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EK EL SA CR A TISI
TI SIM
M O COR AZO H
DE JESUS,
descubi
descubier ertt o á n u estra
es tra E spaña
spañ a e n la
br
b r e v e n o ti c ia d e s u d u lc í s i m o c u l t o .
Propagada ya en varias provincias del
Orbe Cristiano.
SU AUTOR
E L P. J U A N D E L O Y O L j Í ,
de la Conifiailfn de Jesús , M a e s t r o
de Teologí
Teol ogía
a y Rector
Rect or d e l Col
Co l e gio
gio d e
Segovia.
C o v u c e n c ia
ia : M a d r id
Imprenta
Impre nta que f u e de F u c n te n c lro
lr o .
J u li
l i o de i 8 3 i .
JESUS.
E l Eminentísimo y Reverendísimo
Señor Don Troyanode Acnaviya y Ara-
gón , Presb
P resb ítero
ítero C ardenard enal
al , del Í ’íiuloíiu lo
(le .Santa
.Santa Cecili
Ce ciliaa , conconce
cede
de cien d ias d e
Indulgencia ¡í todas y í cualesquiera
pe
p e r s o n a s q u e l e y e r e n con d e v o c i ó n e s t e
libi'ilo, y rogaren ú Dios nuestro Señor
p o r l a e x a l t a c i ó n d e la S a n i a F e C a t ó -
lica, extirpación de las lieregías, paz y
concordia entre los Príncipes cristianos,
y victoria contra los enemigos de nues-
tra sagrada Religión,
El imstrísimo Señor Don Alvaro de
Mendoza , Arzobispo de Farsalia y Pa-
triarca de las Indias, concede cuarenta
dias
di as de Indulgen
Indu lgencia cia á lo s qu quee l ey eren
ere n
este librito.
El Jlustrísimo Señor T)on ¡Manuel de
Satnaniego, Arzobispo de Burgos, con-
cede odíenla (lias de lodulgeucia á los
que leyeren eri esle lib rito , <5 rezarei»
algunas de las preces, cu ti contenidas,
al sagrado Corazon de Jesús.
£1 llustrísimo Señor Don Domingo
Guerra, Arzobispo, Obispo de Segovift,
concede oíros ochenta días de In d u l-
gencia.
iíl (Iustrísiiüo Seüor Don Julián Do*
minpuci de Toledo , Obispo de Valla
dolid , concede otros cuarenta díasele
Indiligencia.
Y el llustrísimo y Reverendísimo Se«
Sor Don Fray Tomás del Vaile , Obis-
po de C ádiz, concede, asim ism o, oíros
cuarenta dias de Indulgencia á los que
hicieren lo mi^uio.
E n las revelaciones ó mila-
gros que se atribuyen , y en los
elogios que se dan en este libri-
to á personas no canonizadas
ni beatificadas, no pretendo de
manera alguna prevenir el ine
fa b le juicio de la Santa Iglesia;
antes, en todo, como verdade
ro hijo suyo, humildemente me
sujeto á los Decretos del Sumo
Pontífice Urbano V IJ I, y á los
de la Sagrada Congregación de
&
Hitos, en la misma form a que
se declara en el piadoso libro
de Cultu Sacrosancti Corilis Dei.
lesu, que consagrado ü la sobe
rana protección del Sumo Pon
tífice Benedicto X I I I , de glo
riosa memoria, y á espensas de
la piedad de nuestro Católico
M onarca Don Felipe V ( que
j Dios guarde) dio á luz en idio
ma latino, el año de 1 7 2 6 , el
muy Reverendo Padre José de
Gallifet , de la Compañía de Je
sús, viviendo en Roma, Asistente
de las provincias de Francia.
D e esta obra, á todas luces
grande, de este docto y piadoso
Jesuíta, y de un papel en de
recho que presentó á la Sagra
da Congregación de Ritos sobre
el mismo asunto, se ha sacado
este librito. Ha esperado las di
laciones de casi un año , dis
puesto pena salir á luz: las per
sonas que lo desraban público,
han vencido dificultades no pe
queñas ; pero esto m sino da
confianza que ha le servir de
alguna gloria al mismo Sacra
tísimo Corazon.
Sale Jinalm ente , para dar
d nuestra España en compen
dio ( atendiendo d que muchos
no pueden manejar mayor vo
lumen J una breve noticia del
Sagrado Culto del Corazon dul-
cisimo de Jesús. Ojala mueva el
Señor d algún su siervo que la
haga común d Portugal! Pues
este celestial Tesoro de Divinas
gracias, en que se enriquecen
casi todas las provincias del
Cristianismo, ha sido hasta aquí
Tesoro escondido d estas dos
tan ilustres como piadosas na
ciones; pero esperamos sean los
primeros en promover este Sa
grado culto estos dos reinos,
que son los últimos en abra
sarle.
Siendo casi forzoso llegue es
te librito á manos de personas
de diversas condiciones y talen
tos, se ha procurado form ar de
rt
9
suerte qite puccla mover las vo
luntades, é ilustrar los enten
dimientos, que sirva á la co
mún piedad de losjieles , y no
sea inútil á la devocion discreta
de los sabios, que aparezca cu
el lo tierno y dulce de este cul
to , y no se eche menos la solidez
de sus fundamentos , con el
grande apoyo que le da la au
toridad de los Santos para que
no salga tan espuesto a l a cen
sura, ó á la nota de novedad,
p o r ser nueva esta noticia en
nuestra España.
¡O h , quiera el mismo San
tísimo Corazon mover d que se
lea con la atenta reflexión que
merece, pues esperamos no sea
inútil ó infructuosa su lectu
ra!
0 ®8 S>®®®9 #®1M>®®6 ®® ®®0 6 ®<í
TESORO ESCONDIDO
EK EL SACRATISIMO CORAZON
DE JESUS.
PARRAFO PRIMERO.
PRACTICA PRIMERA.
PRACTICA TERCERA.
PRACTICA QUINTA.
FRACTICA SESTA.
¡ O Corazo n D ivinísim o de
Jesus, dignísimo de toda ado-
ración de los hombres y de los
A ngeles! ¡ O Corazon in afab le
y verdaderam ente in c o m p r e s i-
b le , digno de ser adorado con in-
finitas alab an zas, por ser fuen te
de todos los bienes , por ser
origen de todas las virtu d e s, por
ser el ob jeto en q uien mas se
agrada toda la Santísima Trini
i5a
dad entre todas las criaturas!
jO Corazon D ulcísim o de Jesus!
Y o profundísim am ente os ado-
ro con todos los espíritus de nú
pobre corazon, yo os alabo, yo
os ofrezco las alabanzas todas
de los mas amantes Serafines de
toda vuestra Corte Celestial, y
todas las que os puede dar
el Co razon de vu estra M adre
Santísima.
¡ O Corazon amantísimo de
Jesus ! Corazon nobilísimo , ge-
nerosísimo , liberalísimo, man
153
sísimo, humildísimo, ardentísi-
mo en el amor de los hombres?
¡O corazon de mi Redentor, de
m i Padre , de mi E sp oso ! ¡ O
Corazon, refugio de mi alma*
■víctima por mis pecados, des-
canso de las almas castas! ¡O
C orazon amabilísim o , herido
con la lanza por mi amor' Yo
os amo con todo mi co razo n, eos
toda mi alma , con todas mil
fuerzas; y deseo continuar este
amor todos los instantes de mi
v id a , y q u e os am en con igual
amor todos los hombres.
Invoc
Invocaci
ación
ón a l Corazon ele Jesús*
¡ O C o ra z o n poderosí
po derosísi sim
m o,
Señor de todos los corazones!
Sujetad nuestros corazones á
"vuestro imperio; egercitadle en
las almas justas, y obligad con
■vuestro poder á que os sirvan
los corazones ingratos y rebel-
des. ¡O Corazon, egemplar per
fectísimo de todos los corazones!
Haced los nuestros semejantes á
V o s m is m o e n la h u m i ld a d y e n
la mansedumbre que quisisteis
aprendiesemos de Vos,.
Do
Dolor
lo r por ¡as inju
injuri
ria
as com
cometid
etidas
as
contra el Corazon de Jesús.
Ofrecimiento de s í mismo y de
todas sus cosas al Corazon
de Jesus.
E l venerabl
vener ablee Padre C olom ol om
b i e r e , d e q u i e n h i c i m o s m e n -
ción al principio de este librito,
después de haber esplicado los
motivos de este heroico ofreci-
m i ento
en to , p o n e su fórm ula , la
cual pareció trasladar aquí en
sus propios
p ropios términos
térm inos , p ara las
almas que aspiran á una eleva-
da perfección y al amor mas fino
Sel Divinísimo Corazon Je Je-
sus; dice así:
¡ O C o razo
ra zon
n de
d e mi am antí
an tísi
si
m o Jesu
Jesus!
s! C orazon
oraz on dignísi
di gnísim
mo
•de toda
tod a m i a d o racio
ra cion
n y am o r 1
Y o ( a q u í dir
di r á su no
n o mbre
mbr e )
inflamado en el deseo de com-
pensar y borrar tantas y tan
grandes injurias cometidas con-
tra V os ; y para
par a h u ir cuan to e s -
tá de mi parte el vicio de ingra-
to, os entrego y consagro del
todo mi corazon, con todos sus
afectos, y á mí mismo con todo
cuan to soy enteram
enter am ente. Protes-
Protes -
to, que es mi deseo puro y sin-
cero o l vidarm e del t odo desde
des de
esta hora y momento de mí mis
i 58
mo y de todas mis cosas, para
que quitados todos los impedi-
mentos, pueda entrar en vues-
tro Sacrosanto Corazon que con
singular misericordia me habéis
abierto, y habitar en él vivo y
muerto con vuestros fieles sier-
vo
v o s . E n c e n d i d o , p u e s , t o d o e n
vu
v u e s t r o a m o r , o f r e z c o g u s t o s o á
este Divinísimo Corazon el mé-
rito y sat sa t isfa
sfa cci
cc i ón q u e p ued
ue d o t e-
ner en los Santos Sacrificios de
l a M isa, o racion es, obras obr as de pe- pe-
n iten
it en cia, h u m ild il d ad , obedi
obe diee nci
nc i a,
y d e to d a s l a s d e m a s v i r t u d e s
que egercitare por todo el tiem-
po de mi vida hasta el último
aliento de ella. No solo quiero
hacer tocio esto en alabanza y
hon
ho n ra del de l C o razo n de Jes Jes u s ,
s i no q u e t am bién bi én l e p i do hu -
milde y instantáneamente no se
dedigne de admitir esta perfec-
ta donacion de todas mis cosas
que hago á este Santísimo Co-
r az o n ; de s u er t e , qu e p u ed a
disponer de todas ellas á su ar-
bi
b i t r i o , a p l i c á n d o l a s á q u i e n f u e -
re servido, ó destinándolas al
f i n q ue mas mas le agradare
agr adare.. Y p o r-
que ya tengo cedida á las áni-
mas del Purgatorio toda la sa-
t i sfac
sfaccc i ón q u e pu eda ed a tener cu
mis obras, deseo se les aplique
según el beneplácito del Cora-
zon del Santí Sant í simsim o C orazon de de
i 6o
Jesus. Pero no debiendo impe-
dir esta mi donacion que yo
pueda ofrecer las misas y ora-
ciones, según lo pidieren algu-
nas veces la obediencia y cari-
dad , habiendo de valerme en-
tonces de los bienes ágenos, y
q u e ya pertenecen al D ivinísi-
mo Corazon de Jesus, es mi in-
tención , que todas las obras de
virtu d qu e egcrcitare entonces,
queden dedicadas y consagra-
das al Deifico Corazon de Jesus,
com o bienes propios suyos. ¡ O
Corazon Santísimo y Amabilísi-
m o ! E nseñad m e, os r u e g o , el
cam ino q u e debo tom a r, para
que olvidado enteramente de
i 6i
nú mismo, llegue á conseguir
la pureza de vuestro amor, cu
1 yo deseo me habéis infundido*
Abrasóm e en vehem entes deseos
de agrad aros; pero siento q u e
de ningún modo podré llegar á
conseguir lo q ue deseo sin a q u e l
gran de au xilio , q n e Vos sola-
mente Dulcísimo Jesus mió po
*deis darme. Perficionad, pues,
en mí (¡ó Corazon Santísimo? )
todo lo que os es mas agradable
y conform e á vuestra D ivin a vo-
lun tad. Conozco ciertam ente q u e
yo repugn o y resisto; pero si
no me engaño, no quisiera re-
sistir, á Vos os toca dar y per,
¡ficion arlo todo. A V os solo (¡ ó
l(>2
Corazon Santísimo!) se deberá
toda !a gloria de mi santidad si
mereciere , finalmente , el con-
seguirla: ni yo quiero aspirar
en adelante á la misma santidad
con otro fin , sino el de vuestra
gloria y alabanza. Amen.
Este es el devotísimo ofreci-
miento del venerable padre Co
lom biere , digno de su elevad o
espíritu y proprísimo para for-
mar y encender amantes serafi-
nes al Sacratísim o C orazon de
Jesús. A caso le ap ren dió de su
liija esp iritual la ven era b le M ar-
g a rita , q u ie n á petición del mis-
mo Jesus, hizo semejante entre-
ga de sí misma y de sus cosas
i 63
al Corazon Sagratlo de Jesus,.
m ereciendo en recom pen sa, al
entregársela escrita, que el mis-
mo Sefior la hiciese igu al don a-
ción con auténtica esc ritura ,
firmada ó rubricada con el sello
real de su Sacrosanto Nombre,
del tesoro inmenso de su Sa-
cratísim o C orazon y de las ines-
tim ables riquezas q u e en él se
encierran . Si alguna persona q u e
asp irare á la perfección , q u i-
siere hacer este feliz contrato
con el Corazon Deifico de Je-
su s, en virtu d del c u a l, el alma
renunciando la legítima de í u s
buenas obras en Jesu s, queda
mejorada en los bienes y riquc
16 4
zas de su Divino Corazon, po-
drá para mayor muestra de la
volun tad con q u e se ofrece,
autentizarle con su firma, aña-
diendo también el año y dia en
que le hiciere; y este seria bien
fuese el dia despues de la octa-
v a del C o rp u s, ó algún otro de
los viern es consagrados al C ora-
zon Sagrado de Jesns despues
de haberle recibido en la Sagra-
da C om union ; y para m ayor
firmeza de su afecto, podrá re-
novarle todos los años el diade
la fiesta principal del Dulcísimo
Corazon , y en las mayores so-
lemnidades de Cristo Dios y Se-
ño r nuestro. P ero pa ra p reca-
ver escrúpulos se a d v ie rte , q u e
este piadoso ofrecimiento de su-
y o ni es v o t o , n i trae consigo
obligación alguna de pecado
mortal ó venial, sino una noble
y generosa dem ostración de la
fineza de su amor al amante Co-
razon de Jesus.
zas de su Divino Corazon , po-
drá para mayor muestra de la
volun tad con q u e se ofrece,
autentizarle con su firma, aña-
diendo también el año y dia en
que le hiciere; y este seria bien
fuese el dia despues de la octa-
v a del C o rp u s, ó algún otro de
los viernes consagrados al Cora-
zon Sagrado de Jesus despues
de haberle recibido en la Sagra-
da C om union ; y para m ayor
firmeza de su afecto, podrá re-
n ovarle todos los anos el día de
la fiesta principal del Dulcísimo
Corazon , y en las mayores so-
lemnidades de Cristo Dios y Se-
ñ o r nuestro. P ero pa ra p reca-
v e r escrúpulos se a d v ie rte , q u e
este piadoso ofrecimiento de su-
y o ni es v o t o , ni trae consigo
obligación alguna de pecado
mortal ó venial, sino una noble
y generosa dem ostración de la
fineza de su amor al amante Co-
razon de Jesús.
Jlgiinas preces piadosas al Did-
cisimo Corazon de Jesus .
Oracion.
§. VI..
A P E N D I C E .
Impreso en el corazon de
los fieles, é instituido en la San-
ta Iglesia el culto del Sagrado
Corazon de Je su s, era co n si
guíente el culto del Corazon
amabilísimo de María. Pues lia
dispuesto la Divina Providen-
cia, y el singularísimo amor de
Jesus á su dignísima Madre,
qne la veneración y culto de
esta celestial R eyn a sean inse-
parables del honor q u e rin den
los fieles y la Santa iglesia á
su benignísim o H ijo , y nues-
tro Rey Jesus. En muchas fes-
tividades de las que se cele-
bran en el discurso del año,
son objeto dulcísimo de la de-
voción de Jesús y M aría; co-
mo en el Nacimiento de Jesus,
Adoracion de los R e y e s , P u -
rificación , & c. Y si en algu -
na festividad se rinde culto so-
lam ente al H ijo , este Señ or
inspiró á su Santa Iglesia que
instituyese otra semejante á su
Santísima Madre, como la so-
lemnidad de la Ascensión es
peen! iar de Jesus , y la Asu n-
ción lo es de la Reyna del
C ielo. P or esta causa , cuan-
to liemos escrito del suavísimo
culto del Sacrosanto Corazon
de Jesus, se debe entender con
debida y justa proporción del
amabilísimo Corazon de María
Santísima.
Así lo entendieron aqu ellas
dos regaladas esposas del Co*
razón de Je^us, Santa Getru
3ís y Santa Mechtildís, ele quie-
nes hablamos arriba, como se
ve en varios lugares de sus v i-
das , y de sus adm irables re -
velaciones, Así lo entendió la
ven erable M adre M aría de la
Encarnación } que como ya vi-
mos , 110 separaba el C orazon
de Jesus del de M a ría , acu -
diendo al Corazon de la Madre
para llegar al del Hijo, del mis-
mo modo qne se valia del Co-
razon del Hijo para llegar á su
E tern o Padre. Y así lo entendió
la venerab le M adre M argarita
de quien tantas veces hemos he-
cho mención; puescon semejan-
te afecto abrazaba al Corazón
J 78
de María que al de Jesús; imi-
tándola también en este tierno
y devotísim o afecto el ven era-
b le padre C oloníbiere. Así tam -
bién lo b a entendido y p u b lica -
do p o r todo el O rbe Cristiano
la Santa Tglesia, habiendo apro-
b ado y iionrado con m achas
Indulgencias varias Congrega-
ciones al Dulcísimo Corazon de
M aría separad am en te, y otras á
los dos amantes y Sagrados Co-
razones d e Jesus y M aría ju n -
tamente.
En En, así lo dispúsola amo-
rosa P ro vid en cia del Dulcísim o
Jesu s, pues quiso q u e el prim er
templo que se erigió en honra
de su Deifico Corazon, se con-
sagrase también al de su amo-
rosísima Madre: empezando de
esta suerte á celebrarse á un
mismo tiempo fiesta á ambos
Sagrados Corazones, como se
egecutópor ocho dias continuos
en la solemne Dedicación de
este templo. Abracemos, pues,
' nosotros, veneremos y amemos
con el mas entrañable afecto á
«no y otro Santísimo Corazon.
Para con el Eterno Padre val-
gám onos del Corazon de Jesus
su Am antísimo H ijo ; para con
Jesus, valgámonos del Corazon
de M aría su D ulcísim a M jd re :
• todo lo alcanzarem os del P ad re
18 o
por el Corazon de Jesus, nada
dejaremos de conseguir de Je-
sus por el Corazon de María.
CONCLUSION.
Habiendo dado en el discur-
so de este librito una breve no-
ticia del piadosísimo culto del
Corazo n D ivin o de Jesus, se se
guia exh ortar aq u í á su práctica;
pero la mas eficaz exhortación,
creemos ser su soberana esce-
lencia. El mismo culto por su
objeto tan D iv in o , por su fin
tan sob erano , p or sus egecci
cios tan santo, por sus utilida*
des tan apreciable, debiera ser
cuando le faltaran otras, su ma
18 r
y o r recom endación para con la
piedad cristiana. Pero ni aun le
faltan estos títulos, que suelen
ser no pequeños atractivos de
la d e v o c io n , ní menos eficaces
argumentos para persuadir á la
razón: porque ademas de haber
hecho este celestial culto tan
milagrosos progresos entre la
deshecha furia de tantas y tan
terrib les persecuciones ( claro
indicio de la especial Providen-
cia con que el Señor le protege:
Pues á. ser consejo de hombres,
ya se hubiera deshecho por sí
mismo; mas por ser de Dios,
no ha prevalecido contra él todo
el Infierno) ademas de esto¡¡
tiene á su favor la D ivina v o -
luntad declarada, tan espresa y
manifiestamente, que no puede
dejar lug ar de duda á la p ru -
dencia humana. Revuélvanse
todas las historias eclesiásticas,
y en la dilatada série de tantos
siglos, no se hallará c n lto ó fies-
ta alguna de cuantas hay en Ja
Iglesia , q u e haya tenido á su
favor mas señales de la Divina
volun tad , como la del D ivin o
Corazon: no dudó afirmarlo así
á la Congregación de Eminentí-
simos Cardenales el Reverendo
Padre Gallifet, de quien hici-
mos mención en la adverten cia
de este librito.
IÍ 53
De cuatro modos suele Dios
declarar su voluntad en este
punto á los fieles y á su Iglesia.
Lo. primero, por milagros: lo
se gu n d o , po r revelaciones pri-
vadas:. lo tercero , por la com
mocion de los pueblos; y lo
cu arto , p or inspiración á los
Prelados: bastando cualquiera
' de ellos para la institución de
cualquiera festividad ó solemne
culto ; siendo raro en tre cuan -
tos celebra la santa Iglesia , en
quien hayan concurrido todos
cuatro; pero en este del Cora-
ron de jesus se hallará haber
concurrido todos juntos á mani-
festar el Divino beneplácito.
1 84
H an co ncu rrido los m ilagros fan
portentosos, como publica la
Francia. Han concurrido las re-
velaciones de Santa G etrudis y
de la venerable madre Marga-
rita de Alacoque, entre otras
muchas. Ha concurrido la cqn
mocion de los pueblos tan uni-
v e rsa l, q u e con dificultad ten-
drá egemplar en la historia. Ha
concurrido, finalmente, la Di-
vin a inspiración á los Prelados
y Príncipes de la Ig le s ia . como
queda dicho al principio de este
libro. Recomendaciones todas,
que nos dan seguras esperanzas
que será abrazado este devotí-
simo culto con empeño aman
fe de la piedad de los fieles ; y
tju c aun la misma Santa Iglesia,
tan zelosa de la gloria de su So-
berano Esposo Cristo Jesus, y
del provecho de las alm as, le ha
de establecer solemnemente con
su autoridad suprem a , satisfa-
ciendo así losdeseosdel Corazon
Sacrosanto (enquien según San
Bernardo, ella tiene su mora-
da) y cumpliendo las ardientes
ansias de tantos pueblos y Pre-
lados que piadosos lo solicitan.
Y aqu í se ofrecia una no sé
si justa admiración, ó piadosa
q u eja de nuestra España y P or-
tugal , pues no cediendo estas
dos ínclitas Naciones á ninguna
otra en la piedad, hasta ahora,
ni sus pueblos ni sus Prelados
han logrado la dicha de intere-
sarse en las glorias de un culto
tan propio de sus católicos pe-
chos, y nacido (digámoslo asi)
á su innata devocion . Pero no
hay (pie admirar, habiendo ca-
recido hasta aquí de su noticia,
que gozan la primera vez este
año en. el vu lga r idiom a nues-
tros reinos. De la esclarecida
nación L usitan a , no du dan
nuestras esperanzas abrirá su
generosa piedad m ucho lug ar á
este culto religiosísim o. D e nues-
tra España, no solo las bien fun-
dadas esperanzas que siempre
hemos fenicio, pero aun los f e -
lices principios en que ya han
empezado á descubrirse los in-
flujos del Divino Corazon , nos
prometen felicísimos progresos
de su Soberano culto. Porque
ya algunas almas españolas se
h allan m ovidas á. p racticarle p ri-
v ad am en te; ya un célebre m i-
sionero de la Compañía de Je-
sus ha empezado á exhortar á él
públicamente, dando principio
á las devotas con gregacion es del
Sagrado Corazón en el reino de
M u rc ia ; y ya en fin en el real
y católico pecho de nuestro gran
monarca el señor Felipe V.
( qn e Dios gu ard e y prospere
i88
en tocias sus grandezas) ha ins-
pirado el mismo Dulcísimo Co-
razon de Jesus, deseos de v e r
estendida su devocion y propa-
gado su c u lt o ; y para desem-
peñar á sus mismos deseos y á
toda la nación española ( empe*
lian d o ai mismo tiempo con sil
realegemplo á todos los quepor
sn oficio ó dignidad puedan imi-
tarle) ha interpuesto su sobera-
na autoridad con la Santa Sede»
en esta carta , con que pareció
coronar dignam ente este librito.
&MQQ 6QQQ&&& 6QS & S©9®®
CARTA
Be a t ís im o P a d r e :