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FALKO

Mi historia es un tanto inverosímil, por lo que desde el momento que desperté en mi nueva vida
decidí no contársela a nadie, a riesgo de que me etiqueten de loco, como mínimo.

Mi nombre original, o al menos el último que recuerdo haber portado, fue Nedra. En esa vida era
una mujer de 19 años de edad, perteneciente a un clan ninja (grupo de guerreros sigilosos, diestros
en el arte del disfraz, asesinato, espionaje, etc ), dentro del cual, sin intención de parecer arrogante,
era una de las mejores en comparación con el resto de mis compañeras kunoichi (mujeres
guerreras). Mi especialidad era la preparación y uso de veneno, junto con un talento nato para el
disfraz, el uso de la espada y el puñal. Mi contextura física de por sí pequeña sumado a mi amplia
flexibilidad y talento en el disfraz, me facilitaban el poder infiltrarme en los lugares pertinentes y
conseguir la información necesaria sin tener que recurrir la seducción como herramienta, por lo que
con mucho orgullo puedo decir que logré mantener mi pureza (siempre tuve el sueño aunque fuera
vano, de conocer al amor de mi vida, poder entregarme pura y casta a él y formar una familia
teniendo una vida ordinaria y feliz a su lado). Y quizás lo hubiera logrado, si tan solo esa última
misión no hubiera salido mal por culpa de un traidor en el clan. Fue esa noche fría y cubierta de
neblina cuando perdí mi vida por una daga envenenada clavada a traición en mi espalda por Saki,
una kunoichi que siempre sintió envidia de mi talento y el afecto que el jefe del clan sentía por mí,
tratándome como a su propia hija. Todavía recuerdo la mueca de placer retorcido en su rostro al ver
su vil acción completada con éxito mientras el último rastro de vida se desvanecía de mis ojos…

Y cuando pensé que todo había acabado, desperté exaltada, sintiendo un terrible dolor en la espalda
que pronto se desvaneció y fue reemplazado por un ardor en el pecho a medida que el aire llenaba
mis pulmones y mis órganos vitales volvían a funcionar luego de un período de inactividad.
Rodeada de una espesa oscuridad me quedé inmóvil por un momento, tratando de entender y
adaptarme a mi situación actual. Al no poder ver, no sabía si Saki seguía en el lugar, aguardando
para rematarme al momento de ver alguna señal de vida en mi cuerpo… Pero luego de que pasaran
varios minutos y mis ojos se acostumbraran un poco a la penumbra, logré descubrir que me
encontraba en una habitación pequeña, tipo depósito y que por lo menos a simple vista, estaba
completamente sola.

Comencé a moverme lentamente, tomando consciencia de cada extremidad de mi cuerpo. Me sentía


extraña, pesada, torpe… Y podía sentir los rastros de un potente veneno recorriendo mis venas que
poco a poco se iba desvaneciendo. Cuando torpemente palpé mi cuerpo para buscar golpes o heridas
llegué a mi pecho y noté un par de cosas que faltaban. Nunca tuve una figura voluptuosa, pero mis
pequeños pechos jamás se habían sentido tan planos… o mas bien inexistentes! Seguí recorriendo
mi cuerpo llegando a mi entrepierna y notando sorpresivamente un bulto que nunca antes había
estado ahí. Antes de poder terminar de comprender lo que estaba sucediendo un fuerte dolor de
cabeza me golpeó y de pronto miles, millones de imágenes y secuencias vinieron a mi mente: Un
nacimiento “es un niño!”. Una habitación profusamente decorada. Sirvientes atendiendo cada una
de mis necesidades. Una imagen en un espejo de un joven alto, desgarbado, delgado y lleno de
pecas. Educación privilegiada. Rebeldía. Problemas económicos. Un matrimonio arreglado con una
vieja rica para salvar a la familia. Odio. Debilidad. Depresión. Suicidio… Y aunque veía todo esto
como algo ajeno, también supe en ese momento que esa sucesión de eventos me pertenecía, era toda
mi vida hasta el último día en el que decidí suicidarme bebiendo un potente veneno, para poder
escapar de mi destino de tener que casarme con una anciana solo por el hecho de recuperar el
prestigio y la fortuna de mi familia.

Pasaron varios minutos hasta que el torbellino de mi mente se calmó y pude pensar con más
coherencia. Dediqué varios minutos más a tratar de comprender mi situación. En mi mente y
memoria aún era Nedra, pero a la vez también era Falko, un joven aristócrata de 16 años que
decidió elegir la muerte a la vida como un juguete sexual de una vieja pervertida que compraba
niños para divertirse y luego descartarlos… Que débil… De haber sido yo hubiera aceptado el
dinero y el matrimonio, para luego deshacerme de la vieja heredando así toda su fortuna y título. El
tema es que sí era yo, pero a la vez también no lo era… Que dolor de cabeza!

NDM: Al elegir la muerte, falko cae en un ensueño, llegando a una habitación, con luces doradas, y
brillos de variados colores, Rojos, Verdes, Amarillos, Rosados, azules y muchos mas, tantos colores
que se vuelve imposible recordar.
Sobre el, ve dos hermosas mujeres sonriendo, una de ellas con piel del color de la leche, y pelos del
color del trigo, la otra, su antagónica, de piel color negro azulado, y cabellos oscuros como la
noche, ambas ataviadas con vestidos de telas leves, ayudan a que se pare, este al hacerlo observa en
el centro de la habitación una gran gema de color rojiza, encerrada en ella una anciana con una
esbelta figura y el rostro tapado.

las jóvenes, mientras le acarician, el rostro y el pecho le susurran al oído…”en la profundidad de la


arena, y más allá del ensueño.. el rojo los guiara. más allá del viento y de las aves solo alnuil (la
luna) con su mirada los guiara.
Vive guíalos, e infórmanos. y tal vez ella te otorgue un beso, y hasta ese beso…no te quites este
objeto…la joven de color de la noche, pasa un cuero trenzado, del cual cuelga una imagen de dos
mujeres espalda con espala, para luego despertar con el objeto rodeando su cuello, pero sintiendo
que lo lleva desde toda su vida.

Decidí volver a concentrarme en lo importante, mi situación actual. Aparentemente al momento de


mi muerte en mi mundo anterior mi espíritu, alma o lo que fuere, viajó por el tiempo y espacio y
ocupó el lugar del alma de este niño, tomando posesión del cuerpo. Intenté buscar rastros del alma
original pero no pude sentir nada.
Por mis nuevos recuerdos me encontraba en una tierra o incluso un mundo desconocidos para mí
antigua persona. Un continente llamado Shares. Mi familia actual ya me daba por muerto. Al tener
ahora la memoria del cuerpo que estaba ocupando pude entender que el lugar en el que me
encontraba no era un depósito sino una habitación donde mantenían el cuerpo del difunto antes de
deshacerse de él. Tuve que tomar una rápida decisión, ya que en cualquier momento alguien podría
entrar y ver al supuesto finado sentado y perfectamente vivo. Si bien Nedra no habría elegido el
suicidio para escapar del destino del chico, tampoco pretendía aceptarlo como si nada, así que
aprovechando el hecho de que estaba muerto, decidí huir lejos de esa ciudad y de mi familia. Mi
nuevo cuerpo era torpe y pesado comparado con el antiguo, pero notaba mucho potencial en él. Al
ser joven, delgado y flexible, junto con todos los conocimientos de mi vida anterior podría hacer
buen uso de esta nueva identidad. Solo haría falta un poco de entrenamiento y... Acostumbrarme a
mi nueva “masculinidad”.
En la habitación habían varias ofrendas, entre las cuales habían cosas de valor. Tomé lo que pude y
lo más sigilosamente que me permitió mi nuevo cuerpo abandoné mi hogar, mi familia y mi antigua
nueva vida. Haciendo acopio a la memoria de Falko decidí tomar rumbo a la capital, Pavel, donde
las posibilidades parecían ilimitadas.
El viaje fue arduo y largo, pero lo aproveché para entrenar y acostumbrarme a mi nuevo cuerpo,
además de aprender muchas más cosas sobre este mundo desconocido. También conocí a un
pintoresco personaje llamado Seda. Al principio no confiaba mucho en mí pero con el tiempo llegó
a contarme que pertenecía a un gremio de ladrones el cual iba mucho más allá de solo robar. Me
recordó mucho a mi clan de ninjas ya que la función principal de este gremio era recopilar
información, sin importar los métodos usados. Para cuándo ya estábamos en las cercanías de la
capital había logrado que Seda me tomara como discípulo suyo y de esa manera aprender todos los
tejes y manejes de esta sociedad desconocida para mi. Juntos emprendimos el último tramo del viaje
a mi nuevo hogar y nueva vida que me está esperando en Pavel…

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