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1.- en primer lugar cabe señalar que subsiste interés jurídico para
interponer el recurso de revisión, toda vez que la protección constitucional debió otorgarse de manera
lisa y llana
; contrariamente a lo cual, su señoría le imprimió determinados efectos que la hacen nugatoria,
existiendo criterio al respecto:
NULIDAD PARA EFECTOS, EXISTE INTERÉS JURÍDICO PARA
IMPUGNAR EN AMPARO LA SENTENCIA QUE DECLARA LA NULIDAD PARA EFECTOS DE
UNA RESOLUCIÓN EXPRESA, SI EL QUEJOSO PRETENDE QUE DEBIÓ SER LISA Y LLANA
Cuando la parte actora en un juicio ante el tribunal fiscal de la federación demanda la nulidad de una
resolución expresa y obtiene solamente la nulidad para efectos, y no la lisa y llana que pretende, se le
causa un perjuicio directo a su interés jurídico en tanto que la sentencia aparentemente favorable limita
el alcance de la nulidad demandada. Lo anterior con independencia de que, en su caso, pudiera
demandar la nulidad del nuevo acto que dictara la autoridad administrativa en acatamiento de la
sentencia del tribunal fiscal.
Novena Época Instancia: Segunda Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo:
IV, Octubre de 1996 Tesis: 2ª/J. 50/96 pagina: 282 Contradicción de Tesis 8/96. Entre las sustentadas
por el Segundo Tribunal Colegiado del Quinto Circuito y tercer tribunal colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito: 13 de septiembre de 1996. Cinco votos. Ponente: Guillermo I.
Ortiz Mayagoitia. Secretaria: Angelina Hernández Hernández
Tesis de jurisprudencia 50/96. Aprobada por la Segunda Sala de este alto tribunal en sesión publica de
trece de septiembre de mil novecientos noventa y seis, por unanimidad de cinco votos de los ministros:
Juan Díaz Romero, mariano azuela Güitrón, Sergio salvador Aguirre Anguiano, Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia y presidente Genaro Davis Góngora Pimentel.
PRUEBAS, VALORACION DE, EN UNA RESOLUCION DEFINITIVA.
SI ES CONTRARIA A DERECHO, O SI EN ELLA NO SE TOMARON EN CUENTA OTRAS
PRUEBAS, NO IMPLICA UNA VIOLACION PROCESAL, SINO UNA VIOLACION COMETIDA EN
LA PROPIA SENTENCIA. Las violaciones procesales son las cometidas in procediendo y las
violaciones de fondo son las cometidas injudicando; o sea, aquéllas, durante el procedimiento; y éstas,
cuando se pronuncia una resolución definitiva. Si de los conceptos de nulidad de una demanda
presentada ante el Tribunal Fiscal no aparece que se haya reclamado ante el mismo alguna violación
procesal cometida por la autoridad administrativa demandada durante la fase oficiosa, sino
exclusivamente que la resolución de fondo que aquella pronunció, por una parte, carece de fundamento
legal y, por otra, omitió apreciar parte de las pruebas, y que las apreciadas no lo fueron adecuadamente,
por lo que procedía declarar la nulidad de su acto lisa y llanamente, invocando al respecto lo
demandado por el artículo 202 del Código Fiscal de la Federación, cualquier valoración de pruebas que
se haga en la resolución definitiva, si esa valoración es contraria a derecho, o si en la
propia resolución no se tomaron en cuenta otras más, no importa una violación procesal propiamente
dicha, sino violación cometida en la sentencia misma -in judicando-, esto es, al resolver si la
fundamentación del acto administrativo conduce o no a la declaración de su nulidad. Por esto, sería un
error del Juez de Distrito sostener en su fallo que son meras "irregularidades formales" las cometidas
por la autoridad administrativa en una resolución y que fueron reclamadas por la parte actora en el
juicio fiscal, por lo que debieron ser reparadas en la fase oficiosa del procedimiento y no la contenciosa
ante la Sala Fiscal, puesto que, al haberse propuesto a la consideración de la Sala Fiscal si el acto
impugnado es nulo por carecer de la debida fundamentación legal, y por que la autoridad administrativa
no valoró adecuadamente determinadas pruebas y no consideró otras que le fueron rendidas, ello
importa cuestiones de la competencia de la propia Sala responsable, para resolver sobre la nulidad
demandada.
Amparo en revisión 7230/65. Herbert Erich Schoenborn por si y como apoderado de Redima, S. A. 15
de marzo de 1967. Cinco votos. Ponente: José Rivera Pérez Campos.
Consecuentemente el amparo debió otorgarse de manera lisa y llana, dada la naturaleza del acto
reclamado, que es de la llamada jurisdicción impropia, según se expone:
Los actos de autoridad, que son el presupuesto necesario para la existencia de un juicio de amparo,
pueden dividirse, dependiendo de la calidad y existencia de las partes en los siguientes rubros:
a).-actos imperiales
b).- actos jurisdiccionales propios
c).-actos jurisdiccionales impropios
siendo actos imperiales, aquellos en que la autoridad, asiendo uso del imperium que por definición le
corresponde, emite un acto de autoridad del que se duele un quejoso y respecto del cual, no existe
controversia previa entre particulares. Las leyes corresponden a esta categoría.
Actos jurisdiccionales propios, son aquellos en que el acto de autoridad nace de la actividad del estado
resolviendo una disputa entre particulares, y en consecuencia, al promoverse el juicio de amparo
aparece un particular como tercero perjudicado
Actos jurisdiccionales impropios (como el de la especie) son aquellos actos en los que el acto de
autoridad nace de la actividad materialmente jurisdiccional del estado, dirimiendo controversias entre si
mismo y un gobernado, trátese de recursos juicios administrativos; en consecuencia aparece una
entidad pública como tercero perjudicado.
La división anterior, tiene efectos jurídicos incontestables en cuanto a los efectos en que se debe
conceder el amparo, como se verá más adelante
Así las cosas, se sentaron atinados criterios en el sentido de que la sentencia que conceda el amparo
tendrá por objeto restituir al agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, restableciendo
las cosas al estado que guardaban antes de la violación, cuando el acto reclamado sea de carácter
positivo, y cuando sea de carácter negativo, el efecto del amparo será obligar a la autoridad responsable
a que obre en el sentido de respetar la garantía de que se trate y a cumplir, por su parte, lo que la misma
garantía exija; por ello, una sentencia dictada en un juicio constitucional no puede ser congruente, si en
ella se sostiene que se ampara y protege para el efecto de que la autoridad responsable corrija los
errores que contenga el acto reclamado, puesto que la finalidad del amparo es la de invalidar el acto
lesivo e inconstitucional, sin que la autoridad responsable este facultada para emitirlo nuevamente,
subsanando los errores u omisiones primarios, pues toda autoridad tiene una sola oportunidad de actuar
desarrollando sus funciones, y es en ese preciso momento cuando debe de observar las disposiciones
constitucionales y legales propias de su investidura, cumpliendo con todos los requisitos legales para
que el acto respectivo no sea impugnado como inconstitucional a través del juicio de garantías.
Consecuentemente la resolución de amparo que mande subsanar los errores que contenga el acto
reclamado, para convertirlo asi en valido y constitucional, es ilógica y procede modificarla, ya que la
función del juzgador federal es la de impartir justicia, analizando la actuación gubernativa y
propendiendo a la implantación de la norma suprema del país
En esta tesitura, es lógico y jurídico afirmar que el amparo para efectos; únicamente procede en contra
de actos jurisdiccionales propios, nunca contra los imperiales ni contra los impropios (como el que nos
ocupa) y la razón de lo anterior, es que cuando el Estado actúa en plenitud de jurisdicción, tiene en sus
manos la oportunidad plena de respetar la ley y la constitución; si no lo hace su acto es nulo, o más
técnicamente constitucional y no es lógico, justo ni jurídico, que se de a las autoridades responsables no
solo una segunda oportunidad para enmendar su acto autoritario, si no la orden de hacerlo (que es lo
que hizo el juez en caso concreto) basándose precisamente en los conceptos de violación del quejoso,
porque en tal caso las demandas de amparo, lejos de ser medios de defensa constitucional, serian
instrumentos didácticos para las responsables, mediante las cuales, los particulares solo lograran
enseñar a las autoridades sus errores, para renacer mas fuerte el acto ya purgado de los mismos. ¡Una
sentencia de amparo con semejantes consecuencias es sencillamente absurda! Y eso es precisamente lo
que dicto el juez.
En síntesis el llamado amparo para efectos; constituye una verdadera excepción que procede solamente
cuando resulta necesario esclarecer que ese efecto; es conspicuamente benéfico para el quejoso,
especificando claramente en la sentencia cual es ese efecto y cual el beneficio que con ello se otorga,
pues de lo contrario, se caería en el absurdo de que el efecto del amparo fuese en perjuicio; de quien
obtuvo la protección constitucional, contraviniendo con ello los principios fundamentales del juicio de
garantías, que no son otros que proteger de manera efectiva al quejoso del acto de autoridad del que se
duele, dado que el juicio de garantías ha sido creado para proteger a los individuos de los agravios que
les signifique la arbitrariedad en que puedan incurrir los órganos de la autoridad, y de ningún modo
constituye un instrumento para corregir en los errores de estas, colocando al quejoso en situación mas
grave que la que origino los actos reclamados existiendo jurisprudencia sobradamente explicita al
respecto:
Tampoco se analizaron la totalidad de los conceptos de violación, como era obligación hacerlo, pues se
hicieron hacer valer los conceptos de violación que demuestran la falta de tipicidad de la conducta
imputada como se invoca en nuestro escrito de amparo indirecto. Al efecto se invocan la siguiente tesis
jurisprudencial.
SENTENCIAS DE AMPARO. NO ES PRECISO QUE SE LIMITEN
ESTRICTAMENTE A LOS CONCEPTOS DE VIOLACION, SINO QUEPUEDEN HACER UN
ANALISIS DE MAYOR AMPLITUD.Si en una sentencia el juez de Distrito no se limita a estudiar
estrictamente los conceptos de violación, sino que realiza un análisis más amplio sobre los problemas
debatidos, no sólo no incurre en irregularidad alguna, ni causa agravio al quejoso, sino, por el contrario,
actúa debidamente al buscar una mejor y más profunda comprensión del problema a dilucidar y la
solución más fundada y acertada posible a las pretensiones aducidas de inconstitucionalidad.
TERCERA SALA
Amparo en revisión 2539/88. Fábrica de Maquinaria de Precisión, S.A. de C.V. y otras. 19 de febrero
de 1990. Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretario: Sergio Novales Castro.
Amparo en revisión 1663/89. Distribuidora General de Lámina, S.A. de C.V. y otras. 2 de abril de
1990. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Jorge Carpizo Mac Gregor. Ponente: Mariano Azuela
Güitrón. Secretaria: Lourdes Ferrer Mac Gregor Poisot.
Amparo en revisión 2639/88. Agencia Eusebio Gayosso, S.A. y otros. 16 de abril de 1990. Cinco votos.
Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: Lourdes Ferrer Mac Gregor Poisot.
Amparo en revisión 1916/89. Ferretería Nacional S.A. 21 de mayo de 1990. Unanimidad de cuatro
votos. Ausente: Sergio Hugo Chapital Gutiérrez. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretario: Sergio
Novales Castro.
Amparo en revisión 3813/89. María Rocío Blandina Villa Mendoza. 8 de octubre de 1990. Unanimidad
de cuatro votos. Ausente: Mariano Azuela Güitrón. Ponente: Salvador Rocha Díaz. Secretario: José
Pastor Suárez Turnbull.
Tesis de Jurisprudencia 38/90 aprobada por la Tercera Sala de este alto Tribunal en sesión privada
celebrada el veintidós de octubre de mil novecientos noventa. Unanimidad de cuatro votos de los
señores ministros: Presidente Sergio Hugo Chapital Gutiérrez, Mariano Azuela Güitrón, Ignacio
Magaña Cárdenas y José Antonio Llanos Duarte. Ausente: Salvador Rocha Díaz.
Genealogía
Gaceta número 36, Diciembre de 1990, página 19.
[J]; 8a. Época; 3a. Sala; S.J.F.; Tomo VI, Primera Parte, Julio-Diciembre de 1990; Pág. 204
PROTESTO LO NECESARIO
Tantoyuca Veracruz a octubre 4 de 2013