
2 42.430 18.00
3 61.590 26.04
4 24.371 10.32
5 19.309 8.17
6 27.777 11.76
Total 236.120 100 34 Cifras tomadas de la Encuesta Nacional
de Calidad de Vida realizada por el Dane.
Fuente: Base de Datos Planeación Distrital. 1993.
Este hecho podría confirmar una de las hipótesis sugeridas en este tra-
bajo: los mejores indicadores de desarrollo de la ciudad se han dado en
los momentos en que el país ha asumido modelos de liberalización co-
mercial.
GRÁFICA N° 5
TASA DE CRCIMIENTO URBANO
1800
1600
1,524.50
PORCENTAJE DE CRECIMIENT
1400
1200
1000
800
%
600
400
260.32
200
0 60.73 30.13 33.89 59.85 6.72
0
A 1777 A 1897 A 1905 A 1922 A 1944 A 1957 A 1963 A 1983 A 1993
PERIODOS DE TIEMPO
GRÁFICA N° 6
BARRANQUILLA: TASA DE CRECIMIENTO
ENTRE PERIODOS INTERCENSALES
1600% 1412%
1400%
1200%
1000%
800%
600%
400%
21,9% 32% 136% 83,5% 76,3% 42,4% 27,7% 21,7%
200%
0%
1777 1905 1912 1918 1938 1951 1964 1973 1985
1905 1912 1918 1938 1951 1964 1973 1985 1993
BIBLIOGRAFÍA
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Zambrano, Fabio. 1993 Desarrollo urbano en Colombia. Una perspectiva histórica. De-
partamento Nacional de Planeación, Dane. Bogotá.
TABLA N° 2
CONSTITUCIÓN DE SOCIEDADES EN BARRANQUILLA
(1991-1996)
Actividad 1991 1992 1993 1994 1995 1996 Total
Manufacturera 212 170 142 177 178 166 1045
Construcción 92 90 131 159 181 153 806
Comercio 867 554 644 617 641 654 3977
Transporte 58 85 74 83 85 83 469
Finanzas 398 106 405 485 501 501 2696
Servicios 132 165 195 214 163 254 1123
Fuente: Cámara de Comercio de Barranquilla. Cifras económicas de 1996.
TABLA N° 4
TERMINAL MARÍTIMO DE BARRANQUILLA
CARGA TOTAL DE COMERCIO EXTERIOR
Año Valor Variación
1991 472.024 -
1992 870.536 84.42
1993 742.763 -14.67
1994 978.801 31.77
1995 998.977 2.06
1996 1.188.514 18.97
Fuente: Cámara de Comercio de Barranquilla.
Cifras económicas, boletines, varios.
TABLA N° 5
EXPORTACIONES INDUSTRIALES DEL ATLÁNTICO
(MILLONES $US)
Año Valor Variación
1991 565.6 -
1992 291.9 -48.4
1993 244.5 -16.2
1994 289.5 18.3
1995 230.1 -20.5
1996 248.9* 8.2
Fuente: Corpes. Sistema de Informa-
ción Regional.
*Estimado por el autor.
A pesar de lo anterior, hay señales que nos permiten salir del pesimis-
mo: La actividad portuaria se recupera, se discute sobre macroproyectos
portuarios, alimentados por el carbón y nuevos hechos en el área me-
tropolitana indican impactos en los procesos de industrialización y co-
mercialización: La presencia de Makro, la ampliación industrial de Águila
y Monómeros, la nueva planta de laminación en frío de Acesco en Ma-
lambo, las futuras instalaciones de Leona en esa zona y el desarrollo
notorio del transporte urbano en el área metropolitana señalan una di-
námica laboral y económica que plantea retos para nosotros. Una mues-
tra de lo anterior la podemos notar en la dinámica del sector constructor
de la ciudad, el cual sólo se ha venido a frenar desde 1996, cuando había
hecho crisis a nivel nacional mucho antes, mostrando lo atípico de la
situación de Barranquilla y una mayor solidez del sector en su gestión y
proyección (ver tabla N° 6).
TABLA N° 6
BARRANQUILLA-CONSTRUCCIÓN
EN EL ÁREA METROPOLITANADE BARRANQUILLA
N° de metros2 Licencias
Año Variación
construidos aprobadas
1991 288.611 -14.5 652
1992 246.724 -14.5 610
1993 394.525 59.9 648
1994 243.854 -38.2 412
1995 496.093 103.4 1.181
1996 521.788 5.17 593
Fuente: Cámara de Comercio de Barranquilla. Cifras económicas. Boleti-
nes varios.
Para Malcom Deas, el estudio de las finanzas públicas es uno de los me-
jores puntos de partida para la investigación social, especialmente, aun-
que no de manera exclusiva, para el de la actividad política. El espíritu del
pueblo, su nivel cultural, su estructura social, las metas de sus políticas,
todo esto y mucho más, está escrito libre de todo adorno en su historia
fiscal. Aquel que sabe escuchar este mensaje de las finanzas públicas oye
mejor que en cualquier otra parte el terreno de la historia universal.5
UN BALANCE OBJETIVO
PERSPECTIVAS
BIBLIOGRAFÍA
8 Ver Kanter, Rosabeth Moss. World
Class. Simon & Sobuster. New York,
1995.
Naisbitt, John. 1995. Global Paradox. Avon Books. New York.
9 An Interview with Manuel Castells. The
International Journal of Urban Policy
and Planning. Vol. 13 Nº. 1, febrero Delgado, Juliana. 1996. Estadísticas básicas e información industrial de la Región Caribe
1996. Colombia. Consejería Presidencial de la Costa Atlántica. Santafé de Bogotá.
Porto L, José. 1993. Interrelaciones entre la economía del Atlántico y la economía nacio-
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The International Journal of Urban Policy and Planning. 1996. An Interview with Manuel
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ENCUENTROS Y DESENCUENTROS
EN BARRANQUILLA
ENCUENTROS Y DESENCUENTROS III
EN BARRANQUILLA
ENCUENTROS Y DESENCUENTROS
EN BARRANQUILLA
Barranquilla aún hoy carece de una plaza que la centre, su diseño urba-
no inicial fue producto de la lógica de sus habitantes. El primer espacio
que hizo de plaza pública en la población, se ubicó en el sitio que por
mucho tiempo se llamó de la Cruz Vieja, en la Vieja Barranquilla, allí se
construyó la primera iglesia pajiza y a su lado el cementerio con una cruz
de madera que le daría posteriormente el nombre. Como la población se
asentó en terrenos anegadizos, fue la altura del terreno la que decidió
donde se instalaba la plaza y donde se colocaba la iglesia, y no el espacio
central de la nueva población.
A petición del señor E. P. Pellet director del periódico The Shipping List,
en 1987 el primer cónsul de Estados Unidos en Barranquilla, T. Hoyer
recordando la impresión que tuvo de la población a su llegada en 1851,
la describe de esta manera:
En la ciudad que nos ocupa, esta práctica puede ser más dañina, por
ser centro migratorio, como hemos señalado, aquí se requiere de más
espacios de encuentros para fomentar la pertenencia. La desaparición
del Paseo Bolívar como plaza pública con el argumento de su moder-
nización en el centro histórico de la ciudad, obedece a esa corriente
urbana. Se colocaron ornatos en su espacio, impidiendo cualquier aglo-
meración. Desconociendo la significación tradicional que había tenido
siempre dicho lugar para Barranquilla, especialmente para los sectores
populares.
Barranquilla aún hoy sigue siendo un centro de migración, pero las gen-
tes que a ella llegan traen una problemática diferente a la de la migra-
ción del Siglo XIX y las primeras décadas del XX, porque otros son los
motivos que los traen a esta ciudad. Uno de ellos es huir de la violencia,
hecho que arrastra hasta aquí muchos migrantes, especialmente de los
campos de la Costa Caribe.
En este tiempo incierto para el país casi todas las capitales de departa-
mento y ciudades grandes de la Costa Caribe, como Barranquilla pre-
sentan cambios permanentes y abruptos que las impactan debido a la
fuerte migración desde las zonas rurales relativamente cercanas. El flujo
humano hacia Barranquilla se explica, por un lado, por el mejoramiento
de las vías terrestres en el interior de la costa que lo facilita, y por otro
por, se explica por la causa más importante, la huida de la violencia que
se presenta en las zonas rurales y poblaciones menores de la región, como
los Montes de María, la Sierra Nevada de Santa Marta, poblaciones del
departamento del Cesar, Alto Sinú, Urabá y en menor cantidad otros
ejes de desplazamiento.
Las cargas culturales que traen estos migrantes atraviesan la cultura ur-
bana, influyendo en su pensamiento, en sus hábitos, en sus costumbres,
en la música que se escucha, en la arquitectura que se hace, y por su-
puesto en el uso de sus espacios públicos y en resumen en todos los
componentes del perfil cultural de la urbe. Al decir de Martín Barbero,
es la ruralización de nuestras ciudades. Muchos de los habitantes de la
Barranquilla actual se encuentran entre la cultura rural a la que perte-
necieron ellos, sus padres o sus abuelos, y los nuevos comportamientos
que les exige la ciudad. Ese hecho, reflejo de la migración campo-ciudad
en la cultura de las urbes no sólo es colombiano es también característico
de las ciudades latinoamericanas, cuyas identidades culturales no se pue-
den definir hoy de manera unilateral ni como modernas ni como tradi-
cionales, ya que se debaten entre las permanencias y los cambios.
Parece una quimera por las condiciones caóticas de hoy en el país, pen-
sar en la planeación de espacios que permitan los encuentros entre los
Barranquilleros y los recién llegados. Ahora apremian otras necesidades
de espacio e infraestructura en la ciudad, por la fuerte y particular mi-
gración que está llegando. Sin embargo, aún cuando parezca ir en con-
travía, es ahora cuando más necesitamos de esos espacios precisamente
para no crear guetos urbanos.
UN MEJOR FUTURO
Los espacios para los encuentros son cada día más escasos en la ciudad.
Se olvida que la única planeación que tiene sentido es aquella que
tiene en cuenta las posibilidades humanas particulares de esta pobla-
ción, sin perder la perspectiva de las necesidades de sus habitantes.
Hay que hacerse las preguntas cuando se proyecta: Hacer la ciudad
eficiente ¿para quién? ¿Qué es calidad de vida para cada sociedad?
No son las mismas necesidades urbanas de Barranquilla que las de
Medellín porque son culturas diferentes y ello justicia diferencias es-
paciales. No se puede hacer una planeación en abstracto, igual para
todas las ciudades.
En las nuevas planeaciones urbanas hay que evitar que los diferentes
barrios se aíslen y pierdan comunicación con otros sectores urbanos veci-
nos. Si esto se logra se previenen patologías sociales, como los enfrenta-
mientos que ya comenzaron a aparecer en Barranquilla entre pandillas
urbanas de sectores diferentes, hechos desconocidos hasta hace algún
tiempo. No trato de afirmar que este fenómeno se deba sólo a la falta de
espacios de encuentros, porque sería ingenuo desconocer la descompo-
sición social y azarosa de hoy en nuestro país que sin duda aunque con
menor fuerza que en otras zonas también atraviesa a Barranquilla. A lo
que no renuncio es a afirmar que el espíritu de esta población afín,
primero con la cultura latina, y en forma específica con la cultura del
Caribe, donde está tan arraigada la cultura del ocio, del disfrute, del
goce, aprovecharía los espacios disponibles propuestos por la nueva pla-
neación como lo hacen con lo poco que tienen para generar actividades
lúdicas, mejorando su calidad de vida de acuerdo con su identidad y
canalizando las energías en acciones aceptadas socialmente y preventi-
vas de hechos violentos.
La ciudad está allí. Riesgo diario. Zona de encuentros. Con su luz y sus
olores. Sus memorias persistentes y sus olvidos. Sus engaños y sus
encantamientos. Para descifrar.
BIBLIOGRAFÍA
Arantes A. 1994. La Guerra de los lugares: Fronteras simbólicas y unibrales en el espacio
público" En: La Ciudad y Cultura: memoria, identidad y comunicación. VII Congreso de
Antropología en Colombia. Diego Herrera, Gloria Naranjo y Clara Aramburo (Editores).
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BARRANQUILLA:
UNA POSTAL DE FIN DE SIGLO
(DE LA NOSTALGIA AL OLVIDO)
BARRANQUILLA: UNA POSTAL IV
DE FIN DE SIGLO
(DE LA NOSTALGIA AL OLVIDO)
BARRANQUILLA:
UNA POSTAL DE FIN DE SIGLO
(DE LA NOSTALGIA AL OLVIDO)
Mas, a finales del siglo pasado, en 1892 para ser más exactos, este cuadri-
látero que conformaban los entonces llamados Calle Ancha, Callejón de
la Niña China y la Calle Real con el Callejón de San Nicolás, presentaba
un panorama y una atmósfera totalmente distinta. La Calle Ancha
hallábase adornada de tupidos árboles de almendros que allí crecían y
fructificaban sin cesar, para deleite de los niños. Y remataba, a pocos
metros, en el paseo llamado El Camellón, al que concurría la gente jo-
ven de las familias de la vecindad. El Callejón de la Niña China, inexis-
tente hoy, daría inicio a la actual Avenida Veinte de Julio, y comenzaba
allí mismo, en la esquina del almacén de la Niña China. Era un callejón
* Julio Núñez Madachi. Filósofo. Pro-
fesor titular de la Facultad de Ciencias
estrecho, torcido, entre arenoso y pedregoso, con zanjones que en épo-
Humanas de la Universidad del Atlánti- cas de lluvia detenían las aguas turbias de los arroyos que pasaban por
co. Magíster en Administración Univer-
sitaria de la Universidad Javeriana. Ex allí. La popularidad de la propietaria del almacén había motivado el
director del Programa de Filosofía y del nombre de dicho callejón1.
Instituto de Filosofía de la Universidad
del Atlántico.
1 Abello, Miguel. Historia de una calle. Entre tanto, en el otro ángulo, hallábase el Parque de San Nicolás, que
Diario El Heraldo, marzo 3 de 1971. quedaba ubicado frente a la iglesia que lleva el mismo nombre y que era
Sin embargo, al poco tiempo, este sector al que nos hemos referido, tan
pequeño, unas seis cuadras o manzanas decíamos, ese ámbito tan es-
cogido, tan concentrado allí mismo, sector de población aún tan insigni-
ficante, al azar de las circunstancias, habría de constituirse en el punto
focal de la economía nacional. Y es que ya desde la mitad del siglo XIX
Barranquilla, gracias a las ventajas de su geografía, con tan inmediatas y
fáciles vías fluviales y marítimas, había dado los pasos iniciales para consti-
tuirse en ciudad. Había estado desde entonces como urbe en gestación,
abierta a todas las posibles colaboraciones que se le prestaran en aperturas
que desde su comienzo la distinguieron de las demás ciudades de Colom-
bia, todas, hasta muy entrado el siglo, tan cerradas. De hecho, ninguna de
éstas podría compararse con Barranquilla en ese sentido, vale decir, en el
de abrirse al exterior del mundo moderno en su actualidad.4
Entre ellos, el que las sacó del secular colonial y hasta medieval en que
vivían: el de la aviación. El freno, ya en ese entonces ejercido desde
Bogotá por los miopes gobiernos centralistas que, indolentemente, hi- 5 Íbid.
cieron posible más tarde la secesión del Istmo de Panamá, comenzaba al 6 Camacho Roldán, Salvador. Notas de
viaje. Bogotá, Talleres Gráficos del Ban-
fin a cortarse, al menos en parte, por la propia Barranquilla. co de la República, 1973.
Es por eso que el también filósofo Rubén Jaramillo Vélez, se haya pre-
7 Nichols, Theodore. El surgimiento de
Barranquilla. Revista de la Cámara de guntado si todo esto no tenía que conducir a confundir el sentido de
Comercio. Abril de 1983. una auténtica cultura con esa simulación que parecía presidir el compor-
8 Gutiérrez G., Rafael. La literatura co-
tamiento de las clases señoriales colombianas a finales del siglo pasado y
lombiana en el siglo XX. Manual de
Historia de Colombia, t. III, 1980. comienzo del presente. ¿Cómo habría de arraigarse en esas condicio-
Don Esteban Márquez fue también un gran erudito y, desde luego, ami-
go de Pellet para el intercambio de ideas. De él conservaba don J. E.
Blanco como reliquias, libros de cultura universal todos en alemán, que
leía don Esteban en una aldeana Barranquilla. Todos en alemán, pues
había sido educado en Alemania y había aprendido tanto ese idioma que
llegó a leer lo más clásico de su literatura: Goethe, Schiller, Lessing,
Hörderlin, Jean Paul... No había entonces en toda Colombia nadie con
semejante capacidad de conocimiento de dicho idioma y dicha literatura.
UN DESAFORTUNADO ADIÓS
El año 1899, el año de la despedida del siglo, fue terrible en los anales
de la historia de Barranquilla. En Colombia, ya desde 1885 los tiempos
habían comenzado a ser tempestuosos y sus destellos, que apenas causó
alarma por la distancia, inesperadamente se tomaron a Barranquilla. A
los pocos meses de iniciarse el año, se propagó por toda la ciudad la
noticia de la inminente llegada de la compañía o cuerpo de macheteros
que servía en batallones bajo el mando del general conservador Pedro
Nel Ospina.
Fuera cierto o no, parece que el pavor cundió entre las familias liberales
de Barranquilla, por lo que se sabía de la saña o furor de violencias y
matanzas, atropellos de hombres, violaciones de mujeres que practica-
ban dichos macheteros. Los altos militares que los comandaban eran
impotentes para detenerlos en las desbandadas de sus furias sangrientas.
De este tenor u otros eran, en gran parte, los sucesos que se vivieron en
1899 en Barranquilla cuando ésta se vio involucrada en la guerra gestada
desde el interior del país por los dos partidos nacionales y la acción casi
salvaje del sectarismo político y el fanatismo religioso que habían ensan-
grentado y entenebrecido campos, pueblos, aldeas y ciudades de Colom-
bia, paralizando, de momento, el arrollador entusiasmo en el que la
aldea se desenvolvía pujante en sus anhelos por hacerse ciudad.
BIBLIOGRAFÍA
Testimonio oral sobre la vieja Barranquilla tomado en cinta magnetofónica a Julio Enrique
Blanco en 1985.
Blanco, Rafael. 1944. Barranquilla: Aldea, Ciudad, Metrópoli. Revista del Museo del At-
lántico, Nº 6 y 7.
Camacho Roldán, Salvador. 1973. Notas de viaje. Bogotá, Talleres Gráficos del Banco de
la república.
Gutiérrez G., Rafael. 1980. La literatura colombiana en el siglo XX. Manual de Historia
de Colombia, t. III.
BARRANQUILLA: UN ESPACIO
PARA LA SOSPECHA
BARRANQUILLA: UN ESPACIO V
PARA LA SOSPECHA
BARRANQUILLA: UN ESPACIO
PARA LA SOSPECHA
Guiados por ese oír decir tropezamos en las calles, como afirma Cruz
Kronfly, con cuerpos que cargan sobre sus hombros la memoria de pasa-
dos despojos, humillaciones y cuentas por cobrar. Memoria desde la que
dichos cuerpos producen y reciben mensajes, tal como esa frase del muro
* Luis E. Sánchez Bonett. Arquitecto.
Profesor titular de la Facultad de Ar- que da hacia el antejardín de la casa desocupada, colindante con la
quitectura de la Universidad del Atlán- estación de policía, la cual, por la fuerza de la brocha gorda con que
tico. Magíster en Investigación y
Docencia en el área de la arquitectura. fue escrita, en vez de advertir, prácticamente nos ordena con voz militar:
Universidad Nacional Autónoma de ¡Si ve a alguien arriba del techo de esta casa, favor llamar al 354378 o
México.
1 Borja Jordi Por un desarrollo urbano
llamar a la policía!.2
afortunado. En: Local y Global. La ges-
tión de las ciudades en la era de la infor- Así, en el oír decir y en las interacciones precitadas se percibe un pai-
mación. Castells, M. y Borja, J. Madrid:
Tauros, 1998, p. 263. saje urbano surgido de las sospechas hacia el otro, donde ninguna
2 Cruz Kronfly, Fernando. En las ciu- frontera física ni ningún límite social otorga seguridad, pues en él se ha
dades literarias. Revista Universidad
del Valle No.14. Cali, Agosto de 1996,
interiorizado un miedo ancestral al invasor, al otro diferente, venga de
p. 19. arriba o de abajo.3
3 Becerra, Oscar. Medio ambiente y es-
tética urbana. En: El territorio de la ciu-
dad: utopía y realidades. Barranquilla,
Este miedo, asumido generacionalmente por los habitantes de las prin-
Universidad del Atlántico, 1997, p. 35. cipales ciudades colombianas, moldea y organiza sus imaginarios, fun-
Por esto, una rápida mirada a las estadísticas del delito en Barranquilla,
una de las principales fuentes de aquélla, nos puede servir para dibujar
su malla, sobreponerla a su estructura urbana y encontrar, en la sombra
de sus aleros o el cruce de la esquina, el gesto sospechoso de sus tran-
seúntes.
EL MIEDO EN CIFRAS
Revisando las cifras, son sobre todo barrios con génesis y procesos simi-
lares a los anteriormente descritos, los que, recogiendo a su vez la histo-
ria de la violencia, conforman el escenario donde se expresa en la
actualidad la injusticia social y el desentendimiento económico y cultu-
ral del Estado, así como en una especie de enfática factura social, la
intolerancia y el irrespeto por la vida.
Algo similar puede ocurrir al visitar la Comuna 10, que acumula el por-
centaje más alto en los delitos contra el patrimonio económico: 17.3%.
Se trata, en efecto, de la cueva que dio origen a la invasión de Monte-
cristo, límite además del Barrio Centro, lugar éste del desempleo abierto
y disfrazado. Este último barrio es, también, vecino de Barlovento, espa-
cio de la droga, del jíbaro y del raponero, que se halla situado, a su vez,
frente al proyecto semilla de recuperación del centro de la ciudad y pa-
trimonio histórico nacional: el edificio de la Plaza de la Aduana.
EL ESPACIO SITIADO
Igual suerte corrieron las zonas recreativas de Cevillar, San José, el Se-
minario, Bavaria, Lucero, Los Pinos y San Isidro, las cuales, bajo el am-
paro de un código de urbanismo, se transformaron en minúsculos centros
institucionales, o se rindieron al ímpetu monopólico de la actividad cons-
tructora, como la que se produjo alrededor de la Universidad Metropo-
litana. O bien, como el comercio que se constituye al lado de la Iglesia
de la Torcoroma, interesante canje histórico realizado hacia los 70, en
función del cual el municipio cedió tres parques el de San José, el de
Tayrona y el de la iglesia mencionada, a cambio de lotear la supuesta
invasión del barrio 20 de Julio, propiedad de un particular vinculado a
los procesos políticos de la ciudad.
Herederos históricos de las vías nefastas que vamos señalando, otros sec-
tores soportan toda clase de usos en su franja vehicular o peatonal, que
incluyen la reparación del tractomula, la residencia, la venta de re-
puestos y el olor a aceite que corre por los torsos desnudos y sudorosos
de esos robots cotidianos que se le miden a todo. Así ocurre, por
ejemplo, con la llamada Calle cachacal, sinónimo del atraco con un
arma distintiva de quienes habitaron las zonas andinas de la violencia en
Colombia: la puñaleta.
Ni que decir del sentido carcelario del coliseo del Rincón Latino, las
celdas de Don Bosco o los campos de concentración en los que se han
instalado los vendedores estacionarios de la 30, que reproducen, multi-
plican y expanden el hacinamiento de sus espacios habitables. A lo que
habría que agregar el espacio arquitectónico, tomado del panóptico,
que con una mirada hoy teleinformada, controla los gestos de sospecho-
sos cuerpos hechos para delinquir, como en los centros comerciales, llá-
mense estos Makro o Parque Central.
Mas no sólo el espacio del centro comercial se diseña desde esta situación,
sino, incluso, el edificio multifamiliar, que, conjugándose, por demás, con
la estrategia de la especulación inmobiliaria, da paso a la sobredensifica-
ción del suelo. De este modo, tal construcción evoca un claustro donde
aparecen como anzuelo de ventas los balcones del beso, llamados así,
en la siempre rotunda sabiduría popular, por la proximidad de los blo-
ques que los conforman. Sólo que la piel de sus fachadas, tejidas en
barrotes virtuales de hierro, hacen prisioneros del espacio a sus habitan-
tes, menguando las posibilidades del amor.
Acaso sin preverlo, la ciudad, así diseñada, trazó puntos de fuga por
los que transitaría ese sujeto que en el entrecruzamiento de cuerpos
físicos, o en la imagen proyectada a través del retrovisor, o con su sorpresiva
presencia en la ventanilla del automóvil justo en el momento en que la
luz roja de la esquina nos detiene, nos pone en estado de alerta y crispa
nuestros nervios. Se trata de El jinete de la moto, al decir de Cruz
Kronfly, la imagen del rostro invisible dedicada a saldar una cuenta de
sangre sin fondo, para luego desplazarse y perderse en ese árbol vial
dibujado sobre la complejidad del espacio urbano.
Sí, por los túneles del paisaje urbano, transita el nuevo jinete, quien ex-
presa, con su ceño fruncido, un gesto apropiado para esas puertas con
rejas, ventanas con rejas, antejardines con rejas, árboles con rejas, canastas
de basuras con rejas, muros con molduras superiores dispuestas en forma
de cortantes retazos de vidrio, amén de los perros policías y los guardias de
seguridad. De tal manera que jinete y paisaje trazan el sentido permanen-
te, tanto de la amenaza como de la estrategia de la evasión, que caracteri-
za al escenario urbano de nuestras ciudades.
Para Pérgolis, la ciudad debe ser analizada más por literatos que por
urbanistas, tal vez porque éstos, con su creatividad y poder comunicati-
vo, trascienden la linealidad funcional de su espacio. Por eso la pluma
de un escritor como Darío Ruiz Gómez relata la estructura vial moderna
con significado sin igual:
12 Ruiz Gómez, Darío, citado por Cruz A continuación, el punto de fuga empieza a diluirse:
Kronfly, Fernando en Las ciudades li-
terarias. Revista Universidad del Valle,
Sin embargo, no podían cantar victoria y en la primera bocacalle se me-
Nº 14. Cali, Universidad del Valle, 1996,
p. 21. tieron, en la zona verde, cruzaron por el sendero peatonal aprovechando
EN CONTRAVÍA CIUDADANA
En el artículo La ciudad son los hombres, los hombres son la ciudad,
Malaver, un autor cuyas ideas seguimos, señala cómo la historia del país
ha sido determinada por la exclusión del otro diferente. Estos térmi-
nos señalan la presencia de una doble crisis: la de la política, como orga-
nizadora de la relación civis-ciudadano; y la de la estética, como instancia
promotora de la humanización de la propia civis.
Pero de toda esta galería vale la pena destacar, por su particular rela-
ción con Barranquilla, a aquel individuo que se formó en medio de la
crisis económica internacional que suscitó el llamado boom de la
marihuana.
Decía Blanco que, hasta ese momento, Barranquilla había sido llamada
con razón ciudad fenicia, pues solamente había sido un emporio de co-
mercio. Pero ahora, continúa afirmando, Barranquilla está en transi-
ción, hablando simbólicamente, tiende a realizar en sí un tipo clásico, o
griego de ciudad... Está en vía de hacerse con criterios modernos dentro
de los ideales antiguos que evolucionan y adoptan a cada tiempo y cir- 16 Madacchi, Julio. Universidad y ciudad
cunstancia, de un humanismo de base puramente antropológico, hacia en el pensamiento de Julio Enrique Blan-
co. Conferencia presentada en el
un neo-humanismo, por ejemplo, de centro comercial e industrial, a un Conversatorio de la Ciudad. Barranqilla:
emergente foco de cultura...17 Universidad del Atlántico, 1999.
17 Ibíd.
Según Madacchi, Blanco consideraba que sin una férrea condición ciu-
dadana, política si se quiere, en el mejor sentido, el desarrollo de la
ciudad sería imposible. Entonces fustiga, nos sigue diciendo el autor, las
mentes de algunos de nuestros dirigentes, para que se den cuenta de las
enormes condiciones que ofrece una ciudad situada allende al río y al
mar, elementos naturales por donde siempre se han desarrollado las gran-
18 Citado por Madacchi, Julio. Op. Cit.,
p. 15. des civilizaciones.
Atiende bien a cuanto voy a decirte y escríbelo claramente para los tiem-
pos que han de venir.
No temas repetir lo que voy a decirte por la crudeza cáustica de la verdad
y justeza de lo que anuncia.
Será ciertamente para que se admiren los andinos por lo que es posible en
tu marina ciudad natal y no lo es en las montañosas ciudades de ellos.
Porque el mar es la apertura de todas las vías de la historia, civilización y
cultura de la humanidad, y la montaña es la cerradura, atajo y rechazo de
esas vías.
Creo que no puede haber mejor conclusión para este texto, captado
entre los límites excluyentes de las interacciones sociales dominantes
en la ciudad, que la lección de férrea voluntad ciudadana de Julio E.
Blanco porque se requiere sustituir, con urgencia, los nexos violentos
de sujeción de la ciudad actual por los de la libertad. Momento en que
gobernantes, técnicos, artistas y ciudadanos interpreten las nuevas ten-
dencias de la sociedad hacia ese proceso civilizatorio del reconocimiento 19 Madachi, Julio. Op. Cit., p. 18.
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Pignatelli, Paola. 1980. Análisis y diseño del espacio que habitamos. México. Editorial
Concepto.
JORGE VILLALÓN*
Este breve trabajo tiene como objetivo hacer una contribución al tema de
la evolución urbana de la ciudad de Barranquilla en las últimas décadas.
Se trata de una reflexión histórica sobre los mas importantes aconteci-
mientos ocurridos en la segunda mitad del siglo XX que han incidido en
la configuración de la ciudad más importante de la región del Caribe Co-
lombiano. De manera especial, se pretende analizar con mas detalle la
década de los años ochenta y la coyuntura electoral de la primera elección
popular de alcaldes que tuvo lugar el 13 de marzo de 1988, en la cual se
muestran las propuestas y las visiones de la ciudad que tenían los diferen-
tes grupos políticos, gremios económicos y personalidades independientes
que se expresaban a través de los medios de comunicación locales, en
consideración de que estos grupos son los que toman las decisiones que
benefician o perjudican a la ciudad, y que al fin y al cabo son las que van
determinando el pulso y la evolución urbana de Barranquilla. El tema
central de las discusiones a mediados de las décadas de los ochenta era la
crisis urbana que padecía la ciudad en ese momento, la cual se manifesta-
ba de manera dramática en el deterioro de los servicios públicos que afec-
taba a todos los sectores sociales de la ciudad. Se pretende, además, ubicar
los procesos ocurridos en Barranquilla en el gran escenario de la política
mundial, en el cual estaban ocurriendo una serie de acontecimientos que
terminarían por transformar el panorama intelectual y político internacio-
nal. El comportamiento de los diferentes grupos durante la etapa pre-
electoral se analiza a través de la reconstrucción de los principales eventos
políticos ocurridos entre septiembre de 1987, cuando surgen las primeras
candidaturas, y el mes de marzo de 1988, cuando tuvo lugar la elección.
Finalmente, se pretende hacer una reflexión histórica sobre el significado
que tuvo esta elección en la evolución general de la ciudad al final del
siglo XX.
* Magíster en Historia Contemporánea.
Universidad de Tubinga, Alemania Fe- La labor del historiador se entiende, en este estudio, como la de un
deral, docente de la Universidad del
Norte. Barranquilla. verdadero artesano que trata de organizar un conjunto de hechos relati-
ALGO DE HISTORIA
Uno tras otro, diversos acontecimientos van desdibujando los sueños, las
utopías, los relatos dirían los posmodernos, de toda una generación.
La Unión Soviética, para muchos todavía un modelo a copiar, invade a
Afganistán en 1979. En abril de 1980, miles de cubanos intentan salir de
Cuba, baluarte del socialismo, y buscan asilo en la embajada del Perú.
En Polonia, en un hecho insólito, los sindicatos obreros luchan contra el
poder soviético. Los Estados Unidos eligen de presidente en 1981, a un
actor de cine, Ronald Reagan y en Rusia fallece Leonid Breznew dando
paso a una serie de gobernantes ancianos que ocuparían sucesivamente
el cargo hasta que finalmente Gorbachov declara por finalizada la expe-
riencia del socialismo en Rusia. Para los latinoamericanos, la pérdida de
Las Islas Malvinas en Argentina en la guerra contra Inglaterra, era el
aviso que para los Estados Unidos era más importante su madre patria
que sus hermanos de la OEA. Para el movimiento ecologista mundial, la
tragedia de la central atómica en Schernobyl, en la Unión Soviética el 26
de abril de 1986, se constituye en un hito dramático en la conciencia del
hombre en su preocupación por conservar al medio ambiente amenaza-
do por la misma ciencia en su afán de dominar la naturaleza. El hombre
moderno se manifiesta incapaz de controlar la naturaleza, como era su
intención, como tampoco de garantizar la vigencia de derechos huma-
nos fundamentales. Izquierdistas y derechistas veían como los funda-
mentos de la civilización moderna comenzaban a cuestionarse y los nuevos
acontecimientos ponían cada vez más en duda su vigencia.
ARTISTAS E INTELECTUALES
Se puede afirmar con cierta certeza, que los artistas e intelectuales esta-
ban ofreciéndole a la ciudad las actualidades del mundo y las nuevas
visiones de la realidad, y al parecer fueron ellos quienes mejor pudieron
captar lo que estaba ocurriendo.
En los meses siguientes los grupos políticos tuvieron que definir sus po-
siciones alrededor de las candidaturas que surgieron en el segundo se-
mestre de 1987. En la arena política tendría que decidirse el futuro de la
ciudad, razón por la cual se hace necesario mirar un poco en detalle lo
ocurrido entre junio de 1987 y marzo de 1988.
A mediados de 1987 los grupos políticos eran los siguientes, con sus
correspondientes líderes u orientadores:
Sector conservador
Mario Varón Olarte
Abel F. Carbonell
Roberto Gerlein
Gabriel Acosta Bendek
Sector liberal
Pedro Martín Leyes (Mayorías Liberales)
20 Diario del Caribe del 12 de junio de 1987
José Name (Movimiento de Integración Social Liberal, MISOL) 21 Varela, Ricardo. Comportamiento elec-
Juan J. Slebi (Frente de Unidad Liberal, FUL) toral en el Departamento del Atlánti-
co. Bogotá: Universidad Javeriana,
Jaime Vargas Suárez (Nueva Alianza Liberal) 1991. p. 42 ss.
El mes de octubre estuvo bastante movido para la política. Las dos alian-
22 Diario del Caribe del 8 de octubre de zas más poderosas logran escoger sus candidatos, por un lado ya estaba
1987. la del Grupo Name que apoyaba a Certain, y la otra, también de los
23 Documentos Ceres N° 4. Elección po- liberales Pedro Martín Leyes y Juan J. Slebi, mas el grupo conservador
pular de alcaldes. Barranquilla:
Uninorte, 1988. de Roberto Gerlein acordaron el 10 octubre apoyar la candidatura del
Como uno de los problemas más urgentes era la crisis urbana, que se
manifestaba en la mala prestación de los servicios públicos, la opinión
pública recibió con cierto interés el borrador final de la misión japonesa
que era un estudio de factibilidad de la renovación urbana del distrito
central de Barranquilla, después de haber trabajado desde el mes de
julio de 1983.
Además del anuncio de las dos más importantes candidaturas, hubo dos
hechos políticos que hicieron noticia. Uno de ellos fue el asesinato de
Jaime Pardo Leal, candidato a la presidencia por la Unión Patriótica, que
produjo varias protestas de estudiantes de la Universidad del Atlántico en
los días posteriores. El otro hecho fue el nombramiento del abogado y
corredor de propiedades de 34 años Edgardo Sales como Gobernador
del Departamento, en un intento de apaciguar los ánimos dentro del
sector del liberalismo local. Hubo diversas reacciones a este nombramiento.
Pedro Martín Leyes manifestó que sería garantía, Juan Slebi estuvo
complaciente y Name manifestó que era excelente y se mostró satisfe-
cho. Edgardo Sales expresó lo que la tradición ordenaba, es decir, basar
su administración en un reparto equitativo entre los grupos que lo apo-
yaban. Se declaró independiente diciendo Yo milité hasta hace una
hora en el grupo político del Senador Name, para luego afirmar que
... y logrando un equilibrio burocrático entre ellos podemos alcanzar
muchos éxitos.... Como se puede observar, las preocupaciones y las de-
claraciones no eran los problemas urbanos urgentes, como tampoco lo
fueron los grandes temas en torno a la ciudad como un todo.
24 Diario del Caribe del 25 de octubre de A principios de marzo todos los grupos políticos ya habían decidido a
1987. que candidato apoyar y se veía de la siguiente manera. La coalición Name-
25 Documentos Ceres N° 4. Elección po-
pular de alcaldes. Barranquilla: Univer-
Carbonell, apoyaba a Gustavo Certain, a la que se le sumaron Jaime
sidad del Norte, 1988. Vargas, Moisés Tarud, Ricardo Rosales, Jorge Gerlein, Hernán Berdugo,
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