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En la oposición (1945-1951)

Tras la victoria de los laboristas en las elecciones de 1945 y el nombramiento de Clement Attlee
como primer ministro, Eden pasó a la oposición política como jefe adjunto del Partido
Conservador. Muchos sintieron que Churchill debía haberse retirado, apartarse de la política activa
y dejar paso a jóvenes promesas del partido; Eden era uno de los favoritos para sucederlo al frente
de la formación, algo que Churchill rehusó considerar, manteniéndose férreo en la idea de que él
era la imagen del conservadurismo, merced a su pasada actuación como primer ministro durante
los momentos más duros de la Segunda Guerra Mundial (crisis de Dunkerque, batalla de
Inglaterra, el blitz o el desembarco de Normandía). Ya en la primavera de 1946, Eden le pidió
abiertamente a Churchill que se retirara y le cediese el puesto.91 En cualquier caso, estaba
deprimido al final de su primer matrimonio y a causa de la muerte de su hijo mayor. Churchill era,
en muchos sentidos, sólo «líder de la oposición a tiempo parcial»81 debido a sus muchos viajes al
extranjero y su trabajo literario; dejaba buena parte del trabajo diario a Eden, que se consideraba
en gran parte como un elemento de la mentalidad urbana, del hombre moderno de postguerra.92
En los años de la oposición, sin embargo, desarrolló algunos conocimientos sobre asuntos internos
y creó la idea de una «democracia propietaria», que el gobierno de Margaret Thatcher intentó
lograr décadas más tarde. Su programa de política interior se consideraba en general de centro
izquierda.81

Gobierno Churchill (1951-1955)

Las negociaciones en Londres y París en 1954 pusieron fin a la ocupación aliada de Alemania
Occidental y permitieron su rearme como miembro de la OTAN.

Pese a que los laboristas revalidaron su victoria en las elecciones de febrero de 1950, el gobierno
de Attlee perdió fuelle rápidamente: varios de sus ministros más importantes estaban enfermos o
envejecidos y faltaban nuevas ideas.93 La aplicación de medidas de austeridad en asuntos sociales
por el canciller Hugh Gaitskell con el fin de costear la participación británica en la guerra de Corea
originó una crisis del gabinete y la dimisión de Aneurin Bevan como secretario de Salud, que creía
que su presupuesto había quedado reducido al mínimo. Varios compañeros también renunciaron.
Ante esa situación, cada vez más imposible de gobernar, la única alternativa era la convocatoria de
elecciones anticipadas para octubre de 1951, con la esperanza de lograr una mayoría más viable y
recuperar la autoridad.94 La apuesta fracasó: los laboristas perdieron por un estrecho margen
ante el Partido Conservador, a pesar de ganar considerablemente más votos (lograron la mayor
cantidad de votos de su historia). Attlee presentó su dimisión como primer ministro al día
siguiente y Winston Churchill regresó al 10 de Downing Street.

Eden se integró en el nuevo ejecutivo de Churchill en calidad de secretario de Estado y, así mismo,
de viceprimer ministro, aunque el rey nunca lo nombró oficialmente para este último cargo, pues
los asesores regios consideraron que el cargo no existía en la Constitución del Reino Unido (el
nombramiento de Attlee durante la Segunda Guerra Mundial es una excepción) y que podría
interferir con la prerrogativa del monarca de elegir libremente (en principio) al siguiente primer
ministro.95 Churchill fue en gran parte una figura decorativa en el gobierno, y Eden tuvo el control
efectivo de la política exterior británica por segunda vez, en un momento caraterizado por el
declive del imperio y la intensificación de la Guerra Fría.

El biógrafo de Eden, Richard Lamb, dijo que Eden intimidó a Churchill para que se retractara de los
compromisos contraídos sobre la unidad europea. El Reino Unido todavía era una potencia
mundial o al menos intentaba serlo en la década de 1945-1955; el concepto de soberanía no
estaba tan desacreditado allí como en el continente. Estados Unidos alentó los movimientos hacia
el federalismo europeo para poder retirar tropas y rearmar a los alemanes bajo supervisión
internacional. Eden era menos atlantista que Churchill y no tenía un concepto activo, positivo, del
federalismo europeo. Quería alianzas firmes con Francia y otras potencias de Europa occidental
para contener a Alemania.96 La mitad del comercio británico se realizaba entonces con la zona de
la libra esterlina y solo una cuarta parte con Europa Occidental. A pesar de que más tarde se habló
de «oportunidades perdidas», incluso Macmillan, que había sido un miembro activo del
Movimiento Europeo después de la guerra, reconoció en febrero de 1952 que la relación especial
del Reino Unido con los Estados Unidos y la Commonwealth le impediría durante mucho tiempo
unirse a una Europa federal.97 Eden también estaba irritado por el anhelo de Churchill de una
reunión o cumbre con la Unión Soviética en 1953 tras la muerte de Stalin.97 Eden enfermó
gravemente por una serie de operaciones fallidas de los conductos biliares en abril de 1953 que
casi lo matan. Después de eso, tuvo frecuentes episodios de mala salud física y depresión
psicológica.98

A pesar del fin del Raj británico en la India, el interés británico en Oriente Próximo se mantuvo
firme. El Reino Unido tenía tratados con Jordania e Irak y era la potencia protectora de Kuwait y de
los Estados de la Tregua, la potencia colonial en Adén y la ocupante en el Canal de Suez. Muchos
diputados conservadores de derecha, organizados en el llamado Grupo de Suez, trataron de
mantener el papel imperial, pero las presiones económicas lo hicieron cada vez más difícil. El Reino
Unido intentó mantener su enorme base militar en la zona del Canal de Suez y, ante el
resentimiento egipcio, reforzar aún más su alianza con Irak; tenía la esperanza de que los
estadounidenses lo ayudarían, quizá financieramente. Aunque los estadounidenses cooperaron
con los británicos para derrocar al gobierno de Mohammad Mosaddeq en Irán después de que
este nacionalizase los intereses petroleros británicos, los estadounidenses desarrollaron sus
propias relaciones en la región, tenían una visión positiva de los oficiales libres egipcios y
estrecharon lazos con Arabia Saudita. El Reino Unido se vio obligado finalmente a retirarse de la
zona del canal, y el tratado de seguridad del Pacto de Bagdad no fue apoyado por Estados Unidos,
lo que dejó a Eden vulnerable a la acusación de no haber mantenido el prestigio británico

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