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COM PARECENCIA RESTRINGIDA

Criterios para su adecuada aplicación


INTRODUCCIÓN
VÍCTOR ARBULÚ MARTÍNEZ

COM PARECENCIA
RESTRINGIDA
Criterios para su adecuada aplicación
BIBLIO TECA N A C IO N A L DEL PERÚ
Centro Bibliográfico N acional

345.2 A rbulú M artínez, Víctor, 1965-


A67C C om parecencia restrin g id a: criterios para su adecuada aplicación / introducción
Jim m y A rbulú M artínez.-- l a ed.~ L im a : G aceta Jurídica, D ivisión de Estudios
L egales, 2017 (Lim a : Impr. Edit. El Búho).
141 p . ; 17 cm.

Incluye referencias bibliográficas.


D.L. 2017-03397
ISB N 978-612-311-435-0

1. D etención preventiva - Aspectos legales - Perú 2. M edidas cautelares (Derecho


procesal penal) - Perú-*Gasos 3. D etención de personas - Aspectos legales - Perú 4.
D erecho procesal penal - Perú - Interpretación y aplicación 5. Derecho procesal penal
- Perú - Casos I. G aceta Jurídica (Lima). D ivisión de Estudios Legales II. Título

BNP: 2017-1160

COM PARECENCIA RESTRING IDA


Criterios para su adecuada aplicación

Introducción: Víctor Arbulú Martínez

O División de Estudios Legales de Gaceta Jurídica


© Gaceta Jurídica S.A.

Edición al cuidado de: Lizbeth Gladys Solis Huacho


Primera edición: Marzo 2017
3040 ejemplares
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú
2017-03397
ISBN: 978-612-311-435-0
Registro de proyecto editorial
31501221700327

Prohibida su reproducción total o parcial


D.Leg. N° 822

Diagramación de carátula: Martha Hidalgo Rivero


Diagramación de interiores: Nora Vilíaverde Soldevilla

G aceta Ju r íd ic a S .A .
Av. A ngamos O este N° 526, U rb. M iraflores
Miraflores, L ima - Perú
Central T elefónica: (01)710-8900
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Impreso en: Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto N° 201, Surquillo
Lima - Perú
Marzo 2017
INTRODUCCION

Desde la entrada en vigencia del CPP de 2004 casi toda la atención se ha


centrado en el proceso común, la impugnación y las técnicas de litigación. Sin
embargo, poco interés se ha prestado al estudio e investigación de otras áreas
del CPP, lo cual -en más de una ocasión-, ha generado desconcierto en los
operadores jurídicos respecto a cómo resolver y cuáles son los efectos jurídi­
cos de instituciones como la comparecencia, prisión preventiva, incautación y
decomiso, proceso inmediato, extradición, etc.

Respecto a la comparecencia, la doctrina ha dedica pocas líneas a su desa­


rrollo, y esto se ha visto reflejado en nuestra incipiente jurisprudencia nacio­
nal. El déficit de entender cabalmente la institución de la comparecencia no
es del CPP sino de los operadores jurídicos, en donde muchas veces se piensa
que lo trascendental de un proceso no radica en las medidas restrictivas sino
en la inocencia o culpabilidad a la que se llega en juicio. Un grave error para
quienes aún no asimilan la sistemática del CPP de 2004.

La comparecencia es una medida coercitiva que restringe o limita el ejer­


cicio del derecho a la libertad personal, la cual según mandato constitucional
solo puede ser afectada por mandato escrito y motivado del juez (art. 2.24).
Esta medida que impone restricción a la libertad la encontramos en el artículo
286 del CPP, y tiene por finalidad garantizar la presencia del acusado durante
el juicio y de esta manera salvaguardar el cumplimiento de las pretensiones
penales y preparatorias.

Recordemos también que la comparecencia al ser una medida coercitiva


solo tiene razón de ser en la medida que existan fundados elementos o indicios
necesarios de su presunta responsabilidad con el hecho delictivo, de allí que
su aplicación es contra investigados o acusados. De igual forma, esta medida
coercitiva solo puede ser impuesta cuando se hayan satisfecho los presupues­
tos que fundamentan su necesidad. De lo contrario, si no se cumplen con los

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Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

requisitos previstos en el CPP, la medida deviene en arbitraria y procede acu­


dir al Tribunal para revisar y solicitar su revocación, y que se dicte una com­
parecencia simple o sin reglas.

Como toda medida coercitiva esta tiene principios que siempre deben
tomarse en cuenta, los cuales están a cargo del fiscal, al momento de solici­
tar o evaluar una posible postulación de restricción a la libertad. La compa­
recencia, tanto simple o restringida, debe basarse en tomo a los principios de
excepcionalidad, proporcionalidad, provisionalidad, taxatividad, motivación
y reformabilidad. Si estos principios inspiran al momento de que el fiscal soli­
cite una medida de comparecencia para algún procesado, se entenderá que la
medida está conforme a derecho y amerita su imposición.

Ahora, debemos recordar que una medida coercitiva, y más aún la com­
parecencia, siempre tendrá como presupuestos la necesidad de aseguramiento,
por lo que ante la inexistencia de los presupuestos que lo fundaron o ante la
ausencia de alguno de los requisitos para dictar la medida, se entenderá enton­
ces que las restricciones a la libertad carecen de razón. En ese sentido, com­
pete a la defensa estar siempre atento no solo al momento que el fiscal soli­
cita la medida, sino también, en el caso que el juez le conceda, estar siempre
vigilantes de que los presupuestos no decaigan. En un Estado de Derecho, una
medida coercitiva que limita el ejercicio de derechos fundamentales no puede
ser ad infinitum por el principio de temporalidad.

La excepción al libre ejercicio del derecho a la libertad es la comparecen­


cia, y la excepción a esta es la prisión preventiva. De esta manera, debemos
empezar por difundir un cambio de perspectiva en la sociedad y los tribuna­
les de justicia, en donde muchas veces la pasión y la prensa obligan abando­
nar la racionalidad de la medida y se dejan seducir por el fanatismo desmedido
de la prisión preventiva. Para ello, resulta muy importante el desarrollo de la
jurisprudencia nacional respecto a la comparecencia, ya que a través de esta
fuente del derecho se aportan criterios nítidos que permiten al operador jurí­
dico admitir o denegar un pedido de comparecencia.

Por otro lado, según el CPP de 2004, la comparecencia simple tiene pre­
supuestos sustanciales, cuando el hecho punible denunciado esté penado con
una sanción leve o los actos de investigación aportados no justifiquen que se
le imponga restricciones al imputado (vide art. 291.1). Además, puede prospe­
rar cuando i) se ha vencido el plazo de la detención preliminar; y, ii) Al mediar
requerimiento fiscal de prisión preventiva pero sin que todos los presupuestos

6
Introducción

concurran para dictar la medida. En ambos supuestos, el juez de investigación


preparatoria dictará la medida y señalará al investigado la obligación que tiene
respecto a concurrir al proceso las veces que sea necesaria su presencia. Sin
embargo, lo mismo no sucede respecto a la comparecencia restringida, la cual
únicamente se impone a pedido del fiscal cuando exista una alta probabilidad
de situaciones de fuga o de obstaculización del proceso. En esa línea, el juez
tiene la posibilidad de dictar más de una medida de restricción contra el inves­
tigado, siempre que existan motivos razonables con alto grado de certeza.

Qué sería de nuestro sistema jurídico £in el aporte que hace la jurispru­
dencia y las directrices que estas contienen. Al haberse escrito poco sobre
el tema de la comparecencia, a través de la siguiente obra queremos hacer
presente nuestra contribución, mediante un trabajo sistemático y organizado
desde la jurisprudencia más relevante.

Esta obra recoge los aportes que la doctrina ha realizados en el desa­


rrollo del derecho procesal peruano respecto de la comparecencia, y con las
ideas que humildemente he podido contribuir a lo largo de mi carrera como
magistrado y académico. De allí que debo expresar mi agradecimiento a la
prestigiosa editorial Gaceta Jurídica, que en su labor de difusión de la cul­
tura jurídica en nuestro país ha tenido a bien publicar esta obra que en esen­
cia representa un instrumento ineludible para todo operador jurídico que inter­
viene en procesos penales (jueces, fiscales y abogados) y a Lizbeth Gladys
Solis Huacho, quien con férrea disciplina ha realizado la compilación y siste­
matización de este trabajo.

Víctor ARBULÚ MARTÍNEZ

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Guía del lector

1) La presente guía está elaborada sobre la base de un conjunto de extrac­


tos de la jurisprudencia más actual de la Corte Suprema, de las Cortes
Superiores, juzgados de investigación preparatoria, juzgados penales y
de extractos de doctrina peruana ordenados sistemáticamente; además
contiene la base normativa de cada tema y un breve comentario sobre el
particular.

2) Los extractos se encuentran ordenados de forma tal que permitan refle­


jar con precisión y claridad los criterios jurisprudenciales respecto de los
temas tratados. Tanto la selección y clasificación de los extractos, como
el orden en que aparecen dentro de cada capítulo, han sido realizados por
la División de Estudios Legales de Gaceta Jurídica.

3) Los extractos jurisprudenciales no son necesariamente textos literales,


pues en algunos casos se ha agregado conectores y/o se han incluido
modificaciones mínimas para facilitar la lectura de la obra, pero sin que
tales agregados o modificaciones alteren el sentido de lo resuelto por los
tribunales en el caso concreto.

4) Al final de los extractos se consigna la referencia de la fuente de la que


han sido extraídos y la fecha de emisión o de publicación. Se incluye,
además, el dato del tribunal emisor.

5) Los comentarios al inicio de cada capítulo (en letras cursivas) explican


de modo general el tema que se desarrolla con base en los extractos de la
jurisprudencia.

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CAPÍTULO I

MEDIDAS COERCITIVAS
PERSONALES
CAPITULO I

MEDIDAS COERCITIVAS PERSONALES

La libertad personal es el derecho más preciado que tiene toda persona,


el cual se encuentra regulado en el artículo 2 inciso 24 f de la Constitución
Política del Estado: í(Toda persona tiene derecho a la libertad en consecuen­
cia: (...) Nadie puede ser detenido sino por mandato escrito y motivado del
juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito

Este derecho tiene conexión directa con el principio de dignidad de la


persona humana, en relación a que nadie puede verse restringido ni limitado
en el ejercicio de sus derechos si no es por mandato judicial. Así, respecto a
la libertad personal, el Tribunal Constitucional ha señalado que esta no solo
tiene una dimensión subjetiva, la cual garantiza la prohibición de injerencias
arbitrarias en un ámbito de libertad corporal y locomotora de todo proce­
sado, sino también una dimensión objetiva, que comporta diversos deberes a
cargo del Estado, entre los cuales se encuentra el de prever un orden norma­
tivo para hacer posible que la dimensión subjetiva de la libertad personal no
sea perturbada en su disfrute y ejercicio(1)2.

Ahora, si bien este derecho tiene protección constitucional, este no es


absoluto puesto que también admite ciertas restricciones o limites a su ejerci­
cio, es aquí donde asumen vital importancia las medidas coercitivas de natu­
raleza personal. Estas medidas coercitivas que restringen la libertad perso­
nal, como las llama el Código Procesal Penal de 2004 (en adelante, CPP),
son aquellas disposiciones judiciales que tiene por finalidad asegurar la pre­
sencia del imputado a la sede judicial y la efectividad de la sentencia, tanto
en el ámbito punitivo como resarcitorio(2\

(1) STC Exp. N° 6210-2007-PHC/TC, Lim a, de 10 de marzo de 2008, fundam ento jurídico décimo.
(2) Cfr. SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. E l nuevo procesal penal. Idemsa, Lima, 2009, p. 234.
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

En este caso, al tener estas medidas coercitivas una naturaleza jurídica


instrumental -ya que no tienen razón de ser en sí misma sino que dependen de
la necesidad del proceso y el interés de los sujetos procesales—, una vez cum­
plida su finalidad, estas se extinguen automáticamente. Por regla general, la
imposición de una medida que restringe la libertad debe provenir a pedido de
parte (fiscal) y no a discrecionalidad del ju e z (art. 255.1 del CPP de 2004).

Otra característica importante de esta medida es su ámbito restrictivo, la


cual se dirige contra la voluntad del afectado, dado que limita el ejercicio de
algunos derechos fundamentos. Así, pues, no olvidemos que estas medidas son
herramientas legales propias del sistema penal que si bien restringen o limi­
tan el ejercicio de ciertos derechos de la persona, estas tienen por finalidad
garantizar el resultado del proceso. El uso de las medidas coercitivas repre­
sentan por un lado un tipo de intromisión del Estado frente a la esfera de los
derechos del individuo(3)4, y por otro, un instrumento legal que permite pos­
teriormente hacer efectiva una decisión judicial. Recordemos que en el pro­
ceso penal no solo se resuelve un conflicto entre el sujeto y la norma penal,
sino que también durante su tramitación se pueden imponer medidas coerciti­
vas necesarias para hacer efectiva una decisión judicial (penas y consecuen­
cias accesorias).

Por su parte, el Código Procesal Penal establece los principios y finali­


dades de las medidas de coerción. En relación a lo primero, destacan los prin­
cipios de legalidad, de excepcionalidad, de proporcionalidad, de taxatividad,
de variabilidad, entre otros. Para hacer efectiva la medida debe existir una
autorización legal para su imposición, siempre respetando el principio de
proporcionalidad, y además, acorde a la medida y exigencia necesaria, exis­
tan suficientes elementos de convicción (art. 253.2 del CPP).

La imposición de una medida coercitiva, como es obvio, tiene por fina­


lidad el aseguramiento de los objetivos del proceso penal, y se aplica para
casos taxativamente revistos en la ley y bajo determinados principios, princi­
palmente los de necesidad, provisionalidady proporcionalidad4). Además, se
tiene como una premisa básica, que la restricción de derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución y los tratados relativos a Derechos Huma­
nos ratificados por el Perú, solo podrá hacerse dentro de un proceso penal, si

(3) Cfr. O RÉ GUARDIA , A rsenio y LOZA ÁVALOS, Giulliana. Las m edidas cautelares personales en
el proceso penal peruano. Editorial Reform a, INCIPP, Lima, 2011, p. 11.
(4) Cfr. SÁNCH EZ VELA R D E, Pablo. Ob. cit., p. 234.

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Medidas coercitivas personales

está prevista por la Ley y con las garantías establecidas en ella (art. 253). De
allí, que si existiese otra medida fuera de lo normado por la ley procesal, esta
devendría en violatoria a la seguridad jurídica y al principio de legalidad.

Conforme ha señalado el Tribunal Constitucional: i(las medidas coerciti­


vas, además de ser provisionales, se encuentran sometidas a la cláusula rebus
sic stantibus, lo que significa que su permanencia o modificación a lo largo
del proceso estará siempre subordinada a la estabilidad o cambio de los pre­
supuestos que posibilitaron su adopción inicial, por lo que es plenamente
posible que, alterado el estado sustancial d e los presupuestos facticos res­
pecto de los cuales la medida se adoptó, pueda esta ser variada, criterio que
guarda concordancia con la condición legal prevista en el último párrafo del
artículo 135 del Código Procesal PenaT,(5).

Un aspecto ineludible es la necesidad de la medida coercitiva. En ese


sentido, la restricción de un derecho fundamental solo tendrá lugar cuando
fuese indispensable, en la medida y por el tiempo estrictamente necesario. La
finalidad es prevenir, según los casos, los riesgos de fuga, de ocultamiento
de bienes o de insolvencia sobrevenida, así como impedir la obstaculización
de la averiguación de la verdad y evitar el peligro de reiteración delictiva
(art. 253.3 del CPP). Un aspecto ineludible de estas medidas coercitivas es
que pueden ser dispuestas antes o durante el proceso, siendo la etapa de in­
vestigación el escenario ideal en donde las medidas coercitivas se producen
con mayor incidencia.

Por último, el uso de esta media es temporal, puesto que su imposición no


significa una forma anticipada de sanción sino solo de hacer efectiva la reso­
lución emitida por el órgano judicial.

BASE NORMATIVA

Constitución Política del Perú


Artículo 2.- Derechos Fundamentales de la personas
Toda persona tiene derecho:

(5) STC N° 02672-2010-PH/TC, Lim a Norte, 03 de setiem bre de 2010, fundamento jurídico cuarto.

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Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

(...)
24. A la libertad y a la seguridad personal. En consecuencia:

(...)
b) No se permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo
en los casos previstos por la Ley. Están prohibidas la esclavitud, la servi­
dumbre y la trata de seres humanos en cualquiera de sus formas.
f) Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del
juez o por las autoridades policiales en el caso de flagrante delito.
El detenido debe ser puesto a disposición del juzgado correspondiente,
dentro de las 24 horas o en el término de la distancia,
Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo, espionaje y tráfico
ilícito de drogas. En tales casos, las autoridades policiales pueden efec­
tuar la detención preventiva de los presuntos implicados por un término
de no mayor de 15 días naturales. Deben dar cuenta al Ministerio
Público y al juez, quien puede asumir jurisdicción antes de vencido
dicho término.

Código Procesal Penal de 2004


Artículo 253.- Principios y finalidad
1. Los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución y los
tratados relativos a Derechos Humanos ratificados por el Perú, sólo
podrán ser restringidos, en el marco del proceso penal, si la Ley lo per­
mite y con las garantías previstas en ella.
2. La restricción de un derecho fundamental requiere expresa autoriza­
ción legal, y se impondrá con respeto al principio de proporcionalidad
y siempre que, en la medida y exigencia necesaria, existan suficientes
elementos de convicción.
3. La restricción de un derecho fundamental sólo tendrá lugar cuando
fuere indispensable, en la medida y por el tiempo estrictamente nece­
sario, para prevenir, según los casos, los riesgos de fuga, de oculta-
miento de bienes o de insolvencia sobrevenida, así como para impedir
la obstaculización de la averiguación de la verdad y evitar el peligro
de reiteración delictiva.

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Medidas coercitivas personales

Artículo 255.- Legitimación y variabilidad


1. Las medidas establecidas en este título, sin peijuicio de las reconoci­
das a la policía y al fiscal, sólo se impondrán por el juez a solicitud del
fiscal, salvo el embargo y la ministración provisional de posesión que
también podrá solicitar el actor civil. La solicitud indicará las razones
en que se fundamenta el pedido y, cuando corresponda, acompañará
los actos de investigación o elementos de convicción pertinentes.
2. Los autos que se pronuncien sobre estás medidas son reformables, aun
de oficio, cuando varíen los supuestos que motivaron su imposición o
rechazo.
3. Salvo lo dispuesto respecto del embargo y de la ministración provi­
sional de posesión, corresponde al Ministerio Público y al imputado
solicitar al juez la reforma, revocatoria o sustitución de las medidas
de carácter personal, quien resolverá en el plazo de tres días, previa
audiencia con citación de las partes.

Artículo 258.- Intervención de los sujetos procesales


En el procedimiento de imposición de una medida prevista en esta sec­
ción seguido ante el juez de la investigación preparatoria y en el proce­
dimiento recursal, los demás sujetos procesales podrán intervenir presen­
tando informes escritos o formulando cualquier requerimiento, luego de
iniciado el trámite. Esta intervención procederá siempre que no peligre la
finalidad de la medida.

I. MEDIDAS COERCITIVAS

1. Noción

Las medidas de coerción como su propio nombre lo determina, tienen


como nota característica una ejecución que se dirige contra la voluntad del
afectado, dado que le limita el ejercicio de algunos derechos fundamentales.

Por ello, las medidas coercitivas como restricciones al ejercicio de dere­


chos personales o patrimoniales impuestas al imputado tienen la finalidad
de garantizar los fines de la instrucción; las mismas que se dictan en base a
los principios de necesidad, proporcionalidad, legalidad y prueba suficiente

____________________________________________________________ _ _ 17
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

(Exp. N° 173-2010-“A ”, Lima, 20 de julio de 2010, fundamento jurídico


segundo, Quinta Sala Penal para Procesos con Reos Libres-Corte Superior
de Justicia de Lima, Peña Cabrera Freyre y Urquizo Videla, Las medidas
coercitivas personales y reales en la jurisprudencia 2009-2010, p, 33).

2. La autoridad judicial impone las medidas coercitivas


Quien se encuentra legitimado para imponer medidas coercitivas es el
juez, por ello la actividad del fiscal se encuentra limitada por las atribucio­
nes que le han sido conferidas directamente a la autoridad judicial. En efecto,
la imposición de medidas coercitivas, restrictivas de la libertad o derechos
conexos, son atribuciones qüé la Constitución no ha conferido al Ministe­
rio Público, puesto que su investigación, en todo caso, puede concluir en la
formalización de una denuncia ante el Poder Judicial; pero la imposición de
medidas coercitivas como la comparecencia o la detención preventiva, son
medidas propias de la instancia judicial y serán adoptadas previa valoración
y motivación del juez competente. En consecuencia, el procedimiento de in­
vestigación fiscal no incide de manera directa en una posible vulneración
a algún derecho vinculado a la libertad individual de la persona (STC Exp.
N° 06167-2005-HC, Lima, 28 de febrero de 2006, fundamento jurídico 34,
Peña Cabrera Freyre, Nuevo Código Procesal Penal Peruano, p. 164).

3. Clases de medidas coercitivas


Las medidas coercitivas son clasificadas en base a las características y
finalidades de cada una de ellas, pero comúnmente se clasifica de acuerdo a
los derechos fundamentales afectados, ya sean el derecho a la libertad ambu­
latoria o el patrimonio de los imputados o acusados.

3.1. Las medidas de coerción personal

Las medidas de coerción personales recaen o limitan los derechos vincu­


lados a la libertad personal, a la libertad de tránsito, y demás derechos civiles
del encausado. Son derechos ligados al status libertatis (San Martin Castro,
Derecho Procesal Penal-Lecciones, p. 442).

Dentro de estas medidas coercitivas tenemos:


1. Detención
2. Prisión Preventiva

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Medidas coercitivas personales

3. Internación preventiva
4. Detención domiciliaria
5. Comparecencia
6. Impedimento de Salida
7. Suspensión preventiva de derechos

3.2. L as m edidas de coerción re a l

Las medidas de coerción patrimonialesjimitan el derecho de la propiedad


o de libre disposición de los bienes del imputado, de los que delictivamente
estén en su poder o de los responsables civiles. Aseguran la responsabilidad
pecuniaria como la pena de multa, consecuencia accesoria de decomiso y cos­
tas (San Martin Castro, Derecho Procesal Penal-Lecciones, p. 443).

Dentro de estas medidas coercitivas reales o patrimoniales tenemos:


1. El embargo
2. Inhibición
3. Secuestro conservativo
4. Incautación
5. Medidas anticipativas
6. Medidas innovativas
7. Medidas preventivas contra las personas jurídicas

II. M E D ID A S C O E R C IT IV A S P E R S O N A L E S

La libertad personal puede ser objeto de restricción o de privación en el


proceso penal, al igual que cualquier otro derecho, siempre y cuando se veri­
fiquen las condiciones de la Ley que en este caso se determinan expresamente
para cada tipo de limitación. (...) Por ello es posible definir las medidas de
coerción personales como medidas plasmadas normalmente en resoluciones
judiciales, mediante las cuales, y en el curso de un proceso penal, se limitan
la libertad ambulatoria del imputado con la finalidad de asegurar la celebra­
ción del juicio oral y eventualmente la sentencia que oportunamente se pro­
nuncie. Estas medidas se sitúan entre el deber estatal de perseguir eficazmente
el delito, y el deber de asegurar el ámbito de la libertad del ciudadano, por
otro [así: STCE N° 41/1982, 2 de julio] (San Martin Castro, Derecho Proce­
sal Penal-Lecciones, p. 446).
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

III. NATURALEZA___________________________________________

Las disposiciones que restringen la libertad del imputado, como medida


cautelar, tienen dos intereses que deben ser cautelados por el Estado; esto es:
a) la garantía a un proceso penal eficiente que permita la sujeción al proceso
penal de la persona quien se imputa un delito y, b) la garantía a la protección
de los derechos fundamentales del imputado.
Estos, aparentemente contrapuestos, deben lograr un verdadero equilibrio
a fin de menoscabar la protección de uno frente a otro, siendo la regla gene­
ral la libertad (STC Exp. N° 0731-2004-HC, Lima, Neyra Flores, Tratado de
Derecho Procesal Penal, Tomo II, p. 137).

IV. CARACTERÍSTICAS DE LAS MEDIDAS COERCITIVAS


PERSONALES

, Las características de las medidas coercitivas personales son aplicables


para todas las medidas coercitivas reconocidas en el Código Procesal Penal de
2004, las cuales son las siguientes:

1. Instrumental
Tienen una relación de medio a fin con el proceso. Son disposiciones que
se dictan para cumplir con los fines que persigue el proceso. Pues las medidas
coercitivas personales y reales carecen de finalidad autónoma sino que están
subordinadas al proceso penal (Calderón Sumarriva, El Nuevo Sistema Pro­
cesal Penal, p. 216).

2. Rogada o de parte
El principio de legalidad procesal limita las facultades del juzgador, ade­
más el artículo VII del Título Preliminar (norma que por lo demás es una
que informa la actividad procesal, teniendo incluso prevalencia sobre cual­
quier otra disposición del Código -artículo X del Título Preliminar del aco­
tado cuerpo legal-) establece que las medidas limitativas de derechos se
impondrán a instancia de parte procesal legitimada. Es decir, el propio fiscal
al momento de efectuar su petición ya establece el ámbito de la medida cau­
telar que solicita, debiendo la resolución emitida ser congruente con tal peti­
ción, obviamente dentro del marco que el propio ordenamiento procesal le
establece al juez (dictar mandato de comparecencia con restricciones o sim­
ple, pese a haber requerimiento de prisión preventiva). La instauración del

20 -__________________________________________________________________
Medidas coercitivas personales

principio de la justicia rogada cabalmente para garantizar la imparcialidad del


juzgador (Exp. N° 00005-2008-34032-SP-PE-l, Avalos Rodríguez y Robles
Enciso, Jurisprudencia del nuevo Código Procesal Penal, p. 414).

3. Urgente
Se adoptan las medidas cautelares cuando se aprecian circunstancias que
objetivamente generan un riesgo para la futura eficacia de la resolución defi­
nitiva. Para ello, el juez cuenta con limitados elementos de juicio, y su con­
cesión debe ser rápida, de tal manera que su procedimiento tiene la nota de
sumariedad (Calderón Sumarriva, El Nuevo Sistema Procesal Penal,/?. 216).

4. Proporcionales
Se rigen por tres principios intrínsecos: adecuación, necesidad y subsi-
diariedad. El primero se refiere a que toda medida que adoptada debe ser apta
para alcanzar el objetivo pretendido; el segundo, a la medida adoptada es pre­
cisa para asegurar el respeto de la ley o del interés público sin ir más allá de
lo estrictamente necesario para ser eficaz; el tercero, a si no existe otra medida
que sea menos lesiva para el interés privado, es decir, que se trate de la “alter­
nativa menos gravosa”. Finalmente, la proporcionalidad exige que la resolu­
ción que contiene la medida deba ser motivada, de tal manera que puede estar
sujeta al control jurisdiccional (Calderón Sumarriva, El Nuevo Sistema Pro­
cesal Penal,/?. 217).

5. Provisionales
[Tjanto el mandato de detención como el de comparecencia constituyen
medidas coercitivas que, además de ser provisionales, se encuentran some­
tidas a la cláusula rebus sic stantibus, lo que significa que su permanencia o
modificación, a lo largo del proceso, estará siempre subordinada a la estabi­
lidad o al cambio de los presupuestos que hicieron posible su adopción ini­
cial, por lo que es plenamente posible que, alterado el estado sustancial de los
datos reales sobre los cuales la medida se adoptó, sea factible su variación.
Asimismo, la mantención de una medida coercitiva o su cambio supone que
dicha decisión debe cumplir la exigencia constitucional de una debida moti­
vación que garantiza que los jueces, cualquiera sea la instancia a la que per­
tenezcan, deben expresar el proceso mental que los ha llevado a decidir una
controversia, a efectos de asegurar que el ejercicio de la potestad de admi­
nistrar justicia se haga con sujeción a la Constitución y a la Ley (STC Exp.

______________________________________________________________ 21
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

N° 06613-2006-PHC/TC, El Santa, 28 de marzo de 2007, Reátegui Sánchez,


La problemática de la detención en la jurisprudencia procesal penal, p 38).

6. Temporal
La medida restrictiva de la libertad que se adopte tiene que ser tempo­
ral, esto es, limitado por la necesidad aludida, hasta que el objetivo o propó­
sito para el cual están dirigidas se cumplan; en tal sentido, en la determinación
del plazo se tendrá en cuenta que el juzgamiento se encuentra en su etapa final
(Exp. N° 517-2009, Lima, considerando séptimo, Segunda Sala Penal para
proceso con reos en cárcel, <www.pj.gob.pe>).

V. CLASES DE MEDIDAS COERCITIVAS PERSONALES

Es posible diferenciar dentro de las medidas de coerción personal, entre


aquellas que suponen una restricción de la libertad y las que implican una pri­
vación de ella, de acuerdo a la magnitud del grado o intensidad de la limita­
ción a la libertad. Esta diferencia reside, esencialmente, entre el grado o inten­
sidad de aplicación de la medida en cada caso concreto (San Martín Castro,
Derecho Procesal Penal-Lecciones, p. 447).

El Código Procesal Penal regula las características y presupuestos de las


siguientes medidas de coerción personal, los cuales se desarrollarán más a
fondo en el capítulo V:
1) Detención,
2) Prisión preventiva,
3) Internación preventiva,
4) Arresto domiciliario,
5) Arraigo,
6) Comparecencia, y
7) Suspensión preventiva de derecho.

VI. DERECHO A LA MOTIVACIÓN DE LAS RESOLUCIONES


JUDICIALES SOBRE LAS MEDIDAS COERCITIVAS PER­
SONALES

En el caso de tomar medidas serias de restricción de libertad es evidente


que lo que al procesado le importa conocer, a efectos de poder efectuar su
Medidas coercitivas personales

defensa y pretender rebatir el razonamiento de la judicatura, no son las razo­


nes por las que no se dictó una medida más restrictiva, sino, justamente, los
motivos por los que no se optó por una menos restrictiva de la libertad. En
buena cuenta, la motivación debe estar orientada a informar al procesado cuá­
les son las circunstancias y condiciones inherentes a su caso que hacen nece­
saria la restricción (STC N° Exp. 2404-2003-HC/TC, Arequipa, fundamento
jurídico 4, Reátegui Sánchez, La problemática de la detención en la jurispru­
dencia procesal penal, p. 131).

Por ejemplo: No resulta suficiente pretender justificar la detención domi­


ciliaria describiendo la finalidad por la que se dicta (en el auto apertorio se
señala: “DICTO: Mandato de COMPARECENCIA con DETENCIÓN DOMI­
CILIARLA (...) con el fin de garantizar la sujeción (...) al proceso, así como
para evitar su fuga o la perturbación de la actividad probatoria”). Una debida
observancia del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales exige
no solo la precisión del propósito de la medida, sino que también es impres­
cindible señalar las razones que justifican, en el caso concreto, su dictado,
es decir, describir qué hechos, actos o comportamientos del afectado ponen
en peligro el fin constitucional que justifica el dictado de la medida cautelar
(STC Exp. N° 2404-2003-HC/TC, Arequipa, fundamento jurídico 4, Reátegui
Sánchez, La problemática de la detención en la jurisprudencia procesal penal,
p. 131).

VII. HÁBEAS CORPUS Y LAS M EDIDAS COERCITIVAS


PER SO N A LES

El proceso constitucional previsto por nuestro ordenamiento jurídico ade­


cuado para la tutela de la libertad frente a la privación arbitraria o ilegal de la
libertad física por mandato judicial, es el hábeas corpus reparador. Este busca
reponer las cosas al estado anterior a la violación del derecho constitucional
(STC Exp. N° 3629-2005-PHC/TC, Puno, 27 de junio de 2005, fundamento
jurídico 1, Reátegui Sánchez, La problemática de la detención en la jurispru­
dencia procesal penal, p. 153).

Conforme en reiterada jurisprudencia de este colegiado, si bien el pro­


ceso de hábeas corpus no tiene por objeto proteger en abstracto el derecho
al debido proceso, en el presente caso, habida cuenta de que se han estable­
cido judicialmente restricciones al pleno ejercicio de la libertad locomotora,
tras la imposición de la medida cautelar de detención preventiva, el Tribunal

__________________________________________________________ . 23
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Constitucional tiene competencia, ratione materiae, para evaluar la legiti­


midad constitucional de los actos judiciales considerados lesivos (STC Exp.
N° 2840-2004-HC/TC, Lima, 25 de noviembre de 2005, fundamento jurídico 4,
<www. tc.gob.pe>).

En tanto, el Tribunal Constitucional considera que la medida de limita­


ción a la libertad puede ser dictada en sede judicial a través de una medida
coercitiva personal de carácter subsidiario, provisional, razonable y propor­
cional, el juez constitucional cumple una función tutelar de la libertad (bajo
el canon de interpretación constitucional del indubio pro libertóte), siendo en
consecuencia competente para conocer sobre la razonabilidad y proporciona­
lidad de toda limitación de la'libertad, como la dispuesta contra el beneficiario
(STC Exp. N° 3629-2005-PHC/TC, Puno, 27 de junio de 2005, fundamento
jurídico 2, Reátegui Sánchez, La problemática de la detención en la jurispru­
dencia procesal penal, p. 154).

En este sentido, no es óbice para que el juez constitucional ingrese al aná­


lisis de la impugnada resolución judicial propia de la actividad coercitiva de
la judicatura penal por cuanto dicha medida restrictiva del ejercicio de los
derechos personales como el derecho a la libertad, debe ser arbitraria equita­
tivamente, lo que supone que su imposición sea el resultado de un juicio pon­
derado (STC Exp. N° 3629-2005-PHC/TC, Puno, 27 de junio de 2005, fu n ­
damento jurídico 3, Reátegui Sánchez, La problemática de la detención en la
jurisprudencia procesal penal, p. 154).

Por último, cabe tener en cuenta que el fiscal no tiene la facultad de dic­
tar medidas restrictivas de libertad o derechos conexos, en principio no se
configurarían una amenaza cierta e inminente de algún derecho tutelable por
el hábeas corpus. No obstante, es preciso tomar en consideración que si bien
la denuncia fiscal no vincula al juez -e l mismo que solo abrirá instrucción si
considera que de la denuncia fluyen indicios suficientes o elementos de juicio
que razonablemente revelen la existencia de un delito-, en cambio, sí consti­
tuye un importante indicativo para el juez, el cual podría ser inducido a error
sobre la base de una denuncia abiertamente arbitraria, orientada a conseguir
que el presunto autor del hecho delictivo sea procesado (STC Exp. N° 6167-
2005-PHC/TC, Lima, fundamento jurídico 40, Reátegui Sánchez, La proble­
mática de la detención en la jurisprudencia procesal penal, p. 154).

24
CAPITULO II

COM PARECENCIA
CAPITULO II

COMPARECENCIA

La comparecencia es una medida de coerción que limita o restringe la


libertad de la persona pero sin tener el mismo efecto restrictivo de la pri­
sión preventiva. De todas las medidas coercitivas de naturaleza personal que
regula el CPP, la comparecencia es la menos aflictiva, porque lo que se le
impone como regla genérica al imputado es que asista las veces que sea lla­
mado; de allí el termino compareciente, siempre bajo apremio de dictársele
una medida más aflictiva.

En el proceso penal solo es posible la imposición de medidas coerciti­


vas cuando el fiscal así lo solicite y el juez lo ordene de forma escrita y moti­
vada, por lo que en este caso, cuando el fiscal solicite las restricciones para
una persona -tras existir indicios razonables que lo vinculan al delito-, la
regla es imponer restricciones a la libertad pero no de prima ratio sino una
prisión preventiva. Para ello, no puede dejarse de valorar criterios de peli­
grosidad, forma comisiva del delito, peligro procesal e intencionalidad por
reparar el daño.

Como cualquier otra medida coercitiva que restringe la libertad, la com­


parecencia normalmente se aplica para casos en donde las necesidades de
aseguramiento del imputado no son tan rígidas o los delitos no son estimados
graves o siendo de gravedad, no se satisfacen los requisitos para imponer un
mandato de prisión preventiva^. Por ello la comparecencia surge como una
herramienta de vital importancia, pues su debida aplicación permitirá preve­
nir la materialización de ciertos peligros procesales que, si bien en un inicio6

(6) Cfr. SÁNCH EZ VELARDE, Pablo. Ob. c i t , p. 345.


Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

no tienen mayor repercusión, posteriormente pueden significar una grave


amenaza respecto del orden procesal(7).

El CPP regula dos clases de comparecencia: simple y con restricciones.


Por lo general, una medida de comparecencia simple requiere la presencia de
menos requisitos graves a los exigidos a una medida con restricciones. Estos
requisitos por lo general se basan en indicios de delictividad que fundamen­
tan la necesidad de la medida. Por obvias razones, cuando la comparecencia
no resulta suficiente, recién ahí la presión preventiva resulta necesaria.

La procedencia de la comparecencia se encuentra supeditada al concurso


del fumus comisi delicti y delpeligro procesal. El primer presupuesto consiste
en la apariencia de delito. Esta comprende la formulación de la imputación,
que no es más que atribución razonada de la presunta comisión de un delito a
una determinada persona; y el acopio de elementos de convicción que supe­
ren un determinado estándar de prueba(8).

En efecto, la comparecencia simple y restringida difieren en algo básico:


la peligrosidad que represente la persona para los fines del proceso (fumus/
Sin embargo, al ser la comparecencia simple la medida que menos afectación
genera a la libertad personal, es la menos usada, como si tácitamente habría
sido expulsada del CPP, situación que no sucede con la presión preventiva y
la comparecencia restringida.

Por otro lado, no olvidemos que la imposición de esta medida también


está sujeta a principios que la limitan. Así, pues, no es posible restringir la
libertad personal si es que la situación que se demanda no guarda armonía
con los principios de necesidad, variabilidad, excepcionalidad y temporali­
dad. Esta exigencia guarda relación con lo resuelto por el Tribunal Consti­
tucional respecto a la detención domiciliaria como una manifestación de la
comparecencia, al señalar que: “El juez penal puede hacer uso de los apre­
mios legales que resulten necesarios para asegurar la sujeción del imputado
al proceso. En ese sentido, de acuerdo con el artículo 286 del Código Procesal
Penal, la detención domiciliaria es una modalidad de detención propiamente

(7) Cfr. ORÉ GUARDIA , A rsenio. Manual de Derecho Procesal Penal. Tomo II, Editorial R eform a,
Lim a, 2014, p. 203.
(8) ORÉ GUARDIA, Arsenio. Op. e ii, p. 204.
Comparecencia

dicha; no obstante, debe sujetarse a los principios de subsidiaridad, provisio-


nalidad, razonabilidady proporcionalidad ”(9)10.

También es importante hacer referencia al principio de flexibilidad


como característica de las medidas restrictivas. Y esto en relación a que toda
medida coercitiva está sujeta a su variabilidad o flexibilización cuando cier­
tos presupuestos que la fundaron han decaído o no tienen la misma inten­
sidad10). Así, previa valoración del juez, es posible que una comparecencia
devenga o se flexibilice por una medida de menor intensidad. La regla es que
ante el debilitamiento de los presupuestos que fundamentan una prisión pre­
ventiva, esta se debe flexibilizar por una comparecencia restringida, y esta a
su vez, si decae, por una comparecencia simple.

Por último, como parte del procedimiento previsto en el CPP, la imposi­


ción de una medida de comparecencia responde exclusivamente al pedido del
fiscal. Por ello, la comparecencia, en sus distintas formas, debe ser ordenada
por el juez de investigación preparatoria. Aquí el rol protagonista lo tiene el
fiscal ya que solo él puede postular la medida, y solo del juez depende admi­
tir o rechazar el pedido.

BASE NORM ATIVA

Artículo 286.- Presupuestos


1. El juez de la investigación preparatoria dictará mandato de compare­
cencia simple si el fiscal no solicita prisión preventiva al término del
plazo previsto en el artículo 266.
2. También lo hará cuando, de mediar requerimiento fiscal, no concurran
los presupuestos materiales previstos en el artículo 268.
En los supuestos anteriores, el fiscal y el juez de la investigación prepa­
ratoria deben motivar los fundamentos de hecho y de derecho que susten­
ten su decisión.

(9) STC Exp. N° 02641-2012-PH C/TC -Lim a, de 10 de setiembre de 2012, voto singular de Álvarez
M iranda, caso: Q uim per H errera, fundam ento jurídico tercero.
(10) STC Exp. N° 1565-2002-HC/TC-Lim a, de 05 agosto de 2002, fundam ento jurídico séptimo.
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Artículo 287.- Comparecencia restrictiva


1. Se impondrán las restricciones previstas en el artículo 288, siempre
que el peligro de fuga o de obstaculización de la averiguación de la
verdad pueda razonablemente evitarse.
2. El juez podrá imponer una de las restricciones o combinar varias de
ellas, según resulte adecuada al caso, y ordenará las medidas necesa­
rias para garantizar el cumplimiento de las restricciones impuestas al
imputado.
3. Si el imputado no cumple con las restricciones impuestas, previo
requerimiento realizado por el fiscal o por el juzgador en su caso,
se revocará la medida y se dictará mandato de prisión preventiva. El
trámite que seguirá el juez será el previsto en el artículo 271.
4. El Juez podrá imponer la prohibición de comunicarse o aproximarse
a la víctima o a aquellas personas que determine, siempre que ello no
afecte el derecho de defensa.
5. También podrá disponerse, alternativamente, la utilización de la vigi­
lancia electrónica personal que permita controlar que no se excedan
las restricciones impuestas a la libertad personal, de conformidad a la
ley de la materia y su reglamento.
Artículo 291.- Comparecencia simple
1. El Juez prescindirá de las restricciones previstas en el artículo 288°,
cuando el hecho punible denunciado esté penado con una sanción leve
o los actos de investigación aportados no lo justifiquen.
2. La infracción de la comparecencia, en los casos en que el imputado
sea citado para su declaración o para otra diligencia, determinará la
orden de ser conducido compulsivamente por la Policía.

I. NOCIÓ N

La comparecencia es un estado procesal de sujeción al proceso y no sim­


plemente un emplazamiento a concurrir a la instructiva (investigación del
delito) (STCExp. N° 4308-1998-A, Lima, <www.tc.gob.pe>).
Comparecencia

La comparecencia debe entenderse como la medida cautelar menos severa


que incide sobre el derecho a la libertad del encausado en grado distinto al de
detención, no solo con el objeto de alcanzar el normal trámite y fin último del
proceso sino también a efectos de asegurar la presencia de este a la causa penal,
pero en plena disposición y conservación de su libertad locomotora sujeta a
reglas de conducta dictadas por el juez competente. Por ello, la imposición de
dicha medida cautelar debe estar sujeta a lo estipulado en el artículo ciento
cuarentitrés del Código Procesal Penal vigente, el cual señala taxativamente
que: “se dictará mandato de comparecencia cuando no corresponda la medida
de detención de allí que esta medida debe estimarse dentro de una natu­
raleza de mínima restricción a la libertad locomotora del encausado, en tanto
se le imponga expresas reglas de conducta que obligatoriamente debe acatar,
claro está sin dejar de lado la razonabilidad, la proporcionalidad y necesarie-
dad de las mismas (Exp. N° 488864-09-2, Lima, 20 de julio de 2010, funda­
mento jurídico tercero, Quinta Sala Especializada en lo Penal para procesos
con Reos Libres, Peña Cabrera Freyrey Urquizo Videla, Las medidas coerci­
tivas personales y reales en la jurisprudencia 2009-2010, p. 36).

II. RELACIÓN CON EL DERECHO A LA LIBERTAD AMBU­


LATORIA

La comparecencia es la medida cautelar de restricción de libertad menos


gravosa y se emite por cualquiera de estos motivos: a) no concurren o ha de­
saparecido la concurrencia de los elementos necesarios para emitir la medida
cautelar de prisión preventiva, pese a la gravedad del hecho investigado;
b) resulta necesaria para asegurar la concurrencia a las diligencias de investi­
gación o al juzgamiento del imputado; o c) lo dispone la Ley. Por lo cual tanto
el mandato de ubicación y captura, la conducción compulsiva como la requi­
sitoria al igual que el mandato de comparecencia no inciden en el derecho a la
libertad ambulatoria, y por ser mandatos legítimos de autoridad judicial o com­
petente según norma con rango de ley expresa, no son controlables mediante
hábeas corpus (Lujan Túpez, Manuel. Diccionario penal y procesal penal, p. 82).

III. RELACIÓN CON ÉL PRINCIPIO A LA PRESUNCIÓN DE


INOCENCIA

No se trata de una medida punitiva, por lo que, mediante ella, no se ade­


lanta opinión respecto a la culpabilidad del imputado en el ilícito que es materia

__________________________________________________________________ 31
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

de acusación, por cuanto ello implicaría quebrantar el principio constitucional


de presunción de inocencia (STC Exp. N ° 1567-2002-1HC/TC, Lima, funda­
mento jurídico 3, Urquizo Videla, Estudios sobre medidas limitativas de dere­
chos y medidas cautelares en el proceso penal, p. 243).

IV. PRESUPUESTOS DE LA COMPARECENCIA

Con arreglo al principio acusatorio, no resulta factible exigirle al fiscal


que en los casos de acusación directa se vea obligado a solicitar una medida
coercitiva. En todo caso, si no se señala, resulta de aplicación la regla general
establecida en el artículo 286- del CPP, esto es, si el fiscal no solicita presión
preventiva, la medida es’de comparecencia simple (Exp. N° 05267-0-2001-
JR-PE-2, Piura, Gaceta Jurídica, Código Procesal Penal digital, p. 421).

V. FORMAS DE COMPARECENCIA

La comparecencia es la medida de coerción procesal por la que el impu­


tado compadece al proceso en libertad, pero bajo determinadas reglas de con­
ducta impuestas o bajo el apercibimiento de imponerlas si no se presenta
cuando sea citado. De modo que, existe comparecencia con restricciones y
comparecencia simple. En la comparecencia restrictiva, el juez impone res­
tricciones, a fin de impedir que el imputado fugue u obstaculice la actividad
probatoria. Entre tales restricciones tenemos: a) someter al imputado al cui­
dado y vigilancia de una persona o institución; b) la orden para que perma­
nezca en su residencia, no concurra a determinados lugares y asista ante la
autoridad cuando sea citado; c) la prohibición de comunicarse con determina­
das personas; y, d) prestar una caución económica. En cambio, en la compa­
recencia simple, no se impone restricción alguna. El juez adopta esta medida
cuando el delito es leve o según lo justifiquen los actos de investigación (Salas
Beteta, El proceso penal común, pp. 187-188).

1. Comparecencia sin restricciones o simple


Es aquella que no tiene restricciones adicionales que el procesado y se
dicta en los siguientes supuestos:

Si el fiscal no solicita presión preventiva al vencimiento de la deten­


ción por flagrancia o preliminar, si no pide prórroga o convalidación al ser
legitimado para hacerlo, el juez dictará por defecto comparecencia simple

32 __________________________________________________________________
Comparecencia

(art. 286 del CPP). El fiscal puede incurrir en omisión, ya que en el antiguo
modelo no había requerimiento de prisión preventiva dejando librado al arbitrio
judicial. En todo caso, en una señal de prudencia, el juez debiera preguntarle al
fiscal si se ratifica en no solicitar la prisión para dictar luego la comparecencia.

Si hay requerimiento expreso, podrá dictar comparecencia simple si no con­


curren los requisitos para dictar prisión preventiva, y además, si el hecho investi­
gado esté sancionado con una pena leve o los actos de investigación (art. 291 del
CPP de 2004) (Arbulú Martínez, Derecho Procesal Penal, Tomo II, pp. 545-546).

La infracción de la comparecencia simple, esto es, que el imputado no


asista injustificadamente a la diligencia, determinará que se disponga que sea
conducido compulsivamente por la Policía (Arbulú Martínez, Derecho Proce­
sal Penal, Tomo II, pp. 545-546).

Cabe señalar que hasta el momento, no se ha determinado cuánto es el


quantum de la pena leve. Si nos remitimos al Código Penal, como referen­
cia tenemos que en los delitos de lesiones leves o coacción las penas máxi­
mas a imponerse son de 2 años, o en el caso de omisión de socorro es de
hasta 3 años. Si la prognosis de pena para determinar la prisión preventiva
es pena mayor de 4 años, entonces este parámetro nos permite establecer que
en delitos leves la pena máxima razonablemente puede ser no más de 3 años.
Más de cuatro años ya estaríamos ante penas de gravedad intermedia (Arbulú
Martínez, Derecho Procesal Penal, Tomo II, pp. 545-546).

2. Comparecencia con restricciones o comparecencia restringida.


Conforme a la normativa de la comparecencia restrictiva, su imposición
puede manifestarse siempre que el peligro de fuga o de obstaculización de la
averiguación de la verdad pueda razonablemente evitarse; esto quiere decir
que el juzgador llega a la convicción de que, pese a configurarse el peligro
procesal, aquel puede evitarse con la imposición de medida de comparecen­
cia restrictiva, lo que en definitiva implica la flexibilización de este presu­
puesto configurador de la prisión preventiva, resultando que la resolución de
la comparecencia restrictiva de los autos contiene una motivación suficiente-
que termina por validarla, esto conforme a la Constitución y la normativa legal
de la materia, prevista en el artículo 287 del nuevo Código Procesal Penal
(STC Exp. N° 05698-2009-PHC/TC, Arequipa, 4 de junio de 2010, funda­
mento jurídico 9, <www.tc.gob.pe>).

33
CAPITULO III

LA COM PARECENCIA
RESTRINGIDA
CAPITULO III

LA COMPARECENCIA RESTRINGIDA

La comparecencia restringida es la excepción a la comparecencia sim­


ple, ya que a través de esta medida se restringe el derecho a la libertad perso­
nal pero sin llegar a los mismos efectos que genera la prisión preventiva. Esta
medida de coerción personal es más severa que la anterior e importa deter­
minadas reglas u obligaciones que el imputado debe de seguir, bajo apercibi­
miento de revocársele la medida de prisión preventiva (art. 288) previo reque­
rimiento fiscal(ll). Así, al ser la libertad personal el principal bien jurídico
afectado (aunque en algunas ocasiones también la libertad de tránsito y de
propiedad), cabe recordar que este derecho fundamental no es absoluto sino
que admite restricciones y en este caso, las medidas coercitivas de naturaleza
personal cumplen dicha función.

Recordemos que el artículo 2, inciso 24), ordinales “a ” y “b ” de la


Constitución Política del Perú, establecen que el derecho a la libertad per­
sonal está sujeto a regulación, de modo que puede ser restringido o limi­
tado mediante una decisión escrita y motivada deljuez. En efecto, el Tribunal
Constitucional ha señalado -en diversa jurisprudencia- que la detención pre­
liminar judicial, la convalidación de la detención y la prisión preventiva, así
como la comparecencia restrictiva, son medidas provisionales que limitan la
libertad física, pero no por ello son, per se, inconstitucionales, en la medida
que no comportan una medida punitiva ni afectan la presunción de inocencia
que asiste a todo procesado; es más, resultarán válidas siempre que cumplan
con la exigencia constitucional de la motivación de las resoluciones judicia­
les adecuada a las condiciones legales de la materia(12).

(11) Cfr. SÁNCHEZ VELA R D E, Pablo. Ob. cit., p. 346.


(12) STC Exp. N ° 04320-2012-PH C/TC-Loreto, de 05 de diciem bre de 2012, fundam ento jurídico tercero.
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

En efecto, se está frente a una medida cautelar personal porque se apoya


en sus elementos esenciales: una limitación de derechos fundamentales ins­
trumentales y provisionales que debe respetar la garantía de presunción de
inocencia y el principio de proporcionalidad(13).

Por ello, a diferencia de la comparecencia simple, la comparecencia


que establece restricciones a la libertad requiere de ciertos presupuestos que
deben ser postulados por el fiscal en su requerimiento coercitivo. En ese sen­
tido, aparte de la obligación de comparecer al proceso, el juez puede dispo­
ner reglas que aseguren su arraigo procesal, de ahí que devenga la denomi­
nación: comparecencia restrictiva.

Asimismo, la decisión del juez que resuelve un pedido de comparecencia


con restricciones debe guardar armonía con los principios que inspiran las
medidas coercitivas, entre ellas los principios de necesidad, proporcionali­
dad, reformabilidad, temporalidad, entre otros. Por consiguiente, en relación
al principio de proporcionalidad, el Juez puede imponer más de una medida
restrictiva de la libertad personal sin que ello genere un acto arbitrario.

Cabe recordar que para dictarse la medida de comparecencia con res­


tricciones deben concurrir de form a copulativa dos presupuestos: i) pericu-
lum in mora; y, ii) fumus boni inris. El primero de estos está representado por
el peligro procesal o el peligro que representa el investigado para el proceso
(peligro de obstaculización y peligro de fuga); y el segundo, está referido a la
apariencia de buen derecho relacionado con la casi certeza de los hechos que
se investigan y que se espera una sanción. En suma, cuando el investigado no
refleje peligro para el éxito del proceso, no tiene sentido imponer una medida
coercitiva restrictiva.

Por otro lado, las restricciones posibles de imponer y que establece el


CPP son las siguientes: 1) obligación de someterse al cuidado o vigilancia
de una institución o persona determinada, a la que debe informar periódi­
camente; 2) obligación de no ausentarse de la localidad de residencia, de
no concurrir a determinados lugares o de presentarse a la autoridad en los
días fijados; 3) prohibición de comunicarse con personas determinadas; y,
4) la prestación de una caución económica, si sus posibilidades lo permiten,

(13) Cfr. DEL R IO LABARTHE, Gonzalo. Prisión preventiva y medidas alternativas. Instituto Pacífico,
Lima, 2016, p. 366.
La comparecencia restringida

incluso podrá ser sustituida por una fianza personal idónea y suficiente
(art. 288 del CPP).

No debemos olvidar que las restricciones impuestas con la medida de


comparecencia pueden ser violadas a través del incumplimiento por parte del
investigado o acusado, dependiendo de la etapa del proceso donde nos encon­
tremos. El incumplimiento de las restricciones, previo requerimiento, importa
la revocación y la sustitución por la prisión preventiva -esta es hecha por el
juez, previo trámite de audiencia- (14). En 'tal sentido, en reiteradas ocasiones
se ha visto que jueces variaron la comparecencia restringida, previo reque­
rimiento del fiscal, cuando se ha logrado acreditar y demostrar la violación
de la misma.

Como es evidente, el juez antes de revocar las restricciones impuestas en


la comparecencia debe observar el principio de proporcionalidad y necesidad
y, si a pesar de ello, el peligro procesal persiste, la revocatoria a la compare­
cencia se hace inevitable.

Finalmente, debe quedar claro que la comparecencia restringida tiene


una naturaleza instrumental, y como tal, solo puede ser impuesta por el juez
cuando esté directamente vinculado a los fines del caso (pena y reparación
civil). Sin embargo, no está de más volver a enfatizar lo resuelto por el Tri­
bunal Constitucional respecto al protagonismo delfiscal y su carácter postu-
lativo. Así, el máximo interprete ha precisado que: “A l respecto, aun cuando
el Nuevo Código Procesal Penal contiene dispositivos que confieren al fiscal
la potestad de limitar el derecho a la libertad personal -como lo es la dispo­
sición de la conducción compulsiva del omiso a una citación con apercibi­
miento, entre otra disposición-, sin embargo, en las actuaciones fiscales de
la formalización y continuación de la investigación preparatoria y el reque­
rimiento de la comparecencia restrictiva no se configura un agravio directo
y concreto del derecho materia de tutela del hábeas corpus, por cuanto no
imponen medidas de coerción de la libertad individual ”(15).

(14) Cfr. SAN M ARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal-Lecciones. INPECCP, Lima, 2015,
p. 474.
(15) STC Exp. N° 05698-2009-PHC/TC-Arequipa, del 04 de junio de 2010, fundam ento jurídico cuarto.
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

BASE NORM ATIVA

Código Procesal Penal de 2004


Artículo 287.- Comparecencia restrictiva
1. Se impondrán las restricciones previstas en el artículo 288, siempre
que el peligro de fuga o de obstaculización de la averiguación de la
verdad pueda razonablemente evitarse.
2. El juez podrá imponer una de las restricciones o combinar varias de ellas,
según resulte adecuada ál caso, y ordenará las medidas necesarias para
garantizar el cumplimiento de las restricciones impuestas al imputado.
3. Si el imputado no cumple con las restricciones impuestas, previo
requerimiento realizado por el fiscal o por el juzgador en su caso,
se revocará la medida y se dictará mandato de prisión preventiva. El
trámite que seguirá el juez será el previsto en el artículo 271.
4. El juez podrá imponer la prohibición de comunicarse o aproximarse
a la víctima o a aquellas personas que determine, siempre que ello no
afecte el derecho de defensa.
5. También podrá disponerse, alternativamente, la utilización de la vigi­
lancia electrónica personal que permita controlar que no se excedan
las restricciones impuestas a la libertad personal, de conformidad a la
ley de la materia y su reglamento.

Artículo 254.- Requisitos y trámite del auto judicial


1. Las medidas que el juez de la investigación preparatoria imponga en
esos casos requieren resolución judicial especialmente motivada, pre­
via solicitud del sujeto procesal legitimado. A los efectos del trámite
rigen los numerales 2) y 4) del artículo 203.
2. El auto judicial deberá contener, bajo sanción de nulidad:
a) La descripción sumaria del hecho, con la indicación de las normas
legales que se consideren transgredidas.
b) La exposición de las específicas finalidades perseguidas y de los
elementos de convicción que justifican en concreto la medida dis­
puesta, con cita de la norma procesal aplicable.
La comparecencia restringida

c) La fijación del término de duración de la medida, en los supuestos


previstos por la Ley, y de los controles y garantías de su correcta
ejecución.

Artículo 255.- Legitimación y variabilidad


1. Las medidas establecidas en este título, sin perjuicio de las reconoci­
das a la Policía y al fiscal, sólo se impondrán por el juez a solicitud del
fiscal, salvo el embargo y la ministración provisional de posesión que
también podrá solicitar el actor civil. La solicitud indicará las razones
en que se fundamenta el pedido y, cuando corresponda, acompañará
los actos de investigación o elementos de convicción pertinentes.
2. Los autos que se pronuncien sobre estas medidas son reformables, aun
de oficio, cuando varíen los supuestos que motivaron su imposición o
rechazo.
3. Salvo lo dispuesto respecto del embargo y de la ministración provi­
sional de posesión, corresponde al Ministerio Público y al imputado
solicitar al juez la reforma, revocatoria o sustitución de las medidas
de carácter personal, quien resolverá en el plazo de tres días, previa
audiencia con citación de las partes.

Artículo 292.- Notificaciones especiales


El mandato de comparecencia y las demás restricciones impuestas serán
notificadas al imputado mediante citación que le entregará el secreta­
rio por intermedio del auxiliar judicial correspondiente, o la dejará en su
domicilio a persona responsable que se encargue de entregarla, sin per­
juicio de notificársele por la vía postal, adjuntándose a los autos constan­
cia razonada de tal situación.
El auxiliar judicial, además, dejará constancia de haberse informado de
la identificación del procesado a quien notificó o de la verificación de su
domicilio, si estaba ausente.

I. C U ESTIO N ES GENERALES

El artículo 287 del CPP establece que se impondrá las restricciones pre­
vistas en el artículo 288, siempre que el peligro de fuga o de obstaculización de
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

la averiguación de la verdad, puedan razonablemente evitarse. La norma cons­


tituye una declaración de intenciones clara, en el sentido que es una medida
cautelar destinada a conjurar el peligrosismo procesal (Del Río Labarthe, Pri­
sión preventiva y medidas alternativas, pp. 365-366).

Así también, el juez proporcionalmente dispondrá las restricciones que


sean necesarias con los apercibimientos, entre ellos, el más grave: la revoca­
ción de la comparecencia (Arbulú Martínez, Derecho Procesal Penal, Tomo II,
p. 546).

Además, establece la potestad del juez para imponer una restricción o


combinar varias de ellas, según resulte adecuada al caso y establece la obli­
gación de ordenar las medidas necesarias para su cumplimiento. Incorpora
restricciones específicas, cuya combinación ofrece un amplio catálogo de
medidas cautelares (art. 288.2 del CPP) y, el incumplimiento de las obliga­
ciones que acarrea, previo requerimiento, la posibilidad de revocar la medida
y dictar mandato de prisión preventiva u otra medida alternativa más intensa
(art. 287.3 del CPP) (Del Río Labarthe, Prisión preventiva y medidas alterna­
tivas, p. 366).

A diferencia de la comparecencia simple, la comparecencia restrictiva sí


es una medida cautelar personal del proceso penal, que incorpora limitaciones
a la libertad personal, de tránsito o de propiedad. Se está frente a una medida
cautelar personal porque se apoya en sus elementos esenciales: una limitación
de derechos fundamentales instrumental y provisional, que debe respetar la
garantía de presunción de inocencia y el principio de proporcionalidad (Del
Río Labarthe, Prisión preventiva y medidas alternativas, p. 366).

Es por esta razón que persigue los mismos fines que la prisión preventiva:
la evitación de la fuga del imputado e impedir la obstaculización probatoria.
Lo que a su vez confirma una idea base en su configuración: que es una medida
alternativa a la prisión preventiva -la alternativa por antonomasia-, y en apli­
cación del subprincipio de necesidad, debe ser utilizada con carácter priori­
tario, en cuanto sea capaz de cumplir -con eficacia- esos (mismos) objetivos
(Del Río Labarthe, Prisión preventiva y medidas alternativas, p. 366).

II. PRESUPUESTOS

Las “condiciones” para aplicar la comparecencia simple son, en un sen­


tido inverso, los presupuestos para aplicar la comparecencia restrictiva. Razón

42 __________________________________________________________________
La comparecencia restringida

por la cual aquí la explicación de la comparecencia simple se asimila perfec­


tamente. Simplemente es necesario acomodar el razonamiento en un sentido
positivo (Del Río Labarthe, Prisión preventiva y medidas alternativas, p. 367).

Si la inexistencia de una sanción leve y la ausencia de actos de investi­


gación, constituyen condiciones -n o concurrentes- para aplicar la compare­
cencia simple; significa entonces, que la existencia de una sanción superior
a una de carácter leve y, la presencia de actos de investigación que los justi­
fiquen, son presupuestos necesarios y concurrentes, para aplicar la compare­
cencia restrictiva (Del Río Labarthe, Prisión preventiva y medidas alternati­
vas, p. 367).

III. PROCEDIMIENTO

1. Solicitud del Fiscal


El procedimiento del Código Procesal Penal implica que la medida de
coerción debe estar especialmente motivada o justificada con razones. La peti­
ción la realiza el sujeto procesal legitimado (Arbulú Martínez, Derecho Proce­
sal Penal, Tomo II, p. 421).

2. Contenido del auto judicial

Asimismo, se exige que el auto judicial que emite el juez deberá conte­
ner, bajo sanción de nulidad:

a. La descripción sumaria del hecho, con la indicación de las normas lega­


les que se consideren transgredidas, esto es, el hecho imputado al sujeto
contra quien va a recaer las medidas de coerción y la calificación jurí­
dica (Arbulú Martínez, Derecho Procesal Penal, Tomo II, p. 421).

b. La exposición de las específicas finalidades perseguidas, y de los elemen­


tos de convicción, que justifican en concreto la medida dispuesta, con
cita de la norma procesal aplicable. La decisión debe establecerse clara­
mente para que se dicte la medida de coerción, además de agregar cuáles
son los datos que la justifican y la norma adjetiva que la sustenta (Arbulú
Martínez, Derecho Procesal Penal, Tomo II, p. 421).

Por tanto, el fiscal deberá indicar en la acusación, las medidas de coerción


personal dictadas sobre el o los imputados, especificando su tipología:

____________________________________________________________ __ 43
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

prisión provisional, detención domiciliaria, comparecencia con restriccio­


nes, comparecencia simple, impedimento de salida del país, internación
preventiva, suspensión preventiva de derechos, etc. Para tales efectos el
fiscal podrá solicitar la variación de la medida provisional en aplicación
de la regla del rebus sic stantibus. Tan solo han de permanecer, en tanto
subsistan los presupuestos que las han justificado (Peña Cabrera Freyre,
Teoría general del proceso y la práctica forense penal, p. 244).

c. La fijación del término de duración de la medida, en los supuestos pre­


vistos por la Ley, y de los controles de garantías de su correcta ejecución.
Aquí se plasma una de las características de las medidas de coerción,
su temporalidad (Arbulú Martínez, Derecho Procesal Penal, Tomo II,
P- 421).

IV. M EDIDAS C O N C U R R E N T ES

Aparte de la obligación de comparecer al proceso, el juez puede disponer


reglas que aseguren su arraigo procesal, por eso se denomina comparecencia res­
trictiva. Se prevé la posibilidad de emplearse tecnología como los grilletes elec­
trónicos, pero en nuestro país no se ha implementado por desidia de las autori­
dades del ejecutivo (Arbulú Martínez, Derecho Procesal Penal, Tomo II, p. 546).

Cabe advertir que el mandato de comparecencia con restricciones se


diferencia de la requisitoria, porque esta última -es decir, la decisión judi­
cial en virtud de la cual se ordena la ubicación, aprehensión y conducción de
grado o fuerza de una persona- tiene como presupuesto una orden dictada en
el marco de un proceso judicial que incide en algún grado en la libertad per­
sonal de un individuo y que no ha encontrado posibilidad de ejecución dada
su condición de contumaz. En tal sentido, una decisión judicial de este carác­
ter no está referida a aspectos íntimos vinculados con la persona sobre quien
pesa la orden de aprehensión, sino, por el contrario, emana de un proceso judi­
cial regido -salvo expresas y razonables excepciones previstas en la ley- por
el principio constitucional de publicidad (artículo 139, inc. 4 de la Constitu­
ción) (STC Exp. N° 5060-2009-PHC/TC, 6 de julio de 2011, fundamento ju rí­
dico cuarto, <www.tc.gob.pe>).
CAPITULO IV

LAS RESTRICCIONES EN LA
COMPARECENCIA RESTRINGIDA
CAPITULO IV

LAS RESTRICCIONES EN LA
COMPARECENCIA RESTRINGIDA

La comparecencia restringida significa, a diferencia de la comparecen­


cia simple, restricciones mínimas al ejercicio al derecho a la libertad perso­
nal del imputado o acusado. Estas restricciones son de obligatorio cumpli­
miento, por lo que su desobediencia podría generar la inmediata revocación
de comparecencia por una medida de prisión preventiva (artículo 287.3
del CPP).

Ahora, las restricciones pueden imponerse de acuerdo al criterio del


juez, en audiencia y previa solicitud del fiscal. En ese sentido, de acuerdo a
su naturaleza jurídica, la comparecencia restringida representa una medida
coercitiva procesal que tiene por finalidad evitar el peligro de fuga o de obs­
taculización de la verdad (artículo 287 del CPP).

Cabe afirmar que la naturaleza y gravedad de la comparecencia restric­


tiva se ubica entre la prisión preventiva, que es la más grave restricción de
la libertad personal del imputado o acusado, y, la comparecencia simple que
es más benigna{l6). Por ello, en la medida que exista mayor peligro procesal
o perieulum in mora, la medida de coercitiva debe aumentar, pasando de una
medida coercitiva simple a una con restricciones, y de la misma forma, las
restricciones por la prisión provisional.

Las restricciones se encuentran señaladas en el artículo 288 del CPP,


donde la norma procesal permite que el juez pueda imponer cualquiera de
las restricciones o combinar varias de estas -numeral 2) del artículo 287 del
mismo cuerpo normativo-, a fin que el procesado no se ausente en el proceso 16

(16) GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás y otros. Ob. cit., p. 576.


Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

penal y asegurar para el futuro la ejecución de la sentencia. Entre las restric­


ciones más comunes tenemos a: i) la obligación de estas sometida al cuidado
o vigilancia determinada; ii) la obligación de no ausentarse de la localidad
donde reside; iii) la imposibilidad de concurrir a lugares de dudosa reputa­
ción, entre otros.

En una de las restricciones señaladas en el artículo referido en el párrafo


anterior se tiene a la vigilancia electrónica, pues a partir de la modifica­
ción hecha por el Decreto Legislativo N ° 1229 (25/09/2015) se modifica los
artículos 287y 288 del C PPy se inserta como una restricción y una alterna­
tiva a la prisión preventiva. Luego, con la expedición del Decreto Legislativo
N° 1322 (06/01/2017) que regula la vigilancia electrónica personal como una
alternativa de restricción en las medidas de coerción, como un tipo de pena
aplicable por conversión o su imposición en el otorgamiento de un beneficio
penitenciario.

Para la procedencia de esta restricción, la vigilancia electrónica procede


en casos donde los procesados son imputados por la presunta comisión de un
delito que es sancionado con una pena no mayor a los 8 años (primer presu­
puesto a tener en cuenta para solicitar como medida restringida) y además,
se requiere otros requisitos de procedencia, tal como se encuentran señalados
en el artículo 5 del Decreto Legislativo N° 1322(ll).

(17) Artículo 5 del Decreto L egislativo N ° 1322:


5.1. La vigilancia electrónica personal procede:
a) Para el caso de los procesados, cuando la im putación se refiera a la presunta com isión de
delitos sancionados con una pena no m ayor a ocho (08) años.
b) Para el caso de los condenados, que tengan im puesta una sentencia condenatoria de pena
privativa de libertad efectiva no m ayor a ocho (08) años.
c) Están excluidos los procesados y condenados por los delitos tipificados en los artículos 107,
108, 108-A, 108-B, 108-C, 108-D, 121, 121-B, 152, 153, 153-A, 170 al 174,176-A,177,
200, 279, 279-A , 279-B, 279-F,296 al 297, 307, 317, 317-A, 317-B, 319, 320, 321, 325 al
333, 382, 383, 384, 387, 389, 393, 393-A, 394, 395, 396, 397, 397-A, 398, 399, 400, 401
del Código Penal; por los delitos com etidos com o m iem bro o integrante de una organiza­
ción crim inal o com o persona vinculada o que actúa por encargo de ella, conform e a los
alcances de la Ley N ° 30077; por los delitos tipificados en el Decreto Ley N ° 25475 y sus
modificatorias;
d) Tampoco procede para aquellos que tengan la condición de reincidentes o habituales; o
cuando su intem am iento sea consecuencia de la revocatoria previa de alguna pena alterna­
tiva a la privativa de libertad, beneficio penitenciario, reserva de fallo condenatorio, suspen­
sión de la ejecución de la pena privativa de libertad o conversión de penas en ejecución de
condena.
(...)
Las restricciones en la comparecencia restringida

En efecto, un aspecto importante a señalar es que tanto el Decreto legis­


lativo N° 1322 como su reglamento (09/03/2017) entran en vigencia progre­
sivamente en los diferentes distritos judiciales según el calendario oficial que
será aprobado por el Decreto Supremo y refrendado por Ministerio de Justi­
cia y Derechos Humanos.

BASE NORMATIVA

Código Procesal Penal de 2004


Artículo 288.- Las restricciones
Las restricciones que el juez puede imponer son las siguientes:
1. La obligación de someterse al cuidado y vigilancia de una persona o
institución determinada, quien informará periódicamente en los pla­
zos designados.
2. La obligación de no ausentarse de la localidad en que reside, de no
concurrir a determinados lugares, o de presentarse a la autoridad en
los días que se le fijen.
3. La prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre
que no afecte el derecho de defensa.
4. La prestación de una caución económica, si las posibilidades del
imputado lo permiten. La caución podrá ser sustituida por una fianza
personal idónea y suficiente.
5. La vigilancia electrónica personal, de conformidad a la ley de la mate­
ria y su reglamento, la que se cumplirá de la siguiente forma:
a) La ejecución se realizará en el domicilio o lugar que señale el
imputado, a partir del cual se determinará su radio de acción, itine­
rario de desplazamiento y tránsito.
b) El imputado estará sujeto a vigilancia electrónica personal para
cuyo cumplimiento el juez fijará las reglas de conducta que prevé
la ley, así como todas aquellas reglas que consideren necesarias a
fin de asegurar la idoneidad del mecanismo de control.
c) El imputado que no haya sido anteriormente sujeto de sentencia
condenatoria por delito doloso podrá acceder a la vigilancia elec­
trónica personal. Se dará prioridad a:
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

i. Los mayores de 65 años.


ii. Los que sufren de enfermedad grave, acreditada con pericia
médico legal.
iii. Los que adolezcan de discapacidad física o permanente que
afecte sensiblemente su capacidad de desplazamiento.
iv. Las mujeres gestantes dentro del tercer trimestre del proceso
de gestación. Igual tratamiento tendrán durante los doce meses
siguientes a las fecha de nacimiento.
v. La madre que sea cabeza de familia con hijo menor o con hijo
o cónyuge que sufra de discapacidad permanente, siempre y
cuando haya estado bajo su cuidado. En ausencia de ella, el
padre que se encuentre en las mismas circunstancias tendrá el
mismo tratamiento.
d) El imputado deberá previamente acreditar las condiciones de vida
personal laboral, familiar y social con un informe social y pericia
psicológica.

L NOCIÓN

Anteriormente se encontraba regulado en el artículo 143 del Código Pro­


cesal Penal, Decreto Legislativo N° 638, de 1991, y se tenían las siguientes
restricciones:

El juez podrá imponer algunas de las alternativas siguientes:

1. La detención domiciliaria del inculpado, en su propio domicilio o en cus­


todia de otra persona, de la autoridad policial o sin ella, impartiéndose las
ordenes necesarias.

2. La obligación de someterse al cuidado y vigilancia de una persona o


institución determinada, quien informará periódicamente en los plazos
designados.

3. La obligación de no ausentarse de la localidad en que reside, de no con­


currir lugares, o de presentarse a la autoridad en los días que se le fijen.

50
Las restricciones en la comparecencia restringida

4. La prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre que


ello no afecte el derecho de defensa.

5. La prestación de una caución económica, si las posibilidades del impu­


tado lo permiten (STC Exp. N ° 2262-2004-HC/TC, del 17 de octubre de
2005, fundamento jurídico sexto, <www.tc.gob.pe>).

II. OBJETO DE LAS RESTRICCIONES

La imposición de restricciones tiene cómo objeto conseguir los fines del


proceso, en tanto, se haga necesaria la presencia del imputado para cumplir
con la pretensión punitiva, debiéndose imponerse dentro de un margen de
razonabilidad y proporcionalidad, respetando además la judicialidad en la
emisión de la misma, la temporalidad y reformalidad de la coerción perso­
nal (Exp. N° 00350-2008-14-2801-JR-PE-l, Moquegua, 31 de julio de 2008,
Arbulú Martínez, Derecho Procesal Penal, Tomo II, pp. 546-547).

III. RESTRICCIONES SEÑALADAS EN EL CPP

Las restricciones que se imponen al dictarse el mandato de comparecen­


cia se encuentran reguladas en el artículo 288 del CPP, que tienen por finali­
dad asegurar la presencia del imputado en el proceso penal.

Pero, el juez también puede dictar otras reglas de conductas que no se


encuentran establecidas en la normas procesales tales como en el siguiente caso
que se dictó la medida de comparecencia restringida sujeta al cumplimiento de
las siguientes reglas de conducta: a) comparecer quincenalmente al juzgado
de investigación preparatoria que previno, a efectos de registrar su asistencia
e informar de sus actividades; b) no variar su domicilio ni salir de la ciudad
sin autorización judicial; c) no variar su domicilio ni salir de la víctima y tes­
tigos, inclusive la comunicación telefónica; d) prohibición de frecuentar luga­
res de expendio de bebidas alcohólicas y drogas; e) obligación de concurrir
puntualmente a todas las citaciones que efectúe el Ministerio Público en la in­
vestigación preparatoria en curso, así como a las que realice el órgano juris­
diccional; f) pagar una caución económica, previa a la encarcelación. Bajo
apercibimiento, en caso de incumplimiento, de revocarse la decisión (Cas.
N° 626-2013, Moquegua, 30 dejunio de 2015, Sala Penal Permanente, <www.
pj.gobpe>).
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

De acuerdo a nuestra norma procesal penal, las restricciones o reglas de


conducta que están explícitamente reconocidas en el CPP son las siguientes:

1. La obligación de someterse al cuidado y vigilancia de una persona


o institución determinada
Se deberá entender que la persona a cargo del cuidado y vigilancia del
imputado podrá ser un familiar o cualquier otra persona que asuma con res­
ponsabilidad dicha tarea. Asimismo, la institución podrá ser pública o privada
(Neyra Flores, Tratado de Derecho Procesal Penal, Tomo II, p. 200).

2. Obligación de no auséñtarse de la localidad en que reside, de no


concurrir a determinados lugares, o de presentarse a la autoridad
en los días que se le fijen

Esta restricción busca evitar el peligro de fuga en tanto y en cuanto no


permiten la movilidad del imputado fuera de ciertos márgenes que pudie­
ran permitir su sustracción del proceso penal, y que permite tener un control
exacto de su ubicación. Y si el imputado desea ausentarse debe comunicar al
juez y ser estimado o consentido por este último.

Del mismo modo existe la prohibición de concurrir a determinado luga­


res, que en razón a las actividades que allí realizan, son calificadas de dudosa
reputación o por otros motivos razonables (Neyra Flores, Tratado de Derecho
Procesal Penal, Tomo II, p. 200).

La regla de conducta de no ausentarse del lugar donde reside, presunta­


mente vulnerada, la equiparamos a un impedimento de salida del país. Esta
última restricción es autónoma con relación al impedimento de salida del
país que es una restricción de carácter más intenso, que se adoptó en esta
investigación y cuya prórroga no fue solicitada oportunamente, en ese sen­
tido el alcance de las reglas de conducta impuesta a la señora Nadine Here-
dia Alarcón, definitivamente están diseñadas en el marco a una comparecen­
cia restrictiva cuya teleología es garantizar su permanencia en el país, sólo
así podría cumplir con el control biométrico y no ausentarse de su domicilio.
(Exp. N° 00249-2015-13-500l-JR-PE-01, Lima, 10 de enero de 2017, funda­
mento 8.22., <www.pj.gob.pe>).

Otra regla de conducta que el juez puede imponer al ordenarse la excar­


celación del acusado, corresponde a fijar reglas de conducta con la finalidad

52
Las restricciones en la comparecencia restringida

de evitar que eluda la concurrencia a la Sala Penal que lo juzgará, por lo que
corresponde mandar que acuda semanalmente a las instalaciones de la Sala
Superior de Juzgamiento para justificar sus actividades; y se halle arraigado en
Lima, sin poder alejarse sin previa autorización, en tanto se defina el proceso;
todo bajo apercibimiento de variarse la medida restrictiva para asegurar la efi­
cacia del juzgamiento (R.N. N° 2642-2014, Lima, 27 de mayo de 2016, funda­
mento jurídico 2.7, Sala Penal Transitoria, <www.pj.gob.pe>).
i

3. Prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre


que no afecte el derecho de defensa
Dicha prohibición de comunicarse con los otros imputado, testigos, peri­
tos, comprende a las personas que se determine en la resolución bajo crite­
rios razonables que justifiquen dicha decisión, mas no podrá proceder dicha
prohibición con su abogado defensor. Además se ha incorporado el inciso 4
del artículo 287 por el artículo 4 de la Ley N° 29439 (19 de noviembre de
2009) según el cual el juez podrá imponer la prohibición de comunicarse o
aproximarse a la víctima o aquellas personas que determine, siempre que ello
no afecte el derecho de defensa. Es decir, se agrega a la víctima como sujeto
de protección de esta restricción que lo que busca es tener a buen resguardo la
actividad probatoria (Neyra Flores, Tratado de Derecho Procesal Penal, Tomo
II, pp. 200-201).

4. Prestación de una caución económica


Ante la ausencia de un presupuesto material de la prisión preventiva,
solo cabe dictar en su reemplazo el mandato de comparecencia y disponer su
inmediata libertad. La privación de libertad sufrida, por su extensión, también
impide la medida de coerción personal de impedimento de salida (artículo
296 apartado 2) del Código Procesal Penal). El mandato de comparecencia,
en atención a la pena del delito objeto de la investigación preparatoria y a la
situación personal del imputado, debe imponerse con las restricciones fijadas
en los artículos 287 y 288 del aludido Código Procesal. En concreto: la cau­
ción -que permite compatibilizar el derecho a la libertad con la necesidad de
asegurar el proceso- y las exigencias vinculadas a la presencia en el juzgado,
su ubicación domiciliaria y de trabajo, y la comunicación de sus actividades
y viajes (Cas. N° 626-2013, Moquegua, de 30 de junio de 2015, fundamento
jurídico décimo primero, Sala Penal Permanente, <www.pj.gob.pe>).

53
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Cabe señalar que no se podrá imponer una caución a una persona que no
cuenta con los recursos y por las características del hecho atribuido. En un
caso, se revocó la decisión del juez de imponer la caución a una funcionaría
del área de contabilidad de la PNP, ascendente a la suma de 3000 soles, por
la razón de que según la boleta de pago ganaba menos de 900 soles, tenía la
carga familiar, una hija en el colegio, y además había sido suspendida sin goce
de haber por 12 meses. La Sala precisa que la caución debe considerar la capa­
cidad de pago al imponer, aunque también es posible que un imputado ofrezca
como alternativa la fianza (Exp. N° 103-2008-A, Lima, 5 de agosto de 2009,
Primera Sala Superior Especial, Arbulú Martínez, La investigación prepara­
toria en el nuevo Proceso Penal,-/?. 466).

Asimismo, a la accionante se le cambió la detención por comparecencia


restringida, y como regla, el pago de la caución que debía abonarse dentro de
las 72 horas para disponer la libertad. Esta condición la accionante la consideró
ilegal y arbitraria, por lo que señaló que el pago de la caución no puede cons­
tituir exigencia o condición previa para dictarse la excarcelación de la actora,
siendo solamente obligatorias las reglas de conducta impuestas en la resolu­
ción cuestionada, y que además, es una ilegalidad de acuerdo al artículo 143
del CPP de 1991 [art. 289, inc. 1 del CPP de 2004], que prevé que la caución
económica se sujetará a las posibilidades económicas del procesado (STCExp.
N° 6342-2005-PHC/TC, Loreto, 8 de noviembre de 2005, Arbulú Martínez, La
investigación preparatoria en el nuevo Proceso Penal, p. 466).

Efectuado un análisis del artículo 10, inciso c) del Decreto Legislativo


N° 813, se observa que dicha norma vulnera, en principio, el derecho a la
libertad personal consagrado en el artículo 2, inciso 24 literal b) de la Cons­
titución Política del Estado, en la medida que la caución es entendida como
una garantía económica que tiene por objeto asegurar que el inculpado cum­
pla con las obligaciones y ordenes impuestas por la autoridad. En consecuen­
cia, la misma debe establecerse teniendo en cuenta determinadas reglas como
la naturaleza del delito o la condición económica del imputado, que de no
ser observadas generaría la imposición de una caución de imposible cumpli­
miento, que acarrearía una inminente variación del mandato de comparecen­
cia restringida por el de detención, afectándose el derecho a la libertad perso­
nal del imputado. [Dicho] dispositivo colisiona con el derecho a la igualdad
reconocida en el artículo 2 inciso 2 de la Constitución Política del Estado, al
generar un trato desigual de los ciudadanos sometidos al proceso penal por
delito tributario con otros ciudadanos sometidos a proceso penal por otros

54
Las restricciones en la comparecencia restringida

delitos, pues dicha norma origina que se impongan montos excesivos como
caución, al calcularse en base al monto de la deuda tributaria y no en base a
la condición económica del procesado, olvidándose que el monto de la cau­
ción debe establecerse sobre la base de determinadas reglas como puede ser
la naturaleza del delito, la condición económica, personalidad, antecedentes
del imputado, el modo de cometer el delito y la gravedad del daño. [Esto]
último sirve además para determinar que el dispositivo en comento resulta
contrario a los principios de razonabilidad y proporcionalidad, pues el mismo
impone una caución tasada, que imposibilitaría al juzgador adecuarla de
acuerdo a las condiciones personales del procesado (Consulta N° 4248-2010-
Lima, de 31 de mayo de 2011, fundamento jurídico seis a ocho, de la Sala
de Derecho Constitucional y Social Permanente, Caro Jhon, Summa Penal,
p. 997).

5. Vigilancia electrónica personal


La vigilancia electrónica es una medida ordenada por la autoridad judi­
cial a pedido de parte, a favor de los procesado o condenados que revistan las
condiciones previstas en los supuestos de aplicación de esta medida, con la
finalidad de monitorear y controlar el transito dentro de un radio de acción o
desplazamiento.

La Ley N° 29499, del 19 de enero de 2010, instituyó la vigilancia electró­


nica personal de la siguiente manera:

i) Para los procesados, la vigilancia electrónica era una medida alternativa


de restricción del mandato de comparecencia (art. 135 y 143 del Código
Procesal Penal-D. Leg. N° 638).

ii) Para los condenados, la vigilancia electrónica era una modalidad de pena
aplicable por conversión.

iii) Para los condenados que obtengan beneficios penitenciarios de semiliber-


tad o libertad condicional, la vigilancia electrónica era un mecanismo de
monitoreo.

Posteriormente, con el Decreto Legislativo N° 1229, del 25 de setiembre


de 2015, la vigilancia electrónica se incorpora como una restricción en la com­
parecencia que era guiada por la gravedad del delito, al imponerse cuando la
pena sea no mayor a 8 años de pena privativa de libertad. Además, adelantó

55
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

la vigencia de los artículos 273 al 277, 283, 287, 288 y 290 del Código Pro­
cesal Penal.

Luego, el Poder Ejecutivo aprueba el Decreto Legislativo N° 1322, del 06


de enero de 2017, sobre la regulación de la vigilancia electrónica como alter­
nativa de restricción en las medidas de coerción procesal, como un tipo de
pena aplicable por conversión o su imposición en el otorgamiento de un bene­
ficio penitenciario. Este decreto tiene como característica especial contribuir
la disminución de los niveles de hacinamiento en los establecimientos peni­
tenciarios a través de la vigilancia electrónica como una medida menos res­
trictiva del derecho a la libertad personal.

El 09 de marzo del presenté año se aprobó el Decreto Supremo N° 004-


20017-JUS que es el Reglamento del D. Leg. N° 1322. Este reglamento entra
en vigencia progresivamente en los diferentes distritos judiciales según el
calendario oficial aprobado por Decreto Supremo y refrendado por el Minis­
terio de Justicia y Derechos Humano. Pero desde ya, se realizará un plan
piloto para la implementación del decreto referido, que empezará a ejecutarse
cuando se haya concluido los mecanismos logísticos y tecnológicos para la
eficaz aplicación de la vigilancia electrónica en el distrito judicial de Lima.

56
CAPITULO V

LA COM PARECENCIA RESTRINGIDA


Y LAS OTRAS M EDIDAS CAUTELARES
PERSONALES
CAPITULO V

LA COMPARECENCIA RESTRINGIDA
Y LAS OTRAS MEDIDAS CAUTELARES
PERSONALES

La medida coercitiva personal de comparecencia restringida es la excep­


ción, por naturaleza, de la comparecencia simple, y el fundamento de esta
última radica en la ausencia, o mínima presencia de peligro procesal para
entorpecer o dificultar los fines del proceso, entre estos, la búsqueda de la ver­
dad. Ergo, si los presupuestos que fundamentan una medida decaen, entonces
la medida debe de variar.

Si bien la imposición de una u otra medida coercitiva depende del pericu-


lum in mora (peligro procesal), la revocación de la misma se genera cuando
el peligro que representaba el sujeto para el proceso se extingue o los presu­
puestos que fundaron la medida dejan de tener la misma convicción. Si bien
cada medida coercitiva tiene un ámbito de incidencia específica, de forma
general, todas afectan en cierto grado el derecho a la libertad personal.

En ese sentido, la comparecencia no es la única medida posible que tiene


el juez para asegurar la presencia del investigado o acusado, más aún si el
CPP prevé otras medidas que generan la tutela cautelar del proceso, y estas
son: i) prisión preventiva; ii) arresto domiciliaria; iii) intemamiento preven­
tivo; iv) impedimento de salida; y, v) suspensión preventiva de derecho. En
específico, cada medida coercitiva personal se diferencia en sus particulari­
dades, tanto en sus presupuestos de admisión como en sus restricciones.

La comparecencia restringida es la medida sustitutiva a la prisión pre­


ventiva y su fundamento legal lo encontramos en el artículo 256 del CPP que
determina la posibilidad que tiene el juez para dictar, de oficio o a pedido de
parte, la sustitución o la acumulación de la medida impuesta por otra medida

_______________________________________________________________ 59
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

más grave. En sentido contrario, si los presupuestos que fundan la medida


grave de coerción decaen, entonces, el ju e z debe imponer una medida menos
gravosa que la anterior. Este razonamiento es válido y aplicable para todo
tipo de medida: reales o personales.

En el mismo sentido, el artículo 273 del mismo código adjetivo refiere que
al vencimiento del plazo de la prisión preventiva el juez, de oficio o a solici­
tud de parte, impondrá la concurrencia de alguna medida de coerción penal,
que, de alguna manera, asegure la presencia del imputado o acusado en el
proceso penal. Ello trae a colación que la revocación de una medida coerci­
tiva no signifique libertad absoluta sin restricciones, sino que aún persiste la
vinculación del sujeto al proceso, y en esa medida, el sujeto debe permane­
cer cercano al proceso hasta que el juez determine su inocencia o culpabili­
dad. Aquí cabe resaltar que las medidas coercitivas que restringen la libertad
no son impuestas por el fiscal, solo son competencia absoluta del juez, por lo
que no cabe plantear una hábeas corpus contra la investigación del fiscal en
donde el juez impuso la medida.

La detención domiciliaria o arresto domiciliario es una forma de com­


parecencia restringida pero en este caso, la medida incide directamente en
la limitación al derecho de tránsito, ya que si bien el agente no se encuentra
internado en un centro de reclusión, si lo está en su propio domicilio sin poder
salir. Un límite que tiene este tipo de medida es que no puede imponerse a
cualquier persona sino solo a todas aquellas descritas en la norma: mayores
de 65 años de edad, aquellos que adolecen de una enfermedad grave o incura­
ble, aquellos que sufren grave incapacidadfísica permanente que afecte sen­
siblemente su capacidad de desplazamiento, y aquellas que se encuentren en
gestación.

A diferencia de la comparecencia con restricciones que tiene un ámbito


más de libertad personal respecto a que la persona puede desplazarse a su
trabajo, salir con la familia, realizar ciertas actividades lúdicas, en el caso
del arresto domiciliario no sucede lo mismo. La norma prevé que la detención
domiciliaria debe cumplirse en el domicilio del imputado o en otro que eljuez
designe, que sea adecuado para esos efectos, bajo custodia de la autoridad
policial o de una institución -pública o privada- o de tercera persona desig­
nada para tal efecto. En la práctica, una detención domiciliaria acarrea gas­
tos, porque hay que ponerle obligatoriamente custodia policial, y el inmueble
de los imputados muchas veces no es seguro para evitar unafuga, o de pronto,
no tiene residencia en el país, por lo que esto conllevó que se ubicaran lugares

60 _____________________ ;_____________________________________________
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

como ficción de domicilio, creándose una suerte de análogos de cárceles, pero


con menos rigor

Por otro lado, respeto a la medida coercitiva de impedimento de salida,


esta es en esencia una comparecencia con restricciones. Esta medida ha ganado
independencia jurídica respecto a la comparecencia. En este caso cada una de
ellas se vuelve un pedido principal postulado por el fiscal, por lo que no nece­
sariamente cuando el juez considera procedente el pedido de imponer restric­
ciones a la libertad personal también se impone de forma accesoria el impedi­
mento de salida. i

Recordemos que esta medida restringe la libertad ambulatoria del inves­


tigado o acusado, siempre que el delito esté sancionado con pena privativa
de libertad mayor a 3 años según el artículo 295 del CPP. El fiscal está legi­
timado para presentar el requerimiento. La limitación es que el procesado
no puede abandonar el país. En la casuística tenemos que, sin embargo, por
motivos defuerza mayor, como un tratamiento médico que no puede realizarse
en el país, se permitió temporalmente la salida, levantando la restricción en la
oficina de migraciones del país, aunque debe tenerse en cuenta que hay luga­
res donde el control no es tan rígido por no estar interconectados los siste­
mas para que los oficiales de frontera controlen las salidas, por lo que esto
también en la práctica es relativo en cuanto a su eficacia. Las restricciones,
además, pueden ser extendidas a los testigos que sean considerados impor­
tantes para la investigación.

En la jurisprudencia constitucional, tenemos la STC Exp. N° 672-2001-


HC/TC, caso Luis Alberto Chu Wong del 2 de enero del 2002, quien inter­
puso hábeas Corpus contra una jueza de familia de lima por considerar que se
venía restringiendo su derecho de salida del país, al existir un mandato judi­
cial emanado de un procedimiento irregular. La orden devino de una obliga­
ción alimentaria, que le fu e generada empleando una partida de nacimiento
falsa. La jueza había desestimado el pedido de levantamiento de salida al
exterior del accionante, porque el proceso de alimentos se mantenía vigente.

El Tribunal Constitucional especifica que si bien es un hecho inobjeta­


ble que se declaró fundada la demanda de alimentos contra el accionante, que
generó la obligación de acudir con pensión alimentaria, de los actuados judi­
ciales posteriores, han creado la presunción de ilegitimidad en la referida obli­
gación alimentaria como en los autos del proceso sobre nulidad de matrimo­
nio, seguido por don Alberto Chu Wong, y contra la demandante de alimentos.

____________________________________________________________ :........... 61
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Estos elementos debieron haber sido tomados en cuenta por el juez, y también
el hecho de que las solicitudes de levantamiento de impedimento de salida le
fueron trasladadas a la demandante. Si bien el impedimento de salida tuvo
algún sentido en el proceso de alimentos; imponerlo de manera indefinida, lo
convierte en una restricción irregular.

La suspensión preventiva de derechos, a diferencia de la comparecen­


cia restringida, tiene como exigencia que el delito esté previsto con la inha­
bilitación, principal o accesoria, o cuando sea necesario evitar la reiteración
delictiva (artículo 291 del CPP). Directamente esta medida coercitiva no res­
tringe el derecho a la libertad personal, aunque, de igual manera, la presencia
del peligro procesal siempréés una constante en relación al éxito del proceso.

Para que proceda imponer la medida de suspensión preventiva de dere­


cho debe existir suficientes elementos probatorios de la comisión de un delito
que vincule al imputado como autor o partícipe; de esta misma form a el impu­
tado, en atención a las especificas modalidades y circunstancias del hecho o
por sus condiciones personales, tendría que obstaculizar la averiguación de la
verdad o cometer delitos de la misma clase de aquel por el que es procesado.

Si bien la comparecencia con restricciones incide directamente sobre


la libertad personal del sujeto, en la suspensión preventiva de derechos, el
ámbito de afectación es el ejercicio de derechos vinculados a la persona por
su condición. La suspensión de derechos puede adoptar varias modalida­
des como: i) suspensión temporal del ejercicio de la patria potestad, tutela o
cúratela, según el caso. Por ejemplo, en el delito de lesiones, el sujeto activo
es pariente de la víctima; ii) suspensión temporal en el ejercicio de un cargo,
empleo o comisión de carácter público como delitos vinculados a funciona­
rios públicos como el de colusión, y existiendo prueba suficiente, es posible
aplicarle la suspensión justamente con la idea de evitar la reiteración delic­
tiva. La excepción es cuando los procesados tienen cargos que provienen de
elección popular como, por ejemplo, un alcalde, siendo el espíritu evitar caos
mayor en la institución pública donde el procesado ejerce el cargo; iii) prohi­
bición temporal de ejercer actividades profesionales, comerciales o empre­
sariales como, por ejemplo, en el caso de delitos ambientales, de tal form a
que se suspende la actividad contaminante si es que el procesado dirigiera
una empresa; iv) Suspensión temporal de la autorización para conducir cual­
quier tipo de vehículo o para portar armas de fuego; v) prohibición de apro­
ximarse al ofendido o a su familia y, en su caso, la obligación de abandonar
el hogar que compartiese con aquel o la suspensión temporal de visitas. Esto

62 ___________________________________________________________________
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

se aplicará para evitar que se ponga en peligro nuevamente a la víctima o a


los familiares que tengan relación con ella.

En consecuencia, el auto que dicte el juez para imponer la suspensión


debe precisar la privación o prohibición de derechos, actividades o funciones
al sujeto con suficiente claridad, el cual no debe admitir ninguna duda. La sus­
pensión no durará más de la mitad del tiempo previsto para la pena de inha­
bilitación y los plazos deben contarse desde el inicio de la ejecución. Ade­
más, no podrá computarse el tiempo transcurrido en que la causa sufriere
dilaciones maliciosas imputables al procesado o a su defensa como recusa­
ciones sin fundamento o pedidos manifiestamente improcedentes. La suspen­
sión perderá eficacia cuando haya transcurrido el plazo sin haberse dictado
sentencia de primera instancia.

BASE NORM ATIVA

Código Procesal Penal


Artículo 259.- Detención Policial
La Policía Nacional del Perú detiene, sin mandato judicial, a quien sor­
prenda en flagrante delito. Existe flagrancia cuando:
1. El agente es descubierto en la realización del hecho punible.
2. El agente acaba de cometer el hecho punible y es descubierto.
3. El agente ha huido y ha sido identificado durante o inmediatamente
después de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado o
por otra persona que haya presenciado el hecho, o por medio audiovi­
sual, dispositivos o equipos con cuya tecnología se haya registrado su
imagen, y es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas de pro­
ducido el hecho punible.
4. El agente es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas después
de la perpetración del delito con efectos o instrumentos procedentes
de aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales
en sí mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría o parti­
cipación en el hecho delictuoso.

63
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Artículo 260.- Arresto ciudadano


1. En los casos previstos en el artículo anterior, toda persona podrá pro­
ceder al arresto en estado de flagrancia delictiva.
2. En este caso debe entregar inmediatamente al arrestado y las cosas que
constituyan el cuerpo del delito a la policía más cercana. Se entiende
por entrega inmediata el tiempo que demanda el dirigirse a la depen­
dencia policial más cercana o al policía que se halle por inmediacio­
nes del lugar. En ningún caso el arresto autoriza a encerrar o mantener
privada de su libertad en un lugar público o privado hasta su entrega a
la autoridad policial. La policía redactará un acta donde se haga cons­
tar la entrega y las demás circunstancias de la intervención.
Artículo 261.- Detención preliminar judicial
1. El juez de la investigación preparatoria, a requerimiento del fiscal,
sin trámite alguno y teniendo a la vista las actuaciones remitidas por
aquel, dicta mandato de detención preliminar cuando:
a) No se presente un supuesto de flagrancia delictiva, pero existan razo­
nes plausibles para considerar que una persona ha cometido un delito
sancionado con pena privativa de libertad superior a cuatro arios y,
por las circunstancias del caso, puede desprenderse cierta posibili­
dad de fuga u obstaculización de la averiguación de la verdad.
b) El sorprendido en flagrante delito logre evitar su detención.
c) El detenido se fugare de un centro de detención preliminar.
2. En los supuestos anteriores, para cursar la orden de detención se
requiere que el imputado se encuentre debidamente individualizado
con los siguientes datos: nombres y apellidos completos, edad, sexo,
lugar, y fecha de nacimiento.
3. La orden de detención deberá ser puesta en conocimiento de la policía
a la brevedad posible, de manera escrita bajo cargo, quien la ejecuta
de inmediato.
Cuando se presenten circunstancias extraordinarias puede ordenarse
el cumplimiento de detención por correo electrónico, facsímil, telefó­
nicamente u otro medio de comunicación válido que garantice la vera­
cidad del mandato judicial. En todos estos casos la comunicación debe
contener los datos de identidad personal del requerido conforme a lo
indicado en el numeral dos.

64
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

4. Las requisitorias cursadas a la autoridad policial tienen una vigencia


de seis meses. Vencido este plazo, caducan automáticamente bajo res­
ponsabilidad, salvo que fuesen renovadas. La vigencia de la requisi­
toria para los casos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas
no caducan hasta la efectiva detención de los requisitoriados

Artículo 262.- Motivación del auto de detención


El auto de detención deberá contener los datos de identidad del impu­
tado, la exposición sucinta de los hechos objeto de imputación, los funda­
mentos de hecho y de derecho, con mención expresa de las normas lega­
les aplicables.
Artículo 266.- Detención judicial en caso de flagrancia
1. El fiscal puede requerir al juez de la investigación preparatoria dentro
de las doce (12) horas de producida la detención efectiva por la poli­
cía nacional, la emisión del mandato de detención judicial hasta por
un máximo de siete (7) días, cuando por las circunstancias del caso, se
desprenda cierta posibilidad de fuga u obstaculización de la averigua­
ción de la verdad. En los delitos cometidos por organizaciones crimi­
nales la detención judicial por flagrancia puede durar hasta un plazo
máximo de diez (10) días.
2. El juez, antes del vencimiento de las veinticuatro (24) horas de la
detención, realiza la audiencia de carácter inaplazable con asistencia
obligatoria del fiscal, el imputado y su abogado defensor. El fiscal dis­
pone el traslado del imputado a la audiencia, bajo custodia de la poli­
cía nacional. Rigen los numerales 1, 3 y 6 del artículo 85.
3. Instalada la audiencia y escuchados a los sujetos procesales, el Juez
debe pronunciarse mediante resolución motivada sobre la legalidad de
la detención del imputado conforme al artículo 259, sobre el cumpli­
miento de los derechos contenidos en el numeral 2 del artículo 71 y
finalmente sobre la necesidad de dictar la detención judicial, teniendo
a la vista las actuaciones proporcionadas por el ministerio público.
4. Si en la audiencia, el juez advierte que se ha vulnerado los derechos
fundamentales del investigado o se le ha detenido en forma ilegal, sin
perjuicio de lo resuelto, remite copias al órgano de control del minis­
terio público y a inspectoría de la policía nacional del Perú.

65
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

5. Dentro del plazo de detención judicial, se pone al detenido a dispo­


sición del juez de investigación preparatoria para determinar si dicta
mandato de prisión preventiva o comparecencia, simple o restrictiva.
6. Si el juez declara improcedente el requerimiento de detención judi­
cial, el fiscal, vencido el plazo de detención policial, dispone lo que
' corresponda.
7. El presente artículo no es aplicable para los delitos de terrorismo,
espionaje y tráfico ilícito de drogas.
Artículo 268.- Presupuestos materiales de la prisión preventiva
El juez, a solicitud del ministerio público, podrá dictar mandato de pri­
sión preventiva, si atendiendo a los primeros recaudos sea posible deter­
minar la concurrencia de los siguientes presupuestos:
a) Que existen fundados y graves elementos de convicción para esti­
mar razonablemente la comisión de un delito que vincule al imputado
como autor o partícipe del mismo.
b) Que la sanción a imponerse sea superior a cuatro años de pena priva­
tiva de libertad; y
c) Que el imputado, en razón a sus antecedentes y otras circunstancias
del caso particular, permita colegir razonablemente que tratará de elu­
dir la acción de la justicia (peligro de fuga) u obstaculizar la averigua­
ción de la verdad (peligro de obstaculización).
Artículo 269.- Peligro de fuga
Para calificar el peligro de fuga, el juez tendrá en cuenta:
1. El arraigo en el país del imputado, determinado por el domicilio, resi­
dencia habitual, asiento de la familia y de sus negocios o trabajo y las
facilidades para abandonar definitivamente el país o permanecer oculto;
2. La gravedad de la pena que se espera como resultado del procedimiento;
3. La magnitud del daño causado y la ausencia de una actitud voluntaria
del imputado para repararlo;
4. El comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro
procedimiento anterior, en la medida que indique su voluntad de
someterse a la persecución penal; y

66
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

5. La pertenencia del imputado a una organización criminal o su reinte­


gración a las mismas.
Artículo 270.- Peligro de obstaculización
Para calificar el peligro de obstaculización se tendrá en cuenta el riesgo
razonable de que el imputado:
1. Destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de pmeba.
2. Influirá para que coimputados, testigos o peritos informen falsamente
o se comporten de manera desleal o reticente.
3. Inducirá a otros a realizar tales comportamientos.
Artículo 271.- Audiencia y resolución
1. El juez de la investigación preparatoria, dentro de las cuarenta y ocho
horas siguientes al requerimiento del ministerio público realizará la
audiencia para determinar la procedencia de la prisión preventiva. La
audiencia se celebrará con la concurrencia obligatoria del fiscal, del
imputado y su defensor. El defensor del imputado que no asista será
reemplazado por el defensor de oficio.
2. Rige en lo pertinente, para el trámite de la audiencia lo dispuesto en
el artículo 8, pero la resolución debe ser pronunciada en la audiencia
sin necesidad de postergación alguna. El juez de la investigación pre­
paratoria incurre en responsabilidad funcional si no realiza la audien­
cia dentro del plazo legal. El fiscal y el abogado defensor serán san­
cionados disciplinariamente si por su causa se frustra la audiencia.
Si el imputado se niega por cualquier motivo a estar presente en la
audiencia, será representado por su abogado o el defensor de oficio,
según sea el caso. En este último supuesto deberá ser notificado con la
resolución que se expida dentro de las cuarenta y ocho horas siguien­
tes a la conclusión de la audiencia.
3. El auto de prisión preventiva será especialmente motivado, con
expresión sucinta de la imputación, de los fundamentos de hecho
y de derecho que lo sustente, y la invocación de las citas legales
correspondientes.
4. El juez de la investigación preparatoria, si no considera fundado el
requerimiento de prisión preventiva optará por la medida de compare­
cencia restrictiva o simple según el caso.

67
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Artículo 272.- Duración


1. La prisión preventiva no durará más de nueve (9) meses.
2. Tratándose de procesos complejos, el plazo límite de la prisión pre­
ventiva no durará más de dieciocho (18) meses.
3. Para los procesos de criminalidad organizada, el plazo de la prisión
preventiva no durará más de treinta y seis (36) meses
Artículo 280.- Incomunicación
La incomunicación deümputado con mandato de prisión preventiva pro­
cede si es indispensable para el establecimiento de un delito grave. No
podrá exceder de diez días. La incomunicación no impide las conferen­
cias en privado entre el abogado defensor y el preso preventivo, las que
no requieren autorización previa ni podrán ser prohibidas. La resolución
que la ordena se emitirá sin trámite alguno, será motivada y puesta en
conocimiento a la sala penal. Contra ella procede recurso de apelación
dentro del plazo de un día. La sala penal seguirá el trámite previsto en el
artículo 267.
Artículo 282.- Cese
Vencido el término de la incomunicación señalada en la resolución, cesará
automáticamente.
Artículo 290.- Detención domiciliaria
1. Se impondrá detención domiciliaria cuando, pese a corresponder pri­
sión preventiva, el imputado:
a) Es mayor de 65 años de edad;
b) Adolece de una enfermedad grave o incurable;
c) Sufre grave incapacidad física permanente que afecte sensible­
mente su capacidad de desplazamiento;
d) Es una madre gestante.
2. En todos los motivos previstos en el numeral anterior, la medida de
detención domiciliaria está condicionada a que el peligro de fuga o de
obstaculización pueda evitarse razonablemente con su imposición.

68
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

3. La detención domiciliaria debe cumplirse en el domicilio del impu­


tado o en otro que el juez designe y sea adecuado a esos efectos, bajo
custodia de la autoridad policial o de una institución -pública o pri­
vada- o de tercera persona designada para tal efecto.
4. También podrá disponerse la detención domiciliaria del imputado
bajo la utilización de la vigilancia electrónica personal, de conformi­
dad a la ley de la materia y su reglamento.
5. Cuando sea necesario, se impondrá limites o prohibiciones a la facul­
tad del imputado de comunicarse con personas diversas de aquellas
que habitan con él o que lo asisten.
6. El control de la observancia de las obligaciones impuestas corres­
ponde al ministerio público y a la autoridad policial. Se podrá acumu­
lar a la detención domiciliaria una caución.
7. El plazo de duración de detención domiciliaria es el mismo que el
fijado para la prisión preventiva. Rige, en lo pertinente, lo dispuesto
en los artículos 273 al 277.
8. Si desaparecen los motivos de detención domiciliaria establecidos en
los literales b) al d) del numeral 1), el juez -previo informe pericial-
dispondrá la inmediata prisión preventiva del imputado.
Artículo 293.- Presupuestos de la internación preventiva
1. El juez de la investigación preparatoria podrá ordenar la interna­
ción preventiva del imputado en un establecimiento psiquiátrico,
previa comprobación, por dictamen pericial, de que sufre una grave
alteración o insuficiencia de sus facultades mentales, que lo tor­
nan peligroso para sí o para terceros, cuando medien los siguientes
presupuestos:
a) La existencia de elementos de convicción suficientes para soste­
ner, razonablemente, que es autor de un hecho punible o partícipe
en él y probablemente será objeto de una medida de seguridad de
internación.
b) La existencia de una presunción suficiente de que no se someterá
al procedimiento u obstruirá un acto concreto de investigación.
Rigen análogamente los artículos 269 y 270.

69
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

2. Si se establece que el imputado está incurso en el artículo 20, inciso


dos, del Código Penal, el juez de la investigación preliminar infor­
mará al juzgado penal competente para dictar la decisión final sobre
su inimputabilidad e internación y lo pondrá a su disposición.
Rige lo dispuesto en los numerales 2) y 3) del artículo 274. No será
necesaria la concurrencia del imputado si su estado de salud no lo
permite, pero es obligatoria la presencia de su defensor. El imputado
podrá ser representado por un familiar.
Artículo 294.- Internamiento previo para observación y examen
1. El juez de la investigación preparatoria, después de recibir una comu­
nicación motivada de los peritos, previa audiencia con asistencia de
las partes legitimadas, instada de oficio o a pedido de parte, podrá dis­
poner -a los efectos de la preparación de un dictamen sobre el estado
psíquico del imputado-, que el imputado sea llevado y observado en
un hospital psiquiátrico público.
2. Para adoptar esta decisión deberá tomar en cuenta si existen elemen­
tos de convicción razonable de la comisión del delito, siempre que
guarde relación con la importancia del asunto y que corresponda espe­
rar una sanción grave o la medida de seguridad de internamiento.
3. El internamiento previo no puede durar más de un mes.
Artículo 295.- Solicitud del fiscal del impedimento de salida
1. Cuando durante la investigación de un delito sancionado con pena
privativa de libertad mayor de tres años resulte indispensable para la
indagación de la verdad, el fiscal podrá solicitar al juez expida contra
el imputado orden de impedimento de salida del país o de la localidad
donde domicilia o del lugar que se le fije. Igual petición puede formu­
lar respecto del que es considerado testigo importante.
2. El requerimiento será fundamentado y precisará el nombre completo y
demás datos necesarios de la persona afectada, e indicará la duración
de la medida.
Artículo 296.- Resolución y audiencia
1. La resolución judicial también contendrá los requisitos previstos en el
artículo anterior. Rige lo dispuesto en los numerales 2 y 3 del artículo 279.

70
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

2. La medida no puede durar más de cuatro (4) meses en el caso de tes­


tigos importantes.
3. Para el caso de imputados, los plazos de duración son los fijados en el
artículo 272.
4. La prolongación de la medida sólo procede tratándose de imputados,
en los supuestos y bajo el trámite previsto en el artículo 274. Los pla­
zos de prolongación son los previstos en el numeral 1 del artículo 274.
5. En el caso de testigos importantes, la medida se levantará luego de
realizada la declaración o actuación procesal que la determinó.
6. El juez resolverá de conformidad con lo dispuesto en los numerales 2
y 3 del artículo 279. Para lo dispuesto en el recurso de apelación rige
lo dispuesto en el numeral 2 del artículo 278.
Artículo 297.- Requisitos para la suspensión de los derechos
1. El juez, a pedido del fiscal, podrá dictar las medidas de suspensión
preventiva de derechos previstas en este título cuando se trate de deli­
tos sancionados con pena de inhabilitación, sea ésta principal o acce­
soria o cuando resulte necesario para evitar la reiteración delictiva.
2. Para imponer estas medidas se requiere:
a) Suficientes elementos probatorios de la comisión de un delito que
vincule al imputado como autor o partícipe del mismo.
b) Peligro concreto de que el imputado, en atención a las específi­
cas modalidades y circunstancias del hecho o por sus condiciones
personales, obstaculizará la averiguación de la verdad o cometerá
delitos de la misma clase de aquél por el que se procede.

I. C O M P A R E C E N C IA R E S T R IN G ID A Y D E T E N C IÓ N P O L I­
C IA L

La comparecencia restringida se diferencia de la detención policial, toda


vez que en la detención policial participa el personal de la policía nacional del
Perú y, en algunos casos, el fiscal. Si bien la detención policial exige que se
limite la libertad personal ambulatoria en una situación de flagrancia, la com­
parecencia restringida es solicitada por parte del imputado o el propio perse­
cutor del delito (ministerio público).
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

[L]a Detención, si bien es una privación de la libertad provisionalísima


caracterizado por su brevedad y su limitación temporal, de naturaleza estric­
tamente cautelar, para evitar la posibilidad de fuga o elusión de los efectos de
la justicia, y dispuesta por la Policía o por el Juez de la investigación Prepara­
toria, cuya función es tanto asegurar a la persona del imputado cuando garan­
tizar la futura aplicación del ius puniendi mediante la realización inmediata
de actos de investigación urgentes e inaplazables. Por ejemplo, en la perspec­
tiva de individualizar a los responsables del hecho delictivo e impedir además
el ocultamiento y destrucción de huella o pruebas del delito: interrogatorio,
reconocimiento, pericias forenses, amén de sustentada en supuestos notorios
de evidencia delictiva, tales jcomo flagrancia, o según el caso, razones plausi­
bles de comisión delictiva (sospechas o indicios concreto y determinados de
que una persona ha cometido un delito). Esta no es, en principio, una medida
necesaria o imprescindible para que se dicte, ulteriormente, mandato de pri­
sión preventiva (Cas. N° 1-2007, Huaura, Gálvez Villegas, La jurisprudencia
en el ordenamiento jurídico peruano, pp. 724-725).

En efecto, conforme se desprende del artículo 259 del Código Procesal


Penal, se permite la detención policial sin autorización judicial solo cuando
exista flagrancia:
a) Flagrancia clásica (strictu sensu): los incisos 1 y 2 del artículo en men­
ción regula esta forma de flagrancia. Se trata del inicio del iter criminis o
la consumación del delito. En cualquiera de ellos el sujeto es sorprendido
y detenido, no existiendo huida.

b) Cuasi flagrancia (flagrancia material): el inciso 3 regula esta flagrancia.


Aquí el agente ha sido descubierto por un tercero, solo que ha huido. Su
aprehensión se produce inmediatamente luego de su huida. Este tipo de
flagrancia tiene dos elementos que la caracterizan, esto es, la inmediatez
personal y temporal (el autor es percibido, perseguido y detenido luego
de realizar el hecho delictivo).

c) Flagrancia presunta (ex post ipso): el inciso 4 regula esta modalidad. A


diferencia de los dos supuestos anteriores, aquí no se ha sorprendido al
autor (inmediatez personal), solo existen indicios de su comisión por la
existencia de instrumentos o efectos del delito que, habría cometido (Pro­
tocolo de actuación interinstitucional para el proceso inmediato en casos
de flagrancia y otros supuestos bajo el D. Leg. N° 1194, 11 de mayo de
2016, Ministerio de Justicia).

72 ___________________________________________________________________
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

[L]a medida coercitiva de detención se encuentra regulada en el artículo


ciento treinta y cinco del Código Procesal Penal disponiendo que el juez puede
dictar el mandato de detención si atendiendo a los primeros recaudos acom­
pañados por el fiscal provincial sea posible determinar copulativamente: a) la
existencia de suficientes elementos de prueba de la comisión de un delito que
vincule al inculpado como autor o participe del mismo, b) una pena probable
superior al año de pena privativa de libertad, y c) la presencia de peligro pro­
cesal (Exp. N° 30127-10-2, de 21 de diciembre de 2010, fundamento jurídico
segundo; Tercera Sala Penal para Procesos con Reos en Cárcel - Corte Supe­
rior de Justicia de Lima, Las medidas coercitivas personales y reales en la
jurisprudencia 2009-2010, p. 42).

II. COMPARECENCIA RESTRINGIDA Y DETENCIÓN PRE­


LIMINAR JUDICIAL

La detención preliminar es una excepción de excepciones ya que implica


una vulneración de un derecho fundamental y lesiona el núcleo duro del dere­
cho constitucional de la libertad personal, por lo que debe regirse por los
principios de razonabilidad y proporcionalidad. Además debe verificarse la
existencia de razones plausibles acerca de la comisión del delito y la vincu­
lación del imputado con el mismo (Exp. N° 00320-2008-25-2801-JR-PE-l,
Moquegua, Legales, Código Penal, p. 469).

III. COMPARECENCIA CON RESTRICCIONES Y PRISIÓN


PREVENTIVA

La medida de coerción personal de comparecencia con restricciones y la


prisión preventiva tienen finalidad y naturaleza en común, puesto que ambas
buscan asegurar que el imputado o acusado se encuentre o acuda al llamado de
la autoridad judicial, en cuanto lo solicite, para el desarrollo del proceso penal.

Sin embargo, ambas se diferencian por la intensidad de afectación al dere­


cho de la libertad ambulatoria, pues la prisión preventiva dota de mayor inten­
sidad ya que se restringe cabalmente la libertad del imputado o acusado. Asi­
mismo, la prisión preventiva obtiene dentro de su presupuesto un mayor grado
de certeza sobre la responsabilidad del imputado frente al hecho delictivo por
el peligro que este eluda la justicia. Por ello es pertinente analizar tanto sus
presupuestos, cesación y la variación de la prisión preventiva.

73
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

1. Noción

El mandato de detención judicial preventiva constituye una medida cau­


telar que debe ser dictada solo en circunstancias verdaderamente excepcio­
nales, y no como regla general, pues mientras no exista sentencia condenato­
ria firme, al procesado le asiste el derecho a que se presuma su inocencia (STC
N° 1800-2003-HC/TC, Lima, 1 de julio de 2005, Gerardo León Siguas, fu n ­
damento jurídico 2, Reátegui Sánchez, La problemática de la detención en la
jurisprudencia procesal penal,/». 161).

En relación a la detención preventiva, este tribunal considera pertinente


recordar: la medida de encarcelamiento ha sido instituida, prima facie, como
una fórmula de purgación de pena por la comisión de ilícitos penales de deter­
minada gravedad. En tal sentido, su aplicación como medida cautelar en aras
de asegurar el adecuado curso de las investigaciones y la plena ejecutabili-
dad de una eventual sentencia condenatoria, debe ser la última ratio entre las
opciones que dispone un juez para asegurar el éxito del proceso penal (STC
N° 2915-2004-HC, Lima, 23 de noviembre de 2004, <www.tc.gob.pe>).

2. Naturaleza de la detención y la prisión preventiva


La prisión preventiva es una medida coercitiva personal estrictamente
jurisdiccional, que se adopta a instancia del Ministerio Publico y en el seno
de un proceso penal debidamente incoado, siempre que resulte absolutamente
imprescriptible. Persigue conjurar un peligro de fuga o un riesgo de oculta­
ción o destrucción de fuentes de prueba [no se le puede atribuir el papel del
instrumento de la investigación penal ni tiene un fin punitivo]. Está some­
tida, en comparación con la detención, para un periodo de tiempo más lato, a
requisitos más exigentes (cuyo eje es la probabilidad positiva de la responsa­
bilidad del imputado y la comisión del delito por él) tanto desde la intensidad
de la imputación necesaria para dictarla como desde la configuración y valo­
ración de peligros que la justifican. Siendo así, tal como está prevista la deten­
ción (...) responde tanto a la necesidad imperiosa de poner fin a la ejecución
de un delito o hacer cesar sus efectos lesivos inmediatos, como a la urgencia
de garantizar la presencia judicial del imputado -evitando su fuga y realizar
con el concurso de aquél actos de investigación y aseguramiento inaplazables
-carácter adicional de erigirse en un acto de investigación indirecto. En con­
secuencia, esta medida cautelar personal y provisionalísima será o no necesa­
ria según las características de la entidad y, de ser el caso, ulterior convalida­
ción extensiva a que hace referencia el artículo 266 del CPP. Corresponderá

74 ___________________________________________________________________
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

exclusivamente a la estrategia y planteamiento de la investigación que autó­


nomamente, y bajo su responsabilidad, decida el fiscal provincial (Cas.
N° 1-2007, Huaura, Gálvez Villegas, La jurisprudencia en el ordenamiento
jurídico peruano, pp. 722-723).

3. Presupuestos de la prisión preventiva


La prisión preventiva, conforme a nuestro Código Procesal Penal no es
la única medida de coerción procesal, tal cómo se aprecia en la Sección III de
Libro Segundo del precitado código, pues existen otras de naturaleza perso­
nal y real. Sin embargo entrando a los temas que nos convoca la presente reso­
lución, tenemos que frente a un requerimiento fiscal de prisión preventiva el
juez puede dictar en efecto esta o en su caso la comparecencia restrictiva o la
comparecencia simple. Así en el primer caso procede cuando se cumple con
los presupuestos materiales especiales. Estos son, graves y suficientes ele­
mentos de convicción que vinculen al imputado como autor o partícipe con
el delito, pena privativa de la libertad superior a cuatro años y peligro
procesal ya sea de fuga o de obstaculización conforme a los criterios esta­
tuidos por ley, a los que refiere el artículo 268 del código ritual. Sin peijui-
cio de los generales a los que se refieren al artículo 233, numerales 2 y 3 del
mismo cuerpo de leyes citado, (esto es que la restricción de un derecho fun­
damental a través de autorización judicial requiere que se aplique el principio
de proporcionalidad y por el tiempo estrictamente necesario; en el segundo
caso procede, conforme al artículo 287.1 del código mencionado), siempre
que el peligro de fuga y obstaculización de la averiguación de la verdad pueda
razonablemente evitarse. Finalmente la comparecencia simple, de conformi­
dad con lo dispuesto por el artículo 286 del mismo Código, cuando el fiscal
no solicita prisión preventiva dentro del plazo establecido en el artículo 266,
o cuando de mediar requerimiento fiscal no concurren los presupuestos mate­
riales previstos en dicho artículo (Auto de vista de segunda instancia, Exp. N°
02049-2016-78-1302-JR-PE-03, Sala Penal de Apelaciones de Huaura, 17 de
noviembre de 2016, <www.pj.gob.pe>).
Por ello, la única manera de determinar si la detención judicial preven­
tiva de un individuo no responde a una decisión arbitraria del juez, pasa por
la observancia de determinados elementos objetivos que permitan concluir
que, más allá de que existan indicios o medios probatorios que vinculan ra­
zonablemente al inculpado con la comisión del hecho delictivo y más allá del
quantum de la eventual pena a imponerse, existe peligro de fuga o peligro de

75
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

entorpecimiento de la actividad probatoria. La existencia de estos dos últimos


riesgos es lo que en doctrina se denomina peligro procesal (STC N° 1567-
2002-HC/TC, Lima, 5 de agosto de 2002, Alejandro Rodríguez Medrano, fu n ­
damento jurídico 5, Reátegui Sánchez, La problemática de la detención en la
jurisprudencia procesal penal,/». 121).

La existencia o no del peligro procesal debe determinarse a partir del


análisis de una serie de circunstancias que pueden tener lugar antes o durante
el desarrollo del proceso y que están ligadas, fundamentalmente, con las acti­
tudes y valores morales del procesado, su ocupación, sus bienes, sus vínculos
familiares y todo otro factor que permita concluir, con un alto grado de objeti­
vidad, que la libertad del inculpado, previa a la determinación de su eventual
responsabilidad, pone en serio riesgo el correcto desenvolvimiento de la labor
de investigación y la eficacia del proceso. La ausencia de un criterio razonable
en tomo a la perturbación de la investigación judicial o a la evasión de la jus­
ticia por parte del procesado, terminarán convirtiendo el dictado de la deten­
ción judicial preventiva o, en su caso, su mantenimiento, en arbitrarios por no
encontrarse razonablemente justificados (STC N° 1567-2002-HC/TC, Lima,
5 de agosto de 2002, Alejandro Rodríguez Medrano fundamento jurídico. 6,
Reátegui Sánchez, La problemática de la detención en la jurisprudencia pro­
cesal penal,/». 121).

Por ello es que debe tenerse en cuenta que el artículo 268, 1 c) del nuevo
Código Procesal Penal señala como uno de los presupuestos materiales de la
prisión preventiva: “Que el imputado, en razón a sus antecedentes y otras cir­
cunstancias del caso particular, permita colegir razonablemente que tratará de
eludir la acción de la justicia (peligro de fuga) u obstaculizar la averiguación de
la verdad (peligro de obstaculización)” (STC N° 01133-2014-PHC/TC, Cusco,
14 de julio de 2014, fundamento jurídico 7, <www.tc.gob.pe>).

Sea por ejemplo: cuando en el primer supuesto, es decir, el peligro pro­


cesal (riesgo de fuga), se determina a partir del análisis de una serie de cir­
cunstancias que pueden tener lugar antes o durante el desarrollo del proceso
penal y que se encuentran relacionadas, entre otros, con el arraigo domici­
liario, familiar y laboral del actor en la localidad del órgano judicial que lo
procesa. Estos aspectos crean un juicio de convicción al juzgador en cuanto
a la sujeción del actor al proceso. En la cuestionada resolución de fojas 68
de autos se señala que “(...) si bien es cierto en autos obran documenta­
les que darían cuenta de que el imputado Jorge Hernán Herrera García sí
tiene arraigo, en situación que no generaría peligro en la averiguación de

76 ___________________________________________________________________
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

la verdad legal de los hechos que son materia de juzgamiento (...)” (STC N°
01133-2014-PHC/TC, Cuco, 14 de julio de 2014, fundamento jurídico 8,
<www. tc.gob.pe>).

En cuanto al segundo supuesto del peligro procesal, el de la obstaculi­


zación del proceso, se encuentra vinculado a la injerencia del procesado en
libertad ambulatoria respecto del resultado del proceso. Aquello puede mani­
festarse con la influencia directa del actor en la alteración, ocultamiento o de­
saparición de los medios probatorios; o én la conducta de las partes o peri­
tos del caso. Estamos aquí pues ante factores que deben incidir en el juzgador
a efectos de un equívoco resultado del proceso e incluso ocasionar que, de
manera indirecta o extema, el procesado en libertad pueda perturbar el resul­
tado del proceso penal. Todos estos aspectos de obstaculización del proceso
deben ser apreciados por el juzgador en cada caso en concreto, ya que, de con­
tar indicios fundados de su concurrencia, deberá contarse con una especial
motivación que la justifique (STC N ° 01133-2014-PHC/TC, Cuco, 14 de julio
de 2014, fundamento jurídico 9, <www.tc.gob.pe>).

4. No es presupuesto que el imputado se encuentre detenido.


No constituye presupuesto material de dicha medida personal, como
claramente fluye del artículo 268 del CPP, que el imputado se encuen­
tre sujeto a la medida provisionalísima de detención, en cualquiera de sus
modalidades. La ley exige sólo implícitamente (por la propia naturaleza de
la medida de coerción procesal de intensa limitación de derechos fundamen­
tales, de presupuestos materiales más rigurosos y de efectos temporales más
intensos, como la prisión preventiva) que sólo pueden tener lugar en los
ámbitos de una investigación preparatoria formal, vale decir, que se haya
dictado la disposición de formalización y continuación de investigación pre­
paratoria (...); y además para que el fiscal pueda obtener una decisión favo­
rable del juez de investigación preparatoria, se debe probar la concurren­
cia de los presupuestos establecidos en el apartado 1, y en su caso, del 2 del
artículo 68 del CPP. No existe, ni puede configurarse pretorianamente o judi­
cialmente, presupuesto adicional al que la norma prevé.

Por consiguiente, el imputado contra quien se solicita mandato de prisión


preventiva, puede encontrarse en muy diversas situaciones procesales. (...)
(Cas. N° 1-2007, Huaura, Gálvez Villegas, La jurisprudencia en el ordena­
miento jurídico peruano, pp. 723-724).

77
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

5. Carácter subsidiario de la medida de prisión preventiva


El carácter de medida subsidiaria impone que, antes de que se dicte, el
juez deba considerar idéntico propósito al que se persigue con el dictado de
la detención judicial preventiva (prisión preventiva), y si se puede conseguir
aplicando otras medidas cautelares no tan restrictivas de la libertad locomo­
tora del procesado (STC Exp. N° 1091-2002-HC/TC, fundamento jurídico 15,
<www.tc.gob.pe>).
Si el peligro procesal es mínimo o suficiente, entonces ello sirve y es sufi­
ciente para que se dicte una medida de comparecencia simple o con restriccio­
nes, dependiendo al caso específico.
No obstante, la prisión provisional constituye también una seria restric­
ción del derecho humano a la libertad personal, el mismo que constituye un
valor fundamental del Estado Constitucional de Derecho, pues, en la defensa
de su pleno ejercicio, subyace la vigencia de otros derechos fundamentales,
y donde se justifica, en buena medida, la propia organización constitucional.
Por ello, la detención provisional no puede constituir la regla general a la cual
recurra la judicatura, sino, por el contrario, una medida excepcional de carác­
ter subsidiario, razonable y proporcional. Así, en la línea de lo sostenido por
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “nadie puede ser sometido a
detención o encarcelamiento por causas y métodos que -aún calificados de
legales- puedan reputarse como incompatibles con el respeto de los derechos
fundamentales del individuo por ser, entre otras cosas, irrazonables, imprevi­
sibles o faltos de proporcionalidad” (Caso Gangaram Panday, párrafo 47, en
Sergio García Ramírez, Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Dere­
chos Humanos, UNAM, México 2001, pág.117) (STC N ° 1567-2002-HC/TC,
Lima, 5 de agosto de 2002, Alejandro Rodríguez Medrano, fundamento jurí­
dico 4, Reátegui Sánchez, La problemática de la detención en la jurisprudencia
procesal penal, p. 121)

6. Necesidad que el fiscal conozca los elementos de convicción pre­


sentados por los imputados
De la copia del acta de audiencia de prisión preventiva así como el regis­
tro del acta audiovisual se tiene que, durante el desarrollo de las defensas de
los imputados ofrecen como elementos de convicción a ser consideradas por
el señor juez varias instrumentales, las cuales nunca fueron puestas en cono­
cimiento del señor fiscal provincial, no habiéndosele dado la oportunidad de

78
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

conocer su contenido ni tampoco de pronunciarse al respecto. Si bien, dada la


brevedad y perentoriedad de los términos para llevar a cabo la diligencia (den­
tro de 48 horas siguientes al requerimientos de prisión preventiva, a tenor de
lo previsto en el artículo 271, inciso 1 del Código Procesal Penal), la audien­
cia misma resulta el momento oportuno para efectuar el ofrecimiento, tal como
se ha efectuado en el presente caso (por lo que este extremo de la argumen­
tación del señor representante del ministerio público no resulta amparable),
sin embargo de ninguna manera se justifica que el señor juez haya merituado
instrumentales (tal como se desprende de la resolución recurrida), sin previa­
mente haber sometido a la contradicción en él mismo acto de la audiencia. De
manera tal que la parte requirente tomase conocimiento del contenido de tales
instrumentales, dándosele la oportunidad (precisamente en virtud de los prin­
cipios de bilateralidad y contradicción) de ser oído, ayudando de este modo a
conformar resolución conforme finalidad de los principios antes señalados. De
lo expuesto se concluye que, en la tramitación del requerimiento se ha produ­
cido grave vulneración del derecho de defensa de una de las partes, derecho
que tiene un claro contenido constitucional, incurriéndose de este modo en
causal de nulidad a que se ha hecho referencia en el considerando tercero de
la presente, debiéndosele llamar la atención al señor juez para que en lo suce­
sivo cumpla a cabalidad su rol de garantizar la plena vigencia de los principios
constitucionales del proceso penal, debiendo rehacerse la audiencia para corre­
gir la irregularidad advertida (Exp. N ° 2008-00002-15-2301-SP-PE-1, Tacna,
Fundamento tercero, Avalos Rodríguez, y Robles Briceño, Jurisprudencia del
nuevo Código Procesal Penal, p. 126).

7. Cesación de la prisión preventiva


[...] El artículo 283 del Código Procesal Penal dispone, que el investi­
gado podrá solicitar la cesación de la prisión preventiva en sustitución por una
medida de comparecencia las veces que lo considere pertinente; asimismo, en
su tercer párrafo señala, que la cesación de la medida de prisión preventiva
procederá cuando nuevos elementos de convicción demuestren que no con­
curren los motivos que determinaron su imposición y resulte necesario susti­
tuirla por la medida de comparecencia. Aún más, el legislador peruano consi­
deró que para la determinación de la medida de sustitución, el juez, tendrá en
consideración, adicionalmente, las características personales del investigado,
el tiempo transcurrido desde la privación de la libertad y el estado de la causa
(Sala Penal Especial - Apelación N ° 03-3015-28, de 21 de marzo de 2016,
fundamento jurídico segundo).

79
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

8. Variación
[...] La variación de la medida de coerción personal como lo es la pri­
sión preventiva por otra medida de coerción de menor lesividad, como lo es la
comparecencia con restricciones es posible, ya que cabe recordar, que el literal
a) del artículo 268 del Código Procesal Penal, prescribe como primer requi­
sito de toda medida cautelar que estos elementos preliminares de convicción,
gocen de “verosimilitud” cuando se hace mención de que estos sean funda­
dos y graves (Apelación N° 03-3015-28, de 21 de marzo de 2016, fundamento
jurídico quinto, Sala Penal Especial, <www.pj.gob.pe>).

IV. COMPARECENCIA RESTRINGIDA Y DETENCIÓN DO­


MICILIARIA

El mandato de comparecencia con detención domiciliaria no podía ser


equiparado en sus efectos personales, ni en el análisis de sus elementos justifi-
catorios, con los supuestos de detención judicial preventiva, pues “es induda­
ble que la primera de las mencionadas (la detención domiciliaria) se configura
como una de las diversas formas a las que, de manera alternativa, puede apelar
el juzgador con el objeto de evitar la segunda esto es, la detención judicial pre­
ventiva”. Sin embargo, en los mismos casos, con igual énfasis se ha señalado
que “la obligación de permanecer, en forma vigilada, dentro del domicilio,
es, sin duda, también una limitación seria de la libertad locomotora, cuyo dic­
tado, por cierto debe necesariamente justificarse, pues sucede que esta consti­
tuye, entre las diversas fórmulas con las que se puede decretar la comparecen­
cia restrictiva en nuestro ordenamiento procesal penal, la más grave. Por ello,
el Tribunal Constitucional considera que también tal medida restrictiva de la
libertad locomotora debe sujetarse a su conformidad con los principios de sub-
sidiaridad, provisionalidad, razonabilidad y proporcionalidad”.
En tal sentido, una cosa es que los elementos justificatorios que permitan
dictar una detención domiciliaria puedan observar menor grado de rigurosidad
que aquellos dirigidos a fundamentar la detención judicial preventiva, y otra,
muy distinta, pretender expedir un mandato de detención domiciliaria sin una
motivación suficiente y razonada (STC Exp. N° 2404-2003-HC/TC, Arequipa,
Cleofe Artemio Olazábal Roldán, fundamento jurídico 2, Reátegui Sánchez,
La problemática de la detención en la jurisprudencia procesal penal, p. 130).

Conforme ha establecido el Tribunal Constitucional: “la obligación de


permanecer, en forma vigilada, dentro del domicilio, es sin duda, también

80 ___________________________________________________________________
La comparecencia restringida y las otras medidas cautelares personales

una limitación de la libertad locomotora, cuyo dictado, por cierto, debe nece­
sariamente justificarse, pues sucede que esta constituye, entre las diver­
sas fórmulas con las que se puede decretar la comparecencia restrictiva en
nuestro ordenamiento procesal penal, la más grave. Por ello, el Tribunal con­
sidera que también tal medida restrictiva de la libertad locomotora debe suje­
tarse a su conformidad con los principios de subsidiaridad, provisionalidad,
razonabilidad y proporcionalidad” (R.N. N° 968-2006, Lima, Sala Penal Per­
manente, <www.pj.gob.pe>).

La detención domiciliaria supone una intromisión menos gravosa a la liber­


tad, un menor cargo psicológico, porque no es lo mismo permanecer por dispo­
sición judicial en un domicilio que en prisión, resultando esta situación menos
estigmatizante que aquel que se expone al “contagio criminal” con la entrada
a un establecimiento penitenciario; sin embargo, no se puede desconocer que
tanto la prisión provisional y la detención domiciliaria, se asemejan por el
objeto, es decir, que ambas impiden a una persona autodeterminarse por su pro­
pia voluntad, y con ello asegurar la eficacia en la administración de justicia. Es
por ello, que la detención domiciliaria, en un modelo amplio, se caracteriza por
las siguientes notas: a) porque es considerada como una medida alternativa a la
prisión provisional; b) tiene carácter facultativo para el juez; c) el sujeto afec­
tado a dicha medida puede ser cualquier persona, y d) la medida puede ser fle-
xibilizada por razones de trabajo, de salud, religiosas, entre otras circunstancias
justificativas (R.N. N° 09-2003-B-AV, Lima, <www.pj.gob.pe>).

Con el Código de Procedimientos Penales se tenía como una medida


coercitiva el arresto domiciliario, el cual es un mecanismo que la ley auto­
riza ante eventuales perturbaciones o riesgos de elusión procesal. Si bien es
verdad que constituye una medida que restringe la libertad de ambulación del
procesado, se justifica en la necesidad que tiene el Estado de concluir con los
procesos judiciales y resolver la situación jurídica de los procesados (Exp.
N° 517-2009, Lima, considerando sexto, Segunda Sala Penal para proceso
con reos en cárcel, <www.pj.gob.pe>).

V. COMPARECENCIA RESTRINGIDA E IMPEDIMENTO DE


SALIDA

El impedimento de salida puede ser considerado como una medida res­


trictiva no autónoma sino derivada del mandato de comparecencia restrictiva
-restringe legítimamente el derecho a la libertad de tránsito- y tiene como
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

objeto asegurar la presencia de la persona afectada en el proceso (Exp. N° 341-


2010-“A ”, de 21 de julio de 2010, fundamento jurídico sétimo, Quinta Sala
Penal para Procesos con Reos Libres-Corte Superior de Justicia de Lima,
Peña Cabrera Freyre y Urquizo Videla, Las medidas coercitivas personales y
reales en la jurisprudencia 2009-2010, Gaceta Jurídica, p. 360).

Por ejemplo esta medida coercitiva personal se encuentra justificada tanto


por su situación procesal de contumaz como por las atribuciones que tienen
los jueces para dictar las medidas cautelares que consideren para el logro de
los fines del proceso; debiéndose tener presente, además, que la resolución que
la declaró contumaz y que ordenó su captura para su conducción al juzgado
tiene la condición de firme, ál no haber sido objeto de impugnación (STC Exp.
N° 04115-2009-HC/TC, caso: Ornar Yento Aquino Palacios, fundamento jurí­
dico seis, Peña Cabrera Freyre y Urquizo Videla, Las medidas coercitivas per­
sonales y reales en la jurisprudencia 2009-2010, Gaceta Jurídica, 2011, p. 567).

El impedimento de salida del país es una medida provisional personal que


restringe el derecho de circulación del imputado; siendo el fundamento de esta
medida, disminuir el riesgo de fuga; en ese mismo sentido se ha pronunciado
nuestro Tribunal Constitucional, el que en la sentencia recaída en el Exp. N°
1077-2002-HC/TC, ha señalado que el impedimento de salida del país puede
ser considerado una medida restrictiva no autónoma sino derivada del man­
dato de comparecencia restrictiva, ya que restringe legítimamente el derecho a
la libertad de tránsito, y tiene como objeto asegurar la presencia de la persona
afectada en el proceso (R.N. N° 3467-2005-Lima, Actualidad Jurídica, tomo
198, mayo 2010, p. 148).

Esta medida coercitiva personal no tiene una regulación propia en el Código


de Procedimientos Penales de 1940, pero sí en el NCPP conforme lo estable­
cen los artículos 295 y 296, respectivamente. De igual modo se encuentra regu­
lada por el artículo 2, inciso 2), de la Ley N° 27379 que señala que esta medida
coercitiva se adoptará en tanto resulte indispensable para los fines del proceso
y siempre que no sea necesaria una limitación más intensa de la libertad perso­
nal. Cabe precisar que con esta intervención no se afecta en estricto a la libertad
personal, sino, como dijimos supra, a la libertad de tránsito, ambas conforman­
tes de la libertad individual. De ahí que cualquier persona nacional o extran­
jera, no estando detenida, esto es, gozando plenamente de su derecho a la liber­
tad personal, se vea impedida de transitar libremente por el territorio nacional
y a salir y entrar de él (STC Exp. N° 3016-2007-PHC/TC, <www.tc.gob.pe>).

82
CAPÍTULO VI

REVOCATORIA
CAPITULO VI

REVOCATORIA

La comparecencia restringida tiene como uno de sus características: la


provisionalidad. A l momento que el ju ez impone ciertas restricciones al dere­
cho a la libertad ambulatoria, por su naturaleza, estas solo pueden ser tem­
porales y provisionales ya que la comparecencia restringida no es una pena
sino solo una medida asegurativa previa a la decisión judicial. Por ello, ante
la presencia de una causal o supuesto de incumplimiento de dicha medida,
entonces esta medida provisional de restricciones puede ser sustituida, refor­
mada o revocada por la misma autoridad judicial que dicto la medida inicial
(juez de investigación preparatoria o el juez penal).

Cada restricción que impone eljuez al investigado o acusado tiene vincu­


lación directa con el pedido que hace el fiscal. De talforma que las restriccio­
nes no solo deben provenir de una declaración de hechos sino que debe ju s­
tificarse cuál es ese peligro procesal que se busca prevenir. En ese sentido,
el artículo 288 del CPP dispone cuatro supuestos explícitos de restricciones
y a la par, de forma implícita, cuatro supuestos de violaciones a las medidas
impuestas, ergo, si se revoca la comparecencia restringida por otra medida
de mayor afectación, entonces, la medida que se imponga será de afectación
sustentado en el mismo nivel del peligro existente para el proceso y la deci­
sión final del juez.

Así, pues, en relación a los supuestos de revocatoria de la medida


impuesta por incumplimiento de las restricciones, tenemos de que el inves­
tigado o acusado debe: i) haber evadido o imposibilitado el cuidado y la
vigilancia de una persona o institución; ii) haberse ausentado de la locali­
dad en que reside, de haber concurrido a lugares prohibidos para él, o de no
haberse presentado - injustificadamente- ante la autoridad en los días que se
fijó su asistencia obligatoria; iii) haberse comunicado, contrario al mandato
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

del juez, con personas determinadas que están vinculadas a la investigación


o el proceso; iv) no haber cumplido con presentar la caución económica, en
relación a sus posibilidades economías, o incluso, no haber presentado una
fianza personal idónea y suficiente.

Sobre este último supuesto de revocación de la medida de comparecencia


por la falta del pago de la caución o la ausencia de fianza personal, el Tribu­
nal Constitucional, en el STC Exp. N° 6342-2005-PHC/TC-Loreto, del 08 de
noviembre de 2005, resolvió un caso vinculado a la caución y su necesidad de
cumplimiento. A la accionante se le cambio la detención por comparecencia,
y como regla se le impuso el pago de una caución que debía abonarse dentro
de las 72 horas para disponer su libertad. Esta condición impuesta por eljuez
le pareció a la accionante una decisión ilegal y arbitraria, por lo que señaló
que el pago de la caución no puede constituir exigencia o condición previa
para dictarse la excarcelación de la adora, siendo solamente obligatorias las
reglas de conducta impuestas en la resolución cuestionada, y que además, es
una ilegalidad de acuerdo al artículo 143 del CPP de 1991, que prevé que la
caución económica se sujetará a las posibilidades económicas del procesado.

Al examinar el caso, el Tribunal Constitucionalprecisó que la cauciónfijada


(1 500 soles) se encontraba dentro de las posibilidades que tiene el juez para
fijar restricciones y que el pago del monto indicado es una medida restrictiva,
previa a su excarcelación, que tiene como objeto asegurar su concurrencia al
proceso, fijándose como medida compulsiva un plazo de 72 horas para asegu­
rar el eficaz cumplimiento de esta. Una vez cumplida la condición previa del
pago, correspondía a la accionante cumplir con las reglas de conducta impues­
tas, operando el apercibimiento en caso contrario, lo cual no constituye viola­
ción de sus derechos constitucionales, ya que eljuez, como director del proceso,
tiene la potestad de dictar las normas que considere necesario para su desa­
rrollo eficiente, por lo que declaró infundada la demanda de hábeas corpus.

Ahora, también resulta importante señalar que la regulación de la revoca­


ción de las medidas coercitivas, y en especial de la comparecencia restringida,
se encuentra más a detalle en los artículos 255, 256y 287 del CPP.

El artículo 255 numeral 2 del CPP está referido a la reforma o variabili­


dad de las medidas cautelares, y por ende, de las restricciones impuestas con la
comparecencia. En este apartado se señala que los autos donde se pronuncian
las medidas coercitivas son reformables, aun de oficio, siempre en cuanto los
supuestos que motivaron aljuez a imponer o rechazar las medidas hayan variado.

86
Revocatoria

En tal sentido, en el artículo 255.2 se regula la cláusula rebus sic stan-


tibus(18) (mientras estén las cosas así), la cual se encuentra consagrada en la
redacción de este dispositivo procesal penal. Mediante esta cláusula se esta­
blece que la decisiónjurisdiccional que haya acordado la imposición o rechazo
de una medida de coerción procesal pueda ser reformada cuando los supues­
tos que dieron lugar a su dictado hayan variado. Una disposición casi simi­
lar estaba prevista en el artículo 134 del CPP de 1991, que estatuía que (<las
medidas coercitivas y los autos que las desestimen son reformable, aun de ofi­
cio, cuando varíen los supuestos que motivaron su imposición o rechazo ”(19).
Otra norma que regula la revocatoria de la medida de comparecencia
restringida es el artículo 256 del CPP actual, la cual señala de que el juez
determinará, de oficio o a solicitud de parte legitimada, la sustitución o la
acumulación con otra medida más grave ante la infracción de la medida antes
impuesta, pero siempre teniendo en cuenta la entidad, los motivos y circuns­
tancias del incumplimiento.
Así por ejemplo, sea el caso cuando el imputado sujeto al mandato de
comparecencia restrictiva incumpla alguna o todas las restricciones impues­
tas por el juez. En este caso se sustituye la medida por prisión preventiva o se
acumula con otra medida coercitiva personal.
Finalmente, en el numeral 2) del artículo 287 del CPP, de manera expresa
se señala que la comparecencia restringida se verá revocada ante el incum­
plimiento de las restricciones, previo requerimiento por el fiscal o el juzga­
dor del caso, dictándose la prisión preventiva de acuerdo a los parámetros del
artículo 271 del mismo cuerpo normativo.
Mediante este dispositivo legal se precisa que la revocatoria de la com­
parecencia restrictiva por la prisión preventiva exigirá siempre que el impu­
tado que se encuentre incumpliendo las restricciones impuestas, sea previa­
mente advertido (requerido) que, en caso de persistir en dicho cumplimiento,
perderá la libertad de la que se encuentre gozando. Es obvio que tal requeri­
miento deberá constar por escrito y se exigirá, en todos los casos, la certeza

(18) Significa que su perm anencia o m odificación, a lo largo del proceso, estará siempre subordinada a la
estabilidad o cam bio de los presupuestos que posibilitaron a su adopción [de la m edida cautelar], por
lo que plenam ente es posible que alterado el estado sustancia de los presupuestos fácticos respecto de
los cuales la m edida de adoptó, la m ism a sea variada ( ...) STC N° 02408-2011-PHC/TC-Junín, 5 de
setiem bre de 2011, fundamento jurídico 3.
(19) Cfr. GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás A ladino y otros. Ob. cit., p. 522.
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

que el imputado ha tomado pleno conocimiento de aqueP°\ En efecto, la revo­


catoria de la medida restrictiva impuesta al investigado o procesado solo se
discute en audiencia previa certeza de que el afectado puede hacer uso efec­
tivo de su derecho de defensa.

Finalmente, la revocatoria de las medidas coercitivas puede ejercitarse


en dos contextos, los cuales son aplicables a todos los casos:

Primero: cuando se revocan las medidas coercitivas de mayor restricción


de la libertad personal por la comparecencia restringida, o por la compare­
cencia simple, sea cuando se ha cumplido con el tiempo impuesto en el auto o
los presupuestos que conllevaron a imponer la medida coercitiva con mayor
gravedad se disolvieron, es necesario imponer una medida de menor grave­
dad como es la comparecencia restrictiva, a fin de garantizar la presencia del
imputado al proceso y la efectividad de una eventual sentencia (caso de la
cesación de la prisión preventiva - artículo 283 del CPP);

Segundo: cuando se revoca la comparecencia restringida por una


medida coercitiva de mayor grado de gravedad. Es decir, el investigado
incumple las reglas de restricciones de medida de comparencia restringida,
el ju ez puede, previo requerimiento del fiscal o por el juzgador, revocará la
medida y dictará la prisión preventiva.

BASE NORM ATIVA

Artículo 255.- Legitimación y variabilidad


1. Las medidas establecidas en este título, sin perjuicio de las reconoci­
das a la policía y al fiscal, sólo se impondrán por el juez a solicitud del
fiscal, salvo el embargo y la ministración provisional de posesión que
también podrá solicitar el actor civil. La solicitud indicará las razones
en que se fundamenta el pedido y, cuando corresponda, acompañará los
actos de investigación o elementos de convicción pertinentes.
2. Los autos que se pronuncien sobre estas medidas son reformables, aun
de oficio, cuando varíen los supuestos que motivaron su imposición o
rechazo.

(20) GÁLVEZ V ILLEGAS, Tomás y otros. Ob. cit., p. 577.


Revocatoria

3. Salvo lo dispuesto respecto del embargo y de la ministración provi­


sional de posesión, corresponde al ministerio público y al imputado
solicitar al juez la reforma, revocatoria o sustitución de las medidas
de carácter personal, quien resolverá en el plazo de tres días, previa
audiencia con citación de las partes.
Artículo 256.- Sustitución o acumulación
La infracción de una medida impuesta por el juez, determinará, de oficio o
a solicitud de la parte legitimada, la sustitución o la acumulación con otra
medida más grave, teniendo en consideración la entidad, los motivos y las
circunstancias de la transgresión, así como la entidad del delito imputado.
Artículo 279.- Cambio de comparecencia por prisión preventiva
1. Si durante la investigación resultaren indicios delictivos fundados de
que el imputado en situación de comparecencia está incurso en los
supuestos del artículo 268, el juez a petición del fiscal, podrá dictar
auto de prisión preventiva.
2. El juez de la investigación preparatoria citará a una audiencia para
decidir sobre el requerimiento fiscal. La audiencia se celebrará con los
asistentes que concurran. El juez emitirá resolución inmediatamente o
dentro de las cuarenta y ocho horas de su celebración.
3. Contra la resolución que se emita procede recurso de apelación, que se
concederá con efecto devolutivo.
Artículo 287.- Comparecencia restrictiva
(...)
3. Si el imputado no cumple con las restricciones impuestas, previo
requerimiento realizado por el fiscal o por el juzgador en su caso,
se revocará la medida y se dictará mandato de prisión preventiva. El
trámite que seguirá el juez será el previsto en el artículo 271.
(...)

I. SUSTITUCIÓN DE LA COMPARECENCIA CON RESTRIC­


CIONES POR COMPARECENCIA SIMPLE

Siendo el fin de la actividad cautelar el impedir que el imputado en liber­


tad dificulte la investigación penal haciendo desaparecer las pruebas del delito

___________________________________________________________- 89
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

u ocultando los efectos materiales de este y asegurar la presencia del impu­


tado en el proceso; y habiéndose acreditado que el procesado tiene domicilio,
trabajo y ha asistido a las diligencias ordenadas por la Policía Nacional, no se
evidencia que exista riesgo procesal, revocando así el auto que dictó mandato
de comparecencia con restricciones, ordenando luego comparecencia simple
(Exp. N° 4763-1998-A-Lima, Villavicencio Terreros, Diccionario Penal Juris­
prudencial, p. 109).

Así también, en el caso concreto, contra el acusado se dictó mandato de


comparecencia restringida, y pese a que se le emplazó para que concurra a la
sesión del juicio oral no lo hizo, lo que dio lugar incluso a la interrupción de la
audiencia. El segundo párrafo del artículo 144 del Código Procesal Penal esta­
tuye que la revocatoria del mandato de comparecencia restringida solo pro­
cede cuando el imputado no cumple las restricciones impuestas en el artículo
anterior, previo requerimiento judicial. Una restricción establecida en el auto
fue la presentación de las diligencias programadas, las que son compatible con
la norma legal antes invocada. Por consiguiente, como el imputado no justi­
ficó razonablemente su incomparecencia y, por lo demás, frustró el desarrollo
de la audiencia, la revocatoria dispuesta por el tribunal superior se encuentra
arreglada a ley (R.N. N°3846-2004-Ucayali, Villavicencio Terreros, Dicciona­
rio Penal Jurisprudencial, p. 109).

II. SUSTITUCIÓN DE LA MEDIDA DE COMPARECENCIA


POR DETENCIÓN

En tal sentido, es necesario que los emplazados expresen qué reglas de


conducta han sido impuestas al actor y argumenten de manera clara y objetiva
cuáles fueron los actos que transgredieron dichas reglas.

Por estas razones este colegiado considera que la argumentación esgri­


mida por los emplazados es insuficiente a efectos de hacer efectivo el aperci­
bimiento decretado e imponer mandato de detención, puesto que una medida
como esta requiere en mayor grado de una debida motivación que justifi­
que las causas por las que se ha considerado revocar el mandato de compa­
recencia por el de detención (STC Exp. N° 01116-2013-PHC/TC, Lima, José
Arias Chumpitaz, 17 de junio de 2013, fundamento jurídico 3.3., <www.
tc.gob.pe>).
Revocatoria

III. VARIACIÓN DE LA PRISIÓN PREVENTIVA POR COMPA­


RECENCIA CON RESTRICCIONES

[...] Se da la variación de la medida de coerción personal como lo es la


prisión preventiva por otra medida de coerción de menor lesividad, como lo
es la comparecencia con restricciones, recordando que el literal a) del artículo
268 del Código Procesal Penal, prescribe como primer requisito de toda
medida cautelar que estos elementos preliminares de convicción, gocen de
“verosimilitud” cuando se hace mención dp que estos sean fundados y gra­
ves (Apelación N° 03-3015-28, de 21 de marzo de 2016, fundamento jurídico
quinto, Sala Penal Especial, <www.pj.gob.pe>).
CAPITULO VII

IMPUGNACIÓN
CAPITULO VII

IMPUGNACIÓN

La impugnación de una resolución judicial, sea decreto, auto o senten­


cia, se encuentra garantizada por el Derecho a recurrir, entendido como una
manifestación implícita de derecho fundamental a la pluralidad de instancias
reconocido en el artículo 139 inciso 6 de la Constitución Política del Estado,
el cual, a su vez forma parte del derecho fundamental al debido proceso, reco­
nocido por el artículo 139 inciso 3 de la carta magnd2l)2.

Cabe precisar que el Tribunal Constitucional ha señalado, en senda


jurisprudencia, que es indiferente señalar que solo pueden recurrirse las sen­
tencias judiciales, puesto que el derecho a recurrir las resoluciones judiciales
no solo comprende a las sentencias sino que también pueden ser recurridos
los autos(22\ Pero el derecho de acceso a los medios impugnatorios (derecho
a recurrir) no es un derecho absoluto que obligue al juez a admitir el agra­
vio recogido en la impugnación, sino que existen limitaciones, tanto normati­
vas como constitucionales, que buscan preservar los derechos, bienes o prin­
cipios constitucionales, y que las mismas sean razonables.

Al respecto, las medidas coercitivas personales son resueltas a través de


autos, donde el juez de investigación preparatoria o el juez instructor, por
cada caso en específico, revisará y analizará si se cumplen los presupuestos
exigidos en cada medida coercitiva personal. Frente a ello, las partes legiti­
madas tienen derecho a recurrir la decisión judicial según lo establece la ter­
cera sección del segundo libro del CPP, y de este modo, la resolución sea revi­
sada por otro órgano jurisdiccional de mayor jerarquía.

(21) Véase en la STC Exp. N° 04728-2012-PH C/TC -Lam bayeque, 17 de junio de 2013, fundam ento ju rí­
dico 2.3.
(22) Véase en la STC Exp. N° 604-2001-HC/TC-Ayacucho, 25 de setiembre de 2001, fundam ento ju rí­
dico 2.
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Por ello, como regla general se ha previsto el artículo 257 del CPR A tra­
vés de este artículo se establece que solo las partes legitimadas pueden interpo­
ner medios impugnatorios contra los autos que impongan, desestimen, reformen,
sustituyan o acumulen las medidas coercitivas personales; así como las medi­
das coercitivas reales, son materia de impugnación. Los únicos legitimados para
recurrir son el ministerio público y el imputado, pero sobre las medidas patri­
moniales, que afecta a su derecho vinculado a la reparación civil, los legitima­
dos para interponer el recurso son: el actor civil o el tercero civil
Durante el trámite de imposición de una medida cautelar, ante el ju ez de
la investigación preparatoria y en procedimiento recursal, los demás suje­
tos procesales podrán intervenir presentando informes escritos o formulando
cualquier requerimiento, luego de iniciado el trámite. Esta intervención pro­
cederá, siempre que no peligre la finalidad de la medida.
Ante el auto que declara procedente el pedido del ministerio público res­
pecto a una medida cautelar de prisión preventiva procede el recurso de ape­
lación. El plazo de interposición es de cinco días. Remitido todo lo actuado
a la sala penal superior de apelaciones y absuelto el traslado por todos los
sujetos procesales, este órgano superior resolverá si admite o desestima el
recurso postulado. En caso de inadmisibilidad, es procedente interponer el
recurso de reposición (art. 420.4 del CPP).
Finalmente, la decisión del colegiado superior que conoce el recurso
podrá: i) confirmar la resolución recurrida en todos sus extremos; y, ii) anu­
lar o revocar lo dispuestos en la resolución recurrida (art. 419.2 del CPP).
Si se revoca la resolución, los impedimentos o restricciones impuestas en la
recurrida dejan de surtir efecto; ello dependerá de lo resuelto, ya que una
revocación puede ser parcial o total.

BASE NORM ATIVA

Código Procesal Penal


Artículo 256.- Sustitución o acumulación
La infracción de una medida impuesta por el juez, determinará, de oficio o
a solicitud de la parte legitimada, la sustitución o la acumulación con otra
medida más grave, teniendo en consideración la entidad, los motivos y las
circunstancias de la transgresión, así como la entidad del delito imputado.
Impugnación

Artículo 257.- Impugnación


1. Los autos que impongan, desestimen, reformen, sustituyan o acu­
mulen las medidas previstas en esta sección son impugnables por el
ministerio público y el imputado.
2. El actor civil y el tercero civil solo podrán recurrir respecto de las
medidas patrimoniales que afecten su derecho en orden a la repa­
ración civil.
Artículo 258.- Intervención de los sujetos procesales
En el procedimiento de imposición de una medida prevista en esta sec­
ción seguida ante el juez de la investigación preparatoria y en el proce­
dimiento recursal, los demás sujetos procesales podrán intervenir presen­
tando informes escritos o formulando cualquier requerimiento, luego de
iniciado el trámite. Esta intervención procederá siempre que no peligre la
finalidad de la medida.
Artículo 416.- Resoluciones apelables y exigencia formal
1. El recurso de apelación procederá contra:
a) Las sentencias;
b) Los autos de sobreseimiento y los que resuelvan cuestiones pre­
vias, cuestiones prejudiciales y excepciones, o que declaren extin­
guida la acción penal o pongan fin al procedimiento o la instancia;
c) Los autos que revoquen la condena condicional, la reserva del fallo
condenatorio o la conversión de la pena;
d) Los autos que se pronuncien sobre la constitución de las partes y
sobre aplicación de medidas coercitivas o de cesación de la prisión
preventiva;
e) Los autos expresamente declarados apelables o que causen grava­
men irreparable.
2. Cuando la sala penal superior tenga su sede en un lugar distinto del juz­
gado, el recurrente deberá fijar domicilio procesal en la sede de corte
dentro del quinto día de notificado el concesorio del recurso de apela­
ción. En caso contrario, se le tendrá por notificado en la misma fecha de
la expedición de las resoluciones dictadas por la sala penal superior.

97
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

I. LA GARANTÍA DE LA PLURALIDAD DE INSTANCIAS

La garantía de la pluralidad de instancias no es de ejercicio irrestricto


por las parte, pues la concesión de los recursos impugnatorios está supe­
ditada al cumplimiento de ciertos presupuestos o formalidades estableci­
dos en la norma procesal. En tal sentido, el artículo 401,1 del CPP se prevé
que las resoluciones judiciales son impugnables solo en los casos expresa­
mente establecidos por la ley; en tanto que el artículo 405,1 del mismo orde­
namiento jurídico establece como requisito de admisibilidad del recurso
impugnatorio que este sea presentado por quien resulte agraviado por la reso­
lución, tenga interés directo y se halle facultado por la ley para ello (Exp.
N° 2008-11602-65-0401-JR-PE-3-Arequipa, Gaceta Jurídica, Código Proce­
sal Penal Digital, p. 491).

También, cabe advertir que el derecho a la doble instancia reconoce


de manera expresa el derecho de todo justiciable a recurrir a una sentencia
que pone fin a la instancia, específicamente cuando ella es condenatoria. Sin
embargo, tal derecho a la pluralidad de instancia no implica un derecho del
justiciable de recurrir todas y cada una de las resoluciones que se emitan al
trámite de un proceso (STC Exp. N° 1243-2008-PHC/TC, <www.tc.gob.pe>).

II. MEDIOS IMPUGNATORIOS

Los medios impugnatorios tienen por objeto lograr por parte del justicia­
ble que un órgano de una instancia superior modifique determinada decisión
que obviamente le es desfavorable a sus intereses (Exp. N° 4533-2001-Lima,
Villa Stein, Los recursos procesales penales,/?. 22.).

Luego, el derecho a la pluralidad de instancias garantiza que los justicia­


bles, en la sustentación de un proceso, cualquiera sea su naturaleza, puedan
recurrir las resoluciones judiciales que los afectan ante la autoridad jurisdic­
cional superior. En la medida que la Constitución no ha establecido cuáles son
esas instancias, el principio constitucional se satisface estableciendo cuando
menos una doble instancia; y, en esa medida, permitiendo que el justiciable
tenga la posibilidad de acceder a ella mediante el ejercicio de un medio impug­
natorio. La Constitución tampoco ha establecido qué tipos de resoluciones
pueden impugnarse. Y aunque el ordinal “h” del artículo 8.2. de la Conven­
ción americana sobre Derechos Humanos haya establecido que la pluralidad
de instancias solo comprende al “fallo”, considera el Tribunal Constitucional
Impugnación

que el derecho a recurrir las resoluciones judiciales no solo comprenden las


sentencias, sino también a los autos. Sin embargo como sucede con todo dere­
cho constitucional, el derecho de acceso a los medios impúgnatenos no es un
derecho cuyo ejercicio puede considerarse absoluto, pues puede ser objeto de
limitaciones, siempre que con ellas se busquen preservar otros derechos, bie­
nes o principios constitucionales, y que las mismas sean razonables. Puesto
que, la razón de ser de un medio impugnatorio radica en el reconocimiento de
la equivocación humana como accidente posible en el proceso. Ello autoriza
la intervención de un órgano para acordar o reconocer la eficacia de una rela­
ción o situación jurídica (STC N° 2877-2005-PHC/TC, Villa Stein, Los recur­
sos procesales penales, pp. 22-23).

III. AUTO COMO RESOLUCIÓN APELABLE

Conforme lo estipula el artículo 416.1 del CPP, el recurso de apelación


procederá contra a) las sentencias, b) los autos de sobreseimiento y los que
resuelvan cuestiones previas, (...) d) los autos que se pronuncien sobre la
constitución de los aportes y sobre la aplicación de medidas coercitivas o de
cesación de la prisión preventiva (...) (Exp. N° 01327-2007-Huaura, Villavi-
cencio R. y Reyes A., El nuevo proceso penal en la jurisprudencia,^/». 41-42).

En ese sentido, la apelación es el único medio impugnatorio capaz de per­


mitir que el Tribunal Superior cambie la detención por comparecencia (Exp.
N° 160-1988, Villa Stein, Los recursos procesales penales, p. 44).
CAPITULO VIII

CASOS REFERENTES A LA
COMPARECENCIA RESTRINGIDA
CAPITULO VIII

CASOS REFERENTES A LA COMPARECENCIA


RESTRINGIDA

Caso I : Nadine Heredia


Expediente : N° 00249-2015-13-5001-JR-PE-01 (Resolución N° 9)
Fecha : 10 de enero de 2017

Actualmente, la exprimera dama Nadine Heredia viene siendo investi­


gada por la presunta comisión del delito de lavado de activos por el primer
juzgado de investigación preparatoria nacional, llevando el proceso penal con
comparecencia restringida e impedimento de salida.
Este caso, tiene una notable atención por la población peruana y los polí­
ticos, pues se investiga a Nadine Heredia junto a otros investigados por el
delito de lavado de activos. El principal indicio es la información que contiene
las “agendas de Nadine”.
Sin embargo, cabe prestar atención a la resolución del 10 de enero del
presente año, expedida por lasegunda sala penal de apelaciones nacional que
resolvió la apelación planteada por el ministerio público y la defensa de la
exprimera dama sobre la revocatoria de comparecencia restringida por prisión
preventiva y solicitud biométrico en el extranjero.

1. Pretensiones discutidas en el auto de apelación


a) El Ministerio Público solicita que se revoque la resolución recurrida
y, reformándola, se declare fundada su pretensión y se revoque la
comparecencia restringida por el mandato de prisión preventiva con­
tra la investigada Nadine Heredia por vulneración de las reglas de
conductas impuestas en resolución judicial.
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

b) La defensa técnica de la investigada Nadine Heredia solicita:

b. 1. Se revoque el punto resolutivo primero de la resolución apelada


y se declare fundado el pedido de firmar mensualmente en el
Consulado del Perú en Ginebra, Suiza.

b.2. Se deje sin efecto el requerimiento de retomo al país en el plazo


de diez (10) días.

b.3. Se confirme el punto resolutivo que declaró infundado el pedido


de revocatoria del mandato de comparecencia con restricciones
por el de prisión preventiva, planteado por el representante del
Ministerio Público.

2. Valoración de la segunda sala penal de apelaciones

2.1. Pretensión del ministerio público

i) Precisiones antes de resolver


“8.3. La hipótesis impugnatoria del ministerio público sostiene que
la imputada habría incumplido una de las reglas de conducta que le
fueron impuestas judicialmente y esa sería la causal para que se haga
el efectivo apercibimiento y se dicte mandato de prisión preventiva
en su contra. El tema de fondo de la impugnación debe responder
la siguiente pregunta: ¿La salida del país de la señora Nadine Here­
dia Alarcón vulneró las reglas de conducta que le fueran impuestas
judicialmente?
8.4. Un dato pertinente nos informa que la imputada Nadine Here­
dia Alarcón en este mismo caso, estuvo sujeta a una restricción más
intensa: impedimento de salida del país por el lapso de cuatro meses,
el cual venció el dieciséis de octubre del año de dos mil dieciséis.
Vencido el plazo de este impedimento, el ministerio público no soli­
citó su prórroga; subsistiendo las reglas de conductas impuestas al
dictársele mandato de comparecencia con restricciones. Este hecho
insoslayable no lleva a fijar la primera premisa relevante, la impu­
tada Nadine Heredia Alarcón no tenía impedimento de salida del país
cuando viajó al extranjero”.
Casos referentes a la comparecencia restringida

ii) Parte considerativa


“8.5. Resulta imperativo verificar la génesis de la regla de conducta
judicial impuesta y presuntamente incumplida por la señora Nadine
Heredia Alarcón:

a. En el requerimiento que motivó la medida de impedimento de


salida solicitado por el ministerio público, este solicitó que se le
imponga como regla de conducta “no ausentarse del lugar donde
reside y cambiar de domicilio sin previo aviso al juzgado” (de
folios doscientos veintidós a doscientos veintitrés del requeri­
miento fiscal en el expediente N° 249-2015-9).

b. Ante dicha solicitud el juez impone la regla en los términos


siguientes: “no ausentarse del lugar donde reside ni cambiar de
domicilio sin previo aviso a la autoridad judicial y fiscal” (de
folios un mil quinientos noventa y uno del expediente número
249-2015-9).

8.6. La restricción objeto de análisis está regulada en el artículo


288.2 del CPP y no contempla la posibilidad de que la investigada
se ausente “sin previo aviso al juez o fiscal”; la regla legal simple­
mente menciona “la obligación de no ausentarse de la localidad en
que reside”, por tanto, el requerimiento del ministerio público modi­
ficó la regla de conducta, agregándole un supuesto de hecho no pre­
visto en la norma, este es un dato relevante de cara al fundamento de
la impugnación como veremos más adelante.

8.7. La regla de conducta impuesta por el juez, tal como ha sido


redactada, encuentra justificación en el artículo 287.2 del CPP, que
faculta al juez imponer restricciones o combinar varias de ellas,
según resulte adecuado al caso, ordenando las medidas necesarias
para garantizar el cumplimiento de las restricciones. En esa inte­
ligencia, el juez decidió que el aviso de ausentarse debía comuni­
carse no solo al juez sino también al fiscal, en ese extremo, efectiva­
mente, se trata de una decisión que va más allá de lo solicitado por el
ministerio público {extra petitcP3)). Pero lo cuestionable, es que no23

(23) El reciente D ecreto N° 1342 en su artículo 4.2 dispone que los operadores del sistem a de ju sticia
evitarán usar térm inos en latín o cualquier otro arcaísm o que dificulte la com prensión de las expre­
siones y térm inos legales que contiene sus resoluciones. El espíritu que subyace en dicha norm a
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

se expliquen las razones por las cuales se incluyó al fiscal; en todo


caso la regla en la forma en que está redactada adquirió firmeza, al
no haberse corregido su alcance en los plazos que establece la norma
procesal.

8.8. De haberse aplicado la regla de conducta tal como se encuentra


redactada en el CPP esta no hubiera dado lugar a conjetura. El men­
saje de expresión “la obligación de no ausentarse de la localidad en
que reside” es simple y directo, la investigada no se podría ausen­
tarse mientras dure el proceso ¿existe la posibilidad de pedir autori­
zación para ausentarse? Nada lo impide, pero resulta evidente que la
autorización tiene que ser expresa.

8.9. En esa misma línea se pronuncian los académicos Pablo Sánchez


Velarde, José Antonio Neyra Flores y Víctor Cubas Villanueva que
fueron expresamente citados por el fiscal en su requerimiento de
revocatoria de la medida de comparecencia con restricciones de la
investigada Nadine Heredia Alarcón (como se aprecia se aprecia de
los folios tres y cuatro y que reproduce nuevamente en su escrito
de apelación en los folios doscientos sesenta y ocho a doscientos
sesenta y nueve), los citados autores concluyen que se requiere
autorización judicial para ausentarse. No obstante dichas opi­
niones no son de recibo en el presente caso, debido a que la regla
que se fijó judicialmente incorporó la frase “sin previo aviso a la
autoridad judicial y fiscal” que cambia radicalmente el supuesto
de la regla de conducta y la exégesis que los comentaristas reali­
zaron de la misma. Las citas de los autores tienen pertinencia en la
medida que se refieran a las mismas premisas fácticas, si las premi­
sas son distintas, las citas no pueden aplicarse mecánicamente, por­
que no es congruente aplicar conclusiones basadas en una premisa
fáctica distinta a la que nos ocupa en el caso concreto.

8.11. El ministerio público parte de la siguiente premisa: la regla


de conducta en mención hace referencia literal a poner aviso a la

(raíio legis) es el que lenguaje sea el apropiado para com unicarle al ciudadano el sentido de la
resolución. En ese sentido, no se infringe la norm a citada, si el ju e z explica alguna noción o ins­
titución ju ríd ica con lenguaje sencillo y luego consigna la form ula equivalente en latín (aforism o
o dictum) y cum plir una función pedagógica para increm entar la cultura jurídica de los destinata­
rios. En definitiva, lo que se proscribe es em plear latinazgo o arcaísm o sin explicar de m odo sen­
cillo su significado.
Casos referentes a la comparecencia restringida

autoridad judicial y fiscal, ante cualquier ausencia de su lugar de


residencia o cambio de domicilio. Sin embargo, -en interpreta­
ción literal del artículo 288.2 del CPP- dicha ausencia debió pro­
ducirse con autorización del juez, previa audiencia, atendiendo a
la naturaleza del viaje que realizaba y teniendo en cuenta además
las siguientes variables: distancia a Roma y ausencia temporal por
el lapso de dos años. Ahora bien ¿esta interpretación que propone
la fiscalía es la única e inequívoca? Consideramos que no, pues el
ciudadano no tiene que interpretar la regla de acuerdo a la natura­
leza y finalidad de la medida de comparecencia con restricciones,
sino que tiene que interpretarla de acuerdo al tenor literal de la
misma, dado que lo que importa es cómo entiende la regla el ciu­
dadano destinatario de esa regla, lo cual es de exclusiva respon­
sabilidad de quien la redactó. En ese sentido, el significado lite­
ral es que se trata de una prohibición de ausentarse del lugar donde
reside o cambiar de domicilio sin avisar previamente a la autori­
dad judicial y fiscal. En este punto, resulta preponderante aludir
a la función comunicativa del derecho ¿cómo puede exigírsele
al destinatario de la regla de conducta, interpretarla en el sen­
tido distinto al expresamente establecido en la propia regla? En
efecto, más allá de que la investigada cuenta con grado de instruc­
ción superior, no deja de ser una ciudadana estándar a la que no
se le puede exigir que deduzca con cierto rigor, que el simple
aviso a la autoridad es insuficiente y que resulta necesario espe­
rar una respuesta del juez, autorizando el viaje al extranjero,
esa deducción no fluye necesariamente de la regla que le fijó el
juez a la señora Nadine.
8.12. Igualmente, no puede calificarse como evasiva la conducta
desplegada por la investigada, quien se limitó a cumplir la regla
de conducta en su sentido literal, vale decir, se ausentó de su
domicilio, comunicando previamente al juez; como fluye de las
copias certificadas del escrito obrante a folios ciento treinta y uno del
presente cuaderno; igualmente las comunicaciones fueron oportunas
y plurales, en consecuencia se ha cumplido con el núcleo de la regla
de conducta impuesta” (Exp. N° 00249-2015-13-5001-JR-PE-01,
Lima, 10 de enero de 2017, <www.pj.gob.pé>).

107
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

2.2. Pretensión de la defensa técnica de Nadine Heredia

i) Sobre la concurrencia del derecho al trabajo y la preservación


del proceso penal
“8.24. Otro de los argumentos utilizados por el juez para desestimar
la pretensión de la defensa es que se habría producido un conflicto de
derechos entre el derecho al trabajo y la eficacia del proceso; en este
punto, el juez de instancia mencionó que el segundo aspecto era más
importante que el primero, por lo cual, desestimó el pedido; si bien
es cierto, no motivó con suficiencia el porqué de la prevalencia del
segundo derecho sóbre el primero, este extremo puede ser integrado
por la sala de apelaciones a fin de dejar nulidad y el reenvió al juez
de instancia, en ese orden de ideas, debe realizarse el test de propor­
cionalidad respectivo.

8.24. El test de proporcionalidad incluye, a su vez, tres subprincipios:


idoneidad, necesidad y ponderación o proporcionalidad en sentido
estricto, el procedimiento a seguirse para la aplicación de dicho test
implica que la decisión que afecta al derecho fundamental debe ser
sometida, en primer término, a un juicio de idoneidad o adecuación.

8.26. a) Juicio de idoneidad: De acuerdo con nuestro Tribunal


Constitucional, el juicio de idoneidad consiste en verificar si la res­
tricción en el derecho resulta pertinente o adecuada a la finalidad que
se busca tutelar. En el presente caso, tenemos dos derechos en con­
flicto, el derecho al trabajo y la eficacia al proceso penal. La regla de
conducta afectaría el primer derecho, mientras que la finalidad de la
eficacia de la medida restrictiva es conjurar el riesgo de que la inves­
tigada no se presente cuando sea requerida por la acción de la justi­
cia, para este cometido, no es condición indispensable privarle de su
trabajo<24), la restricción de derechos que contiene la regla de la con­
ducta fijada: control biométrico cada treinta días, es suficiente para
atenuar el riesgo de frustración procesal anotado. En conclusión, su
derecho fundamental al trabajo no puede ser sacrificado, en la
medida que la restricción judicial sea cumplida, vale decir, que la
investigada cumpla cada treinta días con el registro biométrico24

(24) El juez de instancia al fijar el plazo de diez días para que retom e la investigada al país, considera que
es tiem po suficiente para desvincularse de la FAO organism o de las N aciones Unidas.
Casos referentes a la comparecencia restringida

en el país, restricción que la propia defensa técnica de la inves­


tigada, sugiere subliminalmente que su patrocinada cumpliría
gracias a las facilidades que le brindaría el organismo interna­
cional donde trabaja(25).
b) Juicio de necesidad. Se puede dar por satisfecho este estándar en
la medida en que se presente una intervención mínima, a juicio del
colegiado la combinación de las reglas de conductas fijadas, con­
figuran una afectación de menor lesividad, que es suficiente para
conjurar el riesgo en mención. ;
c) Juicio de proporcionalidad en sentido estricto. En la medida
restrictiva, se han respetado las exigencias de idoneidad e interven­
ción mínima en la investigada Nadine y habiendo evaluado en forma
precedente los elementos como son: el peligrosismo procesal y el
peligro que la ausencia de la investigada podría provocar en el
esclarecimiento del proceso, hacen que la decisión sea proporcio­
nal” (Exp. N° 00249-2015-13-5001 -JR-PE-01, Lima, 10 de enero de
2017, <www.pj.gob.pé>).

ii) Sobre la petición de dejar sin efecto el requerimiento que retorne


la investigada al Perú en el plazo de 10 días
Sobre este punto, la segunda sala de Apelaciones nacional señaló que
carece de objeto pronunciarse porque en aquellas circunstancias se
tomó conocimiento -por los medios de comunicación- que la inves­
tigada retomó al país y acató la regla de conducta impuesta en la
resolución recurrida.

3. Decisión
La segunda sala de apelaciones nacional declaró infundada la apelación
formulada por la defensa técnica de la investigada. Asimismo, declaró infun­
dada la apelación formulada por el representante del ministerio público y con­
firmo la resolución número dos del 25 de noviembre de 2016 por los funda­
mentos que considera la sala de apelaciones.

(25) L a propia defensa técnica ha mostrado en la audiencia de apelación un documento de la FAO de fecha
15 de diciem bre de 2016, suscrito por el asesor jurídico Antonio Tavares de Pinho, que en esencia
señala que dicha institución perm itiría a la Sra. H eredia retom ar al Perú cuando fuese necesario, para
el cum plim iento de cualquier obligación relacionada con la investigación en curso,
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Caso II : Abencia Meza Luna


Incidente : N° 26704-2009
Fecha : 10 de octubre de 2011

Otro caso que llama la atención y merece desarrollarse es el caso de


Abencia Meza que fue condenada a 30 años de pena privativa de libertad
por la comisión del delito de homicidio calificado en agravio de Alicia Del­
gado, pues, actualmente, Abencia Meza Luna viene cumpliendo condena en el
establecimiento penitenciario de Santa Mónica.

Pero durante el desafrollo del proceso penal se revocó la medida coerci­


tiva de comparecencia con restricciones debido a que no cumplió con una de
las reglas de conductas impuestas en la resolución judicial.

1. Solicitud de variación de mandato de comparecencia


Segundo: El representante del ministerio público, alude perturbación
de la actividad probatoria por parte de la acusada Abencia Meza Luna, sin
formular un pedido expreso, siendo necesario resaltar que estando la proce­
sada sujeta a reglas de conducta, una de las cuales es: “f) no prestar nin­
gún tipo de declaraciones con respecto al presente proceso hasta que
este culmine en ningún medio de comunicación” bajo apercibimiento,
de recovarse el mandato de comparecencia por el de detención, a criterio
de este colegiado de las aludidas por el Ministerio Público en primera ins­
tancia, sean o no consideradas perturbación a la actividad probatoria, signifi­
carían el incumplimiento de una de las reglas de conducta impuesta a la acu­
sada, por lo que, será en dicho extremo que este superior colegiado emitirá
pronunciamiento (Incidente N° 26704-2009, Lima, 10 de octubre de 2011,
<www.pj.gob.pe>).

2. Análisis del caso


Tercero: Los medios de comunicación America televisión, Atv, Ojo,
Correo y Frecuencia latina, han remitido material periodístico conteniendo las
entrevistas realizadas a la procesada Abencia Meza Luna luego del diecinueve
de enero del año dos mil diez, fecha en la que se obtuvo su libertad bajo las
reglas de conducta, del que se desprende que dicha procesada ha brindado
reiteradas declaraciones sobre el proceso, tales como:
Casos referentes a la comparecencia restringida

America televisión: “no, aún los documentos no suben todavía a sala


está todavía en el juzgado lo que sí sé es que ha habido cambio de fis­
cal y de jueces, sé que a veces hay diarios que comentan son comenta­
rios vagos. Pero todo está bien, para mí todo está bien, y yo ya quiero que
esto avance más y dios permita que yo ya no llegue a audiencia a sala
pero eso tiene que verlo ya (...) mira dentro de mi sé que yo no debo ni
siquiera estar ya, pero lamentablemente son nuestras autoridades quie­
nes tienen que ponerse conciencia “yo si he recibido amenazas”,
“si por este caso”, “estamos hablando de una persona que se abusó de una
mujer embriagada, que podemos esperar por favor, qué podemos espe­
rar de Clarisa una mujer sin escrúpulos habiendo convivido con Aben-
cia cínicamente miente, qué podemos esperar de una mujer que acusaba
a su hermana de maldita, de tantas otras falsedades”, “voy afrontar este
problema. Yo lo único que quiero y que voy a querer para todo esto, que
se demuestre la verdad, la verdad para saber quién o quiénes dañaron a
alguien quitándole la vida”, “después del dieciséis o diecisiete de junio
que no tenía mis celulares no tuve yo”, “buscaron y encontraron a Aben-
cia y se acabó, pero veamos quienes entraron, quienes salieron quienes
hicieron lo que tenían que hacer, quien grabó el video, porqué grabó la
señora Gaudy, y dónde está esa señora, ahora libre en la calle”, “si los
tres mejores profesionales en unanimidad dicen formúlese mejor, inves­
tigúese bien, significa que no hay algo que involucre (...)” (relato de la
reportera) “yo soy inocente, culpable soy de haberme involucrado con
una señora súper mayor que yo, culpable soy de haberme encamado con
la hermana de mi pareja, culpable soy de haberle dado trabajo al mucha­
cho (...)”, “Ahora se ensaña en acusarme sin sustento y sin base porque
no recibe nada de mí, no recibe, esas llamadas que me hace tía me estas
presionando yo no compro conciencias”.

Diario Ojo: Diario del viernes 10 de jimio del año 2011, página 12:
“Él tiene que mostrar pruebas a mí me tiene que sindicar con nombre
y fundamento. Debe decir estos son los datos y por esto te acuso” (...)
“por fin se va a demostrar la verdad y se conocerá a los verdaderos cul­
pables” Diario del sábado 11 de junio del 2011, página 14: “Mamanchura
hablo para ganarse titulares, cambia de decisión y comentarios cuando le
conviene” Diario del sábado 11 de julio el 2011, página 18: “Tengo 16
audios. Él me llama a mi celular desde el penal para pedirme ayuda. Hasta
me ha pasado con su delegado de pabellón, Afilio, quien me dijo que
estaba a punto de hablar con un medio de comunicación y que necesitaba
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

su ayuda urgente”. “Cesar me dijo, tía tengo presión me mandas una per­
sona para arreglar, me pagas. ¿Cómo es?”. Le dije “yo te puedo ayu­
dar, pero con la finalidad de que digas la verdad. Yo no doy dinero yo no
compro conciencias. Si salí en libertad fue porque no tengo nada que ver
en este asunto”. Diario del martes 26 de julio 2011, página 16: “No hay
pedido de cárcel, Hay una sugerencia, cumplo con todas las normas de
conducta que las autoridades impusieron. En estos momentos me siento
tranquila y feliz pues recupere mis pertenencias” “es un control de acu­
sación. Es una audiencia pública, así que (una palabra borrosa) hablando
del caso dependiendo de las circunstancias”.

ATV: 11 de julio desafio 2011, “a través de otras personas cincuenta mil


dólares, si, cincuenta mil dólares. Por supuestamente oye más bien yo
quiero esos cincuenta mil dólares que a mí me pagan para decir la ver­
dad” “yo tengo la conciencia tranquila, creo en las autoridades y estoy
total seguridad que así como se enreda se va seguir enredando y se está
echando soga al cuello” 11 de julio del año 2011 “me ha ido llamando
pero él no sabía que yo le iba grabando, él no sabía que yo iba grabando
que iba guardándole sus mensajes, me iba a llamar, yo también le he lla­
maba no te preocupes yo mañana te mando, yo te ayudo pero con la fina­
lidad que tú me digas la verdad, pero ya no me llamaba el me llamaba el
supuesto delegado de disciplina, te paso con el compañero, habla con el
compañero,” “va tener que retomarse nuevas investigaciones y así ave­
riguaremos quien tuvo la razón quien no” 5 de mayo del año en curso “a
veces uno ve a Abencia en un escenario y dice que fortaleza pero somos
seres humanos cuando entere de este dictamen, de este pedido fiscal. Me
dio un shock nuevamente y dije porque” “no mate ni tengo derecho de
mandar a matar a nadie, primero, segundo a Alicia la quería un montón.
Tercero yo ya no tenía relación con Alicia; a mí me tomaron mi pericia
psicológica los dos primeros días de haber sabido, haberme enterado la
muerte de una persona con quien yo compartí ocho años de vida; y quien
piensa en mí, quien piensa en mí si duermo si como, quien piensa en mí
mama en mi hijo, en la gente que está en mi entorno, quien piensa en mi
público, es difícil, es duro, y mucho más aun afecta cuando esto traten de
atentar contra tu hijo atentar contra tu salud, y cuando uno es inocente y
todo el mundo dice, mira, mira, mira, mira, y te tildan y te tilda, duele”.

Frecuencia latina: “soy inocente no hice nada, no mande a dañar a


nadie, jamás en mi vida lo hice ni lo haré tampoco” “yo no sospecho de

112
Casos referentes a la comparecencia restringida

nadie, yo no soy quien para decir tú eres, tú fuiste”, “mira si nosotras


hablamos si lo mato Mamanchura, no lo mato, en los documentos no
existe una prueba para el muchacho, el mismo que se hecha soga al cue­
llo es su problema” “no, no es mi apreciación, son documentos que indi­
can que grave, eso es sabido, al muchacho le han torturado para decir
lo que dice, eso es sabido, eso está en los escritos, eso no es una acusa­
ción”; “los policías, cuando la fiscal le pasa el vicvaporu hijito por favor
cuídate tu gargantita frótate, y cuando la fiscal le dice este es el número,
que eso está bien para ti?, no está bien. Es lo hemos visto en todos los
medios” “obvio, porque aquel entonceá había Baguazo, aquel entonces
estaba el Rómulo León mucho y Abencia llamaba presión”.

De todo lo cual se advierte que la procesada Abencia Meza Luna ha


infringido la regla de conducta “f) no prestar ningún tipo de decla­
raciones con respecto al presente proceso hasta que este culmine en
ningún medio de comunicación” la misma que le fuere impuesta bajo
apercibimiento, de revocarse el mandato de comparecencia por el
de detención; advirtiéndose que la mencionada procesada tiene pleno
conocimiento de la regla de conducta impuesta así como el apercibi­
miento, según se advierte de la notificación personal que se le hiciera
a fojas 1686 del incidente 373-09-D con copia de resolución de fecha
19 de enero del 2010 que dispone su comparecencia restringida (ape­
lación a la improcedencia de la variación del mandato de detención)
corresponde hacer efectivo el apercibimiento y revocársele el man­
dato de comparecencia dictado en su contra, de conformidad con lo dis­
puesto en el artículo 187 del Código Procesal Penal de 1991 aprobado
por Decreto Legislativo N° 638, vigente en la actualidad [actualmente
rige el artículo 287 y 288 del CPP del 2004] (incidente N° 26704-2009,
Lima, 10 de octubre de 2011, <www.pj.gob.pe>).

3. Decisión de la cuarta sala penal para procesos con reos en cárcel


La cuarta sala penal para procesos con reos en cárcel revocó el mandato
de comparecencia restringida y reformó, dictando mandato de detención con­
tra Abencia Meza Luna al incumplir la regla de conducta de f) no prestar nin­
gún tipo de declaraciones con respecto al presente proceso hasta que este
culmine en ningún medio de comunicación.

113
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

Caso III : Eva Bracamonte


Expediente : N° 517-2009
Fecha : 10 de octubre de 2011

El caso de Eva Bracamonte ha repercutido y acaparado los espacios entre


los medios de comunicación y la sociedad, desde los inicios de la investiga­
ción hasta su sentencia.

Actualmente, Eva Bracamonte Fefer y Liliana Castro Mannarelli han sido


absueltas por el delito de homicidio calificado en agravio de Silvia Myriam
Fefer Salieres. Pero durante el desarrollo del proceso penal, tanto Eva Braca­
monte y Liliana Castro se les varió la medida coercitiva de detención por el
mandato de comparecencia con restricciones.

1. Antecedentes
Tercero.- En el presente caso habiendo sido notificadas las acusadas
Eva Lorena Bracamonte Fefer y Liliana Castro Mannarelli con el mandato
de detención decretado en su contra con fecha 9 de septiembre del año 2009,
(...), mediante resolución de fecha 09 de marzo del año 2011, el quincuagé­
simo juzgado especializado en lo penal de Lima, declaró complejo el presente
proceso, disponiendo la prórroga del plazo de detención de las citadas proce­
sadas por el plazo de 18 meses; decisión que la segunda sala en lo penal para
procesos con reos en cárcel mediante resolución de fecha 05 de diciembre del
año 2011. Confirmó, precisando que el plazo de detención de las procesadas
Eva Lorena Bracamonte Fefer y Liliana Castro Mannarelli vencerá indefec­
tiblemente el 08 de setiembre del año 2012 (Exp. N° 517-2009, Lima, 07 de
setiembre de 2012, <www.pj.gob.pe>).

2. Parte considerativa que realiza la segunda sala penal para proce­


sos con reos en cárcel - Colegiado “A”
Cuarto.- En estricta aplicación de la norma adjetiva antes citada (artículo
137 del Código Procesal Penal de 1991- D. Leg. N° 638) y en acatamiento de
la previsión constitucional del debido proceso que entre otros derechos com­
prende el plazo razonable de procesamiento, así como el mandato contenido
en la resolución de sala de fecha 05 de diciembre último, corresponde variar

1 1 4 ___________________________________________________________________
Casos referentes a la comparecencia restringida

la situación jurídico procesal de las dos acusadas mencionadas, al no haber


sido posible resolver en primera instancia la situación jurídica sustancial de
dichas acusadas dentro del plazo máximo de detención (36 meses, sin senten­
cia de primer grado).

Quinto.- Evidentemente la variación de la medida cautelar personal


por vencimiento del plazo máximo de detención no implica que las con­
diciones de peligro procesal, en cualquiera de sus modalidades y las otras
condiciones que determinaron dicha decisión, haya variado, en consecuen­
cia, están vigentes las razones de prevención y seguridad que se deben adop­
tar para mantener la presencia de las acusadas al proceso y evitar eventua­
les perturbaciones al normal desarrollo procesal, por tanto deben adoptarse
las restricciones a la libertad que la ley autoriza y que están plenamente jus­
tificada en este caso (Exp. N° 517-2009, Lima, 07 de setiembre de 2012,
<www.pj.gob.pe>).

3. Decisión
La segunda sala penal para procesos con reos en cárcel declaró de ofi­
cio procedente la libertad por exceso de detención de Eva Bracamonte Fefer
y Liliana Castro Mannarelli y se dispuso el mandato de comparecencia con
restricciones.

Caso IV : Burga Seoane


Expediente : N° 17004-2015-2-1801-JR-PE-07
Fecha : 8 de abril de 2016

Manuel Burga Seoane viene siendo investigado por el Tribunal de los


Estados Unidos para el Distrito de Nueva York, por el delito de Fraude organi­
zado, fraude electrónico y lavado de dinero. Actualmente, se encuentra afron­
tando en Estados Unidos su proceso penal por los delitos antes mencionados
pero con la medida de comparecencia restringida.

Pero, antes de su extradición a los Estados Unidos el procesado apeló la


resolución judicial que había declarado procedente la solicitud del arresto pro­
visorio con fines de extradición pasiva al ciudadano Burga (4 de diciembre de
2015), por cual desarrollaremos.
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

1. Pretensión
El procesado Manuel Burga Seoane interpone recurso de apelación con­
tra el auto que desestimó la petición de la variación del arresto provisorio por
el de comparecencia restringida con impedimentos de salida del país.

2. Valoración de la tercera sala penal para procesos con reos libres


de Lima
Si bien la defensa técnica de Manuel Burga alega que debe cesarse la pri­
sión preventiva ante nuevos elementos de convicción que se presentó cuando
la sala penal especial de la*Corte Suprema ordenó devolver el expediente al
ministerio público para Hacer algunas subsanaciones por lo que no habría fun­
damento para seguir con el arresto provisorio que se rige en el estado peruano
como prisión preventiva.

Frente a ello, el colegiado hace mención que lo resuelto por la sala penal
permanente de la Corte Suprema, al advertir que se ha incurrido en omisio­
nes susceptibles de ser subsanadas, lo cual no implica un pronunciamiento de
fondo, por lo que no cabría referir a ello como un nuevo elemento de convic­
ción que llevaría a cesar la prisión preventiva (Exp. N° 17004-2015-2-1801-
JR-PE-07, Lima, 9 de abril de 2016, <www.pj.gob.pe>).

3. Decisión
La tercera sala penal de reos libres de Lima confirma la resolución mate­
ria de impugnación, que había declarado infundada la solicitud de varia­
ción de detención con fines de extradición por comparecencia con impedi­
mento de salida y entrega de pasaporte presentada por la defensa técnica del
recurrente.

Caso V : Rodolfo Orellana


Expediente : N° 11075-2014
Fecha : 26 de setiembre de 2014

Actualmente, Rodolfo Orellana viene siendo procesado por el Poder Judi­


cial por los delitos de corrupción de funcionarios, asimismo se encuentra en el
Casos referentes a la comparecencia restringida

establecimiento penitenciario cumpliendo con la medida coercitiva penal de


prisión preventiva.

1. Requerimiento del ministerio público


El ministerio público al tomar conocimiento sobre los delitos solicitó ante
el juzgado penal de Lima su requerimiento de prisión contra Rodolfo Orellana
Rengifo, Jorge Enrique Cortés Martínez, Wilmer Arrieta Vega, Ricardo José
Barba y otros.

2. Valoración del Juzgado Penal


El juzgado penal valora sobre los presupuestos exigidos por los artículos
268, 269 y 270 del CPP, pero sobre la prisión preventiva de algunos coim­
putados no se cumplen los requisitos de peligro de fuga y obstaculización de
la actividad probatoria, donde más bien resulta pertinente dictar sobre estas
personas la medida de coerción de comparecencia restringida (Exp. N° 11075-
2014, Lima, 26 de setiembre de 2014, <www.pj.gob.pe>).

3. Decisión
Por ello, el juzgado penal dicta mandato de prisión preventiva contra
Rodolfo Orellana Rengifo, Wilmer Arrieta Vega, Hernán Villacrez Torres, Dió-
genes Cabrejos Sánchez, Eugenio Cisneros Navarro y Antonio Jesú Chavarry
Arce. Pero a los coimputados Jorge Enrique Cortes Martínez, Johany Silvia
Medina Becerra de Cortes y Ricardo Barba Castro les impone la medida coer­
citiva de comparecencia restringida por los fundamentos del acta de audiencia
pública de requerimiento de prisión preventiva.

117
ANEXOS
Decreto Legislativo que regula la vigilancia electrónica
personal

TÍTU LO i
OBJETO, FINALIDAD, DEFINICIÓN
Y ÁMBITO DE APLICACIÓN

Artículo 1.- Objeto


El presente Decreto Legislativo tiene como objeto regular la vigilancia elec­
trónica personal como alternativa de restricción en las medidas coerción proce­
sal, como un tipo de pena aplicable por conversión o su imposición en el otorga­
miento de un beneficio penitenciario.
Artículo 2.- Finalidad
La finalidad del presente Decreto Legislativo es contribuir con la disminu­
ción de los niveles de hacinamiento en los establecimientos penitenciarios, a tra­
vés de la vigilancia electrónica sobre personas procesadas o condenadas, dismi­
nuyendo los costos de medidas penales como el intemamiento y efectivizando las
medidas cautelares o de los beneficios penitenciarios y, con ello, reducir la reinci­
dencia de aquellos que son monitoreados.
Artículo 3.- Definición y modalidades de la vigilancia electrónica personal
3.1. La vigilancia electrónica personal es un mecanismo de control que tiene por
finalidad monitorear el tránsito tanto de procesados como de condenados,
dentro de un radio de acción y desplazamiento, teniendo como punto de refe­
rencia el domicilio o lugar que señalen estos.
3.2 Para el caso de procesados, la vigilancia electrónica personal es una alter­
nativa de restricción de la comparecencia que será dispuesta por el juez a
petición de parte como alternativa a la prisión preventiva o variación de la
misma, a fin de garantizar la permanencia de los mismos en el proceso.
3.3. Para el caso de condenados, la vigilancia electrónica personal es un tipo de
pena, aplicable por conversión luego de impuesta una sentencia de pena pri­
vativa de libertad efectiva, que será dispuesta por el juez a fin de garantizar
el cumplimiento de la pena y la resocialización del condenado.
3.4 Para el caso de condenados que obtengan los beneficios penitenciarios de
semi libertad o liberación condicional, la vigilancia electrónica personal es
un mecanismo de monitoreo que será impuesta por el juez, a solicitud de

___________________________________________________________ _ 121
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

parte, a fin de garantizar el cumplimiento de la pena y la resocialización del


condenado.
3.5. En cualquiera de estos casos, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) es la
entidad encargada de implementar y ejecutar la vigilancia electrónica perso­
nal, la cual se aplicará en forma progresiva y según las condiciones técnicas en
el ámbito y territorio que señale el calendario oficial. Asimismo, el INPE rea­
liza un seguimiento continuo sobre el cumplimiento del mecanismo de con­
trol, debiendo reportar al juez o al Ministerio Público sobre sus resultados,
según corresponda, en caso se adviertan violaciones a las condiciones impues­
tas, a fin de adoptar las correspondientes acciones, según lo que se detalle en
el reglamento del presente Decreto Legislativo.
Artículo 4.- Ámbito de aplicación
El presente Decreto Legislativo se aplica a los procesados y condenados que,
además de cumplir con los requisitos previstos para su imposición, no se encuen­
tren previstos en una de las causales de improcedencia previstos en el literal c) y
d) del numeral 5.1 del artículo 5.
TÍTU LO II
PROCEDENCIA, SOLICITUD Y REQUISITOS

Artículo 5.- Procedencia de la vigilancia electrónica personal


5.1. La vigilancia electrónica personal procede:
a) Para el caso de los procesados, cuando la imputación se refiera a la presunta
comisión de delitos sancionados con una pena no mayor a ocho (08) años.
b) Para el caso de los condenados, que tengan impuesta una sentencia conde­
natoria de pena privativa de libertad efectiva no mayor a ocho (08) años.
c) Están excluidos los procesados y condenados por los delitos tipificados
en los artículos 107, 108, 108-A, 108-B, 108-C, 108-D, 121, 121-B, 152,
153, 153-A, 170 al 174,176-A,177, 200, 279, 279-A, 279-B, 279-F, 296
al 297, 307, 317, 317-A, 317-B, 319, 320, 321, 325 al 333, 382, 383, 384,
387, 389, 393, 393-A, 394, 395, 396, 397, 397-A, 398, 399, 400, 401 del
Código Penal; por los delitos cometidos como miembro o integrante de una
organización criminal o como persona vinculada o que actúa por encargo
de ella, conforme a los alcances de la Ley N° 30077; por los delitos tipifi­
cados en el Decreto Ley N° 25475 y sus modificatorias;
d) Tampoco procede para aquellos que tengan la condición de reincidentes o
habituales; o cuando su intemamiento sea consecuencia de la revocatoria
previa de alguna pena alternativa a la privativa de libertad, beneficio peni­
tenciario, reserva de fallo condenatorio, suspensión de la ejecución de la
pena privativa de libertad o conversión de penas en ejecución de condena.
5.2. Para el otorgamiento de la vigilancia electrónica se da prioridad a:

1 2 2 ___________________________________________________________________
Anexos

a) Las personas mayores de sesenta y cinco años.


b) Las personas que tengan enfermedad grave, acreditada con pericia
médico legal.
c) Las personas que tengan discapacidad física permanente que afecte sen­
siblemente su capacidad de desplazamiento.
d) Las mujeres gestantes.
e) Las mujeres con hijos(as) menores a tres años.
f) La madre o padre que sea cabeza de familia con hijo (a) menor de edad
o con hijo(a) o cónyuge que tenga discapacidad permanente, siempre y
cuando haya estado bajo su cuidado.
Artículo 6.- Solicitud
El procesado o condenado que se encuentre dentro de los supuestos de pro­
p e n d a , puede formular una solicitud dirigida al juez que corresponda, a fin de
icceder a la vigilancia electrónica personal, en los siguientes supuestos:
i) Para el caso de procesados, estos pueden solicitar la imposición de la vigi­
lancia electrónica personal como alternativa a la prisión preventiva o varia­
ción de esta última de encontrarse intemo. En estos supuestos, la vigilancia
electrónica personal opera como una alternativa de restricción del mandato
de comparecencia, de conformidad con el artículo 288, inciso 5, del Código
Procesal Penal, promulgado por Decreto Legislativo N° 957.
)) Para el caso de condenados, estos pueden solicitar la imposición de la vigi­
lancia electrónica personal como alternativa a la pena privativa de libertad
efectiva. En este supuesto, la vigilancia electrónica personal opera como un
tipo de pena aplicable por conversión, de conformidad con el artículo 29-A
del Código Penal, promulgado por Decreto Legislativo N° 635.
0 Para el caso de condenados, estos pueden solicitar la imposición de la vigi­
lancia electrónica personal dentro del procedimiento para acceder a los
beneficios penitenciarios. En este supuesto, la vigilancia electrónica perso­
nal opera como un mecanismo de monitoreo para la ejecución de la semi
libertad o liberación condicional, de conformidad con los artículos 50 y 55
del Código de Ejecución Penal, promulgado por Decreto Legislativo N 654.
Artículo 7.- Requisitos
La solicitud, sin perjuicio de la información que se considere necesaria para
fundamentar la misma, debe ser acompañada por los siguientes documentos:
i) Documentos que acrediten el domicilio o lugar señalado en el cual se cum­
plirá la medida;
)) Documentos que acrediten las condiciones de vida personal, laboral, fami­
liar o social del procesado o condenado; en el caso de internos, esta informa­
ción es brindada por el INPE a través de la emisión de los informes sociales
y psicológicos correspondientes;

123
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

c) Antecedentes judiciales y penales;


d) Documentos que acrediten estar inmerso(a) en alguna(s) de las prioridades
establecidas en el artículo 5, si fuere el caso.
TÍTULO III
PROCEDIM IENTO
Artículo 8.- Audiencia sobre vigilancia electrónica personal
8.1. La procedencia de la vigilancia electrónica personal se determina en la
audiencia que corresponda, según la normatividad vigente. Previo a la
audiencia, se debe contar con el informe del INPE sobre la verificación téc­
nica de su viabilidad en eLdomicilio o lugar señalado por el solicitante.
8.2. La vigilancia electrónica personal procede únicamente cuando medie la
aceptación expresa del procesado o condenado en la audiencia que corres­
ponda. Su no aceptación no limita a que el juez pueda evaluar las alternati­
vas que establezca la legislación nacional sobre medidas cautelares, penas
alternativas o distintas reglas de conducta.
8.3. Declarada la procedencia de la vigilancia electrónica personal, el juez ins­
truye al procesado o condenado, sin perjuicio de establecerse como reglas de
conducta, las obligaciones, restricciones y responsabilidades a las que tiene
que sujetarse, así como de las consecuencias que acarrea su incumplimiento.
Artículo 9.- Contenido de la resolución judicial que dispone la vigilan­
cia electrónica
La resolución judicial que dispone la vigilancia electrónica personal debe
consignar expresamente, sin perjuicio de las reglas de conducta que la legislación
nacional establece, las siguientes reglas para su eficaz ejecución, bajo responsa­
bilidad funcional:
a) No variar el domicilio o lugar señalado desde el cual se ejecuta la medida de
vigilancia electrónica personal, sin previa autorización judicial;
b) Comparecer ante quien vigile el cumplimiento de la ejecución de la medida
cuando fuere requerido para ello.
c) Permitir el acceso del personal del INPE al domicilio o lugar señalado donde
se ejecutará la medida con la finalidad de evaluar el eficaz cumplimiento de
aquella.
d) No manipular o dañar el mecanismo de vigilancia electrónica personal, por
sí mismo o a través de terceros o mediante el uso de sistemas electrónicos o
informáticos que impidan o dificulten su normal funcionamiento;
e) El cumplimiento oportuno del costo por el uso del dispositivo electrónico, de
ser el caso;
f) El radio de acción y desplazamiento, teniendo como punto de referencia el
domicilio o lugar señalado por el solicitante. De ser el caso, debe establecer

1 24 ___________________________________________________________________
Anexos

las rutas, parámetros de desplazamiento, periodos de tiempo y horarios,


siempre que contribuya a la reinserción o disminuya el peligro procesal;
g) La orden a la dependencia policial de la jurisdicción a la que pertenece el
domicilio o lugar señalado por el procesado o condenado, frente a una alerta
grave o muy grave comunicada por el INPE, para ubicar y detener al proce­
sado o condenado sujeto a la medida;
h) El apercibimiento expreso de revocar la medida impuesta por una de inter-
namiento definitivo, frente al incumplimiento de cualquiera de las reglas de
conducta antes establecidas; y, :
i) Las demás que considere importantes para una adecuada ejecución de la
medida impuesta.
Artículo 10.- Notificación de la resolución que dispone la vigilancia elec­
trónica personal
10.1. La resolución que dispone la vigilancia electrónica se notifica al procesado
o condenado y a los demás sujetos procesales:
a) En caso, que la resolución haya sido emitida con presencia física del pro­
cesado o condenado, el Juez procede a notificarle en forma personal en
dicho acto, conjuntamente con los sujetos procesales presentes.
b) En los demás casos la resolución se notifica dentro de las veinticuatro
horas después de ser dictada, bajo responsabilidad funcional.
10.2. El Juez dispone la remisión de copias certificadas de la resolución en un
plazo no mayor de veinticuatro (24) horas, al INPE, sus órganos desconcen­
trados o los que hagan sus veces, para su obligatorio cumplimiento.
10.3. Para mayor eficacia en la ejecución oportuna de la medida impuesta, se uti­
liza el fax, correo electrónico u otro medio, y eventualmente puede comuni­
carse telefónicamente la parte resolutiva para iniciar las acciones necesarias
a fin de dar cumplimiento a la medida, sin perjuicio de la remisión posterior
del mandamiento escrito en el plazo establecido.
Artículo 11.- Diligencia de instalación
11.1. Cumplidos los requisitos establecidos en la presente norma e impuesta la
vigilancia electrónica personal, se procede a su instalación. En tal sentido, el
juez señala día y hora para dicha diligencia, la misma que no puede exceder
de las cuarenta y ocho (48) horas de culminada la audiencia. Cuando se trate
de un procesado o condenado que se encuentre intemo en un establecimiento
penitenciario, continúa recluido hasta que se haga efectiva dicha diligencia.
11.2. La diligencia de instalación debe realizarse en el domicilio o lugar señalado
por el condenado o procesado. El personal del INPE es el responsable de
dicha diligencia, siendo facultativo la presencia del abogado defensor o del
fiscal. En ésta, se levanta un acta, la misma que además de la información
que se considere pertinente, contiene lo siguiente:

125
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

a) Las generales de ley del procesado o condenado;


b) Información sobre el domicilio o lugar donde se cumplirá la medida, o
será el punto de referencia para su radio de acción;
c) La información necesaria sobre el dispositivo electrónico y su correcto uso;
d) Las consecuencias del mal uso o manipulación del dispositivo elec­
trónico, por él o por tercero, instruyéndosele sobre la emisión de alertas
que ello conlleva;
e) La dependencia policial de la jurisdicción a la que pertenece el domicilio
o lugar señalado por el procesado o condenado;
f) El tratamiento que deben recibir, por parte del INPE, cuando se trate de
condenados a pena privativa de libertad bajo vigilancia electrónica per­
sonal o de aquellos que egresen por beneficios penitenciarios;
g) Toda aquella información que sea necesaria para su eficaz seguimiento y
monitoreo;
11.3. Culminada la diligencia de instalación, el procesado o condenado debe sus­
cribir el acta, dejándosele una copia de la misma. Asimismo, el personal del
INPE, dentro de las veinticuatro (24) horas de realizada, remite el acta al fis­
cal o al abogado defensor, según corresponda, al juez que dictó la medida,
así como al registro penitenciario.
Artículo 12.- Lugar y radio de ejecución de control
12.1. E1 juez señala el radio de acción sobre la base del domicilio o lugar señalado
por el procesado o condenado. Asimismo, siempre que contribuya a la rein­
serción o reduzca el peligro procesal, de ser el caso, puede establecer rutas,
parámetros de desplazamiento, periodos de tiempo y horarios, conforme al
informe técnico de viabilidad remitido por el INPE.
12.2. El INPE realiza el seguimiento y monitoreo del cumplimiento eficaz de la
medida adoptada, comunicando a la autoridad competente sobre las ocurrencias
presentadas. El reglamento de la presente norma, así como las directivas que
sean necesarias, señalan el tiempo de respuesta y acciones necesarias para tal fin.
Artículo 13.- Incumplimiento de las reglas de conducta
13.1.Si durante el periodo de ejecución de la vigilancia electrónica personal el
procesado o condenado incumple con las reglas de conducta impuestas, el
juez, según el caso, puede:
a) Amonestar al infractor, frente al incumplimiento de una regla de con­
ducta impuesta o cuando el INPE comunique una alerta leve.
b) Revocar la medida impuesta y ordenar el intemamiento en un estable­
cimiento penitenciario si, durante la ejecución de la vigilancia electró­
nica personal, el procesado o condenado haya reincidido en la comisión
de un nuevo delito, se haya dictado prisión preventiva en un proceso dis­
tinto, haya infringido reiteradamente alguna regla de conducta, dañe el

1 2 6 ___________________________________________________________________
Anexos

dispositivo o el servicio de tal manera que impida el monitoreo o control;


o cuando el INPE haya comunicado una alerta grave o muy grave,
c) Comunicada la resolución que revoca la medida impuesta o cumplida que sea
la misma, se procede a la diligencia de desinstalación del dispositivo elec­
trónico, dentro de las veinticuatro (24) horas, bajo responsabilidad funcional.
13.2. Comunicado el incumplimiento de las reglas de conducta, el juez debe pro­
gramar la audiencia donde se debatirá la revocatoria de la medida en un plazo
no mayor de cuarenta y ocho (48) horas, bajo responsabilidad funcional.
13.3. El reglamento de la presente norma regula las alertas leves, graves y muy graves.
Artículo 14.- Financiamiento de la vigilancia electrónica personal
14.1. El INPE es el responsable de la implementación de la vigilancia electrónica
personal.
14.2. El costo del dispositivo electrónico y el servicio de vigilancia electrónica es
sufragado íntegramente por el procesado o condenado.
14.3. El Juez, atendiendo los informes socioeconómicos del INPE podrá, excep­
cionalmente, eximir a los procesados o condenados total o parcialmente del
pago de los costos antes mencionados.
14.4. El reglamento de la presente norma regula el procedimiento y oportunidad
para la emisión de los informes socioeconómicos y los componentes que com­
prende el costo que debe asumir el procesado o condenado por la vigilan­
cia electrónica personal, así como los plazos en que se debe realizar el pago
correspondiente.
14.5. El incumplimiento de la obligación de pago acarrea la revocatoria de la
medida y el intemamiento definitivo del condenado o procesado, de confor­
midad con lo establecido en el artículo 9 de la presente norma.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS FINALES

Primera.-Vigencia de la norma
La presente norma entra en vigencia progresivamente en los diferentes distri­
tos judiciales según calendario oficial que será aprobado por Decreto Supremo y
refrendado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Para tal efecto, el
Sector Justicia está facultado a impulsar procedimientos de selección o asociaciones
público privadas para su implementación. El calendario oficial inicia con un plan
piloto en un distrito judicial ubicado en el Departamento de Lima o en la Provin­
cia Constitucional del Callao, que reúna las condiciones técnicas de viabilidad para
su adecuada implementación, y solo se implementa para intemos que se encuen­
tren en calidad de procesados o condenados, conforme a los supuestos de proce­
dencia regulados en el artículo 4 de la presente norma. Posteriormente, a los 365
días de haberse implementado el piloto al que hace referencia en el párrafo prece­
dente, entra en vigencia para los demás supuestos establecidos en la ley, conforme

___________________________________________________________ : 127
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

al calendario oficial. El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, en sesión de la


Comisión Especial de Implementación del Código Procesal Penal, define el distrito
judicial donde se implementa el primer plan piloto, sobre la base de la información
que el INPE alcance. Dicha Comisión tiene un plazo de quince (15) días, desde la
publicación de la presente norma, para su instalación y decisión correspondiente.
La Comisión Especial de Implementación del Código Procesal Penal dispone, una
vez elegido el Distrito Judicial donde se implementa el primer plan piloto, que la
Comisión Distrital de Implementación del Código Procesal Penal adopte las medi­
das necesarias para su eficaz cumplimiento. Para tal efecto, la Secretaría Técnica de
la Comisión Especial de Implementación del Código Procesal Penal, en coordina­
ción con el INPE, asiste técnicamente a nivel distrital.
Segunda.-Apoyo de la Policía Nacional del Perú
La Policía Nacional del Perú apoya al INPE en la eficaz ejecución de la
medida de vigilancia electrónica personal.
Tercera-Directivas y protocolos
Autorícese al Sector Justicia a dictar las disposiciones que resulten necesa­
rias para la adecuada implementación del presente Decreto Legislativo.
Cuarta - Reglamento
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, dentro de los sesenta (60) días
calendario de publicada la presente norma, publica el reglamento de la presente norma.
Quinta.- Financiamiento
La implementación de lo establecido en el presente Decreto Legislativo se
financia con cargo al presupuesto institucional de los pliegos involucrados, sin
demandar recursos adicionales al tesoro público.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS DEROGATORIAS

ÚNICA.- Derogación de disposiciones legales


Deróganse los artículos 1, 2, 3, 3-A, 8, 9 y 10 de la Ley N° 29499 y sus
modificatorias, Ley que establece la vigilancia electrónica personal.
POR TANTO:
Mando se publique y cumpla, dando cuenta al Congreso de la República.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los cinco días del mes de enero del
año dos mil diecisiete.
PEDRO PABLO KUCZYNSKIGODARD
Presidente de la República
FERNANDO ZAVALA LOMB ARDI
Presidente del Consejo de Ministros
MARÍA SOLEDAD PÉREZ TELLO
Ministra de Justicia y Derechos Humanos.

128
Reglam ento del Decreto Legislativo N° 1322
que regula la vigila n cia electrónica personal

i ;
t ít u l o
DISPOSICIONES GENERALES

CAPÍTULO ÚNICO
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1.- Objeto


El presente Reglamento tiene por objeto regular la aplicación del Decreto
Legislativo N° 1322, Decreto Legislativo que regula la vigilancia electrónica per­
sonal, a fin de establecer el marco normativo que permita su implementación
efectiva.
Artículo 2.- Alcance y ámbito de aplicación
La presente norma resulta aplicable a los procesados y condenados que se
encuentren dentro de los supuestos de procedencia del artículo 5 del Decreto
Legislativo N 1322.
Artículo 3.- Principios
3.1 Son principios que orientan la aplicación de la vigilancia electrónica perso­
nal los siguientes:
a) Proporcionalidad.- Frente al intemamiento, tomando en cuenta condicio­
nes de mínima o mediana lesividad del hecho delictivo, las condiciones per­
sonales del agente que permitan prever una reinserción social más efectiva
en medio libre, es favorable la concesión de la vigilancia electrónica perso­
nal a fin de evitar la prisionización, favoreciendo con ello la resocialización.
b) Individualización.- El juez, al momento de disponer la medida, esta­
blece las reglas de conducta y la modalidad de vigilancia electrónica
personal según las condiciones personales, familiares y sociales de cada
beneficiario.
c) Eficacia.- La aplicación de la vigilancia electrónica personal, a través del
seguimiento y monitoreo oportuno del beneficiario, permite asegurar el
cumplimiento eficazde las medidas cautelares personales, la condena y
los beneficios penitenciarios.

129
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

3.2 Sin perjuicio de los principios establecidos en el numeral 3.1, en la aplica­


ción de la vigilancia electrónica personal se tienen en cuenta las disposicio­
nes establecidas en la Constitución Política del Perú, los tratados y estánda­
res internacionales, así como las demás normas sobre la materia.
Artículo 4.- Definiciones
Para los efectos del presente Reglamento, se establecen las siguientes
definiciones:
1. Beneficiario.- Es el procesado o condenado a quien el juez le concede la
medida de vigilancia electrónica personal.
2. Vigilancia electrónica personal.- Es una medida ordenada por la autoridad
judicial a pedido de partera favor de los procesados o condenados que revis­
tan las condiciones previstas en los supuestos de aplicación de la norma, con
la finalidad de monitorear y controlar el tránsito dentro de un radio de acción
o desplazamiento.
3. Sistema de vigilancia electrónica personal.- Es un conjunto de procedi­
mientos integrados por herramientas de software, hardware, medios de co­
municación, soporte técnico y equipos responsables.
4. Centro de monitoreo.- Es el espacio donde se realiza el seguimiento y
monitoreo de la vigilancia electrónica personal, registrándose los eventos
que esta genere en su ejecución.
5. Dispositivo electrónico.-Artefacto o aparato electrónico que porta el bene­
ficiario de la vigilancia electrónica personal, el cual recolecta datos y los
transmite hacia el centro de monitoreo.
6. Informe de verificación técnica.- Documento elaborado por el Instituto
Nacional Penitenciario - INPE, por el cual se da cuenta de la viabilidad téc­
nica y tecnológica de la medida en y desde el domicilio o lugar señalado por
el solicitante.
TÍTULO II
DE LA VIGILANCIA ELECTRÓNICA PERSONAL

CAPÍTULO I
DEL PROCEDIMIENTO DE OTORGAMIENTO

Artículo 5.-Presupuestos
Para la aplicación de la vigilancia electrónica se requiere:
1. Presupuestos técnicos.- Disponibilidad, por parte del Estado, de los dispo­
sitivos electrónicos e informe favorable de verificación técnica emitido por
el INPE.

130
Anexos

2. Presupuestos jurídicos.- Supuestos de procedencia establecidos en el


artículo 5 del Decreto Legislativo N° 1322.
3. Presupuestos económicos. - Costos del servicio, los mismos que son asumi­
dos según las condiciones socioeconómicas del beneficiario, salvo que por
orden judicial sea exonerado total o parcialmente de dicho pago.
Artículo 6.- Lugar y radio de acción de ejecución de la vigilancia elec­
trónica personal
6.1 El juez, atendiendo a los presupuestos antes mencionados, podrá establecer
los siguientes radios de acción y desplazamiento:
1. Vigilancia electrónica dentro del perímetro del domicilio.- por el cual
se establece que el beneficiario no podrá salir del perímetro de su domici­
lio o lugar señalado, donde cumplirá la medida, pudiendo restringir cier­
tas áreas del mismo. Para tal efecto, se toma en cuenta el informe de veri­
ficación técnica emitido por el INPE. El beneficiario puede solicitar ante
el Juez mediante escrito fundamentado la variación del domicilio o lugar
señalado donde cumplirá la medida, sujetándose a las mismas condicio­
nes que para el otorgamiento inicial de la medida y siempre que contri­
buya a la eficacia de su seguimiento y monitoreo.
2. Vigilancia electrónica con tránsito restringido.- por el cual, además
del perímetro del domicilio antes señalado, se permitirá el desplaza­
miento por rutas, sujetas a ciertos parámetros, tiempos y horarios que
determine el Juez sobre la base del informe de verificación técnica emi­
tido por el INPE. Esta modalidad permite que el beneficiario se desplace
a establecimientos de salud, centro de estudios, centros laborales u otros
lugares que han sido previamente programados y autorizados por el juez.
6.2 Ambas modalidades se dictan de acuerdo a las características de cada bene­
ficiario y siempre que permitan el cumplimiento de la finalidad para la cual
fue impuesta la medida de vigilancia electrónica personal, esto es, evitar el
peligro procesal para el caso de los procesados o coadyuvar a la reinserción
social para el caso de condenados. Rige para ambas alternativas, las normas
que regulan las medidas cautelares, la ejecución de las penas y de beneficios
penitenciarios, según corresponda.
6.3 En ningún caso pueden imponerse restricciones que afecten o puedan afec­
tar el bienestar de la persona.
Artículo 7.- Procedimiento para la aplicación de la vigilancia electrónica
personal respecto de los procesados
7.1 Para el caso de procesados, la vigilancia electrónica personal procede como
una alternativa a la prisión preventiva por comparecencia restrictiva o cesa­
ción de la prisión preventiva, de conformidad con los artículos 272, 283 y
288, inciso 5 del Decreto Legislativo N° 957.

131
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

7.2 El procesado o el fiscal, dentro de las cuarenta y ocho horas para su progra­
mación o dentro de la audiencia respectiva, pueden solicitar la aplicación de
la vigilancia electrónica como medida de comparecencia restrictiva o cesa­
ción de la prisión preventiva, cuando se cumplan los presupuestos para la
misma. En ambos casos requiere consentimiento expreso del beneficiario.
7.3 Previa a la audiencia, se cuenta con el informe de verificación técnica. En su
defecto, el juez puede suspender la audiencia, a fin de recabar el informe de
verificación técnica expedido por el INPE, antes de que se cumpla el plazo
de ley para resolver su situación jurídica.
7.4 Remitido el informe de verificación técnica elaborado por el INPE y con
los elementos presentados por el solicitante, el juez decide si concede o no
la vigilancia electrónica personal, emitiendo la resolución correspondiente,
debiéndose consignar expresamente, bajo responsabilidad funcional, lo
señalado en el artículo 9 del Decreto legislativo 1322.
7.5 Establecida la procedencia de la vigilancia electrónica personal, el Juez
dispone que se lleve a cabo la diligencia de instalación en el día o, en su
defecto, dentro de las cuarenta y ocho (48) horas. Cuando se trate de un pro­
cesado que se encuentra interno en un establecimiento penitenciario, conti­
núa recluido hasta que se haga efectiva dicha diligencia.
Artículo 8.- Tramitación de la vigilancia electrónica personal respecto
de condenados
8.1 Para el caso de condenados, la vigilancia electrónica personal procede como
un tipo de pena, aplicable por conversión sea en el juicio oral o durante la eje­
cución de la pena privativa de libertad efectiva impuesta, o como un meca­
nismo de monitoreo de los beneficios penitenciarios de semi libertad o libera­
ción condicional otorgados, de conformidad con el artículo 29-A del Decreto
Legislativo 635 y los artículos 50 y 55 del Decreto Legislativo N° 654.
8.2 Para el caso donde la vigilancia electrónica se aplique como un tipo de pena
por conversión en el juicio oral, las partes en la audiencia de juicio oral
correspondiente, una vez expuestos los alegatos finales, pueden solicitar al
Juez competente la aplicación de la vigilancia electrónica personal por con­
versión a razón de un día de pena privativa de libertad por un día de vigi­
lancia. Asimismo, puede el Juez convertirla de oficio, debiendo previamente
contar con la aceptación del procesado.
También podrá solicitarse la vigilancia electrónica personal dentro del pro­
ceso especial de terminación anticipada o en la conclusión anticipada del jui­
cio oral, debiendo constar en el acuerdo arribado por las partes. En ambos
casos el acuerdo es sometido al control de legalidad por parte del juez
competente.
8.3 Tratándose de los supuestos establecidos en el párrafo anterior, luego de
verificar el cumplimiento de los requisitos, de ser el caso, se debe acompañar

1 3 2 ___________________________________________________________________
Anexos

el informe de verificaciones técnicas a cargo del INPE. En su defecto, el Juez


suspende la audiencia por el plazo más breve para la remisión del citado
informe. Para tales efectos, el INPE adopta las medidas del caso a fin de
remitir dicho informe en el plazo establecido por el juez.
8.4 Cuando se trate de una conversión de pena privativa de libertad en ejecución
de condena a vigilancia electrónica personal, ésta es solicitada por el interno
por sí o mediante su abogado defensor al Juez competente, debiendo el INPE,
a través del área que corresponda, facilitar los informes sociales y psicológi­
cos establecidos en el literal b del artículo 7 del Decreto Legislativo N° 1322.
8.5 Para el caso donde la vigilancia electrónicanSe aplique como un mecanismo
de monitoreo del beneficio penitenciario de semi libertad o liberación con­
dicional, el Peruano condenado puede solicitar al juez competente la aplica­
ción de la vigilancia electrónica personal, conjuntamente a su solicitud de
beneficio penitenciario. La vigilancia electrónica personal se aplicará por el
tiempo que dure el beneficio penitenciario otorgado.
8.6 Recibida la solicitud de vigilancia electrónica por conversión de pena pri­
vativa de libertad en ejecución de condena o de beneficio penitenciario por
parte del Juez, este verifica el cumplimiento de los requisitos, previo a la
audiencia correspondiente, y dispone la remisión del informe de verificacio­
nes técnicas expedido por el INPE.
8.7 Si el Juez competente decide la concesión de la medida de vigilancia elec­
trónica personal, emite la resolución correspondiente, debiéndose consignar
expresamente, bajo responsabilidad funcional, lo señalado en el artículo 9
del Decreto Legislativo N° 1322. Asimismo, dispone que se lleve a cabo la
diligencia de instalación en el día o, en su defecto, dentro de las cuarenta y
ocho (48) horas. Cuando se trate de un intemo en un establecimiento peni­
tenciario, continúa recluido hasta que se haga efectiva dicha diligencia.
CAPÍTULO II
DE LA INSTALACIÓN, SEGUIMIENTO Y MONITOREO

Artículo 9.- Diligencia de instalación


9.1 La diligencia de instalación es de absoluta responsabilidad del INPE. Notifi­
cada la resolución que dispone la vigilancia electrónica personal, así como la
fecha y hora de su instalación, el INPE procede a instalar el dispositivo elec­
trónico en el domicilio o lugar señalado por el juzgador, dejándose registro
de la misma en un acta, que deberá contener, sin perjuicio de aquello que se
considere pertinente, lo establecido en el artículo 11.2 del Decreto Legisla­
tivo N° 1322, bajo responsabilidad funcional, la cual será suscrita por el per­
sonal o responsable de campo y el beneficiario. Es facultativa la presencia y,
por ende, la suscripción del acta por parte de la defensa o el fiscal.

133
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

9.2 Activado el dispositivo electrónico, se le asigna al beneficiario un operador


que será el responsable de su monitoreo, así como de cualquier comunica­
ción que sea necesaria para un eficaz control.
9.3 Dentro de las veinticuatro (24) horas de realizada la diligencia de instala­
ción, el INPE remite el acta a las partes, al registro penitenciario, a la depen­
dencia policial de la jurisdicción a la que pertenece el domicilio o lugar seña­
lado, así como al juez que ordenó la medida, dejándose copia al beneficiario.
Artículo 10.- Seguimiento y Monitoreo.
10.1 El monitoreo implica el registro de los eventos que, durante la ejecución de
la medida, son emitidos por el dispositivo electrónico de manera ininterrum­
pida. Estos son consolidados en informes que, mensualmente, son remitidos
al fiscal o juez competente, salvo requerimiento distinto.
10.2 Los eventos que se registran están en relación con la información del correcto
funcionamiento del sistema o transgresiones. Estas últimas son analizadas
por personal del Centro de monitoreo y clasificadas como alertas de acuerdo
al nivel de gravedad frente a la medida impuesta, acorde a lo señalado en el
artículo 11 del Reglamento.
Artículo 11.- Niveles de alerta
11.1 El juez debe tener en cuenta los siguientes niveles de alerta en el control que
ejerza el INPE, respecto de la utilización adecuada por parte del beneficiario
del mecanismo de vigilancia electrónica personal:
a) Leve: Alerta emitida por el dispositivo al Centro de monitoreo que pre­
tende advertir alguna anomalía técnica que puede ser producida por fac­
tores ajenos al beneficiario.
b) Grave: Alerta emitida por el dispositivo al Centro de monitoreo donde
se advierte que el beneficiario ha iniciado acciones que atenían contra la
continuidad del servicio, entre los que se contemplan violaciones al radio
de acción, desplazamiento u horarios y tiempos, según sea el caso.
c) Muy grave: Alerta emitida por el dispositivo al Centro de monitoreo que
reporta daños o acontecimientos irreversibles al dispositivo de vigilan­
cia electrónica o al servicio que no permitan el monitoreo y control del
beneficiario.
11.2 Las alertas deben ser comunicadas en el informe mensual que se remita al fis­
cal y juez, según corresponda. En caso de presentarse alguna de estas, el juez
procede conforme a lo establecido en el artículo 13 del Decreto Legislativo
N° 1322. Sin peijuicio de la comunicación antes descrita, las alertas leves deter­
minan las acciones correctivas y de mejoramiento inmediatas por parte del INPE.
11.3 La información sobre las alertas es utilizada para el estricto cumplimiento del
presente reglamento, debiendo mantenerse en reserva, con el pleno respeto
de los derechos fundamentales de los beneficiarios, bajo responsabilidad.

134
Anexos

CAPÍTULO III
REVOCATORIA DE LA VIGILANCIA ELECTRÓNICA PERSONAL
Artículo 12.- De la revocatoria
12.1 La medida de la vigilancia electrónica personal es revocada, si durante la
ejecución de la misma, el procesado o condenado ha reincidido en la comi­
sión de un nuevo delito doloso, se ha dictado prisión preventiva en un pro­
ceso distinto, ha infringido reiteradamente alguna regla de conducta, dañe
el dispositivo o servicio de tal manera que impida el monitoreo o control o
cuando el INPE haya comunicado una aíerta grave o muy grave. La decisión
de la revocatoria se decide por el juez en una audiencia.
12.2 La audiencia de revocatoria se realiza dentro de las cuarenta y ocho (48) horas de
comunicada o conocida alguna de las infracciones antes descritas, bajo respon­
sabilidad funcional. Esta audiencia tiene el carácter de inaplazable y se realiza
con presencia obligatoria del fiscal, la defensa y el beneficiario. Si este último se
negare a estar presente o no es habido, la audiencia se lleva a cabo con presencia
de su defensa. Rige lo dispuesto en el artículo 85 del Decreto Legislativo N° 957.
12.3 Determinada la revocatoria de la medida, procede a la diligencia de desinsta­
lación del dispositivo electrónico y se ordena el intemamiento en un estable­
cimiento penitenciario.
CAPÍTULO IV
DEL TRATAMIENTO PENITENCIARIO A LOS BENEFICIARIOS
CON VIGILANCIA ELECTRÓNICA PERSONAL
Artículo 13.- Del tratamiento penitenciario
Los beneficiarios de la medida de vigilancia electrónica personal comprendi­
dos en el literal b del numeral 5.1 del artículo 5 del Decreto Legislativo N° 1322,
deben participar de las actividades de tratamiento penitenciario a cargo del INPE
a través de su Dirección de Medio Libre, con la finalidad que dichas actividades
coadyuven en su proceso de resocialización.
Artículo 14.- Del tratamiento penitenciario como regla de conducta
El Juez, al emitir la resolución que otorga la medida de vigilancia electró­
nica, establece como regla de conducta la participación del condenado en las acti­
vidades de tratamiento penitenciario, a cargo del INPE. El incumplimiento de las
mismas es informado por el INPE al Juzgado competente a fin que este adopte los
correctivos correspondientes en audiencia, pudiendo revocar la medida impuesta
cuando así lo considere, conforme al artículo 13 del Decreto Legislativo N° 1322.
Artículo 15.- Tratamiento penitenciario especializado en materia de vigi­
lancia electrónica personal
15.1 El INPE elabora un plan de seguimiento, tratamiento o asistencia a favor
del beneficiario durante la ejecución de la medida de vigilancia electró­
nica personal, con la finalidad de que logre de manera progresiva y plena su

_____________________________________________________________- 135
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

inserción en la sociedad. Este plan podrá comprender las visitas del personal
de INPE al domicilio o lugar señalado, así como a los lugares de desplaza­
miento autorizados, comunicaciones telefónicas, controles sobre actividades
terapéuticas, entrevistas con el interno por parte de diferentes profesionales
penitenciarios, entrevistas con miembros de la unidad familiar del interno,
entre otras actividades propias del tratamiento penitenciario
15.2 El seguimiento y el monitoreo atienden a aquellas actividades de la persona
que se encuentren estrictamente vinculadas a las reglas de conducta y al tra­
tamiento de resocialización, por lo cual no podrán ser invasivas de activida­
des de carácter íntimo y personal.
CAPÍTULO V
FINANCÍAMIENTO DE LA VIGILANCIA
ELECTRÓNICA PERSONAL
Artículo 16.- Costos del servido de vigilancia electrónica personal
El Estado asume los costos del servicio de vigilancia electrónica personal,
total o parcialmente, según disposición judicial emitida en atención a los infor­
mes socioeconómicos del INPE. Los montos son establecidos en la directiva
correspondiente que deberá ser aprobada por Resolución Ministerial del Ministe­
rio de Justicia y Derechos Humanos. El incumplimiento de los costos asumidos
por parte del beneficiario, cuando así corresponda, determinan su revocatoria. La
revocatoria por incumplimiento de pago no impide que la persona pueda solicitar
posteriormente la medida.
CAPÍTULO VI
REGISTRO ESTADÍSTICO DE LA VIGILANCIA
ELECTRÓNICA PERSONAL
Artículo 17.- Acceso a la información del centro de monitoreo y registro
estadístico
A través del INPE, los jueces y fiscales tienen acceso a la información gene­
rada en el centro de monitoreo respecto a la cantidad de dispositivos de vigilan­
cia electrónica disponibles y el nivel de comportamiento del beneficiario, siem­
pre que dicha información sea requerida dentro del marco de una investigación o
proceso penal.
El INPE es responsable del diseño e implementación del Registro Estadís­
tico de Vigilancia Electrónica Personal -REVEP-, en el que se registra, entre otros
datos, la información referida al número de dispositivos de vigilancia instalados,
la frecuencia de uso, el promedio de tiempo de uso por solicitante, los niveles de
alerta presentados, las ocurrencias más frecuentes, así como cualquier otra infor­
mación para evaluar la eficacia, evolución y conveniencia de esta medida.

136
ÍNDICE GENERAL
INDICE GENERAL

reducción................................................................................................ 5
lía del lector............................................................................................. 9

C A P ÍT U L O I
M edidas coercitivas personales

Medidas coercitivas........................................................................... 17
Medidas coercitivas personales......................................................... 19
. Naturaleza........................................................................................... 20
. Características de las medidas coercitivas personales.................... 20
Clases de medidas coercitivas personales........................................ 22
. Derecho a la motivación de las resoluciones judiciales sobre las
medidas coercitivas personales.......................................................... 22
I. Hábeas corpus y las medidas coercitivas personales...................... 23

C A P ÍT U L O I I
Com parecencia

Noción.................................................................................................. 30
Relación con el derecho a la libertad ambulatoria.......................... 31
. Relación con el principio a la presunción de inocencia.................. 31
'. Presupuestos de la comparecencia.................................................... 32
Formas de comparecencia.................................................................. 32

________________________________________________________________ : 139
Comparecencia restringida. Criterios para su adecuada aplicación

C A P ÍT U L O I I I
L a com parecencia restringida

I. Cuestiones generales........................................................................... 41
II. Presupuestos........................................................................................ 42
III. Procedimiento..................................................................................... 43
IV. Medidas concurrentes......................................................................... 44

C A P ÍT U L O IV
L a s restricciones en la com parecencia restringida

I. Noción.................................................................................................. 50
II. Objeto de las restricciones................................................................. 51
III. Restricciones señaladas en el CPP del 2004.................................... 51

C A P ÍT U L O V
L a com parecencia restringida y las otras medidas
cautelares personales

I. Comparecencia restringida y detención policial.............................. 71


II. Comparecencia restringida y detención preliminar judicial........... 73
III. Comparecencia con restricciones y prisión preventiva.................. 73
IV. Comparecencia restringida y detención domiciliaria..................... 80
V. Comparecencia restringida e impedimento de salida..................... 81

C A P ÍT U L O V I
Revocatoria

I. Sustitución de la comparecencia con restricciones por compare­


cencia sim ple...................................................................................... 89
índice general

II. Sustitución de la medida de comparecencia por detención............ 90


III. Variación de la prisión preventiva por comparecencia con restric­
ciones...................................................................................................... 91

C A P ÍT U L O V II
Im pugnación

I. La garantía de la pluralidad de instancias........................................ 98


II. Medios impúgnatenos ...................................................................... 98
III. Auto como resolución apelable........................................................ 99

C A P ÍT U L O V I I I
Casos referentes a la com parecencia restringida

Caso I: Nadine Heredia................................................................................. 103


Caso II: Abencia Meza Luna........................................................................ 110
Caso III: Eva Bracamonte.......................................................................... 114
Caso IV: Burga Seoane................................................................................. 115
Caso V: Rodolfo Orellana............................................................................. 116

A N EXO S

• Decreto Legislativo que regula la vigilancia electrónica personal. 121


• Reglamento del Decreto Legislativo N° 1322 que regula la vigilan­
cia electrónica personal........................................................................ 129

índice general................................................................................................. 139

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